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EL DESAFIO PARA ALCANZAR LA EFICIENCIA RECAUDATORIA

EN EL SISTEMA DE ADMINISTRACIÓN HACENDARIA

“LA INNOVACION TECNOLOGICA”

El siglo XXI, Después de Cristo o también llamado siglo XXI de la Era Común,
es el siglo actual y el primero del III milenio en el calendario gregoriano. Comenzó el
1 de enero de 2001 y terminará el 31 de diciembre de 2100. El siglo XXI se
caracteriza por el avance y expansión de la digitalización y el control de la
información a nivel global, es el parteaguas que desencadeno el desafío para
ingresar con éxito en el avance y expansión digital, lo cual se ha traducido en una
innovación o cambio respecto de los métodos de recaudación tradicional, así como
en el formato de impartición de justicia tradicional, histórico y legendario, el cual se
llegó a utilizar durante todo el Siglo XX. Durante el siglo que nos precede,
podemos considerar que el ministerio fiscal estaba marginado de forma natural
para alcanzar una óptima y confiable recaudación ya que al ser escasas y
prácticamente nulas las herramientas tecnológicas utilizadas, (solo contaban con
calculadoras y máquinas de escribir) los esfuerzos fiscalizadores se enfocaban
primordialmente en cálculos y conciliaciones contable-fiscal, tomando como base
para su auditoria la información documentada y resguardada que le era requerida al
propio contribuyente, lo que para su época era aceptable, pero hoy en día lo
anterior se denota rudimentario y obsoleto.

La otrora subsecretaría de Ingresos como encargada de los ingresos


tributarios nacionales, tuvo dificultades para el cumplimiento de su objetivo,
fundamentalmente por el lazo existente entre la política fiscal de la nación, y la
administración tributaria, siendo imprescindible realizar la separación
correspondiente, lo cual se logra en julio de 1997, con una metamorfosis que a la
fecha se puede considerar cuasi-perfecta, este cambio, transformación,
reorganización o renovación permitió el nacimiento del Sistema de Administración
Tributaria (S.A.T.), dependencia que a la fecha cuenta con un sistema confiable de
información y datos, sus funcionarios se han convertido en especialistas
estratégicos, los que apoyados de la tecnología han logrado un constante
crecimiento en la recaudación tributaria.

El reto de cambio e innovación será cada vez más frecuente y constante en


este caso de lo análogo a lo digital, pero no se tiene porque temer a la evolución ya
que esta transformación anhelada eficientiza y hace más expedita la comunicación y
el interactuar entre los contribuyentes y sus autoridades recaudadoras o fiscales,
quienes a través de los medios tecnológicos continúan incrementando no solo la
recaudación de impuestos, sino a su vez con la impartición de justicia tributaria
sustentada en el decreto emitido de fecha 18 de Julio del 2016 por el cual el
Congreso de la Unión, expide La Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia
Administrativa, que es la autoridad competente en esta materia, se da acceso a los
servicios soportados en medios tecnológicos, otorgando facilidades como lo es la
oficialía de partes común en línea, acceso a procedimiento de Juicio en línea, acceso
a sesiones del pleno, a información como el Boletín Jurisdiccional, al sistema de
consulta temática de tesis y jurisprudencias, todo lo anterior se ha logrado gracias a
la resultante de la disponibilidad y acceso de nuevas tecnologías.

Nos encontramos a pocos días de cumplir el primer aniversario del XXI


Congreso de la Academia Mexicana de Derecho Fiscal, que se llevó a cabo los días
11 y 12 de Noviembre del año próximo pasado, en la que se eligió como tema
central "La implementación de la Innovación Tecnológica en el Derecho Tributario y
la Justicia Fiscal"

Estos dos temas son muestra contundente de la transformación radical e


inminente que se vive en el proceso para hacer cumplir la observancia fiscal, gracias
a los cuales existe una verdadera interacción constante entre el fisco y el
contribuyente, en donde el S.A.T utilizando la recopilación de datos transaccionales
en tiempo real, tiene la capacidad inmediata de analizar la información de los
contribuyentes, lo cual ha dado paso a una nueva era de cumplimiento tributario
que obliga a las personas, sujetos de actos de comercio, empresas etc, a responder
con eficiencia y agilidad respecto de sus obligaciones tributarias y de esta forma
práctica y sencilla la autoridad fiscal o recaudadora incentiva el debido acatamiento
de la norma tributaria, y en consecuencia desincentiva, la corrupción, evasión y
elusión fiscal.

Con la revolución en la innovación tecnológica por parte de la autoridad


fiscal, se obtiene una base de datos en tiempo real, cierta y efectiva, en donde esta
información se traduce en el mejor aliado para garantizar un eficiente ingreso en las
arcas del Estado, dejando atrás a las herramientas como calculadoras y máquinas
de escribir, para pasar a la utilización de sistemas computacionales digitales
modernos, hasta llegar hoy en día a la utilización del sistema de comunicación
electrónico conocido buzón tributario, ubicado en la página de Internet del S.A.T.,
mediante el que las autoridades fiscales llevan a cabo notificaciones de cualquier
acto o resolución administrativa a los contribuyentes, y estos a su vez, pueden
presentar solicitudes o promociones, avisos etc, siendo esta herramienta una
aportación que ha bajado costos públicos y ha permitido una presencia constante
de la autoridad en los ingresos y operaciones de los contribuyentes.

