Está en la página 1de 10

RESUMEN DE LA NOVELA: NO QUIERO SER MILLONARIO

Universidad Autónoma de Chiriquí, Facultad de Medicina, Escuela


de medicina, Ética Médica (Med 250), Ismael Aguirre,
Id: 8-982-1674, prof: Carlos Camilo Caballero.

Capítulo I
Mauro Zúñiga Arauz inicia su obra narrando un poco de su infancia y los primeros
años de su vida. Nació en un pequeño caserío llamado bejuquillo, un sitio rural con
unos pocos ranchos de quincha de techos de paja y pisos de tierra donde tenían
un estilo de vida bastante austero, cocinaban en fogones, y hacían sus vidas
domesticas a las orillas de los ríos.
Mauro el autor de la obra, es el menor de sus tres hermano, Pablo y Azael; sus
hermanos mayores salían a montear a diario con su Papa, salían de casa al alba y
llegaban cuando el sol se ponía, sucios y muy agotados. Su hermana María se
quedaba en casa con mama ayudando en los que haceres cotidianos del hogar.
Raulito era un gran amigo de la infancia de mauro, él vivía en otro rancho, eran de
la misma edad y pasaban todo el día jugando, se divertían mucho asustando a los
pajaritos Alrededor del rancho hasta que la hermana de Raulito venía a recogerlo.

Mauro había viajado antes varias veces de bejuquillo a un sitio llamado Ñampí a
visitar a un curandero de la familia llamado Anacleto, pero dicho lugar no tenía
nada que ver con “Tuke”, ese pueblo tan novedoso al que llego por primera vez
con 7 años, donde el papa de mauro había encontrado un nuevo trabajo.
La familia de mauro viajó toda la noche desde bejuquillo hasta llegar a tuke; un
sitio parecido a una ciudad, más urbanizada que el caserío donde mauro nació.
había muchas personas caminando por las calles, casas de mampostería con
techos de zinc, iglesias, tiendas y muchas cosas que nunca había visto antes e
incluso lo aterraban al punto de no querer separarse de su mama, mauro se
asombró al ver los autos que transitaban en las calles por primera vez, a los que
con 7 años y con mucho asombro describía como animales con cuatro ruedas que
bramaban cuando corrían sobre la calle.
Luego de llegar a dicha ciudad, el papa de mauro concreto la oferta de trabajo en
tuke, la condición del nuevo trabajo incomodaba a la familia, ya que el papa de
mauro iba trabajar toda la semana fuera de casa e iría solo los domingos a ver a la
familia, pero su pago diario de un dólar era muy bueno y valía la pena.
Las condiciones económicas de la familia mejoraron, mauro se sentía privilegiado
al comer tantas cosas que nunca había comido, y su madre estaba feliz y sonreía
por primera vez al ver que todo iba mejor.
Cuatro domingos después de que papa se hubiera ido a trabajar a las afueras de
tuke, lejos de casa; Mauro empezó a trabajar con sus hermanos mayores en el
monte con sol o lluvia, y con muchas llagas en sus manos, mientras trabajaba,
pensaba en lo feliz que era jugando con su amigo Raulito. Poco tiempo después
mauro y Raulito se reunían, pero mauro sentía que ya no era lo mismo de antes,
ya que luego de empezar a trabajar a diario; le dijo adiós a su infancia.
Poco después de que su hermana María cumpliera sus quince años, papa le dijo
que en el Rosario una familia necesitaba una empleada doméstica y que pagaban
20 dólares al mes en un sitio llamado El rosario. A maría no le sentó bien la idea
de alejarse de su familia e ir a trabajar, pero un domingo, papa se la llevo a el
rosario, donde entre lágrimas, mama veía a su hija alejarse de casa.

