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Introducción al Conocimiento Científico (Texto Base)

Profesores: Horacio Héctor Mercau – Fabio Seleme

Unidad III – Parte 2 - CIENCIAS FACTICAS

1. La Visión de la Ciencia de Karl R. Popper.: críticas al principio de inducción y al


principio de verificabilidad.
.
Comentaristas y críticos han tendido, en general, a enrolar a Karl Popper (1904 –
1994) dentro de la corriente positivista; el hecho se remonta a sus primeros contactos con los
miembros del Círculo de Viena. Tal como el mismo Popper lo declara, esto se debió a la
interpretación que los positivistas lógicos hicieron de su problema de la demarcación,
reduciéndolo sin más al problema del significado propuesto por Wittgenstein. Las protestas de
Popper frente a esta identificación se mantuvieron a lo largo de su discusión con Rudolf
Carnap, aunque no alcanzaron a disipar una confusión en la que nuestro autor niega haber
participado, si bien acepta haber contribuido a crear.1

De cualquier manera, la confusión llegó a expandirse lo suficiente hasta convertir en


supuesto el alistamiento de Popper en las filas positivistas. Pero una lectura de Popper con
anteojos positivistas, dificulta ciertamente al querer rastrear su pensamiento y mucho más, al
intentar localizar sus reales relaciones con el positivismo lógico. Esto nos interesa aclarar por
las derivaciones epistemológicas que puede tener. En adelante vamos a proponer un
acercamiento a Popper que lo diferencie del Círculo de Viena.2

Popper es vienés y su filosofía no era empirista, y por lo tanto tampoco inductivista.


Publica en 1934 su libro La lógica de la investigación científica, en la que sienta las bases de
una nueva manera de enfocar el conocimiento científico, de manera tal que implica una
solución al problema de la inducción de Hume. Como dice el filósofo de la ciencia argentino,
César Lorenzano, en su libro La estructura del conocimiento científico: “El problema de la
inducción de Hume consistía en la ausencia de justificación lógica para pasar de enunciados
de Nivel I, enunciados acerca de relaciones observables en uno o un número corto de
individuos, a enunciados de Nivel II, en los que lo afirmado en el plano de los datos (Nivel I),
se extiende a una generalidad, a todos los sujetos de los que se predican tales relaciones
anteriormente observadas”.3

Para Popper la ciencia se caracteriza por su método empírico, pero es de fundamental


importancia distinguir entre un genuino método empírico y un método seudo-empírico. Entre

1
Popper Karl R., Conjectures and Refutations: The Growth of Scientific Knowledge. (en adelante CR)
Traducción castellana: El Desarrollo del Conocimiento Científico: Conjeturas y Refutaciones, Paidos, Buenos
Aires, 1968, p. 51-52.
2
La atribución a Popper de una refutabilidad completa y concluyente ha contribuido a identificarlo con el
positivismo lógico, acercándolo al criterio “verificacionista” y fundiendo su problema de la demarcación con el
problema del significado. Ni siquiera Hempel, sin dudas un buen conocedor de Popper, ha podido escapar a esta
lectura; véase la contribución de Hempel en El Positivismo Lógico. Lakatos imputa a Ayer ser el causante de esta
falsificación del pensamiento popperiano en Crítica y Desarrollo del Conocimiento Científico. Popper, por su
parte, recalca que su falsacionismo no tiene nada de concluyente en La Lógica de la Investigación Científica y en
An Intellectual Autobiography reafirma sus discrepancias y reconoce su deuda con el positivismo.
3
Lorenzano César Julio, La estructura del conocimiento científico, Zavalía, Buenos Aires, 1996, p. 41.

1
estos últimos cabe señalar al modo inductivo. Esto porque el “principio de la inducción” o la
justificación lógica de la inducción es un mito. Tal principio postula la validez de las
conclusiones inductivas, esto es, de enunciados universales (Nivel II) inferidos a partir de
enunciados singulares (Nivel II), resultantes de experimentos u observaciones inmediatos.
Ahora bien: desde un punto de vista lógico no se puede justificar la inferencia de enunciado
universales a partir de enunciados particulares por elevado que sea su número, ya que existe
siempre la posibilidad que éstos resulten falsos en alguna dimensión espacio – temporal. No
existe ningún motivo para pasar de un segmento conocido de la realidad a afirmaciones acerca
de sectores todavía desconocidos.

Esto lo había ya afirmado y demostrado Hume, aunque reteniendo la vigencia


psicológica del principio de inducción. Aseverar sin más, en efecto, que nuestra creencia en
enunciados que afirman regularidades se basa en la observación de repeticiones frecuentes
que a su vez originan en nosotros hábitos, es refutable empírica y lógicamente.
Empíricamente, los hábitos no se originan exclusivamente en repeticiones, como puede
comprobarse por una serie de test. Estos test mostrarían, tanto en animales como en niños y en
adultos, una “necesidad instintiva”, unas “expectativas innatas” a buscar regularidades. Estos
impulsos que se originan en la estructura biológica, conjuntamente con la repetición, son los
que terminan creando los hábitos. Por otra parte, una repetición es tal en base a la similitud
entre ciertos hechos. Pero la similitud es similitud para quien la percibe, esto es, para quien la
interpreta como tal. Esta similitud para nosotros es el producto de una respuesta que supone
anticipaciones o expectativas previas, sin las cuales aquellas nada significarían. Desde un
punto de vista lógico se debe afirmar que la repetición de hechos que produce en nosotros
hábitos y creencias en regularidades, sólo puede darse psicológicamente si es que concebimos
activa y no pasivamente al sujeto, es decir, si lo concebimos como teniendo ciertas
expectativas innatas “a priori”.4

Pero además, y volviendo al problema de la inducción, de existir un principio de


inducción, éste debe ser formulado en un enunciado que tendrá que tener las características o
de los enunciados analíticos, o de los enunciados sintéticos. Si es analítico será tautológico y
habrá que considerar las inferencias inductivas como transformaciones puramente lógicas, lo
que evidentemente no encaja con lo que se entiende por inducción. Si es un enunciado
sintético, necesita afirmarse en un principio de inducción de orden superior y así
sucesivamente, lo que conduce a una regresión infinita.5

Junto con el principio de inducción cae también, según Popper, todo intento de basar
la ciencia en la psicología. Esta confusión entre cuestiones psicológicas y epistemológicas se
debe a que no se ha advertido la profunda distinción entre cuestiones de hecho y cuestiones de
justificación, planteadas ya por Kant.6 El conocimiento científico comienza en la experiencia
sensible o psicológica pero no con la experiencia sensible o psicológica. La confrontación de
una teoría con la experiencia es más bien la culminación del proceso científico.

