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Terremoto en Haití

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https://www.youtube.com/watch?v=7wwCHLBW21Q

Artículos periodísticos:
En Haití se combate la violencia por razón de género y
se cambian las percepciones
PUERTO PRÍNCIPE, Haití, 20 de octubre de 2010 – Terlena Day-Isaac, de 25 años de edad, asciende una
colina en el campamento de Terrain Acra, ubicado en Puerto Príncipe, la capital de Haití. Terlena integra el
personal del American Refugee Committee (ARC), una ONG aliada de UNICEF que les enseña a las niñas y
mujeres de Haití acerca de sus derechos con respecto a la violencia por razón de género, término que
comprende la violencia doméstica, la prostitución forzada y la agresión y violación sexual.

VÍDEO: El corresponsal de UNICEF, Pedro Bujalance, informa sobre los esfuerzos para cambiar las actitudes hacia la
violencia de género en Haití después del terremoto. Véalo en RealPlayer

Day-Isaac se detiene en una de las chozas del campamento, donde han hallado refugio miles de personas
que viven en tiendas de campaña y otras viviendas precarias desde el terremoto que sacudió Haití en enero
pasado. Frente a la simple plancha de metal de desecho que sirve de puerta de la vivienda, la funcionaria del
ARC ofrece detalles sobre la situación en que viven las mujeres en el campamento.

“Imagínese lo que es vivir en una casa como ésta”, comenta, “donde cualquier hombre puede empujar la
plancha de metal y entrar. Y si alguien vive en una tienda de campaña, el agresor puede abrirla de un tajo
hasta con una navaja de afeitar y atacar a una niña. De manera que no hay ninguna seguridad”.

Vivir presas del temor

“En Haití, las violaciones y otras formas de violencia y explotación sexual han sido empleadas a lo largo de la
historia como armas políticas contra las comunidades, con el fin de sojuzgarlas mediante el temor y la
desconfianza entre los géneros”, comenta Mendy Marsh, Especialista de UNICEF en violencia por razón de
género en situaciones de emergencia, en un estudio que elaboró a mediados de este año. Marsh agrega que
la situación creada por el terremoto y la aparición de decenas de campamentos de desplazados en la capital
haitiana han agravado aún más el peligro de episodios de violencia por razón de género.
© UNICEF video
En el campamento de desplazados
por el terremoto de Terrain Acra, en
Puerto Príncipe, una instructora
dirige un debate sobre las
percepciones acerca de la violencia
por razón de género que tienen las
mujeres que asisten a la clase.

Day-Isaac agrega que la vida en los campamentos ha dado lugar a nuevos peligros para las niñas y las
mujeres. Ella ha notado, por ejemplo, que los hombres que residen en los asentamientos provisionales
tienden a mostrarse más agresivos cuando las mujeres se reúnen para bañarse en uno de los grifos de uso
común.

Aún antes del terremoto, resultaba muy difícil, cuando no imposible, obtener estadísticas fidedignas sobre la
incidencia de las violaciones y agresiones sexuales en Haití. En algunos casos, las mujeres quieren evitar el
estigma social que conlleva denunciar que han sido víctimas de violaciones o agresiones sexuales. Y en otros,
debido a la falta generalizada de confianza en la policía, creen que sus denuncias no tendrán absolutamente
ningún efecto ni obtendrán resultados.

Los expertos de UNICEF creen que los delitos sexuales han aumentado debido a las difíciles condiciones de
vida que reinan en los campamentos desde el terremoto. Uno de los problemas fundamentales es la
incomodidad física de vivir en una choza o una tienda de campaña que puede ser sofocante, además de
peligrosamente frágil, teniendo en cuenta que en esta nación se avecina la temporada de huracanes. Muchos
hombres se sienten impotentes y privados de sus derechos y atributos tras haber perdido sus hogares y
medios de subsistencia debido al terremoto. Y en algunos casos, descargan sus frustraciones en las niñas y
mujeres.

Medidas de seguridad

“Se trata de una situación difícil para todos. Para los hombres, para las mujeres, para los niños y para las
niñas”, señala Sunita Palekar, otra especialista en cuestiones relacionadas con la violencia por razón de
género de UNICEF.

