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Características
El análisis funcional se caracteriza por estudiar no sólo los hechos sociales que
contribuyen positivamente al sistema social sino también los que pueden ser
funcionales para unos grupos y disfuncionales para otros
Tipo de pensamiento
En la medida en que MERTON asume que las «altas aspiraciones» son una de las
fuentes de la presión anómica está desarrollando una idea que anteriormente
había utilizado DURKHEIM para explicar las tasas de suicidio en la sociedad
europea del siglo XIX. No obstante, existe una diferencia muy importante entre
DURKHEIM y MERTON por lo que hace al origen de las altas aspiraciones.
DURKHEIM considera que la presión hacia la consecución de objetivos ilimitados
es un instinto biológico de la persona que normalmente la sociedad limita
inculcando a la persona otros valores (como el de la cooperación) que le inducen a
limitar sus aspiraciones en función de sus posibilidades. Sólo en periodos de
crisis, en los cuales el individuo no siente que la sociedad le imponga unas
normas, es cuando los impulsos biológicos hacia las altas aspiraciones carecen de
regulación. Esta situación condena a la persona a la perpetua infelicidad y explica
las altas tasas de suicidios en tales periodos que señala DURKHEIM. Como se
advierte, mientras que para DURKHEIM las altas aspiraciones son naturales y
puntuales para MERTON son inducidas culturalmente y permanentes.
Desarrollo
las altas aspiraciones que fija la estructura cultural y sus limitadas oportunidades
lícitas-para alcanzar aquellos fines, parte de una visión demasiado atomizada del
individuo, como si éste sintiera y resolviera los problemas independientemente de
lo que piensan y hacen las personas de su entorno. El joven de clase baja que, en
el ámbito escolar, tiende a identificarse con jóvenes de su propia clase, adoptando
el tipo de vida del chico de barrio, no experimenta un desajuste entre aspiraciones
y oportunidades y por ello la delincuencia no es una respuesta a estos problemas,
Planteos de política Criminal: la Teoría de la anomia coincide que, para bajar los
indicadores de criminalidad debe estarse a una doble posibilidad. O bien se incide
desde el estado en la estructura cultural para que las personas rebajen sus
aspiraciones (y aprendan a vivir con apego a otros códigos que no incluyan el
american way of life, por ejemplo el desarrollo de actividades solidarias), o bien se
incide en la estructura social para que las personas aumenten sus oportunidades.
Los planes de “lucha contra la pobreza” y de “movilización de la juventud”,
llevadas a cabo por Kennedy y Jonson, están influidas por estas ideas, que a su
vez adoptan muchas tesituras de la Escuela de Chicago: tratan de organizar
políticamente el barrio como premisa para la prevención del delito, a la vez que
intentan mejorar las oportunidades educativas y de trabajo de los jóvenes.
Estrategias de Política criminal:
· Ayudar a las personas más carenciadas: Los poderes públicos deben intervenir
para proteger socialmente y para dar oportunidades de formación a las personas
en condiciones de pobreza, pero evitando la dádiva y/o el clientelismo, sino
apuntando a que esa ayuda coadyuve a que esa gente reasuma valores
convencionales de clase media o trabajadora.
La primera; emigrar a los estados unidos para una mejor calidad de vida
La segunda; formar parte del grupo delictivo por la falta de recursos y lo que se
encuentra cerca de ellos
Carteristas
Tipo de pensamiento
Obras
LEMERT (Social Pathology, 1951; Human Deviance, Social Problems and Social
Control, 1967).
Desarrollo
Esto es, las estadísticas nos proporcionan más información del personal y
agencias que procesan los datos que del comportamiento que se está
procesando. Estos «procesos institucionales» o «actividad organizativa» que
define, interpreta y decide qué comportamiento es desviado, son desarrollados por
múltiples personas, desde la persona que denuncia y pone en funcionamiento el
procedimiento hasta las propias instituciones legales. Estas instituciones tienen
tamaño poder de definición y actuación para «construir cifras» porque las
definiciones contenidas en la ley son vagas y las normas que regulan la actuación
de estas instituciones permiten un amplio margen de discrecionalidad. Por ello, los
criterios en base a los cuales se incluye un determinado comportamiento en la
categoría «delito» son criterios legales, pero también están condicionados por
factores ideológicos, condiciones organizativas, intereses corporativos y presiones
políticas.
Consecuencias de política criminal: La crítica que se realiza por los
partidarios del labeling al sistema penal remarca que éste favorece la formación de
identidad de delincuente, pues el proceso penal somete a la persona a un proceso
de visibilidad, diferenciación, y estigmatización del cual muy probablemente la
persona salga asumiendo una nueva identidad de delincuente. Asumida esta
identidad es probable que se relacione con delincuentes y actúe como tal, de
acuerdo a su nuevo rol, favoreciéndose de esta manera la persistencia en su
carrera delictiva. Esto es lo que supone ser etiquetado como delincuente, una
etiqueta que tiene tanta fuerza que borra cualquier otro rol anterior.
Esta crítica se popularizó con la consigna «el sistema penal crea delincuentes», de
la cual se deriva una política criminal caracterizada.
Por otro lado, cuando se critica que la etiqueta crea la desviación (secundaria) se
hace referencia, a nuestro juicio, a la siguiente posibilidad: para los teóricos de la
reacción social el hecho de que la gente te trate como a un delincuente tiene una
importancia crucial en tu futuro comportamiento.
En resumen se hacer referencia es a las personas que han cometido alguna falta
que han cometido algún delito que los exhiba o que los haya privado de la libertad,
y esto lo sufren las personas que han salido del algún centro de readaptación
social donde a pesar de que han cumplido con una pena siguen marcados por la
sociedad y les demuestran un profundo rechazo que los impulse a cometer
nuevamente una conducta delictiva o que la repita, como por ejemplo; una
persona en estado de ebriedad conduzca un automóvil y con este produzca un
choque y cometa el acto de homicidio hacia el otro conductor, es acusado y
condenado al reintegrarse a la sociedad es rechazado por todos incluso familia y
amigos, así que es catalogado por un “asesino” y no tenga oportunidades
laborales y pueda caer en depresión y cometa otros delitos como robo para poder
subsistir. (Pijoan, 2001)
Referencias
José Cid Moliné, E. L. (2001). TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS. En E. L. José Cid Moliné, TEORÍAS
CRIMINOLÓGICAS (págs. 125-150). España : Editorial Bosch, S.A. .