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ASOCIACION DE PSICOLOGOS FORENSES

DE LA REPUBLICA ARGENTINA

Psicología Forense

Actividades Científicas
2019

Año 30 – Nº 31 – Diciembre 2019

Sede:
Güemes 3745, PB ‘A’ (1425) Ciudad de Buenos Aires
República Argentina
Tel./Fax: (54 11) 4821-4633
E-mail: apfra.argentina@gmail.com
Internet: http://www.apfra.org
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Presidente Lic. Norma Griselda Miotto

Vicepresidente Lic. Beatriz Mora


Tesorero Lic. Juan Pablo Diez Ledesma

Secretaria General Lic. Marina Gamallo

Secretaria Científica Lic. María Amalia Cejas de Scaglia

Vocal Ttitular Lic. Silvia Bignone

Vocal Suplente Lic. Elina Criado

Organo de Fiscalización

Titulares Lic. Mariela Garvich


Lic. Sara de las Mercedes Auatt

Suplente Lic. Mirian Elizabeth Bottino


INDICE TEMATICO

INTRODUCCION 09
Nuevos desafíos en Psicología Jurídica
Lic. Norma Griselda Miotto
Presidente de la Asociación de Psicólogos Forenses de la República Ar-
gentina

TITULOS
Los derechos de los niños, niñas y adolescentes: el 15
derecho a ser oído
Dra. Yael Bendel.
Asesora General del Ministerio Publico Tutelar de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
Lic. Denise Benatuil.
Coordinadora del área de la sala de entrevistas del Ministerio Público
Tutelar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Directora de la Carrera
de Psicología en la Universidad de Palermo.
Lic. Fernanda Mattera
Equipo Infanto Juvenil del Ministerio Publico Tutelar de la Ciudad Au-
tónoma de Buenos Aires

Ciberdelitos vinculados con la Violencia de Género 36


y/o Explotación Sexual
Sandra Elizabeth Moreno
2do Jefe de la División de Delitos Cibernéticos contra la Niñez y Adoles-
cencia. Policía Federal Argentina

Caracterización de las víctimas de Violencia de Gé- 43


nero desde la evaluación psicológica forense y mé-
dico – legal, Perú, 2016.
Giovana del Pilar Velarde Castro
Directora de la Escuela Peruana de Psicología Jurídica y Forense.
Psicóloga forense del Instituto de Medicina Legal y ciencias Forenses
(Perú).
José Luis Colque Casas
Director del Instituto de Especialización en Psicología Forense y Crimino-
logía (IPSIFOC).
Psicólogo forense del Instituto de Medicina Legal y ciencias Forenses
(Perú).

Violencia contra la pareja, la posible utilidad técnica 67


del seguimiento previsto en art. 34 de la Ley 25486
Bottino Mirian Elizabeth
Lic. en Psicología - Poder Judicial de la Provincia de San Luis

Develación poco convincente en un caso de Abuso 85


Sexual Intrafamiliar y la posible detección de expe-
riencias internas mediante Indicadores Proyectivos
Adriana del Valle Piras
Lic. en Psicología (MP 396). Especialista en Terapia Familiar Sistémica.
Oficina Judicial de la II Circunscripción Judicial de la Provincia de La
Pampa.

Lista de cotejo como instrumento para la evaluación 101


psicológica forense en el delito de extorsión
Dr. en Psicología Sergio Santamaría Suarez
Profesor Investigador de Tiempo Completo, G.I. Grupos Vulnerables, Área
Académica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud, de la Uni-
versidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México. Unidad Especializada
en el Combate al Secuestro (UECS) de la Procuraduría General de Justicia
del Estado de Hidalgo, México

Familias del narcotráfico 122


Dr. Alberto Calabrese.
Licenciado en Sociología. Director de Adicciones de la Dirección Nacional
de Salud Mental y Adicciones, Secretaría de Determinantes de la Salud y
Relaciones Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación.

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Niñas, niños y adolescentes en el narcotráfico


Dr. Norberto Emmerich. 130
Doctor en Ciencias Políticas y Lic. en Relaciones Internacionales

El rol del Psicólogo en el nuevo orden legal 137


Lic. Elina Criado
Perito Psicóloga Coordinadora del Gabinete Psicosocial de los Juzgados Civil
en Familia y Sucesiones del Poder Judicial de la provincia de Tucumán

El discurrir de la subjetividad en el damero de la 143


justicia.
Lic. Mariela Garvich
Psicóloga. Poder Judicial de la Provincia de Tucumán

Importancia de la Pericia Psicológica en el Juzgado 148


de Ejecución Penal
Lic. Sara Auatt
Psicóloga del Equipo Interdisciplinario del Juzgado de Ejecución Penal del
Poder Judicial de la Provincia de Santiago del Estero.

