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CIMENTACIONES SUPERFICIALES ESPECIALES: POZOS Y LOSAS

Conference Paper · November 2005

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1 author:

Jose Estaire
Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas
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CIMENTACIONES SUPERFICIALES ESPECIALES
POZOS Y LOSAS

José Estaire
Laboratorio de Geotecnia (CEDEX-Ministerio de Fomento)

Madrid, Mayo de 2005


Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

INDICE

1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................ 1

2. POZOS DE CIMENTACIÓN ....................................................................... 3

2.1. Ideas básicas...................................................................................... 3


2.2. Dimensionamiento como elemento de cimentación....................... 4
2.2.1. Introducción .................................................................................. 4
2.2.2. Teoría del bloque rígido con terreno lateral de tipo granular o
arcilloso normalmente consolidado ............................................................. 5
2.2.3. Teoría del bloque rígido con terreno lateral de tipo arcilloso
preconsolidado.......................................................................................... 11

3. LOSAS DE CIMENTACIÓN...................................................................... 14

3.1. Introducción. Tipología ................................................................... 14


3.2. Casos de utilización......................................................................... 15
3.3. La interacción suelo-estructura...................................................... 17
3.4. Problemática asociada a las cimentaciones por losa en edificios
de gran heterogeneidad de cargas............................................................ 19
3.5. Proyecto de cimentaciones sobre losas........................................ 21
3.6. Dimensionamiento estructural. Coeficiente de balasto................ 23
3.6.1. Introducción ................................................................................ 23
3.6.2. Coeficiente de balasto para placas de 0,30 x 0,30 m2 (K30)........ 24
3.6.3. Coeficiente de balasto para cimentaciones reales...................... 26
3.6.4. Correlaciones con otros parámetros ........................................... 26

I
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

1. INTRODUCCIÓN

Existen numerosos factores que pueden hacer que una cimentación superficial
sea considerada como especial. Entre dichos factores condicionantes pueden
destacarse los siguientes que, como puede comprobarse, tienen orígenes muy
diferentes:

• Cargas no habituales en las estructuras de edificación, como por ejemplo,


las cargas inclinadas con un efecto muy pernicioso en la carga de
hundimiento de las cimentaciones.

• Cercanía de la cimentación superficial respecto de una superficie en talud,


hecho que se produce habitualmente en los estribos de puentes
materializados en forma de cargaderos situados sobre rellenos
estructurales o en apoyos de estructuras a media ladera.

• La propia tipología de las cimentaciones superficiales, entre las que cabe


mencionar, además de las típicas zapatas aisladas, los pozos de
cimentación y las losas.

• Las características peculiares de determinadas estructuras de obras de


carretera, como pasos inferiores, o estructuras portuarias, como diques de
cajones, cuyas cimentaciones superficiales son también peculiares.

• Los terrenos de cimentación pueden presentar características que


requieran un tratamiento diferenciado de la cimentación, como por ejemplo,
terrenos formados por rellenos antrópicos o por materiales expansivos o en
los que se puedan desarrollar cavidades de origen kárstico,
fundamentalmente.

Todos estos factores pueden dar lugar a lo que se puede calificar como
cimentaciones superficiales especiales. Sin embargo, el texto siguiente se
limita a las otras tipologías de cimentación superficial (pozos y losas) que no

1
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

son las zapatas tradicionales ya que su forma de trabajo es conceptualmente


diferente y, por tanto requiere un análisis específico.

El resto de factores anteriormente citados pueden ser analizados mediante las


formulaciones basadas en las teorías clásicas de zapatas, desarrolladas en
otras clases y textos de este mismo curso.

2
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

2. POZOS DE CIMENTACIÓN

2.1. Ideas básicas

Es un tipo de cimentación superficial que se utiliza cuando el terreno apto para


cimentar se encuentra a una profundidad comprendida entre 3 y 5 m. Los
pozos más habituales en edificación son de dos tipos, tal como puede verse en
la figura 1.

Figura 1: Tipos principales de pozos de cimentación

El primero tipo consiste en bajar la cota de zapata hasta alcanzar el nivel del
terreno competente de apoyo, elevando a continuación un plinto de gran rigidez
con el fin de evitar problemas de pandeo. El segundo tipo consiste en construir
la zapata a pequeña profundidad y realizar un relleno de hormigón pobre (H-10)
bajo ella, que transmita las cargas a la profundidad deseada.

