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RIP: 23: Pag 107 Pag 125 Junio 2020.

ISSN: 2223-3033

Imaginarios y representaciones sociales:


reflexiones conceptuales y una aproximación
a los imaginarios contrapuestos.

Imaginaries and social representations:


conceptual reflections and an approach
to opposing imaginaries.

Imaginários e representacoes conceituais
e uma abordagem de imaginários opostos.

Lidia Girola1
https.://org/0000.00027244-6269

Fecha de recepción: 16/05/2019


Fecha de aceptación: 25/07/2019

RESUMEN

En este artículo se comparan las nociones de imaginarios, representaciones sociales,


mentalidades e ideología. Se propone a los imaginarios sociales como ámbitos de
confrontación entre distintos grupos sociales. Finalmente, se propone un ejemplo re-
ferido a la sociedad mexicana del cual pueden extraerse reflexiones acerca de las for-
mas de contraposición y articulación de los imaginarios en una sociedad determinada.

PALABRAS CLAVE

Imaginarios; representaciones sociales; mentalidades; ideología; imaginarios con-


trapuestos.

ABSTRACT

In this paper we compare the notions of imaginaries, social representations, men-


talities and ideology. Social imaginaries are proposed as areas of confrontation

1 *Departamento de Sociología. Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Ciudad de México.


**Esta es una versión revisada, aumentada y diferentemente articulada de textos anteriores,
ya publicados, que se mencionan en la bibliografía al final. Girola, (2016); Girola, (2018a);
Girola, (2018b). Correo electrónico.: girola.lidia@gmail.com

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between different social groups. Finally, an example is proposed referring to the


Mexican society from which reflections can be extracted about forms of contrast and
articulation of the imaginaries in a given society.

KEY WORDS

Imaginaries; social representations; mentalities; ideology; opposing imaginaries.

RESUMO

Neste artigo, comparamos as nocoes de imaginarios, representacoes sociais, men-


talidades e ideología. Imaginarios sociais sao propostos como áreas de confronto
entre diferentes grupos sociais. Por fin, propoe-se um exemplo referente a socie-
dades mexicana a parti del cual se podem extrair reflexoes sobre as formas de
contraste e articulacao dos imaginarios em uma dada sociedade.

PALAVRAS CHAVE

Imaginarios; representacoes sociais; mentalides; ideología; imaginarios oppostos.

Conflicto de Intereses: La autora declara no tener conflicto de intereses.

1. Introducción mente, de la Teoría del Actor-Red por su con-


cepción de la realidad como una articulación
El interés creciente en las ciencias socia- indisoluble entre lo simbólico y lo material. Mi
les de las últimas décadas por los sujetos, propósito en este texto, es en primer término
la agency o capacidad transformadora de la reflexionar acerca de las nociones de imagi-
acción y su significado surgió como una re- narios y representaciones sociales, que a ve-
acción a los determinismos (funcionalistas, ces se toman separadamente, y en muchas
estructuralistas o marxistas) que habían do- ocasiones de una manera vaga, o abstrusa,
minado el horizonte cultural de las diversas sobre todo en el caso de los imaginarios, y
disciplinas sociales. Esto llevó a los estudio- tratar de diferenciarlas de otras nociones,
sos a investigar sobre los aspectos simbóli- como las de mentalidades e ideología. En
cos de la interacción, los significados y los segundo término, quiero proponer a los ima-
Imaginarios y Representaciones sociales ginarios sociales como ámbitos de confron-
que construyen el entramado socio-semán- tación entre distintos grupos sociales, lo que
tico en el que vivimos. puede dar lugar a conflictos o acuerdos en
la construcción de lo real. Finalmente, voy a
Las investigaciones han tenido por lo general, poner un ejemplo, alejado de la realidad boli-
un enfoque multi, inter y transdisciplinar, por- viana, pero que puede servir para ilustrar por
que reúnen en la mayoría de los casos, apor- qué los imaginarios pueden contraponerse y
taciones de la sociología, la antropología, la coexistir en una misma sociedad.
historia, la psicología social y varias más.
2. Imaginarios sociales / Representa-
Varias perspectivas teóricas han nutrido los ciones sociales
estudios sobre Imaginarios sociales: de ini-
cio, la obra de Cornelius Castoriadis y Gilbert Los imaginarios sociales, así, en plural, son
Durand, han fijado el camino para el estudio esquemas de interpretación de la realidad,
de los imaginarios; pero no sólo ellos, aportes que los seres humanos hemos ido confor-
significativos provienen de la fenomenología; mando a través de los múltiples procesos
también de la teoría de sistemas; y actual- de socialización a los que nos hemos visto

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Imaginarios y representaciones sociales

expuestos, a lo largo de la vida, por formar profundas que nos llevan a esas caracte-
parte de grupos sociales, en una sociedad rizaciones de la realidad. Esos supuestos
determinada. Son los imaginarios, por lo de trasfondo, eso que es inasible, implíci-
tanto, construcciones sociales intersubjeti- to, que es subyacente, y sin embargo que
vas que no son fácilmente detectables, con con cuidado e investigación podemos vis-
respecto a las más variadas dimensiones lumbrar, son los imaginarios sociales. Y son
y objetos del mundo al que pertenecemos. latentes (utilizo ese término a falta de uno
Los imaginarios sociales se van construyen- que mejor explique la naturaleza de los ima-
do en diálogo y en interacción con los otros, ginarios), porque están en la mente de las
y valiéndose de herramientas socialmente personas, pero sólo podemos aprehender-
construidas, como el lenguaje. los cuando se manifiestan en las prácticas,
los discursos, las narraciones y mitos, los
Desde ideas con respecto a la época o tipo artefactos, las representaciones sociales.
de sociedad en la que vivimos, a cuestiones ¿Por qué sostengo que de los imaginarios
históricamente datadas como lo que se en- sociales siempre hay que hablar en plural?
tiende por “modernidad” o ser moderno, o Porque en cada sociedad y momento histó-
ser mexicano o boliviano o chino; qué es lo rico, coexisten una multiplicidad de imagi-
nacional, el pueblo, ser ciudadano; o lo ur- narios, algunos dominantes o hegemónicos,
bano, el campo, los paisajes o el turismo; la otros subalternos, unos más abarcadores
higiene o la virtud; ser maestro, o médico, que otros, muchas veces contrapuestos,
o albañil. Lo peculiar de los imaginarios, es que conllevan en sí, en la medida en que
que son construcciones sociales simbólicas son construcciones sociales simbólicas, es-
latentes, que permiten entender o explicar el quemas jerárquicos, asimetrías de poder,
mundo en el que vivimos o partes de él, que ideas acerca de la realidad, y todos juntos
conforman nuestras expectativas, y nos dan conforman el sustrato o trasfondo mental
alicientes para actuar. que nos permite movernos en el mundo.
Son esquemas de interpretación y al mismo
Creo poder afirmar que son esquemas de tiempo, motores para la acción.
interpretación del mundo no conscientes
(aunque ahora se habla mucho de ellos), La distinción entre imaginarios y representa-
porque cada individuo no las construye ni ciones sociales es importante pero no debie-
adquiere voluntariamente; las personas ran ser conceptos mutuamente excluyentes.
podemos explicar o tratar de definir qué es Son nociones complementarias, ya que es
para nosotros “ser moderno”, ser bolivia- sólo a través de las representaciones (y de
no, o ser indígena, o por qué detestamos los comportamientos) como podemos llegar
o apreciamos a determinada etnia, raza o a descubrir los imaginarios subyacentes. ¿Y
cultura, o lo que suponemos que tiene que qué son las representaciones sociales? Pue-
ser una buena mujer, un buen maestro o un den ser dibujos, mapas mentales, discursos,
buen perro. E incluso podemos poner ejem- imágenes, ideas generales que surgen a
plos con palabras, identificar imágenes, partir de un acervo común de significados
discursos, utilizar estereotipos, resaltar as- con respecto a algo o a alguien, a algún tipo
pectos que consideramos justificatorios de de persona o lugar; forman parte de mitos,
nuestras afirmaciones. Pero lo que no sa- leyendas, prejuicios y estereotipos; pero
bemos (salvo que seamos estudiosos y nos también pueden ser artefactos y dispositivos
dediquemos a ello) son las razones e ideas tecnológicos.