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INTRODUCCION

El sujeto de Derecho a la luz de la Interdisciplina

Lic. Norma Griselda Miotto


Presidente de la Asociación de Psicólogos Forenses de la Repú-
blica Argentina

Desde un punto de vista histórico, en el marco de las Pri-


meras Jornadas Nacionales de Psicología Forense organizadas
por el entonces denominado Servicio de Psicología del Cuerpo
Médico Forense de la Justicia Nacional, en las que se reunie-
ron Psicólogos Forenses de quince provincias de la República
Argentina y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el día 4
de Abril de 1989, se resolvió crear la Asociación de Psicólogos
Forenses de la República Argentina. 
El día 19 de Julio del mismo año se concretó la Asamblea
Fundacional por la que A.P.F.R.A. quedó constituida como
Asociación Civil sin fines de lucro, con el objetivo de nuclear a
los profesionales de la Psicología que desarrollaran tareas en
el ámbito de los Tribunales Nacionales o Provinciales así como
en las instituciones conexas  (Establecimientos Penitenciarios,
Institutos de Menores, Patronatos de Liberados, Centros de
Asistencia a la Víctima, etc.) y a aquellos que, sin pertenecer a
la planta efectiva de los mismos, estuvieran interesados en las
temáticas jurídicas y forenses.
Desde aquel entonces, la actividad científica, de investigación,
divulgación e intercambio interinstitucional ha sido una constan-
te, y ha posibilitado contar con profuso material bibliográfico.
En esta etapa de nuestro devenir institucional, surgen temas
prioritarios cuyo estudio, análisis e investigación interdiscipli-
naria.se focalizan en el logro de enfoques más efectivos para
su tratamiento e instrumentación de recursos apropiados, te-
niendo especialmente en cuenta las modificaciones en estudio
tanto a nivel de los códigos de fondo como los procesales.
Entre ellos, adquieren especial relevancia, el fenómeno de
los sicarios y la lucha entre grupos de narcotraficantes por el
control territorial del comercio de las drogas que amenaza con
extenderse por distintas zonas de la Argentina.
Los hechos violentos y el número de muertes relacionadas
con el narcotráfico se han incrementado notablemente en los
últimos años.
La captación de adolescentes procedentes de núcleos fami-
liares marcadamente disfuncionales es una realidad muy pre-
ocupante, dado que no sólo son posicionados como “soldadi-
tos”, regenteadores de kioscos de venta, sino también como
sicarios, existiendo antecedentes de múltiples homicidios eje-
cutados por adolescentes de inicio, como recurso para obten-
ción de un beneficio económico.
La pelea por tomar el control del comercio de los narcóticos
se ha desplazado en los últimos años desde la capital argentina
hasta distintas áreas del centro del país, con la ciudad de Ro-
sario, situada a unos 300 kilómetros de Buenos Aires, como
una de las más castigadas por la violencia entre los grupos de
narcotraficantes.

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El fenómeno de los sicarios es más o menos nuevo en la


Argentina, donde operan desde hace estimativamente una dé-
cada seis extensiones de cárteles internacionales procedentes
de Perú, Paraguay, Colombia, Bolivia y México, dedicadas a la
producción, comercio y exportación de "paco", marihuana y
cocaína, principalmente.
Estos grupos tienen un gran poder económico que les per-
mite utilizar el dinero suficiente para actuar con tranquilidad al
amparo de socios con una elevada influencia en el plano políti-
co, social y judicial, algo que se ve reflejado en el constante re-
cambio de las cúpulas del poder vinculadas con el narcotráfico.
Al concepto de "narco república", del que hablan los ex-
pertos, contribuye también el mercado de lavado de divisas
existente en el país ,al que acceden los narcotraficantes para
convertir en legal el dinero obtenido por la venta de las drogas.
El aumento en el número de consumidores contrasta con
la escasez de campañas preventivas en los medios de comu-
nicación nacionales que se sostengan en el tiempo, así como
de una asistencia gratuita para las personas con problemas de
adicción, restringida a la capital y a su área urbana.
Desde las asociaciones antidrogas denuncian también la
existencia de "grupos de reducción de daños", que enseñan a
los jóvenes a drogarse con éxito en lugar de evitar que lo ha-
gan, favoreciendo el incremento de la venta y producción de
los estupefacientes.
Otra de las problemáticas a tratar -en el hoy- y de especial
relevancia en nuestro país y en otras comunidades, es la vio-
lencia de género, definida por la ONU en 1995 como: “todo acto
de violencia sexista que tiene como resultado posible o real un
daño físico, sexual o psíquico, incluidas las amenazas de coer-
ción o de privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en