Es un sistema de cimentación utilizado con cierta profusión en zonas donde


existen espesores de rellenos antrópicos entre 3 y 5 m. Esta situación se
produce frecuentemente en los desarrollos urbanísticos de expansión de las
grandes ciudades que se asientan en zonas utilizadas antiguamente de
vertederos de escombros, rellenando especialmente vaguadas y pequeños
cauces.

Otro campo de utilización completamente distinto de los pozos es la


cimentación de elementos que transmiten elevados momentos y fuerzas

3
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

horizontales, como es el caso de las torres de comunicación o chimeneas, en


las que la carga horizontal debido fundamentalmente al viento produce un gran
momento en la base de la cimentación.

2.2. Dimensionamiento como elemento de cimentación

2.2.1. Introducción

El dimensionamiento de los pozos como elemento de cimentación que debe


soportar momentos y fuerzas horizontales en la base se suele realizar
aplicando la denominada “teoría del bloque rígido”.

En principio, la forma que tiene la cimentación de resistir las cargas verticales


(P), horizontales (Q) y los momentos (M) depende de las dimensiones del pozo
y de las características del terreno. Para bloques muy rígidos como los
indicados en la figura 2, el equilibrio se logra movilizando un empuje lateral (E1)
en el terreno superior de empotramiento para que la resistencia tangencial en
la base (R) no sea superior al valor máximo que puede dar el rozamiento de la
base del pozo con el terreno.

Figura 2: Esquemas resistentes para el dimensionamiento de pozos de


cimentación

4
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

En estos casos, puesto que la base del pozo no llega a desplazarse


horizontalmente, el giro del bloque se produce alrededor de un eje
perpendicular al plano del dibujo y contenido en el plano de la base, pudiendo
estar dicho punto de giro dentro o fuera de la base.

En el caso c) el empuje lateral E1 movilizado en el terreno para conseguir el


equilibrio de momentos no es suficientemente elevado de tal manera que se
supera el valor de la fuerza de rozamiento en la base y se precisa generar un
contraempuje E2 que sitúa el eje de giro por encima de la base del pozo. Esta
situación supone un caso intermedio entre el pozo como bloque rígido y el
pilote corto. En este último caso, se puede separar el cálculo del pozo en dos
partes: una comprobación de la carga de hundimiento de un pilote frente a un
esfuerzo vertical P y, por otra parte, considerar que tanto el momento M y el
esfuerzo horizontal Q son resistidos lateralmente por el estrato superior I,
actuando el pozo como una pieza rígida con deformación a flexión
despreciable.

El dimensionamiento de los casos a) y b) queda pues recogido en el método de


cálculo del bloque rígido que se expone a continuación.

2.2.2. Teoría del bloque rígido con terreno lateral de tipo granular o arcilloso
normalmente consolidado

Sea un pozo rectangular, como el de la figura 3, de dimensiones L x B en la


base y de altura H.

5
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

Figura 3: Tensiones y movimientos del bloque rígido con Kh variable

La teoría del bloque rígido se sustenta en las siguientes hipótesis:

a.- La fuerza R que se genera en la base del apoyo no debe ser superior al
valor máximo del rozamiento (Rmax) entre la cimentación y el terreno
dado por la siguiente expresión:

Rmax=N. tgδ + L.B.a

siendo N la resultante vertical de las cargas aplicadas, δ el ángulo de


rozamiento entre la base de la cimentación y el terreno, L y B el largo y
el ancho de la base de la cimentación, respectivamente, y “a” la
adherencia en dicha superficie de contacto, valor que en general se
suele despreciar.

b.- Se desprecian las fuerzas verticales de rozamiento que actúan en las


caras frontales del pozo y las fuerzas y momentos de fricción en las
laterales. Además, la cuña de empujes se supone que tiene el ancho del
pozo, sin contar con la reserva de resistencia que supondría considerar
la verdadera forma prismática de la cuña que abarca un mayor volumen
de terreno.

6
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

c.- Se supone en el estrato inferior II un coeficiente de balasto vertical


uniforme de valor Kv. Por su parte, al suponerse formado el estrato
superior I por una arena o por una arcilla normalmente consolidada, se
supone que en dicho estrato superior el valor del coeficiente de balasto
horizontal1 (Kh) presenta una ley de crecimiento lineal con la profundidad.
De esta manera, siendo KH el valor que toma este coeficiente a la
profundidad H, el valor del coeficiente Kh a cualquier profundidad “y” se
determina a partir de la siguiente expresión:
Kh = KH. y/H