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Que las cabinas telefónicas o los abridores que denominamos imaginarios y son la vía
de latas o las palancas de cambios en los para descubrirlos. Como señala Mari Lily
automóviles estén hechos para ser utiliza- Maric (2018:102), son universos de opinión,
dos con la mano derecha, son un ejemplo constructos socio-cognitivos que permiten
del imaginario que privilegia lo diestro frente ubicarse en las situaciones cotidianas en
a lo siniestro. Y que la palabra diestro signi- las que vivimos. No son espejos de la rea-
fique también, en otra acepción, hábil, mien- lidad, sino una lente que permite percibir la
tras que siniestro signifique también algo realidad de maneras condicionadas social e
tenebroso o infausto, no es casual… ser históricamente, y que permiten clasificar e
zurdo en una sociedad que privilegia a los incluso jerarquizar lo que percibimos.
que utilizan la mano derecha puede ser algo
complicado… Las representaciones sociales también pue-
Las representaciones sociales son formas den ser formas de “naturalizar” situaciones
de conocimiento de sentido común objeti- y significados que las personas aceptan
vadas que se encuentran estrechamente acríticamente, y que expresan concepcio-
relacionadas con las prácticas cotidianas y nes y prejuicios de sentido común, conven-
la acción social. Las representaciones so- cionalmente aceptados por una sociedad
ciales son co-construidas entre los sujetos y o un grupo en un momento determinado,
grupos que comparten un momento histórico y cuya raíz profunda está en los imagina-
y un espacio cultural determinado, y cuyas rios sociales. Como, por ejemplo, en las
prácticas recurrentes consolidan una deter- representaciones estereotipadas de “una
minada idea y valoración del objeto de re- mujer decente” (o sea pura, para casarse)
presentación. Están asociadas al acervo de y “una joven sexy” (o sea para divertirse).
conocimiento a mano del que hablaba Alfred Detrás de esas representaciones están los
Schutz, e implican tipificaciones de sentido imaginarios del patriarcado, del sexismo,
común. Las representaciones sociales son del machismo; que, en última estancia, en
manifestaciones, expresiones, objetivacio- lo profundo de nuestras mentes, remite a
nes, concreciones y especificaciones de los la pureza, lo intocado, frente a lo prohibido,
esquemas de interpretación de la realidad deseable y sucio.

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Imaginarios y representaciones sociales

Si bien muchos investigadores asocian los época determinada. Algunos autores sostie-
imaginarios con lo fantasioso, lo no real, y nen que en la medida en que subyacen a
desde el psicoanálisis, la antropología fi- las relaciones de poder imperantes en cada
losófica y la lingüística las definiciones de sociedad y grupo, y son fundamentos de la
imaginario son por lo general abstractas, legitimación de distintos proyectos y actores
poéticas y confusas, desde una perspec- sociales, es necesario verlos como posibles
tiva sociológica creo que es posible soste- campos de lucha y disputa, a la vez que en
ner que aun perteneciendo al campo de lo cada momento o situación específica, pue-
simbólico y siendo una construcción men- den detectarse imaginarios hegemónicos
tal, los imaginarios son una dimensión de o dominantes e imaginarios subalternos o
lo real. Lo que entendemos por realidad es propios de los sectores dominados. Abilio
una construcción social con diferentes nive- Vergara2 sostiene, en este sentido, que el
les o dimensiones: lo material, lo psíquico, imaginario social se muestra como un factor
lo simbólico. Si bien no negamos que existe efectivo de control de la vida colectiva e indi-
un mundo material del que formamos parte, vidual, es decir, es un factor de ejercicio del
lo que ese mundo significa para cada gru- poder, es un lugar de conflictos y es por ello
po y sociedad en momentos determinados, que uno de los objetivos centrales de quie-
está constituido por los imaginarios, que son nes poseen el poder es ejercer el control de
construidos intersubjetivamente, a través de los imaginarios prevalecientes, tanto en su
las relaciones interpersonales y las prácticas producción como en su difusión. Las repre-
cotidianas recurrentes. Los imaginarios pue- sentaciones que constantemente aparecen
den ser también parte de las aspiraciones de en los medios masivos como las redes so-
los miembros de una sociedad o un grupo, ciales, los periódicos y la televisión, inciden
parte de sus proyecciones hacia el futuro en la formación y cambio de los imaginarios
(se piensa en el carácter utópico de algunos de la gente, y por eso son tan poderosas.
imaginarios), pero básicamente son marcos En muchos casos apelan a nuestras emo-
o esquemas de significación e interpretación ciones y sentimientos más profundos, a los
de la realidad. Los imaginarios son múltiples, prejuicios culturales, y forman opinión, como
diversos, contrapuestos e incluso antagóni- ejemplifican las imágenes que se ven a con-
cos y pueden coexistir en una sociedad o tinuación…

2 Abilio Vergara nació en Perú, pero trabaja


y ha publicado la mayor parte de su obra
en México.

