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Empirismo y racionalismo
La filosofía del siglo XVII se desarrolla como una reacción contra la escolástica de la universidad
medieval y la tradición aristotélica. El punto de apoyo para esta reacción se localiza en los
desarrollos de la investigación naturalista y matemática de la época.
Los filósofos del siglo XVII descubren con sorpresa no sólo los avances realizados por las
ciencias naturales y matemáticas sino también que estos avances no pueden ser significados en
el marco de referencia para la concepción de la ciencia que ofrece la filosofía de Aristóteles. Es
así como, tanto en el área de las islas británicas como en la Europa continental, una nueva
filosofía comienza a esbozarse: una filosofía que entiende al conocimiento como un producto
completamente humano que encuentra en la ciencia no sólo su forma más lograda sino también
el modelo que permite dar cuenta de las condiciones de su éxito. En las islas británicas, la
escuela filosófica que asume este proyecto recibe el nombre de “EMPIRISMO”.
El empirismo concibe al conocimiento humano a partir del modelo que ofrece la investigación
naturalista: identifica el acto de su producción con la observación; concibe a la inducción como
aquel movimiento del pensamiento que permite dar cuenta de la ampliación del conocimiento
disponible; y hace de la fuerza de las impresiones el criterio de lo verdadero. Los principales
representantes de la filosofía empirista son J. Locke (1632-1704), G. Berkeley (1685-1753) y D.
Hume (1711-1775).
Descartes propone llevar adelante una reforma del saber que logre unificar las ciencias en torno
al modelo que proporcionan las matemáticas y resulte capaz de elaborar una guía apta para
conducir y orientar la voluntad humana. En la perspectiva de Descartes, el saber humano, por el
mero hecho de ser humano, se encuentra necesariamente abierto al error, a la inseguridad, a la
duda. Resolver el problema que afecta al saber humano supone, por tanto, asentarlo sobre un
fundamento firme que el mismo hombre debe descubrir.
El medio que permite llevar adelante la búsqueda de este fundamento firme del saber humano es
EL MÉTODO. El método es un conjunto de preceptos que guía la búsqueda del fundamento del
saber, es un conjunto de reglas que permiten tanto asegurar la verdad del conocimiento humano
como ampliarlo. El método es una disciplina universal (i.e., una mathesis universalis) que guía al
hombre en la adquisición de conocimientos. Los cuatro preceptos fundamentales del método
cartesiano son: 1) el criterio de lo verdadero es la evidencia; 2) la estrategia que facilita la
resolución de los problemas es el análisis; 3) la reflexión debe comenzar por lo simple y ascender
poco a poco hacia lo complejo; y 4) un problema no puede considerarse resuelto hasta tanto la
revisión de su solución no permita estar seguro de que no se ha omitido nada.
La función de la duda:
• La causa del error (humano) reside en la diferencia entre el carácter infinito de la voluntad y el
carácter finito del entendimiento.
• El hombre yerra porque su voluntad puede querer cosas que su entendimiento desconoce.
• El error en el sujeto finito (hombre) torna imposible la justificación de su conocimiento a
partir de la fuente que lo produce.
• En el orden teórico, el error produce la duda que conduce al escepticismo: se duda de que el
hombre resulte capaz de saber algo por sí solo.
• Avanzar en la resolución del problema teórico del escepticismo supone no sólo suspender el
juicio (no tomar por verdadero nada de lo que no se tenga seguridad que lo es) sino también
hacer un cierto uso de la duda.
• La duda no forma parte del método pero el método sólo funciona porque se realizan ciertas
operaciones sobre la duda.
• El problema de la duda en el conocimiento sólo se resuelve cuando se radicaliza la duda.
• La radicalización de la duda comporta tres fases:
1) dudar de los sentidos atendiendo al error;
2) dudar de la existencia del mundo (y de la verdad de la mecánica) apoyándose en la
hipótesis del sueño; y
3) dudar de la verdad de las matemáticas formulando la hipótesis del genio maligno.
El saber de la metafísica:
• La metafísica es un conocimiento de ideas cuya evidencia permite dar cuenta con certeza de la
existencia de sus correlatos: yo, Dios y mundo.
• Los tres primeros pasos de la construcción del conocimiento metafísico son:
1) el descubrimiento de la existencia del propio yo (cogito como primer principio: dudo, pienso,
existo);
2) el análisis de las ideas existentes en la mente (existe en mí la idea de Dios, yo no
puedo ser causa de la infinitud de perfección que forma parte del ser objetivo de esta idea, Dios
existe); y
3) la desactivación de la hipótesis del genio maligno (Dios es un ser infinitamente perfecto, el
engaño no es una perfección, el error de mi conocimiento no puede ser absoluto).
• El conocimiento metafísico da cuenta del fundamento del conocimiento (humano): existe el yo
que conoce; existe un Dios que garantiza la capacidad de conocer; y existe un mundo
que es objeto de conocimiento.
La moral provisional:
• Descartes concibe al hombre de diversas maneras: como mente/alma (MM), como
cuerpo/mecanismo (TH) y como pasión que vincula al cuerpo con el alma (TP).
• El hombre tiene una voluntad infinita: es libre (idea innata).
• El fin de la vida humana es la beatitud/felicidad.
• El hombre no puede alcanzar la felicidad sin guiar su voluntad desde el saber.
• Guiar la voluntad desde el saber no sólo requiere construir una ciencia moral sino también
controlar el deseo que mueve la propia voluntad.
• El deseo que mueve la voluntad es producido por la pasión.
• La pasión es un efecto del cuerpo sobre el alma que la mueve, la agita y la perturba.
• La pasión no es en sí misma mala, pero alcanzar la felicidad supone controlarla afectando
sus causas (alteración de condiciones), sus efectos (represión de reacciones) o bien las
representaciones que le están asociadas (compensación de ideas).
• El saber capaz de guiar la voluntad (i.e., la moral) aún no está completamente desarrollado.
• La propuesta de una moral provisional –no provisoria- viene a solucionar esa vacancia.
• Las cuatro reglas de la moral provisional son:
1) obedecer las reglas del país en que se está;
2) ser resuelto al actuar;
3) seguir fielmente la opinión adoptada; y
4) cambiarse antes a uno mismo que al mundo.