© UNICEF video
La inseguridad y las difíciles
condiciones que reinan en los
campamentos de desplazados por el
terremoto en Haití aumentan el
riesgo de que las mujeres y niñas
sean objeto de violencia y
agresiones sexuales.

“Los hombres carecen de medios para ganarse la vida y, por lo tanto, no pueden mantener a sus familias”,
añade. “Esas circunstancias aumentan las probabilidades de que se desencadenen hechos de violencia, ante
los cuales las mujeres y las niñas están en una situación de especial vulnerabilidad. En los campamentos hay
muchas niñas y mujeres que quedaron separadas de sus familias y viven solas. La carencia de estructuras
sociales, de redes de contactos y de apoyo familiar también incrementa el nivel de vulnerabilidad de las niñas
y mujeres”.
UNICEF colabora con la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití en la aplicación de medidas
prácticas que aumenten la seguridad de las niñas y mujeres. Por ejemplo, el mejoramiento del alumbrado en
los campamentos y el aumento de las labores de patrullaje por parte de las fuerzas de paz. UNICEF también
colabora con los ministerios de Salud y Justicia de Haití para establecer mejores mecanismos de denuncia de
violaciones, que garanticen que las mujeres que interpongan las denuncias no serán objeto de represalias y
que las autoridades tendrán en cuenta sus denuncias y tomarán medidas al respecto.

Cambiar las actitudes

Además, UNICEF trata de vencer el obstáculo más abstracto de modificar las percepciones de los hombres
haitianos acerca de la masculinidad, las mujeres y la violencia. Como señala Marsh en su estudio, la idea de
que la masculinidad se relaciona con la violencia y la dominación es un concepto adquirido. Las actitudes de
los niños y hombres se deben en parte a la percepción de que los actos de violencia contra las mujeres
forman parte de la identidad masculina, aún cuando el niño o el hombre crean que la violencia está mal.

“En este país se tolera demasiado la violencia, diciendo que se trata de algo que siempre ha existido, y que
así es”, comenta Françoise Gruloons-Ackermans, Representante de UNICEF en Haití. “En los campamentos,
se trata de modificar esa situación mediante la capacitación, la orientación y la concienciación. Pero también
es necesario elaborar sistemas de prevención nuevos e innovadores”.

Entre las labores que se llevan a cabo a tal fin figura una nueva campaña de educación orientada a modificar
las percepciones sobre la masculinidad que los niños y hombres aprenden desde la infancia. En las clases se
les pide que elaboren nuevas definiciones del concepto de masculinidad basándose para eso en lo que crea
cada uno. Por ejemplo, que la violencia contra las mujeres está mal y que intervenir para prevenir los actos de
violencia y prestar apoyo a sus víctimas es un gesto digno de admiración.

No tienen por qué ser víctimas

En las clases para las mujeres, que han aprendido a ser víctimas de las agresiones sexuales, las violaciones y
otros delitos y crímenes en forma similar a la manera en que los niños y los hombres aprendieron a
cometerlos, se les enseña cuáles son las acciones y los comportamientos que constituyen actos de violencia.

En un aula con paredes de madera prensada y varias filas de asientos, Mavina Estenovil, una maestra del
American Refugee Committee, dirige una clase a la que asisten unas 20 niñas y mujeres. “¿Pueden decirme
qué es la violencia física?”, pregunta. “Quiero saber algunos detalles sobre ella”.

Una mujer responde que la violencia física ocurre cuando “a una le sucede algo que no le debería suceder”.
Estenovil sacude la cabeza en gesto de desaprobación. “La violencia física”, dice, “es cuando alguien te pega,
cuando te pegan, te golpean, te hacen daño: todo eso es violencia física”.

Al finalizar la clase, Estenovil comenta que las mujeres tienden a aceptar la violencia. “Se trata de algo que no
es fácil quitarles de la cabeza”, explica. “Pero en nuestros seminarios repetimos una y otra vez que la
violencia no es nada bueno, nada bueno. Y poco a poco van aprendiendo que no tienen por qué ser víctimas”.

