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Mindfulness: La práctica de la

escucha atenta
¿Te ocurre fácilmente que te distraes con facilidad
cuando estás escuchando a otra persona que está
contándote algo o hablándote? ¿Te has perdido la
mitad de la historia o en mitad de la frase?

Esos son síntomas indiscutibles de falta de atención


plena. Nuestra mente tiene la tendencia a distraerse
con facilidad y divaga cuando no estás conectando
con el momento presente con atención profunda.
El Mindfulness constituye una técnica esencial
para cultivar la escucha atenta.

Algunos indicios que pueden indicarte que no estás


realizando una escucha atenta o escucha consciente
son los siguientes:

 No prestar atención al tono de voz de la


persona que nos transmite un mensaje. El
tono de voz en un elemento que aporta un gran
contenido al mensaje, ya que nos va a dar
información sobre las emociones que está teniendo la
persona cuando habla. Es por tanto, muy importante
detectar las emociones que hay parejas al mensaje
que está transmitiendo.

 Meterse en la conversación de la otra


persona, uniendo lo que dice el interlocutor con
algo que nos ha pasado, o nos pasa a nosotros en
nuestra vida.  Con el “yo…” o “a mí…”. En la
escucha activa, la persona seguirá con el tema que la
otra persona le está transmitiendo.

 Las posturas incorrectas a la hora de


escuchar. Una buena gestión postural implica mirar
a los ojos, asentir con frecuencia, sonreír de vez en
cuando al hablar y cuando nos hablan….

 Distracciones con elementos del entorno. Una


buena escucha activa implica la continuidad con el
tema de nuestro interlocutor y con la mirada
centrada en él.

 Realizar respuestas cortas o cortantes, es


contrario a la escucha activa. Significaría meternos
en la conversación de forma brusca incluso a veces,
interrumpiendo al interlocutor, adelantándonos a lo
que va a decir. Así como realizar preguntas
cerradas que impiden que nuestro interlocutor
desarrolle sus ideas.

 Los cambios bruscos de temas, al propuesto por


el interlocutor. Desviar repentinamente de tema para
comenzar con otro que no tiene nada que ver.

 Prejuzgar el mensaje de nuestro


interlocutor. Interpretar su comunicado desde
nuestro punto de vista, en vez de hacerlo desde su
punto de vista. Dirigir la conversación hacia
nuestros intereses, en vez de dejar que nuestro
interlocutor nos revele sus pensamientos.

 Pensar qué vamos a decir cuando nos toque


hablar, en vez de concentrarnos en el discurso de
nuestro interlocutor.

 Reaccionar ante lo que creemos que son ataques


emocionales por parte de nuestro
interlocutor. Tomar a lo personal lo que nos
dicen.
 Realizar una escucha selectiva, prestando
atención sólo a las partes del mensaje que nos
resultan interesantes.

 Sermonear, mandar o reprochar a nuestro


interlocutor.

 Dar lecciones o aconsejar, aludiendo a nuestra


experiencia para indicar lo que es bueno o malo.

 Desaprobar, cuestionar o quitar la razón al


otro.

 Ironizar sobre el tema planteado.

 Subestimar el mensaje que nos están


transmitiendo.

 Quitar importancia a los sentimientos de la


otra persona con expresiones como “no te
preocupes por esa tontería”, “no te pongas así”, etc.

 Contar “nuestra anécdota” cuando el otro está


aún hablando.

 Caer en el “síndrome del experto”: saber lo que


debemos contestar cuando el otro no ha hecho más
que iniciar su relato.a
Desde el Mindfulness una práctica informal que
podemos practicar en nuestra vida cotidiana es
la “escucha atenta”.

Esta práctica del Mindfulness consiste en lo


siguiente:

1. Cuando estés escuchando a tu interlocutor,


comienza por traer tu plena consciencia -
presencia- a ese instante, conecta y ábrete a toda
la experiencia que envuelve a esa comunicación.

2. Al tener la intención de practicar la escucha atenta,


notarás que tu mente se habrá distraído, por lo que
puede ayudarte a mantener tu atención mirar hacia
tu interior, observando qué te dices
(pensamientos), qué sientes (emociones) y qué
experimentas (sensaciones) mientras tu interlocutor
te habla, eventos que hacen que tu mente se aleje de
ese instante. En los momentos en los que percibas
que tu atención se distrae, practica amablemente
volver a traer tu presencia a la
conversación volviendo a realizar una escucha atenta.
3. Te puede ayudar para cultivar tu atención plena en
ese instante conectar de manera profunda con
la otra persona, escuchando lo que cuenta con
total atención, se trata de observar y prestar atención
no sólo a lo que nos cuenta, sino también a su
lenguaje corporal, tono de voz, expresiones,
sentimientos,… logrando sintonizar y fluir con su
conversación.

Puedes practicar a partir de hoy estas indicaciones


que te ofrece Mindfulness para cultivar tu atención
plena en una conversación, la escucha atenta o
escucha consciente.

“La escucha atenta no es tanto una habilidad mental


o un método como una actitud, un estado mental
que combina la concentración y la atención con la
curiosidad y el respeto” – Rebecca Shafir.

Practica y experimenta con Mindfulness.

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