Capítulo II

María luego de pasar por una incómoda travesía en su viaje junto a manolo hasta
llegar a El rosario a casa de Doña Cecilia y Don Ernesto una de las familias más
adineradas de la ciudad, es recibida por gertrudis, la ama de llaves de la casa,
quien al verla se sorprende por el estado físico de maría, la lleva a su habitación,
mientras le dice que como esta no puede presentarla a la patrona; por su ropa de
mal olor y por su aspecto algo desaliñado, su cabello estaba deshecho y plagado
de piojos, la ama de llaves corta y trata su cabello y envía la ropa que traía puesta,
junto a una muda de ropa que traía maría en una bolsa de henequén a quemarla,
luego la llevo al baño de los empleados, donde le mostro como utilizar el baño y
asearse. María luego de salir de la regadera, es recibida fuera del baño por
gertrudis, con unas chancletas desgastadas y un traje usado, mientras esta
ordena quemar la toalla que maría acababa de usar.
Poco tiempo después, cercano a la caída del sol: se hizo la hora de comer, maría
es llevada a la cocina junto al resto de trabajadores de la casa, donde se asombro
al no ver ningún fogón a los que estaba acostumbrada en su hogar, sino que allí
se usaban estufas con quemadores y ollas de materiales relucientes. Se hizo la
hora de comer y mientras lo hacían, gertrudis le enseñaba a maría modales y
cosas que debía y no hacer cuando comía, las cuales maría cumplía en silencio
rotundo, terminada la comida, María fue a su habitación luego de un día tan
abrumador, al darse cuenta que el estilo de vida de su trabajo era muy diferente al
que estaba acostumbrada.
El trabajo de maría empezaba a las 7 de la mañana y se realizaba los 7 días de la
semana y al cabo de 6 meses, tendría 15 días de vacaciones. Consistía en la
limpieza general de la casa a excepción de las habitaciones, también debía limpiar
especialmente el área de invitados, maría aprendió todos sus que haceres y
obligaciones en el hogar, pasaron dos semanas y gertrudis le dio su salario de
diez dólares. Tiempo después María vive una escena muy incomoda y
desagradable al experimentar la llegada inesperada de su periodo menstrual
frente a la patrona Cecilia, quien despectivamente señalo la escena como una
porquería inaceptable y que, de repetirse, despediría a María.
Paso el tiempo y se cumplieron los 6 meses de servicio de maría y despidiéndose
de gertrudis partió a sus vacaciones junto a su Padre y manolo.

Capítulo III
Todos en casa de María estaban muy ansioso de verla, y a su llegada todos se
asombraron al verla tan distinta, su forma de hablar era diferente, su vocabulario
era muy refinado, su cabello era muy distinto, luego de saludar a mama, le entrego
una bolsita llena de dinero, era tanto que a mama le temblaban las manos, nunca
había visto tanto dinero. María además de su aspecto diferente trajo consigo
cosas muy extrañas y costumbres muy raras para su familia, ya que sus vidas
eran muy austeras, describió el sitio donde trabajaba y todos los lujos que allí
había y todo esto era ajeno para todos. Pasaron las vacaciones y maría tenia que
partir nuevamente a El rosario, rutinaria mente pasó 6 meses más y ella regraba a
visitarnos, y todo seguía igual.
Como cada domingo papá llegaba de trabajar a casa, pero todo estaba muy raro,
ya que el empezó a ser cada vez menos constante, había domingos donde no
llegaba y otros donde llegaba y se quedaba poco tiempo y se iba, empezó a ser
cada vez mas extraño y mas distante con nosotros; un domingo llego recogió un
par de cosas en un saco de henequén, y desde ese día, no lo volvimos a ver más.
Meses después, maría llegó a casa con un chico prestable llamado Víctor quien
era jardinero en casa de doña Cecilia donde se conocieron, al parecer era una
persona con la que maría tenía una relación e iban a juntarse,
Con el paso del tiempo, empezamos a notar a mama muy extraña, había perdido
peso, como si se estuviera consumiendo, se veía agotada y muy mal, frustrados,
Mauro y Azael acudieron al curandero Anacleto, quien no puedo hacer mucho.
Ambos hermanos se dispusieron a llevar a su madre a tuke donde luego de
llevarla al centro de salud, unas enfermeras la remitieron a El rosario, donde en el
hospital los médicos le diagnosticaron un shock hemorrágico y que ya era muy
tarde: mama murió, Mientras Víctor y maría trabajaban en los alrededores de
rosario.