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la vida pública o en la privada”. Puede manifestarse de distintas
formas: física, verbal, sexual, psíquica, económica, etc.
Se ha convertido en una conducta instrumental que implica
desigualdad en un vínculo interpersonal o sostiene una des-
igualdad subyacente y estructural. .
Los principales modelos teóricos sobre la violencia de gé-
nero, proponen teorías que remiten a problemas individuales,
compromisos psicopatológicos, etc. Las basadas en la dinámi-
ca familiar aluden a que es producto de interacciones pato-
lógicas y patologizantes y, de patrones desadaptativos de re-
solución de conflictos. Las sociales y culturales, por su parte,
enfatizan la existencia de valores culturales que legitiman en
algunos casos el control del hombre sobre la mujer.
El ejercicio del poder tiene dos efectos fundamentales: uno
opresivo o sea el uso de la violencia para la obtención de un fin
y, otro configurador, lo que posibilita redefinir las relaciones
en una situación de asimetría y desigualdad.
La asimetría de poder de un género sobre el otro ampara las
diferencias y configura la forma adecuada de proceder en las
relaciones: los identificados con el género masculino dan pro-
tección y aquellos cuya identidad de género es femenina pro-
penden a responder a cambio con obediencia y sometimiento.
En el caso de los agresores actúan de forma coherente con
objetivos prefijados de dominio y control, por lo que no existe
un perfil único del maltratador dado que cada uno experimen-
ta el poder de forma distinta.
A las formas habitualmente reconocidas de violencia ejerci-
da en forma asimétrica se agregan en la actualidad las encua-
drables como ciberdelitos.
Una modalidad que se está generalizando es el “sexting”,
consistente en enviar a través de redes sociales o sistemas de

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mensajería instantánea mensajes con fotografías o vídeos de


contenido sexual. A su vez, presenta dos posibilidades. La pri-
mera sería en la que la persona que aparece en las imágenes no
ha autorizado la grabación, como cuando se realizan grabacio-
nes furtivas de parejas teniendo relaciones sexuales en parques
u otros sitios públicos. En la otra variante, la persona afectada
habría consentido la grabación, pero no su difusión a terceros
fuera de su ámbito íntimo, en cualquier otro lugar fuera del al-
cance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menosca-
be gravemente la intimidad personal de esa persona.
A su vez, dentro de esta última, se puede producir que la difu-
sión de las imágenes se realice por la expareja de la víctima como
venganza por haber finalizado la relación, o por alguien no co-
rrespondido, que se conoce como “revengeporn” (venganza).
Algunos ciberdelitos sexuales incluyen conductas como el
“dating violence” (violencia de pareja), que consiste en el con-
trol obsesivo a través de teléfonos, y redes sociales, en especial
entre los jóvenes, o el “stalking”(acecho) ”, que es un acoso
reiterado de hostigamiento, control o vigilancia que impide a
la víctima llevar una vida normal.
Cuando las víctimas de estos ciberdelitos son menores, pre-
sentan peculiaridades, como es el caso de “grooming”, en el
que un adulto se gana la confianza de un menor para tener
contacto sexual, lo que constituye un delito Otro supuesto es
cuando se obtiene material pedófilo para consumo propio o
compartirlo con terceros.
Los datos estadísticos sobre este tipo de delitos no han pa-
sado inadvertidos para los gobernantes que observan con cre-
ciente preocupación el auge de los ciberdelitos, en particular
los sexuales, con lo que se van ajustando paulatinamente las
legislaciones para adaptarla a la nueva ciberealidad.

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Otro foco de interés que configura un desafío para la psico-
logía como ciencia, lo constituye el enfoque de la transexua-
lidad en niños/as/adolescentes, frente a lo que estimo debe
primar la prudencia y el respeto por la evolución psicosexual y
psicoemocional de cada individuo en particular.
En el marco de esos desafíos se encuentra además, el en-
foque de la gestación por sustitución y la especial atención al
derecho a la identidad del niño por nacer.
Es necesario desde el punto de vista científico interdiscipli-
nario profundizar la investigación sobre temas mencionados.

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Los derechos de los niños, niñas y adolescentes:


el derecho a ser oído

Dra. Yael Bendel.


