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Huellas y rastros de los

mamíferos de la
Península Ibérica

C Alfonso Balmorí, quirópteros


C Juancho Herrero, oso
C José V. Turón, micromamíferos y cráneos
C Benjamín Sanz, resto
Las fotos de pies y manos de turón, ardilla y meloncillo han sido cedidas (siento no recordar los
nombres de los compañeros)
Zaragoza 2002

Editor: Librería Felix de Azara


Benjamín Sanz
Juan José Lorente 51-53
50007 Zaragoza
976 56-5404
2 QUIRÓTEROS

RASTROS Y SEÑALES EN QUIRÓPTEROS

Alfonso Balmorí Martínez


2 Quirópteros: murciélagos
Antes de entrar de lleno con los rastros y señales de murciélagos, aprenderemos sus costumbres y modo
de vida, lo que nos ayudará a entenderlos y conocerlos mejor. Estos interesantes animales tienen unas
cuantas peculiaridades que no comparten con los demás mamíferos, por lo que ofrecemos una breve
introducción al grupo.

2.1 Características generales de los murciélagos


La palabra quirópteros significa "manos aladas". Si nos fijamos en las alas de los murciélagos (ver foto)
se puede apreciar perfectamente cómo los dedos de la mano, que están muy desarrollados, recorren la
membrana del patagio actuando como sostén para el vuelo, por ello se dice de los murciélagos que
"vuelan con sus manos". El dedo pulgar es el único que queda libre, ya que tiene una función de tracción
para desplazarse arrastrándose sobre substratos sólidos: ya sean paredes, suelo o techos como veremos
más adelante.
Dos quintas partes de las especies actuales de mamíferos son murciélagos. Con casi un millar de especies
vivientes, son el segundo grupo más numeroso después de los Roedores y forman las agrupaciones más
grandes conocidas de animales de sangre caliente.
Los murciélagos se distribuyen por todo el planeta, exceptuando los casquetes polares, islas alejadas de
los continentes y zonas de alta montaña. Además, han colonizado todo tipo de hábitats adaptándose a muy
diferentes ambientes.
Todas las especies del continente europeo pertenecen al suborden Microchiroptera y su alimentación es
exclusivamente insectívora.
Su característica diferencial es la capacidad para el vuelo, única dentro de los mamíferos. Pero además,
los quirópteros tienen otras muchas adaptaciones y singularidades como resultado de su peculiar modo de
vida.

2.2 Alimentación
Los murciélagos insectívoros poseen varias adaptaciones relacionadas con su régimen de alimentación. El
vuelo ocasiona un gran gasto energético, asociado a una elevada actividad metabólica, lo que les obliga a
ingerir diariamente entre un cuarto y un tercio de su propio peso. Además, como los insectos son un
recurso muy variable, deben aprovisionarse para los días de mal tiempo que no podrán comer. En los
periodo de gestación y lactancia, las hembras necesitan comer más todavía (incluso la mitad de su peso
cada noche). Con la llegada del invierno los insectos dejan de estar activos, manteniéndose en estado
letárgico o desapareciendo y dejando la siguiente generación de huevos que eclosionarán con la llegada
del buen tiempo. En esta fase del ciclo anual los murciélagos prácticamente no pueden alimentarse, por lo
que tienen que hibernar o migrar.

2.3 Ciclo de vida

Hibernación
Los quirópteros están sujetos a un ciclo anual, determinado fundamentalmente por la temperatura que
incide en la abundancia de alimento. El hecho de alimentarse de insectos cuya disponibilidad manifiesta
una acusada estacionalidad, les obliga a sincronizar su ciclo biológico con las variaciones de abundancia y
fluctuaciones poblacionales que experimenta la entomofauna que constituye su dieta (puede haber 100
veces más insectos una noche que la siguiente dependiendo del viento, precipitaciones etc.).
Suelen permanecer activos sólo durante la primavera y verano (abril-octubre), aunque depende mucho de
la latitud ya que en el sur (mitad inferior de la Península) continúan activos la mayor parte del año.
Durante los meses fríos del invierno pasan por el periodo de hibernación, reduciendo sus constantes
vitales para impedir un gasto energético excesivo, ya que no podrán alimentarse hasta el comienzo de la
primavera siguiente. La hibernación es la entrada en un estado de letargo que se produce cuando la
disponibilidad de alimento es insuficiente para mantener la actividad vital normal. Los murciélagos
reducen entonces su gasto energético y metabolismo basal al mínimo, permaneciendo varios meses sin
alimentarse. Su ritmo cardíaco disminuye por debajo de 10 latidos/minuto, mientras que la frecuencia
respiratoria llega a ser de sólo tres o cuatro inspiraciones por minuto. Allí los murciélagos permanecen
inmóviles reduciendo su temperatura corporal hasta situarse 1 ó 2 grados por encima de la temperatura
ambiente (2-5oC).
Debemos de tener siempre presente que cuando hablamos de murciélagos no debemos generalizar ya que
siempre hay excepciones, teniendo en cuenta el gran número de especies existentes. La hibernación tiene
lugar en refugios tranquilos, caracterizados por unas condiciones bastante uniformes de temperatura y
humedad. La diferencia entre el letargo de los murciélagos y el de los animales de "sangre fría" (anfibios
y reptiles), es que éstos últimos dependen para su termorregulación de la temperatura del ambiente,
mientras los murciélagos pueden elevar el calor de su cuerpo independientemente de la temperatura
ambiental si las circunstancias lo requieren, aunque ello conlleva un gran gasto metabólico. De todas
formas en las áreas no demasiado frías y en condiciones de buena temperatura, suelen interrumpir su
hibernación y salen algunas noches durante más o menos tiempo en plena época invernal. Esto sucede
especialmente con las especies que pasan el invierno en refugios poco profundos, menos aislados y más
sometidos a las variaciones de temperatura asociadas a las diferentes situaciones climáticas. Los
murciélagos del interior de las ciudades, donde el rigor del invierno se suaviza respecto al campo abierto,
salen con cierta frecuencia a cazar o beber agua incluso en las épocas más frías.
Mientras transcurre este profundo sueño, los rinolofos, que permanecen colgados del techo, envuelven su
cuerpo con las alas como si fuera una capa para mejorar su regulación térmica. Varias especies, como los
murciélagos ribereños y otros, se refugian en fisuras en íntimo contacto con la piedra. Con frecuencia,
dependiendo de la ubicación del refugio, tras un tiempo hibernando, se suelen formar pequeñas gotitas
sobre los pelos y patagio (membrana alar), como resultado de la condensación de la elevada humedad
ambiental (ver fotografía).
Peculiaridades reproductoras
Las especies de nuestra fauna son muy longevas, pudiendo vivir más de 30 años, aunque la expectativa
media de vida se mantiene entre los 4 o 5 años lo que denota una elevada mortalidad juvenil. Como su
longevidad es alta, siguen una estrategia de renovación baja (estrategas de la K en ecología): la mayoría
de las especies tienen una sola cría o excepcionalmente dos al año. Pueden aparearse en su primer otoño
(a los cuatro/cinco meses de vida), aunque el murciélago grande de herradura tarda más en alcanzar la
madurez sexual, apareándose a partir de su tercer o cuarto año de existencia.
En la época estival se reproducen y amamantan a la siguiente generación. Esta etapa tiene lugar en las
colonias de cría, normalmente diferentes a las de hibernación, y en el caso de especies migradoras, a
bastante distancia de éstas. Para criar suelen elegir los lugares más calientes de los refugios como
mecanismo de ahorro energético. Generalmente, las colonias de cría están formadas únicamente por
hembras, aunque algunos machos suelen rondar por los alrededores (a una distancia prudencial, ya que se
trata de un matriarcado en toda regla). Los individuos masculinos suelen llevar en esta época una
existencia más solitaria, aunque los nóctulos se reúnen en grupos o colonias de machos.
Exceptuando almurciélago rabudo el apareamiento se produce en otoño y conlleva el reencuentro de
ambos sexos que han estado separados durante la cría. Con frecuencia tiene lugar en refugios especiales,
desplazándose posteriormente a los refugios invernales. Algunos también copulan en invierno, cuando se
despiertan interrumpiendo brevemente la larga hibernación. (ver foto).
La gestación no se inicia hasta la primavera siguiente. Tienen una reproducción retardada, en función de
la asincronía que se da entre la espermatogénesis (producción de espermatozoides) de los machos y la
ovulación de las hembras: Éstas almacenan el esperma en unos receptáculos seminales durante el
invierno, hasta que en la primavera siguiente ovulan y tiene lugar la fecundación. A partir de ese
momento el embrión comienza a crecer para completar su desarrollo. Una excepción a lo comentado la
protagoniza el Murciélago de cueva, especie en la cual, tras la cópula, se produce la fecundación, pero el
crecimiento del embrión queda suspendido durante el invierno hasta que se inicien las condiciones
propicias con buen tiempo, por lo que el resultado final es similar a las demás especies mediante un
mecanismo biológico diferente. El murciélago rabudo realiza las copulas principalmente en primavera,
por lo que según parece no tiene mecanismos de reproducción diferida.
La duración del período de gestación varía entre 35 y 50 días en función de las especies, la edad de los
individuos, la latitud que consideremos y, sobre todo, de las condiciones climáticas y la abundancia de
alimento asociada.
Como en otras especies de mamíferos, los jóvenes nacen indefensos y sin pelo, pudiendo en esta época
ser transportados por la madre (ver foto). Para ello las crías se agarran fuertemente con la boca al pezón
de su progenitora y viajan situados ventralmente a ella.
Las hembras en la fase de la lactancia, tienen que reforzar su alimentación y para ello dejan a las crías
reunidas al cargo de unas pocas madres, es lo que se conoce como "jardines de infancia" o "guarderías".
(ver foto). Por esta razón los partos coinciden con los "picos de alimento" (épocas en las que la
abundancia de insectos es mayor). Malas condiciones meteorológicas en épocas sensibles como ésta, en la
que necesitan una alimentación abundante y continua, pueden ocasionar la pérdida de generaciones
enteras: en caso de no poder alimentar a las crías, las abandonan, produciéndose en algunas ocasiones
grandes mortandades.
Las colonias de cría pueden tener un gran número (miles de individuos) en algunas especies, y ello suele
ser característico de cada una (ver tabla con número aprox. de hembras reproductoras). Los alrededores de
las colonias de cría, al menos para las especies que vuelan y cazan a corta distancia de los refugios, deben
ser ricas en insectos y por lo tanto suelen situarse en hábitat bien conservados. Dado que se trata de una
etapa delicada en la que los murciélagos buscan lugares con mucha tranquilidad, se deben evitar las
molestias a toda costa.