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/infobycountry/haiti_56589.html 14/6/2020


Diario de campo: Una integrante de UNICEF regresa a
Haití, donde encuentra esperanza

© UNICEF/Haiti/2010/Cifora Monier
Varias mujeres y niños lavan ropa en
el campamento Hope, localizado a 5
kilómetros de la frontera con la
República Dominicana.

Tamar Hahn, Oficial Regional de Comunicaciones de UNICEF, elaboró este diario de campo
tras visitar un asentamiento provisional para niños, niñas y familias afectadas por el terremoto
en Haití.

CIUDAD DE PANAMÁ, Panamá, 5 de mayo de 2010 – Acabo de regresar de mi primera visita a Haití desde
poco después del terremoto del 12 de enero, cuando fui testigo de la destrucción indescriptible que había
provocado ese desastre natural.

En aquella oportunidad, viajé a Haití inmediatamente después del sismo y desde entonces he estado
colaborando con la respuesta de emergencia de UNICEF. En cambio ahora, más de tres meses después,
quise ver con mis propios ojos en qué estado se encuentran el país, sus pobladores y, en especial, los niños y
niñas haitianos.

La vida en el campamento Hope

Viajé a Haití buscando esperanza y eso es exactamente lo que encontré en el campamento Hope, un
asentamiento que alberga a unos 1.500 desplazados. En el campamento, situado en un amplio terreno
desolado a sólo 5 kilómetros de la frontera con la República Dominicana, los refugiados viven en tiendas de
campaña suministradas por la Cruz Roja y UNICEF.

© UNICEF/Haiti/2010/Cifora Monier
Varios niños juegan en el
campamento Hope, localizado en las
cercanías de la frontera con la
República Dominicana. En el
campamento se mantiene un registro
de todos los niños y niñas no
acompañados.

Durante mi recorrido por el campamento se me informó que todos los niños sin acompañantes que llegaron al
mismo fueron inscritos en un registro. Las personas adultas que fueron al campamento Hope en busca de sus
hijos en las semanas posteriores al terremoto tuvieron que probar que eran parientes de los menores, un
requisito muy importante si se tiene en cuenta que la trata transfronteriza de menores es motivo de grave
preocupación.

A corta distancia del campamento, en el hospital de campaña donde inmediatamente después del terremoto
se atendió a más de 2.000 haitianos heridos y lesionados, ahora sólo recibían tratamiento unas 25 personas.
El equipo de doctores y enfermeras de la Universidad de Harvard a cargo del centro sanitario estaba poniendo
fin a sus operaciones y sus integrantes se preparaban para regresar a casa.

Aparentemente, aunque Haití ya no se desangraba, aún estaba muy lejos de haber sanado completamente.

La escuela es la vida

En el campamento, los niños y niñas se protegían de los intensos rayos del sol sentados en bancos de
madera bajo toldos de láminas de plástico. Me senté junto a un pequeño grupo de niñas y les pregunté cómo
estaban.

© UNICEF/Haiti/2010/Cifora Monier
El terremoto del 12 de enero
destruyó unas 4.700 escuelas
haitianas. UNICEF y sus aliados han
comenzado a reabrir las puertas de
varios centenares de
establecimientos de enseñanza.

“Estoy muy bien”, dijo Jessica, de 17 años, “aunque me siento aburrida. No tengo nada que hacer, y tengo
hambre”.

Jessica también comentó acerca de los problemas de saneamiento del campamento. “El agua da asco, al
igual que los retretes”, afirmó. “Todos tenemos sarpullido porque el agua está sucia”. Los médicos del hospital
de campaña me confirmaron que el agua del campamento está contaminada y que los análisis del líquido
habían detectado la bacteria E. coli.
Al igual que muchos otros adultos del campamento, la madre de Jessica pasa el día en Puerto Príncipe, la
capital de Haití, tratando de volver a poner en marcha su negocio. Mientras la madre atiende su puesto de
venta de ropa usada, Jessica permanece en el campamento.