Asesora General del Ministerio Publico Tutelar de la Ciudad Autóno-
ma de Buenos Aires
Lic. Denise Benatuil.
Coordinadora del área de la sala de entrevistas del Ministerio Público
Tutelar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Directora de la Carre-
ra de Psicología en la Universidad de Palermo.
Lic. Fernanda Mattera
Equipo Infanto Juvenil del Ministerio Publico Tutelar de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires

1. Introducción
La visión actual sobre los procesos judiciales que involucran
de algún modo a niñas, niñas y adolescentes (NNyA) ha aban-
donado rotundamente las concepciones que se tenían durante
la vigencia del patronato de menores, en donde su voluntad
era suplida por la figura del asesor tutelar, y ha incorporado la
mirada de los derechos en todos los órdenes e instancias de los
procesos. Estas transformaciones han permeado fuertemente
en los procesos de familia, que conforman una parte funda-
mental del entramado normativo e institucional del así llama-
do sistema de protección integral de derechos. De manera que
para desarrollar los lineamientos centrales del abordaje que

15
el poder judicial realiza respecto de NNyA en los procesos de
familia es fundamental comprender el funcionamiento del sis-
tema de protección. De forma muy general, nos referimos a un
conjunto de normas, instituciones y personas que interactúan
entre sí para lograr la satisfacción de los derechos del niño.
La ley 26061 indica que
“[e]l Sistema de Protección Integral de Derechos de las Ni-
ñas, Niños y Adolescentes está conformado por todos aque-
llos organismos, entidades y servicios que diseñan, planifi-
can, coordinan, orientan, ejecutan y supervisan las políticas
públicas, de gestión estatal o privadas, en el ámbito nacional,
provincial y municipal, destinados a la promoción, preven-
ción, asistencia, protección, resguardo y restablecimiento de
los derechos de las niñas, niños y adolescentes, y establece los
medios a través de los cuales se asegura el efectivo goce de los
derechos y garantías reconocidos en la Constitución Nacional,
la Convención sobre los Derechos del Niño, demás tratados
de derechos humanos ratificados por el Estado argentino y el
ordenamiento jurídico nacional. // La Política de Protección
Integral de Derechos de las niñas, niños y adolescentes debe
ser implementada mediante una concertación articulada de
acciones de la Nación, las provincias, la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y los Municipios.”

Como vemos, el sistema de protección se integra por (1)


organismos, (2) entidades y (3) servicios, que pueden ser de
gestión (1) pública o (2) privada, (1) federales, (2) nacionales,
(3) provinciales (incluida la Ciudad de Buenos Aires) o (4)
municipales; y que realizan determinadas acciones que pue-
den consistir en (1) diseñar, (2) planificar, (3) coordinar, (4)
orientar, (5) ejecutar o (6) supervisar la política pública, y se

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destinan a (1) promover, (2) prevenir, (3) asistir, (4) proteger,


(5) resguardar y (6) restablecer los derechos de los niños.

2. Las leyes que integran el sistema de protección


integral
El sistema de protección integral de derechos tiene un so-
porte legal cuya norma fundamental es la Convención sobre
los Derechos del Niño, la cual orienta el funcionamiento de
todo el sistema. Este conjunto de normas puede agruparse en
aquellas que conforman el derecho internacional (con jerar-
quía constitucional), las leyes nacionales y las leyes de la Ciu-
dad de Buenos Aires.
Junto con la Convención sobre los Derechos del Niño pode-
mos incluir entre los instrumentos internacionales más repre-
sentativos a la Convención sobre la Eliminación de toda forma
de Discriminación contra la Mujer y a la Convención Interame-
ricana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
la Mujer “Convención de Belem do Para” (estas convenciones
juegan un papel fundamental en su interacción con la Conven-
ción sobre los Derechos del Niño en cuanto a la protección de
los derechos de las niñas1), y la Convención contra la Tortura y
Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (resul-
ta fundamental en la protección de los derechos del niño en ám-
bitos institucionales de privación y restricción de la libertad2).

1-De ello dan cuenta la recomendación general n° 31 del Comité para la Elimi-
nación de la Discriminación contra la Mujer y la observación general n° 18 del
Comité de los Derechos del Niño sobre las prácticas
nocivas, adoptadas de manera conjunta.
2-La Convención contra la Tortura aparece citada en el párrafo 58 de la observa-
ción general n° 24 del Comité de los Derechos del Niño sobre los derechos de los
niños en el sistema de justicia juvenil.