El derrumbe del mito de la inducción arrastra consigo a otro mito, el de “lo dado”, que
caracterizó al antiguo empirismo gnoseológico y psicológico. Este empirismo asume a la
experiencia sensible como fuente y como justificación del conocimiento y conlleva una
exigencia de verificabilidad radical que deja fuera no sólo a los enunciados metafísicos sino a

4
Popper, Karl, CR, p. 53-60.
5
Popper Karl R., The Logic of Scientific Discovery (en adelante LSD). Traducción Castellana: La Lógica de la
Investigación Científica, Tecnos, Madrid, 1990, p. 28.
6
Popper, K., LSD, p. 31.

2
la mayoría de las hipótesis de la ciencia natural, ya que éstas tampoco pueden salir airosas de
la prueba a la que las somete el estrecho criterio de verificación.

La verificabilidad en cuestión no es una verificabilidad de hecho sino de principio,


porque el sentido de una proposición no depende naturalmente del hecho de que las
circunstancias en las cuales nos encontremos de manera directa en un sentido determinado
nos permitan o nos impidan su verificación fáctica. Las proposición “en la otra cara de la luna
hay montañas de 3000 metros de altura” es sin ninguna duda absolutamente sensata, aunque
nos falten medios técnicos para verificarla. Carnap sostiene que “el sentido de una
proposición consiste en que expresa un estado de hecho (pensable, pero no necesariamente
existente). Si una proposición no expresa un estado de hecho (pensable), carece de sentido. Si
una proposición expresa un estado de hecho siempre posee significado; y es verdadera cuando
existe dicho estado de hecho y falsa cuando no existe”. Las palabras sólo tienen significado
cuando indican algo factual, los asertos sólo tiene sentido cuando expresan un estado de cosas
posible.7

Para los positivistas, pues, la verificabilidad era el criterio de demarcación entre los
enunciados acerca del mundo en cuanto significativos y no significativos. Según Bryan
Magee, Popper combatió esta concepción por varios motivos. En primer lugar, los enunciados
generales no son empíricamente verificables, por lo que el principio de verificación eliminaba
no sólo la metafísica, sino también la totalidad de la ciencia natural. En segundo lugar, según
este principio, toda metafísica carecía de significado; sin embargo, históricamente, la ciencia
ha surgido de la metafísica. Una idea que no sea contrastable, y sea metafísica, en
determinadas circunstancias, puede en otras llegar a ser contrastable y por lo tanto científica.
Popper no considera a la metafísica como un sin sentido. De hecho tenía creencias
metafísicas, por ejemplo sobre la existencia de regularidades en la naturaleza. Y por último, si
sólo las afirmaciones tautológicas o verificables son significativas, entonces un debate acerca
del concepto de “significado” debe tener enunciados sin sentido.8

Por estas razones el principio de verificación se vio sujeto a críticas severas. Muchos
lo consideraban como un principio metafísico, que en nombre de la ciencia condenaba el
sentido de cualquier otro discurso. La reformulación del criterio de verificabilidad por el
probabilidad (Reichembach) en nada cambia la cuestión, ya que así como las teorías
científicas son inverificables, también son improbables; el grado de probabilidad lógica,
absoluta o previa, de una ley universal, es cero.9 Otro intento de superación de esta
problemática (principio de verificación) de la primera fase (semántica) del Círculo de Viena
lo encarnan Otto Neurath y Rudolf Carnap. Ellos encauzan la tendencia semántica hacia la
dirección sintáctica o fisicalista. La consideración del lenguaje como hecho físico y la
eliminación de su función de representación proyectiva de los hechos llevan a un cambio
radical en el criterio de aceptabilidad. La teoría de la verdad como correspondencia entre una
proposición y un hecho queda sustituida por la teoría de la verdad como coherencia entre
proposiciones. Las proposiciones han de confrontarse con proposiciones y con experiencias,
ni con un mundo o con otra cosa. Este fisicalismo tiene dos puntos: la concepción del
lenguaje como un hecho físico y la exigencia de una ciencia unificada sobre bases fisicalistas.
Por esta razón el verificacionismo inicial del Círculo de Viena, que suponía la adopción de un
empirismo gnoseológico, fue sustituido por el empirismo sintáctico en el proyecto del

7
Reale Giovanni y Antiseri Darío, Historia del pensamiento filosófico y científico, Herder, Barcelona, 1995,
Tomo II, p. 870.
8
Magee Bryan, Popper, Colofón, México, 1994, p. 63.
9
Popper, K., LSD, p. 338.

3
lenguaje de la ciencia unificada. Este proyecto tenía como lema la unificación, la demarcación
y la reconstrucción de la ciencia en un lenguaje universal, el lenguaje físico.

Cabe destacar que Carnap concebía la unificación de manera significativamente


distinta a la de Neurath. Unificar la ciencia implicaba para Carnap reconstruir racionalmente
las teorías científicas siguiendo las directrices del programa logicista y, en particular, de los
Principia Matemática de Whitehead y Russell. Así como Russell perseguía la
fundamentación de la matemática reduciéndola a la lógica más teoría de conjuntos, Carnap
pretendía fundamentar las ciencias no-formales reduciéndolas a lógica más enunciados
atómicos de contenido sensorial. Frente a esta visión fundacionalista de la filosofía de la
ciencia, Neurath tiene una idea holística, social y transformativa de las prácticas científicas,
mucho más próxima a concepciones naturalistas contemporáneas como las de Ian Hacking o
Ronald Giere. Para Neurath la unificación de la ciencia no es tanto un problema semántico o
epistemológico, sino un proyecto de significación social.10 Popper reconoce elementos
válidos en el programa propuesto, pero basado en Gödel y en su teorema de incompletitud, y
en Tarski y sus pruebas sobre la imposibilidad del lenguaje universal, sostiene la inviabilidad
del mismo.

