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Cápsula de contenido sobre la respiración:

Preámbulo:

Considero necesario reflexionar en torno a algunos preceptos de la formación del


narrador/actor desde la perspectiva de la narración oral escénica. Para ello compartiré
con ustedes algunas citas del libro “El arte del actor (Principios técnicos para su
formación)” de Richard Boleslavski y Michael Chejov.

[Talento y técnica] (p. 21)

“La educación del actor se debe dar a tres niveles. El primero es la educación del cuerpo,
en toda su estructura física, que incluye cada músculo y fibra. De modo que todo el cuerpo
participe de manera simultánea en la creación de la conducta plena en escena”. (p. 21)

“Sólo con una práctica constante al igual que el bailarín o un pianista, [el narrador/actor]
podrá dominar su propio instrumento que es el cuerpo”. (p. 22)

“La segunda parte de esta educación es intelectual, cultural”. (p. 22)

[Un buen narrador/actor+ “Debe tener una idea clara de la sicología del movimiento, de lo
que puede expresar la emoción y la lógica del sentimiento”. (p. 22)

“La tercera parte de la educación, es el entrenamiento de su voluntad creadora –el factor


más importante de la acción dramática-. Un actor no puede existir sin una voluntad
creadora lo suficientemente desarrollada como para ser capaz de llevar a cabo de una
manera orgánica, toda acción y cambio estipulado. En otras palabras, el actor debe tener
una fuerza de voluntad capaz de vivir a través de cualquier situación exigida por el autor.
*…+ El trabajo para esto consiste en las siguientes facultades: completa posesión de los
cinco sentidos en diversas situaciones imaginables; desarrollo de la memoria sensorial y
visual, así como del sentimiento”. (pp. 22-23)
“El desarrollo de la imaginación trae como consecuencia una agudeza de la observación;
fuerza de voluntad; capacidad para dar una variedad de expresión al sentido del humor y
lo trágico e ingenuidad y naturalidad en su trabajo”. (p. 23)

Sobre la técnica vocal, Luis F. Retana, en su “Tratado elemental teórico práctico de


impostación de la voz”, aclara que:

“La vida social moderna con sus leyes impositivas y con sus modas y costumbres derivadas
de la fantástica y atropellada marcha de ese progreso o modernismo que nos envuelve y
fascina a su paso triunfal por la tierra, hace que el hombre se mantenga en un estado de
excitación nerviosa que lo aleja de la vida tranquila y reposada, en contraposición a las
funciones naturales de su organismo. Por esto, la respiración resulta incompleta y el
funcionamiento del mecanismo invertido; causas éstas, que nos obligan a corregir los
defectos adquiridos con la mala práctica de la respiración y emisión del sonido”. (Retana,
p. 17)

“La impostación no se consigue con éste, o aquél método de ejercicios, no; cualquier
sonido aislado puede ser suficiente para ejercitarse en la manera de emitirlo. No son los
estudios a o b que impostan la voz (como es creencia general); es el conocimiento previo,
justo, exacto y razonado del mecanismo aplicado al desarrollo de las facultades naturales
del organismo, teniendo en cuenta las características de la respiración, sonoridad y
resonancia. Es un trabajo que depende de la imaginación y de la voluntad para llegar a
dominar con sus resoluciones, el funcionamiento reposado y tranquilo de los órganos
fonéticos”. (Retana, p. 17)

Sobre el mecanismo (no debemos forzar el mecanismo del arte de impostar la voz): “No
debemos falsear el mecanismo imponiéndole nuevas formas de regirse en contra de sus
leyes fisiológicas; pues como esto exige esfuerzos internos, viene por consecuencia la
acumulación de la sangre en las venas y arterias, y por lo tanto, la atrofia de los órganos
vocales, matando así la dulzura y flexibilidad de la voz”. (Retana, pp. 17-18)

“Es, pues, contraproducente forzar el mecanismo para obligarle a que tome nuevos giros
abandonando sus leyes naturales, por seguir las que nosotros queremos imponerle”.
(Retana, p. 18)

“Todas las reglas que empíricamente se han de emplear en esta enseñanza [del arte del
Canto y la declamación], han de obedecer exactamente a las leyes fisiológicas y
anatómicas que rigen nuestro organismo, cuyas manifestaciones, en su desarrollo, son
independientes completamente de la voluntad del hombre; es decir, que funcionan bajo
la influencia misteriosa de un mandato, que no depende exclusivamente de nosotros
mismos; es más bien, una manifestación espontánea de nuestro espíritu, a la que
responden todos los miembros de nuestro cuerpo, automáticamente y sin preparación
alguna”. (Retana, p. 24)

“Al cantar [y al actuar], ha de haber seguridad e independencia para calcular la tensión


muscular externa y justa; estudiar la posición de la boca, graduar la cantidad y fuerza de la
respiración, y dirigir la corriente de aire sonoro a la caja de resonancia, alejándonos
siempre de ordenar y guiar los movimientos internos del mecanismo”. (Retana, p. 26)

“La influencia que ejercemos impositivamente en el desarrollo de las funciones del


aparato fonético, será funesta y nos dará por consecuencia resultados contraproducentes,
si desarrollamos una fuerza irregular o superior a la expansión de sus cavidades
naturales”. (Retana, p. 28

Conceptos básicos extraídos del libro “La respiración. Anatomía para el movimiento. El
gesto respiratorio” de Blandine Calais-Germain.