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Dentro de las leyes nacionales, el pilar del sistema lo consti-
tuye la ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas,
Niños y Adolescentes (n° 26061), pero también se deben in-
cluir el Código Civil y Comercial (principalmente, mediante la
consolidación de los principios de interés superior del niño ―
art. 639 inc. a―, autonomía progresiva ―art. 639 inc. b― y de-
recho a ser escuchado ―art. 639 inc. c―), así como también el
Código Penal (que a través de la tipificación de determinadas
conductas busca proteger derechos fundamentales de NNyA:
ej. Grooming ―art. 131―, trabajo de niñas, niños y adolescen-
tes prohibido ―art. 148 bis―). Resulta fundamental en la pro-
tección de los derechos de las niñas la Ley de Protección Inte-
gral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones
Interpersonales (n° 26485). También es muy importante en
la protección de NNyA la ley de Protección contra la Violencia
Familiar (n° 24417).
En la Ciudad de Buenos Aires, debemos incluir a la Ley de
Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescen-
tes (n° 114) y al Régimen Procesal Penal Juvenil (ley n° 2451).

3. Organismos del sistema


Los organismos del sistema de protección integral de dere-
chos pueden agruparse en aquellos que integran el poder eje-
cutivo y aquellos que integran el poder judicial. A su vez, en
cada ámbito hay organismos federales, nacionales y locales.
Debemos señalar que el sistema no se integra solamente por
los organismos especiales de niñez, sino que también hay orga-
nismos con funciones generales que integran el sistema, tales
como los Ministerios de Educación, de Salud, Desarrollo Social
y Justicia (tanto nacionales como de la Ciudad de Buenos Aires).

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Entonces, dentro del poder ejecutivo podríamos señalar los


siguientes organismos:
Federal: Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia.
Nacionales: Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y
Familia, Ministerio de Educación de la Nación, Ministerio de
Salud y Desarrollo Social, Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos.
De la Ciudad de Buenos Aires: Consejo de Derechos de Ni-
ñas, Niños y Adolescentes, la Dirección General de Niñez y
Adolescencia. También podemos mencionar al Ministerio de
Educación e Innovación, al Ministerio de Salud y al Ministerio
de Justicia y Seguridad.
En el ámbito del poder judicial, tenemos:
Nacionales: El fuero penal, con los juzgados de menores y
tribunales orales de menores; y el fuero de familia, con los juz-
gados civiles con competencia en familia. En ambos fueros hay
defensores especializados.
De la Ciudad de Buenos Aires: juzgados penales, contraven-
cionales y de faltas con secretarías especializadas, defensorías,
y asesorías tutelares.
La Ciudad tiene una particularidad que sólo comparte con
la Provincia de Salta y es que en su estructura judicial cuenta
con un Ministerio Público Tutelar, junto con los ministerios
públicos fiscal y de la defensa.
La Ciudad tiene dos fueros, el penal, contravencional y de
faltas, y el contencioso administrativo. En ambos fueros in-
tervienen asesores tutelares para garantizar los derechos de
NNyA y personas usuarias de los servicios de salud mental.

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4. La corresponsabilidad
La intervención del sistema de protección de derechos se
basa en la corresponsabilidad de todos los actores que cum-
plen alguna función respecto de la garantía de los derechos del
niño. Esta corresponsabilidad supone que todos (tanto agen-
tes estatales como no estatales) deben actuar de acuerdo a su
rol (en el ámbito de su competencia) de manera articulada con
el resto3. En este sentido, los adultos que conviven directa o
indirectamente con los NNyA, ya sea porque son cercanos a