Capítulo IV
Mama murió en el hospital de el Rosario, donde tuvimos que dejar su cadáver,
angustiados y sin rumbo, y e busca de la casa de los Fernández donde trabajaba
Víctor y maría caminamos y preguntamos mucho hasta que dimos con ellos, y les
dimos la dolorosa noticia; María pago los gastos funerarios y llevamos a mama a
casa, donde la enterramos. Una vez pasada la tormenta, Víctor le ofreció a Azael
un trabajo junto a el en El rosario, por obvias razones tuve que irme de casa con
mis hermanos, dejar a mama sola en casa fue muy doloroso, dejando nuestra
casa atrás, partimos a El rosario, donde maría me explico todo lo que gertrudis le
enseño a ella, me dijo donde era mi cama, el baño entre otras cosas, Víctor y
maría se encargaron de conseguirme un trabajo y comida.
Un día Sali de mi habitación muy asustado, ya que temía que la patrona Cecilia
me viera y me regañara, a pesar de ello Sali con mucho cuidado a ver afuera y vi
una casa muy grande, donde trabajaban hombres y mujeres de blanco, muy
parecidas a las mujeres que atendían en el centro de salud de tuke, dicho sitio era
la unidad Sanitaria, un centro de salud mas grande que el de tuke. Siempre
pasaba por las afueras de dicho sitio, mas temía mucho entrar, hasta que un día
estaba lloviendo fuerte y me refugie de la lluvia bajo en enorme portal de la unidad
sanitaria, muy temeroso me dispuse a entrar, una enfermera me vio entrar, al
percatarme de su presencia quise salir despavorido, pero ella me dijo que me
quedara y no me mojara que me podría resfriar, tuve una charla muy larga con un
adulto, me pregunto muchas cosas que no entendía, me hablo sobre leer, escribir,
un sitio llamado escuela y otras cosas que no entendía hasta que una persona
llamo a la enfermera y yo aproveche para escabullirme.
Al día siguiente, Víctor me comunico que empezaría a trabajar como peón en una
de las fincas del patrón, mientras trabajaba, iba a la unidad sanitaria unas cuantas
veces a hablar con Antonia, mi amiga enfermera, quien me alentaba a estudiar, a
empezar la escuela, mientras en mi mente testaruda solo pensaba en ser peón y
trabajar como jornalero, pensaba que toda mi familia había nacido para ello, por
ello la idea de estudiar no me convencía del todo, sin embargo ver que las
personas llegaban a ese sitio lleno de hombres y mujeres de blanco, y ver que
llegaban angustiados y salían curado o al menos con rostro de esperanza me
hacia creer que esos hombres de blancos eran superhumanos con la capacidad
de curar que no tenia e resto; un día mientras conversaba con mi amiga Antonia,
uno de los doctores se acercó a nosotros, en ese momento experimente un shock
al ver destellos y rayos invisibles sobre el doctor, fue algo inexplicable, solo me dio
por salir corriendo a casa, tiempo después volví a la unidad sanitaria mas tranquilo
a conversar con Antonia, quien cada vez me hacía soñar, esta vez un colega
doctor se acerco a hablarnos y me animo también a estudiar y así podría llegar a
ser como el algún día, lleno de ánimos me fui a inscribir a la universidad con
Antonia, en la escuela sacaba buenas notas, hacia tarea de noche y dormía poco
pero me acostumbre, al tiempo mi hermana maría sale embarazada y nos tuvimos
que ir de la casa de los Fernández, yo me fui a vivir con un compañero de mi
trabajo, en ese entonces estudiaba y trabajaba a la vez, empezó a leer mucho,
periódicos, obras y un libro que me regalo Antonia “Las mil y una noches” el cual
leí muchas veces.
Un día cuando salía de mi trabajo, mi hermano Azael me esperaba fuera de casa
para darme dos noticias que me dieron muy fuerte, una de ellas era que nuestra
casa en bejuquillo se estaba cayendo a pedazos, mientras me lo decía, recordaba
a mama y lo feliz que éramos, y me sentí muy triste. La otra noticia era sobre
nuestro hermano Pablo, quien había perdido su trabajo y se la pasaba divagando
sin rumbo por las calles de tuke, nuestro hermano había caído en la vida de
perdición, se había vuelto alcohólico y estaba deshecho; a los seis meses Azael
volvió a mi puerta a pedir dinero para enterrar a pablo, le di el poco dinero que
tenía conmigo, tres dólares.

