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mamíferos de la
Península Ibérica
2.2 Alimentación
Los murciélagos insectívoros poseen varias adaptaciones relacionadas con su régimen de alimentación. El
vuelo ocasiona un gran gasto energético, asociado a una elevada actividad metabólica, lo que les obliga a
ingerir diariamente entre un cuarto y un tercio de su propio peso. Además, como los insectos son un
recurso muy variable, deben aprovisionarse para los días de mal tiempo que no podrán comer. En los
periodo de gestación y lactancia, las hembras necesitan comer más todavía (incluso la mitad de su peso
cada noche). Con la llegada del invierno los insectos dejan de estar activos, manteniéndose en estado
letárgico o desapareciendo y dejando la siguiente generación de huevos que eclosionarán con la llegada
del buen tiempo. En esta fase del ciclo anual los murciélagos prácticamente no pueden alimentarse, por lo
que tienen que hibernar o migrar.
Hibernación
Los quirópteros están sujetos a un ciclo anual, determinado fundamentalmente por la temperatura que
incide en la abundancia de alimento. El hecho de alimentarse de insectos cuya disponibilidad manifiesta
una acusada estacionalidad, les obliga a sincronizar su ciclo biológico con las variaciones de abundancia y
fluctuaciones poblacionales que experimenta la entomofauna que constituye su dieta (puede haber 100
veces más insectos una noche que la siguiente dependiendo del viento, precipitaciones etc.).
Suelen permanecer activos sólo durante la primavera y verano (abril-octubre), aunque depende mucho de
la latitud ya que en el sur (mitad inferior de la Península) continúan activos la mayor parte del año.
Durante los meses fríos del invierno pasan por el periodo de hibernación, reduciendo sus constantes
vitales para impedir un gasto energético excesivo, ya que no podrán alimentarse hasta el comienzo de la
primavera siguiente. La hibernación es la entrada en un estado de letargo que se produce cuando la
disponibilidad de alimento es insuficiente para mantener la actividad vital normal. Los murciélagos
reducen entonces su gasto energético y metabolismo basal al mínimo, permaneciendo varios meses sin
alimentarse. Su ritmo cardíaco disminuye por debajo de 10 latidos/minuto, mientras que la frecuencia
respiratoria llega a ser de sólo tres o cuatro inspiraciones por minuto. Allí los murciélagos permanecen
inmóviles reduciendo su temperatura corporal hasta situarse 1 ó 2 grados por encima de la temperatura
ambiente (2-5oC).
Debemos de tener siempre presente que cuando hablamos de murciélagos no debemos generalizar ya que
siempre hay excepciones, teniendo en cuenta el gran número de especies existentes. La hibernación tiene
lugar en refugios tranquilos, caracterizados por unas condiciones bastante uniformes de temperatura y
humedad. La diferencia entre el letargo de los murciélagos y el de los animales de "sangre fría" (anfibios
y reptiles), es que éstos últimos dependen para su termorregulación de la temperatura del ambiente,
mientras los murciélagos pueden elevar el calor de su cuerpo independientemente de la temperatura
ambiental si las circunstancias lo requieren, aunque ello conlleva un gran gasto metabólico. De todas
formas en las áreas no demasiado frías y en condiciones de buena temperatura, suelen interrumpir su
hibernación y salen algunas noches durante más o menos tiempo en plena época invernal. Esto sucede
especialmente con las especies que pasan el invierno en refugios poco profundos, menos aislados y más
sometidos a las variaciones de temperatura asociadas a las diferentes situaciones climáticas. Los
murciélagos del interior de las ciudades, donde el rigor del invierno se suaviza respecto al campo abierto,
salen con cierta frecuencia a cazar o beber agua incluso en las épocas más frías.
Mientras transcurre este profundo sueño, los rinolofos, que permanecen colgados del techo, envuelven su
cuerpo con las alas como si fuera una capa para mejorar su regulación térmica. Varias especies, como los
murciélagos ribereños y otros, se refugian en fisuras en íntimo contacto con la piedra. Con frecuencia,
dependiendo de la ubicación del refugio, tras un tiempo hibernando, se suelen formar pequeñas gotitas
sobre los pelos y patagio (membrana alar), como resultado de la condensación de la elevada humedad
ambiental (ver fotografía).
Peculiaridades reproductoras
Las especies de nuestra fauna son muy longevas, pudiendo vivir más de 30 años, aunque la expectativa
media de vida se mantiene entre los 4 o 5 años lo que denota una elevada mortalidad juvenil. Como su
longevidad es alta, siguen una estrategia de renovación baja (estrategas de la K en ecología): la mayoría
de las especies tienen una sola cría o excepcionalmente dos al año. Pueden aparearse en su primer otoño
(a los cuatro/cinco meses de vida), aunque el murciélago grande de herradura tarda más en alcanzar la
madurez sexual, apareándose a partir de su tercer o cuarto año de existencia.
En la época estival se reproducen y amamantan a la siguiente generación. Esta etapa tiene lugar en las
colonias de cría, normalmente diferentes a las de hibernación, y en el caso de especies migradoras, a
bastante distancia de éstas. Para criar suelen elegir los lugares más calientes de los refugios como
mecanismo de ahorro energético. Generalmente, las colonias de cría están formadas únicamente por
hembras, aunque algunos machos suelen rondar por los alrededores (a una distancia prudencial, ya que se
trata de un matriarcado en toda regla). Los individuos masculinos suelen llevar en esta época una
existencia más solitaria, aunque los nóctulos se reúnen en grupos o colonias de machos.
Exceptuando almurciélago rabudo el apareamiento se produce en otoño y conlleva el reencuentro de
ambos sexos que han estado separados durante la cría. Con frecuencia tiene lugar en refugios especiales,
desplazándose posteriormente a los refugios invernales. Algunos también copulan en invierno, cuando se
despiertan interrumpiendo brevemente la larga hibernación. (ver foto).