Esta hipótesis implica que el cálculo de estabilidad del pozo se realiza en


el campo elástico, por lo que las presiones que se desarrollan en los
laterales y en la base deben tener un coeficiente de seguridad respecto
a la rotura del orden de 2 a 3, según la combinación de hipótesis
realizada.

d.- Al ser el pozo rígido, girar alrededor del punto O del plano de la base y
haber despreciado el rozamiento en la cara lateral, las únicas presiones
que aparecen son normales a la misma, pudiéndose determinar su valor
mediante la siguiente expresión:
P = Kh.x = KH. y/H. (H-y). tg α

Esta expresión representa una parábola con flecha máxima en H/2 y de


valor p1. Como se decía anteriormente, este valor se debe mantener
suficientemente alejado de la presión unitaria pasiva para que sea válido
el comportamiento elástico adoptado.

e.- Se supone que la resultante N cae dentro del núcleo central de la base
(e<L/6), por lo que no aparecen reacciones de tracción en ningún punto

1
El concepto de coeficiente de balasto se expone en un apartado posterior dentro del capítulo
dedicado a las losas de cimentación.

7
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

de la base. La resultante N es la suma de la carga vertical P y del peso


del pozo W.

Con estas hipótesis se puede establecer el equilibrio de fuerzas, suponiéndose


conocidos los siguientes datos:

• Dimensiones del pozo: L x B x H


• Peso del pozo: W
• Cargas en cabeza: P, Q y M
• Características del terreno superior: módulo de balasto horizontal
(KH) a la profundidad H
• Características del terreno inferior: módulo de balasto vertical (Kv)

Las incógnitas a determinar son las siguientes:

• Excentricidad de la resultante en la base (e) que deberá ser


menor que L/6.
• Presión horizontal máxima en el estrato superior que deberá ser
menor que el empuje pasivo admisible.
• Desplazamiento horizontal en superficie que deberá ser menor a
unos 2,5 cm.
• Reacción horizontal en la base del pozo que deberá ser menor a
Rmax.

El ángulo de giro del bloque (α) se puede determinar a partir de la figura 4:

8
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

Figura 4: Leyes de presiones en la base del pozo

∆p 6.N .e
K B.L2 .K v 12.N .e
tgα = v = =
L/2 L/2 B.L3 .K v

Estableciendo el equilibrio de fuerzas se obtiene la siguiente expresión:

2 2 K H 2.H 2 .N .e K H 2.H 2 .η
Q + R = E1 = .B.H . p1 = .B.H . H . .tgα = . = .N .e
3 3 2 2 L3 Kv L3

siendo E1 el volumen de presiones en la cara frontal y η el cociente KH/Kv.

Por otra parte, tomando momentos con relación al punto g, se obtiene:

H H 3 .η  H 3 .η 
M + Q.H = N .e + E1 . = N .e + 3 .N .e.1 + 3 
2 L  L 

Resolviendo las dos ecuaciones anteriores se obtienen las incógnitas del


sistema:

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

 
 
2.H .η 2
M + Q.H  L 3
  1 
R = ( M + Q.H ). 3 3
−Q ;e = . 3 3 
 = e0 . 3 
= e 0 .F
L + H .η N  L + η .H   H 
 1 + η.  
 
 L 
M + Q.H M + Q.H
e0 = ; tgα = ; x max = H .tgα
N  B.L3 B.H 3 
K v . + η. 
 12 12 
η.( M + Q.H ).H
p1 =
 B.L3 B.H 3 
4. + η. 
 12 12 

siendo e0 la excentricidad que tendría la resultante N en la base del pozo si no


se considerase la contribución de la resistencia del terreno lateral superior I. En
el caso de que la excentricidad “e” fuera tal que la resultante quedara fuera del
núcleo central (e>L/6) es aconsejable aumentar las dimensiones del pozo hasta
lograr la condición anterior.

La variable F, indicada anteriormente, representa la parte de excentricidad e0


que resulta absorbida por la base del pozo, mientras que 1-F representa la
parte de e0 absorbida por el terreno lateral. En la figura 5 se han representado
los valores de F en función de la esbeltez del pozo y de η (cociente KH/Kv).

Figura 5: Valores de F en función de la esbeltez y de η (cociente KH/Kv)

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

Puede verse que el efecto de contención lateral del terreno superior es


acusado, aun con estratos muy deformables, siempre que la esbeltez del pozo
sea apreciable. Así por ejemplo, para un pozo de 1x1 m en planta y 4 m de
altura (H/L=4), el estrato lateral absorbe un 85% de la excentricidad e0 si es 10
veces más deformable que el terreno inferior de apoyo de la base (η=0,1) y un
40% si es 100 veces más deformable (η=0,01). También puede apreciarse que,
para pozos más esbeltos, es preciso que el terreno superior sea algo más
rígido para que colabore eficazmente en la resistencia global.