El terremoto de Haití destruyó o provocó daños a unas 4.700 escuelas, pero el mes pasado UNICEF comenzó
a reabrir varios centenares de esos centros de enseñanza. Sin embargo, Jessica me contó que, al igual que
muchos otros niños y niñas, carece de medios para comprar el uniforme, los zapatos y los libros que necesita
para volver a clases. Añadió que le haría muy feliz volver a la escuela. Cuando le pregunté por qué, la niña
sonrió y exclamó “¡Porque la escuela es la vida!”.
Seguir sobreviviendo

En esta nueva visita percibí un evidente cambio en Puerto Príncipe. La ciudad está nuevamente llena de vida
y ha recuperado su carácter caótico, ruidoso y vertiginoso. Las calles parecen de nuevo un colorido bazar con
cientos de puestos donde se venden productos de toda clase, como zapatos que los comerciantes cuelgan de
las ramas de los árboles, maíz asado en las aceras, neumáticos, almohadas y hasta champán francés.

© UNICEF/Haiti/2010/Cifora Monier
Jessica, de 17 años, vive en el
campamento Hope, cerca de la
frontera con la República
Dominicana. Gracias a la ayuda de
UNICEF, en esta zona se han
comenzado a reabrir las escuelas,
pero Jessica, al igual que muchos
otros niños desplazados, carece de
medios para volver a clases.

En medio del bullicio, sin embargo, se percibe una muda ansiedad. En todos lados hay campamentos cuyos
pobladores viven hacinados. Los improvisados refugios iniciales han sido reemplazados por tiendas de
campaña con los logotipos de organismos de las Naciones Unidas y de organizaciones no gubernamentales.
Los habitantes de los campamentos cuentan con alimentos, letrinas y agua, aunque ésta no sea siempre
suficiente y las letrinas estén con frecuencia anegadas o inutilizadas.

De noche, los campamentos se transforman en sitios oscuros y peligrosos, donde se han ocurrido casos de
violaciones de niñas y mujeres. Los trabajadores sociales aconsejan a los padres y madres mantener cerca a
sus hijos.

Para los cientos de miles de haitianos que aún viven en esas condiciones precarias, la vida es sólo un poco
mejor que inmediatamente después del terremoto, cuando tuvieron que reunir las pocas pertenencias que
pudieron rescatar del desastre y lanzarse a las calles. El Gobierno ha comenzado a instalar a los desplazados
en sitios más permanentes, donde estarán protegidos durante la cercana temporada de lluvias. Pero esas
labores avanzan de manera dolorosamente lenta.

Entre tanto, los habitantes de Puerto Príncipe siguen sobreviviendo.

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/infobycountry/haiti_53590.html Visita: 14/6/20202


AMÉRICA LATINA
Haití: una década después el terremoto no
ha acabado
El terremoto de 7,3 en la escala abierta de Richter, el gigantesco "guodou
goudou" que reventó a buena parte del país, convirtió a Haití el 12 de enero
de 2010 en un laboratorio del fin del mundo

Combo fotográfico que muestra (i) una foto del 20 de enero de 2010 de un barrio
destruido y (d) foto del mismo barrio el 9 de enero de 2020, en Puerto Príncipe
(Haití).EFE
• DANIEL LOZANO
Actualizado Domingo, 12 enero 2020 - 02:48

• Álbum. Las secuelas del terremoto en Haití


En la pesadilla de los haitianos se repite el mismo sonido una y otra vez,
desgarrador, implacable: "¡Goudou, goudou!". Hace una década la tierra bramó
durante 35 segundos con tal fuerza que se tragó parte de su capital, Puerto
Príncipe. Como si se tratase de una bomba atómica de la naturaleza lanzada con
crueldad y saña contra el país más pobre del continente.
El terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter, el gigantesco "guodou
goudou" que reventó a buena parte del país, convirtió a Haití el 12 de enero de
2010 en un laboratorio del fin del mundo. Dos réplicas inmediatas, una
veintena en las primeras horas e innumerables durante los primeros días
profundizaron la devastación.