Sobre la respiración interna y la respiración externa:

“El gesto respiratorio tiene una primera finalidad, que es también una finalidad
permanente: la hematosis.

En los tejidos del cuerpo, las células, para su funcionamiento, tienen necesidad de
oxígeno, que es aportado por la sangre arterial (desde los pulmones y el corazón).

Este mismo funcionamiento produce un desecho, el gas carbónico (dióxido de carbono),


que es transportado por la sangre venosa (hacia el corazón y los pulmones). Este doble
funcionamiento se denomina respiración interna. Se produce en los tejidos y las células.

Para que esto sea posible, en el interior de los pulmones se realiza la hematosis, es decir,
la transformación de la sangre en sangre arterial. Ésta también se hace por el intercambio
de oxígeno y de gas carbónico:

-Desde el exterior, el aire entra en los pulmones, rico en oxígeno.

-Desde los tejidos, la sangre llega también a los pulmones, rico en gas carbónico.

Los gases se intercambian a través de las membranas alveolocapilares pulmonares. *…+


Para ello, el aire entra desde el exterior del cuerpo hacia los pulmones y sale de ellos
alrededor de 12 a 17 veces por minuto.

Este fenómeno se denomina respiración externa o ventilación. Se produce en los


pulmones”. (Calais-Germain, p. 15)

La coincidencia entre el gesto respiratorio y la respiración:

“El cuerpo no puede almacenar el oxígeno: por tanto, es necesario respirar sin cesar, día y
noche.

Sin embargo, el gesto respiratorio no se corresponde siempre de una forma estricta con las
necesidades de oxígeno en el cuerpo.

¿Por qué? Porque, con frecuencia, este gesto contribuye al mismo tiempo a otras
finalidades, está relacionado con otras circunstancias.

Por citar algunos ejemplos, se puede realizar un gesto respiratorio…

-para acompañar el impulso de un movimiento;

-para modificar emociones;

-para modificar el tono corporal, hacia la relajación o hacia la fuerte subida de tono;

-para acompañar o modificar placer o dolor;

-para sostener la voz hablada o cantada;

-para movilizar las vísceras…;

-para abrir o cerrar más las costillas;

-para acentuar moderar una curvatura vertebral, etc…

Muchos objetivos, que no están directamente relacionados con la oxigenación”. (Calais-


Germain, p. 16)

Aprender a respirar… ¿«Aprender» los gestos de la respiración?

“Es cierto que la respiración de oxigenación es un movimiento automático, que no


necesita aprendizaje. Se puede trabajar corporalmente de esta manera, para quedarse en
un registro muy espontáneo de movimiento.
Pero podemos observar también que, más allá de la necesidad inmediata de oxígeno, hay
una gran variedad de gestos respiratorios. Es un repertorio de una gran riqueza, y estos
gestos no siempre son espontáneos. *…+

*…+ Se puede utilizar una u otra respiración para finalidades muy diversas, aparte de la
ventilación”. (Calais-Germain, p. 17)

Respirar: a simple vista, siempre es el mismo gesto…

“La respiración espontánea parece repetirse sin cesar. En cambio, si miramos o


escuchamos a alguien respirar… Si observamos o sentimos en nosotros mismos la
respiración en diferentes situaciones…, podemos constatar fácilmente que el gesto
respiratorio cambia sin cesar.

Se puede desarrollar en diferentes zonas del tronco: más bien en las costillas [tipo de
respiración alta], más bien en el abdomen [tipo de respiración baja+…, aunque el aire
entre solamente en los pulmones. Puede tener repercusiones a distancia bien lejos del
tronco.

Puede ser mínimo, casi imperceptible o, al contrario, tomar una importancia considerable
en amplitud, en potencia… Puede cambiar de velocidad y/o de ritmo. Puede ser más o
menos voluntario. El mismo gesto puede alternativamente ser activo o pasivo… Puede ser
más o menos silencioso o ruidoso…

Lo que tienen en común todas las respiraciones es la alternancia incesante de los


movimientos de ida y vuelta que son la inspiración y la espiración, ritmados por tiempos
de pausa llamados apneas”. (Calais-Germain, p. 18)

La inspiración

“La inspiración es el tiempo en el cual hacemos que el aire llegue a los pulmones desde el
exterior del cuerpo *…+.

Este tiempo siempre se va a manifestar con una expansión de una parte del tronco:
abdomen, costillas…

Puede vivirse con amplitudes –volúmenes de aire- muy diferentes: se puede tomar más o
menos aire *…+.
Se puede vivir también con velocidades muy variadas: se puede tomar aire más o menos
deprisa, e incluso acelerando o enlenteciendo el movimiento.

Puede ser más menos ruidoso, sonoro…

Es un tiempo que puede ser poco activo, en una respiración de reposo…, muy activo, muy
potente, por ejemplo en una gran inspiración…

En algunas respiraciones, también puede ser completamente pasivo *…+ lo que se buscará
a menudo en las técnicas de relajación…

Este tiempo de inspiración puede hacerse con movimientos que predominan más bien en
las costillas o más bien en el abdomen…

Igualmente, puede hacerse con movimientos que predominan en la parte anterior y


posterior del tronco”. (Calais-Germain, p. 19)

La espiración

“La espiración es el tiempo durante el cual se devuelve el aire desde los pulmones hacia el
exterior del cuerpo *…+.