2.2.3. Teoría del bloque rígido con terreno lateral de tipo arcilloso
preconsolidado

En el caso de que el terreno lateral esté constituido por una arcilla


preconsolidada, se suele suponer que el coeficiente de balasto Kh es constante
con la profundidad. En este caso, el giro del pozo produce en la cara frontal del
mismo una ley de presiones lineal, como la que se muestra en la figura 6.

Figura 6: Tensiones y movimientos del bloque rígido con Kh constante

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

Trabajando de la misma manera que en el caso anterior de coeficiente de


balasto variable, al establecer el equilibrio de fuerzas y momentos se obtienen
las siguientes expresiones:

1 1 6.H 2 .η
Q + R = E1 = .B.H . p1 = .B.H .H .K H .tgα = .N .e
2 2 L3

2 4.H 3 .η  L3 + 4.H 3 .η 
M + Q.H = N .e + E1. H = N .e + .N .e = N .e. 
3 L3  L3

Al combinarlas se obtienen las expresiones siguientes de las incógnitas:


 
 
6.H .η 2
M + Q.H  1 
R = ( M + Q.H ). 3 3
−Q;e = . 3 
= e0 .F
L + 4.H .η N  H 
 1 + 4.η.  
 L 
M + Q.H M + Q.H
e0 = ; tgα = ; xmax = H .tgα
N  B.L3 B.H 3 
K v . + 4.η. 
 12 12 
η.( M + Q.H ).H
p1 =
 B.L3 B.H 3 
 + 4.η. 
 12 12 

De forma análoga al caso anterior, en la figura 7 se representan los valores de


la variable F, correspondiente al caso de coeficiente de balasto constante.

Figura 7: Valores de F en función de la esbeltez y de η (cociente KH/Kv)


para Kh constante

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

Como se puede apreciar en la figura anterior, los comentarios realizados


anteriormente son aplicables a este caso, aunque los valores de F son
menores para una misma esbeltez y un mismo valor del cociente η.

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

3. LOSAS DE CIMENTACIÓN

3.1. Introducción. Tipología

La losa de cimentación es una estructura de hormigón armado, plana y


continua que recoge todos los pilares de la estructura cubriendo toda la planta
de la edificación. Comparado este sistema de cimentación con las zapatas, da
lugar a una presión unitaria mínima a costa de una máxima área de
cimentación. La losa, desde este punto de vista, no es más que una zapata de
grandes dimensiones y, como tal, debe satisfacer las exigencias referentes al
coeficiente de seguridad al hundimiento y a las limitaciones de asientos para
que estos no excedan los valores aceptables por la estructura.

Desde el punto de vista de su tipología estructural cabe distinguir los siguientes


tipos: continua uniforme, con refuerzo bajo pilares, con pedestales, con sección
en cajón, nervada y aligerada. En la figura 8 se muestran estos tipos de losas.

Figura 8: Tipos de losas de cimentación

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

3.2. Casos de utilización

Las losas se utilizan como elementos de cimentación cuando el terreno


presenta baja capacidad portante y elevada deformabilidad o tiene
heterogeneidades que hagan prever asientos diferenciales elevados entre los
distintos pilares.

Desde este punto de vista conceptual, las cimentaciones mediante losa


constituyen una solución bastante convencional para conseguir un reparto más
o menos uniforme de tensiones y deformaciones sobre el terreno. En la figura 9
se representa la sección vertical de dos estructuras cimentadas de forma
diferente: una sobre zapatas aisladas y otra sobre losa. Se va a suponer, a
efectos didácticos, que la presión unitaria ejercida por las zapatas y la losa
sobre el terreno es la misma. En la figura también se muestra además la
intensidad y distribución de presiones verticales a varias profundidades por
debajo de la cota de cimentación.

Figura 9: Comparación de asientos y tensiones entre zapatas y losas

Las zapatas de la figura anterior están tan separadas entre sí que cada una de
ellas asienta como si las otras no existieran. Si el terreno fuese homogéneo, las
zapatas asentarían todas prácticamente lo mismo; sin embargo, en la realidad

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

las zapatas asientan de forma irregular debido a que ningún estrato de suelo es
realmente homogéneo. Además, como el bulbo de tensiones sólo afecta a un
estrato relativamente superficial, la distribución de los asientos refleja las
variaciones de compresibilidad del suelo situado dentro de la zona del terreno
afectada por la carga, variaciones que suelen ser erráticas y que no pueden
predecirse mediante ningún medio práctico.