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(Vergara, 2001:13-14) Bronislaw Baczko una sociedad en un determinado momento


dice que una de las funciones de los ima- de su historia, que definen lo que piensan de
ginarios sociales consiste en la organiza- su mundo y caracterizan un estilo de vida;
ción y el dominio del tiempo colectivo sobre así por ejemplo, la mentalidad medieval, la
el plano simbólico. (Baczko, 1991: 30) Los mentalidad ilustrada, que comprenden el
imaginarios sociales se constituyen así en conjunto de los valores y visiones del mun-
motores para la acción. Poder, tiempo e ima- do que caracterizan a una época, y son de
ginarios están en relación permanente en la transformación lenta. Según Jacques Le Goff
vida social. la mentalidad de una época escapa a los
sujetos individuales, porque al referirnos a
3. Mentalidades ella enfatizamos lo que tiene de impersonal,
lo que es compartido por todos; podemos de-
Algo que Vergara plantea y que creo per- cir incluso que la mentalidad es compartida
tinente retomar aquí, es la diferencia entre por las diversas clases de una sociedad, en
imaginarios sociales, mentalidades e ideolo- una época determinada, e incluye interpreta-
gía. Aunque es un tema a debatir, y ahora ciones vulgares, simplificadas, de ideas que
tan sólo voy a mencionar algunos elementos pueden haber sido formuladas por pensado-
que me parecen fundamentales, creo que la res más sofisticados3 que el común de la gen-
distinción entre estas tres manifestaciones te. La mentalidad implica una cierta unidad
de lo simbólico es necesaria. Mi hipótesis de cosmovisión, que incorpora dualidades y
de partida es que en lo simbólico se pueden oposiciones, prejuicios y representaciones
detectar estratos ideacionales de distinto propias del sentido común, son suposiciones
nivel de generalidad y abstracción, que en con un sentido fundamentalmente práctico y
toda sociedad aparecen entremezclados acrítico, porque permiten desenvolverse con
pero que analíticamente se puede intentar una cierta seguridad ontológica en un mundo
diferenciar. que no se cuestiona, que se toma tal como
aparece. La mentalidad es aquello que com-
Las mentalidades pueden ser concebidas, en parten, por ejemplo, dice Le Goff, tanto Julio
su acepción más común y aceptada, como César como todos los legionarios romanos
sinónimo o con contenido similar a las cos- que lo acompañaron en sus campañas, los
movisiones de época, conceptualizaciones senadores romanos, y la gente común de su
e ideaciones comunes a los miembros de época. (Le Goff, 1975)

3 Como los Padres de la Iglesia en el mun-


do medieval.

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Imaginarios y representaciones sociales

que las sostienen suelen hacer proselitis-


mo, buscan imponer su visión de la socie-
dad, e incluso pueden recurrir a métodos
fraudulentos con tal de lograr sus objetivos.
Según Luis Villoro “la ideología es una for-
ma de ocultamiento en que los intereses y
preferencias propios de un grupo social se
disfrazan, al hacerse pasar por intereses y
valores universales, y se vuelven así acep-
tables por todos” (Villoro, 2007:17.18; citado
La misma amplitud y vaguedad de lo que por Vergara, 2015:122)
puede entenderse por mentalidad, ha llevado,
salvo por parte de algunos historiadores, a Es frecuente, en el pensamiento de muchos
dejar hasta cierto punto de lado esta noción. de los autores que tratan el tema, asociar
el concepto de ideología con el de creencia
4. Ideologías errónea, o falsa conciencia o formulaciones
tendenciosas que implican mentiras intere-
Las ideologías, tema que ha ocupado y si- sadas con respecto a la realidad. Sin embar-
gue ocupando miles de páginas de textos go, creo que podemos ampliar y modificar el
de sociología, filosofía y ciencia política y contenido del término si lo asociamos sobre
que no puedo más que simplificar y sinte- todo con programas de acción sustentados
tizar aquí, son ideas que diferentes grupos en visiones del mundo grupales que preten-
sociales tienen acerca de cómo funciona o den imponer su dominio sobre otros grupos
debería funcionar la sociedad, tienen un ca- o sobre el conjunto de la sociedad. Más allá
rácter normativo/prescriptivo, son de menor de si son erróneas o verdaderas, problema
generalidad que las mentalidades y por lo hasta cierto punto irrelevante desde mi pers-
general implican posiciones en las luchas pectiva (¿erróneas o verdaderas para quié-
por el poder y buscan imponer maneras de nes?) lo que importa es su intento de mo-
hacer tanto económicas como políticas y de dificar, legitimar o reforzar una determinada
género al conjunto de la población. situación de dominación en un momento y
una sociedad determinadas.
Si las mentalidades tienen un carácter holís-
tico, impregnante del conjunto de la socie- Por otra parte, existen ideologías “duras” o
dad por su mismo carácter epocal, las ideo- cristalizadas, e ideologías “difusas”. Como
logías se caracterizan por su parcialidad, su ejemplo de una ideología “dura” podríamos
relación con intereses de grupo o partido, y considerar la ideología nazi, o la sustentada
al mismo tiempo, tienen una conexión explí- por el estalinismo en la URSS, o la ideología
cita con programas de acción; las personas racista del Ku Klux Klan.

Una ideología determinada, sobre todo si mundo, de cómo deben ser las relaciones
es “dura”, puede asegurarle a los miembros entre las personas, de cuál es el sentido
de un grupo la coherencia de su visión del de sus vidas, y por lo tanto, orientarlos en

