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HIP.I. 9. La sociedad feudal.

10. LA SOCIEDAD FEUDAL.

1. EL NACIMIENTO DE LA SOCIEDAD FEUDAL

El clima de inseguridad general como factor determinante


Los límites de la sociedad feudal estan poco claros pues en su definición hay elementos de origen
tardorromano y germánico, no es un fenómeno uniforme en toda Europa y se prolonga en ciertos
aspectos (especialmente la servidumbre) toda la Edad Moderna, hasta la misma Revolución francesa.
Existe acuerdo en que arranca con la inseguridad general en Europa tras caer el imperio
carolingio, ante los ataques normandos, húngaros y sarracenos, debido a la debilidad del poder real.
Las nuevas invasiones son distintas de las que acabaron con el Imperio Romano por su mayor
poder destructivo. Estas fueron graduales y pretendian más aprovechar que arrasar la estructura y
riquezas de los invadidos mientras que ahora son incursiones de rapiña, rápidas y sumamente violentas
de vikingos, piratas sarracenos o jinetes húngaros. De ahí que, aunque esporádicas y breves,
sembrasen un clima constante de inseguridad y hasta de terror.
Crisis de las ciudades, de las comunicaciones y del comercio
Esas incursiones se centran en las ciudades por ser los centros de riqueza lo que provoca su
despoblamiento y cambios urbanos para mejorar su defensa, construyendo torres y murallas, o
reutilizando con fines defensivos edificios civiles (como los anfiteatros) heredados de época romana.
Las vías de comunicación se hacen más peligrosas convirtiendose el Mediterráneo en una ruta
extremadamente insegura. Así desaparece el comercio a gran escala de mercancías ordinarias,
sustituido por la de productos alto precio y poco volumen (especias y objetos de lujo) que compensan
los peligros de la ruta y se rompe la secular relación entre occidente y oriente que se mantenía sobre el
eje de Bizancio.
La economía general tiende a reducir su escala, en forma de pequeñas comunidades
autosuficientes con la tierra como principal fuente de recursos.
Nuevas relaciones sociales
En ausencia de poder real con capacidad de amparo, se colocan en primer plano las relaciones
basadas en pactos mutuos de fidelidad y defensa. El despoblamiento de ciudades a favor de zonas
rurales mejor protegidas mueve a la búsqueda de amparo de señores capaces de brindar protección.
Con ello se inaugura un modelo de relaciones sociales basado en contraprestaciones mutuas: los
señores ofrecen la seguridad de sus muros y huestes y los campesinos asumen un nuevo estatuto de
vasallos, colonos e incluso siervos, que suplen la falta de esclavos para la producción agrícola.
Este intercambio resultaba beneficioso para las dos partes al disponer los señores de una base de
rentas para poder concentrarse en su oficio guerrero mientras los campesinos renuncian a su libertad y
a buena parte de sus beneficios a cambio de seguridad. A pesar de los abusos por parte de los mismos
señores, en general mejoran sus condiciones de vida como prueba la lenta pero constante recuperación
demográfica en Europa.
El sistema se extiende piramidalmente basado en la institucionalización de relaciones de
vasallaje. Los señores menos poderosos se ponen bajo protección de los grandes y los grandes hacen
lo mismo respecto al rey el cual les confirma en sus derechos sobre un territorio −que en teoría le
pertenece pero que en la práctica no controla− delegando funciones propias del poder real como la
administración de justicia, tributos o la disposición de ejércitos. Los señores a cambio le juran
fidelidad y prestan su ejercito en caso necesario. Pero, sobre todo, se benefician de la lealtad de unos
súbditos a quien realmente los defiende.
La cultura
Los reyes, por tanto, ya no necesitan grandes cortes de letrados y funcionarios. El servicio
público deja de ser una vía de ascenso social y Los nobles se despreocupan de la educación de sus
hijos, limitada al oficio de la guerra. Por tanto la cultura se queda en los monasterios a cargo de
monjes.
Concepto de Feudalismo
El Feudalismo, por tanto, es un tipo de estructura social surgido por de múltiples factores:
⎯ Algunos heredados de etapas anteriores: escasez de esclavos, concentración de la propiedad de la

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tierra, concepción patrimonialista del poder y el territorio por parte de los reyes, la importancia de las
relaciones personales y de las fidelidades privadas y la tradición del derecho consuetudinario de los
pueblos bárbaros.
⎯ Otros nuevos como el vacío de poder real, el clima de inseguridad y con la subsiguiente necesidad
de protección, la decadencia del comercio y la inoperancia del derecho escrito por falta de
competencias educativas básicas.

