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DE LA REPUBLICA ARGENTINA
Psicología Forense
Actividades Científicas
2019
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República Argentina
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Organo de Fiscalización
INTRODUCCION 09
Nuevos desafíos en Psicología Jurídica
Lic. Norma Griselda Miotto
Presidente de la Asociación de Psicólogos Forenses de la República Ar-
gentina
TITULOS
Los derechos de los niños, niñas y adolescentes: el 15
derecho a ser oído
Dra. Yael Bendel.
Asesora General del Ministerio Publico Tutelar de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
Lic. Denise Benatuil.
Coordinadora del área de la sala de entrevistas del Ministerio Público
Tutelar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Directora de la Carrera
de Psicología en la Universidad de Palermo.
Lic. Fernanda Mattera
Equipo Infanto Juvenil del Ministerio Publico Tutelar de la Ciudad Au-
tónoma de Buenos Aires
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INTRODUCCION
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la vida pública o en la privada”. Puede manifestarse de distintas
formas: física, verbal, sexual, psíquica, económica, etc.
Se ha convertido en una conducta instrumental que implica
desigualdad en un vínculo interpersonal o sostiene una des-
igualdad subyacente y estructural. .
Los principales modelos teóricos sobre la violencia de gé-
nero, proponen teorías que remiten a problemas individuales,
compromisos psicopatológicos, etc. Las basadas en la dinámi-
ca familiar aluden a que es producto de interacciones pato-
lógicas y patologizantes y, de patrones desadaptativos de re-
solución de conflictos. Las sociales y culturales, por su parte,
enfatizan la existencia de valores culturales que legitiman en
algunos casos el control del hombre sobre la mujer.
El ejercicio del poder tiene dos efectos fundamentales: uno
opresivo o sea el uso de la violencia para la obtención de un fin
y, otro configurador, lo que posibilita redefinir las relaciones
en una situación de asimetría y desigualdad.
La asimetría de poder de un género sobre el otro ampara las
diferencias y configura la forma adecuada de proceder en las
relaciones: los identificados con el género masculino dan pro-
tección y aquellos cuya identidad de género es femenina pro-
penden a responder a cambio con obediencia y sometimiento.
En el caso de los agresores actúan de forma coherente con
objetivos prefijados de dominio y control, por lo que no existe
un perfil único del maltratador dado que cada uno experimen-
ta el poder de forma distinta.
A las formas habitualmente reconocidas de violencia ejerci-
da en forma asimétrica se agregan en la actualidad las encua-
drables como ciberdelitos.
Una modalidad que se está generalizando es el “sexting”,
consistente en enviar a través de redes sociales o sistemas de
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Otro foco de interés que configura un desafío para la psico-
logía como ciencia, lo constituye el enfoque de la transexua-
lidad en niños/as/adolescentes, frente a lo que estimo debe
primar la prudencia y el respeto por la evolución psicosexual y
psicoemocional de cada individuo en particular.
En el marco de esos desafíos se encuentra además, el en-
foque de la gestación por sustitución y la especial atención al
derecho a la identidad del niño por nacer.
Es necesario desde el punto de vista científico interdiscipli-
nario profundizar la investigación sobre temas mencionados.
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1. Introducción
La visión actual sobre los procesos judiciales que involucran
de algún modo a niñas, niñas y adolescentes (NNyA) ha aban-
donado rotundamente las concepciones que se tenían durante
la vigencia del patronato de menores, en donde su voluntad
era suplida por la figura del asesor tutelar, y ha incorporado la
mirada de los derechos en todos los órdenes e instancias de los
procesos. Estas transformaciones han permeado fuertemente
en los procesos de familia, que conforman una parte funda-
mental del entramado normativo e institucional del así llama-
do sistema de protección integral de derechos. De manera que
para desarrollar los lineamientos centrales del abordaje que
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el poder judicial realiza respecto de NNyA en los procesos de
familia es fundamental comprender el funcionamiento del sis-
tema de protección. De forma muy general, nos referimos a un
conjunto de normas, instituciones y personas que interactúan
entre sí para lograr la satisfacción de los derechos del niño.
La ley 26061 indica que
“[e]l Sistema de Protección Integral de Derechos de las Ni-
ñas, Niños y Adolescentes está conformado por todos aque-
llos organismos, entidades y servicios que diseñan, planifi-
can, coordinan, orientan, ejecutan y supervisan las políticas
públicas, de gestión estatal o privadas, en el ámbito nacional,
provincial y municipal, destinados a la promoción, preven-
ción, asistencia, protección, resguardo y restablecimiento de
los derechos de las niñas, niños y adolescentes, y establece los
medios a través de los cuales se asegura el efectivo goce de los
derechos y garantías reconocidos en la Constitución Nacional,
la Convención sobre los Derechos del Niño, demás tratados
de derechos humanos ratificados por el Estado argentino y el
ordenamiento jurídico nacional. // La Política de Protección
Integral de Derechos de las niñas, niños y adolescentes debe
ser implementada mediante una concertación articulada de
acciones de la Nación, las provincias, la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y los Municipios.”
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1-De ello dan cuenta la recomendación general n° 31 del Comité para la Elimi-
nación de la Discriminación contra la Mujer y la observación general n° 18 del
Comité de los Derechos del Niño sobre las prácticas
nocivas, adoptadas de manera conjunta.
2-La Convención contra la Tortura aparece citada en el párrafo 58 de la observa-
ción general n° 24 del Comité de los Derechos del Niño sobre los derechos de los
niños en el sistema de justicia juvenil.
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Dentro de las leyes nacionales, el pilar del sistema lo consti-
tuye la ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas,
Niños y Adolescentes (n° 26061), pero también se deben in-
cluir el Código Civil y Comercial (principalmente, mediante la
consolidación de los principios de interés superior del niño ―
art. 639 inc. a―, autonomía progresiva ―art. 639 inc. b― y de-
recho a ser escuchado ―art. 639 inc. c―), así como también el
Código Penal (que a través de la tipificación de determinadas
conductas busca proteger derechos fundamentales de NNyA:
ej. Grooming ―art. 131―, trabajo de niñas, niños y adolescen-
tes prohibido ―art. 148 bis―). Resulta fundamental en la pro-
tección de los derechos de las niñas la Ley de Protección Inte-
gral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones
Interpersonales (n° 26485). También es muy importante en
la protección de NNyA la ley de Protección contra la Violencia
Familiar (n° 24417).
En la Ciudad de Buenos Aires, debemos incluir a la Ley de
Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescen-
tes (n° 114) y al Régimen Procesal Penal Juvenil (ley n° 2451).
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4. La corresponsabilidad
La intervención del sistema de protección de derechos se
basa en la corresponsabilidad de todos los actores que cum-
plen alguna función respecto de la garantía de los derechos del
niño. Esta corresponsabilidad supone que todos (tanto agen-
tes estatales como no estatales) deben actuar de acuerdo a su
rol (en el ámbito de su competencia) de manera articulada con
el resto3. En este sentido, los adultos que conviven directa o
indirectamente con los NNyA, ya sea porque son cercanos a
3- El Comité de los Derechos del Niño señala, por ejemplo, en su observación general n° 21
sobre los derechos de los niños en situación de calle: “Las estrategias para los niños en situa-
ción de calle deberían tener en consideración el papel de los agentes estatales y no estatales.
(…) Los Estados tienen la obligación de ayudar a los padres o cuidadores a proporcionar,
dentro de sus posibilidades y medios económicos y en consonancia con la evolución de las
facultades del niño, las condiciones de vida que sean necesarias para su desarrollo óptimo
(arts. 5, 18 y 27). Los Estados también deberían apoyar a la sociedad civil, como agentes
complementarios, a la hora de proporcionar servicios personalizados y especializados para
los niños en situación de calle desde un enfoque basado en los derechos del niño, mediante
la financiación, la acreditación y la regulación. El sector empresarial debe cumplir sus res-
ponsabilidades en relación con los derechos del niño y los Estados deberían velar por que así
sea. Los agentes estatales y no estatales tienen que coordinarse. Los Estados tienen la obliga-
ción legal de velar por que los proveedores de servicios del sector privado actúen de confor-
midad con las disposiciones de la Convención.” (párrafo 15). Otro ejemplo de responsabili-
dades coordinadas en la garantía de los derechos del niño aparece en la observación general
n° 7 sobre los derechos del niño en la primera infancia: “En muchos países y regiones, la
primera infancia ha recibido escasa prioridad en el desarrollo de servicios de calidad, que
a menudo han sido fragmentarios. Frecuentemente han sido responsabilidad de diversos
departamentos gubernamentales en los planos central y local, y su planificación a menudo
ha sido poco sistemática y descoordinada. En algunos casos, también han corrido a cargo en
gran medida del sector privado y el voluntariado, sin recursos, normativas o garantías de ca-
lidad suficientes. Se insta a los Estados Partes a desarrollar estrategias basadas en derechos,
coordinadas y multisectoriales, a fin de que el interés superior del niño sea siempre el punto
de partida en la planificación y prestación de servicios. Estos deberán basarse en un enfoque
sistemático e integrado de la elaboración de leyes y políticas para todos los niños de hasta
8 años de edad. Se necesita una estructura global de servicios, disposiciones y centros para
la primera infancia, respaldada por sistemas de información y supervisión. Esos servicios
globales se coordinarán con la asistencia ofrecida a los padres y respetarán plenamente sus
responsabilidades, así como sus circunstancias y necesidades (…)” (párrafo 22)
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f., 598 y 617 incs. a, b, d, 635 inc. c. (adopción), arts. 639 inc. c,
643, 646 inc. C, 653 inc. c, 655 (responsabilidad parental), art.
707 (proceso familia); y el art. 17 de la ley 114.
Como lo señala el Comité de los Derechos del Niño en su
OG 12, “El artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del
Niño ("la Convención") es una disposición sin precedentes en
un tratado de derechos humanos; apunta a la condición jurí-
dica y social del niño, que, por un lado, carece de la plena au-
tonomía del adulto pero, por el otro, es sujeto de derechos. En
el párrafo 1 se garantiza a todo niño que esté en condiciones
de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión
libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose
debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la
edad y madurez del niño. El párrafo 2 afirma, en particular, que
debe otorgarse al niño el derecho a ser escuchado en todo pro-
cedimiento judicial o administrativo que lo afecte.” (párrafo 1)
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rado que atendía al interés superior del niño, en qué cri-
terios se ha basado la decisión y cómo se han ponderado
los intereses del niño frente a otras consideraciones, ya
se trate de cuestiones normativas generales o de casos
concretos.” (OG 14, párrafo 6).
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nal y Penal Juvenil, (h) Oficinas de Atención Descentralizada
(OAD), (i) Oficina de Seguimiento de la Institucionalización
de Niñas, Niños y Adolescentes, (j) Equipo Público de Aboga-
dos, (k) Oficina de Salud Mental y Derechos Humanos.
Asimismo, cuenta con equipos que dependen directamen-
te de la Asesoría General Tutelar, entre ellos se encuentran el
Equipo de Sala de Entrevistas Especializada y el Equipo Técni-
co Infanto Juvenil. Estos equipos, como parte del Sistema In-
tegral de Protección de Derechos, cumplen un rol fundamen-
tal en cuanto al ejercicio del derecho a ser escuchado en los
diversos procesos, entre ellos, los procesos de familia. Sobre
este punto nos ocuparemos en lo que sigue.
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deben determinar acerca del valor de la palabra del NNyA. Al
respecto nuestro CCyC no fija límites etarios, pero exige po-
seer un nivel de madurez que le permita poder comprender y
discernir sobre los hechos en los cuales está involucrado.
Esta valoración excede la determinación que puede reali-
zarse únicamente desde el área jurídica y requiere necesaria-
mente de una mirada integral y multidisciplinar.
Fama, V. señala:
En ambos supuestos, sea que se discuta la capacidad de un
adolescente o que se intente probar la de un niño, la "madu-
rez suficiente" a la que alude la ley será discernida por la au-
toridad competente (judicial o administrativa) para resolver
el conflicto a partir de la realización de una evaluación inter-
disciplinaria donde intervengan no sólo profesionales de la
psicología, sino también otros especialistas tales como traba-
jadores sociales, médicos, etc., pues la mentada madurez no
debe ser ponderada exclusivamente desde un criterio subjeti-
vo psicológico, sino también desde una vara objetiva relacio-
nada con el entorno familiar, cultural y social, y con la mag-
nitud y complejidad del derecho cuyo ejercicio esté en juego8.
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evaluación psicológica brinda mayores herramientas para po-
der establecer los fundamentos que determinan su decisión.
Esto adquiere una relevancia especial en complejas situacio-
nes intrafamiliares donde observamos que las verbalizacio-
nes se contradicen a los deseos subyacentes, por encontrarse
afectado/a, por presiones externas que condicionan su capaci-
dad de discernimiento.
La evaluación psicológica de un NNyA debe ser realizada por
un especialista infantojuvenil que garantice el abordaje idóneo,
adaptado a cada etapa etaria, y mediante la administración de
las técnicas psicodiagnósticas apropiadas para cada caso.
El estudio integral del NNyA, el conocimiento de su funciona-
miento psíquico, sus recursos defensivos, conflictos emergentes
y el estado de afectación emocional que pueda llegar a presen-
tar, nos permitirá conocer la autenticidad de sus afirmaciones.