Ritmo diario
Además del ciclo estacional, los murciélagos están sujetos a un ritmo diario reduciendo su temperatura
durante la fase de reposo diurno y entrando en actividad con la llegada del crepúsculo. Es lo que se
conoce como “sopor diurno”, que no llega a ser tan profundo como la hibernación, pero durante el cual
reducen bastante sus constantes vitales, necesitando un periodo de “precalentamiento” antes de volar.
Al atardecer ocupan el nicho ecológico dejado por las aves insectívoras y comienzan a cazar gracias a la
ecolocación, sistema visual-auditivo que se asemeja a un sonar. Los hábitos generales son crepusculares y
nocturnos con dos máximos de actividad tras el anochecer y antes de amanecer, que pueden durar algunas
horas y varían con las especies, la época y las necesidades alimenticias.

Movimientos migratorios
Igual que nosotros nos movemos en vacaciones buscando el sol, ellos se desplazan buscando el sustento,
pero con algunas diferencias: no echan humo, comen lo que encuentran a su paso (en el campo, no en
restaurantes) y sus viajes son obligados por las circunstancias (no de placer).
Algunos murciélagos igual que las aves, se desplazan a los cuarteles de invernada donde las condiciones
climatológicas les permiten disponer de alimento en la época más fría. La migración a zonas templadas es
también un método de alargar el período activo hasta almacenar la suficiente grasa para afrontar la
hibernación en latitudes donde el invierno es más corto y suave. Por esta razón la migración y la
hibernación muchas veces se complementan y se suceden en el tiempo. En este caso, la migración suele
ser previa a la hibernación. Los jóvenes de algunas especies que tienen poca grasa acumulada para pasar
el invierno, recurren a este método (alargar el periodo activo migrando), para lograr un acumulo
suficiente antes de hibernar.
Entre las especies que efectúan movimientos periódicos de amplio espectro, se encuentran los Nóctulos y
el Murciélago de Nathussius, mientras otras más sedentarias, únicamente efectúan movimientos
dispersivos próximos. Es el caso del murciélago común o los orejudos.

2.4 Lista de especies (tabla) de la Península Ibérica y Canarias. Rasgos más importantes para
diferenciar las especies en vivo.
Aunque estamos acostumbrados a hablar de murciélagos en general y la gente de la calle cree que se trata
de un único tipo de animal, en realidad en esta palabra o acepción genérica, se incluyen las 25 especies de
quirópteros que viven en la Península Ibérica más otras dos de las Islas Canarias. Además todas ellas son
diferentes y tienen considerables variaciones de tamaño y costumbres
A continuación, aunque no es la finalidad específica de este libro, daremos unas nociones generales para
facilitar la identificación de los géneros. Para diferenciar las especies existen excelentes guías de campo
que deberán utilizarse.
Las características principales en las que debemos fijarnos para identificar correctamente un murciélago y
asignarlo a su auténtico nombre son:

- tamaño general.
- forma de las alas.
- orificios nasales rodeados o no de pliegues de la piel.
- longitud del antebrazo.
- forma, tamaño y disposición de las orejas y el trago.
- color y distribución del pelo.
- punto de unión del patagio con las patas.
- inclusión o no de la cola en el patagio.
Para el índice entre longitud de cabeza y cuerpo y la envergadura es importante tener en cuenta la anchura
del ala, característica que define el tipo de vuelo (rápido o lento).

2.4.1 Clave de familias y géneros de murciélagos


⇒ Orejas sin trago (pequeña orejita secundaria). Orificios nasales rodeados de pliegues (Herradura)
Familia Rhinolophidae (Murciélagos de herradura)
Género único: Rhinolophus

⇒ Orejas con trago. Cola que sobresale en su mayor parte del uropatagio.
Familia Molossidae (Murciélago rabudo)
Género único: Tadarida

⇒ Orejas con trago. Cola incluida en su mayor parte en el uropatagio.


Familia Vespertilionidae

* Orejas unidas en su base


- Cortas (como la cabeza)
Género Barbastella

- Largas (como el antebrazo)


Género Plecotus

* Orejas separadas en su base.


- Parte superior de la cabeza muy abultada. Segunda falange del tercer dedo de la mano casi tres veces más
larga que la primera

Género Miniopterus

- Parte superior de la cabeza no abultada. Segunda falange más corta


· Trago largo y estrecho. Borde externo de la oreja inserto por encima de la comisura de la boca
Género Myotis

· Trago corto y redondeado


⇒ Patagio inserto en el tobillo. Borde externo de la oreja inserto por debajo de la comisura
de la boca.
Género Nyctalus

⇒ Patagio inserto en la base de los dedos de los pies


* Pequeño tamaño
Género Pipistrellus

* Gran tamaño
Género Eptesicus

2.5 Excrementos
Si queremos encontrar los murciélagos de un desván, aunque estén escondidos en el techo, debemos
buscar por el suelo ya que sus excrementos les delatan. Incluso en pleno vuelo en recintos cerrados, donde
aunque no se refugien entran a volar, suelen dejar guano disperso. Su abundancia depende de la asiduidad
de sus visitas al lugar.
Los excrementos sirven, con algo de experiencia, para averiguar qué especies de murciélagos utilizan una
determinada percha o refugio por la forma, tamaño, color o grado de acumulación. Nos dan además
información sobre las características de uso del refugio (épocas, frecuencia de utilización, abundancia de
ejemplares etc). Complementariamente, su situación puede suministrarnos información de los hábitat que
frecuentan.
La textura de los excrementos de los murciélagos es heterogénea, muy diferente a los de las aves, ya que
ellas expulsan por el mismo orificio las excretas renales que manchan el excremento de blanco (ácido
úrico). Los murciélagos como el resto de mamíferos expulsan la orina por otra vía. Por otra parte la
consistencia de los excrementos de roedores también es bastante diferente ya que estos últimos trituran
mucho el alimento, produciendo como resultado una pasta homogénea.
La forma de un excremento de murciélago varía con las especies, algunas recuerdan a las de ratones,
aunque suelen ser un poco más alargadas (Ver fotografía comparando mus y otros bats). En general todas
tienen una forma característica, cilíndrica estrechándose en los extremos o bien fusiforme, con una cierta
curvatura dependiendo de sus dimensiones. La relación entre la longitud y el grosor varía con las especies
(Ver tabla dimensiones excrementos). En general el tamaño es proporcional a las dimensiones del
murciélago aunque esto es bastante variable. Por ejemplo el murciélago de cueva tiene unos excrementos
bastante delgados para su tamaño (aunque son bastante largos). Son los excrementos que tienen una
relación longitud/grosor mayor.
A continuación y meramente a efectos comparativos se exponen las medidas de los excrementos de varias
especies de murciélagos de menor a mayor, comparados con los del ratón doméstico.

Especie Longuitud Grosor Longuitud/grosor


Ratón doméstico 5-7mm 2-3mm 2,4
Murciélago común 4-6mm 1,5mm 3
Ribereño 5-6mm 2mm 2,75
De natterer 5-7mm 2mm 3
Orejudo meridional 7mm 2,5mm 2,8
Hortelano 6-8mm 3mm 2,3
Troglodita 10-12mm 2,5-3mm 4
Rabudo 8-10mm 3-4mm 2,57
Ratonero grande 12mm 3,5-4mm 3,24

Por tanto los excrementos de un tamaño más parecido al ratón doméstico serían los de un murciélago
intermedio como el murciélago orejudo.
Como puede verse en la tabla, la relación longitud/ grosor del excremento varía con las especies
situándose en general entre 2 y 3.
La Ubicación de los excrementos de los roedores es muy diferente a la de los quirópteros. En estos
últimos si trazamos una línea vertical hacia arriba desde el punto de localización del excremento
observaremos la existencia de un posadero, percha, grieta u orificio en el que se cuelgan o refugian,
nunca un techo liso, aunque algunas especies se agarran a pequeñas rugosidades gracias a sus afiladas
uñas. (ver foto comparación excrementos)
En general podríamos concluir sobre el “responsable” del excremento por el tamaño y la ubicación.
Además, el tipo de refugio y los restos de insectos encontrados, nos pueden dar pistas sobre ello. Como
siempre la experiencia y la comprobación fidedigna (confirmación) de la especie, serán las aliadas de una
investigación seria y de una conclusión acertada.
Algunas especies tienen costumbres particulares que nos pueden servir para averiguar su autoría. El
murciélago común pega sus excrementos en las paredes y demás superficies verticales próximas a sus
refugios, tocándolas suavemente en vuelo, esta costumbre delata su presencia.
La siguiente tabla puede servir para darnos una pista de la especie que se trata, asignando el excremento a
un grupo de tamaños de murciélagos, y pudiendo desechar las especies pertenecientes a otras categorías
dependiendo de las características del guano que hayamos encontrado.
Podemos dividir algo artificialmente las especies españolas en tres tamaños, con algunos ejemplos de
cada uno:

Grandes: Nóctulo común, Hortelano, Rinolofo grande, Ratero, Rabudo


Medianos: Orejudos, Troglodita, Nóctulo pequeño, Murciélago de Natterer, Rinolofo
mediano
Pequeños: Común, Bigotudo, Rinolofo pequeño, Murciélago ribereño