Por el contrario, en una cimentación sobre losa, el bulbo de tensiones se


extiende a una profundidad mucho mayor y, dentro de la misma, las zonas más
compresibles y débiles están distribuidas al azar, de modo que sus efectos
sobre el asiento del área cargada se contrarrestan parcialmente unos con
otros. Por ello, la estructura asienta como si el subsuelo cargado fuese más o
menos homogéneo. El asiento no es necesariamente uniforme, pero adquiere
una forma bastante definida en lugar de la más errática que se puede observar
en las zapatas.

Complementariamente, cuando se han de excavar sótanos, las cimentaciones


mediante losa pueden emplearse para conseguir que la tensión neta
transmitida al terreno sea suficientemente reducida como para que sea
admisible por el terreno y para que los asientos que provoque resulten
reducidos. La tensión o carga neta se entiende, en este contexto, como la
diferencia entre la carga total efectiva transmitida por la estructura y la tensión
efectiva existente inicialmente el nivel de cimentación.

En otras palabras, si el peso del edificio resulta aproximadamente igual al peso


de suelo retirado para la excavación de los sótanos, el terreno situado bajo la
losa no sufre, en teoría, ningún incremento de tensiones verticales, viéndose
sometido tan sólo a un proceso de descarga originado por la excavación y
posteriormente a uno de recarga por la construcción de la estructura. En estas
condiciones, la tensión o carga neta es nula y los asientos previsibles muy
reducidos, al corresponder a un proceso de recarga. Este tipo de
cimentaciones se denomina “cimentaciones compensadas”.

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

3.3. La interacción suelo-estructura

Realizadas las introducciones simplificadas anteriores, se debe hacer hincapié


en que el diseño de una cimentación mediante una losa puede constituir un
problema de gran complejidad en varias circunstancias, como es el caso de la
existencia de cargas muy diferentes procedentes de la estructura o de terrenos
muy heterogéneos. En definitiva no hay que olvidar que, desde el punto de
vista deformacional, es preciso considerar la interacción o el funcionamiento
conjunto de la estructura, la losa y el terreno.

En los casos más simples es los que las cargas de estructura no son muy
diferentes, las solicitaciones en la losa y en el terreno dependen de la rigidez
relativa de ambos. Así, en las figuras 10 y 11 se muestran cualitativamente las
distribuciones tensionales a las que da lugar una misma estructura cimentada
sobre una misma losa, relativamente flexible, en dos terrenos de rigidez
elevada, pero diferente.

Figura 10: Distribución tensional bajo una losa en el caso de un terreno muy
rígido y cargas diferentes de pilares

Figura 11: Distribución tensional bajo una losa en el caso de un terreno


medianamente rígido y cargas diferentes de pilares

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

En el primer caso, la rigidez del terreno es tan elevada que apenas existe
reparto de tensiones. Por su parte, en el segundo caso, al disminuir la rigidez
del terreno se produce un reparto algo mayor.

En un terreno de menor rigidez que los anteriores, se debe tener en cuenta que
una cimentación por losa da lugar a un bulbo de tensiones, entendido como
profundidad afectada por la sobrecarga de la estructura, mayor que en el caso
de las zapatas aisladas, afectando por tanto a capas más profundas del
terreno. Sin embargo, como se apuntaba anteriormente, los puntos débiles del
terreno, que se encuentran distribuidos al azar dentro de la masa del terreno,
se contrarrestan parcialmente unos con otros, de tal manera que la estructura
asienta como si el terreno fuera bastante homogéneo. De esta manera, los
asientos diferenciales en la estructura se reducen de forma importante, tanto
más cuanto las cargas sean más uniformes y la losa y la propia estructura en sí
sean suficientemente rígidas como para repartir las diferencias de carga y
“puentear” esas variaciones locales del terreno. En la figura 12 se muestra
gráficamente este aspecto de la cimentación por losa.

Figura 12: Suavización de asientos producidos debajo en una losa en el caso


de un terreno heterogéneo y cargas diferentes de pilares

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

3.4. Problemática asociada a las cimentaciones por losa en edificios de


gran heterogeneidad de cargas

Como se ha podido apreciar, la filosofía de diseño de una cimentación


mediante losa puede ser relativamente compleja incluso cuando el edificio
presenta una altura más o menos uniforme y, por tanto, las cargas transmitidas
a la losa no difieran en exceso. Este aspecto puede, sin embargo, dificultarse
de forma ostensible en aquellos casos en los que las alturas del edificio que
descansa sobre la losa sean muy diferentes y, por tanto, las cargas
transmitidas también lo sean.