Finalmente es necesario señalar que más allá de la metodo-
logía utilizada para poder concretar el derecho a ser escuchado,
es necesario siempre garantizarle y resguardar su derecho a la
privacidad, como su derecho a no querer brindar su opinión.
Vigo, (2016) refiere; la reflexión sobre las condiciones en
que se realiza la escucha debe incluir prioritariamente el debate
respecto de las formas en que la escucha debe implementarse
rodeada de las debidas medidas de resguardo a la privacidad e
integridad física y/o emocional de los niños/as y adolescentes.
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da como un dispositivo especializado para llevar adelante esta
tarea, de modo de garantizar la protección integral del NNyA8.
Históricamente se ha utilizado la Cámara Gesell porque
brindaba la posibilidad de observar al NNyA con mínima in-
tromisión del observador. Esta consiste en un dispositivo con-
formado por un vidrio unidireccional, que permite la observa-
ción desde el exterior. A pesar de ello la visibilidad de la sala
donde se toma la entrevista suele ser reducida y los NNyA des-
de dentro del recinto pueden escuchar o ver a las personas que
se encuentran observando la entrevista.
La Sala de Entrevista Especializada, es el dispositivo que inter-
nacionalmente se recomienda para poder escuchar a los NNyA
debido a que presenta algunas ventajas sobre la Cámara Gesell.
El dispositivo se compone de dos salas, con un circuito ce-
rrado de audio y video, permitiendo tomar la entrevista en una
Sala y poder observarla desde otra.
Este sistema tiene algunas ventajas para los NNyA como:
• Garantizar que el/la niño/a no oirá, ni verá a quienes es-
tán en la sala contigua.
• Permitir que en la sala de observación haya tanta gen-
te como el/la juez/a autorice, dando lugar a que pueda
realizarse una escucha interdisciplinaria (Defensor de
menores, Trabajadores sociales, Peritos psicólogos, Le-
trados de las partes, etc.).
• Tiene un sistema de audio con micrófono e intercomu-
nicador, entre ambos espacios, facilitando de este modo
que el/la Juez/a, por intermedio del psicólogo monitor
―profesional que está en la sala de observación― tome
contacto con el NNyA y haga llegar sus inquietudes du-
rante la entrevista.
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9. Palabras finales
Como lo señalamos en la introducción, el rol de las asesorías
tutelares se ha transformado radicalmente desde sus orígenes
bajo la vigencia del patronato de menores hasta la actualidad.
Originariamente esta figura se pensaba como una institución
que suplía la voluntad del niño y expresaba qué era lo mejor
para él bajo criterios que no tenían que ver con aquello que
NNyA querían, sino con lo que consideraban los adultos que
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intervenían en el proceso. Actualmente el Ministerio Público
Tutelar es un organismo que ha desarrollado una estructura
al servicio de la garantía de los derechos de NNyA, que pro-
mueve la escucha y brinda las mejores condiciones posibles
para que ella se desarrolle en un ambiente amigable. El cami-
no que debemos seguir construyendo es el de generar cada día
una mejor calidad institucional que profundice lo hasta aquí
logrado y que haga que el tránsito de NNyA por los distintos
procesos sea una experiencia que contribuya a superar las si-
tuaciones traumáticas que los han traído hacia nosotros.
Referencias bibliográficas
• Cavagnaro, M. V. (2010). Oír o escuchar a los niños? Una diferencia
que no es menor disponible en: http://www.saij.gob.ar/maria-victoria-
cavagnaro-oir-escuchar-ninos-una-diferencia-es-menor-dacf100069-
2010-09-15/123456789-0abc-defg9600-01fcanirtcod
• Código Civil y Comercial de la Nación (CCyC)
• Comité de los Derechos del Niño (2009), Observación General Nº 12
sobre el derecho del niño a ser escuchado
• Comité de los Derechos del Niño (2013), Observación general Nº 14
sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una considera-
ción primordial
• Comité de los Derechos del Niño (2016), Observación General N° 20
sobre la efectividad de los derechos del niño durante la adolescencia
• Comité de los Derechos del Niño (2017), Observación General N° 21
sobre los niños en situación de calle
• Famá, M. V. (2015). Capacidad progresiva de niñas, niños y adoles-
centes en el Código Civil y Comercial. 20/10/2015, La ley 2015-F, 463.
Disponible en: AR/DOC/3698/2015
• Ley 114. Protección Integral de los derechos de Niños, Niñas y Adoles-
centes. Sanción: 03/12/1998. Promulgación: De hecho del 04/01/1999.
Publicación: BOCBA N° 624 del 03/02/1999
• Ley 26061. Ley de protección integral de los derechos de las niñas,
niños y adolescentes. Sancionada: septiembre 28 de 2005. Promulgada
de hecho: octubre 21 de 2005
• Ley 23.849. Apruébase la Convención sobre los Derechos del Niño.
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Ciberdelitos vinculados con la Violencia de
Género y/o Explotación Sexual
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publicaciones realizadas , pudiendo hacerlo mediante perfiles
falsos o no.
La metodología del Grooming se basa en general, en el cum-
plimiento de distintas etapas a fin de cometer su manipulación
psicológica sobre el niño/a:
Generación de El acosador
Ganar confianza a lo
Confianza consigue fotos
largo del tiempo.
o videos con
Obtención del contenido
Lograr empatía.
Materia íntimo.
Obtener más
Componente
material
Sexual. El material obtenido
Lograr un
Ciberacoso y se usa para chantaje.
encuentro
chantaje.
presencial
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Aspectos CONDUCTUALES
• Cambios bruscos en la conducta.
• Retraimiento. Inhibición.
• Irritabilidad.
• Respuestas de miedo.
• Alteraciones en el sueño y/o en la alimentación.
Aspectos AFECTIVOS
• Tono depresivo.
• Ansiedad, nerviosismo.
• Baja autoestima.
• Sentimientos de culpa.
• Distanciamiento afectivo.
Aspectos COGNITIVOS
• Fallas en la atención.
• Fallas en la memoria.
• Bajo rendimiento escolar.
Aspectos SOCIALES
• Baja capacidad de las habilidades sociales.
• Problemas con las relaciones “cara a cara”.
• Pérdida de interés de actividades offline.
• Sobreadaptación
• Retraimiento
• Depresión
• Inhibición sexual llamativa
• Intolerancia frente a manifestaciones verbales de conte-
nido sexual
• Distanciamiento afectivo.
• Inhibición.
• Irritabilidad
• Importantes dificultades en las relaciones interperso-
nales.
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- Suelen ser Amenazados
- Temor en las consecuencias a sus dichos
- Miedo al rechazo o credibilidad
- Por vergüenza o culpa
- Porque creen que al decirlo van a ser castigados e incom-
prendidos
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Resumen
Objetivo: Conocer las características sociodemográficas,
tipo de lesiones y afectación emocional en las mujeres aten-
didas en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses
de San Juan de Miraflores (Lima Sur - Perú), en los casos de
violencia de género (contra la mujer), durante el período de
Enero a Diciembre del 2016.
Metodología: El Tipo de diseño: es “no experimental” de
tipo Transversal y “exploratorio”. Se utilizó el muestreo proba-
bilístico aleatorio simple, analizándose 130 casos, evaluadas
tanto física como psicológicamente. Se analizaron variables so-
ciodemográficas, médico - legales y psicológicas. Como instru-
mentos, se utilizaron los Certificados de Reconocimientos Mé-
dico Legales, Protocolos de Pericias Psicológicas, y la Base de
Datos del Sistema DICEMEL. Se utilizó la versión 20 del SPSS.
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Resultados: Se encontró que: en su mayoría son mujeres
de 26 a 40 años, casadas/convivientes y con secundaria com-
pleta; son solicitados más por la Policía Nacional; los presun-
tos agresores (78%) son sus parejas o ex parejas; agredidas
más por Contusiones, predominando de 1 a 10 días de Inca-
pacidad Médico Legal y con signos de Lesiones Traumáticas
Recientes; casi la mitad acudieron a su Reconocimiento Mé-
dico Legal en menos de 24 horas de transcurrido el evento; la
tercera parte de las víctimas señalaron que la causa de la agre-
sión fueron “los celos” seguidos por “consumo de alcohol y/o
drogas de sus parejas”; en la mayoría de los casos en que se en-
contró la presencia de una Dinámica de Violencia Familiar sí
presentaron afectación emocional. Conclusiones: Los tipos
de lesiones no guardan relación con la afectación emocional
encontrada. Así también, en muchos casos en que se acude por
Violencia familiar no se encuentra dicha violencia ni afecta-
ción emocional sino más bien una relación conflictiva de pare-
ja, y con evidencia de ganancias secundarias (ej.: procesos de
tenencia, pensiones alimenticias, causales de divorcios, etc.).
Palabras claves:
Caracterización, Violencia de Género, Psicología forense,
Evaluación Médico – Legal.
Introducción
Según uno de los artículos del libro “La violencia contra las
mujeres: responde el sector Salud”, realizado en el 2003 por la
Organización Panamericana de la Salud y publicado en la Re-
vista Futuros (2005), a medida que pasa el tiempo, son cada
vez más numerosas las pruebas y mayor la concienciación en-
tre los proveedores de servicios de salud y las personas en-
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gal se diferenciaron del otro grupo, por haber estado casadas
o unidas, por convivir la mayoría en unión libre, por contar
con menor edad, por permanecer como amas de casa, por ser
agredidas por su cónyuge pero también por su ex – cónyuge,
por haber recibido maltrato físico en forma periódica, y por
recibir de 8 a 30 días de incapacidad médico legal, también
por ser evaluadas más tempranamente, llevar mayor tiem-
po de convivencia, tener más hijos, y encontrarse en proceso
de separación conyugal o divorcio. Dicha investigación tuvo
como conclusión que la mayoría de dictámenes forenses por
lesiones no fatales en Bucaramanga, se realizan en mujeres
que denunciaron violencia conyugal.
En un estudio de Velásquez (2004) donde se presenta el re-
porte estadístico de atención en violencia intrafamiliar en el Ser-
vicio Legal Integral Municipal de la ciudad de la Paz (Bolivia),
entre los meses de marzo a agosto del año 2004, el cual tuvo
como objetivo describir la población víctima y las características
de la misma, pero en el que no menciona su muestra ni se ana-
liza a nivel porcentual, se encontró que la violencia se encuentra
orientada generalmente hacia la mujer y es esta la que realiza sus
denuncias, sin embargo en términos de apoyo la mayor parte de
las veces este sólo tiene un carácter orientativo y diagnóstico. El
maltrato no es propiedad de una edad, sino se presenta en todas
las edades sin embargo existe un rango superior entre los 20 y
40 años (511 casos) que es la etapa de mayor convivencia o de
pareja existente. Por otra parte, el alcohol parece un elemento
central de abuso (110 casos). La forma en la que se presenta el
maltrato es diversa y en este sentido probablemente al inicio
la víctima no lo perciba como tal sino cuando este se ha incor-
porado a la rutina diaria y sólo es denunciado cuando el daño
físico es elevado no cuando está en sus inicios.
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a sus hijos e hijas, afectando negativamente su bienestar y su
desarrollo, con secuelas a largo plazo; llegando incluso a trans-
mitirse a sucesivas generaciones.
En una revisión realizada por Pacora y Kendall (2006) so-
bre la Violencia contra la mujer en el Perú, encontraron que el
33% de las mujeres que han estado unidas alguna vez, con ran-
gos que fluctúan entre 15% y 52%, han sufrido alguna forma de
violencia física por parte de sus parejas. La Violencia basada en
género representa la mitad de las muertes violentas de muje-
res en el mundo. El feminicidio es la sexta causa de muerte de
mujeres entre 15 y 49 años. Anualmente más de 9000 mujeres
mueren por violencia de sus parejas y 3 millones sufren abuso
físico de parte de sus maridos o novios. El 20% de niñas su-
fre de abusos sexuales, casi siempre de familiares o conocidos.
Entre las mujeres que habían estado embarazadas alguna vez,
el 15% en Lima y 28% en Cusco habían sufrido violencia física
en por lo menos un embarazo. De estas, un tercio en Lima y
más de la mitad en Cusco, habían sido golpeadas con el pie o
con el puño en el abdomen. Se observa un mayor deterioro
de la salud de la mujer violentada cuando el perpetrador es la
pareja, las mujeres que habían sido víctimas de agresión física
por parte de su pareja tenían una probabilidad 2 veces mayor
de afirmar que su salud general era mala en comparación con
las mujeres que nunca habían sido maltratadas.
En otro estudio realizado por Velarde (2009) que tuvo
como propósito describir las características del Perfil psico-
social de una muestra de los usuarios atendidos en el área de
Psicología Forense de la División Médico Legal B Apurímac
en el segundo semestre del 2008, en la Ciudad de Abancay
(Apurímac – Perú), se encontró que las características más
comunes de los usuarios es que son personas 31 a 40 años,
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Método
Este trabajo es de carácter Descriptivo. El tipo de diseño
corresponde al “no experimental” de tipo Transversal y “ex-
ploratorio”,
Población Objetivo: Fueron el total de usuarias atendi-
das en el Área de Medicina Legal y Psicología Forense, dentro
del período de muestra.
Tamaño de la Muestra: Se tomó en cuenta al total de
mujeres que fueron atendidas por el servicio médico – legal
y de psicología forense, y que hayan cumplido los criterios de
selección. Se encontraron 130 casos.