La asignación a alguna de las tres categorías no deja de ser subjetiva, ya que depende si se considera la
longitud del cuerpo (cabeza+cuerpo) o bien la envergadura alar (longitud desde una punta de un ala hasta
el final de la otra). Los murciélagos de vuelo más rápido tienen las alas más largas y estrechas, mientras
los de vuelo lento las tienen más anchas y cortas.
La característica del color también puede utilizarse como indicador de la especie que se trata junto con el
tamaño. La coloración de las deposiciones es variable pero suele ser característica para cada especie. El
murciélago orejudo meridional produce un guano en ocasiones verdoso y otras marrón dependiendo de la
alimentación, pero nunca negro. El guano del murciélago ratonero grande es siempre negro. El del
murciélago común también. Los excrementos del murciélago hortelano suelen ser de color pardo
oliváceo.
El color puede variar según la alimentación y la edad del excremento (deposiciones frescas o secas). Con
el tiempo el guano pierde su tonalidad: los del murciélago de cueva que en principio son negruzcos, con
el tiempo se ponen marrones. Otros pasan de un negro intenso a grisáceos. El guano normalmente termina
disgregándose, aunque puede tardar meses dadas las condiciones de tranquilidad y atmósfera uniforme
que generalmente caracterizan a los refugios. Como el color varía con la “edad” del excremento, esta dato
puede servirnos para saber la antigüedad de la utilización del refugio: su uso reciente o antiguo, la
existencia de tanatocolonias grandes (ya extinguidas) o si se trata de un refugio abandonado). El grado de
disgregación de los excrementos nos da también una idea de la antigüedad de la ocupación del refugio. Es
importante conocer el tipo de ambientes en los que caza cada murciélago, ya que allí será más fácil
encontrar el guano de una determinada especie. (ver tabla ambientes de caza)
Los murciélagos ingieren alimentos muy triturados: matan a la presa con los colmillos, la atraviesan y la
trituran con los molares y premolares. Pero en los excrementos de un murciélago se aprecian
perfectamente restos de las presas ingeridas como fragmentos negros y muy brillantes, ya que la digestión
no afecta para nada a los exoesqueletos (esqueletos externos de quitina de los insectos). Dada su dureza
no pueden digerirlos y quedan inalterados, únicamente partidos por la acción mecánica de la dentadura
(bastante potente en los murciélagos más grandes).
Los restos de insectos pueden servirnos para extraer conclusiones sobre las costumbres alimentarias de las
distintas especies. Su presencia varía con el grado de esclerotización (proceso de endurecimiento y
ennegrecimiento del esqueleto de los insectos después de la muda). Aunque en principio los más
fuertemente esclerotizados son los más representados en las heces (ya que se conservan mejor,
inalterados), también pueden encontrarse restos de insectos más endebles, como las efímeras o los
pulgones. Estos últimos gracias a su pequeño tamaño pueden pasar “limpiamente” por entre la dentadura,
saliendo bastante indemnes de su viaje por el tubo digestivo.
El espectro alimentario de los quirópteros es grandísimo. Los insectos más comúnmente ingeridos son las
mariposas, escarabajos, moscas y mosquitos, pero capturan también libélulas, grillos, saltamontes y
arañas, aunque como cabría esperar ello depende de las distintas especies de murciélagos, que pueden
estar especializadas en insectos concretos. El murciélago rabudo por poner un ejemplo, ingiere
especialmente grandes insectos de cuerpo blando como polillas y neurópteros. Como se ha comentado
anteriormente, al parecer ingieren entre 1/4 y 1/3 de su peso en una noche.
Los excrementos de los murciélagos tienen gran importancia ecológica, especialmente en las cuevas
donde se refugian, ya que son los introductores de nutrientes para gran cantidad de organismos, creando
complejas redes tróficas en la oscuridad. Hemos de hacer notar que la ausencia de luz impide la existencia
de productores primarios (plantas) por lo que cualquier nutriente debe provenir del exterior y a partir de él
se inician las relaciones tróficas. El guano es por tanto la única materia orgánica en un medio totalmente
carente de ella, actuando como sustrato alimenticio de esas complejas cadenas de troglófilos (animales
que viven en la oscuridad de las grutas). Las grandes acumulaciones de guano pueden contener pequeños
insectos. Entre los seres vivos guanívoros se encuentran escarabajos como los Ptínidos, Derméstidos,
Carábidos, Tenebriónidos (Tenebrio molitor); Larvas de lepidópteros (las más comunes son las larvas de
pequeñas polillas como Tineola sp.); Larvas de Dípteros (pequeñas moscas que forman densos
enjambres), que a su vez atraen a depredadores como arañas. Incluso crustáceos como algunas especies de
Asellus que viven en los charcos de las cavidades subterráneas. La elevada humedad ambiental y la
abundante materia orgánica hace que los montones de guano frecuentemente estén invadidos por hongos
saprofitos.
En cuanto a los lugares donde se encuentra el guano, los excrementos de los murciélagos son bastante
más ubicuos de lo que se suele creer. En los bordes de los estanques o piscinas aparecen pequeñas
deposiciones de color negro pegadas a la piedra. Es la firma de muchas especies que acuden a estos
lugares para beber en las noches veraniegas.
Los murciélagos tienen la costumbre de defecar y orinar cuando están excitados o se les molesta. Los
excrementos aparecen fundamentalmente en los refugios, perchas o en sitios donde vuelan con asiduidad
(farolas, piscinas, masas de agua etc.). Lógicamente en las áreas de campeo defecan pero de forma tan
dispersa que es muy difícil toparse con ellas. En la hibernación no dejan restos ya que no se alimentan.
Por eso los refugios de invernada suelen ser más discretos y pasar desapercibidos (no hay montones de
guano a no ser que coincidan con los de cría o periodos activos, a pesar de poder transcurrir en ellos
varios meses sin moverse del mismo punto de anclaje). En cualquier caso la presencia de detritus
dependerá de la abundancia de individuos y la frecuentación del lugar. (Ver tablas de refugios y de
concentraciones)
Aunque también puede depender del tiempo (constancia y duración) de la estancia de un individuo en un
refugio. En ocasiones un único macho que se aloja en un orificio durante extensas temporadas, volviendo
a él a lo largo de muchos años, puede tener debajo un considerable montón de desechos.
Los que cuelgan libremente (rinolofos y trogloditas fundamentalmente) o tiene las colonias de cría en
rendijas del techo (orejudos y rateros) dejan bajo ellas buenos montones (Ver foto montón de guano).
Los que se resguardan en refugios con accesos intrincados o que no tienen caída libre al exterior (por
ejemplo los murciélagos comunes y los nóctulos), no suelen hacer montones en su base ya que el guano
cae en lugares inaccesibles o no visibles desde el exterior.
Como ya se ha comentado las grandes concentraciones de cría pueden hacer grandes acumulaos de más
de un metro de altura (dependiendo de la antigüedad de la ocupación) y varios de perímetro (dependiendo
de la superficie que ocupe la colonia y por tanto del número de individuos) ya que se suelen apiñar para
criar. Se ha escrito que estos grandes acumulos de guano sirven también para alejar depredadores, o
pueden cumplir una misión de aumentar la temperatura gracias a la fermentación de la materia orgánica
con fines de termorregulación, cuestión importante especialmente durante la cría. La fermentación del
guano desprende metano y amoniaco.
En estos grandes montones suelen encontrarse algunos jóvenes muertos como resultado de la inanición
por el abandono de su madre. Las mortandades pueden ser masivas en periodos de hambruna, accidentes
o enfermedad. En ocasiones, los grandes montones de guano dan nombre a las cuevas donde se sitúan
(p.e. cueva de los montonines en León).
Los excrementos de los murciélagos cuando se encuentran en ciertas cantidades se denominan también
murcielaguina que se utiliza como abono de gran calidad y concentración. Además no desprende mal
olor.

2.6 Orina y señales de olor


Los murciélagos suelen utilizar la orina para marcar el territorio y reconocerse individualmente como
hacen otros muchos mamíferos territoriales (especialmente los carnívoros), pero pueden emplearla como
medida disuasoria cuando se ven acorralados. Ya sea por esta razón o sencillamente porque el miedo les
hace “aflojar los esfínteres” (circunstancia conocida incluso en nuestra propia especie), el caso es que en
ocasiones cuando miramos hacia el techo de un posible refugio, nos puede sorprender un pequeño goteo
amarillo que delata la presencia de estos mamíferos.
En los edificios y construcciones humanas con colonias de murciélagos que penetran en su interior, los
cristales y superficies lisas situados en puntos de frecuente tránsito murcielaguero nocturno, pueden estar
profusamente manchados de orina y excrementos pegados.
Las grandes colonias suelen tener un olor peculiar, no desagradable al olfato, producido por la
acumulación de guano que desprende aromas característicos: mezcla de humedad, esencias fúngicas y
atmósfera cargada de desván. Cuando se entra en un refugio ocupado por una buena cantidad de
individuos, simplemente por el aroma se puede intuir la presencia de una gran colonia sin haberla visto.
Como buenos mamíferos, utilizan los órganos olfatorios para reconocerse mutuamente. Los miembros de
una colonia pueden reconocerse entre si y diferenciar a los intrusos de esta manera. Además, el olfato
juega un importante papel en el reconocimiento e interacciones entre madre e hijo como complemento de
los sonidos. Estos estímulos son los que ayudan a la madre cuando vuelve de cazar a reconocer a su cría
de entre todas -a veces cientos- las que se encuentran juntas en “la guardería”.

2.7 Huellas
Las huellas de los desplazamientos de los murciélagos no son fáciles de encontrar, dado su pequeño
tamaño. Además es necesaria la existencia de un sustrato blando y húmedo. (Ver foto pie y pulgar de
murciélago común)
Los murciélagos pueden correr, saltar o moverse hacia los lados y hacia atrás. Para ello utilizan como
apoyo la articulación de la muñeca y el pulgar que tienen muy desarrollado, así como los pies. Cuando
trepan, adelantan los pulgares alternativamente sujetándose en el sustrato con sus fuertes uñas. También
pueden trepar o caminar hacia atrás y para ello utilizan los pies moviéndolos sucesivamente. Su
característica más distintiva es tenerlos girados 180º con respecto a los demás mamíferos, mirando hacia
atrás para poder agarrarse mejor con ellos. En general puede decirse que los murciélagos están poco
adaptados para caminar por el suelo, donde no se mueven con soltura ya que no es su medio: su
adaptación principal es para colgarse o trepar.
Los rinolofos son mucho más inútiles en el suelo que los demás, porque no pueden arrastrarse y
únicamente logran desplazarse con la ayuda de los pulgares. Cuando están suspendidos del techo se
desplazan por las superficies rugosas colgados de los pies poco a poco.
Como resultado de su actividad, los murciélagos dejan también raspaduras en la roca blanda que se
comentarán más adelante.