Este nuevo sistema de relaciones sociales fue una respuesta adecuada a los retos de la nueva
situación y terminó consolidándose. De tal forma que cuando las cosas volvieron a una cierta
normalidad (los pueblos del norte se asentaron –en Inglaterra, norte de Francia y, más tarde, Sicilia- y
fueron evangelizados; los sarracenos frenaron su ímpetu expansionista), el sistema feudal se mantuvo,
evolucionando, pero conservando sus principales rasgos, hasta bien entrado el siglo XIII.

2. LA TIERRA Y LOS HOMBRES.

Relaciones sociales y de propiedad en torno a la tierra


El Feudalismo no se entiende sin las relaciones sociales y económicas en torno a la tierra,
principal fuente de riqueza y clave de ordenación de la sociedad. La superficie cultivada era escasa,
debido a la práctica desaparición de mano de obra esclava, el descenso de población y la inseguridad.
La propiedad se concentraba en pocas manos y aunque formalmente pertenecía a reyes y grandes
señores en la practica se convirtió en patrimonio de sus vasallos, que incluso la transmitían en herencia
junto a una serie asociada de obligaciones − la defensa de los que viven y trabajan en las tierras, así
como la asistencia a favor del rey o gran señor − y derechos como la administración de justicia, el
monopolio de ciertas actividades (principalmente la caza) y las rentas derivadas de bienes o servicios
de uso común (molinos, pastos, etc.) o del pago debido por su explotación directa a cargo de siervos y
colonos.
El trabajo estaba a cargo de siervos (adscritos a las tierras y que eran como una parte de las
mismas) y colonos o campesinos libres que daban una parte de sus beneficios y pagaban (en
productos, dinero o trabajo) por el uso de bienes o servicios comunes
La escasez general de superficie cultivada y las limitaciones de sus rendimientos fueron
compensándose primero mediante nuevas técnicas e instrumentos agrícolas y con nuevas tierras
reconquistadas a la naturaleza.
Los beneficios, si embargo, nunca fueron grandes pues incluso la vida de los señores era bastante
austera de forma que, cuando por necesidades precisaban más rentas, subian las cargas al campesino y
empeoraban sus condiciones de vida. Además, los abusos tenian poca pues la justicia era administrada
de hecho por quienes los cometían..

Intensa movilidad territorial


A pesar de la desaparición de muchas rutas y de los peligros de los caminos, fueron siglos de
intensa movilidad territorial de campesinos en busca de nuevos asentamientos, obreros y artesanos
especializados (herreros, canteros, etc.), pequeños y grandes mercaderes, monjes, peregrinos,
caballeros, fugitivos, bandidos y mendigos.
Esta intensa movilidad tuvo los efectos de incrementar la conciencia colectiva de pertenencia a
una cultura común e incentivar las mejoras en las vías de comunicación, abriendo nuevas o reabriendo
antiguas rutas, con nuevas infraestructuras que facilitaron el el tráfico de personas e ideas.

3. LOS TRES ÓRDENES.

En tiempos cambiantes los hombres necesitaban referentes seguros en su imaginario colectivo,


para tener una imagen estable y ordenada de la sociedad, que estaba dividida en tres órdenes:
- Laboratores: los que vivían del trabajo de sus manos y producían riqueza.
- Bellatores: nobles y caballeros concentrados en el oficio de la guerra.
- Oratores: clérigos y monjes ocupados en rezos por la salvación de los hombres.

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A la cabeza de este reglamentado orden social, dos figuras, el Papa y el Rey con poder más
teórico que efectivo pero dotados de autoridad basada en el prestigio de su cargo.

3.1. Los trabajadores. El “estatuto” de los inermes: seguridad por libertad; la justicia feudal.
Era el grupo más grande y soportaba el peso de toda la estructura social. Eran los inermes, no
podían defenderse por sí mismos y pagaban su seguridad a costa de grandes parcelas de libertad y de
buena parte del producto de su trabajo. A cambio tenían derecho a reclamar de su señor amparo y
justicia.

Esta era una justicia muy discrecional por parte de sus administradores pues el derecho escrito no
tenia efecto, casi no habia laicos instruidos y el poder territorial estaba atomizado. Ello no suponia
indefensión absoluta pues habia tribunales especiales para ciertos delitos, se respetó en general el
derecho a ser juzgados por personas del mismo rango social y seguían rigiendo normas
consuetudinarias de uso común, así como una cierta jurisprudencia.