Capitulo V
Una noche mientras cursaba 5to grado, sentí un malestar muy fuerte en el
estómago, no podía dormir bien y no tenia fuerzas para trabajar, pero ausentarme
a mi trabajo no era una opción, ya que a la mínima excusa me podían despedir. A
los días mientras trabajaba con cada machetazo que daba, sentía me Moria por
dentro me puse tan mal que hable con el capataz, quien me dejo sentarme bajo un
árbol hasta que llegara el pick up a las 4 a recogernos, en ese transcurso de
tiempo, caí inconsciente y termine internado un tiempo en el hospital, mi apéndice
se había roto y me había provocado una infección en el abdomen, la infección se
fue hasta la sangre, en pocas palabras casi muero, luego de ser operado y
mejorar un poco le pedí ayuda a Antonia, ya que el doctor me receto reposo y no
podía dejar de trabajar, justo en ese momento se me presento una oportunidad
imposible de desaprovechar, la señora de la limpieza de la unidad sanitaria se iba
a fin de mes y su puesto estaba disponible, la paga era bastante buena, mis
funciones eran abrir la unidad sanitaria a las 7 y cerrarla a las 3 de la tarde,
además de ellos debía ocuparme de la limpieza y mantener el sitio limpio de
cualquier desecho o desperdicio hospitalario, me iba muy bien en dicho trabajo,
me matricule en la secundaria, estudiaba mucho, tomaba notas y rendía
exámenes: de la primaria me gustaba mucho el cuerpo humano y a veces leía
libros de medicina que el doctor tenía en su consultorio.
Mi secundaria fue muy exitosa, y durante esos años me enamore de la medicina
junto al doctor de la unidad sanitaria quien me enseño a suturar heridas y a
ayudarlo en cirugías pequeñas, por lo que el sueño de estudiar medicina en mi era
muy latente, pero no tenia dinero y estudiar mientras trabajaba no era una opción.
Acudí con la señora Cecilia Fernández quien muy despectivamente derramo todas
mis esperanzas diciéndome que nunca lo lograría y que no era capas y con esas
palabras, mi sueño se hizo humo.

Capítulo VI
Nuestro protagonista luego de ver todo en contra, se le presenta otro trabajo como
secretario de un juez, que a pesar de ganar bien; para el era un hacer sin sabor, al
cabo del poco tiempo se harto de el y la idea de estudiar medicina lo atormentaba
a diario, hasta que un día decidido abandonar todo e ir a todo o nada a la facultad
de medicina para ingresar, era difícil pero mauro hizo un examen para acceder a
una beca muy competitiva, la cual pudo adquirir y que a duras penas le alcanzaba
para la renta y sus libros de clase, finalmente pude ingresar a la carrera en la que
los los primeros años fueron algo sencillos, luego todo se puso más exigente, y la
beca empezaba a quedarse corta. Mientras cursaba una materia de fisicoquímica
se me presento una oportunidad irrepetible en la universidad de MIT, la cual
rechacé ya que no era lo que yo quería, mi sueño era curar personas; no
investigar sobre física.