La mayor tragedia natural del siglo: más de 300.000 muertos, casi 400.000
heridos y miles de lisiados. Más de 100.000 viviendas totalmente destruidas,
otras 200.000 con daños muy graves, cientos de escuelas y centros de salud
inutilizados y un millón y medio de personas obligadas a vivir en 1.150
campamentos de refugiados. Durante años caminar Puerto Príncipe era como
introducirse en la peor zona cero del planeta.

Haití no se esperaba un terremoto, aunque su capacidad para prevenirlo era


mínima. Sus casas, construidas con techos pesados para combatir los huracanes
del Caribe, se derrumbaron como si fueran un acordeón. Desde el Palacio
Presidencial hasta la catedral pasando por el Parlamento y la mayoría de los
edificios públicos. René Preval, presidente entonces, escapó de milagro del
derrumbe y se subió a una moto que pasaba por allí. Días después vestía la
misma ropa, para dejar claro que el terremoto también había pulverizado al frágil
estado haitiano.

Al menos quedó de pie el monumento al libertador de un país


valiente, Toussaint Louverture, en el corazón del Campo de Marte, convertido
durante años en el campo de refugiados más grande del continente. Haití fue el
primer país en conquistar su independencia en América Latina, tierra de
esclavos sobre la que clavaron sus lanzas con las cabezas de los hacendados
esclavistas para empezar una nueva era a contracorriente. Siempre a
contracorriente.

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2020/01/12/5e1a6ccefc6c83ec318b4637.html

Visita: 13/6/2020
10 años del terremoto de Haití: 5
cosas que devastaron al país caribeño
antes del sismo de 2010
Lioman Lima - @liomanlimaBBC News Mundo
• 11 enero 2020

Derechos de autor de la imagenAFPImage captionUna década después del terremoto, las calles de
Haití todavía muestran pocas señales de recuperación.

Era el 12 de enero de 2010 y la tarde comenzaba a caer con su ajetreo sobre Haití.

El mercado Hippolyte, en el centro de Puerto Príncipe, era un hervidero de gente, cajas y


carretillas.

Unos fieles entraban y otros salían con sus rezos de la catedral del Sacre Coeur y en la Plaza de
Marte, unos soldados aburridos hacían guardia frente a las paredes blancas del Palacio
Presidencial.

Faltaba poco para que todo eso se volviera escombro y memoria trágica.
▪ Haití llora por las víctimas del terremoto
▪ Carros quemados, presos fugados y embajadas cerradas: cómo una protesta contra el
gobierno generó una violenta crisis en el país más pobre de Occidente

A las 16:53 hora local un terremoto de magnitud 7 sacudió la capital y gran parte de la
empobrecida ciudad se vino abajo. Más de 316.000 personas murieron, 350.000 resultaron
heridas y más de 1,5 millones se quedaron sin hogar, según cifras del gobierno haitiano.
Las consecuencias todavía se sienten una década después: poco se ha levantado de lo que quedó
en ruinas, la miseria, la inseguridad y la insalubridad son rampantes y Haití sigue haciendo trágico
honor a su fama de nación más pobre del Hemisferio.
"Podemos decir que 10 años después Haití no se ha recuperado del terremoto", asegura a BBC
Mundo Robert Fatton, profesor de la Universidad de Virginia, en EE.UU., y autor de Haiti's
Predatory Republic: The Unending Transition to Democracy (2002) ("La República depredadora
de Haití: la interminable transición a la democracia")

"Su economía ha seguido muy débil, la mayoría de los productos que se comen o se venden son
importados. El país ha tenido un liderazgo muy pobre y, a la vez, ha sido golpeado por numerosos
desastres naturales en los últimos años que solo han aumentado la crisis", agrega.

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEl Palacio Nacional de Haití fue uno
de los edificios emblemáticos de la capital que se derrumbó tras el terremoto.

Sin embargo, Fatton y otros analistas consultados por BBC Mundo coinciden en que el sismo del 12
de enero de hace 10 años fue probablemente el más trágico -y geológico- de los temblores de todo
tipo que han estremecido a la nación caribeña a lo largo de su historia.

Pero no el único.