La gestación no se inicia hasta la primavera siguiente. Tienen una reproducción retardada, en función de
la asincronía que se da entre la espermatogénesis (producción de espermatozoides) de los machos y la
ovulación de las hembras: Éstas almacenan el esperma en unos receptáculos seminales durante el
invierno, hasta que en la primavera siguiente ovulan y tiene lugar la fecundación. A partir de ese
momento el embrión comienza a crecer para completar su desarrollo. Una excepción a lo comentado la
protagoniza el Murciélago de cueva, especie en la cual, tras la cópula, se produce la fecundación, pero el
crecimiento del embrión queda suspendido durante el invierno hasta que se inicien las condiciones
propicias con buen tiempo, por lo que el resultado final es similar a las demás especies mediante un
mecanismo biológico diferente. El murciélago rabudo realiza las copulas principalmente en primavera,
por lo que según parece no tiene mecanismos de reproducción diferida.
La duración del período de gestación varía entre 35 y 50 días en función de las especies, la edad de los
individuos, la latitud que consideremos y, sobre todo, de las condiciones climáticas y la abundancia de
alimento asociada.
Como en otras especies de mamíferos, los jóvenes nacen indefensos y sin pelo, pudiendo en esta época
ser transportados por la madre (ver foto). Para ello las crías se agarran fuertemente con la boca al pezón
de su progenitora y viajan situados ventralmente a ella.
Las hembras en la fase de la lactancia, tienen que reforzar su alimentación y para ello dejan a las crías
reunidas al cargo de unas pocas madres, es lo que se conoce como "jardines de infancia" o "guarderías".
(ver foto). Por esta razón los partos coinciden con los "picos de alimento" (épocas en las que la
abundancia de insectos es mayor). Malas condiciones meteorológicas en épocas sensibles como ésta, en la
que necesitan una alimentación abundante y continua, pueden ocasionar la pérdida de generaciones
enteras: en caso de no poder alimentar a las crías, las abandonan, produciéndose en algunas ocasiones
grandes mortandades.
Las colonias de cría pueden tener un gran número (miles de individuos) en algunas especies, y ello suele
ser característico de cada una (ver tabla con número aprox. de hembras reproductoras). Los alrededores de
las colonias de cría, al menos para las especies que vuelan y cazan a corta distancia de los refugios, deben
ser ricas en insectos y por lo tanto suelen situarse en hábitat bien conservados. Dado que se trata de una
etapa delicada en la que los murciélagos buscan lugares con mucha tranquilidad, se deben evitar las
molestias a toda costa.
Ritmo diario
Además del ciclo estacional, los murciélagos están sujetos a un ritmo diario reduciendo su temperatura
durante la fase de reposo diurno y entrando en actividad con la llegada del crepúsculo. Es lo que se
conoce como “sopor diurno”, que no llega a ser tan profundo como la hibernación, pero durante el cual
reducen bastante sus constantes vitales, necesitando un periodo de “precalentamiento” antes de volar.
Al atardecer ocupan el nicho ecológico dejado por las aves insectívoras y comienzan a cazar gracias a la
ecolocación, sistema visual-auditivo que se asemeja a un sonar. Los hábitos generales son crepusculares y
nocturnos con dos máximos de actividad tras el anochecer y antes de amanecer, que pueden durar algunas
horas y varían con las especies, la época y las necesidades alimenticias.
Movimientos migratorios
Igual que nosotros nos movemos en vacaciones buscando el sol, ellos se desplazan buscando el sustento,
pero con algunas diferencias: no echan humo, comen lo que encuentran a su paso (en el campo, no en
restaurantes) y sus viajes son obligados por las circunstancias (no de placer).
Algunos murciélagos igual que las aves, se desplazan a los cuarteles de invernada donde las condiciones
climatológicas les permiten disponer de alimento en la época más fría. La migración a zonas templadas es
también un método de alargar el período activo hasta almacenar la suficiente grasa para afrontar la
hibernación en latitudes donde el invierno es más corto y suave. Por esta razón la migración y la
hibernación muchas veces se complementan y se suceden en el tiempo. En este caso, la migración suele
ser previa a la hibernación. Los jóvenes de algunas especies que tienen poca grasa acumulada para pasar
el invierno, recurren a este método (alargar el periodo activo migrando), para lograr un acumulo
suficiente antes de hibernar.
Entre las especies que efectúan movimientos periódicos de amplio espectro, se encuentran los Nóctulos y
el Murciélago de Nathussius, mientras otras más sedentarias, únicamente efectúan movimientos
dispersivos próximos. Es el caso del murciélago común o los orejudos.
2.4 Lista de especies (tabla) de la Península Ibérica y Canarias. Rasgos más importantes para
diferenciar las especies en vivo.
Aunque estamos acostumbrados a hablar de murciélagos en general y la gente de la calle cree que se trata
de un único tipo de animal, en realidad en esta palabra o acepción genérica, se incluyen las 25 especies de
quirópteros que viven en la Península Ibérica más otras dos de las Islas Canarias. Además todas ellas son
diferentes y tienen considerables variaciones de tamaño y costumbres
A continuación, aunque no es la finalidad específica de este libro, daremos unas nociones generales para
facilitar la identificación de los géneros. Para diferenciar las especies existen excelentes guías de campo
que deberán utilizarse.
Las características principales en las que debemos fijarnos para identificar correctamente un murciélago y
asignarlo a su auténtico nombre son:
- tamaño general.
- forma de las alas.
- orificios nasales rodeados o no de pliegues de la piel.
- longitud del antebrazo.
- forma, tamaño y disposición de las orejas y el trago.
- color y distribución del pelo.
- punto de unión del patagio con las patas.
- inclusión o no de la cola en el patagio.
Para el índice entre longitud de cabeza y cuerpo y la envergadura es importante tener en cuenta la anchura
del ala, característica que define el tipo de vuelo (rápido o lento).
⇒ Orejas con trago. Cola que sobresale en su mayor parte del uropatagio.
Familia Molossidae (Murciélago rabudo)
Género único: Tadarida
Género Miniopterus
* Gran tamaño
Género Eptesicus
2.5 Excrementos
Si queremos encontrar los murciélagos de un desván, aunque estén escondidos en el techo, debemos
buscar por el suelo ya que sus excrementos les delatan. Incluso en pleno vuelo en recintos cerrados, donde
aunque no se refugien entran a volar, suelen dejar guano disperso. Su abundancia depende de la asiduidad
de sus visitas al lugar.