Volviendo al problema de la inducción debemos decir que Popper busco una solución
aceptable a este problema y quizá ese fue su logro básico. La solución de Popper comienza
señalando una asimetría lógica entre “verificabilidad” y “falsabilidad”. El enunciado “todos
los cuervos son negros no se demuestra a partir del hecho de que los cuervos vistos hasta hoy
son negros, pero sería desmentido, es decir falsado, por la comparecencia ocasional de un
cuervo que no fuese negro. Por tanto, mientras repetidas observaciones empíricas no pueden
ser consideradas nunca como suficientes para verificar una “verdad de hecho” o una teoría,
basta con una observación empírica concreta para falsarla. De esta manera, Popper propone
sustituir el “principio de verificabilidad” por el principio de “falsabilidad” como criterio de
validez de las teorías o de verdad de los enunciados empíricos: las teorías científicas pueden
no ser verificadas inductivamente, aunque deber ser sometidas a la prueba de intentar
repetidamente su refutación; una teoría es válida mientras resiste los intentos de refutarla, no
en el caso contrario.

Hagamos unas aclaraciones: Popper distinguió entre la lógica de la situación y la


metodología implicita en ella. La lógica no dice: si se ha observado un cuervo blanco no
puede ser que todos lo cuervos sean negros. Lógicamente una ley científica es rotundamente
falsable, aunque no sea rotundamente verificable. Sin embargo, el caso es diferente si lo
consideramos metodológicamente, pues en la práctica siempre es posible poner en duda un
enunciado. De modo que siempre es posible rechazar la validez de un enunciado de
observación. Así podría descartarse cualquier experiencia falsadora. Pero, puesto que la
falsación definitiva no se puede conseguir a nivel metodológico, es un error pretender
conseguirla. Popper propone que no evitemos la refutación, ni introduciendo hipótesis, ni
rehusando aceptar la fiabilidad de los resultados experimentales, ni de ninguna otra manera; y
que formulemos nuestras teorías lo menos ambiguamente posible, para exponerlas a la
refutación. Pero tampoco debemos abandonar nuestras teorías a la ligera, pues esto manifiesta

10
Esto podría llevarnos también a vincular el proyecto de Neurath con el pragmatismo de John Dewey. Y al
proyecto de ambos con el viraje hacia las prácticas de la epistemología actual Para profundizar en la
reconstrucción de las relaciones entre pragmatismo y empirismo y sus vinculaciones con la epistemología
contemporánea ver: Esteban José Miguel, Variaciones del pragmatismo en la filosofía contemporánea,
Ediciones mínimas, México, 2006. Especialmente el capítulo II “El Pragmatismo en la Enciclopedia Positivista
de la Ciencia Unificada”, p. 95-121.

4
una actitud poco crítica hacia la contrastación, y significaría que estas teorías no eran
contrastables con rigor suficiente. Por todo ello podemos decir, que Popper era un partidario
ingenuo de la falsación a nivel de la lógica, pero a nivel de la metodología era un falsacionista
crítico.11

1.1. La Estructura del conocimiento científico.

Así pues, al rechazar el inductivismo, el verificacionismo, el probabilismo y el


semanticismo, Popper remarca su propio parentesco teórico con Kant, al decir que la ciencia
empírica es un sistema teórico que representa el mundo de nuestra experiencia; una teoría de
lo que normalmente se llama experiencia.

Para Popper las teorías científicas son creaciones nuestras con las que intentamos
explicar el mundo. No hay observaciones o hechos puros: todos están interpretados desde
nuestras teorías. No hay enunciados “observacionales” o “protocolares” en el sentido que
reproduzcan la realidad. Todos los enunciados son teóricos. Las teorías científicas son
sistemas de conjeturas para explicar lo que llamamos el mundo (el carácter conjetural de las
teorías científicas lo separa sin embargo, radicalmente de Kant). Este sistema de
proposiciones universales tiene que ser susceptible de refutación por una proposición básica
que recoja un hecho singular. Esta posibilidad de refutación se basa en la asimetría entre
verificabilidad y refutabilidad de las proposiciones estrictamente universales, mediante
observaciones recogidas en proposiciones singulares. Una proposición es científica cuando
puede ser falseada por algún hecho que sería ejemplo de la posibilidad excluída por la
proposición.

La concepción positivista de las teorías científicas se ve sometida a una serie de


críticas. Uno de los aspectos al que más objeciones se le han planteado es a la distinción
teórico – observacional. Popper encarna una crítica que podría englobarse bajo el rótulo de “la
observación depende de la teoría”. Los argumentos presentados – el metodológico (que va
dirigido contra la idea de que las observaciones efectuadas por un observador imparcial y sin
prejuicios, por ejemplo, sin ningún conocimiento teórico, proporcionan la base del
conocimiento científico), el psicológico (que se opone a la idea de que dos observadores
normales que ven el mismo objeto desde el mismo lugar en las mismas circunstancias físicas
tienen necesariamente idénticas experiencias visuales) y el lingüístico (que polemiza con la
idea de que los enunciados observacionales se formulan al margen de cualquier marco
lingüístico o conceptual, por ejemplo, un marco teórico previo) – pretenden mostrar que la
relación de dependencia es de los informes observacionales con respecto a la teoría y no a la
inversa. Esto es lo que, en general, afirma la “tesis de la carga teórica”, puesta de moda a
partir de la expresión de Hanson, y que ha dado lugar a la posición del “todo es teoría”.

Según Popper, la refutabilidad o testabilidad es, por lo tanto, lo que establece la línea
de demarcación entre teorías y enunciados científicos y teorías y enunciados metafísicos. Hay
grados de testabilidad. Los enunciados más simples y más audaces son más testables y
refutables; por eso son más científicos. Otros son menos testables. Otros son no-testables o
metafísicos. La línea de demarcación no puede ser absolutamente tajante y definitiva ya que,
por ejemplo, muchas teorías científicas se originaron en mitos. Esto revela que los mitos
pueden llegar a adquirir componentes testables. El problema de la demarcación nada tiene que

11
Cfr., Magee Bryan, Popper, p. 30-31.

5
ver con el problema del sentido (significado) planteado por los positivistas, ya que no propone
trazar un límite que coincida con los límites de un lenguaje dentro del cual quede la ciencia y
fuera la metafísica. La línea de demarcación propuesta por Popper se traza dentro del lenguaje
significativo y no fuera de él.