Con frecuencia, se va a manifestar por un repliegue, un «cierre» de una parte del tronco:
costillas, vientre, columna vertebral.

Igual que la inspiración, este acto puede vivirse con amplitudes –volúmenes de aire- muy
diferentes: podemos vaciar más o menos el aire contenido en los pulmones *…+.

Se puede vivir también con velocidades muy variadas: podemos sacar el aire más o menos
de prisa, e incluso acelerando o enlenteciendo el movimiento.

La espiración puede ser más o menos sonora, en relación a veces con una intención, como
en la palabra o el canto.

Normalmente, es un tiempo pasivo, en una espiración de reposo…, pero que puede


volverse muy activo, muy potente, por ejemplo en una gran espiración…

Este tiempo de espiración se puede hacer con movimientos que predominan más bien en
las costillas (bajar las costillas) o más bien en el abdomen (entrar el vientre hacia arriba).

Igualmente, puede hacerse con movimientos que predominan en la parte anterior o


posterior del tronco”. (Calais-Germain, p. 20)
La apnea

“La apnea (del griego a-pnein; a: privativo, pnein: respirar) designa todo momento de
pausa del flujo respiratorio.

Esta pausa puede producirse en cualquier instante de la respiración. Es un tiempo que se


manifiesta, normalmente, a nivel del tronco respiratorio, por una suspensión del
movimiento.

En la respiración corriente, esta pausa se hace naturalmente, para pasar de un


movimiento respiratorio al movimiento inverso:

-Después de la inspiración, un pequeño tiempo sin respiración precede la espiración.

-Después de la espiración, sigue un tiempo sin respiración, a menudo más largo, antes de
volver a tomar aire.

En general, estas apneas fisiológicas tienen su duración regulada de manera automática,


en relación con las necesidades que tiene el organismo de oxígeno y de expulsión del gas
carbónico.

Pero se puede también modificar la duración de la apnea, de manera consciente y


voluntaria: acortarla o alargarla (es, incluso, una vía de trabajo corporal muy actual). Sin
embargo, esto sólo es posible hasta cierto punto: por ejemplo, después de un cierto
tiempo de apnea, si el cuerpo llega al límite de sus necesidades fisiológicas, la respiración
se reanuda de manera automática.

Según los casos, el momento de la apnea puede ser un momento de reposo (después de
una espiración de reposo) o, al contrario, un tiempo muy activo (por ejemplo, si se quiere
mantener una apnea después de una gran inspiración).

Por último, hay que precisar que un tiempo de apnea puede desarrollarse en una
respiración alta, costal, o baja, abdominal”. (Calais-Germain, p. 21)

La respiración puede mover el tronco por todas partes…

“Ya sean costales o abdominales, los gestos respiratorios pueden repercutir en casi todas
las regiones del tronco. De esta manera, se puede inspirar o espirar sintiendo que se
desarrolla movimiento, por ejemplo:
-En las costillas, delante, pero también detrás; o a los lados, más o menos arriba en las
costillas.

-En la región de la cintura, en todo su contorno; en el abdomen, por delante, más o menos
arriba.

-Más abajo, en la región de la pelvis, por delante, por detrás, en la región del periné, etc…

Es así como se habla de respiración «en el vientre», «en las clavículas», «en la espalda»…,
etc. Sin embargo, el aire inspirado no va hacia todas las regiones puestas en movimiento:
incluso en una respiración intensa, el aire nunca va más allá de los pulmones, los cuales no
ocupan más que una pequeña parte de la caja torácica”. (Calais-Germain, p. 22)

“Es, pues, importante no confundir las zonas del tronco donde su produce el gesto

-a causa de la respiración,

-o para favorecer ciertas respiraciones,

con las zonas por donde pasa el flujo de aire respiratorio, que son siempre los pulmones”.
(Calais-Germain, p. 23)

Hay dos grandes tipos de gestos respiratorios

“Los que se hacen con las costillas (se abren en la inspir, se cierran en la espir) [en la caja
torácica]; los que se hacen con el cajón abdominal (el abdomen se abomba, sale, en la
inspir y entra en la espir).

Estos dos tipos de respiración corresponden a dos formas, fundamentalmente diferentes,


de movilizar los pulmones [respiración alta y respiración baja].

Se pueden mezclar y combinar de múltiples maneras, lo que va a dar lugar a una gran
variedad de respiraciones… *…+.

Contrariamente a lo que se enseña a veces, ninguna de estas respiraciones es «la buena»


o «la mala»: son apropiadas simplemente para circunstancias diferentes, para finalidades
diferentes. Es, por ello, importante practicar respiraciones muy variadas, sobre todo si uno
se da cuenta de que tiene tendencia a respirar con un solo tipo de movimiento”. (Calais-
Germain, p. 24)
¿Respirar por la nariz o por la boca?

“En numerosas técnicas corporales se dan consignas sobre este tema, que adquieren
algunas veces un aire un poco dogmático…

En realidad, las dos vías respiratorias son posibles, con intereses e inconvenientes muy
diferentes.