2.8 Restos de alimentación


Mientras los rinolofos cazan desde perchas, al modo de los papamoscas, los murciélagos orejudos
escudriñan las hojas de los árboles donde encuentran gran parte de su alimento. Algunos pueden también
coger los insectos directamente del suelo como el murciélago ratonero.
Cuando se posan para consumir su presa tranquilamente, dejan caer al suelo las partes duras o
indigestibles. Lo más llamativo bajo un posadero o percha, donde se paran a comer mientras cazan, es el
acumulo de alas multicolores de lepidópteros. Aunque suelen ser más abundantes las nocturnas de colores
apagados, también tienen presencia algunas de bellos colores como el pavón diurno o la ortiguera. Entre
las nocturnas la especie Noctua pronuba que pasa por períodos de espectaculares aumentos poblacionales,
deja su tributo en forma de alas de llamativo color amarillo con una banda perimetral negra (las alas
anteriores son apagadas pero las posteriores muy llamativas, característica general del Género Noctua).
El eminente profesor Francisco Bernis comenta en su monografía sobre los vencejos que, encontrándose
en el acueducto de Segovia estudiando estas peculiares aves, observó abundantes alas de mariposas en el
suelo:
“...en una visita al acueducto romano de Segovia dispensada el 27/6/87, encontramos cientos de alas de
Noctua pronuba esparcidos por los suelos bajo el tramo próximo a las murallas. Vimos dos gorriones
cazando y engullendo el lepidóptero pero a ningún vencejo de los muchos que allí volaban se le vio cazar
tal insecto. De todas formas nos intrigó el llamativo sedimento de alas. Los gorriones sin duda eliminan
las alas del insecto después de muchos forcejeos al engullir, pero ignoramos si ese proceder es también
seguido por los vencejos. Varios ejemplares con todas sus alas en contenidos estomacales parecen
desmentirlo.”
Los numerosos murciélagos que utilizan las juntas entre los sillares del acueducto como lugares de reposo
o refugio y percha para engullir sus presas, aportan una explicación convincente a esta observación.
También las alas de moscas y mosquitos y los élitros (alas endurecidas) de escarabajos, aparecen bajo los
posaderos habituales.
Algunos insectos son comidos íntegramente, por lo que no dejan desechos visibles más que para el
minucioso investigador que se aventura a desmenuzar una cagarruta bajo la esclarecedora lente de una
lupa binocular.
Tanto los grandes desechos bajo los posaderos como los pequeños restos que han atravesado el tubo
digestivo, son de gran utilidad para el conocimiento de las pautas alimentarias y “necesidades vitales” de
estos pequeños amigos. Poseer esta información es de gran interés para los casos en que hay que echar
mano de los conocimientos sobre las necesidades vitales de una especie, dado su comprometido estatus
poblacional. Esta circunstancia, por desgracia, no es demasiado infrecuente en este grupo. Conocer de
que se alimentan y como viven, podría ayudarnos a sacarla de su comprometida situación, favoreciendo
de alguna forma la abundancia de las presas más habituales en sus lugares de caza. Pero lo importante es
no tener que llegar a este extremo y que la riqueza en insectos (y murciélagos) de los ecosistemas
ibéricos, denoten una buena salud de nuestro medio natural.

2.9 Guaridas (refugios)


Como se ha mencionado, los refugios suelen ser diferentes para cada etapa del ciclo. Las especies
sedentarias apenas se mueven en un radio superior a 50 Km., mientras que las migratorias pueden recorrer
cientos de kilómetros. También hay especies que por desconocimiento de su biología o por comportarse
en este aspecto de diferente forma, no pueden encuadrarse ni como sedentarias ni como migratorias

Clasificación de los refugios de murciélagos

Litófilos (cuevas, simas y grietas en la roca)


Naturales
Según el origen Fitófilos (grandes árboles)
Artificiales Iglesias, muros, puentes, castillos, túneles, fortificaciones,
transformadores, tumba, minas, bodegas, etc.

Esporádicos
Ocasionales Diarios
Perchas
Temporales

Estivales (cría, solo hembras)


Estacionales De cópula (otoño, ambos
sexos)
De hibernación
Según época y tiempo Eqinocciales (primavera y
otoño)
de ocupación Grupos de machos
De paso en
migración

Permanentes (especies sedentarias)

Comunitarios
Según número individuos
Individuales

Colgando del techo


Según preferencias de especie Fisurícolas
Orificios verticales

Externos (acceso fácil, mal aislamiento)


Según aislamiento del exterior
Internos (acceso intrincado, bien aislados del exterior)

Aunque suelen ocupar varios refugios diferentes durante el año, tienen querencia a usar los mismos
durante decenios (para cada época del año), a no ser que alguna catástrofe o cambio brusco impida su
utilización. Pueden moverse a otros refugios por cambios en las condiciones climáticas, los territorios de
caza, invasiones de parásitos u otras razones de peso como su destrucción, modificación o excesivas
molestias. El conocimiento de estos factores es de gran importancia para una toma de decisiones correcta
sobre su conservación y gestión.
El respeto a los refugios de murciélagos debe ser exquisito, ya que cuando están reposando son
indefensos y fácilmente vulnerables. Por ello en este libro se recomienda en todo momento la observación
de los murciélagos en el exterior, mientras cazan o se ocupan en otras actividades. Un ejemplo de lo
comentado lo encontramos en las grutas de interés turístico, ya que muchas de ellas tenían buenas
colonias, pero la iluminación constante y el trasiego de gente han provocado en muchos casos su
abandono.
Para el reposo durante largas temporadas, los murciélagos buscan refugios tranquilos, en los que el
microclima reinante se mantiene estable a lo largo de todo el período anual. Esta estabilidad climática es
muy importante para ellos, ya que dada la gran superficie de su membrana alar desnuda, se hallan
sometidos a un elevado riesgo de deshidratación por transpiración.
Los tipos de refugios utilizados por los murciélagos pueden clasificarse según su naturaleza en: litófilos
(ubicados en substrato mineral: cuevas, simas, fisuras etc.), Fitófilos (ubicados en árboles) y antropófilos
o artificiales (situados en construcciones humanas). Aproximadamente la mitad de las especies europeas
de murciélagos tienen sus refugios en cuevas. Los murciélagos que habitan en casas y cajas para
murciélagos son, en general, mucho mejor conocidos que los demás. Además son menos sensibles a las
molestias humanas.

Los edificios que utilizan deben tener las techumbres bien conservadas, porque no gustan de las ruinas ni
lugares sucios con basura o telas de araña. A no ser que el grosor de los muros permita su estancia en el
interior (de los propios muros), la posibilidad de entrada de lluvia o corrientes de aire les induce a
abandonarlos.

En una casa los lugares más usados para refugiarse son:

• El desván
• Los espacios bajo las tejas
• Las cajas de las persianas
• La parte posterior de las contraventanas
• Debajo de la capa que cubre las paredes de cal cuando es gruesa y se descascarilla
• Tras los canalones verticales del agua de la lluvia
• En la cámara de aire si tiene algún orificio para acceder desde el exterior
• En la bodega o lugares subterráneos con rejas que no impidan el paso
• Tras las vigas del techo

Para los propietarios de edificios con murciélagos debemos mencionar que, dejando de lado las molestias
o suciedad que puedan producir, en algunos países europeos se aprecia y valora positivamente su
presencia. Este hecho es constatable por el encarecimiento del precio de las construcciones donde se
alojan por considerarlos "inquilinos de lujo", dada su delicada situación poblacional y sus múltiples
beneficios.
En muchas ocasiones pasan desapercibidos (incluso colonias de cría de cierta entidad) pero no por ello
dejan de ser compañeros de casa o vecinos, pudiendo ascender el número de habitantes mamíferos del
hogar a más de 100 individuos.
Recientemente el Gobierno Autonómico de la Rioja ha publicado una línea de ayudas, para los
propietarios de casas con colonias de murciélagos de algunas especies en peligro en el ámbito europeo. El
interés por el mantenimiento de estas colonias abre una esperanzadora línea de actuación institucional que
puede dar buenos resultados si cunde el ejemplo.
Los murciélagos seleccionan una amplia variedad de refugios para hibernar. Los “Myotis” tratados
genéricamente (cada especie tiene sus peculiaridades), tienden a refugiarse en áreas que están sujetas a
algún movimiento de aire y variación de temperatura. Los rinolofos pueden encontrarse en estas
condiciones, pero también bajo el suelo, donde hay pequeños o nulos cambios diurnos o estacionales. Es
el caso especialmente del rinolofo pequeño.