Tipo de Muestreo: Se utilizó el muestreo probabilístico
de tipo aleatorio simple.
Variables a estudiar: Se incorporó y analizó las siguien-
tes variables: Variables sociodemográficas, Variables médi-
cos legales, y Variables psicológicas.
Criterios de Inclusión: Denunciantes, víctimas, Sexo feme-
nino, de 06 a 70 años, cualquier estado civil, Violencia ejer-
cida por parte del sexo masculino, durante el año 2016, con
examen médico-legal y psicológico a la misma usuaria.
Criterios de Exclusión: Agresoras, denunciadas, de sexo
masculino, fuera de los meses planteados.
Técnicas de recolección de datos: Se utilizaron las
fuentes documentales, donde se revisaron los certificados y
protocolos de las pericias. Además, se consultó la base de da-
tos de la Institución.
Instrumentos de recolección de datos: Certificados
de reconocimiento médico-legal, protocolos de pericias psico-
lógicas, y la base de datos del Instituto de Medicina Legal y
Ciencias Forenses.
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Resultados
Se encontró que: en su mayoría son mujeres de 26 a 40 años,
casadas/convivientes y con secundaria completa; son solicita-
dos más por la Policía Nacional; los presuntos agresores (78%)
son sus parejas o ex parejas; agredidas más por Contusiones,
predominando de 1 a 10 días de Incapacidad Médico Legal y
con signos de Lesiones Traumáticas Recientes; casi la mitad
acudieron a su evaluación en menos de 24 horas de transcu-
rrido el evento. De los casos de violencia de género, la tercera
parte estaba inmersa dentro de violencia familiar, la tercera
parte de las víctimas señalaron que las causas de la agresión
fueron “los celos” seguidos por “consumo de alcohol y/o dro-
gas de sus parejas”; y en la mayoría de los casos con Violencia
Familiar las mujeres sí presentaron “afectación emocional”.
Tabla 1. Edad
EDAD Frecuencia Porcentaje (%)
De 6 a 11 años 2 1.5
De 12 a 17 años 6 4.6
De 18 a 25 años 18 13.8
De 26 a 40 años 68 52.3
De 41 a 60 años 32 24.6
51
En la Tabla Nº 1, referida al rango de Edad de mayor inci-
dencia, podemos apreciar que es la comprendida “de 26 a 40
años” con 52,3%, a ésta le sigue la edad comprendida “de 41
a 60 años” con 24,6%, y a ésta, a su vez le sigue la edad com-
prendida “de 18 a 25 años” con un 13,8%. La edad de menor
incidencia es la edad comprendida de 6 a 11 años con un 1,5%.
53
En la Tabla Nº 6, referida al Presunto Agresor, se encontró
que el 32,3% fueron sus “convivientes”, seguida con el 23,1 %
quienes eran sus “cónyuges”; y si sumamos ambos (cónyuges
más convivientes), encontramos que el 55,4% fueron sus “pa-
rejas actuales”; y en un 23,1% fueron sus “ex – parejas”.
LESIONES
Tabla 8. Agente causante
AGENTE CAUSANTE Frecuencia Porcentaje
Contusiones 96 73.8
Arma blanca 2 1.5
No presenta Lesiones
32 24.6
Traumáticas Recientes (LTR)
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Tabla 12. Tiempo transcurrido del evento al Reconoci-
miento Médico Legal (RML)
TIEMPO TRANSCURRIDO
Frecuencia Porcentaje
DEL EVENTO AL RML
Menos de 24 horas 52 40.0
De 24 a 48 horas 26 20.0
De 48 a 72 horas 20 15.4
De 4 a 10 días 18 13.8
Más de 10 días 14 10.8
AFECTACION EMOCIONAL
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Físico, Psicológico y Sexual 4 3.1
Físico y sexual 2 1.5
Sin violencia 10 7.7
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Tabla 20. Signos de Lesiones Traumáticas Recientes
(LTR) y Presencia de Afectación Emocional
SIGNOS DE PRESENCIA DE AFECTACION EMOCIONAL
LESIONES
Si No
TRAUMA-
TICAS Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje TOTAL
RECIENTES
Si 32 24.6 68 52.3 76,9
No 14 10.8 16 12.3 23,1
Total 46 35.4 84 64.6 100
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Tabla 26. Número de veces de Pericia Psicológica y Pre-
sencia de Afectación Emocional
NUMERO PRESENCIA DE AFECTACION EMOCIONAL
DE VECES Si No TOTAL
DE PERICIA
PSICOLOGICA N % N % N %
Conclusiones
Se encontró que las víctimas que denunciaron y presentaron
lesiones físicas, estos no guardaron relación con la afectación
emocional encontrada. Así también, en muchos casos en que se
acudió por violencia familiar no se encontró dicha violencia ni
afectación emocional sino más bien una relación conflictiva de
pareja, y con evidencia de ganancias secundarias (ej.: procesos
de tenencia, pensiones alimenticias, causales de divorcios, etc.).
63
Las víctimas que presentaron Violencia Física y Psicológi-
ca al mismo tiempo “sí” presentaron Afectación Emocional,
sin embargo, las que sólo presentaron Violencia Física “no”
presentaron afectación emocional.
Las víctimas que presentaron de 1 a 10 días de Incapacidad
Médico Legal no presentaron afectación emocional.
Cuando la violencia era ejercida por motivos de celos de sus
parejas, “sí” se encontró afectación emocional, sin embar-
go, cuando fueron por factores socio – culturales no presen-
taron afectación emocional.
En la mitad de las víctimas (52,3%) no se encontró afecta-
ción emocional cuando el agresor fue su pareja o ex – pareja
(cónyuge o conviviente), mientras que un 26,2% sí presentó
afectación emocional.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Introducción
Por muchas razones la violencia contra la pareja se ha con-
vertido en el foco de atención de servicios médicos-sanitarios,
jurídicos, policiales y sociales Por múltiples razones médico-
sanitarias, ético-jurídicas, policiales y sociales. Los asesinatos
de pareja, la violencia física y sexual, las formas graves y cróni-
cas de la violencia psicológica, así como una variada combina-
ción de malos tratos y abusos, componen este fenómeno que
reunimos bajo la etiqueta de violencia contra la pareja.
Durante las VIII Jornadas de Violencia de Género y Delitos
Conexos organizadas por el Ministerio Público Fiscal, el Con-
sejo de Procuradores, Fiscales, Defensores y Asesores Grales.
y el Consejo Federal de Política Criminal (Abril 2019, Men-
doza), los oradores insistieron sobre la importancia de avan-
zar en la sistematización de las tareas de evaluar el riesgo de
violencia, planificar y monitorear la intervención destinada a
prevenir su reiteración. Similar preocupación aparece en las
publicaciones más actuales, la mayor parte las encontramos
en revistas científicas internacionales y disponibles en forma-
67
to digital, allí recomiendan la supervisión, el análisis de los
resultados y la valoración de propuestas de modificación di-
rigidas a la mejora del instrumento y de la seguridad de las
víctimas.
En contexto forense, la predicción del riesgo es requerida
por parte del juzgador, como apoyo científico para la gestión
del potencial riesgo referidas a la supervisión y control del
agresor (imposición de penas y/o medidas de seguridad y mo-
nitorización en fase de ejecución de sentencia) como a la adop-
ción de medidas de protección sobre la víctima.
En el caso de la violencia de pareja, víctima y victimario es-
tán identificados, lo que pareciera facilitar la predicción. No
obstante, los complejos lazos afectivos intrínsecos a las per-
sonas implicadas en las relaciones de pareja1, además de las
múltiples formas que adopta la violencia ejercida, hacen de su
reiteración una posibilidad fluctuante delicada para su siste-
matización o medición (Andrés-Pueyo, 2009; Andrés-Pueyo
y Redondo, 2007), y se hace necesaria la inversión de nume-
rosos esfuerzos de investigación para llegar al comprender el
problema.
Problema
El conocimiento de la técnica de la valoración del riesgo,
para la predicción de la violencia, nos dice que nunca podre-
mos saber si una persona realizará un determinado acto vio-
lento en el futuro sólo podremos estimar la probabilidad de
69
ralmente asociada a la interposición de denuncia por violencia
familiar ante al funcionario judicial (abogado) para munir al
juez de un diagnóstico de riesgo en un término de 24hs y sus-
tentar la urgente determinación de medidas de protección. Se
produce mediante la entrevista semiestructurada e interdisci-
plinaria (psicólogo y trabajador social) con la víctima, siguien-
do un cuestionario ad hoc para la recolectar información so-
bre la presencia de una amplia lista de factores de riesgo y de
protección2, a la que se le adiciona lo obtenido de la búsqueda
de antecedentes judiciales previos que estuvieran disponibles
al momento, en general, no con cierta escasez, condición pro-
pia de confidencialidad de las actuaciones judiciales.
En general muchos estudios epidemiológicos de violencia
contra la pareja utilizan cuestionarios construidos “ad hoc” sin
una calidad contrastada por lo que sus resultados pueden es-
tar influenciados por un nivel considerable de error 3.
En este tipo procedimiento, basado en la historia clínica o
en la entrevista y los test y fundamentado mayoritariamente
en diagnósticos psiquiátricos, se toma una decisión (juicio clí-
nico o predicción) con arreglo a la información obtenida por el
evaluador siguiendo el procedimiento propio de la clínica. Aun
siendo el más frecuente, recibe las críticas que plantean que
71
predicciones (Kropp et al, 1995). Se le podrían adicionar otras
futuras utilidades, por ejemplo: aumentar el rigor de las deci-
siones, la protección de los bienes y la seguridad de las víctimas
y agresores, la gestión de la seguridad y la prevención de la vio-
lencia contra la pareja. Como es lógico una estimación reiterada
y una gestión adecuada del riesgo es la secuencia más apropia-
da para la prevención individualizada de la violencia (Dutton y
Kropp, 2000). En el único caso donde este optimismo es más
limitado es en la predicción del asesinato de la pareja ya que su
escasa prevalencia hace difícil una predicción eficaz.
El sistema de evaluación de riesgo se compone de varias
etapas, cada con sus procedimientos, en la práctica judicial
cotidiana la capacidad predictiva es un tema algo descuidado
o desatendido, o por lo menos es muy escaso en las comunica-
ciones profesionales.
A su vez, confluye con el Seguimiento previsto por el Art 34
de la Ley N°26.485 de Protección Integral de La Mujer, que reza
“Durante el trámite de la causa, por el tiempo que se juzgue ade-
cuado, el/la juez/a deberá controlar la eficacia de las medidas
y decisiones adoptadas, ya sea a través de la comparecencia de
las partes al tribunal, con la frecuencia que se ordene, y/o me-
diante la intervención del equipo interdisciplinario, quienes ela-
borarán informes periódicos acerca de la situación”4.
72
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Método
El presente estudio tiene por objeto realizar una aproxima-
ción exploratoria sobre la eficacia predictiva de los diagnósti-
cos de riesgo basados en el autoreporte de la potencial víctima.
La eficacia o capacidad predictiva viene definida como la ex-
presión numérica del total de clasificaciones correctas de una
predicción, es decir, el total de aciertos, verdaderos positivos y
verdaderos negativos (Loinaz, 2017). Surge de la combinación
de la predicción (riesgo estimado) con el resultado real, la re-
incidencia. El cálculo de los falsos positivos y los falsos nega-
tivos está fundamentado en decisiones dicotómicas, algo que
en muchos no es coherente ni con las herramientas aplicadas
(que estiman el riesgo en 3 categorías y no en dos) ni con el
resultado de la conducta humana (Loinaz, 2017). La decisión
metodológica es agrupar los niveles de riesgo bajo y modera-
do bajo la categoría estimación negativa, de no reincidencia, y
por la afirmativa (positiva) el nivel alto.
El resultado objetivo que se suele utilizar en las investiga-
ciones es la reincidencia oficial, vale decir, si el presunto agre-
sor ha reincidido, si se le ha detenido o condenado. Sin embar-
go, el resultado que puede estar disponible suele ser mucho
73
más heterogéneo, por ejemplo si podemos contar con el auto-
informe del presunto agresor, el autoinforme de la víctima o
de un registro oficial (Loinaz, 2017). Respecto de la reinciden-
cia violenta, que es el alcance que aplicaremos en esta oportu-
nidad, interesa si ha producido una nueva agresión entre las
personas del binomio denunciante-denunciado, es decir, el
resultado real con independencia del veredicto final. Tal como
lo usaremos aquí no abarca ni implica reincidencia delictiva.
Muestra
Se han seleccionado los casos de violencia de pareja eva-
luados por el Departamento Interdisciplinario de Riesgo de
la Primera Circunscripción Judicial de San Luis correspon-
dientes al trimestre que abarca diciembre de 2018 a febrero de
2019 con los cuales interesaba computar la reincidencia vio-
lenta a partir de información contrastada por medio de la do-
ble consulta de fuentes. El total de las evaluaciones efectuadas
en ese periodo alcanza a 92, de este cantidad el 65 % (60 ca-
sos) corresponden violencia en el ámbito de la pareja, es decir,
han denunciado sufrir violencia por parte de aquella persona
con la que mantiene o ha mantenido una relación de pare-
ja. Así la muestra inicial estuvo compuesta por 60 exptes. que
corresponden a 60 personas pero la muestra definitiva quedó
conformada por 44 casos, se han excluido 16 casos en los que
no se pudo obtener el contacto telefónico con la víctima luego
de tres intentos, impidiendo contrastar el dato oficial sobre la
producción de nuevos episodios de violencia.