Los excrementos sirven, con algo de experiencia, para averiguar qué especies de murciélagos utilizan una
determinada percha o refugio por la forma, tamaño, color o grado de acumulación. Nos dan además
información sobre las características de uso del refugio (épocas, frecuencia de utilización, abundancia de
ejemplares etc). Complementariamente, su situación puede suministrarnos información de los hábitat que
frecuentan.
La textura de los excrementos de los murciélagos es heterogénea, muy diferente a los de las aves, ya que
ellas expulsan por el mismo orificio las excretas renales que manchan el excremento de blanco (ácido
úrico). Los murciélagos como el resto de mamíferos expulsan la orina por otra vía. Por otra parte la
consistencia de los excrementos de roedores también es bastante diferente ya que estos últimos trituran
mucho el alimento, produciendo como resultado una pasta homogénea.
La forma de un excremento de murciélago varía con las especies, algunas recuerdan a las de ratones,
aunque suelen ser un poco más alargadas (Ver fotografía comparando mus y otros bats). En general todas
tienen una forma característica, cilíndrica estrechándose en los extremos o bien fusiforme, con una cierta
curvatura dependiendo de sus dimensiones. La relación entre la longitud y el grosor varía con las especies
(Ver tabla dimensiones excrementos). En general el tamaño es proporcional a las dimensiones del
murciélago aunque esto es bastante variable. Por ejemplo el murciélago de cueva tiene unos excrementos
bastante delgados para su tamaño (aunque son bastante largos). Son los excrementos que tienen una
relación longitud/grosor mayor.
A continuación y meramente a efectos comparativos se exponen las medidas de los excrementos de varias
especies de murciélagos de menor a mayor, comparados con los del ratón doméstico.
Por tanto los excrementos de un tamaño más parecido al ratón doméstico serían los de un murciélago
intermedio como el murciélago orejudo.
Como puede verse en la tabla, la relación longitud/ grosor del excremento varía con las especies
situándose en general entre 2 y 3.
La Ubicación de los excrementos de los roedores es muy diferente a la de los quirópteros. En estos
últimos si trazamos una línea vertical hacia arriba desde el punto de localización del excremento
observaremos la existencia de un posadero, percha, grieta u orificio en el que se cuelgan o refugian,
nunca un techo liso, aunque algunas especies se agarran a pequeñas rugosidades gracias a sus afiladas
uñas. (ver foto comparación excrementos)
En general podríamos concluir sobre el “responsable” del excremento por el tamaño y la ubicación.
Además, el tipo de refugio y los restos de insectos encontrados, nos pueden dar pistas sobre ello. Como
siempre la experiencia y la comprobación fidedigna (confirmación) de la especie, serán las aliadas de una
investigación seria y de una conclusión acertada.
Algunas especies tienen costumbres particulares que nos pueden servir para averiguar su autoría. El
murciélago común pega sus excrementos en las paredes y demás superficies verticales próximas a sus
refugios, tocándolas suavemente en vuelo, esta costumbre delata su presencia.
La siguiente tabla puede servir para darnos una pista de la especie que se trata, asignando el excremento a
un grupo de tamaños de murciélagos, y pudiendo desechar las especies pertenecientes a otras categorías
dependiendo de las características del guano que hayamos encontrado.
Podemos dividir algo artificialmente las especies españolas en tres tamaños, con algunos ejemplos de
cada uno:
La asignación a alguna de las tres categorías no deja de ser subjetiva, ya que depende si se considera la
longitud del cuerpo (cabeza+cuerpo) o bien la envergadura alar (longitud desde una punta de un ala hasta
el final de la otra). Los murciélagos de vuelo más rápido tienen las alas más largas y estrechas, mientras
los de vuelo lento las tienen más anchas y cortas.
La característica del color también puede utilizarse como indicador de la especie que se trata junto con el
tamaño. La coloración de las deposiciones es variable pero suele ser característica para cada especie. El
murciélago orejudo meridional produce un guano en ocasiones verdoso y otras marrón dependiendo de la
alimentación, pero nunca negro. El guano del murciélago ratonero grande es siempre negro. El del
murciélago común también. Los excrementos del murciélago hortelano suelen ser de color pardo
oliváceo.
El color puede variar según la alimentación y la edad del excremento (deposiciones frescas o secas). Con
el tiempo el guano pierde su tonalidad: los del murciélago de cueva que en principio son negruzcos, con
el tiempo se ponen marrones. Otros pasan de un negro intenso a grisáceos. El guano normalmente termina
disgregándose, aunque puede tardar meses dadas las condiciones de tranquilidad y atmósfera uniforme
que generalmente caracterizan a los refugios. Como el color varía con la “edad” del excremento, esta dato
puede servirnos para saber la antigüedad de la utilización del refugio: su uso reciente o antiguo, la
existencia de tanatocolonias grandes (ya extinguidas) o si se trata de un refugio abandonado). El grado de
disgregación de los excrementos nos da también una idea de la antigüedad de la ocupación del refugio. Es
importante conocer el tipo de ambientes en los que caza cada murciélago, ya que allí será más fácil
encontrar el guano de una determinada especie. (ver tabla ambientes de caza)
Los murciélagos ingieren alimentos muy triturados: matan a la presa con los colmillos, la atraviesan y la
trituran con los molares y premolares. Pero en los excrementos de un murciélago se aprecian
perfectamente restos de las presas ingeridas como fragmentos negros y muy brillantes, ya que la digestión
no afecta para nada a los exoesqueletos (esqueletos externos de quitina de los insectos). Dada su dureza
no pueden digerirlos y quedan inalterados, únicamente partidos por la acción mecánica de la dentadura
(bastante potente en los murciélagos más grandes).