Refugios invernales
Durante la hibernación muchas especies no dejan ni rastro de dónde se esconden (ya de por si es difícil
encontrar murciélagos incluso en la época activa). Por ello son uno de los grupos más difíciles de
prospectar en el campo. En ocasiones aparecen accidentalmente cuando se cortan árboles o se demolen
los muros que ocupaban. En Navarra recientemente ha sido destruida por una tala la colonia más grande
conocida de murciélago común en árbol con más de 500 individuos.
En los refugios de invierno los ratoneros grandes, los rinolofos y los trogloditas quedan colgando
libremente del techo por lo que son encontrados más habitualmente. Los primeros prefieren estrechos
tubos verticales en forma de embudo en la bóveda de los refugios que, en ocasiones (“zarceras” de las
bodegas castellanas), pueden conectar con el exterior. Los rinolofos son muy esquivos, especialmente en
la época estival lo que les libra de amenazas. Además, necesitan que la entrada a su refugio esté siempre
despejada ya que no saben colarse por hendiduras o grietas. Los orejudos hibernan agarrados a la pared
pero muy próximos al techo de las galerías de las minas o cuevas.
Se deben extremar las precauciones para evitar molestias en los refugios de hibernación, ya que
despertarles puede afectar a su supervivencia. Si casualmente encontramos individuos hibernando en una
cueva o recinto subterráneo no debemos hacer ruido, ni quedarnos cerca observándolos o alumbrándolos:
el calor, la luz y los gases del carburo les causan molestias innecesarias en una fase muy delicada de su
ciclo natural. (Ver tablas tamaños agrupaciones de cría)

Refugios de cría
Para muchas especies, el momento de máximo gregarismo coincide con la primavera, cuando las hembras
se agrupan en las colonias de cría. Su ocupación se produce entre los meses de mayo y julio, con una
considerable variación entre años en cuanto al momento de los partos, estrechamente relacionada con la
climatología. Para criar siempre buscan las partes más cálidas del refugio. Las agrupaciones de cría
responden, al parecer, a una finalidad de termorregulación. Se conocen casos en los que al haberse
reducido sensiblemente el número de hembras criando, la capacidad termorreguladora de la colonia se
redujo hasta un límite en el que la cría fue inviable, produciéndose la extinción de la colonia. En las
guarderías las hembras vuelven con frecuencia para alimentar a las crías.
El comportamiento de los murciélagos a la salida del refugio varía con las especies. Los murciélagos
comunes y rinolofos pequeños entran y salen varias veces antes de irse a cazar definitivamente. Las
especies que tienen un vuelo rápido y recto, como los rabudos y nóctulos, suelen tener las salidas de los
refugios en lugares prominentes (roquedos o edificios y árboles respectivamente), con la caída libre para
favorecer la salida y entrada veloz. Un murciélago rabudo que entró accidentalmente en una casa, dio
vueltas cerradas en círculo volando en una habitación de tamaño medio (observación personal), lo que
indica que en situaciones excepcionales pueden modificar extraordinariamente la velocidad y el tipo de
vuelo.
Los que pueden cernirse o volar lento y dar vueltas cerradas (p.e. los murciélagos Hortelanos y Orejudos),
se meten en refugios o túneles más intrincados ya que maniobran mejor.
Cuando vuelven al refugio y éste tiene una entrada de pequeñas dimensiones, dan vueltas insistiendo
varias veces hasta que entran: esto es fácil de ver para los murciélagos comunes, los rabudos y los
hortelanos. La apariencia de este comportamiento es de que no acertaran correctamente con el agujero.
Algunos refugios tienen varias salidas opcionales que utilizan según las condiciones atmosféricas,
molestias etc.
Es notable la capacidad de las especies fisurícolas, como el murciélago común, para meterse en pequeñas
grietas de reducidas dimensiones. De todos es conocida la habilidad de los ratones para meterse en
espacios reducidos: el factor limitante para la estrechez de la rendija suele ser la dimensión de su cráneo,
ya que el resto del cuerpo es muy flexible y moldeable. De los quirópteros puede decirse lo mismo.
Los murciélagos son muy oportunistas en la utilización de refugios de nueva creación (colonización). En
el caso -documentado por el autor- de un granero que se reformó, se pusieron tejas en ángulo recto en los
laterales del tejado solapándose con la pared, de forma que favorecían la entrada desde abajo. Un año
después ya estaban siendo utilizadas por tres especies: murciélago común, orejudo y hortelano.
En el mercado, especialmente en Inglaterra, existen ya diferentes modelos de refugios para murciélagos y
además abundante material de construcción (tejas, respiraderos etc.), que están pensados para albergar a
estos simpáticos y agradecidos mamíferos.

2.10 Otros rastros


Arañazos
Los murciélagos no arañan voluntariamente el sustrato para excavar o marcar, como hacen los carnívoros.
Sin embargo, el desgaste producido por el pulgar y las uñas de las patas en los posaderos asiduamente
frecuentados, puede llegar a crear concavidades en el techo del refugio, especialmente en materiales
blandos como margas o arcillas.
Los desgastes, conjuntamente con las manchas de grasa y el guano, pueden servir para obtener una idea
aproximada de si se trata de una ocupación reciente o antigua, así como de si el uso es continuado
(murciélagos agarrados a la roca durante mucho tiempo) o esporádico. Este tipo de información ha
servido para conocer además la existencia de antiguas colonias desaparecidas y obtener información sobre
abundancias de murciélagos en otras épocas, documentando probables declives. Debemos hacer notar que
en las cuevas, al no actuar los agentes atmosféricos como en el exterior, es algo parecido a lo que ocurre
en la superficie de la luna: Una huella, marca o mancha puede quedar inalterada durante mucho tiempo.
Lo mismo sucede con los montones de guano, aunque estos se van disgregando con el tiempo
colaborando en ello los hongos e insectos.
El tamaño de una colonia puede calcularse por la superficie ocupada por los rastros, teniendo en cuenta
que en un área reducida, pueden concentrarse cientos de individuos debido a su acentuado gregarismo.
Estos cálculos están condicionados por el tamaño de la especie de que se trate y el grado de apiñamiento
característico de la misma. (Ver foto de piña de murciélagos)
Los lugares de agarre suelen estar en puntos con rugosidades, grietas etc. que facilitan la sujeción para no
caerse. Las localizaciones específicas pueden cambiar dependiendo de los usos: perchas para comer,
puntos de descanso momentáneo, fijación diurna, reunión de los individuos del grupo etc. En las colonias
suelen utilizar lugares fijos como posaderos durante las horas de actividad, así como rendijas específicas
para las distintas actividades: gestación, lactancia, guarderías etc. que se usan durante muchos años
consecutivos sin variar la ubicación.
La característica de muchas especies de formar piñas que cuelgan del techo donde se reúnen cientos de
individuos, deja huellas palpables en los posaderos, no solo por el lento y apenas perceptible desgaste de
la roca, sino sobre todo por que la superficie queda manchada de grasa.

Manchas de grasa
Las aves se limpian y peinan el plumaje con el pico y lo untan con la grasa de las glándulas uropigiales
para protegerlo de la humedad. De esta manera lo tienen cuidado en todo momento y preparado par sus
importantes funciones, especialmente para el vuelo. De forma análoga, las glándulas cutáneas que los
murciélagos tienen en las proximidades de la boca, segregan una sustancia grasa que mantiene en buenas
condiciones para el vuelo la membrana alar. También probablemente tiene feromonas asociadas, que
actúan en el reconocimiento de los individuos o las colonias. En este aspecto, los jóvenes del año pueden
diferenciarse de los adultos por sus patagios (membrana alar) secos, no grasientos.
Cuando se realizan labores de marcaje (anillamiento científico) para estudiar sus migraciones y biología,
tras manipular varios ejemplares, los guantes o las manos quedan impregnados de una grasa de color
pardusco. Esta grasa queda también como señal de utilización de los refugios en los techos y oquedades
estrechas por las que pasan. La grasa es una señal muy característica de utilización de un determinado
punto como posadero. Además tiene ventajas sobre las señales de desgaste por que quedan impregnadas
también las rocas más duras (no influye para nada la dureza de la roca). (Ver foto)

Pupas de insectos
Los murciélagos tienen varios tipos de parásitos especialmente adaptados a sus particulares condiciones
de vida. Los más frecuentes son los nicteríbidos y los ácaros.
Los nicteríbidos son los ectoparásitos (parásitos externos) más característicos de los murciélagos. Son
pequeñas moscas muy modificadas (adaptadas a la vida parásita) y sin alas. Muy difíciles de coger, se
escabullen entre el pelo del hospedante (murciélago) con una gran habilidad. Para ello tienen cerdas
modificadas en las patas que utilizan para desplazarse por esa selva en miniatura que es el pelo de un
mamífero. Las hembras no realizan la puesta sobre el murciélago sino en su vecindad. Sus larvas en
cuanto nacen se transforman en pupas sin necesidad de alimentarse.
Igual que pasa con los nidos de muchas aves, donde podemos encontrar ácaros y moscas parásitas, los
puparios de los nicteríbidos se encuentran adheridos a los techos y paredes de los refugios de
murciélagos, permaneciendo allí durante largas temporadas en espera de la llegada de la colonia. La
existencia de pupas en el techo puede ser utilizado como una confirmación de la utilización del refugio,
mientras la superficie puede indicarnos el tamaño de la colonia, de la misma forma que las manchas de
grasa. En las grandes colonias se pueden observar las pupas esperando a emerger, ello suelen hacerlo
coincidir con la llegada de los murciélagos al refugio. Cuando el insecto emerge de la pupa tiene un corto
periodo de vida libre durante el que busca rápidamente un hospedante. En ocasiones pueden verse
centenares de nicteríbidos (que parecen pequeñas arañas) paseándose por el techo de la cavidad en busca
de un hospedante.
Las crías y jóvenes murciélagos suelen estar más parasitadas que los adultos ya que tienen menos
defensas atrayendo a muchos parásitos ávidos de alimento que encuentran en ellos un “territorio virgen”.
Los ácaros son frecuentes en las alas y otras áreas sin pelo. Se asemejan a microscópicas arañitas duras y
corretonas. Algunas veces pueden tener también agarradas verdaderas garrapatas. (Ver foto de garrapata
en ratonero)
Los efectos de los parásitos sobre los murciélagos no suelen ser graves. Únicamente en los casos en que
afectan a ejemplares muy debilitados y se encuentran en grandes densidades pueden causarles la muerte,
pero normalmente acompañando a otras causas.