En estos casos, desde un punto de vista general, cabe considerar varias


alternativas, pudiendo analizarse conjuntos de estructura-losa rígidos o
flexibles. Para ilustrar estas ideas, en la figura 13 se recoge la ya clásica
explicación de Terzaghi al respecto que, como puede comprobarse, se basa en
un edifico teórico con una distribución no uniforme de alturas.

Figura 13: Diagrama que ilustra tres métodos distintos para proyectar losas
de cimentación sobre suelos compresibles: a) superestructura muy rígida
que asegura un asentamiento uniforme; b) superestructura flexible capaz de
sufrir grandes deformaciones sin experimentar daños; c) superestructura
flexible en la que la uniformidad del asentamiento se asegura disponiendo
sótanos de una profundidad proporcional al peso de la parte de la estructura
que se construye sobre los mismos.

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

Así, una primera alternativa ante la gran heterogeneidad de cargas sería


disponer de un conjunto de superestructura y losa de gran rigidez. En estas
condiciones, a pesar de la gran diferencia de solicitaciones, la rigidez del
sistema obligaría a la producción de un asiento más o menos uniforme.
Obviamente si no se desea encarecer la estructura, como las cargas superiores
no están distribuidas uniformemente, será la losa el elemento rigidizador, lo que
conlleva absorber momentos flectores muy elevados a costa de un canto de
losa muy grande y un armado intenso. Estos factores pueden llegar a hacer
prohibitiva esta solución desde un punto de vista económico.

La segunda solución de Terzaghi mostrada en la figura anterior corresponde a


una situación opuesta a la anterior. Así, si la estructura y la losa se proyectan
flexibles, la reacción del suelo bajo cada punto de la losa será
aproximadamente proporcional a la carga que actúa sobre el mismo, y los
momentos flectores se reducirán. Sin embargo, teniendo en cuenta que la
distribución de cargas sobre la losa no es uniforme, existirán zonas en las que
la carga neta sea elevada en comparación con otras zonas en las que las
cargas sean pequeñas. Esto hace que inevitablemente aparezcan diferencias
de asientos entre las distintas zonas del edificio. Una posible solución que
puede mitigar las consecuencias de este problema es la disposición de juntas
de construcción entre las zonas con cargas diferentes. En este caso es preciso
un cálculo de asientos para determinar si el asiento diferencial que puede
aparecer excede el límite tolerable por el edificio.

La situación planteada en la solución flexible, siempre en términos relativos,


puede dar lugar a un nuevo problema en el caso de que el asiento diferencial
previsto se considere excesivo. En estas circunstancias existen dos posibles
alternativas: optar por una cimentación sobre pilotes o proyectar sótanos de
distinta profundidad para las diferentes zonas del edificio. Esta última
alternativa corresponde finalmente al tercer caso de la figura anterior, en donde
haciendo uso del concepto de carga o tensión neta antes descrito, la
profundidad de cada sótano se establece de tal manera que el asiento teórico

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

de las diferentes partes del edificio sea igual, para asegurar, de esta manera
que el asiento diferencial sea admisible por la estructura.

3.5. Proyecto de cimentaciones sobre losas

Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, en este apartado se


pretende resumir los pasos necesarios que hay que tener en cuenta en el
proyecto de una cimentación mediante losa.

El primer paso del proyecto de la cimentación de un edificio sobre losa es la


determinación de la presión unitaria media transmitida al suelo por la losa,
mediante el cociente entre el peso total efectivo del edificio y la superficie total
de la losa.

El segundo paso consiste en determinar la carga admisible del terreno de


cimentación mediante la utilización de las expresiones polinómicas recogidas
en las diferentes normativas existentes, basadas todas ellas en las
formulaciones debidas a Terzaghi y posteriormente complementadas por
Brinch y Hansen.

En el caso de que la presión unitaria media sea superior a la carga admisible


del terreno de cimentación, lo único que se puede hacer generalmente es
realizar una excavación mayor, que disminuya la carga neta. Esta mayor
excavación implica la ejecución de un número mayor de sótanos.