Los restos de insectos pueden servirnos para extraer conclusiones sobre las costumbres alimentarias de las
distintas especies. Su presencia varía con el grado de esclerotización (proceso de endurecimiento y
ennegrecimiento del esqueleto de los insectos después de la muda). Aunque en principio los más
fuertemente esclerotizados son los más representados en las heces (ya que se conservan mejor,
inalterados), también pueden encontrarse restos de insectos más endebles, como las efímeras o los
pulgones. Estos últimos gracias a su pequeño tamaño pueden pasar “limpiamente” por entre la dentadura,
saliendo bastante indemnes de su viaje por el tubo digestivo.
El espectro alimentario de los quirópteros es grandísimo. Los insectos más comúnmente ingeridos son las
mariposas, escarabajos, moscas y mosquitos, pero capturan también libélulas, grillos, saltamontes y
arañas, aunque como cabría esperar ello depende de las distintas especies de murciélagos, que pueden
estar especializadas en insectos concretos. El murciélago rabudo por poner un ejemplo, ingiere
especialmente grandes insectos de cuerpo blando como polillas y neurópteros. Como se ha comentado
anteriormente, al parecer ingieren entre 1/4 y 1/3 de su peso en una noche.
Los excrementos de los murciélagos tienen gran importancia ecológica, especialmente en las cuevas
donde se refugian, ya que son los introductores de nutrientes para gran cantidad de organismos, creando
complejas redes tróficas en la oscuridad. Hemos de hacer notar que la ausencia de luz impide la existencia
de productores primarios (plantas) por lo que cualquier nutriente debe provenir del exterior y a partir de él
se inician las relaciones tróficas. El guano es por tanto la única materia orgánica en un medio totalmente
carente de ella, actuando como sustrato alimenticio de esas complejas cadenas de troglófilos (animales
que viven en la oscuridad de las grutas). Las grandes acumulaciones de guano pueden contener pequeños
insectos. Entre los seres vivos guanívoros se encuentran escarabajos como los Ptínidos, Derméstidos,
Carábidos, Tenebriónidos (Tenebrio molitor); Larvas de lepidópteros (las más comunes son las larvas de
pequeñas polillas como Tineola sp.); Larvas de Dípteros (pequeñas moscas que forman densos
enjambres), que a su vez atraen a depredadores como arañas. Incluso crustáceos como algunas especies de
Asellus que viven en los charcos de las cavidades subterráneas. La elevada humedad ambiental y la
abundante materia orgánica hace que los montones de guano frecuentemente estén invadidos por hongos
saprofitos.
En cuanto a los lugares donde se encuentra el guano, los excrementos de los murciélagos son bastante
más ubicuos de lo que se suele creer. En los bordes de los estanques o piscinas aparecen pequeñas
deposiciones de color negro pegadas a la piedra. Es la firma de muchas especies que acuden a estos
lugares para beber en las noches veraniegas.
Los murciélagos tienen la costumbre de defecar y orinar cuando están excitados o se les molesta. Los
excrementos aparecen fundamentalmente en los refugios, perchas o en sitios donde vuelan con asiduidad
(farolas, piscinas, masas de agua etc.). Lógicamente en las áreas de campeo defecan pero de forma tan
dispersa que es muy difícil toparse con ellas. En la hibernación no dejan restos ya que no se alimentan.
Por eso los refugios de invernada suelen ser más discretos y pasar desapercibidos (no hay montones de
guano a no ser que coincidan con los de cría o periodos activos, a pesar de poder transcurrir en ellos
varios meses sin moverse del mismo punto de anclaje). En cualquier caso la presencia de detritus
dependerá de la abundancia de individuos y la frecuentación del lugar. (Ver tablas de refugios y de
concentraciones)
Aunque también puede depender del tiempo (constancia y duración) de la estancia de un individuo en un
refugio. En ocasiones un único macho que se aloja en un orificio durante extensas temporadas, volviendo
a él a lo largo de muchos años, puede tener debajo un considerable montón de desechos.
Los que cuelgan libremente (rinolofos y trogloditas fundamentalmente) o tiene las colonias de cría en
rendijas del techo (orejudos y rateros) dejan bajo ellas buenos montones (Ver foto montón de guano).
Los que se resguardan en refugios con accesos intrincados o que no tienen caída libre al exterior (por
ejemplo los murciélagos comunes y los nóctulos), no suelen hacer montones en su base ya que el guano
cae en lugares inaccesibles o no visibles desde el exterior.
Como ya se ha comentado las grandes concentraciones de cría pueden hacer grandes acumulaos de más
de un metro de altura (dependiendo de la antigüedad de la ocupación) y varios de perímetro (dependiendo
de la superficie que ocupe la colonia y por tanto del número de individuos) ya que se suelen apiñar para
criar. Se ha escrito que estos grandes acumulos de guano sirven también para alejar depredadores, o
pueden cumplir una misión de aumentar la temperatura gracias a la fermentación de la materia orgánica
con fines de termorregulación, cuestión importante especialmente durante la cría. La fermentación del
guano desprende metano y amoniaco.
En estos grandes montones suelen encontrarse algunos jóvenes muertos como resultado de la inanición
por el abandono de su madre. Las mortandades pueden ser masivas en periodos de hambruna, accidentes
o enfermedad. En ocasiones, los grandes montones de guano dan nombre a las cuevas donde se sitúan
(p.e. cueva de los montonines en León).
Los excrementos de los murciélagos cuando se encuentran en ciertas cantidades se denominan también
murcielaguina que se utiliza como abono de gran calidad y concentración. Además no desprende mal
olor.
2.7 Huellas
Las huellas de los desplazamientos de los murciélagos no son fáciles de encontrar, dado su pequeño
tamaño. Además es necesaria la existencia de un sustrato blando y húmedo. (Ver foto pie y pulgar de
murciélago común)
Los murciélagos pueden correr, saltar o moverse hacia los lados y hacia atrás. Para ello utilizan como
apoyo la articulación de la muñeca y el pulgar que tienen muy desarrollado, así como los pies. Cuando
trepan, adelantan los pulgares alternativamente sujetándose en el sustrato con sus fuertes uñas. También
pueden trepar o caminar hacia atrás y para ello utilizan los pies moviéndolos sucesivamente. Su
característica más distintiva es tenerlos girados 180º con respecto a los demás mamíferos, mirando hacia
atrás para poder agarrarse mejor con ellos. En general puede decirse que los murciélagos están poco
adaptados para caminar por el suelo, donde no se mueven con soltura ya que no es su medio: su
adaptación principal es para colgarse o trepar.
