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BIOGRAFÍA

Militar y político venezolano, nacido en Capacho el 12 de octubre de 1858 y muerto


en Santurce (Puerto Rico) el 4 de diciembre de 1924.

Hijo de Carmelo Castro y de Pelagia Ruiz, en su pueblo natal realizó sus primeros
estudios, que completó en el Colegio Seminario de Pamplona, en el que ingresó en 1872
(Colombia), donde tomó contacto con el movimiento liberal colombiano. Poco más tarde,
en 1873, abandonó la carrera eclesiástica y fijó su residencia en San Cristóbal.

En 1876 se opuso a la candidatura del general Francisco Alvarado a la presidencia


del estado de Táchira, iniciando de este modo su carrera política. Dos años más tarde
participó en la toma de San Cristóbal junto a un grupo de autonomistas que se oponía a la
autoridad presidencial. En 1884, a causa de un incidente personal, fue encarcelado en San
Cristóbal; logró fugarse seis meses después y se refugió en Cúcuta. En esta localidad
conoció a su futura esposa, Zoila Rosa Martínez.

En junio de 1886 regresó al Táchira, junto a los ejércitos invasores de los generales
Segundo Prato, Buenaventura Macabeo Maldonado y Carlos Rangel Garbiras, de nuevo
enarbolando los valores autonomistas, esta vez frente al general Espíritu Santo Morales.
Tras lograr la derrota del mencionado general, fue ascendido a general; a partir de este
momento se destacó en la vida política del Gran Estado de los Andes. Por estas fechas
conoció a Juan Vicente Gómez.

En 1888, bajo la presidencia del Gran Estado de los Andes de Carlos Rangel
Garbiras, Castro se convirtió en gobernador de la sección de Táchira. Dos años más tarde
se hizo cargo de la Comandancia de Armas y poco después fue elegido Diputado al
Congreso Nacional.

Como diputado, se vinculó al entorno del presidente Raimundo Andueza Palacio.


Junto con su amigo Juan Vicente Gómez organizó un ejército para hacer frente a la
Revolución Legalista. Realizó entonces una brillante campaña militar que sólo el imparable
empuje de Joaquín Crespo logró detener. Triunfante la Revolución, Castro marchó exiliado
a Colombia, a una finca en las cercanías de Cúcuta, donde permaneció entre 1892 y 1899.
Desde el exilio fue testigo de la descomposición del liberalismo, y llevó a cabo una activa
campaña tendente a desacreditar al Gobierno a la vez que le presentaba a él mismo como
una posible solución a la crisis nacional.

En 1898, el partido castrista se movilizó en busca de mayores apoyos con vistas a


las elecciones a la Presidencia del estado. Este partido se convirtió entonces en el Comité
revolucionario. A principios de 1899, Castro organizó un movimiento revolucionario, la
denominada Revolución Liberal Restauradora, con la colaboración de Juan Vicente Gómez
y de los oficiales: Manuel Antonio Pulido, Froilán Prato, Emilio Fernández, Régulo Olivares
y Santiago Briceño Ayesterán. Al ejército castristas se le sumaron las tropas del general
José Manuel Hernández. La revolución comenzó el 23 de mayo de 1899 y, tras una serie
de brillantes y rápidas acciones militares, el 14 de septiembre de ese mismo año, Castro
logró que el presidente Andrade abandonase el país. El 22 de octubre, los revolucionarios
entraron en Caracas y nombraron a Castro primer magistrado de la República, cargo que
ocupó hasta diciembre de 1908. Fue a lo largo de esta campaña cuando Castro se ganó el
apelativo de El Cabito.
Una vez en el poder, Castro mantuvo en el gobierno a varios de los ministros de
Andrade e incorporó al mismo al ex presidente Raimundo Andueza Palacio; esto supuso
una traición al espíritu de la Revolución, reflejado en su propio lema: "Nuevos hombres,
nuevas ideas, nuevos procedimientos".

Lo más destacado del gobierno de Castro, caracterizado por la arbitrariedad, fue el


control que éste ejerció sobre diversos levantamientos armados que pretendieron
destituirlo; el más importante fue la denominada Revolución Libertadora, pero también
debió hacer frente a los conflictos que sostuvo contra Inglaterra, Alemania e Italia, cuyas
armadas bloqueó en los puertos venezolanos entre diciembre de 1902 y febrero del año
siguiente. También a él se debe el liquidar los centros regionales de poder político, poniendo
las bases a un futuro poder autoritario y centralizador. No pudo evitar Castro que se
produjese la escisión entre sus partidarios, así como el deterioro moral de su gobierno.

Debido a una débil salud, minada por todo tipo de excesos, en 1908 marchó a
Alemania para someterse a una complicada operación quirúrgica. Dejó al frente del
ejecutivo al vicepresidente, Juan Vicente Gómez, que aprovechó las circunstancias para
protagonizar un golpe de Estado el 19 de diciembre.

Enterado de los acontecimientos en su estancia europea, intentó regresar al país,


pero Estados unidos, Francia, Gran Bretaña y Holanda, resentidos por la política del
expresidente, se negaron a que éste regresara a Venezuela.

En los años siguientes, Castro residió en Madrid (España), París (Francia) y Santa
Cruz de Tenerife (España), hasta que en 1812 intentó viajar a Estados Unidos, donde fue
detenido. Al año siguiente se estableció en Santurce (Puerto Rico), donde permaneció
hasta su muerte.