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la vida práctica, ya que define con bastante tico, con las instituciones, con la salud públi-
precisión qué está bien, qué está mal, qué ca, con la educación, con el Estado, de una
es importante y qué no lo es, y cuál es su manera particular, que implica “endogamia
posición en el grupo. (Rouquette, 2009) De- cognitiva” en el sentido de que si se requiere
fine además quienes son los adversarios o que expliquen en qué consiste el machismo,
enemigos (por lo general, una ideología tie- o por qué hablan o actúan como lo hacen,
ne que definir quiénes son “los otros”, los fundamentarán sus opiniones en las opinio-
que no piensan o viven como los miembros nes de otros igualmente machistas, y serán
del grupo ideológico); al interior del grupo de más o menos impenetrables en sus ideas por
pertenencia debe prevalecer el consenso, parte de otros grupos o personas que consi-
mientras que según la lejanía con respecto deren al machismo como una falsa percep-
a sus valores y normas, se definen desvia- ción o meramente como prejuicio. También
ciones, herejías e incluso contra quiénes y implica posiciones políticas determinadas
cómo se debe debatir y en su caso luchar. frente a las cuestiones de género, opciones
La ideología tiene un papel cognitivo, por- por determinados sistemas educativos, esta-
que posibilita el conocimiento del mundo, blecimiento de determinadas relaciones de
de “su” mundo tal como es definido por el dominación intergrupales e intrafamiliares,
grupo; también tiene una función identitaria etcétera. La ideología machista se nutre a
e integradora al promover un sentimiento de su vez, de imaginarios específicos, antiguos,
comunidad entre todos los miembros que incluso de raigambre religiosa, tales como
la comparten, sobre todo en el caso de las la superioridad del hombre sobre la mujer5,
ideologías duras o cerradas, como la nazi. imaginarios jerárquicos de superioridad/infe-
Si bien sobre todo a partir del pensamiento rioridad, fuerte /débil y puede desembocar a
de Marx, la ideología fue vista como “falsa través de representaciones de la mujer como
conciencia”, y la tentación de asociar a la un ser débil e incapaz y por eso inferior, en
ideología con la falsedad aún perdura en las conductas autoritarias.
formulaciones de muchos autores, creo que
las ideologías no debieran ser vistas sólo Siguiendo a Gilbert Durand, prefiero consi-
como falsas o expresando los intereses de derar a las ideologías como “un momento”
un grupo particular, sino que hay que consi- o una configuración o aglutinamiento y ex-
derar que tienen, sobre todo las de carácter presión de ciertos aspectos de imaginarios
difuso, funciones diversas, aparte del ocul- subyacentes, y verlas más como programas
tamiento, en la sociedad. Por ejemplo, si de acción relacionados con intentos de im-
pensamos al machismo como una ideología, poner formas de dominación y maneras de
podemos ver que los y las que lo defienden organizar y ver el mundo social surgidas y
y/o practican 4 ven el mundo, el papel de las sostenidas consciente o inconscientemente
mujeres y su relación con el mundo domés- por grupos determinados, en circunstancias
específicas. Tendrían, desde mi punto de
4 No sólo los hombres pueden ser ma- vista, por su mismo carácter de parcialidad,
chistas, muchas mujeres también lo son, una amplitud y profundidad menor, que los
consciente o inconscientemente, y eso se imaginarios sociales que les dan origen.
ve en la educación que dan a sus hijos:
frases tan comunes como “los hombres Lo que me interesa remarcar aquí, es que
no lloran” “llorar y quejarse es de niñas”, en las construcciones simbólicas hay estra-
“no te quejes, no seas maricón”, “lavar los tos o niveles, de mayor o menor grado de
platos es tarea de mujeres”, dichas a los profundidad y abstracción, si bien todos tie-
hijos varones y “calladita te ves más boni- nen su expresión y objetivación en las prác-
ta”, “no seas machorra” , “no seas brusca,
no te subas a los árboles, que eso es de
niños”, “atiende a tu hermano” (sin espe- 5 En la versión bíblica más conocida, la mu-
rar reciprocidad) dichas a las hijas muje- jer es tan sólo un derivado, una excrecen-
res, por ejemplo. cia, un pedazo del hombre originario.

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Imaginarios y representaciones sociales

ticas. Las representaciones sociales son las poniendo otras formas de sociedad posible,
tipificaciones que organizan las prácticas, y incluso utopías). (Baeza, 2008 y 2015)
éstas se derivan tanto de ideologías de gru-
po como, en su estrato más profundo, de También hay que tener en cuenta que las diver-
imaginarios arraigados en cada sociedad. sas clases y grupos de una sociedad pueden
Las representaciones sociales son, como en un momento determinado, fundamentar su
señalaba anteriormente, formas tipificadas actividad en ideas y expectativas diferentes,
que “naturalizan” situaciones, estereotipos e pueden las personas y los grupos encontrar
imágenes de la realidad, por su propia pre- su razón de ser y sustentar sus emociones y
sencia y recurrencia en las prácticas perso- anhelos en distintos Imaginarios, que operan
nales y de grupo en una sociedad y momen- como supuestos de trasfondo, no conscientes
to determinados. e implícitos, pero que pueden percibirse a tra-
vés de los discursos y representaciones a los
5. Imaginarios sociales contrapuestos que acuden para expresarlos.

La realidad social es producto de una cons- Cada sociedad o grupo constituye como
trucción (mental, colectiva y también mate- Imaginarios un cúmulo de significaciones es-
rial) que los actores sociales realizan a través pecíficas que hacen referencia, entre otras
de sus relaciones, en las cuales intercambian cosas, a lenguajes y esquemas de interpre-
ideas, creencias, informaciones, proyectan y tación, reglas de producción y reproducción
ejecutan acciones, y construyen imágenes y de las instituciones, reglas de lo permitido y
artefactos. Los Imaginarios son construccio- lo prohibido, de lo lícito o ilícito, aspiraciones
nes simbólicas que posibilitan la inteligibili- y expectativas, cosmovisiones y utopías.
dad de la experiencia, como diría Manuel An-
tonio Baeza, y permiten crear, instituir y mo- Según Charles Taylor, los imaginarios socia-
dificar a las sociedades concretas, a la vez les se refieren a los modos en que las perso-
que cada sociedad o grupo constituye como nas imaginan su existencia social, al tipo de
Imaginarios un cúmulo de significaciones es- relaciones que mantienen unos con otros, al
pecíficas que hacen referencia, entre otras tipo de cosas que ocurren entre ellas, a las
cosas, a lenguajes y esquemas de interpre- expectativas que se cumplen habitualmente
tación, reglas de producción y reproducción y a las imágenes e ideas normativas más
de las instituciones, reglas de lo permitido y profundas que subyacen a estas expectati-
lo prohibido, de lo lícito o ilícito, aspiraciones vas. Para Taylor, el imaginario social es la
y expectativas, cosmovisiones y utopías. concepción colectiva que hace posible las
prácticas comunes y un sentimiento amplia-
Son espacios de producción y reproducción mente compartido de legitimidad.
de memoria, prejuicios y creencias y funda-
mentan la economía moral (Thompson, 1984) Armando Silva, un investigador colombiano
y afectiva (Elías, 2016) de una sociedad. pionero en el estudio de los Imaginarios so-
ciales, señala que los Imaginarios sociales
Baeza señala que en cada sociedad existen son también el campo de desarrollo de las
Imaginarios dominantes y dominados, por lo emociones, que se concretizan en las repre-
tanto, para su estudio, hay que considerar sentaciones que las personas tenemos de
sus relaciones con el poder, porque los Ima- los demás y de la sociedad en la que vivimos.
ginarios son espacios de confrontación y lu-
cha por la apropiación de la legitimación sim- De todo esto, lo que voy a retomar en esta
bólica. Son tanto estabilizadores como mo- exposición es el carácter epocal de los Ima-
tivadores del cambio. Conectan el pasado ginarios, sus diferentes niveles o dimensio-
(como historia y como memoria); el presente nes de generalidad, su capacidad de im-
(como propiciadores de acción institucionali- pregnar la vida de las personas brindándoles
zada y/o institucionalizante); y el futuro (pro- la posibilidad de entender el mundo en el que