Procedimiento
Cada uno de los casos está compuesto por un expte que
contiene la denuncia y la evaluación de riesgo, identificados
74
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
75
que finalmente no lo hace. El Falso Positivo (error Tipo I o
Alfa) consiste en atribuir un resultado positivo (ya sea riesgo
alto/reincidencia) a una persona que finalmente no actúa en
la dirección predicha. El falso negativo (error Tipo II o beta)
se computará cuando hemos atribuido un resultado negativo
(riesgo bajo/ no reincidencia) a una persona que finalmente
se comporta volviendo a agredir y violentar. Para Loinaz, en
el ámbito de la evaluación de riesgo los tipos de errores más
relevantes son el Tipo I o alfa y el Tipo II o beta.
Posteriormente se procede al cálculo de la sensibilidad5, es-
pecificidad6 y eficacia diagnóstica o capacidad predictiva. Se
agrega el valor predictivo positivo y el valor predictivo negati-
vo para la muestra en estudio.
Análisis de los datos y resultados
Se han procesado los datos de la muestra con las variables
género (91% mujeres), edad promedio (35 años), condición la-
boral (23% subsidio social, 18% desempleado, 16% dependen-
cia sector privado y 16% autónomo, 11% ama de casa). Otras
variables son relativas a la unión de pareja al momento de la
denuncia: hijos con el denunciado(77%), estado de la relación
(vigente 20% y finalizada 80%), tipos de violencia (psicológica
100%, física (43%, patrimonial 16%, sexual 9%), judicializa-
ción previa (39%), cronicidad (59%), nivel de riesgo asignado
(bajo 45%, medio 34%, alto 20%), medidas judiciales (exclu-
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Sensibilidad: 25 %
Especificidad: 80%
Eficacia Diagnóstica: 75%
Valor Predictivo Positivo: 11 %
Valor Predictivo Negativo: 91%
Error Tipo I o alfa: 18%
Error Tipo II o beta: 7%
Discusión
La calidad de la información es esencial, tengamos en cuen-
ta que impacta sobre la rigurosidad técnica medición del ries-
go. Se necesita un buen volumen de datos para contrastar los
datos que aparecen contradictorios. Permite además dismi-
nuir los sesgos o tendencias propias de cada una de las fuentes
y las ganancias secundarias derivadas de una antecedente ju-
dicial. Será fundamental en este proceso específico de evalua-
ción forense contrastar los datos expuestos por las personas
peritadas con múltiples fuentes de información.
En lo relativo a las dificultades que se tuvo para contactar
a las víctimas, y en base a la experiencia cotidiana se enume-
ran algunas hipótesis plausibles en materia de trazabilidad de
las mismas: las enumeramos sin jerarquizar unas sobre otras:
h1: La persona que responde inmediatamente al teléfono ha
mejorado su situación personal, informa que ha seguido ade-
lante con su plan de vida sin nuevas agresiones; h2: la víctima
se comporta de modo desconfiado ante un llamado desde un
celular que no figura en su agenda, ha aprendido como au-
todefensa a receptar al mundo externo con recelo y cautela,
cuando no suspicacia, h3: para su propio resguardo cambia de
número de teléfono, lo deja apagado, etc., h4: no desea la in-
terferencia de familiares ni de instituciones de estado o justi-
79
cia con posterioridad a la reconciliación con su pareja agreso-
ra, h5: la víctima continúa en pareja con quien ejerce violencia
y no tiene libertad para responder al teléfono o puede desatar
nuevamente castigos, h6: tratándose de una población socioe-
conómicamente con recursos limitados, contar con línea de
celular activa se ve afectada por las mermas económicas expe-
rimentadas por las consecuencias propias de su posibilidad de
autonomía y en muchos casos por la falta de aportes de cuotas
alimentaria por el ex compañero.
Los errores asumibles en esta materia, sostiene Loinaz
(2017) son diferentes a los asumibles en otras disciplinas o me-
todologías, inciden directamente sobre algo tan esencial como
la seguridad de distintas personas. Decimos en plural pues sa-
bemos que más del 77% de los episodios de violencia contra la
pareja se producen teniendo de testigos a NNyA cuando no,
también víctimas). En la muestra hallamos una cifra de error
del 25%, distribuidos en Tipo I: 18% y tipo II: 7%.
El VPP (11%) y el VPN (91%) siempre están contrapuestos, y
la mejora de uno empeora el otro, si se quiere detectar más ca-
sos reincidentes (sensibilidad) los haremos a costa de detectar
peor aquellos que no reinciden (especificidad). Para quienes
trabajamos como operadores jurídicos parece recomendable
asumir la decisión final en términos sociopolíticos, especial-
mente, en pos del interés mayor de la protección de la posible
víctima frente al potencial agresor.
El elevado porcentaje de verdaderos negativos (73%) po-
dría estar influenciado por el alcance del fuero de familia,
siendo que los casos que se tornan graves y contienen lesiones
y amenazas creíbles tramitan por los juzgado penales y contra-
vencionales, generando nuevas causas con otra identificación
numérica.
80
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Conclusiones
El art. 34 de la Ley N°26485 incluye el seguimiento pero
deja amplitud respecto al modo de cumplirlo. El seguimien-
to es sumamente interesante y pertinente en lo relativo a la
reincidencia. Esta experiencia tentativa se diseñó como una
primera prueba o piloto para combinar lo obtenido del segui-
miento con algunos procesos del modelo científico sobre la efi-
cacia predictiva de los pronósticos emitidos, siguiendo los li-
neamientos técnicos específicos para evaluación de riesgo del
“Manual de evaluación del riesgo de violencia: Metodología y
ámbitos de aplicación” cuyo autor es Dr. Ismael Loinaz Calvo
perteneciente al Grupo de Estudios Avanzados en Violencia
GEAV, Universidad de Barcelona España, año 2017.
Hallamos algunas dificultades al intentarlo, en principio
despierta resistencia, amén de lo que lo propio de la operatoria
metodológica, insume esfuerzo de tiempo y recursos materia-
les. No es tarea sencilla recolectar información sobre el resul-
tado objetivo de la intervención judicial, tanto por los derrote-
ros legales que sigue el expte judicial como por localizabilidad
de las víctimas, a pesar que se intente mejorar la trazabilidad
mediante la comunicación telefónica, sea esta directa con ellas
o indirecta (colaterales) a través de sus personas de confianza.
Aplicar conceptos como eficacia predictiva podrían ayudar
en los ajustes o calibres de los propios instrumentos, siempre
necesarios y más aún cuando disponemos de única estrategia
como el juicio clínico, a pesar de lo cual podría ser que la ex-
perticia del forense pudiese compensar (VPN: 91%), aun así
nos quedamos incompletos porque todavía queda el punto de
recrear el proceso de toma de decisión. Parece superado pero
tal vez no lo sea tanto el debate sobre los mejores métodos, si
el juicio clínico estructurado, actuarial o el mixto.
81
Aunque algunos servicios utilicen las herramientas nacidas
del juicio clínico estructurado8 todavía nos queda sortear la
objeción respecto de que no están validadas para la población
local, esto nos deja como conjunto profesional todavía muy
cerca de mantenernos en la tradición clínica de Latinoaméri-
ca. entonces re-visitamos la capacidad predictiva y encontra-
mos que los porcentajes de reincidencia en la muestra traba-
jada son bajos (20%)
Como perspectiva de trabajo tenemos el objetivo de me-
jorar nuestros pronósticos, ampliar las mediciones sumando
periodos de tiempo, medir reincidencia a los 6 y los 12 meses,
las cifras obtenidas deben ser evaluadas con cautela en razón
del limitado alcance del fuero familiar (respecto del recorrido
temporal total del conflicto interpersonal), sería enriquecedor
ampliar la visión de contar con datos del fuero penal cuando
se desdobla la causa y se realiza compulsa de actuaciones. Lo
que resulta muy claro es que se hace necesario empeñarse en
validar las escalas o guías para nuestra población, y obtener
evidencia empírica sobre el funcionamiento de las mismas en
nuestra realidad.
Las medias se cumplen en un 59%, parcialmente en un 27%
y se incumplen 14%, mejor de lo que se hubo presumido al
iniciar el estudio, la denuncia enunciaría ya una postura de
empoderamiento, la operatoria jurídica muestra cierta funcio-
nalidad específicamente mejor cuando se trata de la prohibi-
ción de acercamiento. Ya que la violencia psicológica suele
82
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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84
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Resumen
El presente trabajo busca analizar el concepto de retrac-
tación descripto por Summit en su definición de Síndrome
de Acomodación al Abuso Sexual a la luz de los aportes de la
Teoría de la Comunicación Humana.
Las presiones familiares pueden en determinados casos,
operar como sostenedoras del silencio, no permitiendo que el
proceso de justicia acceda al relato del menor.
El espacio de pericia resulta entonces un espacio diferente,
que mediante las técnicas psicológicas, habilita otros canales
de expresión a través de los cuales - eventualmente - pueden
obtenerse indicadores de otro orden que den cuenta de viven-
cias internas no dichas.
Para llevar a cabo este análisis se utilizó un caso real en el
que se presume existió retractación negativa y se analiza la
presencia de un indicador proyectivo especifico y recurrente,
al cual podría asignársele valor de indicador compatible con
A.S.I. (Abuso sexual infantil)
85
De la obtención de este indicador se abren líneas de hipó-
tesis para pensar de qué manera puede el psiquismo infantil
organizar un mensaje manipulativo y descalificante por parte
del adulto cuidador tendiente a desestimar la revelación del
abuso, y si tal experiencia puede ser pesquisada mediante
los indicadores proyectivos, obtenidos a través de una pericia.
Introducción
Las transacciones son intercambios comunicacionales me-
diante los cuales los sujetos definen quienes son, cuáles son
sus roles y construyen de esta manera la realidad que habitan.
“La naturaleza de la interrelación familiar es tal, que el niño
no puede ignorar nada de lo que el padre o madre le comuni-
ca, debe aprehenderlo tan exactamente como le sea posible y
debe acatar, por lo menos, una mínima instrucción implícita
en ese mensaje “. ( Sluzky. p.5.)
Las relaciones intrafamiliares tienen un carácter vital,
puesto que otorgan calidad de instrucción a la mayoría de los
mensajes dirigidos a los hijos.
En ellos están implícitos, los castigos, las amenazas, la apro-
bación, la aceptación, el rechazo.
El niño va organizando la realidad y su propia interioridad
a partir de vínculos causales lógicos que otorgan sentido y co-
herencia a los acontecimientos
Es el adulto y su función normativizadora la que va instau-
rando la congruencia entre los mensajes y los comportamien-
tos; elemento fundamental para que la organización interna y
externa puedan llevarse a cabo de manera normal.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
87
Intebi ( 2007) dice que de esta manera, el niño es capaz de
desdecir cualquier dicho que haya dicho antes sobre lo que le
paso. (p.23)
Desde la Teoría de la Comunicación, cualquier mensaje
previo se considera parte del marco contextual de cualquier
respuesta que se reciba.
Cuando en una relación parento filial la revelación del abu-
so, es desestimada, ocurre una discontinuidad entre uno y
otro mensaje, fenómeno que se conoce como descalificación.
“La descalificación abarca una amplia gama de fenómenos
(incongruencias, cambios de tema, tangencialziaciones por ci-
tar algunas) que hace que la propia comunicación o la del otro
resulten invalidadas” ( Watzlawick. 1971. p. 76)
Cuando un sujeto (en este caso, el niño) comunica algo al
interlocutor (entiéndase en este caso el adulto), no solo comu-
nica una información determinada sino que da una definición
de si mismo (así me veo yo) que propende a obtener una res-
puesta por parte del interlocutor a esa auto definición.
Son tres respuestas son posibles del interlocutor ante la
autodefinición que el sujeto da de si mismo: la confirmación
(aceptación del interlocutor de la definición que el sujeto da
de si); el rechazo (es el rechazo del interlocutor a la definición
que el sujeto da de si mismo, pero que no obstante no niega
la auto definición que de si tiene el sujeto) y por último, la
desconfirmacion que equivale a la negación del otro en tanto
sujeto y su realidad; es decir le comunica: “vos no existís”. (
Watzlawick. 1971. p.85)
Más allá del intercambio de información que ocurre en toda
comunicación humana, la comunicación con el otro es necesa-
ria a los efectos de la autopercepción y de la propia existencia.
Cuando el interlocutor despoja del significado que tiene la
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
89
expresión, alternativas a la palabra y mediante la cual pueden
pesquisarse los movimientos sutiles del simbolismo-
Cuando se arriba al límite de la ausencia de la palabra, que
no puede ser dicha debido a factores contextuales que cerce-
nan la libertad de ese niño, cobran relevancia otros canales de
expresión, como las que habilitan, en estos casos las técnicas
proyectivas y la apertura casi mágica de las consignas abiertas
que abren la puerta de la proyección.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Método
María es una niña de 9 años que arriba al espacio de pericia
ante la solicitud de la fiscalía de turno atento a que las enor-
mes discrepancias existentes entre lo relatado en su Declara-
ción Testimonial en Cámara Gesell (hecho anodino, soso, sin
connotación sexual alguna) y la denuncia original efectuada
por un referente afectivo extra familiar al cual la niña le habría
revelado hechos de perpetramiento sexual.-
Criada en un ambiente familiar en el que se presume la
existencia de malos tratos físicos, verbales, carencias afecti-
vas importantes, una fuerte impronta de la religiosidad; con
una buena adaptación tanto social, escolar y una afectividad
impostada que simula afectos positivos inauténticos, tendien-
tes a complacer al otro y hacer un “como si” ella siempre se
sintiera bien.