Hábitat y condiciones generales de existencia


La mayoría vivía en el campo o en pequeñas aldeas en condiciones de vida bastante duras y
miserables y eran vulnerables a hambrunas, epidemias…siendo la esperanza de vida corta y la
mortalidad infantil muy elevada. En las las ciudades tenían algunas comodidades y mayor bienestar,
gracias a oficios menos sujetos al azar y la relativa prosperidad que brindaban ferias y mercados.
Entre las ciudades, las había dependientes del rey, cuyos habitantes se hallaban, como vasallos
reales, libres de toda otra servidumbre y dependientes de obispos o grandes señores, cuyos habitantes
le debían fidelidad.

La cultura de los pobres. En su mayoría eran analfabetos. Y en algunas zonas rurales, la superficial
evangelización se superponía a ritos y cultos paganos supervivientes.

3.2. Los caballeros


Nobleza y realeza
Los caballeros son la nobleza, por nacimiento: todos, incluso reyes, se dicen descendientes de
antiguas familias y de antepasados heroicos.
La singularidad del rey está en que, conforme a la tradición carolingia, ha sido ungido como tal
rey por la representación de Dios en la tierra. De este prestigio dan cuenta las ceremonias y ritos
religiosos de la coronación pero en la práctica, la realeza (y más aún el emperador), es poco más que
una magistratura moral, sin poder efectivo salvo en los territorios que controla directamente: conserva
respecto a todos esos territorios su auctoritas pero el poder real está en la nobleza.

Las relaciones de vasallaje. El contrato entre vasallo y señor: implicaciones sociales


Las relaciones de vasallaje son debidas a las desigualdades de poder y de rango dentro de la
nobleza y significan un compromiso mutuo, por el cual el vasallo jura fidelidad y pone a disposición
del señor su persona, armas y bienes, prestando si se le reclama, asistencia militar o consejo. Por su
parte, el señor se compromete a defenderlo, velar por sus bienes y por su honor y donar o confirmar
tierras en feudo, lo que supone dar al vasallo suficientes medios para su subsistencia.
Este sistema implicaba la formación de una estructura piramidal, clave para la estabilidad del
orden social y para la supremacía de los nobles de más alto rango (con el Rey en la cúspide) en
proporción al número de sus vasallos.
La ruptura del juramento de fidelidad se consideraba una muy alta y, aunque podía justificarse en
respuesta a un trato injusto del señor, era éste quien rompía el vínculo, pero no necesariamente (caso
del Cid con rey Alfonso VI). También habia situaciones de fidelidad múltiple a dos o más señores,
bien por interés del vasallo o bien por las posesiones que detentaba, habiendo conflicto ante casos de
enfrentamiento entre sus señores.
El juramento de fidelidad se hacía en una ceremonia solemne, el homenaje, que subrayaba la
importancia del pacto y lo autentificaba legalmente por la presencia de testigos.

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Implicaciones familiares
Dada la relevancia del linaje, el vasallaje tenía un fuerte impacto en la famlia, que quedaba
marcado por el juramento hecho por sus mayores, Los hijos del vasallo eran educados en casa y al
servicio del señor y alli aprendían el oficio de las armas y se socializaban con sus iguales en un clima
gran competencia. Sin embargo a veces surgían conflictos jurídicos y morales entre las obligaciones
derivadas del vasallaje y de la solidaridad familiar (caso del Cid).
Por otra parte, la necesidad de mantener cohesionado el patrimonio, y el prestigio y poder de la
familia dio lugar al mayorazgo, que concentraba la herencia en manos del hijo primogénito mintntras
que el resto debía hacer su propia fortuna con matrimonios, botín de guerra o torneos.

Oficio y vida de guerrero


La vida de los nobles estaba marcada por la violencia y la guerra. Su adiestramiento para la
guerra (las letras estaban excluidas o incluidas sólo de forma muy somera) se iniciaba en la
adolescencia. Tenía que aprender el manejo del armamento y notables habilidades ecuestres, pues
siempre combatía a caballo.

Prácticas constantes en actividades como la caza, justas y torneos.


Los torneos eran el entrenamiento por excelencia de forma de promocion para crecer en fama y
riquezas y, excepcionamente, servían para decidir una sentencia o poner fin a un conflicto. Las
hazañas, incluso las más sangrientas, se celebraban en canciones como el Poema del Cid o la Chanson
de Roland.