En palabras de Popper: “El criterio de demarcación que hemos de adoptar no es el de


la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas. Dicho de otro modo: no exigiré
que un sistema científico pueda ser seleccionado, de una vez para siempre, en un sentido
positivo; pero sí que sea susceptible de selección en un sentido negativo por medio de
contrastes o pruebas empíricas: ha de ser posible refutar por la experiencia un sistema
científico empírico. Así, el enunciado “lloverá o no lloverá aquí mañana” no se considerara
empírico, por el simple hecho de que no puede ser refutado; mientras que a este otro, “lloverá
aquí mañana”, debe considerársele empírico”.12

1.2. Dinámica del conocimiento científico.

El progreso de la ciencia tal y como la ve Popper se podría resumir de la siguiente


manera: la ciencia comienza con problemas, problemas que van asociados con la explicación
del comportamiento de algunos aspectos del mundo o universo. Los científicos proponen
hipótesis falsables como soluciones al problema. Las hipótesis conjeturadas son entonces
criticadas y comprobadas. Algunas serán eliminadas rápidamente. Otras pueden tener más
éxito. Estas deben someterse a críticas y pruebas más rigurosas. Cuando finalmente se falsa
una hipótesis que ha superado con éxito una gran variedad de pruebas rigurosas, surge un
nuevo problema, afortunadamente muy alejado del problema original resuelto. Este nuevo
problema exige la invención de nuevas hipótesis, seguidas de nuevas críticas y pruebas.
Nunca se puede decir de una teoría que es verdadera, por muy bien que haya superado
pruebas rigurosas, pero afortunadamente se puede decir que una teoría actual es superior a sus
predecesoras en el sentido de que es capaz de superar pruebas que falsaron a sus predecesoras.

Lo antes dicho podemos resumirlo a partir de cinco estadios: 1) problema; 2)


propuesta de una solución o teoría; 3) deducción de proposiciones contrastable a partir de la
nueva teoría; 4) contrastaciones; 5) establecimiento de preferencias entre las teorías en
competencia. Ahora bien, si no peguntamos de donde surgió la expectativa del estadio 1 la
respuesta es del 5 de un proceso anterior. Y si seguimos hacia atrás llegaremos a
“expectativas innatas”. Estos impulsos se originan en la estructura biológica. Así nacemos con
expectativas, con un conocimiento, que aunque no es válido a priori, es genéticamente a
priori, es decir, anterior a toda experiencia observacional.13

Así, pues, como dice Bryan Magee, la teoría popperiana del conocimiento linda con
una teoría de la evolución. La solución de problemas es la actividad primaria, y el problema
primario es la supervivencia. Y al igual que la de Darwin, la teoría de Popper no explica la
génesis, sino su desarrollo.14 A lo largo de su exposición de la evolución de la vida, la
aparición del hombre y el desarrollo de la civilización, Popper usa, además de la noción de un
mundo de cosas materiales (mundo 1), y de un mundo subjetivo de mentes (mundo 2), la
noción de un “tercer mundo”, un mundo de estructuras subjetivas producidas, de modo no

12
Popper K., LSD, p. 40.
13
Popper, Karl, CR, p. 47.
14
Magee Bryan, Popper, p. 76.

6
necesariamente intencional, por las mentes de las criaturas. Tales estructuras, una vez
producidas tendrían una existencia independiente, y pueden ser biológicas o abstractas. Estas
estructuras se convierten en la parte central y más importante del medio ambiente. Ejemplos
de estructuras biológicas en el mundo animal son los nidos de pájaros, hormigas, etc. Y
abstracta, su organización social. Las estructuras biológicas en el hombre puede ser la mano.
Las estructuras abstractas del hombre pueden ser el lenguaje, la ética, la religión, la filosofía,
las ciencias y las instituciones. Este “tercer mundo” es en gran medida autónomo, aunque
haya sido creado por nosotros. Es el mundo de nuestra herencia cultural.

Como dice Bryan Magee, la concepción de un “tercer mundo”, hecho por el hombre
pero autónomo, es uno de los puntos más prometedores en los que puede avanzar la filosofía
de Popper. El desarrollo más importante en la historia del “tercer mundo”, desde la aparición
del lenguaje, ha sido la aparición del pensamiento crítico, y más tarde la aceptación de ese
pensamiento crítico.

En la ciencia se proponen teorías e hipótesis y se someten a comprobación crítica, se


aceptan o no a la luz de la experiencia que esta abierta a una posterior comprobación crítica.
El tribunal final de apelación no es ningún tipo de construcción lógica del mundo como
pensaba Rudolf Carnap, ni tampoco, ningún conjunto especial de enunciados básicos como
pensaba Otto Neurath. El tribunal final de apelación es el criterio de criticismo, al que se
someten todos los investigadores. Esta racionalidad crítica no coincide con las reglas de la
lógica formal sino que se decide por una decisión libre. La racionalidad crítica debe su
existencia a una libre decisión de la razón.15

Si llamamos al complejo de las teorías científicas generalmente aceptadas y bien


establecidas en alguna etapa de la historia de la ciencia conocimiento básico de esa época,
entonces podemos decir que una conjetura será audaz si sus afirmaciones son improbables a la
luz del conocimiento básico de la época. Así como las conjeturas se consideran audaces o no
por referencia al conocimiento básico relevante, así también se juzgará que las predicciones
son nuevas si conllevan algún fenómeno que no figure en el conocimiento básico de la época
o que quizás esté explícitamente excluido por él.

Las principales contribuciones al desarrollo del conocimiento científico suceden


cuando se confirma una conjetura audaz o cuando se falsa una conjetura prudente. La idea del
conocimiento básico nos permite ver que estas dos posibilidades se darán juntas como
resultado de un solo experimento. El conocimiento básico consta de hipótesis prudentes
precisamente porque ese conocimiento está bien establecido y no se considera problemático.
La confirmación de una conjetura audaz supondrá la falsación de alguna parte del
conocimiento básico con respecto al cual era audaz la conjetura.