Su carácter extrovertido y verborragico le permite interac-
tuar sin ningún inconveniente, aceptando de buen gusto la
realización de las consignas formuladas.
Para esta valoración, se aplicaron los test proyectivos de
uso habitual: H.T.P. Familia Kinetica y psicodiagnostico de
Rorschach (entre otros más que conforman la batería) y se so-
mete a la exploración de indicadores que tengan algún tipo de
correlato con experiencias de naturaleza traumática.-
No se plasmara en este trabajo toda la información vertida
por los mismos ya que excedería los alcances de este trabajo.
91
No obstante, es importante destacar que se trata de un caso
en el que no hay otra información de relevancia más que la
aportada por las técnicas. Atento a la poca colaboración ob-
servada y la desestimación que realiza la familia sobre la niña
en cuestión.-
Resulto llamativa, a esta valoración, la presencia repetida
de un mismo indicador proyectivo vertido en las tres técnicas
mencionadas: el contenido mugre, (suciedad)-
Se le pidió la realización una Casa perteneciente al trío H.
T. P. Simbolismo que permite indagar como son los vínculos
intrafamiliares y como es la capacidad para afrontar las ten-
siones de las relaciones íntimas y la percepción de los proble-
mas. (Buck, 2008, p.54)
A nivel grafico no surgen elementos de relevancia, excepto
el relato que sigue al grafismo, en el que la niña cuenta la his-
toria de una casa que está deshabitada, que estuvo habitada
por una familia que se tuvo que ir debido a que había muchos
chanchos que hacían “mugre”, a quienes la familia los mata,
luego se marchan del lugar y dejan la puerta con llave para
que no pueda entrar nadie.
Rápidamente la niña se percata que si no van a vivir más,
deberían dejarla abierta sin llave. No obstante luego advierte
que se olvidaron la hornalla prendida por lo que finalmente
en esa casa no podrá vivir más nadie, porque se quemara por
completo.
La ansiedad de muerte aparece en asociación al registro
aversivo que provoca la suciedad interna de aquella casa que
resulta imposible de metabolizar y por lo tanto concluye en la
destrucción total-
Dicho contenido, vuelve a aparecer cuando se le requiere
dibujar la figura humana perteneciente al trío H. T. P.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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ayudar debido a que “se asustaron” con el grito de “socorro”,
de pedido de auxilio. Finalmente, los animalitos terminaron
muriéndose.
El contenido revela en este caso, vivencias de indefensión,
de sufrimiento asociados una vez más al contenido antes
emergente: la mancha (en este caso no como suciedad sino
como anomalía/ enfermedad interna, como macula interna)
Es aquí donde se revelan profundas experiencias de daño
que han calado la estructura misma de su ser y dan base para
correlacionarlo con los indicadores recurrentes correlativos a
vivencias de suciedad que las victimas adultas suelen referir
ante vivencias traumáticas sexuales
¿Tiene en este caso, la mancha de mugre correlato con la
macula moral que suelen experimentar las víctimas de este
tipo de hechos?
Para pensar esta línea de hipótesis, hay que remitirse al
contenido emergente en la lámina VI, lamina de la sexualidad,
en la que aparece la presencia de texturas desagradables, indi-
cador que hace referencia a una gran dosis de destructividad
y de componentes agresivos.-
Las connotaciones negativas que le son transmitidas no
solo por el perpetrador sino por la familia que impone la pre-
sión de mantener el secreto, comunican sentimientos de culpa
maldad y vergüenza, que abonan sentimientos de estigmatiza-
ción (Pool. 2005 )
Es interesante observar como los desplazamientos llevados
a cabo por el psiquismo surcan el obstáculo de la palabra para
materializarse en una simbolización.-
Deshonor, rechazo, marginalización suelen ser vivencias
que acompañan las sentimientos de fatalidad.
El carácter reprensible que es comunicado por la familia
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Discusión
El tamiz de la comunicación patológica, y el de las presiones
familiares que operan para la retractación y/o la información
en falso, no pueden escaparse a la intensificación de la función
proyectiva y de la vigilancia perceptual que se desarrollan los
contextos en los que hay un elevado estrés, ( Bellak. L 2007)
como aquel emparentado al elevado sufrimiento de las vícti-
mas de A.S.I. (abuso sexual infantil)
Pareciera, al igual que se pregunta el poeta que las palabras
que no se quedaron, o las miradas que un día partieron, no
dejan de existir y permanecen atrapadas o escondidas, espe-
rando ser develadas.-
“La respuesta del niño a la violencia sexual sufrida será dife-
rente y dependerá de la génesis del vínculo causal consciente y
95
del grado de equilibrio logrado en la organización cognitiva.
Estos conceptos son esenciales porque se refieren a la gestión
de la realidad de todo individuo así como a la adaptación a su
entorno. (…) El modo de relacionarse de un niño que ha su-
frido abuso sexual con el entorno social será cualitativamente
diferente del de un niño que ha tenido vivencias menos trau-
máticas. “( Perrone, 1997, p.2 )
A esta tarea coadyuva la función integradora del psiquismo
que en su función adaptativa, propende hacia otras formas de
expresión, como en este caso, la proyección gráfica y verbal,
marca única e irrepetible donde se plasma la singularidad de
ese sujeto en especial.
La culpabilización que la mayor parte de las veces subyace
a estas vivencias y es reforzada por mensajes incongruentes y
patologizantes que alteran los vínculos causalistas, confunden
la relación causa - efecto, e incrementan los sentimientos de
culpa que quedan suspendidos con escasas posibilidades de
comprensión racional.
Cuando el niño no puede mostrar su sufrimiento, porque
originalmente cuando lo mostró el mismo fue desconfirmado,
no puede vincular causalidades entre la falta, la norma y la
ausencia de responsabilidad atribuible al vínculo parental, en
este caso, a quienes deberían haberla cuidado y no lo hicieron.
(Perrone, 1997)
No poder comprender las señales del contexto, que normal-
mente son las que clarifican los mensajes recibidos, lo sub-
sume en una masa inconexa que no le permite dilucidar el
significado de las emociones emergentes.-
Emociones que a través del mecanismo proyectivo pueden
poner en evidencia simbólica el registro interno del niño.
Abona la esperanza de que la verdad subjetiva pueda ser dicha
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Conclusión
La retractación en un testimonio infantil suele ser una
situación compleja, límite de la palabra que deja al proceso de
investigación fiscal sin la posibilidad de contar con el relato.
El trasfondo familiar que acompaña a la revelación de estos
hechos suele ser movilizante, ya que impacta en la estructu-
ra del sistema, el cual, como todo ser viviente despliega una
serie de mecanismos adaptativos tendientes a garantizar la
homeostasis del sistema familiar.
En este sistema, se inserta el niño, individuo que dada su
dependencia e inmadurez debe acatar las instrucciones implí-
citas en los mensajes recibidos.
Cuando dichos mensajes son incongruentes, es decir exis-
te una discontinuidad entre ambos (entre un niño que revela
un abuso y un adulto que desestima la revelación) se produce
comunicacionalmente hablando, una descalificación, y la ne-
gación del ser de ese sujeto
Esta descalificación, que niega la realidad de los hechos re-
latados, silencia la palabra, pero no la verdad subjetiva.
Realidad ante la cual el psiquismo forzosamente realiza un
trabajo adaptativo que deja entrever su dinámica a través de
97
los indicadores proyectivos que asoman a la superficie.
Esos indicadores, pueden ser pesquisados mediante conte-
nidos específicos que permiten inferir que algo orden trau-
mático y/o perturbador allí se expresa.
Estos contenidos que remiten al orden de lo subjetivo, de
lo singular, de lo emocional, escapan a la presión obsturante
del entorno familiar descalificador, transmutándose, según
pudo observarse en el caso analizado, en contenidos sórdi-
dos, impuros (mugre, suciedad) asociado a daño extensivo,
además, a la sexualidad.
La vivencia de macula interna de sentirse sucio por dentro,
es la que abona los sentimientos de estigmatización: desho-
nor, miedo al rechazo, a la marginalización, y al destierro del
grupo familiar.
Estos miedos son corroborados por los mensajes reprensi-
bles comunicados por el entorno familiar que presiona para
que la retractación sea llevada a cabo.
La imposibilidad que el niño tiene de poder meta comuni-
car los mismos (entiéndase poder salirse del marco comuni-
cacional que plantea el vínculo con el adulto a los efectos de
poder cuestionar, denunciar contradicciones, incoherencias,
sesgos, escamoteos de significados por citar algunos) lo atra-
pa en un marco del cual no puede salirse, reforzando de esta
manera la preexistente vivencia de estigmatización, secuela
-entre tantas otras- del abuso sexual.
La ley del silencio que se impone, recuerda el riesgo de
la expulsión: el castigo ante la falta de haber quebrado con la
revelación del hecho, el equilibrio del sistema familiar.
Sistema que detenta el poder que ha sido cuestionado por
la original revelación poniéndose en peligro la hegemonía del
status quo reinante.-
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Bibliografía consultada
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Resumen
La lista de cotejo sirve para evaluar, pero también sirve
como elemento diagnóstico en la identificación del perfil psi-
cológico del extorsionador, partiendo de ella podemos espe-
cificar su modo de cooperación y posible vínculo dentro de la
delincuencia organizada (D.O.). Dicha lista de cotejo fue ela-
borada, modificada y adaptada, fue piloteada en 100 casos y se
comprobó su utilidad en 800 casos de evaluación psicológica
forense, durante un intervalo de tiempo de 2012 a 2019. Se
validó por medio de dos jueceos 1) por 20 expertos en servicio
activo de psicología forense y 2) 20 profesionales que labo-
ran en ambientes de procuración de justicia y participan en
101
las diferentes etapas de juicios orales en el sistema penal ad-
versarial, mismos que cuentan con profesiones distintas a la
Psicología. Se obtuvo como resultado; una versión de la lista
de cotejo que puede aplicarse tanto a la persona en su calidad
de víctima como a la persona en su calidad de extorsionador.
Se concluye que la lista de cotejo resulta útil como instrumen-
to de evaluación y diagnóstico en psicológica forense, dentro
del estudio del delito de extorsión.
Introducción
En todo el mundo como en América latina y principalmente
en México se carece de instrumentos psicológicos específicos
para la evaluación forense, así se constató en la mesa de traba-
jo de psicólogos en ejercicio profesional forense, que atienden
a víctimas de secuestro (primera reunión de unidades especia-
lizadas en combate al secuestro de la zona centro de México)
y en el protocolo de Capacitación Criminalística para el Perso-
nal Adscrito a las Unidades Especializadas en Combate al Se-
cuestro (Aguilar, 2013). Aceptamos que se siguen usando ins-
trumentos tradicionales de la evaluación clínica y/o se abusa
necesariamente de la interpretación teórica, también recono-
cemos que involuntariamente afectamos a la persona evalua-
da y eso no es congruente con la actividad pericial, misma que
debe apegarse a legalidad, imparcialidad y cientificidad. Los
que ejercemos el servicio pericial debemos tomar en cuenta el
derecho que tiene la persona a ser evaluada, adecuadamente
e independientemente de su rol (pasivo o activo) dentro del
proceso penal, tal como se señala en el derecho penal del ene-
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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pidiendo siempre la prueba material (tangible) y no la prueba
objetiva (cómo llegamos al conocimiento). Para subsanar tem-
poralmente este punto, hemos incluido un formato (en papel)
para satisfacer la necesidad de materialidad antes menciona-
da, y, sin embargo, recordamos al psicólogo forense su com-
promiso para dar cuenta de la objetividad – mediante cuales
métodos y técnicas psicológicas llegó a obtener los resultados
y conclusiones.
En el presente trabajo los autores hemos decidido seguir la
lógica de la evolución de la conducta criminal, en donde se ob-
serva que el perfil criminal no es estático, sino dinámico y evo-
luciona dentro de lo que denominamos - ruta y carrera delicti-
va (Santamaria, 2012) en ese sentido el presente estudio sobre
el delito de extorsión debe considerarse como complemento
de la - Lista de Cotejo como Instrumento para la Evaluación
Psicológica Forense en el Delito de Secuestro (Santamaria,
2017) - es decir, la extorsión no se debe entender como una
conducta delictiva aislada y estática, sino como una conducta
antijurídica dinámica precursora del secuestro que tiene como
antecedente evolutivo – el asalto y el robo.
El objetivo es presentar la utilización de la lista de cotejo (Par-
do, 2013) como instrumento y estrategia de evaluación psicoló-
gica forense del delito de extorsión para obtener un diagnóstico
que resulte útil como evidencia material psicológica en la etapa
de investigación formal - dentro del proceso penal denominado
sistema adversarial de juicios orales (Lembo, 2013).
Método.