Los rinolofos son mucho más inútiles en el suelo que los demás, porque no pueden arrastrarse y
únicamente logran desplazarse con la ayuda de los pulgares. Cuando están suspendidos del techo se
desplazan por las superficies rugosas colgados de los pies poco a poco.
Como resultado de su actividad, los murciélagos dejan también raspaduras en la roca blanda que se
comentarán más adelante.
Esporádicos
Ocasionales Diarios
Perchas
Temporales
Comunitarios
Según número individuos
Individuales
Aunque suelen ocupar varios refugios diferentes durante el año, tienen querencia a usar los mismos
durante decenios (para cada época del año), a no ser que alguna catástrofe o cambio brusco impida su
utilización. Pueden moverse a otros refugios por cambios en las condiciones climáticas, los territorios de
caza, invasiones de parásitos u otras razones de peso como su destrucción, modificación o excesivas
molestias. El conocimiento de estos factores es de gran importancia para una toma de decisiones correcta
sobre su conservación y gestión.
El respeto a los refugios de murciélagos debe ser exquisito, ya que cuando están reposando son
indefensos y fácilmente vulnerables. Por ello en este libro se recomienda en todo momento la observación
de los murciélagos en el exterior, mientras cazan o se ocupan en otras actividades. Un ejemplo de lo
comentado lo encontramos en las grutas de interés turístico, ya que muchas de ellas tenían buenas
colonias, pero la iluminación constante y el trasiego de gente han provocado en muchos casos su
abandono.
Para el reposo durante largas temporadas, los murciélagos buscan refugios tranquilos, en los que el
microclima reinante se mantiene estable a lo largo de todo el período anual. Esta estabilidad climática es
muy importante para ellos, ya que dada la gran superficie de su membrana alar desnuda, se hallan
sometidos a un elevado riesgo de deshidratación por transpiración.
Los tipos de refugios utilizados por los murciélagos pueden clasificarse según su naturaleza en: litófilos
(ubicados en substrato mineral: cuevas, simas, fisuras etc.), Fitófilos (ubicados en árboles) y antropófilos
o artificiales (situados en construcciones humanas). Aproximadamente la mitad de las especies europeas
de murciélagos tienen sus refugios en cuevas. Los murciélagos que habitan en casas y cajas para
murciélagos son, en general, mucho mejor conocidos que los demás. Además son menos sensibles a las
molestias humanas.
Los edificios que utilizan deben tener las techumbres bien conservadas, porque no gustan de las ruinas ni
lugares sucios con basura o telas de araña. A no ser que el grosor de los muros permita su estancia en el
interior (de los propios muros), la posibilidad de entrada de lluvia o corrientes de aire les induce a
abandonarlos.
• El desván
• Los espacios bajo las tejas
• Las cajas de las persianas
• La parte posterior de las contraventanas
• Debajo de la capa que cubre las paredes de cal cuando es gruesa y se descascarilla
• Tras los canalones verticales del agua de la lluvia
• En la cámara de aire si tiene algún orificio para acceder desde el exterior
• En la bodega o lugares subterráneos con rejas que no impidan el paso
• Tras las vigas del techo
Para los propietarios de edificios con murciélagos debemos mencionar que, dejando de lado las molestias
o suciedad que puedan producir, en algunos países europeos se aprecia y valora positivamente su
presencia. Este hecho es constatable por el encarecimiento del precio de las construcciones donde se
alojan por considerarlos "inquilinos de lujo", dada su delicada situación poblacional y sus múltiples
beneficios.
En muchas ocasiones pasan desapercibidos (incluso colonias de cría de cierta entidad) pero no por ello
dejan de ser compañeros de casa o vecinos, pudiendo ascender el número de habitantes mamíferos del
hogar a más de 100 individuos.
Recientemente el Gobierno Autonómico de la Rioja ha publicado una línea de ayudas, para los
propietarios de casas con colonias de murciélagos de algunas especies en peligro en el ámbito europeo. El
interés por el mantenimiento de estas colonias abre una esperanzadora línea de actuación institucional que
puede dar buenos resultados si cunde el ejemplo.
Los murciélagos seleccionan una amplia variedad de refugios para hibernar. Los “Myotis” tratados
genéricamente (cada especie tiene sus peculiaridades), tienden a refugiarse en áreas que están sujetas a
algún movimiento de aire y variación de temperatura. Los rinolofos pueden encontrarse en estas
condiciones, pero también bajo el suelo, donde hay pequeños o nulos cambios diurnos o estacionales. Es
el caso especialmente del rinolofo pequeño.
Refugios invernales
Durante la hibernación muchas especies no dejan ni rastro de dónde se esconden (ya de por si es difícil
encontrar murciélagos incluso en la época activa). Por ello son uno de los grupos más difíciles de
prospectar en el campo. En ocasiones aparecen accidentalmente cuando se cortan árboles o se demolen
los muros que ocupaban. En Navarra recientemente ha sido destruida por una tala la colonia más grande
conocida de murciélago común en árbol con más de 500 individuos.
En los refugios de invierno los ratoneros grandes, los rinolofos y los trogloditas quedan colgando
libremente del techo por lo que son encontrados más habitualmente. Los primeros prefieren estrechos
tubos verticales en forma de embudo en la bóveda de los refugios que, en ocasiones (“zarceras” de las
bodegas castellanas), pueden conectar con el exterior. Los rinolofos son muy esquivos, especialmente en
la época estival lo que les libra de amenazas. Además, necesitan que la entrada a su refugio esté siempre
despejada ya que no saben colarse por hendiduras o grietas. Los orejudos hibernan agarrados a la pared
pero muy próximos al techo de las galerías de las minas o cuevas.