1.3. El criterio de demarcación y sus consecuencias científicas y político - sociales.

Como dijimos antes, Popper recomienda que se formulen las teorías del modo más
exacto posible, para exponerlas a refutación del modo menos ambiguo posible. Y al nivel
metodológico no deberíamos eludir la refutación reformulando continuamente o bien nuestra
teoría o bien nuestra evidencia empírica con el fin de mantenerlas de acuerdo. Para Popper, el
criterio de falsabilidad es también un criterio de demarcación de la cientificidad de una
teoría. La falsabilidad es el criterio de demarcación entre la ciencia y la no ciencia. Si una
15
Para profundizar la idea de racionalidad crítica ver: Albert Hans, Tratado sobre la razón crítica, Sur, Buenos
Aires, 1973. En particular el capitulo II y III, p. 49-118.

7
teoría no es refutada, si todos los hechos posibles se adecuan a la misma, entonces no se trata
de una teoría científica.

De aquí también parte la crítica de Popper al marxismo y al psicoanálisis. Se trata de


teorías “totales” y no falsables, que tienden a integrar en ellas mismas todo hecho que pudiese
contradecirlas, interpretándolo como una confirmación de sus postulados. Según Popper una
teoría racionalísticamente digna de atención debe exponerse a la refutación. Esta es la única
forma de garantizar el rigor de la investigación y la apertura frente a lo nuevo.

Popper en La Sociedad abierta y sus enemigos extrae las consecuencias políticas del
principio de falsabilidad y sienta las bases de lo que debería ser la cientificidad de las ciencias
histórico – sociales. A partir del principio de falsación de Popper, nos encontramos inclinados
a pensar en nuestro conocimiento como algo provisional, esto es, conjetural, y pernnemente
controvertible. Ninguna teoría es en principio no falsable.

En el ámbito político – social, a partir de este principio, se dan las siguientes


consecuencias: a) Toda teoría de la “sociedad justa” que se pretenda definitiva debe ser
descartada; y b) Todo sistema político que se distancie, con distintos métodos, de la crítica y
la transformación se condena. De este punto parte la crítica de Popper contra toda forma de
totalitarismo y contra sus dos versiones teóricas a saber: el pensamiento utópico, el marxismo
por ejemplo, y el pensamiento reaccionario. Popper ve en Platón el primer y más ilustre
exponente de la tendencia política anti - falsacionistas, el teórico de la sociedad “cerrada”. El
pensamiento utópico afirma que la sociedad ideal existirá en el futuro. El pensamiento
reaccionario afirma que la sociedad ideal ha existido en el pasado. Ambos casos se proponen
una visión circunscripta y cerrada de la sociedad ideal como término de comparación con el
presente. Por lo tanto, se determina la ecuación: utópico = cerrado = no confrontable.

1.4. El objetivo de la ciencia

Para Popper la historia de la filosofía es la historia de sus problemas. La filosofía en él


se convierte en epistemología al plantearse como asunto a indagar el conocimiento científico.
Para Popper una teoría es científica sí y sólo si es falsable y el grado de falsabilidad de una
teoría determina la cantidad de información empírica que nos aporta. La epistemología de
Popper no será tanto una lógica de la ciencia, sino una lógica de la investigación científica, es
decir, una lógica de la actividad o del procedimiento por el cual se desarrolla el conocimiento
científico. Fue una liberación el que Popper cambiase la atención filosófica de la lógica de las
proposiciones a la lógica de la investigación. Él pensaba que si se observase el proceso de
investigación como el rasgo verdadero de la racionalidad científica, no se vería entonces un
sistema bien ordenado de proposiciones sino una interrelación de conjeturas y refutaciones en
el marco intersubjetivo de los participantes en la investigación. La ciencia puede ser
caracterizada más por la forma, por el método conforme al cual obtiene sus conocimientos,
que por los conocimientos en sí. Esto constituye el carácter social objetivo del conocimiento
científico.

Una teoría objetiva es una teoría que puede ser contrastada, que no recurra a meras
intuiciones subjetivas. Desde este planteo Popper introduce el llamado “método cero” o
“lógica de la situación” o “principio metodológico de la racionalidad”, con la intención de
posibilitar la contrastabilidad de teorías sociales y políticas. El principio versa así: “los
individuos obran siempre de un modo adaptado a la situación en que se encuentra”.

8
Este principio metodológico reemplaza la afirmación psicológica de que los hombres
actúan generalmente de modo racional, adecuando las acciones a los fines que se proponen,
por el postulado metodológico que conjetura que los hombres actúan de acuerdo a la
información que poseen, en el marco de una situación. Los actores obran en el cuadro de un
modelo, sacan las conclusiones de lo que está implícito en la situación. Este principio no es
válido a priori y tampoco es una hipótesis empírica contrastable. Es un sub - producto
metodológico, como un principio regulador que acompaña a las teorías.

Popper ha definido la autonomía de la ética basado en la autonomía del individuo


particular único e irrepetible. Porque no existe una “naturaleza humana universal”, sino
individuos concretos e irrepetibles. Esta imagen metafísica descarta la existencia de una
racionalidad social e histórica. La sociedad y la historia son realidades irracionales, el hombre
es el que intentará ordenarlos y explicarlos. Pero la racionalidad de las teorías queda en las
teorías, en el mundo de las ideas, en lo que Popper llama, el “tercer mundo”. Y no penetra ni
en la historia ni la sociedad. Pero al abandonar la supuesta relación constitutiva entre los
individuos, la cual permite hablar de racionalidad social e histórica ¿cómo es posible el
conocimiento por el cual se explica la realidad, cómo es posible la comunicación racional, en
definitiva, la ciencia? Según Popper, la comunicación racional es establece por el lenguaje y a
través de sus funciones descriptivas y críticas (no expresivas). Ello porque las primeras
funciones se sitúan en un nivel objetivo, público, en el “tercer mundo”. No niega las
experiencias subjetivas, sino que exige que sean tan objetivas como las teorías científicas.

Popper cree que el origen, tanto de la vida como de las teorías no es susceptible de
explicación racional. En La Miseria del Historicismo dice que 1) el curso de la historia
humana está influido por el crecimiento de los conocimientos humanos; 2) no podemos
predecir, por métodos racionales o científicos, el crecimiento futuro de nuestros
conocimientos científicos; 3) no podemos predecir el curso futuro de la historia humana; 4)
esto significa que hemos de rechazar la posibilidad de una historia teórica, es decir, de una
ciencia histórica y social. No puede haber una teoría científica del desarrollo histórico que
sirva de base para la predicción histórica; 5) la meta fundamental de los métodos históricos
está mal concebida; y el historicismo cae por su base.