Una vez comprobado que la presión media es inferior a la carga admisible de


cimentación del terreno, se deben calcular las fuerzas que actúan sobre la losa,
con objeto de establecer su dimensionamiento estructural. Esta operación es
sencilla si el edificio presenta una altura uniforme y, por tanto, la carga
transmitida a la losa también lo es. Sin embargo, en aquellos casos en los que
las alturas del edificio que descansa sobre la losa sean muy diferentes se
plantea la elección entre proyectar una losa rígida o una losa flexible.

21
Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

Si la losa a proyectar es rígida y la carga total neta es reducida, la estructura


sufrirá asientos pequeños y uniformes, aun cuando la reacción del suelo en la
base de la losa rígida sea muy grande. Sin embargo, como las cargas
superiores no están distribuidas uniformemente, la losa se encuentra sometida
a unos momentos flectores muy elevados, que obligan a un canto de losa
grande y a un armado bastante intenso. Ambos factores pueden llegar a hacer
prohibitiva esta solución, desde el punto de vista económico.

Por el contrario, si la losa es flexible, la reacción del suelo en cada una de las
partes de la losa es aproximadamente igual a la carga que actúa sobre la
misma y los momentos flectores suelen ser reducidos. Sin embargo, teniendo
en cuenta que la distribución de cargas sobre la losa no es uniforme, existirán
zonas en las que la carga neta sea bastante elevada en comparación con las
zonas con cargas pequeñas. Esto hace que inevitablemente aparezcan
diferencias de asientos relevantes entre las distintas zonas del edificio. Una
posible solución que puede mitigar las consecuencias de este problema es la
disposición de juntas de construcción entre las zonas con cargas diferentes. En
este caso se debe realizar un cálculo de asientos para determinar si el asiento
diferencial que puede aparecer excede el límite máximo tolerable por el edificio.

Esta situación plantea un nuevo problema ya que si el asiento diferencial es


excesivo, existen dos posibles alternativas: establecer una cimentación sobre
pilotes o proyectar sótanos de distinta profundidad para las diferentes zonas del
edificio. La profundidad de cada sótano debe establecerse de manera que el
asiento teórico de las diferentes partes del edificio sea igual, para asegurar, de
esta manera, que el asiento diferencial será admisible por la estructura.

El último paso del proyecto que excede del ámbito competencial del
especialista geotécnico es el dimensionamiento estructural de la losa como
pieza de hormigón armado sometido a un sistema de cargas procedentes de la
estructura y de las reacciones del terreno, aspecto que se comenta en el
apartado siguiente.

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

3.6. Dimensionamiento estructural. Coeficiente de balasto

3.6.1. Introducción

Como se decía anteriormente, independientemente del cálculo geotécnico se


debe abordar en el proyecto el dimensionamiento de la losa como elemento
estructural. Este elemento estructural debe ser capaz de soportar los esfuerzos
mecánicos, fundamentalmente en forma de momentos flectores y esfuerzos
cortantes, derivados de la aplicación de las cargas procedentes de la estructura
y de las reacciones del terreno.

La resolución de este problema es de gran complejidad pero, con objeto de


poder desarrollar soluciones prácticas, este problema se resuelve
habitualmente acudiendo a las formulaciones derivadas del espacio elástico de
Winkler. En estos modelos, utilizados profusamente por los programas
comerciales para el dimensionamiento de las armaduras de las losas, se
sustituye el terreno por un conjunto de muelles cuya constante elástica se pide
al especialista geotécnico.

Este hecho es el que ha llevado a la necesidad de determinar el valor de dicha


constante elástica que, en términos de la ingeniería geotécnica, se conoce con
el nombre de coeficiente de balasto.

El coeficiente de balasto se puede definir como la razón entre la carga aplicada


en una superficie y el asiento producido. Esto hace que el coeficiente de
balasto para una pequeña superficie cargada sobre un terreno homogéneo se
pueda deducir directamente de la pendiente de la curva presión-asiento en un
ensayo de carga con placa, tal como puede verse en la figura 14.

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

Figura 14: Curvas presión-asiento en ensayos de carga con placa

Sin embargo, al aumentar la superficie cargada los asientos serán mayores


para la misma presión ya que la carga afecta a un mayor volumen de terreno y,
por tanto, el valor del coeficiente de balasto (K) disminuirá.