Capitulo VII
Continue mi carrera, tuve que concursar en otra beca para continuar en la
facultad de medicina, participe en el examen y obtuve la beca, y también tuve que
buscar otro trabajo en el restaurante de un compañero de clase.
Conocí al decano de la facultad de medicina con el que tuve una charla de
bienvenida agradable.
Me presente a mi primera clase de laboratorio de anatomía la que por cierto se me
daba muy bien; era bueno en los laboratorios de disecciones. Pasaba el tiempo y
me sentía mas agotado al punto que mi cerebro se había saturado, me tomé un
descanso y fui a visitar a Azael y a su familia, a María y también fui a visitar
bejuquillo o más bien lo que quedaba de él, fui a la tumba de mama y rompí a
llorar y su ausencia era muy dolorosa. Pase unas semanas en tuke donde vivía en
plena libertad, como cuando era niño, esas pequeñas vacaciones em cayeron muy
bien y me sentía muy renovado.
Todo iba bien, llego el tercer año de la cerrera y con ella nos tocaba ir al hospital,
comer un pantalón y dos camisas las cuales lavaba casi a diario, también compré
unos zapatos de segunda y los teñí de blanco; durante mis practicas clínicas las
historias clínicas me atormentaban ya que la primera que hacía no eran las
mejores, sin embargo, fueron mejorando.
Pasaron las clases y necesitaba comprar los instrumentos de hospital, un
esfingomanómetro y el estetoscopio eran increíblemente costosos, por lo que tuve
que avergonzado pedirles un préstamo a unos amigos que Vivian conmigo y que
venían de familias a dineradas, a uno de ellos lo salve de ser asaltado, por lo que
se sentía en eterna deuda conmigo; al día siguiente de pedirles ayuda, ellos me
llevaron a comprar lo que necesitaba y les recordé que se los pagaría cuando
pudiera.
Mi decano tenia un trato especial conmigo, podía sentirlo cada que hablábamos,
por coincidencia, el decano era profesor de cirugía el cual estaba asombrado de
mis habilidades quirúrgicas y yo me sentía muy halagado.
Se acercaba nuestra graduación y a pocos días de la ceremonia, mi decano me
llamó a su despacho, donde me platico sobre la vocación que envuelve nuestras
profesiones y que nada sería perfecto; además de otras cosas los negociados que
existiand a costillas de los pacientes y que fuera cauteloso.
En mi graduación fui medalla como sigma lambda, cosa que para mi no tenia tanto
valor, di mi discurso de agradecimiento y al tiempo la ceremonia culminó.
Fuimos a la fiesta de graduación, donde muchos tragos y desenfreno me dejaron
muy mal en el hospital con cefalea, pero estábamos celebrando; valió la pena.

Capitulo VIII
A las dos semanas de mi graduación, inicié mi primer año de internado obligatorio
en el hospital público donde hice mis rotaciones en cuidados intensivos, allí viví
una experiencia muy dolorosa, me di cuenta que mis libros y la realidad estaban
muy lejos de ser coherentes uno con el otro, sentí mucha impotencia al ver por a
mi primera paciente morir.
Luego un joven arquitecto llego a mis manos con un infarto, con el converse un
poco para calmarlos, se veía estable y tranquilo mientras me platicaba sobre su
novia y sus proyectos de vida y sobre su trabajo, al día siguiente ese joven lleno
de sueños se había esfumado y su novia destruida también se fue con el, ese día
medite mucho sobre la vida y la muerte y aun era incapaz de ser insensible al
dolor ajeno.
Al siguiente mes roté por el cuarto de urgencias donde nuevamente viví otra
escena de impotencia y dolor, un niño que fue atropellado murió en mis brazos y
era incapaz de darle la noticia a su madre que al llegar a mi rogaba por salvar la
vida de su primer hijo.
Seguía mi internado y cada día que me apegaba a mis pacientes era más difícil
hacerme inmune a la muerte y al dolor y era imposible no pensar en ello y mucho
menos en normalizar la muerte; pero no todo era malo salve vidas y no puedo
olvidar aquel niño que entro con asfixia por un mamon chino al cual pude salvar.
Cada día que trabajaba en ese hospital me daba cuenta que todo era muy
deficiente y era un sitio inútil vestido de hospital, yo quería cambiar todo porque
me parecía inadmisible que pacientes murieran por falta de insumos.
Me acerque con el director medico del hospital para expresarle mis inquietudes a
lo que calmadamente me respondió que todo era cuestión de presupuesto y no
podía hacer más. Con momentos amargos y momentos alegres, culmine mi
internado en ese hospital.
Capitulo IX
Mi segundo año de internado lo solicite realizar en el hospital público de El
Rosario, donde estaban mis raíces y mis amigos que me recibieron con mucho
regocijo, allí practicaba una que otra cirugía con supervisión, visite a mis
hermanos, y a la enfermera Marcelina quien nos ayudo con nuestra madre, hice
giras de salud por la comunidad y mientras tanto estudiaba para mi examen de
residencia en el hospital publico de la capital del país.

Capitulo X

También podría gustarte