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viven, y orientar su actividad y las relaciones grupos encontrar su razón de ser y sustentar
con los demás; la profunda imbricación de sus emociones y anhelos en distintos Imagi-
los Imaginarios con el poder en tanto son narios, que operan como supuestos de tras-
percibidos, de manera más o menos cons- fondo, no conscientes e implícitos, pero que
ciente, como vehículos para la obtención de pueden percibirse a través de los discursos
legitimidad; y sobre todo, el hecho de que y representaciones a los que acuden para
son ámbitos de contraposición, de lucha, de expresarlos.
conflicto, entre visiones del mundo, de la so-
ciedad y del momento histórico. En la academia boliviana ya se ha trabajado
esta idea de imaginarios coexistentes y con-
También hay que tener en cuenta que las trapuestos, por ejemplo, en la estética urba-
diversas clases y grupos de una sociedad nística y arquitectónica, que en los trabajos
pueden en un momento determinado, fun- de la Dra. Maric y en los de otros investiga-
damentar su actividad en ideas y expecta- dores se han explicitado claramente.
tivas diferentes, pueden las personas y los

Así que en este texto voy a tomar una época generales que abonarían el debate en cual-
determinada, la década de los años cuaren- quier otra sociedad y momento histórico. Mi
ta del siglo XX, en México, y voy a tratar de hipótesis es que además de la presencia, en
mostrar la presencia de imaginarios conflu- cualquier sociedad y época, de Imaginarios
yentes y contrapuestos, perceptibles en las más o menos hegemónicos a la par de Ima-
acciones, discursos, iconografía, propagan- ginarios más o menos subordinados, existen
da y obras de arte, producidos por distintos Imaginarios contrapuestos, que conviven y
sectores sociales, específicamente las élites se constituyen en ámbitos de confrontación
intelectuales. Quiero aclarar que mi propues- y contraposición e incluso de conflicto, sin
ta no tiene pretensiones de exhaustividad. Ni lograr un claro predominio de unos sobre
son todos los Imaginarios que muestro los otros, pero que en conjunto constituyen el
que estaban presentes, ni los que muestro horizonte simbólico, cultural y aspiracional
abarcan el riquísimo entramado simbólico de esa sociedad en esa época determinada.
del momento. Voy simplemente a ejemplifi- Claro, esto es tema de investigación empíri-
car, a mostrar una serie de ideas, acerca de ca pero a riesgo de pecar de audaz, creo que
la existencia, en una sociedad determinada, las inferencias teóricas se pueden sostener.
en un periodo determinado, de Imaginarios El momento que me propongo analizar, es la
diversos en torno a una misma cuestión: la década de los años cuarenta en México, un
idea de México. Con su red de conceptos momento de gran importancia histórica, por-
asociados: la identidad nacional, lo mexica- que es el momento en que cambia su rumbo,
no, el mexicano. Si bien para mostrar lo que se aleja de los postulados de la Revolución
quiero discutir aquí voy a tomar entonces Mexicana y en el que se sientan las bases
un caso particular, creo que lo que puede de lo que fue conocido como “el milagro
extraerse son conclusiones más o menos mexicano”.

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Imaginarios y representaciones sociales

6. Imaginarios contrapuestos 6.1. Los Imaginarios del indio, de las cultu-


ras prehispánicas y el indigenismo
Para hacerlo, me apoyaré en las representa-
ciones que de México aparecen en distintos Una reconocida antropóloga mexicana, Ali-
medios y tomaré como ejemplo paradigmá- cia Barabas (Barabas, 2000), encuentra
tico a una de las revistas más importantes que fue desde la colonia que se constituyó
de la época, Cuadernos Americanos, que es un imaginario racista sobre los indios, que
una revista fundada a inicios de la década fueron caracterizados como salvajes y bár-
de los cuarenta, donde confluyen actores baros. La barbarie podía ser consecuencia
de diverso origen y orientación, mexicanos de su diferencia y su lengua, y el salvajismo
como el escritor Alfonso Reyes, españoles porque eran seres silvestres, que vivían en
transterrados6 a México como el filósofo espacios no urbanizados, andaban desnu-
José Gaos y las más importantes figuras dos y comían comida cruda o recolectada en
del pensamiento iberoamericano del mo- los campos. Los estereotipos denigratorios
mento; es una revista en la que tienen lugar del indígena se basaban en los estigmas
debates sustantivos y sustanciosos acerca que según los colonizadores les eran pro-
de múltiples problemas: la crisis mundial y pios: idolatría, sacrificio humano, canibalis-
mexicana; los problemas de la identidad; el mo, brujería, poligamia, incesto y sodomía.
papel y el futuro de la cultura. Cuadernos Durante cinco siglos, se consideró que el
Americanos tenía la aspiración de incidir y bárbaro salvaje podía dejar de serlo, parcial-
trascender al ámbito iberoamericano, y en mente, por la conversión religiosa; a partir
los ensayos en sus distintas secciones, en del siglo XIX, podía lograrlo por vía de la ra-
la iconografía presente en sus páginas, y en zón y la educación. Los imaginarios acerca
su publicidad podemos encontrar claras ex- del indio mexicano se modificaron después
presiones de los Imaginarios subyacentes; de la Revolución Mexicana, y se pasó a
también me apoyaré en algunos ejemplos considerarlos como objetos de integración
del cine de la llamada Edad de Oro del cine forzosa, a través de la castellanización. Si
mexicano; todo ello para mostrar el carácter bien se manejó el arquetipo del indio ances-
plural y contrapuesto de los Imaginarios. tral como parte de la identidad nacional, los
millones de indígenas vivos eran un obstá-

6 Según la feliz expresión del filósofo espa-


ñol José Gaos.

117
L. Girola

culo para la unidad y homogeneización de nizador, acerca de que los vicios del carácter
la nación, y una pesada carga económica, y las costumbres de los pueblos nativos los
cultural y política. hacen inferiores, inaceptables para la vida
moderna, y por lo tanto el mejor indio es el
¿Cuál es la situación con respecto al Imagi- indio muerto, o al menos subordinado; por
nario del indio que prevalecía en la época a otra, el Imaginario del indio como “el buen
la que quiero referirme? pueden encontrarse salvaje” de Rousseau, en el que se exaltan
algunos artículos que se refieren a los vicios su pasividad, su falta de ambición, su ca-
de los indios, pero también a su ingenuidad, rácter de “seres de naturaleza” a los que hay
bonhomía y amabilidad. Lewis Hanke (1949) que proteger, y entre otras cosas fotografiar
señala que desde la conquista existieron para tener un registro de sus indumenta-
dos ideas fundantes con respecto a los in- rias y aspecto, antes de que desaparezcan
dios: la de Fray Bartolomé de las Casas (los engullidos por la “civilización” occidental; y
indios son gente sencilla y sin malicia), que finalmente, el Imaginario que encontramos
luchó contra la idea aristotélica de que algu- expresado en la políticas del Instituto Nacio-
nos hombres son por naturaleza esclavos y nal Indigenista fundado en el año de 1948,
que esto podía aplicarse a los indios; y la de que implicó la necesidad de la integración, a
Gonzalo Hernández de Oviedo y Valdés (los través de la castellanización, de los 10 millo-
indios son perezosos, viciosos, melancóli- nes de indígenas, borrando sus costumbres
cos, cobardes, indolentes e ingobernables). y tradiciones7, aunque exaltando las culturas
Incluso un autor extranjero, Norbert Fryd, indígenas ancestrales y sus monumentos
maravilloso fotógrafo, relata su encuentro como Chichen Itzá, Teotihuacán, Monte Al-
con los lacandones, a quienes se refiere bán o Palenque. Era un imaginario que va-
como a “salvajes imberbes, con rasgos mar- lorizaba el patrimonio como monumento, no
cadamente femeninos por su suavidad, des- como costumbres y tradiciones. (A partir de
calzos, con el cabello largo y de color negro los años 70 del siglo XX y sobre todo con
azulado, rostro pálido, amarillo, que vestían el levantamiento del ejército zapatista de li-
una túnica larga, burdamente tejida y sucia beración nacional en 1994, se reivindicó en
pero que eran pacíficos, amables, encan- México el patrimonio de usos y costumbres,
tadores y polígamos y llega a preguntarse pero es una controversia aún no resuelta)
si estos nativos del sureste mexicano, que
para la época tenían poco contacto con la
civilización, no daban muestras de ser mu-
cho más civilizados que los occidentales que
pretendían robarles sus tierras y su madera.
(Fryd,1948)