"La situación que Haití vive hoy no es solo resultado del terremoto de 2010. Ha sido un proceso
histórico y social más complejo. El sismo solo hizo agudizar y poner a la vista pública lo que ya se
venía sufriendo desde años antes", le dice a BBC Mundo Brian Concannon, director ejecutivo del
Instituto de Justicia y Democracia en Haití.

Pero ¿cómo Haití, que era una de las colonias más desarrolladas del Caribe en el siglo XVIII,
terminó convertida en el país más pobre del Hemisferio?
1-"Una nación paria"
Cuando se liberó de Francia en 1804, Haití no solo se convirtió en el primer país independiente
de Latinoamérica y el segundo del continente (después de EE.UU.), sino la primera y única
nación del mundo forjada por esclavos.

"Pero ahí comenzaron sus problemas: era un país independiente gobernado por exesclavos negros
en un mundo regido por el poder colonial blanco y esclavistas. Eso hizo que a Haití nunca se le
permitiera salir adelante", señala Concannon.

De acuerdo con Fatton, a través de los años se fue construyendo una corriente basada en un
argumento racial que consideraba a Haití como un Estado débil, gobernado por autoridades
despóticas que de cierta forma lo convirtió en una "nación paria".

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionTras la Revolución haitiana el


gobierno de Haití ordenó matar a la población blanca, lo que culminó llevó a que entre 3.000 y
5.000 perdieran la vida.

Y si bien el país vivió una peculiar historia tras su fundación, salpicada por emperadores negros y
actos horribles de violencia, su ejemplo de liberación también llevó a que los poderes coloniales
vecinos no lo reconocieran como nación (por temor a de que pasara lo mismo en sus territorios).

Fatton considera que esto llevó a que se promoviera un "sentimiento antihaitiano".

"Con la independencia surge también una corriente que llamo a la marginalización de Haití que no
quedó en ese momento, sino que se ha mantenido a través de los años en diferentes
circunstancias", indica.
"A Haití nunca se le perdonó ser una nación negra libre y gobernada por negros. Ha sido su cruel
destino", agrega.

2- La deuda con Francia

La independencia le salió cara a Haití.

Para lograr cierto reconocimiento ante la comunidad internacional, el entonces presidente


haitiano Jean-Pierre Boyer firmó en 1825 uno de los acuerdos más extraños -y lamentables- de la
historia: la Real Ordenanza de Carlos X.

El pacto, promovido por el imperio francés, le prometía a Haití reconocimiento diplomático a un


precio: la nación caribeña se comprometía a

▪ un arancel del 50% de reducción a las importaciones francesas

▪ y una indemnización de 150.000.000 francos en oro, supuestamente, para compensar a los


antiguos colonos por las propiedades que habían perdido.
"Esa indemnización, en el valor actual, fue de entre 12.000 y 20.000 millones de dólares", cuenta
a BBC Mundo la historiadora Carolyn Fick, experta en Haití en la Universidad de Concordia, en
Canadá.
▪ La multimillonaria multa que Haití le pagó a Francia por convertirse en el primer país de
América Latina en independizarse

"Su pago paralizó literalmente la capacidad de los haitianos para invertir en infraestructura,
educación pública y el funcionamiento general de los servicios gubernamentales", agrega.

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage caption Dibujo de la bandera de 1838,


cuando ya el país estaba irremediablemente endeudado.
De acuerdo con Fatton, esos 150.000.000 francos equivalían a los ingresos anuales del
país multiplicados por 10, lo que llevó al gobierno haitiano a pedir numerosos préstamos -y
endeudarse-con bancos franceses, estadounidenses o alemanes.

"Se creó una espiral de deudas sin fin para pagar esa indemnización a Francia y, aunque se
renegoció, para cuando se terminó de pagar en 1893 Haití había pasado ya casi un siglo desde su
fundación sin poder invertir en su desarrollo y estaba altamente endeudado con bancos de todos
lados", recuerda.