3- El Comité de los Derechos del Niño señala, por ejemplo, en su observación general n° 21
sobre los derechos de los niños en situación de calle: “Las estrategias para los niños en situa-
ción de calle deberían tener en consideración el papel de los agentes estatales y no estatales.
(…) Los Estados tienen la obligación de ayudar a los padres o cuidadores a proporcionar,
dentro de sus posibilidades y medios económicos y en consonancia con la evolución de las
facultades del niño, las condiciones de vida que sean necesarias para su desarrollo óptimo
(arts. 5, 18 y 27). Los Estados también deberían apoyar a la sociedad civil, como agentes
complementarios, a la hora de proporcionar servicios personalizados y especializados para
los niños en situación de calle desde un enfoque basado en los derechos del niño, mediante
la financiación, la acreditación y la regulación. El sector empresarial debe cumplir sus res-
ponsabilidades en relación con los derechos del niño y los Estados deberían velar por que así
sea. Los agentes estatales y no estatales tienen que coordinarse. Los Estados tienen la obliga-
ción legal de velar por que los proveedores de servicios del sector privado actúen de confor-
midad con las disposiciones de la Convención.” (párrafo 15). Otro ejemplo de responsabili-
dades coordinadas en la garantía de los derechos del niño aparece en la observación general
n° 7 sobre los derechos del niño en la primera infancia: “En muchos países y regiones, la
primera infancia ha recibido escasa prioridad en el desarrollo de servicios de calidad, que
a menudo han sido fragmentarios. Frecuentemente han sido responsabilidad de diversos
departamentos gubernamentales en los planos central y local, y su planificación a menudo
ha sido poco sistemática y descoordinada. En algunos casos, también han corrido a cargo en
gran medida del sector privado y el voluntariado, sin recursos, normativas o garantías de ca-
lidad suficientes. Se insta a los Estados Partes a desarrollar estrategias basadas en derechos,
coordinadas y multisectoriales, a fin de que el interés superior del niño sea siempre el punto
de partida en la planificación y prestación de servicios. Estos deberán basarse en un enfoque
sistemático e integrado de la elaboración de leyes y políticas para todos los niños de hasta
8 años de edad. Se necesita una estructura global de servicios, disposiciones y centros para
la primera infancia, respaldada por sistemas de información y supervisión. Esos servicios
globales se coordinarán con la asistencia ofrecida a los padres y respetarán plenamente sus
responsabilidades, así como sus circunstancias y necesidades (…)” (párrafo 22)

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ellos ―como los vecinos― o porque realizan tareas de cuida-


do en establecimientos donde permanecen transitoriamente
―escuelas, hospitales, clubes, centros culturales― son consi-
derados por la ley como responsables del cuidado. De allí se
deriva el deber de comunicar al organismo administrativo la
existencia de derechos vulnerados (art. 304, ley 26061). A su
vez, el Poder Judicial es responsable de garantizar el acceso a
la justicia de todos los NNYA.
Es importante señalar que el cumplimiento de este deber
prevalece por sobre cualquier obligación de mantener secreto5.

5. Pilares del funcionamiento del sistema de pro-


tección
5.1 El derecho a ser escuchado
Los niños, niñas y adolescentes, tienen derecho a ser escu-
chados en cuestiones o procedimientos relativos a sus derechos.
Este derecho aparece regulado tanto en el derecho interna-
cional como en el nacional y local. Así, podemos mencionar:
el art. 12 CDN; los arts. 3.b, 24, 27.c de la ley 26061; el art. 26
del Código Civil y Comercial, así como también expresamente
sus arts. 66 (apellido), 113 (tutela), 425 inc. a. (matrimonio),
564 inc. a. (información reproducción asistida), arts. 595 inc.

4-“Los miembros de los establecimientos educativos y de salud, públicos o privados y todo


agente o funcionario público que tuviere conocimiento de la vulneración de derechos de las
niñas, niños o adolescentes, deberá comunicar dicha circunstancia ante la autoridad admi-
nistrativa de protección de derechos en el ámbito local, bajo apercibimiento de incurrir en
responsabilidad por dicha omisión.”
5-El ejercicio de este deber funciona como causal de justificación para revelar el secreto.
Conforme art. 10 primer párrafo del Código Civil y Comercial de la Nación: “El ejercicio
regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir
como ilícito ningún acto”; y artículo 34, inc. 4 del Código Penal de la Nación: no es punible
quien “obrare en cumplimiento de un deber o en el legítimo ejercicio de su derecho, auto-
ridad o cargo.”

21
f., 598 y 617 incs. a, b, d, 635 inc. c. (adopción), arts. 639 inc. c,
643, 646 inc. C, 653 inc. c, 655 (responsabilidad parental), art.
707 (proceso familia); y el art. 17 de la ley 114.
Como lo señala el Comité de los Derechos del Niño en su
OG 12, “El artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del
Niño ("la Convención") es una disposición sin precedentes en
un tratado de derechos humanos; apunta a la condición jurí-
dica y social del niño, que, por un lado, carece de la plena au-
tonomía del adulto pero, por el otro, es sujeto de derechos. En
el párrafo 1 se garantiza a todo niño que esté en condiciones
de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión
libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose
debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la
edad y madurez del niño. El párrafo 2 afirma, en particular, que
debe otorgarse al niño el derecho a ser escuchado en todo pro-
cedimiento judicial o administrativo que lo afecte.” (párrafo 1)

5.2 El interés superior del niño


El Interés superior del niño es el conjunto de acciones y proce-
sos tendientes a garantizar un desarrollo integral y una vida dig-
na, así como las condiciones materiales y afectivas que les permi-
tan vivir plenamente y alcanzar el máximo de bienestar posible.
Aparece regulado tanto en el derecho internacional como
en el derecho nacional y local. Podemos mencionar: el art. 3
CDN (analizado por la OG. 14 del Comité de los Derechos del
Niño); el art. 3 de la ley 26061; el CCYC lo incorpora cuando
se refiere a la persona humana en el art.26, en los arts. 104 y
105 (tutela), arts. 595, 604, 621, 627 y 2637 (adopción), arts.
639 y 2639 (responsabilidad parental), art. 706 (proceso fami-
lia), art. 2634 (reconocimiento y restitución internacional); y
el art. 2 de la ley 114.