En específico este documento es una propuesta para eva-
luación que sugiere utilizar la lista de cotejo como instrumen-
to (estrategia) para la evaluación psicológica forense del delito
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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los Estados Unidos Mexicanos, 2010 & Gobierno del Estado de
Hidalgo, 2013), al mismo tiempo que sirve como instrumento
de evaluación, posteriormente tiene el mismo potencial como
evidencia material – medio de prueba frente a la autoridad
oficial del proceso penal adversarial.
La lista de cotejo como instrumento se ha usado tradicio-
nalmente en ambientes educativos para la evaluación de ac-
tividades asociadas a tareas escolares, permite corroborar la
elaboración de puntos específicos de una actividad escolar a
evaluar. Ahora proponemos que dicha técnica, la elaboración
de listas de cotejo, tenga también uso forense en la evaluación
psicológica de personas involucradas en el delito de extorsión.
Para aplicar de forma efectiva la lista de cortejo aquí pro-
puesta, es necesario contar con pleno conocimiento y manejo
conceptual, técnico, teórico – metodológico, de cada una de
las 3 fases psicológicas de la extorsión, así como también de
cada una de las 15 sub fases (1 - Inicial: 1.1 llamada telefónica,
1.2 mensaje a celular, 1.3 correo electrónico, 1.4 anónimo, 1.5
cara a cara. 2 – intermedia: 2.1 sin solicitud de dinero, 2.2
calidad de la información, 2.3 solicitud de dinero, 2.4 solicitud
de distanciamiento físico, 2.5 solicitud encubierta. 3 – con-
clusión: 3.1 El extorsionador cortará la comunicación, 3.2
Insistirá inmediatamente, 3.3 Insistirá en el mediano plazo,
3.4 Otro negociador, 3.5 Acuerda deuda a largo plazo) que las
integran, mismas que por un lado son conocidas o rutinarias
para el psicólogo especializado, pero por otro lado, son ajenas
a las personas en sentido común, por lo tanto no las reconocen
y no pueden identificarlas desde el sentido común, ni técnica,
ni conceptualmente. Es precisamente el desconocimiento téc-
nico de la persona evaluada el que permite al Psicólogo Foren-
se, evaluar durante la entrevista sin que la persona evaluada
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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punto anterior, el mensaje a celular es una evolución de varios
medios electrónicos que han visto su aparición y desaparición
como medio electrónico en las últimas décadas, por ejemplo,
el dispositivo beeper y radio localizador.
1.3 Correo electrónico: También se trata de un medio
semejante a los dos anteriores, utilizado en lo cotidiano, pero
de temporalidad social limitada y destinado a desaparecer en
décadas venideras, nos debe llamar la atención la forma en
que el extorsionador obtuvo la dirección electrónica, desde
luego se trata de algún vínculo personal o triangulado, en don-
de podemos asegurar que el criminal se encuentra dentro del
hábitat electrónico de la víctima, es decir, dentro de la comu-
nidad intersubjetiva que las variaciones de la WEB permiten
(diferentes redes sociales). Esta fase se considera de mediana
peligrosidad.
1.4 Anónimo: Aparentemente se encuentra en las mis-
mas condiciones de las tres clasificaciones anteriores, pero
no es así, porque debemos tomar en cuenta que el anónimo
implica una convicción mayor (ejercicio de la voluntad y cons-
ciencia) que facilita el acercamiento físico al hábitat inmediato
de la víctima, en ese sentido representa mediana - marcada
peligrosidad para la integridad física de la víctima real y de la
potencial.
1.5 Cara a cara: El extorsionador tiene la osadía y el atre-
vimiento de realizar un contacto físico con la víctima, en el jus-
to momento y tiempo en el que la víctima se encuentra vulne-
rable (posibilidad de ser lastimada) presumimos que tiene in-
formación avanzada y/o detallada de la víctima y se ha tomado
tiempo suficiente para vigilarla, también es posible que cuente
con un informante, de cualquier modo este evento marca una
peligrosidad alta, curiosa y paradojamente la peligrosidad alta
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ciones a la víctima, para activarse y seguir las instrucciones
que conductualmente incluye el ascenso de la víctima al medio
de traslado hasta llegar a un área de confort para el extorsio-
nador, cercano a un lugar donde pueda realizar el depósito del
dinero solicitado.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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2.1 El extorsionador cortará la comunicación: El
extorsionador se alimenta de sorpresa y miedo, pero si des-
de el primer contacto, la víctima no responde a la sorpresa y
el miedo, como lo desea el extorsionador, entonces el mismo
extorsionador cortará la comunicación y desistirá de su obje-
tivo porque la empresa le genera más costo que beneficio. Las
personas (víctima potencial) que cortan la llamada, que fingen
o realmente no escuchan bien, que son confrontativas, que no
siguen instrucciones adecuadamente, ya sea por torpeza o re-
beldía, que preguntan demasiados detalles, que no muestran
miedo o en su defecto simulan falta de control, que no se sor-
prenden y piden pruebas de todo, resultan personas de difícil
manipulación para el extorsionador.
2.2 Insistirá inmediatamente: El extorsionador sabe
qué ha conseguido su objetivo, de forma parcial, entonces in-
sistirá en entablar la comunicación, se tornará más agresivo y
ensayará nuevas formas de sorprender e intimidar, su tono de
voz se elevará, será grosero y directivo.
2.3 Insistirá en el mediano plazo: El extorsionador,
dejará pasar un intervalo de tiempo que comprende entre tres
(3) y seis (6) meses, para intentar una nueva extorsión, so-
bre todo si ha logrado obtener dinero en su primer intento, no
importa la cantidad, él sabe que puede obtener más dinero,
en ese sentido decimos, que el extorsionador se “alimenta de
dinero” es decir, el dinero es el principal motivador para el
extorsionador quien aumentará las cantidades gradualmente
hasta el límite de la víctima, el extorsionador como un acree-
dor y/o usurero, propone plazos, formas de pago y como con-
seguir dinero, por ejemplo; - vende tu casa o hipotécala -, -
vende tu auto o dámelo con documentos endosados - , - pide
prestado - entre otras.
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corroborar la información, al mismo tiempo que se observan
los indicadores de veracidad o mendacidad en el dicho de la
persona evaluada y confrontar sus razonamiento por medio de
supuestos lógicos.
La lista de cortejo también es útil para ubicar el rol del ex-
torsionador, la lista de cortejo apoya al evaluador en Psicolo-
gía Forense en la identificación del modo de cooperación y la
(s) fase (s) en que se encuentra la situación, así como actores
involucrados, al momento de la evaluación.
La lista de cotejo que se propone tiene un campo para co-
tejar las fases, otro para cotejo de sub -fases, otro de notación
con opciones sí o no en caso de que presente indicadores de
la fase, otro para notas cualitativas y finalmente uno de no-
tas cuantitativas en donde se vacía la apreciación clínica en
porcentajes correspondientes, 1 – leve – 33%, 2 – moderada
– 66%, 3 – severa – 99%.
La lista de cotejo reduce el tiempo de evaluación, focali-
zando el uso forense de la entrevista, al mismo tiempo que se
obtiene la materialidad de la evaluación para anexarla al expe-
diente forense y en su caso presentarla en su versión material.
La lista de cotejo para la evaluación psicológica forense en
delitos de extorsión, se elaboró, modificó y adaptó por los au-
tores del presente trabajo, se piloteó en 100 casos, como prin-
cipal resultado; se comprobó su utilidad en 800 casos de eva-
luación Psicológica Forense en un intervalo de tiempo de 2012
a 2019. Se utilizaron dos jueces (Hernández, 2014) por exper-
tos en Psicología Forense, en ejercicio activo de la profesión y
2) otros profesionales diversos de la psicología que laboran en
ambientes de procuración de justicia y participan en las dife-
rentes etapas del proceso penal adversarial de juicios orales.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Aspectos éticos
Apegados a derechos humanos y para no exponer la iden-
tidad de las personas que participaron en este trabajo, se res-
guarda su identidad, pero se advierte a los interesados en el
tema, que los investigadores contamos con una lista a discre-
ción para la identificación clínica de los participantes, dichos
participantes han extendido su consentimiento para ser con-
tactados en caso de ser necesario.
Resultados
Resultado 1: materialidad de la lista de cotejo en formato:
Lista de cotejo para la evaluación psicológica forense de la
persona pasiva/activa en el delito de extorsión
115
3.- Conclusión: 3.1 Cortar SI NO
reencuentro comunicación
con
la bien jurídica 3.2 Insistirá SI NO
persona o cosa inmediatamente
3.3 Insistirá en el SI NO
mediano plazo
3.4 Otro SI NO
negociador “jefe”
3.5 Acuerda SI NO
deuda y plazo
temporal
4. – Dx: 4.1 SI NO
Operativo Familiarizado;
conoce a la
victima
4.2 Pescador; SI NO
comparte tiempo
y espacios no
vitales de la
victima
4.3 Fortuito; SI NO
no conoce a la
victima
4.4 Bribón; usa SI NO
artimañas y se
focaliza en dar
Instrucciones
que deriven en
el depósito del
dinero
4.5 Durmiente; SI NO
usa informante
para incrementar
la calidad de
la información
proporcionada
a la víctima
y solicitar un
depósito inicial
inmediato y el
pago directo
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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de engañar a la víctima para que “voluntariamente” deposite
el dinero; dice cosas como – ¡hola tía…! -, - ¿cómo está la fami-
lia? – pretende usurpar la identidad para luego pedir el favor
de un depósito de dinero. una variante, es el cambio de tono
emocional, en un microsegundo pasa de amable a agresivo,
dice por ejemplo; - no soy tu sobrino, soy de la delincuencia
organizada… -, - no llame para saludarte, ni para pedirte un
préstamo, se trata de… y quiero que deposites … -.
4.5 Durmiente: El extorsionador cuenta con un infor-
mante – durmiente, quien le provee información privilegiada
de la víctima, antes durante y después del evento de extorsión,
este apoyo resulta muy impactante a la víctima, porque es en
el tiempo real, cuando el extorsionador le da datos a la vícti-
ma, de cómo está vestido, en dónde se encuentra y que está
haciendo.
Como se observa, en la extorsión, la víctima, generalmente
no es interceptada, no es sometida, ni capturada, no es trasla-
dada, ni puesta en cautiverio, como se dice en el argot delin-
cuencial “no se le da el levantón” el extorsionador se atreve a
negociar “sin nada” a diferencia del secuestrador quien prime-
ro priva de la libertad a la víctima y luego llama para negociar.
La anterior diferencia en el modo de proceder entre secuestra-
dor y extorsionador se debe tener en cuenta para la elabora-
ción del perfil criminal inicial, el diagnóstico de peligrosidad y
el pronóstico del evento. Por último, queremos señalar la ten-
dencia en todos los extorsionadores a pasar de forma inmedia-
ta, de una petición a una exigencia, por ejemplo, primero dice
– quiero que me des dinero… – inmediatamente dice, incluso
en la misma llamada – ya tienes MI dinero… -.
118
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Conclusiones
Se concluye que la lista de cotejo resulta útil como instru-
mento de evaluación y diagnóstico formal en el delito de extor-
sión y dentro de ambiente de psicológica forense.
Los autores recomendamos ampliamente a la lista de cotejo
como instrumento de utilidad en la evaluación Psicológica Fo-
rense del delito de extorsión, tanto a nivel de apoyo operativo,
como a nivel de investigación formal dentro del proceso penal
adversarial de juicios orales.
En la extorsión, la víctima no es interceptada, no es some-
tida, ni capturada, no es trasladada, ni puesta en cautiverio,
como se dice en el argot delincuencial “no se le da el levantón”
el extorsionador se atreve a negociar “sin nada” a diferencia
del secuestrador quien primero priva de la libertad a la víctima
y luego llama para negociar. Sin olvidar la posibilidad de la
combinación de estos dos tipos de delito que se presenta en el
secuestro - extorsivo.
La diferencia en el modo de proceder entre secuestrador y
extorsionador se debe tener en cuenta para la elaboración de
los perfiles criminales; el diagnóstico de peligrosidad, el pro-
nóstico de peligrosidad de pasaje al acto respecto a la víctima
y el pronóstico del evento general.
Existe la tendencia en todos los extorsionadores a pasar de
forma inmediata, de una petición a una exigencia, por ejemplo,
primero dice – quiero que me des dinero… – inmediatamente
dice, incluso en la misma llamada – ya tienes mi dinero… -
El extorsionador evoluciona en cada evento y ese aspecto
evolutivo debe tenerse en cuenta para la evaluación del delito
de extorsión, debemos considerar si se trata de un extorsiona-
dor novato, habituado o especializado.
119
Bibliografía consultada para la elaboración:
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Personal
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121
Familias del narcotráfico
122
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
123
der que quienes más se incorporan a este discurso, en muchos
casos y sumidos en su subjetividad, acuerdan con un principio
de hierro: quien se empatiza con la sustancia, contempla una
doble vertiente de perspectiva, delincuente o enfermo en el
mejor de los casos, pero casi como una condena en sí misma.