Este hecho plantea el problema de que el coeficiente de balasto no es una


constante del terreno, sino que depende del nivel de presiones alcanzado y de
las dimensiones del área cargada. Existe, por tanto, una clara desventaja frente
a los modelos elásticos, ya que los parámetros deformacionales básicos
(módulo de deformabilidad E y coeficiente de Poisson ν) constituyen
características intrínsecas del terreno, independientes del área cargada. A
pesar de ello, como se decía anteriormente, la sencillez de las formulaciones
en el espacio de Winkler y su utilización en el dimensionamiento estructural de
las losas, como piezas de hormigón armado en el que se sustituye el terreno
por un conjunto de muelles de constante elástica igual al coeficiente de balasto,
ha llevado a la necesidad de determinar el valor de dicho coeficiente por parte
del especialista geotécnico.

3.6.2. Coeficiente de balasto para placas de 0,30 x 0,30 m2 (K30)

Como se decía anteriormente, la forma más usual de determinar


empíricamente el coeficiente de balasto es mediante un ensayo de carga con

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Cimentaciones superficiales especiales José Estaire

placa, en el que habitualmente la placa es una plancha cuadrada de 30 cm de


lado.

Los primeros valores estimativos, recogidos en la Tabla I, fueron dados por


Terzaghi en 1955. Por su parte, en la Tabla II se han recogido otros valores
citados en la literatura por diversos autores. Hay que hacer constar que, en el
caso de suelos arcillosos, tiene gran importancia la consolidación por lo que la
relación presión-asiento de deducirse de ensayos en los que la aplicación de la
carga es suficientemente lenta para que no se produzcan sobrepresiones
intersticiales elevadas.

TABLA I: VALORES DE K30 PROPUESTOS POR TERZAGHI


TIPO DE SUELO K30 (kg/cm3)

Arena seca o húmeda


Suelta 0,65 – 1,90 (1,3)
Media 1,90 – 9,60 (4,0)
Compacta 9,60 – 32,0 (16,0)
Arena sumergida
Suelta (0,80)
Media (2,50)
Compacta (10,0)
Arcilla
Qu = 100 – 200 kPa 1,60 – 3,20 (2,5)
Qu = 200 – 400 kPa 3,20 – 6,4 (5,0)
Qu > 400 kPa > 6,4 (10,0)
Nota. Entre paréntesis, los valores medios propuestos

TABLA II: VALORES DE K30 PROPUESTOS POR DIVERSOS AUTORES


TIPO DE SUELO K30 (kg/cm3)

Arena fina de playa 1,0 – 1,5


Arena floja, seca o húmeda 1,0 – 3,0
Arena media, seca o húmeda 3,0 – 9,0
Arena compacta, seca o húmeda 9,0 – 20,0
Gravilla arenosa floja 4,0 – 8,0
Gravilla arenosa compacta 9,0 – 25,0
Grava arenosa floja 7,0 – 12,0
Grava arenosa compacta 12,0 – 30,0
Margas arcillosas 20,0 – 40,0
Rocas blandas o algo alteradas 30,0 – 500
Rocas sanas 800 – 30.000

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3.6.3. Coeficiente de balasto para cimentaciones reales

Para zapatas cuadradas de ancho b, Terzaghi sugirió extrapolar los valores


K30, definidos anteriormente, mediante las expresiones siguientes:

0,30
K = K 30 . para suelos cohesivos
b ( m)

2
 b + 0,30 
K = K 30 .  para suelos granulares
 2.b 

Por su parte, para zapatas rectangulares de anchura b y longitud l, el


coeficiente de balasto (K´) se puede determinar mediante la siguiente
expresión:

2  b 
K ´= .K .1 + 
3  2.l 

3.6.4. Correlaciones con otros parámetros

Entre las numerosas correlaciones propuestas pueden destacarse las


siguientes en función de los parámetros elásticos del terreno (módulo de
deformación Es y coeficiente de Poisson µ) y del hormigón (Eh).

a.- Correlación de Vesic & Barden:

1 / 12
0,65.Es  Es .b 4 
K= .  (Vesic & Barden)
b.(1 − ν 2 )  Eh .I 

0,65.Es
K= para zapatas corridas (l / b > 10)
b.(1 − ν 2 )

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b.- Correlación de Woinowski-Krieger

1/ 3
2,15  Es4 
K= . 
canto de losa  Eh 

c.- Correlación de Vogt

Es
C arg a circular de area A : K = 1,392.
A
Es
C arg a rec tan gular bxl : K = 1,330. 3
l.b 2

d.- Correlación de Kogler & Scheiding

• Para carga de gran extensión sobre un estrato compresible de


Es
espesor H: K =
H
• Para carga en faja de ancho b
2 Es E
K= ≈ s
 H b
b. log1 + 2. 
 b
• Para carga cuadrada de lado l o circulares de diámetro l
Es 1 + 2 H
K= .
l π

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