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Según el Comité de los Derechos del Niño


“el interés superior del niño es un concepto triple:
a. Un derecho sustantivo: el derecho del niño a que su in-
terés superior sea una consideración primordial que se
evalúe y tenga en cuenta al sopesar distintos intereses
para tomar una decisión sobre una cuestión debatida,
y la garantía de que ese derecho se pondrá en práctica
siempre que se tenga que adoptar una decisión que afec-
te a un niño, a un grupo de niños concreto o genérico o
a los niños en general. El artículo 3, párrafo 1, establece
una obligación intrínseca para los Estados, es de aplica-
ción directa (aplicabilidad inmediata) y puede invocarse
ante los tribunales.
b. Un principio jurídico interpretativo fundamental: si una
disposición jurídica admite más de una interpretación,
se elegirá la interpretación que satisfaga de manera más
efectiva el interés superior del niño. Los derechos con-
sagrados en la Convención y sus Protocolos facultativos
establecen el marco interpretativo.
c. Una norma de procedimiento: siempre que se tenga que
tomar una decisión que afecte a un niño en concreto, a
un grupo de niños concreto o a los niños en general, el
proceso de adopción de decisiones deberá incluir una es-
timación de las posibles repercusiones (positivas o nega-
tivas) de la decisión en el niño o los niños interesados. La
evaluación y determinación del interés superior del niño
requieren garantías procesales. Además, la justificación
de las decisiones debe dejar patente que se ha tenido en
cuenta explícitamente ese derecho. En este sentido, los
Estados partes deberán explicar cómo se ha respetado
este derecho en la decisión, es decir, qué se ha conside-

23
rado que atendía al interés superior del niño, en qué cri-
terios se ha basado la decisión y cómo se han ponderado
los intereses del niño frente a otras consideraciones, ya
se trate de cuestiones normativas generales o de casos
concretos.” (OG 14, párrafo 6).

5.3 La autonomía progresiva


Un aspecto fundamental en cuanto a los derechos del niño es
el de su ejercicio autónomo. La idea de autonomía progresiva nos
señala que el ejercicio autónomo de los derechos del niño es pro-
gresivo en virtud de su madurez y su etapa evolutiva. A los padres
o demás responsables les corresponde impartir orientación y di-
rección apropiadas para que el niño ejerza sus derechos.
Aparece regulado en el derecho internacional, nacional
y local. Se pueden mencionar: arts. 5 y 12.1 CDN; art. Ley
26061; CCYC Art. 26 y expresamente en determinadas situa-
ciones: arts. 64, 66 y 69 (apellido hijos), arts. 113, 109 inc. c.
y 707 (tutela), arts. 403, 404, 425 y 645 (matrimonio), arts.
595 inc. f, 596, 613, 626 inc. d, 627 inc. d (adopción), arts.
638, 639, 644, 645 (responsabilidad parental), art. 661 (ali-
mentos), arts. 677 y 679 (cuestionar decisiones parentales
judicialmente), art. 680 (reconocimiento filiación y estar en
juicio), arts. 30, 681, 682 y 683 (contratos por servicios), art.
697 (rendición de cuentas).
El Comité de los Derechos del Niño ha señalado al respecto
en su OG 20:
“El artículo 5 de la Convención dispone que la dirección y
orientación que impartan los padres debe guardar consonancia
con la evolución de las facultades del niño. El Comité define dicha
evolución como un principio habilitador que aborda el proceso de
maduración y aprendizaje por medio del cual los niños adquieren

24
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

progresivamente competencias, comprensión y mayores niveles


de autonomía para asumir responsabilidades y ejercer sus dere-
chos. El Comité ha señalado que, cuanto más sepa y entienda un
niño, más tendrán sus padres que transformar la dirección y la
orientación en recordatorios y luego, gradualmente, en un inter-
cambio en pie de igualdad.” (párrafo 18)