Cuando respiramos por la nariz:

*…+ el aire es a la vez:

-Calentado y humedecido por la mucosa.

-Limpiado de polvo, retenido por los pelos o el moco.

Purificado de bacterias por las enzimas del moco.

De esta manera, llega a los pulmones un aire caliente, húmedo, purificado, de gran
calidad. Desde este punto de vista, es mejor respirar por la nariz *.

(*) Algunas veces, la respiración por la nariz es imposible o sólo parcialmente posible,
debido a problemas de mala posición de la lengua o de estrechamiento de la rinofaringe.

Cuando respiramos por la boca:

-Con la boca abierta, el aire encuentra menos resistencia, ya que los conductos son
mayores (el fondo de la boca, en particular, es más ancho que el fondo de la nariz, a
menudo estrecho). Además, el trayecto es ligeramente más corto.

Así, podemos movilizar fácilmente grandes cantidades de aire por la boca abierta, tanto
en la inspir como en la espir.

De esta manera, se pueden conseguir respiraciones profundas con mayor facilidad, en los
«extremos» de los volúmenes respiratorios. Esto es interesante, por ejemplo, cuando hay
que movilizar rápida y momentáneamente una gran cantidad de aire:

-Actividad física intensa.

-Inspiraciones rápidas, por ejemplo, para los nadadores, los cantantes o los
instrumentistas de viento.
-Técnicas donde se busca la espiración más profunda posible, por ejemplo, para estirar el
músculo diafragma.

-Pero por la boca también podemos variar el flujo de aire mucho más que por la nariz,
tanto en la inspir como en la espir, cerrándola más o menos, en particular a nivel de los
labios, la lengua o el velo del paladar *…+”. (Calais-Germain, p. 77)

Por su parte Georges Canuyt (1982) en su libro “La voz. Técnica vocal” considera que:

“La inspiración nasal es la única respiración normal y fisiológica. –Las fosas nasales han
sido creadas para filtrar el aire inspirado, caldearlo, humedecerlo y purificarlo”. (Canuyt, p.
44)

“La respiración bucal es una respiración anormal, antifisiológica y perjudicial. –El aire
frío inspirado por la boca no es ni filtrado, ni purificado, ni humedecido y, sobre todo, no
es caldeado. Ese aire frío (hecho importantísimo para el orador o el cantante) llega
directamente a la laringe, la tráquea, los bronquios y los pulmones. Es una de las causas
más frecuentes de las laringitis, traqueitis y bronquitis llamadas por enfriamiento”.
(Canuyt, p. 46)

Y sobre el aparato respiratorio destaca los siguientes aspectos:

“1.- EL APARATO RESPIRATORIO. –Los pulmones, el fuelle, el depósito de aire.

“El aparato respiratorio se divide en dos partes: vías respiratorias superiores y vías
respiratorias inferiores.

Las vías respiratorias superiores están constituidas por las fosas nasales, la trascavidad de
las mismas, llamada faringe nasal, y los senos o cavidades accesorias. Es la primera parte
del trayecto que debe efectuar el aire, el cual debe penetrar por las aletas nasales.

Las vías respiratorias inferiores están constituidas por la faringe, la tráquea, los bronquios
y los pulmones”. (Canuyt, p. 20)

“El pulmón es el órgano esencial de la respiración. El aire se almacena en los alvéolos


pulmonares. Es como una pelota, a la que hay que llenar de aire. Es el depósito del
aliento”. (Canuyt, p. 20)

“Los pulmones están contenidos en la caja torácica. Esta caja está formada adelante por el
hueso llamado esternón; atrás, por la columna vertebral, y en las partes laterales, por las
costillas. Estas costillas son doce. Las siete primeras superiores, pegadas al esternón, son
fijas. Por el contrario, las cinco últimas, unidas a los cartílagos costales, se llaman costillas
falsas y son móviles. Esta movilidad permitirá la expansión de la parte inferior del tórax,
cuando se almacena aire por la inspiración de los alvéolos pulmonares, y la retracción,
cuando se vacían los pulmones por la espiración. Es útil saber que hay un músculo
transversal que separa la cavidad del tórax de la cavidad abdominal. Es el diafragma,
poderoso músculo en forma de cúpula. Sobre su cara superior, piso de la cavidad torácica,
descansan las bases de los pulmones. El diafragma desciende cuando se llenan los alvéolos
pulmonares de aire por la inspiración, y sube cuando se vacía el aire de los alvéolos por la
espiración”. (Canuyt, pp. 20-21)

“[¡Atención!]Bajo la cara inferior de la cúpula diafragmática, techo del abdomen, se hallan


el estómago y los intestinos. Estas nociones permiten comprender que cuando se tiene
que hablar o cantar en público, es preferible no llenar el estómago comiendo o bebiendo
abundantemente, por cuanto una cavidad estomacal repleta de alimentos y líquidos
estorba los movimientos del diafragma y, por consiguiente, el juego de almacenamiento y
vaciado de aire del fuelle pulmonar, tornando la respiración difícil y penosa”. (Canuyt, p.
21)

“La Educación Respiratoria. TÉCNICA.