Sonidos
Los murciélagos emiten señales ultrasónicas, recibiendo el eco producido por los obstáculos (o presas
potenciales) para "visualizar" una imagen del entorno en su cerebro.
El sistema utilizado, producto de la selección natural, es similar a un sonar, pero probablemente mucho
más perfeccionado que este aparato construido por los avances humanos. Se trata de una solución
tecnológica natural que demuestra como muchos de los progresos de nuestra especie ya existían en la
naturaleza antes de que el hombre los inventara.
La emisión de ultrasonidos es utilizada también por varios grupos zoológicos diferentes como medio de
comunicación Inter. específica. Dentro de los mamíferos la aprovechan -además de los murciélagos-, los
roedores, los insectívoros, algunos marsupiales y los cetáceos. No se conoce muy bien el grado de
ecolocación de los insectívoros y probablemente los roedores y marsupiales utilizan la alta frecuencia
solo para comunicarse. Los cetáceos, igual que los murciélagos se sirven de ella tanto para relacionarse
con sus semejantes como para obtener una imagen de su entorno (ecolocación).
Los sonidos en los microquirópteros son generados en la laringe que es proporcionalmente más ancha que
en otros mamíferos. Los Vespertiliónidos, en general, emiten con la boca abierta, sin embargo Plecotus,
puede hacerlo por los orificios nasales manteniendo la boca cerrada. Las especies que emiten por los
orificios nasales, como por ejemplo los Rinolofos, frecuentemente tienen complejos repliegues
cartilaginosos asociados. Los ecos son recibidos por las orejas que pueden moverse independientemente.
Los murciélagos deducen la distancia a la que se encuentra su presa a partir de la diferencia de tiempo
entre la emisión de la señal y la recepción del eco. La dirección se obtiene por el retraso de la llegada del
eco en un oido respecto al otro.
La frecuencia de emisión de los quirópteros cubre la gama entre los 20 y los 215 kHz., encontrándose en
general por encima del límite de audición humano que va desde 20 Hz.hasta 20 kHz., y suele ser bastante
característica para cada especie. Las llamadas sociales de muchos de ellos traspasan nuestra frontera de
audición pudiendo ser escuchados sin dificultad especialmente por personas jóvenes, que todavía no han
perdido su capacidad perceptiva para los agudos (la sordera más frecuente, determinada por la edad, suele
conducir a una pérdida de percepción especialmente de los sonidos de alta frecuencia).
Cuando los murciélagos cazan, a la fase de búsqueda, en la que las señales son características de la
especie, le sigue la de aproximación. Aquí el ritmo aumenta y desciende la frecuencia, haciéndose los
pulsos más cortos. La agilización del ritmo tiene lugar para obtener un mayor poder de resolución durante
el lance.
Las personas que no han abusado excesivamente del ruido infernal de las discotecas o de los cascos con
alto volumen y conservan una buena audición, pueden disfrutar escuchando las emisiones en baja
frecuencia de algunas especies (las de alta frecuencia son totalmente inaudibles para el hombre). Como
susurros en la noche se pueden escuchar varias especies, incluso cerca o en el interior de núcleos
urbanos.
Podemos disfrutar del sonido de varias especies, e incluso verlas, simplemente abriendo la ventana de
nuestra casa cualquier noche cálida, sin necesidad de ningún aparato especial.

Especie Frecuencia Pulsos Intervalo Pul/seg Alcance

Rhinophus ferrum. 80khz (77-83khz) 30-40ms


Myotis daubentonii 45khz 3-4ms (ms) 70-90ms (35-75ms) 13-28 20-40m
69-25/78-32 más
de 200m
Nyctalus noctula 20khz (45 o 60 6ms 125ms 8
45-25 khz 25ms 300-400ms 3
25-19khz
Eptesicus serotinus 27khz 13,5ms 150ms 7 20-
50m
52-25khz 6-7
(67) 25khz
Pipistrellus pipistrellus 45-50khz 12 20-50m
80-58khz 4-6ms 85ms 10,5
58-51khz 10ms 95ms
Hypsugo savii 35khz 100-180ms
33khz
Plecotus auritus 50khz 2ms 50ms 20
más de 2m
83-26khz 7ms 180-200ms 5,4
42-12khz
Barbastella barbastellus 32khz, 35-28 4ms 110-120ms 8-9
40khz 5,2ms
43-33khz
Miniopterus schreibersi 55khz
Tadarida teniotus 12-14khz 20ms 1-4
18-10khz
Características de la ecolocación de algunas especies representativas de los géneros de quirópteros ibéricos. Nótese la
variabilidad sonora para una misma especie.

Basta para ello con el resplandor nocturno de la ciudad sobre el cielo incluso en el interior de una gran
ciudad. Los sonidos de los murciélagos son un relajante fondo para abstraerse e ir entrando en un sueño
profundo después de acostarnos, especialmente si el ensordecedor ruido del tráfico no llega hasta
nosotros.
Los murciélagos cuyas emisiones o pulsos pueden entrar en el rango de audición humano (20 kHz.) y
pueden ser escuchadas con más frecuencia sin la ayuda de sofisticados aparatos, son las llamadas sociales
del murciélago común, así como las emisiones del murciélago de Natterer, Nóctulo común, Nóctulo
pequeño, murciélago Hortelano y Rabudo.

2.11 Los murciélagos como presas. Relaciones con otros predadores


Los murciélagos son presa de diferentes rapaces, tanto estrigiformes (nocturnas) como falconiformes
(diurnas), como se ha demostrado en estudios realizados fundamentalmente a partir de egagrópilas o
restos y contenidos estomacales. En ocasiones otras aves pueden depredar sobre ellos, pero también
varios mamíferos, especialmente gatos domésticos y también las garduñas y los zorros cuando comparten
refugio con ellos y los techos no son demasiado altos. Se ha citado también a los lirones, las culebras e
incluso algunos artrópodos como depredadores de quirópteros.
Hay evidencias de que las rapaces tienen un significativo efecto sobre los quirópteros. Aunque
constituyen una pequeña parte de su dieta, en Inglaterra se ha calculado que pueden provocar hasta un
10% de su mortalidad natural anual. Al parecer ciertos ejemplares podrían especializarse en su captura, lo
que conllevaría descensos de abundancia locales.
Los chotacabras cazan en los mismos lugares y a las mismas horas que los murciélagos, alimentándose
del zooplancton aéreo.