Se deben extremar las precauciones para evitar molestias en los refugios de hibernación, ya que
despertarles puede afectar a su supervivencia. Si casualmente encontramos individuos hibernando en una
cueva o recinto subterráneo no debemos hacer ruido, ni quedarnos cerca observándolos o alumbrándolos:
el calor, la luz y los gases del carburo les causan molestias innecesarias en una fase muy delicada de su
ciclo natural. (Ver tablas tamaños agrupaciones de cría)
Refugios de cría
Para muchas especies, el momento de máximo gregarismo coincide con la primavera, cuando las hembras
se agrupan en las colonias de cría. Su ocupación se produce entre los meses de mayo y julio, con una
considerable variación entre años en cuanto al momento de los partos, estrechamente relacionada con la
climatología. Para criar siempre buscan las partes más cálidas del refugio. Las agrupaciones de cría
responden, al parecer, a una finalidad de termorregulación. Se conocen casos en los que al haberse
reducido sensiblemente el número de hembras criando, la capacidad termorreguladora de la colonia se
redujo hasta un límite en el que la cría fue inviable, produciéndose la extinción de la colonia. En las
guarderías las hembras vuelven con frecuencia para alimentar a las crías.
El comportamiento de los murciélagos a la salida del refugio varía con las especies. Los murciélagos
comunes y rinolofos pequeños entran y salen varias veces antes de irse a cazar definitivamente. Las
especies que tienen un vuelo rápido y recto, como los rabudos y nóctulos, suelen tener las salidas de los
refugios en lugares prominentes (roquedos o edificios y árboles respectivamente), con la caída libre para
favorecer la salida y entrada veloz. Un murciélago rabudo que entró accidentalmente en una casa, dio
vueltas cerradas en círculo volando en una habitación de tamaño medio (observación personal), lo que
indica que en situaciones excepcionales pueden modificar extraordinariamente la velocidad y el tipo de
vuelo.
Los que pueden cernirse o volar lento y dar vueltas cerradas (p.e. los murciélagos Hortelanos y Orejudos),
se meten en refugios o túneles más intrincados ya que maniobran mejor.
Cuando vuelven al refugio y éste tiene una entrada de pequeñas dimensiones, dan vueltas insistiendo
varias veces hasta que entran: esto es fácil de ver para los murciélagos comunes, los rabudos y los
hortelanos. La apariencia de este comportamiento es de que no acertaran correctamente con el agujero.
Algunos refugios tienen varias salidas opcionales que utilizan según las condiciones atmosféricas,
molestias etc.
Es notable la capacidad de las especies fisurícolas, como el murciélago común, para meterse en pequeñas
grietas de reducidas dimensiones. De todos es conocida la habilidad de los ratones para meterse en
espacios reducidos: el factor limitante para la estrechez de la rendija suele ser la dimensión de su cráneo,
ya que el resto del cuerpo es muy flexible y moldeable. De los quirópteros puede decirse lo mismo.
Los murciélagos son muy oportunistas en la utilización de refugios de nueva creación (colonización). En
el caso -documentado por el autor- de un granero que se reformó, se pusieron tejas en ángulo recto en los
laterales del tejado solapándose con la pared, de forma que favorecían la entrada desde abajo. Un año
después ya estaban siendo utilizadas por tres especies: murciélago común, orejudo y hortelano.
En el mercado, especialmente en Inglaterra, existen ya diferentes modelos de refugios para murciélagos y
además abundante material de construcción (tejas, respiraderos etc.), que están pensados para albergar a
estos simpáticos y agradecidos mamíferos.
Manchas de grasa
Las aves se limpian y peinan el plumaje con el pico y lo untan con la grasa de las glándulas uropigiales
para protegerlo de la humedad. De esta manera lo tienen cuidado en todo momento y preparado par sus
importantes funciones, especialmente para el vuelo. De forma análoga, las glándulas cutáneas que los
murciélagos tienen en las proximidades de la boca, segregan una sustancia grasa que mantiene en buenas
condiciones para el vuelo la membrana alar. También probablemente tiene feromonas asociadas, que
actúan en el reconocimiento de los individuos o las colonias. En este aspecto, los jóvenes del año pueden
diferenciarse de los adultos por sus patagios (membrana alar) secos, no grasientos.
Cuando se realizan labores de marcaje (anillamiento científico) para estudiar sus migraciones y biología,
tras manipular varios ejemplares, los guantes o las manos quedan impregnados de una grasa de color
pardusco. Esta grasa queda también como señal de utilización de los refugios en los techos y oquedades
estrechas por las que pasan. La grasa es una señal muy característica de utilización de un determinado
punto como posadero. Además tiene ventajas sobre las señales de desgaste por que quedan impregnadas
también las rocas más duras (no influye para nada la dureza de la roca). (Ver foto)
Pupas de insectos
Los murciélagos tienen varios tipos de parásitos especialmente adaptados a sus particulares condiciones
de vida. Los más frecuentes son los nicteríbidos y los ácaros.
Los nicteríbidos son los ectoparásitos (parásitos externos) más característicos de los murciélagos. Son
pequeñas moscas muy modificadas (adaptadas a la vida parásita) y sin alas. Muy difíciles de coger, se
escabullen entre el pelo del hospedante (murciélago) con una gran habilidad. Para ello tienen cerdas
modificadas en las patas que utilizan para desplazarse por esa selva en miniatura que es el pelo de un
mamífero. Las hembras no realizan la puesta sobre el murciélago sino en su vecindad. Sus larvas en
cuanto nacen se transforman en pupas sin necesidad de alimentarse.
Igual que pasa con los nidos de muchas aves, donde podemos encontrar ácaros y moscas parásitas, los
puparios de los nicteríbidos se encuentran adheridos a los techos y paredes de los refugios de
murciélagos, permaneciendo allí durante largas temporadas en espera de la llegada de la colonia. La
existencia de pupas en el techo puede ser utilizado como una confirmación de la utilización del refugio,
mientras la superficie puede indicarnos el tamaño de la colonia, de la misma forma que las manchas de
grasa. En las grandes colonias se pueden observar las pupas esperando a emerger, ello suelen hacerlo
coincidir con la llegada de los murciélagos al refugio. Cuando el insecto emerge de la pupa tiene un corto
periodo de vida libre durante el que busca rápidamente un hospedante. En ocasiones pueden verse
centenares de nicteríbidos (que parecen pequeñas arañas) paseándose por el techo de la cavidad en busca
de un hospedante.