7 Esta concepción del indigenismo perduró


hasta la década de los años setenta,
cuando se comienzan a aceptar las ideas
del multiculturalismo, y a ver a la sociedad
mexicana como pluriétnica y multicultural,
Y aquí es posible detectar entonces, imagi-
a rescatar las costumbres y tradiciones,
narios contrapuestos coexistentes: por una
y valorar las lenguas indígenas, ya en
parte la antigua idea del conquistador/colo- peligro de extinción por la política anterior.

118
Imaginarios y representaciones sociales

El tema indígena comenzó a tratarse en Mé- cana y en varias de Latinoamérica, pero lo


xico desde la década de los años treinta, con que quiero mostrar aquí son algunos ejem-
Manuel Gamio al frente de diversas institu- plos de ese imaginario.
ciones que llevaron ya en los cuarenta a la
fundación del Instituto Nacional Indigenista. Octavio Paz, el nobel de literatura mexica-
Pero al decir de Guillermo Bonfil, la política no, que antes de publicar en 1950 su obra
nacionalista e indigenista del Estado mexi- El laberinto de la soledad, pre-anunció lo
cano era una propuesta etnocéntrica de in- que en ella iba a tratar en varios artículos
tegración y asimilación de los indígenas, a en Cuadernos Americanos. Paz se hace
quienes se les negaba el derecho de man- eco del pensamiento de otro autor, Samuel
tener sus culturas propias. (Bonfil, 1970). Ramos, que sostenía que el mexicano tenía
Cuadernos Americanos fue uno de los prin- un sentimiento de inferioridad y una instin-
cipales ámbitos para el debate entre los Ima- tiva desconfianza en sus propias capacida-
ginarios divergentes y contrarios, a través de des. Paz dice que el mexicano es un ser
los textos de destacados exponentes. que se encierra y se preserva, tiene una
máscara en el rostro y su sonrisa es una
En estrecha relación con estos Imaginarios máscara de su identidad; y toma su expe-
contrapuestos, aparece en las páginas de riencia en la ciudad norteamericana de Los
Cuadernos Americanos el debate sobre la Ángeles donde en esa época se podía en-
identidad mexicana. contrar al “pachuco”, un mexicano migrado,
furtivo, inquieto, que temía la mirada ajena
6.2. Los imaginarios acerca de la identidad y por eso se disfrazaba, exaltando una es-
del mexicano tética de descuido y fausto, el gusto por los
adornos, la negligencia, la pasión y a la vez,
la reserva.(Paz 1949 y 1950)

Encontramos en la revista Cuadernos Ame-


ricanos varios materiales que sostienen lo
que yo llamo “el imaginario de la carencia”,
y que se basan en ideas que tienen que ver
con lo que supuestamente le falta al mexi- Esta es una imagen del cómico mexicano
cano, a sus características provenientes del Tin Tan, que en su época mostró claramente
mundo indígena, a los mitos en torno al mes- la estética del pachuco, mexicano afincado
tizaje, a sus esfuerzos de blanqueamiento, y en los Estados Unidos que intentaba a tra-
a la imposibilidad de lograr una modernidad vés de la vestimenta y la música, construir
propia, que resulta por lo tanto en una imi- su propia identidad.
tación bizarra de la cultura de las socieda-
des del norte ( Estados Unidos y sobre todo Emilio Uranga, discípulo mexicano de des-
Europa). Este imaginario, el de la carencia y tacados filósofos españoles transterrados
las frustraciones del mestizaje, va a perdurar como José Gaos y del mexicano Leopoldo
durante mucho tiempo en la sociedad mexi- Zea, busca en un artículo titulado “Ensayo

119
L. Girola

de una ontología del mexicano”, sustituir la lo tanto admirado del libro señero de Paz),
idea de la inferioridad del mexicano de Ra- y que consideran a la mexicana (violada,
mos, por la de insuficiencia. El mexicano, “chingada”) una cultura de la imitación, falli-
dice, es caracterológicamente sentimental, da, falsa. Dice Paz que en México conviven
con una fuerte emotividad, inactividad, me- varios niveles históricos (él así los llama)
lancolía, disposición a rumiar interiormente superpuestos y diferentes entre sí (hoy los
todos los acontecimientos de la vida, tiene llamaríamos grupos con intereses, cultura
una fragilidad interior, un desprecio por la e imaginarios divergentes y coexistentes):
vida humana y vive en una constante ace- hay quienes viven antes de la Historia,
chanza de la muerte. otros, como los otomíes (un grupo indíge-
na del centro del país) al margen de ella,
grupos católicos junto con otros jacobinos,
el neo-feudalismo porfirista sirviéndose del
positivismo, una educación socialista en un
país de incipiente capitalismo, etc. Sólo una
minoría de mexicanos tiene consciencia de
sí. Para Paz, la historia de México es la his-
toria del hombre que busca su filiación, su
origen. Uranga dice que el indigenismo es
el último proyecto de justificación inferior.
Como al extranjero le fascina lo indígena,
https://www.youtube.com/watch?v=Saatj7GVEWs el mestizo mexicano mistifica y reivindica lo
indio (no al indio).
El sitio remite a escenas de una película con
Pedro Infante, uno de los íconos del cine Los imaginarios contrapuestos en torno a la
mexicano de la época, donde él canta “La vida Nación, a ser mexicano, contrastan la idea
no vale nada” de México como una sociedad mestiza: ra-
cialmente híbrida, progresivamente blanca,
(Esto se puede remitir al chiste mexicano y culturalmente española y la visión indige-
de un tipo que le pregunta a otro ¿“cómo nista que desde las esferas del gobierno se
te llamas?” y el otro le contesta “Juan”, a lo impulsaba. El imaginario del México mes-
que el primero le dice “te llamabas” mien- tizo implicaba tanto el supuesto valorativo
tras le dispara). El mexicano es desgana- subyacente acerca de la inferioridad del
do (por eso se insta a los niños y jóvenes indígena, como la necesidad del “blanquea-
con un “échale ganas” para que hagan su miento progresivo” ya fuera por la integra-
tarea o lo que tengan que hacer) y Uranga ción forzosa, como por la educación o el as-
dice que esa desgana, el dejar todo para censo social, del cual la educación era un
mañana, es una desgana por no ser otro. El posible motor. La idea del blanqueamiento
mexicano, según Uranga, es huraño, retraí- progresivo la encontramos en una frase co-
do, pronto a defenderse (aquí otro dicho: múnmente escuchada, aún al día de hoy:
“se me hizo fácil”, para justificarse). (Uran- “hay que mejorar la raza”. Y una muestra
ga 1949 y 2013) Los imaginarios presentes del blanqueamiento aspiracional fue la ico-
en todas estas interpretaciones del carácter nografía en los anuncios publicitarios de la
del mexicano, (si es que existe algo así…) época, tanto en los anuncios de productos
muestran un prejuicio con respecto a la pro- considerados como símbolo de la moderni-
pia identidad, denigratorio, homogeneizante dad (una modernidad que en esa década
y reduccionista, que refleja la añoranza de comenzaba a intentar imitar el american
los autores por una identidad “otra”, la del way of life,) como en aquellos cuyo consu-
europeo (el padre violador y potente y por mo garantizaba un alto estatus.