3- Las políticas de Estados Unidos

Según los expertos consultados por BBC Mundo, más allá del conflicto con Francia que llevó a la
independencia y a la estocada de la deuda, la relación internacional que más ha marcado la historia
-y el presente- de Haití sea probablemente la que tiene con EE.UU.

"Fueron las dos primeras naciones independientes del continente, pero Estados Unidos no
reconoció la independencia de Haití hasta más de 60 años después", recuerda Concannon.

El reconocimiento coincidió con una etapa en la que Washington buscaba consolidar su posición
como poder principal de la región.

La historiadora Carolyn Fick explica que por esos años se da un proceso de penetración de capital
y adquisición de empresas haitianas que tendría uno de sus puntos culminantes en el control del
Banco Nacional de Haití por los intereses de EE.UU.

La experta considera que fue a partir de entonces cuando "todo comenzó a desmoronarse" para la
nación caribeña.

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage caption. La ocupación de Haití se extendió


por dos décadas.
Haití entró al siglo XX con un creciente proceso de inestabilidad política: varios de golpes de
Estado consecutivos y asesinatos políticos se sucedieron en muy pocos años.
Fue entonces cuando EE.UU. decidió intervenir el país para "para salvaguardar los intereses de
sus corporaciones", según dijo el entonces presidente Woodrow Wilson.

La ocupación se extendió por casi dos décadas, desde 1915 hasta 1934.

"Durante la ocupación los representantes de EE.UU. reescribieron la constitución haitiana para


permitir, por primera vez desde la independencia de ese país, que potencias extranjeras pudieran
poseer tierras en Haití", explica Fick.

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEstados Unidos buscaba el control


de tierras para sus compañías.

De acuerdo con la experta, la ocupación implicó la expropiación de grandes cantidades de


propiedades campesinas para construir plantaciones para satisfacer a las empresas de EE.UU.

"Al final, todo esto fracasó, pero EE.UU. siguió controlando las finanzas haitianas y no fue hasta
1947 que la deuda externa de Haití con EE.UU. finalmente se eliminó", indica.

Según Fatton, hubo otro elemento de esos años de intervención que marcaría la catástrofe futura
de Haití.

"La ocupación estadounidense no resolvió ninguno de los problemas fundamentales que tenía el
país pero sí creó un ejército muy poderoso, que tenía una influencia muy grande en la política y
que jugaría un papel decisivo en el subdesarrollo de Haití", comenta.

Fue esa fuerza, dice, la que realmente controló el país durante décadas y la que llevaría al poder a
uno de los dictadores más déspotas que ha dado el Caribe: François Duvalier.

4- La dictadura de los Duvalier


La llegada de 1957 marcó uno de los momentos más terribles para el futuro de Haití: una campaña
populista y un acuerdo entre los sectores castrenses llevó al poder a Duvalier, quien impuso uno
de los regímenes más corruptos y represivos de la historia moderna.

Estuvo en el poder durante 14 años y, según coinciden los historiadores, su paso por la historia de
Haití -que fue seguido por el de su hijo Jean Claude, quien continuó su legado por otros 15- fueron
una de las bases de la incapacidad para el desarrollo que todavía sufre la nación caribeña.

Derechos de
autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionFrançois Duvalier impuso una dictadura marcada
por los crímenes políticos y la corrupción.

"Creo que no hay duda de que fueron los Duvalier quienes realmente destruyeron la
economía de Haití", indica Fatton.

"Su régimen fue muy corrupto y aisló la economía haitiana. Pronto el país perdió cualquier
capacidad para industrializarse y las autoridades solo usaban el poder para obtener riquezas
ilícitas. Nada se producía", agrega.

De acuerdo con el académico, lo que sucedió entonces en Haití fue diferente a lo que acontecía en
República Dominicana, que también sufría la dictadura de Rafael Trujillo.

"Trujillo era un corrupto y era también muy violento como Duvalier, pero apostó por desarrollar
cierta infraestructura para Dominicana y cuando Trujillo fue asesinado, había algo. Cuando
Duvalier muere, deja a su hijo de 19 años el que era ya el país más pobre de América Latina",
sostiene.