1.- La inspiración nasal. –El sujeto permanece con la boca cerrada y aprende a respirar por
la nariz. La primera falta que debemos evitar es la de la aspiración de las alas de la nariz,
tan frecuente en los sujetos que quieren respirar fuerte y a fondo. Al inspirar, el ala de la
nariz se adhiere al tabique y el orificio de las ventanas de la nariz se cierra. En ese caso,
hay que explicar al sujeto la falta que comete, o bien obligarlo a hacer una mueca que
consiste en plegar el dorso de la nariz y abrir las alas de la misma bien dilatadas, o bien
imitar el movimiento que ejecutan los conejos con su hocico cuando sienten el olor de sus
alimentos. Cuando el alumno ha comprendido que hay que dilatar las alas de la nariz y no
aspirarlas se le pide que realice una aspiración nasal. Yo tenía buen cuidado de explicar al
profesor que dijera al alumno: “Reciba el aire por la nariz con una inspiración lenta, muy
lenta, suave, profunda y silenciosa; no se le debe oír respirar; proceda como yo mismo voy
a mostrarle”. Y el profesor ejecutaba el movimiento en presencia del alumno. Éste repetía
luego dicho movimiento, y como realizaba el ejercicio en traje de baño, el profesor
vigilaba la dilatación de las costillas, sobre todo de las inferiores, para llenar de aire los
alvéolos pulmonares, y el ligero abombamiento del abdomen, correspondiente al
momento del descenso del diafragma. Cuando tras múltiples ensayos el alumno ejecutaba
bien la inspiración completa, total, y sobre todo con expansión costal inferior, se le pedía
que retuviera ese aire en su depósito pulmonar para aprender la pausa o continencia”.
(Canuyt, p. 48)

“La pausa o continencia. *…+ ¿Cuál es la razón que podemos aducir para enseñar la Pausa
a los alumnos? ¿Para qué les pedimos que mantengan el aire durante un período
determinado de tiempo? En primer lugar, para que dominen a fondo el manejo de su
aparato respiratorio. Es un ejercicio educativo de Técnica. En segundo lugar, porque la
pausa es útil para los profesionales de la voz y sobre todo para los cantantes. Ejemplo: un
artista se dispone a cantar; tiene que atacar la nota en el momento preciso en que le
indica el director de orquesta con su batuta. Conviene, pues, que ya haya respirado y que
esté dispuesto a consumir el aire inspirado en el momento mismo en que recibe la orden.
Lo mismo cabe decir con respecto al artista que declama y que está a punto de iniciar una
“tirada”: es indispensable que haya llenado su depósito y que abra el grifo de aire a
voluntad. Idénticas palabras se aplican al conferenciante, al predicador, al profesor, al
maestro de escuela, etcétera; pero evidentemente el cantante es el que, más que
cualquier otro, debe poseer a fondo ese conocimiento del mecanismo de la pausa”.
(Canuyt, p. 48)

“La espiración bucal. –La espiración deberá hacerse por la boca. ¿Por qué a través de ella?
Lógicamente podríamos pensar que el aire ha de ser expelido por la nariz; es decir, por
donde entró. Aconsejamos que se haga la espiración bucal, porque el alumno comprende
mejor la manera de consumir el aire espirado y se da cuenta con mayor facilidad de lo que
hace. Desde el punto de vista pedagógico, la espiración bucal es la preferible. Ejemplo:
sirvámonos de una vela o del procedimiento de la mano del procedimiento de la botella o
del espiroscopio, ve las burbujas de aire, aprende a regular su fuelle, su aliento y a
controlar su consumo. Por este motivo hay tantos profesores de canto que enseñan a sus
alumnos a soplar suavemente la llama de una vela sin apagarla. Por otra parte, nosotros
recomendamos además la espiración por la boca, porque hablamos y cantamos haciendo
salir el aire por la cavidad bucal y no por la nariz. (Canuyt, p. 49)

“La espiración por la boca se ejecuta de la manera siguiente: Los labios deben alargarse
como si uno quisiera soplar muy suavemente la llama de una vela sin apagarla y hasta sin
hacerla vacilar. El aire debe salir de la boca lenta, suave, silenciosamente, y durante largo
tiempo, larguísimo tiempo, el mayor tiempo posible. Para que el alumno comprenda bien
esa técnica, se le toma la mano y en el dorso de la misma se proyecta el aire espirado con
tal suavidad que apenas sienta el soplo del profesor o bien se le dice que tome una vela y
que el aliento casi no debe hacerla vacilar. El alumno repite a su vez esa espiración bucal
hasta que llegue a ejecutarla correctamente en la siguiente forma: espiración lenta, muy
lenta, suave, silenciosa y muy prolongada”. (Canuyt, pp. 49-50)
“Es menester dictar varias lecciones, al principio cortas, para que el alumno llegue a
comprender y sobre todo a ejecutar correctamente los tres tiempos de la respiración”.
(Canuyt, p. 50)

“Los profesionales de la voz y las personas que se dedican al arte de cantar o de hablar en
público deben, pues, comenzar por aprender a respirar. Las lecciones de educación
respiratoria tienen por fin ensañar la educación y la disciplina del aliento; las de la
gimnasia respiratoria tienden a aumentar la capacidad respiratoria, a desarrollar el aliento
y a entrenar los músculos inspiradores y espiradores. Todos esos ejercicios respiratorios
atléticos permitirán al orador o al cantante poseer a fondo la técnica respiratoria. (p. 77)