Popper entiende por historicismo un punto de vista sobre las ciencias sociales que
supone que la predicción histórica es el fin principal de éstas, y que supone que este fin es
alcanzable por medio del descubrimiento de los ritmos y leyes que yacen bajo la evolución de
la historia (Hegel). Los argumentos antes citados para refutar el historicismo no refutan la
posibilidad de toda clase de predicción social. Sólo refuta la posibilidad de predecir sucesos
históricos en tanto pueden ser influidos por el crecimiento de nuestros conocimientos. El paso
decisivo es la proposición 2. Mi prueba, dice Popper, consiste en mostrar que ningún
predictor científico tiene la posibilidad de predecir por métodos científicos sus propios
resultados futuros. En La Miseria del Historicismo intenta mostrar la importancia del
historicismo como una estructura intelectual fascinante. Y mostrar que su lógica sufre una
debilidad inherente e irreparable.

1.5. El problema del método científico.

Para Popper el conocimiento no es empirista ni inductivista sino hipotético –


deductivista. El método inductivo nos habla de observaciones expresadas mediante
enunciados observacionales que describen un cierto estado de cosas, los hechos, (E), que al

9
reiterarse un número suficiente de veces, permite por inducción, llegar a enunciados
generales, leyes o teorías (L). El método hipotético-deductivo no parte de la observación para
inducir luego una ley, sino que es la teoría la que muestra qué hechos se deben observar. Los
hechos se deducen de la teoría. Para luego ponerla a prueba de manera rigurosa. Por otro lado,
Popper nos dice que una teoría es una libre creación del espíritu humano, un intento audaz de
solucionar problemas (P), producto de la intuición. El esquema sería16:

P --------------intuición-----------L-----------deducción---------------E

Para Popper los problemas no nacen en el vacío. Por el contrario son, al igual que la
observación, producto de un encuadre teórico que hace que sean vistos como tales. También
dice que la crítica que efectúa el método hipotético deductivo a las teorías que fueron
presentadas como solución al problema conduce a nuevos problemas. Este hecho, de que a
partir de soluciones puedan presentarse nuevos problemas explica la circularidad en la
dinámica de la ciencia transformando el esquema lineal que había postulado el positivismo.

Según Popper existe un proceso creativo en la formulación de las leyes, los enunciados
generales o hipótesis.17 Esta creación establece un abismo entre la observación y las leyes;
además es posible imaginar hipótesis (leyes) por medios que no se refieran a observaciones
efectuadas. Y aquí se ve lo que ocurre cuando se postulan términos teóricos en las leyes, que
al ser inobservables no pueden provenir de la experiencia.
A una hipótesis podemos llegar desde distintos lugares. Una hipótesis puede surgir de
un sueño, de relatos míticos, observaciones, etc. A este lugar le vamos a llamar contexto de
descubrimiento o intuición. En este contexto, la observación de hechos particulares de la
inducción es un caso más de los tantos por los cuales se puede llegar a postular una hipótesis.
Por estas razones podemos pensar el surgimiento de una disciplina científica a partir de
intuiciones metafísicas, impensables para el positivismo.

Conocimiento para Popper es aquello que se encuentra expresado de manera escrita u


oral, mediante proposiciones. No lo que se piensa o lo que se cree, sino lo que se comunica.
Por esta razón la solución que propone un científico al problema planteado será una
proposición (no una creencia o idea), cuya verdad se desconoce y por ello hipotética. Por lo
general se trata de enunciados (proposiciones) generales, de una ley tentativamente verdadera,
que habrá que intentar corroborarla o refutarla, y que se mantendrá hasta que no se demuestre
su falsedad.

Funcionamiento del método hipotético deductivo:

A diferencia del positivismo, lo que se usa es la lógica deductivista. Popper al utilizar


la deducción como única forma inferencial, y al ser sus principios auténticas leyes lógicas,
evita el riesgo de hacer de la ciencia una actividad injustificada, cosa que sucede con el
principio que guía la inducción.18

16
El esquema es sacado de César Lorenzano, La estructura del conocimiento científico, p. 47.
17
Hipótesis es una proposición cuya verdad o falsedad se ignora, pero que se propone como una solución
verdadera al problema planteado.
18
Ver p. 1-2.

10
El método comienza con las hipótesis fundamentales, a las que llegamos mediante un
proceso intuitivo, y que consiste, en la mayoría de los casos, en enunciados generales. Si
deducimos a partir de estas hipótesis, llegamos a hipótesis derivadas, y desde allí hasta llegar
a hipótesis cuantificadas existencialmente19, a las cuales llamaremos consecuencias
observacionales de la hipótesis fundamental, que serán los enunciados de Nivel I a partir de
los cuales vamos a contrastarla. El conjunto de las hipótesis fundamentales, derivadas y
consecuencias observacionales forman un entramado deductivamente interconectado.

Hipótesis fundamental

deducción deducción

Hipótesis derivada 1 Hipótesis derivada 2

deducción deducción

Consecuencia observacional 1 Consecuencia observacional 2

Las consecuencias observacionales pueden contrastarse directamente con la realidad.


Las hipótesis fundamentales se contrastan indirectamente, a través de las consecuencias
observacionales.
La verdad de una consecuencia observacional no permite afirmar que la hipótesis de la
que se partió sea también verdadera. Ello porque se puede partir de premisas falsas y llegar a
una conclusión verdadera usando un razonamiento correcto.
Si la consecuencia observacional es falsa la hipótesis de la que se partió también es
falsa. Esto porque la verdad se conserva a través de toda la cadena deductiva, pues deducir
correctamente es esto, en caso de partir de premisas verdaderas, llegar a conclusiones
verdaderas. Si la conclusión es falsa, dado que desde la verdad siempre se llega a la verdad, la
hipótesis debe ser necesariamente falsa. Esto lo lleva a decir a Popper que, las leyes
científicas tienen la característica de ser refutables pero no verificables. Pueden existir
numerosas consecuencias observacionales que sean verdaderas, pero no por eso se agrega
verdad a la hipótesis. Seguirá sin ser verdadera. Popper dice que sólo será corroborada, que
no quiere decir que sea más verdadera que antes, sino, que en la contrastación no ha sido
refutada, o sea, no le ha pasado nada, aunque puede sí ser refutada en el futuro.