La ética de la caballería
La cultura de la nobleza feudal evoluciona al incorporar elementos mas refinados, en perjuicio
del inicial culto a la violencia.
El primero fue un código que era guía de conducta del caballero, basado en el honor y en el
compromiso con la justicia: la defensa de los desvalidos, especialmente de los carentes de amparo
(viudas y huérfanos), oposición contra el abuso y la brutalidad, la lealtad hacia el señor, a la palabra
dada, huyendo del engaño y la traición y la honra a las damas.

Ahora el guerrero ya no busca sólo dominar por su fuerza y valor y la rivalidad con sus iguales se
traslada al plano moral, exhibiendo virtudes como la magnanimidad, la generosidad y la compasión. Y
frente a su anterior indiferencia ante la opinión ajena, ahora busca la fama, la aprobación general a sus
virtudes como modelo de hombre a imitar.
Este código de conducta se institucionaliza a del siglo XII en dos sentidos pues se convierte en la
forma medir el mérito de hombres y estirpes y se formaliza con una ceremonia en la que el aspirante,
en premio a su madurez y comportamiento, es armado caballero por el rey, su señor o un caballero
anciano. Con ello se distingue del hombre de armas ordinario, e ingresa en la caballería,
comprometiendose a respetar su código de conducta.

La ética de la caballería, sus instituciones y modelos, dieron lugar a una amplia literatura
medievales del perfecto caballero, prolongados en el género de la novela de caballería que
proliferaron en toda Europa hasta bien entrado el Renacimiento.

El amor cortés
El segundo elemento civilizatorio de la nobleza feudal fue el nuevo papel de la mujer, centrado en
el culto a una imagen idealizada de la mujer de su clase, concretamente de las esposas de sus señores.
Este fenómeno no no supone un gran cambio en el rol social de la mujer noble pues siguen sin
tener poder político o económico, salvo excepcciones, y, como mucho, refuerzan el prestigio o
enriquecen al esposo mediante su dote. Como tal, son objeto de alianzas e intercambios y centro, o
víctimas, de enemistades y venganzas.

Su aprecio y aprobación cobra un valor simbólico enorme, desplazando al de su esposo como


trofeo más apreciado en la pugna entre los jóvenes. Lo que verdaderamente subyace al amor cortés son
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dos elementos de distinta naturaleza:


− por una parte, la recuperación de un cierto pensamiento platónico, de hecho es amor platónico
el del caballero, pus su objeto es una mujer casada con su propio señor. Por tanto más que aspiración a
una relación carnal, estamos ante la sublimación de un modelo de virtud, cuya contemplación actúa
como un elemento de catarsis, de purificación.
−El segundo es un hecho de naturaleza más sociológica que filosófica: en la nobleza feudal, el
amor es un ajeno a la relación familiar. La dama aporta riqueza o prestigio y permite la continuidad
del linaje. Por ello se le debe respeto y consideración, no ternura. No existe, por tanto, más cauce para
expresar el amor que el juego refinado y poético en que se materializa el amor cortés, destinado a
halagarla, y que no por ello se ve impulsada a sustraerse de sus deberes matrimoniales.

Pero su efecto fue el de un gran refinamiento en los hombres nobles pues el amante modelo tiene
rasgos del ambiente guerrero (a la dama se la asedia, se la conquista venciendo su resistencia…) pero
sus modales brutales son sustituidos por la poesía, la música y el ingenio.

Igual que la ética de la caballería, el amor cortés dio lugar a un género literario, la poesía
trovadoresca cuya influencia llegó hasta los clásicos del Renacimiento europeo.
Se abre paso asi a la formación de una nueva cultura laica, del sentimiento amoroso al cultivo de
la lógica y que, junto al impulso de las primeras universidades, sienta las bases para un florecimiento
intelectual de fines de la Edad Media, prolongado en el Humanismo renacentista.

3.3. Los clérigos


Reproducción del esquema feudal: centralidad de los obispos
El tercer orden lo formaban los clérigos, con el Papa a la cabeza. Con los mismos limites que
tenían reyes y emperadores para imponer su autoridad, el Papado es también una simbólica fuente de
auctoritas, delegando muchas atribuciones especialmente en los obispos.
Los obispados eran puestos ocupados por familias de la alta nobleza que compartían enteramente
sus modos de vida ya que tenian tierras y riquezas asociadas a su cargo y, aunque no descuidaban su
misión pastoral, no dudaban en tomar las armas si era necesario.