“Ser dueño de la propia respiración; he aquí lo que ustedes deben buscar y a lo que
llegarán si cuentan con un buen profesor”. (p. 77)

“Cuando ustedes sean dueños de su respiración, habrá llegado el momento de aplicar esa
técnica respiratoria a la emisión de la voz hablada y de la voz cantada”. (p. 77)

Sobre este interesante tema, Lidia García, en el apartado “La respiración para la voz” del
libro “Tu sonido. Tu voz”, nos acota los siguientes preceptos:

La respiración para la voz

“La inspiración puede ser nasal o bucal. La inspiración nasal debe permitirnos una entrada
de aire suficiente, y a la vez ser cómoda y silenciosa. La inspiración bucal es también
silenciosa, pero más rápida que la nasal.

Durante la inspiración, la mandíbula debe permanecer relajada, al igual que el cuello y los
hombros. Tampoco debe haber tensiones en el tórax ni en ninguna otra zona del cuerpo,
ya que afectarían al movimiento respiratorio. Por eso lo primero que buscaremos en el
entrenamiento es el equilibrio postural que nos permitirá tener la relajación adecuada
para una buena respiración.

El movimiento respiratorio es una sucesión de presiones ejercidas sobre planos


horizontales. Cuando inspiramos la dirección de la presión es descendente, y cuando
espiramos es ascendente.

Cuando el aire entra en nuestro cuerpo, ya sea por la nariz o por la boca, su recorrido
descendente comienza por la faringe, sigue por la laringe, la tráquea, y los bronquios
hasta los pulmones. A su vez, el diafragma desciende presionando el contenido de la
cavidad abdominal, que a su vez presiona hacia abajo el suelo de la pelvis.
En la espiración, el suelo de la pelvis se eleva, presionando las vísceras abdominales hacia
arriba, éstas a su vez empujan al diafragma, y éste a los pulmones. Así, el aire hace el
recorrido ascendente que le permite presionar las cuerdas vocales cuando están juntas y
vibrando. Ese aire, al pasar entre ellas, se pone a vibrar, convirtiéndose en sonido. El
sonido sigue ascendiendo y presiona primero el paladar, y luego la bóveda craneal,
saliendo al exterior transformado en nuestra voz, que presionará la bóveda celeste para
llegar hasta el último rincón del universo.” (García, pp. 101-102)

En el entrenamiento respiratorio hay varios aspectos que debemos trabajar con atención:

“1. La inspiración nasal

Antes que nada hay que aprender a usar la nariz. Cuando le pedimos a alguien que haga
una inspiración nasal, suele dirigir el aire que entra por las fosas nasales hacia arriba, hacia
el techo de la nariz, como cuando quiere oler. También hay quien al inspirar dirige el aire
hacia la nuca. Ninguna de estas formas es correcta.

*…+ Lo primero que tenemos que conseguir es dirigir el aire hacia abajo, en dirección a los
pulmones.

Nuestra nariz está «diseñada» para que la utilicemos así, por eso basta con pensarlo para
que el aire que entra por las fosas nasales siga el camino correcto.

Cuando dirigimos la inspiración nasal hacia arriba [inspiración nasal incorrecta],


inevitablemente elevamos la parte superior del tórax, es decir, nuestra respiración se hace
costal superior. En ella, como su nombre indica, se eleva la zona alta del tórax, y los
músculos que relacionan esta zona con la laringe le impiden a esta última realizar los
movimientos necesarios para una buena emisión vocal.

Cuando usamos bien la nariz se desencadena todo el mecanismo correcto de la


inspiración. Es decir, los músculos del cuello se relajan, la laringe desciende, y el tórax se
abre prácticamente solo.

*…+ Inspirar es fácil, el aire está a nuestro alrededor; no hay que «aspirarlo» como si
quedara poco y estuviera a cien kilómetros.

Inspirar es abrirse confiadamente, es participar del universo, es recibir de manera relajada


lo que me llega del exterior, es sentir que el afuera y el adentro son lo mismo”. (García,
pp. 103-104)
“2. La inspiración bucal

Cuando inspiramos por la boca el aire entra más rápido, y esto es imprescindible en las
pausas cortas para no alterar el ritmo ni en la expresión hablada ni en el canto.

El inconveniente de la inspiración bucal es que suele secar y enfriar la laringe, porque la


boca no está provista, como lo está la nariz, de una mucosa especializada para poderlo
evitar. Pero con la boca pasa como con la nariz: hay que saber usarla.

Vamos a ver primero cómo se usa mal y luego cómo se usa bien. Cuando el aire entra en
nuestra boca en dirección al fondo, es decir, de forma horizontal, sentimos que esa zona
se enfría y se seca. Además, la inspiración hecha así es sonora, y podemos comprobar que
se elevan las costillas superiores, las clavículas y el esternón, con lo cual fijamos la laringe.

En cambio, si inspiramos dirigiendo el aire hacia la parte anterior del paladar, un poco por
encima de los dientes, el aire llega a la garganta más húmedo y más templado. La
inspiración hecha así es silenciosa y el movimiento del tórax es el correcto: es decir, hay
expansión de la caja torácica.