A la pregunta del inductivista de cómo justificamos las leyes por la experiencia, la


respuesta del hipotético – deductivista es nunca las justificamos, porque permanecen para

19
Hay hipótesis que se derivan de la hipótesis fundamental y que están cuantificadas universalmente o
existencialmente en función del condicional. (x) (Px→Qx) es el condicional cuantificado universalmente. Y
podemos leerla así: Para todo x, si se da que x posee la propiedad P, deberá poseer la propiedad Q.
En las que el condicional esta cuantificado existencialmente tiene la siguiente forma: ( x) (Px → Qx) y
podemos leerla así: Existe al menos algún x, tal que si presenta la propiedad P, deberá presentar la propiedad Q.

11
siempre como hipótesis. Sólo las contrastamos severamente tratando de refutarlas, y si
fracasamos comenzamos a usarlas en la práctica científica, sin consideradas verificadas,
porque pueden ser refutadas más adelante.
La falibilidad de las leyes, que supuestamente obteníamos inductivamente, hizo decir a
Hume que la inducción, y por ello nuestro conocimiento, es injustificado. Esto porque una
inferencia no nos puede llevar desde la verdad de los enunciados de nivel I a leyes
presuntamente falsas. Este problema no tiene el hipotético – deductivista porque sabe que las
leyes son falibles, tanto como el inductivista, pero esa falibilidad resulta de la íntima conexión
lógica entre las leyes y la experiencia. El hipotético – deductivista no asciende por un método
desde la experiencia hacia la teoría, sino que arranca de la teoría para contrastarla, y de esta
contrastación sólo puede resultar refutada.

Por eso veamos ahora en que consiste este mecanismo de refutación de hipótesis. El
modus tollens20 es la forma lógica con la que se refutan permanentemente las hipótesis. Su
forma lógica es la siguiente:

Si A entonces B
-B

-A

Aclaremos un poco más la cuestión. Tenemos una hipótesis A unida por medio de un
condicional material (→), con su consecuencia contrastadora B. El tercer enunciado –B (no-B)
es el resultado negativo del experimento. El modus tollens nos permite inferir válidamente de
dos premisas, la segunda de las cuales es la negación del segundo término de un condicional, -
A (no-A o A es falsa). Con las dos premisas refutamos la hipótesis fundamental de la que
habíamos partido. -B es el enunciado básico refutador y resulta de la negación de lo afirmado
por la teoría, aquello que prohíbe la hipótesis a contrastar.

Y a continuación veamos en que consiste la corroboración de hipótesis. Tenemos


primero la primera premisa del razonamiento contrastador, que llamaremos A. Luego una
segunda premisa que se afirma B. Y por último hagamos una inferencia. Pareciera obvio que
pudiéramos decir en la conclusión: “A es verdadera”; parece una inferencia válida. Pero no lo
es. Es una falacia lógica, conocida como falacia de afirmación del consecuente21. No
podemos afirmar la verdad de A conociendo la verdad de B. Su forma lógica es la siguiente:

20
Se llama razonamiento deductivo a aquél en el que las premisas ofrecen fundamentos concluyentes (es decir a
prueba de dudas) para aceptar la conclusión. La conclusión se desprende necesariamente de las premisas, es
decir que las premisas garantizan plenamente la conclusión. En un razonamiento deductivo, si aceptamos la
verdad de las premisas debemos aceptar inevitablemente la verdad de la conclusión pues la misma, según la
definición de validez, no puede ser falsa; en otras palabras, aceptadas las premisas, la conclusión expresa un
conocimiento en sentido fuerte y no importa cuántas premisas le agregue la conclusión se mantendrá infalible.
Hay dos tipos especiales de razonamiento deductivo válido (constituyen leyes lógicas) que nos interesa resaltar
aquí pues nos serán útiles en las unidades que vienen: Modus Ponens y Modus Tollens.
21
Son dos las conocidas falacias formales (razonamientos formalmente inválidos). Uno de afirmación del
consecuente y otro de negación del antecedente. En ambas falacias, la conexión entre premisas y conclusión no
está establecida de manera concluyente. (Debemos aclarar que todo cuanto afirmamos del razonamiento
deductivo se refiere al razonamiento deductivo válido, pues aquel razonamiento deductivo que no es válido, en
rigor de verdad, ni siquiera es un razonamiento)

12
Si A entonces B
B

Por lo tanto no tenemos manera de afirmar la verdad de la hipótesis, aunque el


resultado del experimento sea positivo. Se repite, con una nueva argumentación, y desde otro
punto de vista, la asimetría entre la verificación y la refutación de teorías: si ocurre lo que
supone la hipótesis, no se puede afirmar su verdad ya que se incurre en falacia lógica, pero si
no sucede es refutada por modus tollens.
Pero, como dice Klimovsky Gregorio en Las desventuras del conocimiento científico,
Popper prefiere, especialmente en La lógica de la investigación científica, el criterio de
refutabilidad, por cuanto pretende subrayar que en materia de hipótesis es más importante
tratar de refutarlas que de corroborarlas. La corroboración nos permite mantener la hipótesis
pero su verdad permanece oculta ya que podría ser falsa. En cambio, cuando acontece la
refutación, la falsedad de la hipótesis se nos revela claramente.22

El método se esquematiza de la siguiente manera:

1. planteamiento del problema.


2. formulación de la hipótesis que intentará resolverlo.
3. deducción a partir de la hipótesis de las consecuencias observacionales que lo han
de contrastar con la realidad.
4. situación experimental u observacional en la que se comprueba la verdad o
falsedad de la consecuencia observacional.
5. constatación de la verdad de la consecuencia observacional, y correlativa
corroboración de la hipótesis, que seguirá contrastándose en nuevas situaciones
experimentales.
6. comprobación de la falsedad de la consecuencia observacional, y por lo tanto
refutación definitiva de la hipótesis.

