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Alejandro Mario Aarón Quiñones

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Animación Digital

1. El momento que más captura mi atención en la historia de Ana es cuando decide ayudar a
la nueva novia de su ex marido. Me produce especial admiración, pues considero que marca
el punto de inflexión entre ser una sobreviviente -como ella misma se categoriza- y ser
parte de un ambicioso proyecto de atención y ayuda dirigido a mujeres; y aún más
imaginando el enorme reto emocional que habrá sido el enfrentar nuevamente a la persona
que le había causado tanto daño.

2. La madre de una amiga se vio envuelta en una situación muy similar, en donde -por
costumbres de la época- se casó prontamente con el que sería el padre de sus tres hijas. A
pesar de haber recibido una bofetada cuando aún eran novios, la normalizada violencia de
esos años (dentro y fuera de los hogares de la región), la llevó a perdonarlo y considerar
esto una falla menor. Como era de esperarse, durante su convivencia marital, los episodios
de violencia domestica siguieron sumando; hasta el día en que, producto de su
descontrolado carácter, el hombre sería asesinado en medio de una riña callejera. La madre
de mi amiga confiesa que en ese momento de su vida no contaba con la educación ni el
ejemplo para comprender el error que cometía al permitir dichos actos de violencia hacia
ella.

Al enviudar, se vio en la necesidad de seguir estudiando para sacar adelante su familia, y


tras muchos esfuerzos logró convertirse en profesora y más adelante trabajaría en una
entidad pública. Poco a poco y gracias a la calidad de vida que le fueron brindando los
empleos a los que tuvo acceso (gracias a su persistencia con la educación), fue dejando
atrás tantas costumbres que permeaban la sociedad de la época, y hoy sus hijas han tomado
la lección de vida de su madre como referencia en sus relaciones interpersonales, pudiendo
evitar el dolor que su madre alguna vez sintió.
3. Mas allá de la violencia basada en género, me gustará referirme sobre la violencia
intrafamiliar o la violencia -a secas-.
Pareciera que, independientemente de quien la recibe, el agresor siempre se rige por un
deseo exacerbado de dominación o extrema sumisión a la autoridad. En el primer caso cabe
el ejemplo de Ana Bella, donde un marido compulsivo y controlador intenta mermar la
independencia de su pareja. En el segundo, podría extenderse a casi cualquier episodio de
la historia bélica mundial, donde el individuo (civil o militar) se adhiere a los códigos de
comportamiento de un grupo o un mandatario, perdiendo así su autonomía; esto bien lo
ejemplifica el famoso experimento de Milgram.
Aun así, pese a esta distinción de causas, me es difícil imaginar una situación en la cual no
exista por lo menos una figura de autoridad precedente (por lo menos dentro de contexto
de la sociedad moderna), como lo puede ser un padre o una madre violentos.
Es por esto que tiendo a pensar que el problema de la violencia no tiene tanto que ver con
ciertos esquemas sociales o familiares violentos, sino más bien, con nuestra capacidad -
como humanos y animales sociales- por mantener nuestra individualidad frente a la presión
de una autoridad o una especie de reflejo condicionado de la misma, como es el caso de los
niños que crecen siendo agresores después de ser maltratados.
Esta es la razón por la cual considero que, exceptuando los casos en que el agresor sufre
algún trastorno mental, son buenos antídotos contra la violencia: la auto exploración, la
filosofía y la investigación; siendo todos estos mecanismos de comprensión y
confrontación de la sociedad y sus tradiciones.

4. La pena para quien incurra en delito de feminicidio será de entre 250 y 500 meses de
prisión, pudiendo ser extendida hasta 600 meses por las siguientes agravantes:

- Cuando el autor tenga la calidad de servidor público y desarrolle la conducta punible


aprovechándose de esta calidad.
- Cuando la conducta punible se cometiere en mujer menor de dieciocho (18) años o
mayor de sesenta (60) o mujer en estado de embarazo.
- Cuando la conducta se cometiere con el concurso de otra u otras personas.
- Cuando se cometiere en una mujer en situación de discapacidad física, psíquica o
sensorial o desplazamiento forzado, condición socioeconómica o por prejuicios
relacionados con la condición étnica o la orientación sexual.
- Cuando la conducta punible fuere cometida en presencia de cualquier persona que
integre la unidad doméstica de la víctima.
- Cuando se cometa el delito con posterioridad a una agresión sexual, a la realización de
rituales, actos de mutilación genital o cualquier otro tipo de agresión o sufrimiento
físico o psicológico.
- Por medio de las circunstancias de agravación punitiva descritas en los numerales 1, 3,
5, 6, 7 y 8 del artículo 104 de este Código.

Ley 1761 de 2015. Por la cual se crea el tipo penal de feminicidio como delito autónomo
y se dictan otras disposiciones. (Rosa Elvira Cely). 6 de julio de 2015 DO No. 49.565.

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