Si estamos en silencio y por algún motivo (congestión nasal, por ejemplo) nos vemos
obligados a inspirar por la boca y además estamos en un lugar frío, con humo, o en el que
hay sequedad ambiental, es conveniente apoyar suavemente la punta de la lengua en la
zona anterior del paladar para ofrecer así una barrera que proteja la garganta. Insisto: sólo
podemos hacer esto cuando estamos en silencio.

[¡Atención!] Cuando inspiramos con la boca no debemos intentar «llenarnos» de aire


como cuando inspiramos con la nariz, porque si no estaremos forzando el mecanismo. La
inspiración bucal siempre es rápida, y el volumen de aire que entra es menor que en la
inspiración nasal (estoy hablando de la inspiración nasal y bucal bien hechas)”. (García, pp.
105-106)

“3. El tórax

Está constituido por las doce vértebras dorsales, las doce costillas, las clavículas y el
esternón.

Cuando se habla de abrir el tórax, parece que sólo se tienen en cuenta la parte anterior y
los laterales. En realidad, una buena inspiración depende de que se expanda la parte
posterior del tórax [la zona de la espalda].
Cuando las costillas flotantes (once y doce) se abren libremente porque las vértebras
dorsales no están rígidas y se lo permiten, se desencadena un movimiento de expansión
del tórax.

Dicho de otra manera: una buena respiración empieza en la espalda, sigue por los lados y
se completa en la parte anterior del tórax. Cuando esto sucede se expande toda la
abertura inferior del tórax en la que se inserta el diafragma, permitiendo que éste
descienda durante la inspiración. Es decir, o la abertura del tórax se produce de forma
circular en todas las direcciones, o el diafragma no baja.

Pensar que si ensanchamos el tórax hacia los lados estamos haciendo una inspiración
correcta (incluso hay quien se apoya las manos en esta zona para sentir el movimiento) es
un error, porque el diafragma es como un paraguas: o lo abrimos en toda su
circunferencia o permanece cerrado. En el caso del diafragma esto significa que no
desciende, y el diafragma debe descender para aumentar el diámetro vertical del tórax.

En la inspiración, el diafragma desciende en su centro y se eleva en su circunferencia, a


modo de paraguas abierto e invertido.

Cuando el tórax se ensancha correctamente, el diafragma desciende y presiona las


vísceras abdominales hacia abajo y levemente hacia adelante. Esto provoca
fundamentalmente un descenso del suelo pélvico, además de un ligero abombamiento
abdominal.

Pero cuidado: ese abombamiento abdominal debe ser el resultado de la presión que
desde arriba ejerce el diafragma sobre el contenido de la cavidad abdominal, y no del
abombamiento abdominal voluntario”. (García, pp. 107-109)

“4. La espiración

Uno de los objetivos prioritarios del entrenamiento vocal es conseguir una espiración
prolongada, homogénea y sostenida.

Durante la espiración el suelo de la pelvis sube y la zona baja de los abdominales se


contrae suavemente, produciendo así una presión ascendente de las vísceras
abdominales, que a su vez presionan el diafragma.

[¡Atención!] Para la voz es fundamental que el diafragma ofrezca resistencia a esta


presión, y esto se consigue manteniendo el tórax abierto durante la espiración. Con el
tórax abierto y el diafragma en descenso se logra aumentar la duración de la espiración,
tal y como necesitan el actor y el cantante para la emisión vocal.

Del correcto equilibrio entre el ascenso del suelo pélvico y la resistencia del diafragma
obtenemos la presión imprescindible para un buen mecanismo de las cuerdas y para una
óptima resonancia vocal.

El entrenamiento respiratorio consiste en una secuencia de ejercicios que nos permite


realizar todos estos movimientos sin esfuerzo. Esto se consigue ejercitando la flexibilidad y
tonificando todos los músculos implicados en el mecanismo respiratorio”. (García, p. 110)

Sobre el arte de respirar Alfred Tomatis, en el libro “Foniatría. El oído y la voz” destaca los
siguientes aspectos:

«El arte de respirar

En el ámbito del canto *…+ el arte de la respiración hace funcionar mecanismos bien
específicos. Es necesario aprender a conservar el aire almacenado y darle la mínima salida
posible, como si quisiéramos destilarlo a la salida, destilarlo sónicamente, en cierto modo.
No se trata de llenar excesivamente el tórax; no es necesario tomar el máximo de aire y
proyectarlo acto seguido con presión. Al contrario, hay que saberlo retener y dejarlo salir
regularmente. Cuanto más lenta y regularmente se deja salir el aire, menos tensión
subyacente hay y la laringe trabaja con mayor soltura. Se adapta a las comodidades
faríngeas mientras que éstas se modelan sobre las exigencias de la laringe. Existe
efectivamente todo un complejo físico-acústico laringofaríngeo que hay que respetar para
que pueda modificarse según la demanda, es decir, en función de la tesitura, de la
intensidad, del color deseado, etc.

¿Cómo hacer entonces para distribuir esa respiración con parsimonia? ¿Cómo no dar aire?
¡Parece inconcebible! Es cierto que es imposible emitir un sonido sin dejar pasar aire.
Pero, por otra parte, es necesario pedir al alumno que se decida a cantar reduciendo al
máximo la salida del aire para luchar contra el reflejo que hace que, de manera
sistemática, se proceda a hacer un esfuerzo para hacer una presión torácica.