120
Imaginarios y representaciones sociales

Los anuncios de Coca Cola, con personajes zado por muchos autores 8, pero lo que quie-
blancos, rubios, y los de cigarrillos Belmont, ro mostrar aquí son las representaciones de
con elegantes hombres y mujeres saliendo ese Imaginario en ejemplos muy claros en la
del teatro o de la ópera, o jugando al golf, iconografía de la época, no sólo en artículos,
cosas totalmente extrañas para el común de donde se sostiene que México o se desa-
la gente, pero que podían simbolizar el tipo rrolla o se hunde, y se proponen medidas
de vida al que podían aspirar, claro, si con- concretas de política económica como el
sumían dichos productos. aumento de la tributación, el control salarial
y de la paridad monetaria, (Antonio Carrillo
6.3. Imaginarios contrapuestos de la moder- Flores,1948) sino también en imágenes: un
nización y la tradición. anuncio gubernamental que se repite en va-
rios números, muestra a una figura femeni-
Los Imaginarios que quiero mencionar aho- na, alta, delgada, blanca y rubia en actitud
ra son también Imaginarios contrapuestos: de avance, fuerte e impetuosa, enarbolando
el de la modernización, impulsado por el la bandera mexicana.
gobierno y las elites empresariales, que su-
ponía cambios sobre todo en el terreno de la
economía: industrialización, inversiones ex-
trajeras, desarrollo de las industrias extrac-
tivas, consumo; en convivencia y contrapo-
sición con el Imaginario de las tradiciones
como elemento identitario fundamental.

Obviamente, el Imaginario de la moderniza-


ción, qué era, qué se requería y qué impli-
caba entrar en la modernidad, se encuentra
claramente plasmado en los discursos de
8 Por ejemplo en el excelente libro de
los gobernantes de la época, y ha sido anali-
Stephen Niblo (1999)

121
L. Girola

La Patria que va hacia el futuro, no repre- ciones de un futuro dorado: el del alivio de
senta étnico-racialmente a México, sino a las tareas domésticas por la utilización de
la Patria utópica; los que la siguen, presu- aparatos propios del confort moderno, y el
miblemente obreros, campesinos y emplea- estatus en ascenso a través del consumo de
dos (por los instrumentos que portan) son artículos con una pátina novedosa y presti-
también blancos y rubios. En la parte inferior giosa proveniente de su origen extranjero:
derecha, fábricas humeantes, implican que licuadoras, refrigeradores, lavadoras, aspi-
la Patria moderna avanza hacia la industria- radoras. El nuevo México moderno era con-
lización. Los lemas son “Fe en México”, “la fortable, avanzado y blanco.
Patria necesita tu esfuerzo” y el anuncio lo
firma la “Campaña de recuperación econó- Este Imaginario de la modernización se con-
mica de México”. La representación es de trasta fuertemente con el Imaginario del va-
un México que no existe en la época, pero lor de la tradición, sobre todo representado
al que se aspira. En la imagen se mezclan por la familia tradicional, la vida campirana,
entonces dos elementos constitutivos del la inocencia de los personajes y la nostalgia
Imaginario de la modernización: el que aso- de una vida bucólica. Este Imaginario se ob-
cia desarrollo con el avance hacia adelante y serva sobre todo en algunas películas de la
el racista clasista del blanqueamiento de la llamada “Edad de Oro” del cine mexicano,
raza que la modernización permite y favore- también de la década de los años cuarenta.
ce. La imagen parece extraída de los afiches
de la Alemania nazi o del realismo socialista
de la época, pero más allá de eso, queda
claro el mensaje para cualquiera que lo vea:
adelante está el futuro que sólo se ganará
con la industrialización y que traerá conse-
cuencias identitarias evidentes. Los mexi-
canos se industrializarán y con eso, dejarán
de ser morenos, “prietos”. (La palabra prie-
to, utilizada habitualmente en México indica
no carnes apretadas, sino que refiere a una
segunda acepción: algo que es oscuro casi
negro). Lo que implica aspirar a ser lo que no Este es un fotograma de una película en la
se es, y despreciar lo que se es. Este es un que se exalta el ambiente campirano.
conflicto identitario de vieja data en México,
no es un invento del Estado post-revolucio- En la sociedad mexicana, el cine, volunta-
nario, pero lo que impacta es que después riamente o no, ha sido un muestrario de los
de un proceso que implicó la entrada en el diversos conflictos presentes en la realidad,
escenario político de sectores subalternos y ha mostrado también, para quien supiera
indios y mestizos, el imaginario racista aún ver entre líneas, entre una película y otra,
perdure, y no sólo en la década que estoy que los Imaginarios no eran, ni son, homo-
revisando sino hasta la actualidad. géneos, no pueden reducirse a dualidades
mutuamente excluyentes, sino que son es-
El Imaginario de la modernización, sustento pacios de confrontación, donde se juegan
de las políticas gubernamentales de la épo- sentidos, aspiraciones e identidades.
ca, implicaba también cambios profundos en
la vida cotidiana de las incipientes pero en Ana Rosas Mantecón señala que en la lla-
crecimiento, clases medias urbanas. Frente mada época de oro del cine mexicano, en
a una estructura patriarcal, que recluía a las los años cuarenta del siglo XX, la intención
mujeres en su casa, dedicadas a las tareas de muchos cineastas ligados con el proyec-
del hogar, tediosas y pesadas, el Imaginario to nacionalista y modernizador del Estado,
de la modernización nutría las representa- y beneficiarios de los apoyos que el Estado