La poca reflexión sobre lo relativo de estos asertos, hace que
se repita una y otra vez la cadena de sucesos que enfatizan esta
problemática muy por encima de los registros reales que tie-
ne, aun a nivel mundial. Incluso se aferran a cuestiones tales
como afirmar que el 60% de los presos en los EE.UU., lo son
en función del consumo de sustancias, olvidando desde ya que
si algo está prohibido y se convierte en un objeto de ese tenor
va a redundar en que toda la secuela posterior los será en fun-
ción de esa supuesta primera cadena de delito. Quiere decir
que si la sola aproximación/apropiación del objeto prohibido,
califica los posteriores pasos que se dan en ese sentido, esto
es el proceso de detención primaria, cárcel, aprendizajes co-
laterales e ingreso ya al circuito delictivo. Por supuesto, esto
es un proceso retroalimentario permanente, toda vez que la
conformación del sistema comunicacional, de “bajada” valora-
tiva acerca de determinados consumos y de posicionamiento
subjetivo en las políticas de control, conforman un panorama
que repite una y otra vez los resultados donde queda sin espe-
cificar, ni los antecedentes previos al consumo, ni la particular
visión que tiene la sociedad acerca de los mismos, siempre ha-
blando de SPP.
Tengamos en cuenta, que la prohibición general sobre las
llamadas sustancias peligrosas, como orden general hacia el
mundo no tiene más de 45 años y no nos remite a ninguna
práctica anterior similar en extensión y alcance. Como lo he
comentado en anteriores oportunidades, esto tiene una histo-
124
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
125
o para Canadá, que como país decidió desincriminar absoluta-
mente todos los usos de esta sustancia.
Hasta aquí e introductorio, algunas consideraciones sobre
lo que se había considerado un fenómeno al cual había que lle-
varle una guerra en contra hasta la actual configuración sobre
el problema mundial de las drogas, expresión, esta última, que
difícilmente lleve una idea acerca de lo que se quiere decir, toda
vez que, según los datos de la OMS, o sea un organismo espe-
cifico de las Naciones Unidas, la población global de consumi-
dores (de los cuales el casi 70% es absolutamente ocasional) es
de 300 millones aproximadamente. De los mismos, se entien-
de que el 5%, esto es unos 15 millones de personas, son adictos
(consumidores full time). Esto es que, estamos hablando de
un problema de significación política, no tendría la relevancia
que hoy se le da. Y está claro, que hasta ahora ha servido no
solamente para armar ese negocio del cual ya hablamos, sino
también a los fines de controlar a través del uso o servir como
herramienta de control de aquellos que previamente se quiere
controlar. Si estableciéramos que la población general, tiene
sectores que ya están automáticamente incorporados por su
pertenencia y donde además sus faltas son poco registradas o
sencillamente “no vistas”, tenemos como resultado un mundo
donde los desiguales dentro de ese esquema, son compelidos a
cumplir un determinado esquema o ser vistos como transgre-
sores. En el esquema de las sustancias, esto se cumple al pie
de la letra.
Diríamos que, para la concepción que entronizó a las sus-
tancias como demoníacas, uso este comodín para recrear la
imagen, que entre otras posibilidades todas negativas desde
ya, que a su paso actuaba como una suerte de Atila, arrasando
todo en su camino. Por tanto siguiendo esa huella, todo lo que
126
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
127
Es frecuente en los informes del caso, hablar de la irregu-
laridad o hacer todo una tipología acerca de la supuesta o
real disgregación de esa familia. Y en algunos casos, de casi
su permanente aceptación de las conductas digresivas como
forma de vida.
De nuevo la visión de sesgo, se hace carne del contexto social
en su parte ordenadora y calificadora de conducta de los secto-
res menos favorecidos. En esos casos cualquier digresión a las
normas supuestamente establecidas como intangibles, se las ve
como motivaciones del consumo del usuario a dichas agrupa-
ciones familiares deterioradas o ensambladas. Queremos rese-
ñar nuevamente, que las mismas características en otros ám-
bitos no son marcadas como tales, a tal punto que es frecuente
registrar en las revistas de actualidad que pretenden ser glamo-
rosas, todo tipo de armado de familia, sin ninguna connotación
al respecto de ser única en esa manera de constituirse como tal.
O sea, lo diferente se acepta como usos y costumbres novedo-
sos, en otro sector son negativos o indeseables.
Cabría destacar, que la única relación válida respecto de una
familia es considerarla en un sentido más amplio, partiendo
de la base que a lo largo de la historia y a través de las distin-
tas culturas, esta forma de agrupación que asegura sucesión
y derechos de propiedad varía en mucho en su constitución y
alcances. Y bastaría decir, que lo más válido a ser significado
es si el afectado por un proceso, en este caso de un consumo
excesivo de sustancias, tiene o no un grupo de afectos inme-
diatos continente. Y esto puede variar, desde una novia, a un
grupo de amigos pasando por algún pariente cercano o no que
se haga cargo, o un grupo ampliado, etc. El tema es si puede
contar o no con él. A la inversa es si no pudo contar con alguien
o algunos que lo pudieran sostener siquiera mínimamente.
128
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Bibliografía
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• Mosto, D. “Algunas Puntuaciones Acerca del Lazo y la Intervención”, en
La Intervención en lo Social Narrada desde los Ateneos, Cuadernos de
Margen, Bs. As., 2010
129
Niñas, niños y adolescentes en el narcotráfico
Norberto Emmerich
Doctor en Ciencias Políticas y Lic. en Relaciones Internacionales.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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En América Latina
El 32% de los adolescentes latinoamericanos vive en facto-
res de riesgo, entre ellas la violencia, la adicción a las drogas o
problemas con autoridades.
La violencia relacionada con las bandas, maras (pandillas) y
las drogas "va en aumento" y los adolescentes aparecen como
los responsables, pero son mucho más frecuentemente las víc-
timas. Hay entre 25.000 y 125.000 pandilleros en Guatemala,
El Salvador y Honduras.
El Informe Mundial de Unicef indica que en América Latina
y el Caribe viven 108 millones de adolescentes entre 10 y 19
años --el 19% de la población total de la región-- de los cuales
15 millones vive con menos de un dólar al día.
Brasil
"En Brasil el 84% de estudiantes de 143 escuelas de las capi-
tales de seis estados consideran que su escuela es violenta y un
70% admite haber sido víctima de la violencia en la escuela".
El número de niños de entre 10 y 12 años que se vincula con
redes de narcotráfico en las favelas de Río de Janeiro aumentó
un 50 % entre 2006 y 2017, según un estudio divulgado hoy
por el Observatorio de Favelas, una Ong brasileña.
De acuerdo con la investigación, de los menores de edad
vinculados a bandas de narcotraficantes en las favelas de Río
de Janeiro en 2006, un 6,5% tenía entre 10 y 12 años, un por-
centaje que alcanzó el 13% en 2017.
No obstante, son los adolescentes de entre 13 y 15 años los
que más están vinculados con el comercio ilegal de drogas.
Según la investigación, la participación de los menores en
redes de narcotráfico tiene relación con la deserción escolar.
El 78,2% de los entrevistados no va a la escuela, solo el
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
México
En México la población infantil de 5 a 17 años asciende a
29,3 millones, de ellos 3,2 millones son explotados laboral-
mente y se estima que 460.000 han pasado a engrosar las filas
de las organizaciones criminales. Desde 2006 se han registra-
do unas 16.759 muertes por homicidio de menores de edad.
Continúan desaparecidos cerca de 7 mil niños, niñas y adoles-
centes.
En 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos (CIDH) estimaba que 30.000 niños y niñas cooperaban
con grupos criminales en diversas funciones. Para 2018 se cal-
culaba que 46.000 menores estaban reclutados por el narco
en México, según lo afirmado por Alfonso Durazo, actual se-
cretario de Seguridad Pública del Gobierno de Andrés Manuel
López Obrador, un incremento del 153%.
"Aunque no se tiene la plena certeza, sobre el número de ni-
ños involucrados en actividades delictivas del crimen organi-
zado, pues las autoridades no se han preocupado en elaborar
133
estadísticas con cifras oficiales, se hablan de aproximadamente
30.000 niños y niñas que cooperan con los grupos criminales de
varias formas y están involucrados en la comisión de 22 delitos
diferentes", resalta REDIM - Red por los Derechos de la Infancia.
Un informe reciente, publicado por la Redim, revela que
tres niñas, niños y adolescentes son asesinados a diario en Mé-
xico, debido a la crisis de violencia, que solo durante el 2018
dejó más de 33.000 víctimas fatales.
En los tres primeros meses del año 2019 se contabilizan 285
homicidios dolosos contra niñas, niños y adolescentes, es de-
cir, 3.2 casos cada día.
El gobierno de López Obrador busca una solución en la
universalización del empleo y el estudio mediante un sistema
de becas. Las medidas aplicadas contemplan una beca de 85
dólares (1.600 pesos) cada dos meses a estudiantes de nivel
básico y medio superior, a fin de que no abandonen la escue-
la, mientras que a los universitarios, provenientes de familias
de escasos recursos, se les asignan 126 dólares (2.400 pesos)
mensuales. El principio es muy bonito pero la política lo co-
rrompe totalmente.
'Jóvenes Construyendo el Futuro', por otra parte, es un pro-
grama que está destinado a la población entre 18 y 29 años
que no está estudiando ni tiene empleo. Bajo esta modalidad,
los candidatos son contratados por un tutor que le enseña un
oficio y profesión, por lo que se les otorga un salario de 189
dólares (3.600 pesos) al mes.
Una estrategia
Entre 2007 y 2009 eran sobre todo "víctimas colaterales".
"Los niños morían por balas perdidas en combates entre gru-
pos criminales o grupos criminales y fuerzas del Estado". Pero,
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
135
Colombia
Los adolescentes, son los preferidos por las bandas crimi-
nales, “Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca son los de-
partamentos que presentan el mayor índice de aprehensiones
de menores en el periodo señalado”.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
137
ción de una psicoterapia personal a fines de preservar nuestra
salud como con la de aquellos con quienes trabajamos, siendo
también importante la supervisión del trabajo efectuado.
El profesional psicólogo en relación al ámbito de la justi-
cia, puede ser convocado como perito oficial, de oficio/lista,
de parte o como consultor técnico. Cada país dicta las leyes
que rigen la actividad profesional y los códigos de regulación
de la tarea pericial. En Argentina, la ley Nacional que regula el
ejercicio profesional del psicólogo, es la Ley N°23.277 y la Ley
Provincial N°7.512. Esta particular práctica profesional abrió
así, camino a la especialización Psi-Jurídica.
Ahora bien, atendiendo al área de mi interés, el entonces
denominado Gabinete Psicosocial, en tanto integrado por Psi-
cólogos/as y Trabajadores/as Sociales, tuvo su inicio en los
años 70 impulsado por la Psicóloga, Lic. María Inés Usandiva-
ras de Oviedo, a lo que se sumaran dos Asistentes Sociales. Se
encontraban integradas al Servicio Médico Forense del Poder
Judicial, sin que dependieran de esta área médica.
Más tarde, el Gabinete logró tener su propio espacio y que-
dó instituido el 08 de noviembre de 1978 por Acordada
Nº 626, la que especifica “que el trabajo del Psicólogo y del
Asistente Social se encuentran estrechamente relacionados
y su complementación permitirá brindar un mejor y más
eficiente asesoramiento a los sectores del Poder que así lo
requieran. Que los problemas de conducta e inconducta so-
cial del individuo-caso deben ser enfocados bajo estos dos
aspectos estudiando tanto su personalidad como el medio
ambiente en el que se desenvuelve”.
Dicho Gabinete, en razón de la importancia que fuera cobran-
do en la Institución Judicial, incrementó el número de profesio-
nales de ambas carreras de grado en el transcurso del tiempo.
138
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
139
comprenderá, (…) Las conclusiones que formulen los peritos,
conforme a los principios de su ciencia, arte o técnica, y sus
respectivos fundamentos, (…)”
Siguiendo la Ley 25.852, en su Modificación de procedi-
mientos para acceso a la justicia de niños, niñas y adolescen-
tes, víctimas de delitos (…):
“a) Los menores aludidos sólo serán entrevistados por un
psicólogo especialista en niños y/o adolescentes designado
por el tribunal que ordene la medida, no pudiendo en ningún
caso ser interrogados en forma directa por dicho tribunal o
partes;
b) El acto se llevara a cabo en un gabinete acondicionado…
c) “(…) En el plazo que el tribunal disponga, el profesional
actuante elevará un informe detallado con las conclusio-
nes a las que arriban; (…)”.
140
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
141
BIBLIOGRAFÍA
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142
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
143
Cuanto más apelamos a dispositivos que garanticen lo que
parecería obvio que esté garantizado sin que se lo llegue a ga-
rantizar, más se me representa en mi mente un damero. Un
damero —tablero de juegos utilizado en las damas y el aje-
drez— que consiste en un cuadrado cuadriculado donde las
fichas o piezas se ubican en un orden determinado y cada cual
tiene un rol, con movimientos acotados. El alcance y la varie-
dad de movimientos posibles aumenta acorde a la importancia
del rol.
El juego se despliega en función de las estrategias de los
jugadores, poniendo en juego, redundancia adrede, su crea-
tividad, capacidad asociativa y de anticipación y memoria. Es
decir que, dentro de las reglas previas, cada uno juega el juego
según sus propias condiciones y características. Según su sin-
gularidad.
Y mientras esto sucede, casi imperceptible, invisible, mudo,
el tablero actúa determinando ciertos límites.
Todo aquel que quiera jugar al ajedrez o a las damas, debe-
rá hacerlo en un tablero como el descripto, usando las fichas,
acorde a las normas y pautas preexistentes y ejecutando los
movimientos que le son asignados. Recordemos que no todos
tienen la misma libertad de acción. Sin embargo, no soy exper-
ta, pero es de público y notorio conocimiento que no todas las
partidas son iguales. Son únicas e irrepetibles.