La Pax Domini
Dentro del movimiento orientado a calmar la violencia del feudalismo temprano, surgió de ellos,
la institución llamada Pax Domini. Se trata de un conjunto normas que, aceptando de forma realista,
lo inevitable de las guerras, tratan de reglamentarla, limitando o prohibiendo sus expresiones más
brutales. Así prescriben principalmente la protección a débiles e inermes frente a los abusos de los
hombres de armas, la invulnerabilidad de los sitios sagrados y la prohibición de guerrear en ciertas
épocas del año o días señalados.
Aunque hubo incumplimientos, con el tiempo su consigue que el respeto a esas normas fuese más
la regla que la excepción, sobre todo con la institucionalización de la ética de la caballería.

Las Cruzadas
Otro medio de canalizar la violencia fue cambiar su objetivo, dirigiendola hacia los infieles.
EnEspaña sirvió a la Reconquista y en Europa dio lugar a las Cruzadas.
La primera fue convocada en 1095 por Urbano II, en el Concilio de Clermont, pidiendo la unión
de los caballeros presentes en la conquista de los Santos Lugares, para protección de los peregrinos,
como alternativa expresa contra la lucha “en guerras privadas”.
Muchos se unieron por distintos motivos como la devocion, el afán de aventura y las expectativas
que desplegaba la empresa en segundones de la nobleza.
Se formó un gran ejército más o menos organizado, al que se unió una multitud sin armas ni
pericia guerrera que devastó las tierras que cruzaron y que pereció casi totalmente.
Sin embargo se conquista de Jerusalén, exterminando a su gente, dando lugar a un reino rodeado
de otros menores. Acosado por las disensiones entre cruzados,por la debilidad estratégica de muchas
de las plazas y la desconfianza del Imperio Bizantino, el reino de Jerusalén dura poco aunque las
Cruzadas se prolongaron dos siglos mas.
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Sus consecuencias fueron muy relevantes para la historia de Europa. En lo económico, la


recuperación de las rutas mediterráneas supuso el renacer de las ciudades como centros económicos y
culturales, la emergencia de una nueva clase de grandes comerciantes y una mejora general en el nivel
de vida en Europa. En lo cultural se importan nuevas formas artísticas en arquitectura, pintura y artes
aplicadas, se estimula el deseo de viajar y la ética de la caballería da un paso más en su
institucionalización, por medio de las órdenes de caballería, asociaciones de caballeros con votos casi
monásticos, que tratan de elevar al máximo grado el ideal de perfección caballeresco, incluso en su
relación con el enemigo infiel.

La vida monástica. Enésima reproducción del esquema feudal


Los abades son personajes tan poderosos e influyentes como los obispos. Incluso los monasterios
benedictinos ejercen en sí mismos como grandes señores feudales pues teen tierras, villa y privilegios,
y un patrimonio fundacional que es aumentado por donaciones y herencias de reyes y grandes señores,
para expiar sus culpas o “pagar” su entierro en un lugar santo. También obtienen rentas del trabajo de
campesinos en sus propiedades.

Mantienen una relación jerárquica entre monjes aislados, dedicados a la oración y meditación y
legos que se ocupan de los campesinos del monasterio y de la caridad y asistencia en las hospederías.
Incluso incorporan elementos del espíritu guerrero feudal ya que arquitectonicamente son verdaderas
fortalezas, para poder resistir posibles ataques y refugiar a la población.

Grandes centros de vida espiritual y cultural


Teóricamente concebidos para el retiro monacal, lo cierto es que los monasterios ejercieron de
hecho una misión evangélica de gran relevancia, teniendo en cuenta su ubicación en zonas rurales
pobladas por gentes de muy baja formación religiosa.
Algunos, movidos por su mutua rivalidad, competían para obtener y exhibir reliquias y llegaron a
convertirse en importantes centros de peregrinación y todos ejercían un fuerte impacto en los
campesinos y visitantes en general, debido a su magnificencia artística y arquitectónica.
Su prestigio espiritual se basaba también en el de los monjes como hombres de letras. En un
mundo analfabeto casi absoluto de laicos, el término “clérigo” es sinónimo de hombre de estudio. El
“labora” de la regla benedictina fomentó una intensa actividad monacal en bibliotecas y scriptoria,
que permitió el estudio, copia y conservación de importantes obras y tratados de pensamiento de la
antigüedad.

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