En 1917, agentes del gobierno norteamericano buscaron el acercamiento al ex


presidente, ya que los Estados Unidos estaban disgustados por la actitud venezolana en la
Primera Guerra Mundial y trataban ahora de recolocar a Castro al frente del Gobierno.
Cipriano se negó a colaborar con los Estados Unidos.

En 5 de diciembre de 1924, Cipriano Castro falleció. Fue enterrado en Puerto Rico;


el 25 de mayo de 1975 sus restos fueron repatriados a Venezuela.

PRESIDENCIA DE CIPRIANO CASTRO

El gobierno de Cipriano Castro marcaría el comienzo del período que se denomina


la “Hegemonía Andina” ya que desde 1899 a 1945 quienes estarían en el gobierno serían
personas nacidas en los Andes venezolanos.

Su gobierno inicia bajo el lema “Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos


procedimientos”, ya que buscaba la manera de unir las distintas fracciones enfrentadas de
los liberales.

La conformación de su primer gabinete muestra esta intención, ya que participaron


en él los ex presidentes Raimundo Andueza Palacio, Juan Pablo Rojas Paúl y varios
generales que formaban parte del Partido Liberal.
Dentro de las características más sobresalientes del gobierno de Cipriano Castro
nos encontramos con que en el país comenzó una importante actividad intelectual. Un
ejemplo de ello es el surgimiento de una multitud de novelistas como Tulio Febres Cordero,
Pedro César Dominici, Luis María Urbaneja Achelpohl, entre muchos otros.

Hablando de las obras y logros de Cipriano Castro tenemos que realizó la


construcción de varias edificaciones de gran importancia y repercusión como por ejemplo
el Teatro Nacional, la Escuela Militar, la Academia Militar, entre muchos otros.

A su misma vez se construyeron varias vías de comunicación, entre las que


podemos mencionarte la Avenida Castro del Paraíso en Caracas, el puente Tononó en la
ciudad de Barquisimeto y el puerto Cristóbal Colón ubicado en Macuro.

Con respecto a los aspectos económicos de su presidencia no la tuvo nada fácil ya


que el precio del principal producto de exportación, el café, había bajado en los mercados
extranjeros. Esto tuvo como consecuencia que las exportaciones se desplomaran como
nunca antes.

Sin embargo, a mediados de su mandato comenzó a cambiar favorablemente la


situación económica, debido a que desde 1904 empezó a subir el precio del café y a
aumentar las exportaciones.

Ahora bien, el área que se vio más beneficiada fue el de la ganadería. Imagínate
que para 1906 las exportaciones de ganado llegaron a ser las mayores que había tenido el
país en su historia.

Todo esto en conjunto, le permitió tener mayores ingresos al gobierno y por supuesto
el mejoramiento en diversas ramas de la administración pública. Por otro lado, modernizó
el armamento del ejército e introdujo fusiles de alta categoría.

CIPRIANO CASTRO ANTE EL BLOQUEO DE LAS COSTAS VENEZOLANAS EN 1902

No conforme con el intento de derrocarlo, Cipriano Castro tuvo que enfrentar el más
grave y serio conflicto internacional que ha tenido Venezuela: el bloqueo naval de sus
costas.

Este enfrentamiento tuvo su origen en las deudas contraídas por la Nación


venezolana con los países extranjeros. En 1900, esta deuda llegaba a 190 millones de
bolívares.

Esto tuvo como consecuencia que en el año de 1902 se produjera una intervención
de Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y los Estados Unidos. Las dos primeras,
establecieron un bloqueo de las costas venezolanas con las que reclamaban el pago
inmediato de la deuda. La justificación del bloqueo fue el cobro de deudas que
tenía Venezuela con empresas de los países antes mencionados. El presidente Castro se
negó a pagar las deudas externas y los supuestos daños sufridos por los ciudadanos
europeos en las recientes guerras civiles venezolanas.
Esta situación hizo que Castro enfrentara el conflicto con energía y sin vacilaciones.
Una prueba de ello es que lanzó una proclama de gran impacto que sería: “¡La planta
insolente del extranjero ha profanado el suelo sagrado de la Patria!”.

La agresión de estas potencias extranjeras levantó una ola de indignación el país y


se produjeron manifestaciones por parte del pueblo a los agresores y de apoyo al gobierno.
La situación llegó a estar tan tensa que las delegaciones de Alemania e Inglaterra en
Caracas fueron apedreadas y desvalijadas por completo.

A medida que pasaba el tiempo, este conflicto se hacía cada vez más y más fuerte.
Por ejemplo, los agresores bombardearon y desembarcaron en el castillo de Puerto
Cabello. No conforme con esto forzaron la entrada al lago de Maracaibo y atacaron el
castillo de San Carlos.

La comunidad internacional estaba aterrada con lo que estaba sucediendo en


Venezuela, por lo que el presidente estadounidense Teodoro Roosevelt propuso un
arbitraje para que se resolviera esta disputa.

Aunque al principio el presidente Castro no apoyaba esta idea, finalmente la aceptó.


Es así como este conflicto llega a su fin en enero de 1903, cuando se firma los Protocolos
de Washington. Ahora bien ¿Qué estipulaba estos acuerdos?, pues que Venezuela debía
cancelar de inmediato las deudas contraídas y que de una forma progresiva los buques que
bloqueaban las costas del país se irían yendo.

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