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Ser disciplinado en la iglesia no es una de las mejores experiencias. Siendo sinceros, es una de
las peores experiencias (Bueno, después de enterarte que la sierva te quiere solo como
amigo). Auch, creo que ese fue golpe bajo.
Es uno de los temas más incomodos y odiados y que casi nunca se habla dentro y fuera de la
iglesia, y que incluso muchos líderes y pastores desean no aplicarla por temor a reducir su
rebaño. Sin embargo es un tema esencial para la salud y santidad de la iglesia siempre y
cuando se aplica bíblicamente.
Por esta razón hoy hablaremos acerca de este polémico tema. Asi que vamos allá:
1. ¿Qué ES LA DISCIPLINA?
Básicamente es una muestra del amor de Dios hacia sus hijos. Esta busca moldear nuestro
carácter y hacernos cada vez mas santos eliminando toda influencia de nuestra carne y del
mundo salvaguardando así el el honor y temor a su nombre (Hch. 5:11 Por que Dios es fuego
consumidor). Tiene como fin la restauración, curación, consolación y fortalecimiento del
hermano extraviado. Aquella oveja negra que una vez fuimos cada uno de nosotros. (Hebreos
12:12-14)
Mas que una línea divisoria de vida santa externa, es más una línea interna donde se busca
afrontar de manera preventiva los pecados que comienzan a engendrarse en nuestro interior y
de manera correctiva con aquellos pecados que terminan siendo en muchas ocasiones un
escándalo público.
Este proceso al inicio siempre conlleva dolor, penas y mucha tristeza, (Job 5:17-18; hebreos
12:11) pero al final te trae muchas bendiciones y alegrías duraderas.
En resumen, la disciplina forma parte del paquete de adopción mi hermano. Es parte del trato
paternal que tiene Dios con nosotros (Prov. 3:11). No es una responsabilidad dirigida
únicamente a los líderes y pastores sino a toda la iglesia en general (1 tes. 5:11) ya que Dios
nos ha dotado a cada uno de la autoridad para llevarla a cabo. (Mateo 16:19; Jn. 20:23). Es
decir, tu y yo, podemos aplicar la disciplina.
2. TIPOS DE DISCIPLINA
1. La disciplina divina. Dada de manera constante a sus hijos. (Me ofendiste sierva, pero
hay un Dios que todo lo ve).
2. La autodisciplina que se practica para fortalecer nuestra espiritualidad. Como es el
caso de Daniel que oraba 3 veces al día (Dn. 6:10).
3. Y la “famosa censura eclesiástica”, la cual nos referiremos en este capítulo.
Según la confesión de Westminster (Uno de los credos y conjunto de normas eclesiásticas más
reconocidas por las iglesias reformadas del mundo mundial) Las:
“Censuras eclesiásticas son necesarias, para rescatar y ganar a los hermanos ofensores, para
disuadir a otros de ofensas similares, para purificar de aquella levadura que puede infectar a
toda la masa, para vindicar el honor de Cristo y la santa profesión del evangelio; y para
prevenir la ira de Dios, que con justicia podría caer sobre la iglesia, si ésta consintiera que el
Pacto del señor y sus sellos sean profanados por ofensores notorios y obstinados. (Confesión
de Fe de Westminster CAP. 30 – inciso 3)”.
Normalmente son pecados pequeños, que no tienen efecto colateral con los hermanos. Nos
referimos a los pecados cometidos de manera indirecta y producto de la rutina diaria
(ejemplos: renegar con la casera, ofenderse por la opinión del musico de la iglesia, decir
algunas mentirillas, comerte el postre de tu hermana, etc. Estos pecados son confesados
constantemente a Dios (1 jn. 1:9).
En ocasiones la disciplina divina es mortal (Ananias y safira) 1 cor. 11:30; 1 cor. 10:8-11) y en
ocasiones tormentosa (Jonas 1:14-17) y permanente. Existen muchas razones por el cual se da
esta disciplina. Algunas son por razones puramente pecaminosas (Ap. 2:22-23) y otras por
razones de perfeccionamiento espiritual (el aguijon en la carne de Pablo, y la vida de job)
Es el proceso que implica reprensión (1 tim. 5:20), persuasión, y restauración o, de ser el caso,
excomunión (este es la etapa que se usa como último recurso) Normalmente implica la
privación de algunas funciones de autoridad y representatividad en la iglesia además de un
seguimiento por parte del pastor hasta que el hermano muestre un arrepentimiento genuino.
Luego de haberse superado esta etapa, el hermano debe ser restaurado (Gal 6:1) y
reincorporado a los beneficios del cuerpo de Cristo antes que el proceso termine por
contristarlo y desanimarlo por completo (2 Cor. 1:7).
El proceso inicia con la confesión y convicción de pecado del hermano y termina con la
demostración de una vida genuinamente arrepentida.
- Reprensión individual.
- Reprensión con testigos.
- Reprensión con toda la iglesia. (censura eclesiástica)
- Considerarlo como no cristiano. (Expulsión o excomunión)
- Estaríamos demostrando una actitud arrogante ante Dios, pretendiendo decidir por
nosotros mismos sobre la crianza y corrección que consideramos mejor para la iglesia.
- Madurez espiritual.
- Incremento de hermanos convertidos y regenerados. (Hch. 5:14)
- Orden y justicia en la iglesia.
- Bendición de Dios.
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