2.12 Como observarlos


Cualquier persona y en cualquier parte puede observar murciélagos, aunque no en cualquier momento. La
época más propicia es cuando llega el buen tiempo (primavera y verano) y los mejores días, los calurosos,
especialmente al amanecer y atardecer. España es un paraíso para los murciélagos y cuanto más al sur
mejor, ya que las temperaturas suaves favorecen mucho la abundancia de insectos.
Aunque pocas personas han disfrutado del espectáculo de los murciélagos cazando, ya que la gente
común no suele fijarse en estas cosas, son bastante fáciles de ver, pues al abrigo de la noche son más
confiados que otros mamíferos (los ratones también son muy comunes donde vive el hombre, pero son
muchísimo más esquivos).
No coinciden mucho con nosotros, por eso pensamos que no están. Pero en algunos casos son muy
comunes mientras en otros, por desgracia, sufren un declive que hace peligrar su futuro (en algunos países
de Europa se han extinguido especies que todavía aquí son algo frecuentes). Su aparente silencio mientras
cazan es por utilizar una gama de sonidos distintos a los nuestros. Su horario es diferente (al menos que el
de algunos), sus frecuencias de emisión sonora también, y su hábitat de caza es el aire. Estos factores les
alejan de nosotros convirtiéndoles en seres lejanos y extraños a nuestros ojos.
Para ver murciélagos, nos bastará con un poco de experiencia sobre sus hábitos y costumbres. Los lugares
donde pueden observarse con más facilidad son los núcleos de población, monumentos antiguos, puentes
y edificios de piedra, así como los ríos, sotos, claros de bosque, cortafuegos, caminos entre árboles y
“bosques isla”. Es recomendable observarlos en vuelo mientras se alimentan, sin inmiscuirnos en sus
santuarios de reposo, ya que ello les causa molestias innecesarias que deben reducirse al mínimo.
Caminando por las calles de la ciudad, en un parque con farolas o en un estanque, seguro que puedes
observar y escuchar al murciélago común y con un poco de suerte a alguna otra especie. Podrás escuchar
las llamadas sociales que penetran en nuestra gama audible. Agudiza el oído y la vista nocturna, oirás a
estas inquietantes criaturas de la noche tan discretas pero presentes compartiendo nuestras costumbres.
Observa una farola de un pueblo donde acudan las polillas y mosquitos. Verás muchos murciélagos de
varios tamaños que se aprestan a cazar con diferentes técnicas. Los murciélagos comunes suelen hacerlo
por debajo del foco luminoso, donde se concentran los enjambres de insectos desorientados y
enloquecidos por la luminosidad. Mientras, los murciélagos hortelanos cazan por encima, a 5 o 7 metros
de altura, yendo y viniendo en un radio bastante más amplio, que puede abarcar varias farolas. Los
rabudos vuelan a una altura todavía mayor, emitiendo pulsos audibles y volando a una velocidad de
vértigo que en ocasiones recuerda a los vencejos. Las polillas cuando se ven perseguidas los esquivan
como pueden, bien huyendo a toda velocidad, dejándose caer o haciendo quiebros, con diferentes
estrategias según especies y condiciones. Estas escenas son más fáciles de observar en pueblos que en
ciudades.
Los edificios monumentales, con buena iluminación, son óptimos lugares de concentración y caza.
Podemos ver, por ejemplo, como capturan insectos los murciélagos hortelanos en la fachada iluminada de
la catedral de León, mostrando espectaculares planeos y picados. Disfrutaremos contemplando el
patrimonio natural y el artístico a la vez.
Un estanque o piscina también es un buen sitio para observarlos cuando acuden a beber. Para ello son
mejores las noches cálidas. Suelen ir a calmar la sed inmediatamente tras salir del refugio, por lo que el
atardecer es un buen momento para observarlos, aunque en jornadas calurosas visitan el bebedero a lo
largo de toda la noche.
Un cortafuegos o un claro en un bosque, son buenos lugares de caza. Allí podemos encontrarles
recorriendo el área de campeo de un lado al otro y frecuentemente volviendo a pasar por el mismo sitio al
cabo de un rato.
Un soto en un río, próximo a un pueblo es un buen lugar de observación, ya que varias especies (el
murciélago común, el orejudo y el hortelano entre otras) cuando salen del refugio por la tarde, suelen ir a
cazar al río.
Los interminables campos y áreas despejadas con monótonos cultivos no son buenos lugares para
observarlos, ya que su densidad en estos medios es extremadamente baja. Aquí se hayan únicamente en
las proximidades de pequeñas construcciones, bosquetes o zonas húmedas.
El momento en que los murciélagos comienzan a salir está condicionado por la intensidad de la luz, que a
su vez depende de las condiciones meteorológicas y el horario del atardecer. Como norma general salen
desde la puesta de sol en adelante, con diferencias entre especies, según las condiciones meteorológicas y
época del año (en invierno en días cálidos salen antes, incluso a plena luz del día próximo al atardecer).
Son particularmente vulnerables a la predación aérea cuando salen de su refugio, por lo que algunos
autores han señalado que el momento de la salida podría ajustarse como una “solución de compromiso”
entre hacerlo antes para alimentarse cuando la densidad de insectos es mayor, o retrasarlo para evitar los
ataque de predadores. Salen puntualmente de los refugios aproximadamente con la misma luminosidad, al
menos en la época estival. Los murciélagos rabudos arman gran alboroto antes de salir, a veces durante
varios minutos, como diciendo: ¡preparaos que voy!, mostrando complejas pautas sociales.
Con mal tiempo (lluvia o viento frío) no salen o lo hacen durante periodos cortos. Parece que les frenan
más las bajas temperaturas que la lluvia para volar. De todas formas en la época de buen tiempo pueden
hacerlo en días ciertamente más fríos que en invierno, época en la que les cuesta más interrumpir el
letargo.
No todas las especies salen al mismo tiempo. En los núcleos urbanos los más madrugadores son los
murciélagos comunes, seguidos de los hortelanos y orejudos y por último los rabudos que salen casi de
noche cerrada. En colonias numerosas (por ejemplo de cría) tarda mucho en abandonar el refugio todo el
grupo. Desde que empiezan a salir hasta que acaban puede pasar media hora. El murciélago hortelano
(Eptesicus serotinus) a pesar de que su nombre científico significa “el que sale de noche” y de la
confusión general que existe incluso en la literatura científica, generalmente sale antes del anochecer.
En algunas ocasiones pueden observarse murciélagos volando a plena luz del día. Normalmente se trata
de animales espantados de su refugio migrantes o despistados y en algunos casos ejemplares enfermos.
También en invierno con temperos suaves, pueden verse a veces volando algunos individuos. Vuelan
incluso en pleno diciembre y enero (generalmente justo antes de las lluvias cuando entran las borrascas y
se suaviza la temperatura).
Para la identificación de los murciélagos en vuelo se requiere cierta experiencia: verlos y escucharlos,
teniendo en cuenta el tipo de vuelo, hábitat, y sonidos. Los más discretos son los orejudos, tremendamente
silenciosos.
Una recomendación de interés puede ser colocarnos en el crepúsculo mirando hacia el punto donde el sol
se acaba de meter (oeste). Así, a contraluz, es como mejor se ven los murciélagos, dejando el edificio,
pueblo o grupo de árboles delante de nosotros, resaltando contra el cielo iluminado del atardecer. Otra
buena ocasión para observarlos es cuando el cielo nocturno está cubierto de nubes y la luz de la ciudad se
refleja sobre él. Ello nos facilitará la observación desde un lugar a oscuras.
Los murciélagos, como es lógico, tienden a comer en los hábitats con gran concentración de insectos
volando. Para varias especies esto ocurre con frecuencia por encima del agua. Las noches de luna llena en
una charca pueden proporcionarnos gratos lances de caza, y la observación de frecuentes contactos con el
agua para beber. Los días de viento los murciélagos cazan en “las sombras” de edificios árboles o setos (a
sotavento), que es donde vuelan los insectos protegidos del temporal que podría arrastrarlos.
En general, los murciélagos de alas largas y estrechas (nóctulos, rabudos, trogloditas), vuelan rápido y
cazan en espacios abiertos, normalmente a cierta altura. Los de alas más cortas y anchas (hortelano y
orejudo), vuelan lento y maniobran perfectamente en espacios cerrados, pudiendo volar entre la
vegetación cerrada donde cazan e incluso se ciernen.
Como se ha comentado, los terrenos de caza varían con las especies. Las forestales suelen hacerlo a lo
largo de pasillos definidos entre el arbolado (murciélago bigotudo), en los claros del bosque (murciélago
de borde claro) o por encima de los árboles a mayor altura (nóctulo y murciélago rabudo). Los hay que
gustan de cazar en la superficie del agua (murciélago ribereño) o golpeando las hojas de los árboles
(murciélagos orejudos). Como hemos visto, es frecuente ver murciélagos cazando en el interior o en las
cercanías de las poblaciones humanas, aprovechando las polillas y otros insectos que son atraídos por las
luces del alumbrado público en las calles y parques (murciélago común, murciélago hortelano). Otras
cazan en áreas más abiertas, como prados o setos de árboles dispersos (murciélago ratero, murciélago
ratonero, murciélago troglodita). (Ver tabla lugares de caza)
Cuando un murciélago entra en una casa se suele esconder en los pliegues de las cortinas o posarse en
alguna superficie rugosa o prominente. Nunca se “tiran al pelo” de nadie, ni muerden a no ser que se vean
acorralados e indefensos. En espacios cerrados tienen mucho dominio del vuelo. Incluso murciélagos
grandes, como el rabudo, pueden dar vueltas en una habitación de 6X4 metros.

2.13 Recomendaciones y conservación


El despertar de la hibernación implica un gran consumo de las reservas acumuladas en forma de grasa, ya
que necesitan elevar su metabolismo basal con el fin de aumentar su actividad locomotora, ritmo cardíaco
y respiratorio. Si se despierta al comienzo de la primavera, cuando los insectos abundan, el animal podrá
sobrevivir saliendo a cazar cada noche. Sin embargo, si se le molesta en pleno invierno (cuando la
disponibilidad de alimento es nula o insuficiente), se verá obligado a recurrir exclusivamente a sus
reservas grasas. Si este período de actividad extra se prolonga más de lo previsto, aunque posteriormente
volviera a entrar en un estado de reposo, podría agotar las reservas acumuladas antes de terminar el
invierno, con el consiguiente riesgo de morir por inanición. Esta es la razón por la que las molestias en
este periodo pueden ser fatales. Por este motivo, se considera que la hibernación es uno de los períodos
más críticos en la vida de los murciélagos.
Las colonias de cría, como hemos visto, también son extremadamente vulnerables. Cualquier
perturbación externa que influya en su normal desarrollo puede traducirse en una mortandad masiva de
individuos. Si a ello se une la baja tasa de nacimientos que tienen estos animales (una única cría al año en
general), se puede comprender que las colonias son muy vulnerables a las influencias humanas que
perturban la tranquilidad de las colonias.
Cualquier estrategia de conservación de los murciélagos debe incidir en los dos aspectos fundamentales:
hábitat y refugios

Hábitat: Es fundamental conservar las áreas de campeo. Ya que la simplificación de los ecosistemas
reduce la variedad y abundancia de presas.
Además los pesticidas actúan sobre las presas y sobre ellos mismos por bioacumulación. Les afectan por
tanto de dos maneras: por una parte reduciendo su alimento y por otra alterando su organismo.
Es importante el conocimiento del hábitat de cada especie con vistas a su conservación, ya que su perdida
o transformación puede causar graves declives.

Refugios: En los últimos tiempos ha aumentado la perturbación humana directa en las colonias, asociada
a nuevas modas como el espeleoturismo y los deportes de aventura.
Por su costumbre de concentrarse en gran número es un grupo de animales muy vulnerables. Además se
ha de tener en cuenta que si se extermina una colonia local una gran área geográfica puede perder sus
murciélagos. Con los murciélagos no son raros los actos vandálicos ligados a falsas creencias en los que
muere un buen número de individuos.
Existe un cúmulo de información dispersa a través de Europa que sugiere que las poblaciones de
murciélagos han declinado sustancialmente durante el presente siglo y que también han ocurrido
extinciones locales.
Stebbings (1988) relata pérdidas de colonias y descensos poblacionales especialmente en el norte y centro
de Europa durante este siglo para las especies: murciélago Troglodita, Rinolofo grande, mediano y
pequeño, y murciélago ratonero grande. Se han detectado declives en bastantes países europeos a partir de
la segunda guerra mundial. En los países nórdicos y centroeuropeos, la situación es peor, con extinción de
algunas especies.
El murciélago ratonero grande se ha extinguido en el norte de su área de distribución. La mayoría de las
pérdidas se han producido desde 1950 hasta nuestros días.
Aunque es difícil de saber con exactitud, los murciélagos forestales, que dependen de árboles viejos con
oquedades, también han descendido. La política forestal vigente no respeta los árboles viejos,
fundamentales para muchas aves y mamíferos. Incluso el murciélago común ha descendido un 62% entre
1978 y 1986 en Inglaterra. El único que parece que ha aumentado es el murciélago ribereño.
En el sur de Europa aunque hay menos datos, se han registrado similares declives aunque Portugal,
España, Italia y Grecia todavía mantienen poblaciones bien conservadas.
La legislación europea y los “libros rojos”, se hacen cargo de estas circunstancias y han catalogado las
diferentes especies según su estatus poblacional y categoría de amenaza.
El consumo de grandes cantidades de insectos les ha valido el prestigio como especies beneficiosas
asociadas a la agricultura. Pero independientemente de que a nuestras actividades o a nosotros nos
beneficie su presencia, son un grupo que, como todos, cumplen su papel en los ecosistemas.
Pero cuidado, el vivir en sitios inaccesibles o no usuales les hace no estar preparados para huidas rápidas.
Por esta razón son muy vulnerables a molestias y ataques. La leyenda que les rodea no favorece en nada
su protección a pesar de ser beneficiosos e inocuos (Solo se defienden si se les molesta y les resulta
especialmente desagradable que se les estiren las alas). La desdichada costumbre, tan arraigada en
celtiberia, de ponerles un cigarro en la boca, además de tener connotaciones de sadismo, en la mayoría de
las ocasiones es letal para el ejemplar.