Hasta aquí hemos expuesto una versión “simple” del método hipotético deductivo, que
el epistemólogo Imre Lakatos llama refutacionismo ingenuo. Esta denominación proviene de
suponer que es posible descartar una hipótesis por el sólo hecho de que una observación
pertinente se halle en desacuerdo con una consecuencia observacional obtenida de ella.
Evidentemente este no es el proceder real de los científicos en sus investigaciones. Si
tomamos una hipótesis aislada entonces la refutación de una consecuencia observacional
involucra su refutación. Pero las hipótesis suelen estar acompañadas de muchas otras
hipótesis y teorias presupuestas, por lo cual la contrastación afecta a todo ese presunto
conocimiento. Esta razón es la que da lugar a lo que algunos llaman método hipotético –
deductivo en versión compleja o como lo hace Lakatos, refutacionismo sofisticado.

Pasemos a explicarlo. Cuando se contrasta una teoría específica se presupone la


existencia de un marco teórico que la rodea y que está constituido por hipótesis y teorías
presupuestas.

22
Klimovsky Gregorio, Las desventuras del conocimiento científico, A·Z, Buenos Aires, 2005, p. 147.

13
Según Popper podemos distinguir cuatro procedimientos para llevar a cabo la
contrastación de una teoría:

En primer lugar, se encuentra la comparación lógica de las conclusiones unas con otras
(someter a contraste la coherencia interna del sistema)
En segundo lugar, el estudio de la forma lógica de la teoría (teoría empírica –
científica - o tautológica)
En tercer lugar, comparamos la teoría con otras teorías (averiguar si la teoría puede ser
un adelanto científico en caso de sobrevivir a las contrastaciones).
Y finalmente, se la contrasta por medio de la aplicación empírica de las conclusiones
que pueden deducirse de ella. Aquí se pretende descubrir hasta qué punto satisfarán las
nuevas consecuencias de la teoría a los requerimientos de la práctica, ya provengan éstos de
experimentos puramente científicos o de aplicaciones tecnológicas. Todo el procedimiento de
contrastar resulta ser deductivo.23

Detengámonos en este último punto (aplicación empírica) y miremos las críticas al


refutacionismo ingenuo. El refutacionismo ingenuo o método hipotético – deductivista
“simple” recibe un doble cuestionamiento a la refutación inmediata. Un cuestionamiento
surge de la existencia del experimento y el otro del análisis de lo que constituye el “hecho”.

Pero, ¿qué sucede cuando entre la consecuencia observacional y su refutación o


verificación, que refuta o corrobora, a la hipótesis se interpone el experimento o la
observación?
El experimento es una situación compleja, que introduce hipótesis adicionales acerca
de diversas situaciones como pueden ser: el número de variantes relevantes y las
características del material de trabajo (las hipótesis que se refieren al mismo la llamaremos
hipótesis auxiliares).
Las hipótesis acerca de los elementos materiales del sistema experimental pueden ser
negadas para salvar la hipótesis fundamental. Y cuando se enuncia un defecto de los
materiales experimentales se está formulando una hipótesis ad hoc, que es un hipótesis
introducida con el propósito de proteger de la refutación a la hipótesis fundamental, luego de
constatar la negativa del experimento. Ahora bien, las hipótesis ad hoc deben ser contrastadas,
y sostenidas sólo en caso de ser corroboradas.
Bien, adicionemos al esquema la cláusula ceteris paribus. Esta cláusula significa que
lo que no conocemos no ejerce influencia. Que quiere decir esto: la consecuencia
observacional contrasta simultáneamente la hipótesis fundamental y las hipótesis auxiliares y
además una cláusula ceteris paribus, por lo que el resultado desfavorable pudiera en realidad
refutar dicha cláusula y no nuestra hipótesis primera.

Ahora estamos en condiciones de ver que lo que contrastamos no es sólo la primera


hipótesis originaria, sino un conjunto de hipótesis, por lo que el experimentador puede decidir
que la consecuencia observacional refutatoria no está refutando a la hipótesis que introdujo la
existencia del experimento.

Analicemos ahora el “hecho”. El positivista construye su teoría del conocimiento y de


la ciencia sobre la base firme de los hechos observables. Para el refutacionista ingenuo los

23
Popper, K., LSD, p. 32.

14
hechos refutan la teoría. El refutacionista sofisticado destruye la seguridad en lo indudable de
los hechos.
La presencia del experimento altera de manera radical la sencilla “observabilidad” de
los hechos, puesto que no sólo el hecho es fabricado, sino que en el experimento los
resultados (los datos) son leídos a través de una teoría interpretativa, con la cual se diseñaron
instrumentos experimentales.

Con todo esto podemos decir que el refutacionismo sofisticado hace una distinción
entre tres niveles de hipótesis, de teorías, en el proceso de contrastación:

1- hipótesis – teorías – preceptúales, mediante las que se reconoce la realidad que nos
circunda;
2 – hipótesis – teorías – interpretativa, por las que diseñamos el experimento;
3 – la hipótesis – teoría – puesta a comprobación.

Después de todo esto podemos decir que “todo es teoría”. Los “hechos” ya no son más
simples hechos indubitables de la base empírica que controla a la teoría. Pero existen tres
niveles de teorías. Las teorías preceptúales y las interpretativas que brindan una base empírica
que ya no es más directa, sino metodológica que permite probar la hipótesis primera, y llegar
a desecharla luego de un proceso en el que los pasos se multiplican. La primera hipótesis no
“fabrica” su propia base empírica, sino que es fabricada por otras teorías, a las que puede
llegar a aceptar provisoriamente.

En resumen, en el refutacionismo sofisticado, el choque refutatorio de la experiencia


sobre las leyes se encuentra amortiguado por estrategias ad hoc de protección. Que exige que
el hecho refutatorio sea encuadrado por otra ley. En el refutacionismo sofisticado la
contrastación excede las hipótesis aisladas, para desplazarse de las leyes a las teorías, que son
un conjunto de hipótesis de distinto grado de generalidad interconectadas.

Ahora bien, la relación entre hipótesis aisladas contrastadas experimentalmente y


teorías más amplias, cuya evolución en el tiempo y reemplazo de unas por otras es impensable
en el refutacionismo sofisticado. Esto da paso a un nuevo período en la historia de la filosofía
de la ciencia…

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