Nuestra autoridad fiscal mexicana ha avanzado en el uso de tecnología, e


inteligencia artificial, somos un país pionero en la introducción de mecanismos de
fiscalización sofisticados y automatizados, como lo es la facturación electrónica
mediante la expedición de los CFDI que son los Comprobantes Fiscales Digitales por
Internet, a los que también se les conoce como factura electrónica. Este
comprobante es digital y debe cumplir con los requisitos establecidos en el art 29-A
del Código Fiscal de la Federación (CFF) para que sea un comprobante válido.

Podemos afirmar que hemos dejado aquel mundo analógico de finales del
siglo XX, que llegamos a presenciar, en donde las facturas o comprobantes de
ingresos eran impresas en papel en una imprenta autorizada por la Secretaria de
Hacienda, se tenían que asentar los datos del cliente, folio (proporcionado por SAT), datos
del impresor, número de autorización, fecha, información del receptor y el concepto por el

cual se estaba entregando la factura para poder deducir impuestos, observábamos que con

estas no había una verdadera legalidad, no había y mucho menos existían


condiciones de Estado para la transparencia y rendición de cuentas, la corrupción,
el fraude, la evasión fiscal y elusión tributaria eran cosa de todos los días, lo cual se
veía como normal, y no existía un temor manifiesto ya que eran situaciones ilegales
difíciles de rastrear, toda vez que los funcionarios debían revisar y conciliar
manualmente los documentos proporcionados por el contribuyente (Facturas,
Estados Financieros, Balanzas etc), pero todo tiene un final y así le llego el suyo a las
facturas tradicionales, gracias a la visión institucional de la Secretaria de Hacienda, a
la profesionalización de sus funcionarios, a la preparación innovación y tecnología
llego la facturación electrónica en el 2005, con este nuevo sistema se generó un
cambio drástico de panorama en la recaudación, el sistema siguió evolucionando y
así en el año 2017, se introdujo la versión 3.3 de los comprobantes fiscales digitales
por internet (CFDI), en el año 2018 se volvió obligatorio el uso del recibo
electrónico de pagos o complemento de pagos, y actualmente en el presente año
2022 entro en vigor la versión 4.0 de los CFDI.

Con trabajo institucional se han cumplido objetivos al interior del SAT, como
lo fue el que se modernizara en los procesos de cumplimiento fiscal a través del
desarrollo de infraestructura tecnológica e innovación, así como consolidar a
funcionarios con experiencia en esta materia y construir una plataforma de servicios
fiscales digitales para acompañar y ayudar a todos los contribuyente a tributar de
manera correcta y eficiente, dándoles mayor certeza en la operatividad de los
sistemas y colaborando en minimizar los riesgos o consecuencias que enfrentan los
contribuyentes ante el incumplimiento de sus obligaciones fiscales como lo pueden
ser la cancelación de sellos digitales, que se traduce en la imposibilidad de facturar,
o bien el impacto en el flujo por devoluciones de IVA derivado de discrepancias
encontradas por la autoridad o que se le impongan multas por documentos
electrónicos (CFDI) emitidos de forma incorrecta.

Nuestro sistema tributario vigente demuestra su efectividad recaudadora, ya


que con este proceder se ha logrado sostener el incremento de su rentabilidad , así
se observa en los informes respecto del primer semestre del presente año 2022, en
el que por cada peso invertido en actos de fiscalización se recuperaron 135.6 pesos, de
acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), lo cual

pone en evidencia la eficacia de la autoridad en la captación de impuestos de los


contribuyentes.

A pesar de los grandes esfuerzos realizados por el SAT, para la gran mayoría
de los contribuyentes resulta necesario ser auxiliados por peritos en la materia
como lo pueden ser los contadores públicos, para poder presentar sus
declaraciones o dar respuesta a notificaciones recibidas a través del buzón
tributario, por lo que resulta incorrecto o falso aseverar que con el sistema vigente
no se requiere contador titulado; es cierto o verdad que el cumplimiento fiscal se ha
simplificado, pero aún existe desconocimiento o dificultad para realizar los trámites,
por lo que sigue siendo un reto para los contribuyentes el capacitarse en esta
materia, mantenerse actualizados y disminuir su carga tributaria, en términos de
tiempo, recursos humanos y por supuesto en el factor económico.

El secreto del cambio es enfocar toda


tu energía no en luchar contra lo viejo, sino
en construir lo nuevo. (Sócrates)

Nuestras autoridades tributarias continuarán innovando y los contribuyente


no podemos rezagarnos o quedarnos atrás en esta reciente era de cumplimiento ya
que será imperativo que edifiquemos en esta nueva era de la digitalización y
tecnología, de la mano de una adaptación y capacitación oportuna respecto de la
actual visión de los procesos, el talento y los sistemas que nos permitan transitar
con éxito en este flamante entorno de cumplimiento fiscal digital.

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