Ala de murciélago
Rinolofo

Murciélago orejudo con cría. Guardería de murciélago orejudo.

Pipistrellus

pipistrellus

Mus musculus

Piña de murciélagos.

Pipistrellus pipistrellus Plecotus austriacus Myotis myioti


s

Montón de guano debajo de un


posadero

Murciélago común

Murciélagos comune. Casa en la que existe una colonia de cría de


150 ejemplares bajo el tejado.Durante los meses de junio y julio hay
abundante guano bajo el punto
de salida.
Gran montón de guano de murciélago en el
interior de una cueva.
Murciélago común. pie.

Murciélago ratonero. con una garrapata.

Murciélago común. pulgar.

Típicas manchas de grasa en los posaderos de


murciélagos
TAMAÑO APROXIMADO DE LAS COLONIAS PARA LAS DISTINTAS ESPECIES

CRÍA (HEMBRAS) HIBERNACIÓN (AMBOS SEXOS)

AISLADOS DECENAS CENTENAS MILES AISLADOS DECENAS CENTENAS MILES

GRANDE DE HERRADURA * *
PEQUEÑO DE HERRADURA * *
MEDITERRÁNEO DE HERRADURA * * *
MEDIANO DE HERRADURA * * *
PATUDO * * * *
RIBEREÑO * *
DE BECHSTEIN *
DE NATTERER * *
OREJIROTO * *
BIGOTUDO * *
RATONERO GRANDE * *
RATONERO MEDIANO *
DE BOSQUE * *
OREJUDO SEPTENTRIONAL *
OREJUDO MERIDIONAL *
COMÚN * * *
DE BORDE CLARO * *
DE NATHUSSIUS * *
MONTAÑERO *
HORTELANO *
NÓCTULO PEQUEÑO *
NÓCTULO GIGANTE *
NÓCTULO COMÚN *
TROGLODITA * * *
RABUDO * *

DISTANCIAS RECORRIDAS POR LAS DIFERENTES ESPECIES


(Esta tabla es meramente orientativa dada la variabilidad de este parámetro)
SEDENTARIAS MIGRADORAS ¿?
< 50 Km. < 100 Km. < 200 Km. > 100 Km. > 500 Km. > 1000 Km.
GRANDE DE HERRADURA *
PEQUEÑO DE HERRADURA *
MEDITERRÁNEO DE HERRADURA *
MEDIANO DE HERRADURA *
PATUDO * *
RIBEREÑO *
DE BECHSTEIN *
DE NATTERER *
OREJIROTO *
BIGOTUDO *
RATONERO GRANDE *
RATONERO MEDIANO *
DE BOSQUE *
OREJUDO SEPTENTRIONAL *
OREJUDO MERIDIONAL *
COMÚN *
DE BORDE CLARO * *
DE NATHUSSIUS *
MONTAÑERO *
HORTELANO *
NÓCTULO PEQUEÑO *
NÓCTULO GIGANTE * *
NÓCTULO COMÚN *
TROGLODITA *
RABUDO * *
ENVERGADURA LONGITUD INDICE
NOMBRE EN CASTELLANO GENERO ESPECIE ALAR APROXIMADA ENVERGADURA/
(APROXIMADA) (CABEZA+TRONCO) LONGITUD
Murcielago Grande de Herradura Rhinolophus ferrumequinum 350-400 55-70 6,36
Murciélago Pequeño de Herradura Rhinolophus hipposideros 190-255 35-45 5,44
Murciélago Mediterráneo de Herradura Rhinolophus euryale 300-320 45-60 6,20
Murciélago de Herradura Mediano Rhinolophus mehelyi 330-340 55-65 5,63
Murciélago Bigotudo Myotis mystacinus 190-225 35-50 5,00
Murciélago Ribereño Myotis daubentonii 240-275 45-55 5,10
Murciélago Patudo Myotis capaccinii 230-260 45-55 4,90
Murciélago de Geoffroy Myotis emarginatus 220-245 40-55 4,95
Murciélago de Natterer Myotis nattereri 245-300 40-50 5,92
Murciélago de Bechstein Myotis bechsteinii 250-300 45-55 5,50
Murciélago Ratonero Grande Myotis myotis 350-450 65-80 5,48
Murciélago Ratonero Mediano Myotis blythii 380-400 55-75 5,86
Murciélago Orejudo Septentrional Plecotus auritus 240-285 40-55 5,53
Murciélago Orejudo Meridional Plecotus austriacus 255-290 40-60 5,53
Murciélago de Bosque Barbastella barbastellus 260-290 45-60 5,38
Murciélago Común Pipistrellus pipistrellus 180-240 35-50 5,00
Murciélago de Nathusius Pipistrellus nathusii 230-250 45-55 4,75
Murciélago de Borde Claro Pipistrellus kuhlii 210-220 40-50 4,94
Murciélago Montañero Hypsugo savii 220-225 40-55 4,73
Murciélago Hortelano Eptesicus serotinus 315-380 60-80 4,82
Nóctulo Común Nyctalus noctula 320-400 60-80 5,07
Nóctulo Gigante Nyctalus lasiopterus 410-500 85-105 4,84
Nóctulo Pequeño Nyctalus leisleri 260-320 50-70 5,00
Murciélago de Cueva Miniopterus schreibersii 305-340 50-60 5,78
Murciélago Rabudo Tadarida teniotis 405-415 80-90 4,74

TABLA 1: LUGARES DE CAZA Y HÁBITAT PREFERENTE

PASILLOS, LLANURAS Y TERRITORIOS


CURSOS Y CIUDADES Y FAROLAS Y
CORTAFUEGOS ARBOLADO MATORRAL Y MEDIOS CALIZOS PARQUES
UBIQUISTA MONTAÑA BOSQUE PRADOS MASAS DE RIBERAS NÚCLEOS PUNTOS DE
Y CLAROS DE LAXO SETOS AGRÍCOLAS CORTADOS Y URBANOS
AGUA RURALES LUZ
BOSQUE ABIERTOS ROQUEDOS

GRANDE DE HERRADURA *
PEQUEÑO DE HERRADURA * * *
MEDITERRÁNEO DE HERRADURA * *
MEDIANO DE HERRADURA * * *
PATUDO * *
RIBEREÑO * *
DE BECHSTEIN * * * *
DE NATTERER * * * * *
OREJIROTO * * *
BIGOTUDO * * * *
RATONERO GRANDE * * * * *
RATONERO MEDIANO * * * *
DE BOSQUE * *
OREJUDO SEPTENTRIONAL * *
OREJUDO MERIDIONAL * * * * *
COMÚN * * * * * *
DE BORDE CLARO * * *
DE NATHUSSIUS * * * * * *
MONTAÑERO * *
HORTELANO * * * * *
NÓCTULO PEQUEÑO *
NÓCTULO GIGANTE *
NÓCTULO COMÚN * * *
TROGLODITA * * * * *
RABUDO * *
TABLA 2: ESTRATEGIAS DE CAZA DE LAS DIFERENTES ESPECIES

(esta tabla no pretende ser exhaustiva sino meramente indicativa)

COGEN LAS COGEN PRESAS DE RECOGEN INSECTOS COGEN LAS COGEN UTILIZAN
PRESAS EN EL LA SUPERFICIE DEL DE UNA SUPERFICIE PRESAS EN VUELO INSECTOS PERCHAS
AIRE AGUA SÓLIDA EN PICADO DEL SUELO DONDE COMEN

Murcielago Grande de Herradura * * *


Murciélago Pequeño de Herradura * * *
Murciélago Mediterráneo de Herradura
Murciélago de Herradura Mediano
Murciélago Bigotudo *
Murciélago Ribereño *
Murciélago Patudo
Murciélago de Geoffroy
Murciélago de Natterer * *
Murciélago de Bechstein *
Murciélago Ratonero Grande
Murciélago Ratonero Mediano
Murciélago Orejudo Septentrional * *
Murciélago Orejudo Meridional * *
Murciélago de Bosque
Murciélago Común *
Murciélago de Nathusius
Murciélago de Borde Claro
Murciélago Montañero
Murciélago Hortelano * *
Nóctulo Común * *
Nóctulo Gigante
Nóctulo Pequeño * *
Murciélago de Cueva
Murciélago Rabudo

TABLA 3: TIPOS DE REFUGIOS UTILIZADOS POR CADA ESPECIE

(ESTA TABLA ES ORIENTATIVA, DADA LA ADAPTABILIDAD DE LAS ESPECIES)

NATURALES ARTIFICIALES
CORTADOS Y
CUEVAS IGLESIAS MUROS Y CONSTRUCCIONES CASETAS PARA
FISURAS DE ÁRBOLES PUENTES TÚNELES MINAS BODEGAS DESVANES MOLINOS TRANSFORMADORES
Y SIMAS ERMITAS PRESAS EN GENERAL MURCIÉLAGOS
ROCAS

GRANDE DE HERRADURA * * * * * *
PEQUEÑO DE HERRADURA * * * * * * *
MEDITERRÁNEO DE HERRADURA * * *
MEDIANO DE HERRADURA * *
PATUDO * * * *
RIBEREÑO * * * * * * *
DE BECHSTEIN * * *
DE NATTERER * * * * * * *
OREJIROTO * * * * * * *
BIGOTUDO * * * *
RATONERO GRANDE * * * * * * *
RATONERO MEDIANO * * * * *
DE BOSQUE * * * * * * *
OREJUDO SEPTENTRIONAL * * * * * * * * * *
OREJUDO MERIDIONAL * * * * * * * * * *
COMÚN * * * * * * * *
DE BORDE CLARO * * * *
DE NATHUSSIUS * *
MONTAÑERO * * * * *
HORTELANO * * * * * * * * * *
NÓCTULO PEQUEÑO * * *
NÓCTULO GIGANTE *
NÓCTULO COMÚN * * * * *
TROGLODITA * * *
RABUDO * * *

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