122
Imaginarios y representaciones sociales

les brindaba, era consolidar la identidad na- justicia del orden social se vuelve el orden
cional. En el cine de la época, es frecuente natural que el héroe del melodrama no sólo
encontrar retratados los problemas de la mo- no intenta subvertir, sino que es al que se
dernización acelerada, pero con una visión acoge al recurrir al orden establecido para
convencional y de moral estrecha: las virtu- solucionar su situación. El cine naturaliza el
des del entorno rural idealizado, frente al vicio orden social y lo utiliza como una especie de
y la perdición posibles en las ciudades, como telón de fondo. Los personajes son inocen-
en el film “Maldita ciudad”. Junto con eso, es tes y pasivos en la asunción de su devenir.
un cine de estereotipos: para el habitante de La heroicidad de las víctimas reside en la
la ciudad, que es el que va al cine, los “otros” aceptación del sufrimiento visto como des-
son los charros (que cantan a la menor pro- tino. El imaginario prevaleciente en muchas
vocación, siempre con pistola al cinto), las de las películas de la época, trae consigo el
“chinas” (bellas y pasivas), los mariachis (que mito de que el amor iguala a los hombres
acompañan al héroe con su música y en sus y rompe las jerarquías sociales. También,
trances amorosos, tomando tequila). las películas presentan estereotipos y guías
de comportamiento (lenguaje, costumbres)
El emigrante de las zonas rurales va a la con los que el público podía identificarse.
ciudad, sufre y se desencanta, y vuelve al Las relaciones de parentesco, la materni-
terruño natal. También en el cine se mues- dad, el adulterio, el trato varonil, la belleza
tran las nuevas concentraciones populares como sinónimo de femineidad, la pobreza
en las llamadas vecindades, donde el perso- sobrellevada con honradez, la riqueza con
naje prototípico es “el peladito”: pobre, mal desgracia. El cine no ofrecía realismo, sino
hablado, pero de buenos sentimientos, cuyo nobles visiones del coraje, de la grandeza
ejemplo clásico es Cantinflas. de la tierra, del machismo y del espíritu fe-
menino, temas todos que han sido tratados
Los Imaginarios en el cine son un compen- por uno de los ensayistas más reconocidos
dio del sentido de la vida en esa época, ya en México: Carlos Monsiváis. El cine de los
que muestran una realidad en proceso de años cuarenta es una muestra del cambio en
cambio, si bien idealizada y retocada, y una los Imaginarios de la Nación: en el periodo
realidad imaginada hacia el futuro. (Rosas posrevolucionario México transitó a una cul-
Mantecón, 1996) tura autodefinida como mestiza, influenciada
por el modo de vida estadounidense, y vivió
Las películas de la época de oro del cine la eclosión de los ideales de modernidad, sin
mexicano “naturalizan” lo que debe ser en- una modernización integral. El cine objetiva
tendido como la esencia de la mexicanidad. en sus representaciones, lo que en el Imagi-
Con esa naturalización se instalan en el ima- nario era noción o abstracción; el cine ampli-
ginario social varias dicotomías maniqueas: fica el Imaginario porque lo instala en las di-
lo rural frente a lo urbano, la inocencia frente ferentes audiencias a las que va dirigido. El
al vicio. Las características del cine de esos cine se constituye en un medio eficaz en el
años, los cuarenta del siglo XX, son el tomar modelado de las identidades, las creencias
a los individuos inmersos en el melodrama y los valores, y es fundamental en la cons-
de la vida, que son arrastrados por las cir- trucción de los nuevos Imaginarios acerca
cunstancias, aunque éstas desemboquen del nuevo país que se intentaba conformar.
a veces en un final feliz. En México, la in- (Silva Escobar, 2011).

123
L. Girola

https://www.youtube.com/watch?v=jSzRO9CUFCQ

El sitio remite a escenas de una película en la que la modernidad entra a una familia,
¡de la mano de un vendedor de aspiradoras!

7. Reflexiones finales y confrontación. Son espacios de lucha que


abonan proyectos, programas y definiciones
Ya para terminar, permítanme retomar algu- identitarias.
nas de las ideas que plantee al comienzo, Los Imaginarios son epocales, o sea, cam-
ya con la pretensión de generalizar ciertas bian con el tiempo, y ayudan al observador
conclusiones: a definir los elementos sustantivos de cada
En todas las sociedades, existen a la vez, momento histórico.
Imaginarios construidos con niveles o di-
mensiones de generalidad diferentes: los Referencias bibliografícas
más abarcadores, como los referidos a las
ideas de Nación, o los relativos a qué se Baczko, B. (1991) Los imaginarios sociales.
entiende como sociedad moderna, o sobre Memorias y esperanzas colectivas. Buenos Ai-
características raciales/étnicas o culturales res: Ediciones Nueva Visión.
propias, o Imaginarios de género (que no
abordé aquí). Otros Imaginarios tienen ám- Baeza, M.A. (2008) Mundo real, mundo ima-
bitos quizá más acotados, por ejemplo, los ginario social. Teoría y Práctica de sociología
profunda. Santiago de Chile: RIR Editores.
Imaginarios urbanos, o rurales, o sobre los
migrantes, o sobre la educación, que están
Baeza, M.A. (2015) Hacer mundo. Significacio-
estrechamente ligados a los primeros pero nes imaginario sociales para constituir socie-
que tienen una especificidad propia. dad. Santiago de Chile: RIR Editores.
Todos los Imaginarios tienen una imbricación
fuerte con el poder, en sus distintas manifes- Barabas, A. (2000) “La construcción del indio
taciones, porque sirven como vehículos de como bárbaro: de la etnografía al indigenismo”.
obtención y mantenimiento de legitimidad, Alteridades, UAM Iztapalapa vol. 10, No. 19,
como fue el caso del Imaginario racista so- pp.9-20.
bre los indios, o el Imaginario modernizador,
que acabo de comentar. Bonfil, G. (1970) “Del indigenismo de la revo-
lución mexicana a la antropología crítica”. en
Los diversos Imaginarios conviven, en estra- Bonfil, G. De eso que llaman antropología mexi-
tos de significación diversos, en cada época cana. México D.F: Nuevo Tiempo, pp.39-65.
y sociedad, y son ámbitos de confluencia
Carrillo flores, A. (1948) “El desarrollo económi-
de interpretaciones pero también son espa-
co de México”. Cuadernos Americanos, año 7,
cios simbólicos de conflicto, contraposición
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