Las crías y jóvenes murciélagos suelen estar más parasitadas que los adultos ya que tienen menos
defensas atrayendo a muchos parásitos ávidos de alimento que encuentran en ellos un “territorio virgen”.
Los ácaros son frecuentes en las alas y otras áreas sin pelo. Se asemejan a microscópicas arañitas duras y
corretonas. Algunas veces pueden tener también agarradas verdaderas garrapatas. (Ver foto de garrapata
en ratonero)
Los efectos de los parásitos sobre los murciélagos no suelen ser graves. Únicamente en los casos en que
afectan a ejemplares muy debilitados y se encuentran en grandes densidades pueden causarles la muerte,
pero normalmente acompañando a otras causas.
Sonidos
Los murciélagos emiten señales ultrasónicas, recibiendo el eco producido por los obstáculos (o presas
potenciales) para "visualizar" una imagen del entorno en su cerebro.
El sistema utilizado, producto de la selección natural, es similar a un sonar, pero probablemente mucho
más perfeccionado que este aparato construido por los avances humanos. Se trata de una solución
tecnológica natural que demuestra como muchos de los progresos de nuestra especie ya existían en la
naturaleza antes de que el hombre los inventara.
La emisión de ultrasonidos es utilizada también por varios grupos zoológicos diferentes como medio de
comunicación Inter. específica. Dentro de los mamíferos la aprovechan -además de los murciélagos-, los
roedores, los insectívoros, algunos marsupiales y los cetáceos. No se conoce muy bien el grado de
ecolocación de los insectívoros y probablemente los roedores y marsupiales utilizan la alta frecuencia
solo para comunicarse. Los cetáceos, igual que los murciélagos se sirven de ella tanto para relacionarse
con sus semejantes como para obtener una imagen de su entorno (ecolocación).
Los sonidos en los microquirópteros son generados en la laringe que es proporcionalmente más ancha que
en otros mamíferos. Los Vespertiliónidos, en general, emiten con la boca abierta, sin embargo Plecotus,
puede hacerlo por los orificios nasales manteniendo la boca cerrada. Las especies que emiten por los
orificios nasales, como por ejemplo los Rinolofos, frecuentemente tienen complejos repliegues
cartilaginosos asociados. Los ecos son recibidos por las orejas que pueden moverse independientemente.
Los murciélagos deducen la distancia a la que se encuentra su presa a partir de la diferencia de tiempo
entre la emisión de la señal y la recepción del eco. La dirección se obtiene por el retraso de la llegada del
eco en un oido respecto al otro.
La frecuencia de emisión de los quirópteros cubre la gama entre los 20 y los 215 kHz., encontrándose en
general por encima del límite de audición humano que va desde 20 Hz.hasta 20 kHz., y suele ser bastante
característica para cada especie. Las llamadas sociales de muchos de ellos traspasan nuestra frontera de
audición pudiendo ser escuchados sin dificultad especialmente por personas jóvenes, que todavía no han
perdido su capacidad perceptiva para los agudos (la sordera más frecuente, determinada por la edad, suele
conducir a una pérdida de percepción especialmente de los sonidos de alta frecuencia).
Cuando los murciélagos cazan, a la fase de búsqueda, en la que las señales son características de la
especie, le sigue la de aproximación. Aquí el ritmo aumenta y desciende la frecuencia, haciéndose los
pulsos más cortos. La agilización del ritmo tiene lugar para obtener un mayor poder de resolución durante
el lance.
Las personas que no han abusado excesivamente del ruido infernal de las discotecas o de los cascos con
alto volumen y conservan una buena audición, pueden disfrutar escuchando las emisiones en baja
frecuencia de algunas especies (las de alta frecuencia son totalmente inaudibles para el hombre). Como
susurros en la noche se pueden escuchar varias especies, incluso cerca o en el interior de núcleos
urbanos.
Podemos disfrutar del sonido de varias especies, e incluso verlas, simplemente abriendo la ventana de
nuestra casa cualquier noche cálida, sin necesidad de ningún aparato especial.
Basta para ello con el resplandor nocturno de la ciudad sobre el cielo incluso en el interior de una gran
ciudad. Los sonidos de los murciélagos son un relajante fondo para abstraerse e ir entrando en un sueño
profundo después de acostarnos, especialmente si el ensordecedor ruido del tráfico no llega hasta
nosotros.
Los murciélagos cuyas emisiones o pulsos pueden entrar en el rango de audición humano (20 kHz.) y
pueden ser escuchadas con más frecuencia sin la ayuda de sofisticados aparatos, son las llamadas sociales
del murciélago común, así como las emisiones del murciélago de Natterer, Nóctulo común, Nóctulo
pequeño, murciélago Hortelano y Rabudo.
Hábitat: Es fundamental conservar las áreas de campeo. Ya que la simplificación de los ecosistemas
reduce la variedad y abundancia de presas.
Además los pesticidas actúan sobre las presas y sobre ellos mismos por bioacumulación. Les afectan por
tanto de dos maneras: por una parte reduciendo su alimento y por otra alterando su organismo.
Es importante el conocimiento del hábitat de cada especie con vistas a su conservación, ya que su perdida
o transformación puede causar graves declives.
Refugios: En los últimos tiempos ha aumentado la perturbación humana directa en las colonias, asociada
a nuevas modas como el espeleoturismo y los deportes de aventura.
Por su costumbre de concentrarse en gran número es un grupo de animales muy vulnerables. Además se
ha de tener en cuenta que si se extermina una colonia local una gran área geográfica puede perder sus
murciélagos. Con los murciélagos no son raros los actos vandálicos ligados a falsas creencias en los que
muere un buen número de individuos.