Habitualmente se enseña que cantar es actuar sobre el efecto de la espiración. Y entonces


se habla de una columna de aire, de una columna de espiración, etc. Cierto, esas
expresiones saliendo de la boca de los más expertos son una realidad. Salvo que esa
columna de aire, esa presión en la espiración, debe hacerse sobre algunos gramos de aire
mientras que, de buena fe, la mayor parte de los cantantes emiten a pleno pulmón.
Desde el punto de vista de ciertas técnicas vocales, ese fenómeno de presión torácica se
vuelve absolutamente necesario y pone en marcha procesos musculares que se
acompañan de un esfuerzo que unos sitúan en el vientre, otros en la parte baja de la
espalda o en las costillas del tórax, y aun algunas veces en la parte retroesternal. Todos
esperan descubrir el último secreto y se adentran por ese camino con entusiasmo, puesto
que la fórmula parece lógica. La laringe se percibe como una embocadura, entonces sólo
cabe forzar para que el sonido salga.

Pues no. Pero entonces, ¿qué hay que hacer? ¡Como de costumbre tomaremos el
problema a la inversa! Soy particularmente aficionado a esa manera de ver las cosas, que
a menudo, realmente, da muy buenos resultados. En efecto, si tropezamos
desesperadamente sin que aparezca la solución, es que es posible que nos hayamos
metido en una vía sin salida. La solución puede estar en las antípodas de un sistema que
cuanto más nos esforcemos en desbloquear más se encerrará.

La columna de sonido

Pero, en ese caso, ¿cómo abordar el problema al revés? Simplemente analizando la


respiración normal. En los casos sin problemas, es decir, en los sujetos que saben respirar
sin que nada se lo impida, la caja torácica aumenta de volumen, se ensancha lentamente a
nivel del vientre, después en la parte baja de las costillas, luego en los costados y
finalmente en la parte alta, en la región subclavicular. Esa inspiración se hace lentamente
de manera relajada y espontánea. Llegados a la costumbre de esa inspiración el gesto
respiratorio parece descansar algunos segundos para dar lugar a una espiración que debe
ser tranquila, sin sobresaltos, con un movimiento más global, como si toda la cavidad
torácica se deshinchara paulatinamente. De ese modo, tanto las partes bajas como las
altas bajan lentamente. Cuando la espiración ha terminado, después de un corto tiempo
de parada, una nueva inspiración le sucede.

Así que nos las vemos con un recipiente expansivo, el tórax en este caso, que se llena de
aire y luego se vacía de nuevo cuando el proceso de llenado se ha efectuado. Pero no
sabemos qué demonios nos lleva a querer almacenar una cantidad de aire hasta el límite
de la elasticidad de la caja torácica. Es evidente que el deseo que motiva esa actitud –
anticuado donde lo haya- es simplemente engendrado por la misma concepción que
pretende que el sonido sólo puede producirse con el paso de aire denso, como un chorro
de agua que intenta alcanzar la máxima distancia. Y bajo esa perspectiva, debemos tener a
nuestra disposición una gran cantidad de aire, la máxima cantidad posible,
evidentemente.
Todo eso es inexacto. Es cierto que hay que “coger” aire, pero de manera cómoda, sin
más. Después hay que saber distribuir ese aire, regulando su suministro con el mínimo de
presión, como para acariciar las cuerdas vocales. En cuanto a ellas, se ponen a vibrar y a
excitar la columna ósea que, a su vez, se pone a cantar.

Conviene, pues, realizar una “columna de sonido”, de sonido resonancial, supra y


subglótica, y no una columna de aire como cuenta la leyenda. Es evidente que la columna
de sonido se superpone a la columna de aire. Es cierto, no lo negamos, que sin columna
de aire no hay ninguna posibilidad de obtener un sonido. Pero una cosa es hablar
esencialmente de columna de aire con todo el conjunto de prejuicios que la acompañan
(el empuje, la presión, el juego de tensiones de las cuerdas vocales, el apretar, etc.) y otra
es hablar de la columna de sonido que implica un estado de relajación, un suministro
tranquilo y mesurado, una constante alerta para evitar las tensiones y reducir las
presiones.

Recordemos una vez más que aquí todo se funda en el esfuerzo de evitar el esfuerzo. A
partir de ahí la respiración se vuelve amplia, iba a decir euforizante, también para el que
escucha. Lleva al cantante a desbloquear el tórax, a llenarlo, a experimentar la alegría de
estar colmado de aire para tener después la posibilidad de destilarlo, de dejarlo salir
según sea necesario.

En realidad, el hecho de cantar y de cantar bien reintroduce el descubrimiento de una


verdadera respiración, tranquila, no estresada, de un verdadero ritmo fisiológico. Es
necesario saber percibir ese ritmo respiratorio a través del canto para tener la
oportunidad de analizar los mecanismos en aras de conservar su memoria más allá de la
frase cantada, dicho de otra manera, en el transcurso de la vida cotidiana.

En esas condiciones el diafragma está “liberado”, es autónomo, no está entorpecido,


como hemos tenido la ocasión de mencionar». (Tomatis, pp. 198-200)

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