Me represento, y nos representó a todos nosotros, operado-
res y justiciables, como fichas de un inmenso tablero. Se nos
asignan roles, lugares y movimientos posibles. Este cuadrado
cuadriculado de leyes, normas y pautas, verticalista y rígido,
nos invita a poner en juego nuestras estrategias, nuestras ca-
pacidades, en cada partida. Que, como les comentaba, es úni-
ca. Apelamos a todos nuestros conocimientos, procuramos
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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apelando a algún sentido que permita mantener una aparente
comunicación que borre el malentendido. Y en ese borramien-
to, se borra al sujeto, procurando anular la multiplicidad de
significados que implica el lenguaje. Hablando de realidad en
términos materiales, sin que tenga lugar la realidad psíquica
Cuando entrevistamos a un justiciable, escuchamos a un
sujeto. Apuntamos a ese barramiento, a la división subjetiva,
a conocer de su verdad. Tratamos de encontrar un punto de
anclaje entre el contexto jurídico y su realidad psíquica. Esto
que está ahí, como dice Lacan, no se trata de buscar en las pro-
fundidades sino de leer los conectores de lo que está allí, en la
misma superficie. Que nos habla de la dinámica inconsciente
que subyace a la problemática que nos convoca.
Y entonces, cuando vamos a conducir una entrevista de de-
claración testimonial, sabemos que no vamos a inferir, que
somos convocados a entrevistar como contraposición a inte-
rrogar, al decir de Rosansky. Pero también sabemos que, al
entrevistar a un niño, el niño habla de muchas maneras, y que
decir es solo una de ellas. Y por lo tanto, podremos leer sus
silencios, sus gestos, sus ansiedades. Y luego nos piden que
nuestros informes sean claros. ¿Claros en qué sentido?
Podemos pensar que nos piden conceptos claros y al alcan-
ce del lego. Larga discusión siempre presente, entre mantener
nuestra especificidad técnica sin dejar de cumplir con nuestro rol
de auxiliares de la justicia. Pero a lo que me refiero es a otra cla-
ridad, la claridad de la realidad material, del hecho que se inves-
tiga. De lo cual en realidad sabemos que nada podemos decir.
Entonces, eso que discurre nos habla de otro juego que no
transcurre en el tablero, pero tampoco puede darse por fuera
de él. Más allá de que todas las pautas, leyes, normativas, en
tanto borde, operan acallando lo subjetivo que discurre en el
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
147
Importancia de la Pericia Psicológica en el
Juzgado de Ejecución Penal
Introducción
El tema propuesto tiene como objetivo fundamental re-
flexionar sobre la tarea pericial que desempeña el psicólogo en
la etapa del cumplimiento de la condena del autor de un de-
lito, y la importancia del trabajo interdisciplinario en función
del futuro proyecto de vida del condenado y su posibilidad de
recuperación bio –psico – social. Ello no solo lo implica poner
en juego su responsabilidad individual, sino que dicho proce-
so es compartido necesariamente con un entramado familiar,
social, educativo y laboral que desde lo ambiental le ofrezca
alternativas diferentes a las que tuvo antes de cometer el ilícito
por el cual se encuentra cumpliendo una sanción penal. Esta
articulación del sujeto con el afuera social involucra e implica
una actividad compartida con un equipo, en la cual el perito
psicólogo ejerce un rol de importancia trascendental en su ta-
rea de asesorar al juez en su toma de decisiones que necesa-
riamente otorgan al sujeto sus derechos bajo el amparo de las
leyes que lo regulan.
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
xxPeríodo de Observación.
xxPeríodo de Tratamiento (que puede ser fraccionado en fa-
ses) y de tipo obligatorio (normas que regulan el régimen
penitenciario) o facultativo (actividades terapéuticas que se
desarrollan de manera interdisciplinaria, programada e in-
dividualizada en el interior de un establecimiento peniten-
ciario, con la finalidad de lograr la adecuada re - inserción
social del condenado).
xxPeríodo de Prueba.
xxPeríodo de Libertad Condicional.
149
por el Código Penal, previo los informes fundados del organis-
mo técnico – criminológico (O.T.C) y del consejo correccional
del establecimiento penitenciario y de conducta y concepto de
la comisaria donde se encuentre detenido.
El informe penal que se aporta al expediente deberá contener
los antecedentes de conducta, concepto y dictámenes crimino-
lógicos desde el comienzo de la ejecución de la pena hasta el mo-
mento en que se solicita el beneficio. Y el Informe del Equipo
Interdisciplinario de Ejecución Penal. Una vez que el juez haya
otorgado el mismo, es responsabilidad del Patronato de Libera-
dos la asistencia eficaz del liberado, función que también podrá
ser cumplida por un Servicio Social competente, pero en ningún
caso por los organismos policiales o de seguridad. El condenado
deberá participar con un plazo de tiempo no menor de sesenta a
noventa días de un programa intensivo de preparación para su
retorno a la vida libre, según lo previsto en el art. 30 de la ley,
siendo el mismo elaborado por profesionales del servicio social
en coordinación con el patronato de liberados promoviendo ac-
ciones para mejorar su re- inserción social.
La ley 24660 en su Tercera Sección habla sobre las Alter-
nativas para Situaciones Especiales tales como la Pri-
sión Domiciliaria, prevista en el art. 10 del Código Penal,
reservando este beneficio para el condenado mayor de setenta
años o el que padezca una enfermedad incurable en período
terminal que se haya regulada de los art. 31 al 34 de la ley. En
el art. 35 se trata sobre la prisión discontinua y semi - de-
tención que se determina, en el caso de la primera la posibili-
dad de ser cumplida bajo condiciones específicas previstas en
los artículos 36 al 38, se presentan como modalidades alterna-
tivas a la prisión tradicional y solo puede ser determinada por
el juez competente. Esta modalidad ofrece la ventaja de per-
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
153
semi-dirigida….; Test proyectivos…..; informes del SPC…..
El informe actual, como las conclusiones finales, sur-
gen de la lectura del material incorporado en autos
hasta el día de la fecha:
154
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
155
b.5. Inferencia de la disminución de riesgo de paso al acto im-
pulsivo/agresivo en el medio libre:
· Presente: (autorregulación efectiva con disminución de
riesgo criminológico)
· Ausente (autorregulación deficiente con aumento de
riesgo criminológico)
B.6 Posicionamiento frente al acto transgresor y respecto a la
víctima y daño ocasionado:
· De implicancia reflexiva:
· Ambivalente:
· Confuso:
· Exculpatorio:
B.7 Capacidad para visualizar y advertir el daño:
· Presente
· Ausente
B.8 Problemática de consumo de sustancias psicotóxicas:
A) Antecedentes de consumo problemático:
· Presente:
· Ausente :
B) Conciencia de dicha problemática:
· Presente:
· Ausente :
B.9 Información relevante para el caso, suministrada por
los informes técnicos del Servicio Penitenciario (conducta,
sanciones, tratamientos etc.).Mencionar sin transcribir an-
teponiendo fojas en las cuales se encuentra en el expediente:
C. Recomendación de Tratamiento Psicológico o de otra mo-
dalidad asistencial: (Aquí, eliminar el párrafo que NO
corresponda, según el caso. Y modificar el tipo de
pedido según el caso)
En el caso que SS resuelva no hacer lugar al pedido de libertad
156
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
157
D. Cualquier otro dato a sugerencia que el profesional con-
sidere de utilidad e interés para la presente causa
D.1: “En caso de que el profesional tratante mantenga po-
sición diversa respecto a la necesidad de continuidad del tra-
tamiento psicológico, se sugiere que sea solicitado al SPC la
elaboración de una estrategia apropiada a las necesidades y
características de personalidad del Sr/a. ……………, que se pro-
ponga como más adecuada para que el/la interno/a continúe
desarrollando los recursos necesarios para su futura reinser-
ción social. Esto, atendiendo a la naturaleza delictiva descripta
y salvo mejor criterio de S.S.”- (eliminar el párrafo cuan-
do NO corresponda)
D.2: (Solo responder y agregar en casos de evaluación de
Prisión Domiciliaria)
· En virtud de lo expuesto, se considera que el interno/a po-
dría respetar eficientemente las normas y limites propios
del instituto de la Prisión Domiciliaria.-
· En virtud de lo expuesto, se considera que el interno/a, en
el presente, no cumplimentaría con las condiciones míni-
mas y necesarias que impliquen respetar las normas y
limites propios del instituto de la Prisión Domiciliaria.-
“Solicito: 1) Regule Honorarios por la Práctica Profesional
realizada acorde a la Ley 8002 de la Provincia; 2) Se remita
a esta Área copia de la sentencia firme a sus efectos”
Es todo cuanto por informar y solicitar a SS
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MODIFICIACIONES DE SU USO EN LA
PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO
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GLOSARIO GUÍA PARA LA LECTURA Y ADECUA-
DA INTERPRETACIÓN DE LOS INFORMES PERI-
CIALES DEL EQUIPO TECNICO PARA LOS JUZGA-
DOS DE EJECUCIÒN PENAL
CONCEPTOS UTILIZADOS EN LA GRILLA EVA-
LUATIVA
Nivel Manifiesto:
Refiere a la breve descripción fenoménica que hace alusión
a la presentación del entrevistado. Los datos que se describen,
no solo son pautas semiológicas utilizadas para el diagnóstico
posterior, sino que también ubican a la persona examinada en
el aquí y ahora. -
Dinámica de Personalidad:
La personalidad es un concepto ciertamente complejo, y no
es el objetivo de este glosario realizar un análisis crítico ni se-
miótico del mismo, sino simplemente, ilustrar a S.S. sobre el
alcance operativo del término en el ámbito pericial de la Eje-
cución de la Pena . En este sentido, se entenderá que:
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Autoconcepto
Asociado al concepto de Personalidad, el auto concepto, re-
fiere al conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos
que el individuo tiene de sí mismo. En dicha definición, histó-
ricamente se han diferenciado claramente dos componentes:
1) Elementos cognitivos (pensamientos): refieren a
las creencias sobre uno mismo tales como la imagen corporal,
la identidad social, los valores, las habilidades o los rasgos que
el individuo considera que posee.
2) Elementos afectivos (sentimientos). También lla-
mado autoestima, están constituidos por el conjunto de sen-
timientos positivos y negativos que el individuo experimenta
sobre sí mismo.
161
Posicionamiento Subjetivo:
Analizaremos dicho concepto en sus dos componentes:
1) Posicionamiento, es la acción o efecto de posicionar,
es decir, tomar una actitud o postura frente a un asunto.
2) subjetividad hace referencia a la singularidad humana.
Por lo cual entenderemos que: es el singular modo con el
cual la persona condenada, se ubica frente a determinada si-
tuación (delito, abuso de sustancias, límites legales etc.).
Componentes Sociales.
Refiere al Conjunto de influencias que recibe el sujeto del
medio que lo rodea, es decir, familiar, laboral, educacional etc.-
Se tendrá en cuenta, como ya se ha mencionado (ver perso-
nalidad), que desde que somos pequeños aprendemos a com-
portarnos dentro de la sociedad y a identificar las normas y con-
venciones que debemos seguir para ser considerados miembros
de ella. La sociedad es el entorno propio de la persona.
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Tolerancia a la frustración:
Analizaremos dicho concepto en sus dos componentes:
ç1) Frustración: estado emocional (con concomitan-
tes biológicas y psicológicas) desencadenado frente aquellos
acontecimientos que involucran la reducción o supresión en la
capacidad de satisfacción de deseos personales. -
2) Tolerancia: cualidad o capacidad que tiene un organis-
mo vivo para resistir y/o aceptar.
Por lo descrito, entenderemos por tolerancia a la frustra-
ción: a la capacidad de la persona humana, de sobrellevar
adaptativamente la disminución, postergación o negación de
sus deseos o necesidades personales. -
163
La dinámica de la actuación impulsiva implica, en general,
tres fases: a) sensación creciente de tensión o activación. -
b) paso al acto, con emociones concomitantes de placer,
gratificación o liberación. -
c) posibilidad de nuevas emociones/ sentimientos, tales
como pena, culpa, auto reproche, etc.
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Información relevante para el caso, suministrada
por los informes técnicos del Servicio Penitenciario
Los dictámenes psicológicos del “Equipo Técnico para los
Juzgados de Ejecución Penal”, tienen su fundamento en tres
vertientes de información:
1) La/s entrevistas diagnóstica/s, realizadas con el interno
(entrevista clínica y técnicas de exploración o test). -
2) Los datos que surgen del expediente o legajo, particu-
larmente los diversos informes actualizados del SPC sobre el
interno. -
3) Los diagnósticos sociales. -
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Bibliografía de Consulta
· Abraham Maslow La personalidad creadora. Barcelona: Editorial
Kairós. (1991).
· Abraham Maslow Motivación y personalidad. Madrid: Ediciones Díaz
de Santos.– (1982).
· Abraham Maslow Amplitud potencial de la naturaleza humana. Mé-
xico: Editorial Trillas.
· Asociación Estadounidense de Psiquiatría Manual diagnóstico y esta-
dístico de los trastornos mentales .- 5ta. Ed.- 2013.-
· A W. Allport .-Psicología de la Personalidad.- Ed. Paidos 1968
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