Existe un cúmulo de información dispersa a través de Europa que sugiere que las poblaciones de
murciélagos han declinado sustancialmente durante el presente siglo y que también han ocurrido
extinciones locales.
Stebbings (1988) relata pérdidas de colonias y descensos poblacionales especialmente en el norte y centro
de Europa durante este siglo para las especies: murciélago Troglodita, Rinolofo grande, mediano y
pequeño, y murciélago ratonero grande. Se han detectado declives en bastantes países europeos a partir de
la segunda guerra mundial. En los países nórdicos y centroeuropeos, la situación es peor, con extinción de
algunas especies.
El murciélago ratonero grande se ha extinguido en el norte de su área de distribución. La mayoría de las
pérdidas se han producido desde 1950 hasta nuestros días.
Aunque es difícil de saber con exactitud, los murciélagos forestales, que dependen de árboles viejos con
oquedades, también han descendido. La política forestal vigente no respeta los árboles viejos,
fundamentales para muchas aves y mamíferos. Incluso el murciélago común ha descendido un 62% entre
1978 y 1986 en Inglaterra. El único que parece que ha aumentado es el murciélago ribereño.
En el sur de Europa aunque hay menos datos, se han registrado similares declives aunque Portugal,
España, Italia y Grecia todavía mantienen poblaciones bien conservadas.
La legislación europea y los “libros rojos”, se hacen cargo de estas circunstancias y han catalogado las
diferentes especies según su estatus poblacional y categoría de amenaza.
El consumo de grandes cantidades de insectos les ha valido el prestigio como especies beneficiosas
asociadas a la agricultura. Pero independientemente de que a nuestras actividades o a nosotros nos
beneficie su presencia, son un grupo que, como todos, cumplen su papel en los ecosistemas.
Pero cuidado, el vivir en sitios inaccesibles o no usuales les hace no estar preparados para huidas rápidas.
Por esta razón son muy vulnerables a molestias y ataques. La leyenda que les rodea no favorece en nada
su protección a pesar de ser beneficiosos e inocuos (Solo se defienden si se les molesta y les resulta
especialmente desagradable que se les estiren las alas). La desdichada costumbre, tan arraigada en
celtiberia, de ponerles un cigarro en la boca, además de tener connotaciones de sadismo, en la mayoría de
las ocasiones es letal para el ejemplar.
Ala de murciélago
Rinolofo
Pipistrellus
pipistrellus
Mus musculus
Piña de murciélagos.
Murciélago común
GRANDE DE HERRADURA * *
PEQUEÑO DE HERRADURA * *
MEDITERRÁNEO DE HERRADURA * * *
MEDIANO DE HERRADURA * * *
PATUDO * * * *
RIBEREÑO * *
DE BECHSTEIN *
DE NATTERER * *
OREJIROTO * *
BIGOTUDO * *
RATONERO GRANDE * *
RATONERO MEDIANO *
DE BOSQUE * *
OREJUDO SEPTENTRIONAL *
OREJUDO MERIDIONAL *
COMÚN * * *
DE BORDE CLARO * *
DE NATHUSSIUS * *
MONTAÑERO *
HORTELANO *
NÓCTULO PEQUEÑO *
NÓCTULO GIGANTE *
NÓCTULO COMÚN *
TROGLODITA * * *
RABUDO * *
GRANDE DE HERRADURA *
PEQUEÑO DE HERRADURA * * *
MEDITERRÁNEO DE HERRADURA * *
MEDIANO DE HERRADURA * * *
PATUDO * *
RIBEREÑO * *
DE BECHSTEIN * * * *
DE NATTERER * * * * *
OREJIROTO * * *
BIGOTUDO * * * *
RATONERO GRANDE * * * * *
RATONERO MEDIANO * * * *
DE BOSQUE * *
OREJUDO SEPTENTRIONAL * *
OREJUDO MERIDIONAL * * * * *
COMÚN * * * * * *
DE BORDE CLARO * * *
DE NATHUSSIUS * * * * * *
MONTAÑERO * *
HORTELANO * * * * *
NÓCTULO PEQUEÑO *
NÓCTULO GIGANTE *
NÓCTULO COMÚN * * *
TROGLODITA * * * * *
RABUDO * *
TABLA 2: ESTRATEGIAS DE CAZA DE LAS DIFERENTES ESPECIES
COGEN LAS COGEN PRESAS DE RECOGEN INSECTOS COGEN LAS COGEN UTILIZAN
PRESAS EN EL LA SUPERFICIE DEL DE UNA SUPERFICIE PRESAS EN VUELO INSECTOS PERCHAS
AIRE AGUA SÓLIDA EN PICADO DEL SUELO DONDE COMEN
NATURALES ARTIFICIALES
CORTADOS Y
CUEVAS IGLESIAS MUROS Y CONSTRUCCIONES CASETAS PARA
FISURAS DE ÁRBOLES PUENTES TÚNELES MINAS BODEGAS DESVANES MOLINOS TRANSFORMADORES
Y SIMAS ERMITAS PRESAS EN GENERAL MURCIÉLAGOS
ROCAS
GRANDE DE HERRADURA * * * * * *
PEQUEÑO DE HERRADURA * * * * * * *
MEDITERRÁNEO DE HERRADURA * * *
MEDIANO DE HERRADURA * *
PATUDO * * * *
RIBEREÑO * * * * * * *
DE BECHSTEIN * * *
DE NATTERER * * * * * * *
OREJIROTO * * * * * * *
BIGOTUDO * * * *
RATONERO GRANDE * * * * * * *
RATONERO MEDIANO * * * * *
DE BOSQUE * * * * * * *
OREJUDO SEPTENTRIONAL * * * * * * * * * *
OREJUDO MERIDIONAL * * * * * * * * * *
COMÚN * * * * * * * *
DE BORDE CLARO * * * *
DE NATHUSSIUS * *
MONTAÑERO * * * * *
HORTELANO * * * * * * * * * *
NÓCTULO PEQUEÑO * * *
NÓCTULO GIGANTE *
NÓCTULO COMÚN * * * * *
TROGLODITA * * *
RABUDO * * *