En 1986, Estados Unidos le retiró su apoyo a Jean Claude Duvalier y, casi automáticamente, fue
derrocado por un golpe de Estado.
Derechos de autor
de la imagenGETTY IMAGESImage captionJean Claude Duvalier sucedió a su padre en el poder con
solo 19 años.

Durante los años de dictadura, la población de Haití se había triplicado y la mayoría de ellos vivían
en condiciones de extrema pobreza.
Las malas condiciones de vida habían llevado a que los haitianos cortaran árboles para hacer
carbón y cocinar, lo que convirtió al país en el más desforestado de América Latina.

Esto lo hizo aún más vulnerable al paso de los huracanes y tormentas tropicales que lo sacuden
casi todos los años.

5- La ayuda internacional

Incluso antes del sismo de 2010, Haití era conocido como la "República de las ONGs", por ser uno
de los países del mundo con mayor presencia de organizaciones internacionales.

Un informe a pocos meses del terremoto del Instituto para La Paz de Estados Unidos revelaba la
preocupación por la presencia de estas organizaciones y el cuestionado impacto que estaban
teniendo en la recuperación tras el terremoto.

"El dinero para la reconstrucción de Haití no fue a parar al gobierno sino a organizaciones
internacionales. La idea era que el gobierno era demasiado corrupto para manejar la ayuda, lo cual
también era cierto, pero al final esta política tuvo un impacto negativo", opina Fatton.

En criterio del académico, esto llevó no solo a que el gobierno haitiano se volviera más ineficiente
y perdiera toda capacidad de operación, sino que fomento un extrañó mecanismo en el que las
ONG tomaban el dinero pero ayudaban poco o nada a la recuperación del país.

"Así vemos que Haití sigue en ruinas 10 años después y uno se pregunta qué pasó con todo el
dinero que donó la comunidad internacional para su reconstrucción. Pues bien, fue a parar a estar
organizaciones que han demostrado históricamente su ineficiencia", opina Fatton.
Derechos de autor de
la imagenAFPImage captionLas imágenes recientes del país muestran que su situación no ha
cambiado mucho en los últimos 10 años.

Pero de acuerdo con Concannon estas limitaciones en la cooperación no solo se ha limitado a las
ONGs.

En su criterio, ha habido también una serie de ayudas y medidas de la comunidad internacional


que han limitado la capacidad de la nación caribeña para salir adelante.

"Con Haití se han practicado políticas comerciales que han impedido el desarrollo local, la más
obvia es la incapacidad para producir comida", señala.

Uno de los casos más emblemáticos, recuerda el experto, fue la política de subsidios al arroz
estadounidense bajo el gobierno de Bill Clinton que llevó a que la producción de ese grano en Haití
prácticamente despareciera y que la población campesina emigrara a las ciudades, especialmente
a la capital.

Derechos de autor de
la imagenAFPImage captionClinton reconoció que las medidas tomadas por su gobierno
contribuyeron a afectar la economía de Haití.
Y es que tras el golpe de Estado en 1994 que derrocó al primer presidente elegido
democráticamente, Jean Bertrand Aristide, los países occidentales alentaron a Haití a liberalizar su
economía.

Al reducir los impuestos a las importaciones, su propia producción de arroz, de la que era
prácticamente autosuficiente, se desplomó.
"Hoy prácticamente toda la comida que se consume en Haití es importada, incluso productos
como el azúcar y el arroz que los producía sin necesidad de importaciones", indica Futton.

Pero como en el caso de Aristide -que EE.UU. volvió a poner en el poder-, Concannon señala que en
varias ocasiones, la comunidad internacional ha tratado de evitar gobiernos de corte progresista
en Haití.

"Podemos decir que la comunidad internacional se propuso hacer que Haití no pudiera ser un
experimento exitoso y hasta ahora parece que ese objetivo se ha logrado", afirma.

"Esto no significa que ha sido Estados Unidos o la ayuda internacional son los que han creado esta
situación. Haití fue siempre un país de mucha desigualdad, exclusión, con poder político
concentrado. Pero sin lugar a dudas, sí han contribuido a agravarla", agrega.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51067830 Visita: 13/6/2020

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