6. El Ministerio Público Tutelar


El Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Ai-
res es un organismo que (junto con el Ministerio Público
Fiscal y el Ministerio Público de la Defensa) tiene autono-
mía funcional y autarquía dentro del poder judicial (art. 124
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires) cuyas misiones
son promover la justa aplicación de la ley, la legalidad de los
procedimientos y el respeto, la protección y la satisfacción de
los derechos y garantías de las NNyA y las personas usuarias
de los servicios de salud mental. Así como también promover
la actuación de la justicia en la defensa de la legalidad y de
sus intereses, velar por la normal prestación del servicio de
justicia y obtener ante los tribunales la satisfacción del interés
social.
La Asesoría General Tutelar cuenta con tres secretarías ge-
nerales: la secretaría general de administración, la secretaría
general de política institucional y la secretaría general de ges-
tión. En particular, esta última se integra por diversas áreas y
programas: (a) Líneas de acceso, (b) Área de género, (c) Equi-
po de monitoreo de pensiones deportivas juveniles, (d) Equi-
po de Detección y Seguimiento de Población en Situación de
calle, (e) Equipo de Supervisión de Reestructuración Barrial,
(f) Equipo Interdisciplinario de Supervisión de los Dispositi-
vos Penales Juveniles, (g) Oficina de Derecho Contravencio-

25
nal y Penal Juvenil, (h) Oficinas de Atención Descentralizada
(OAD), (i) Oficina de Seguimiento de la Institucionalización
de Niñas, Niños y Adolescentes, (j) Equipo Público de Aboga-
dos, (k) Oficina de Salud Mental y Derechos Humanos.
Asimismo, cuenta con equipos que dependen directamen-
te de la Asesoría General Tutelar, entre ellos se encuentran el
Equipo de Sala de Entrevistas Especializada y el Equipo Técni-
co Infanto Juvenil. Estos equipos, como parte del Sistema In-
tegral de Protección de Derechos, cumplen un rol fundamen-
tal en cuanto al ejercicio del derecho a ser escuchado en los
diversos procesos, entre ellos, los procesos de familia. Sobre
este punto nos ocuparemos en lo que sigue.

7. El derecho de los NNyA a ser escuchados en los


procesos de Familia
A treinta años de la proclamación de la CDN es reconocido
el estatuto que adquieren los NNyA como sujetos de derechos,
lo cual se afirma con toda la normativa local vigente.
En estos años si bien se ha avanzado en el reconocimiento
y en la necesidad de poder “escuchar” a los NNyA y que su
opinión sea tenida en cuenta en aquellos procesos judiciales
que los involucran, aún no se han logrado establecer consen-
sos acerca de cómo debe materializarse esa escucha.
En la actualidad nos encontramos con opiniones y modali-
dades divergentes acerca de cómo se debe ejercer este derecho,
el cual podrá ir variando de acuerdo al caso y esencialmente a
los lineamientos que concibe el/la juez/a que debe recibir esa
escucha.
Como operadores del sistema judicial, hemos sido convo-
cados en diversas ocasiones a intervenir en el ejercicio del
derecho a ser oído, esto nos lleva a reflexionar acerca de los

26
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

diferentes modos bajo los cuales se puede concretar este acto.


La elección sobre la estrategia de acción más adecuada para
cada caso debiera partir de un análisis reflexivo acerca de tres
interrogantes:

7.1. Primer interrogante: ¿Cuándo debe ser escuchado un


NNyA?
El renovado CCyC establece que la persona menor de edad “
tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le concier-
ne así como a participar en las decisiones sobre su persona”6.
y en el Libro Segundo relativo a las relaciones de Familia, es-
tablece en que instituto debe ser escuchado: identidad, tutela,
matrimonio, técnicas de reproducción asistida, adopción, res-
ponsabilidad parental, procesos de familia.
Si bien la opinión de los NNyA en todo proceso judicial en
el cual están involucrados debiera ser siempre tenida en cuen-
ta, en temas como son los que están vinculados a su vida fa-
miliar, como al derecho a vivir en familia, ejes centrales para
lograr un desarrollo psicoevolutivo satisfactorio, esto debiera
ser prioritario.
El análisis de este primer interrogante nos centra en la con-
dición que debe tener el NNyA para poder acceder a esta ins-
tancia, la cual queda establecida de acuerdo “a su edad y gra-
do de madurez”7, pero a partir de los 13 años se fija la edad a
partir de la cual se presume que poseen la madurez suficiente
que les permite discernir y tomar decisiones inherentes a cier-
tos temas relativos a su vida.
Aquí surge uno de los ejes de tensión que enfrentan quienes

6-CCyC Libro Primero. Titulo I. Art.26


7-CCyC art. 639.Punto C

27
deben determinar acerca del valor de la palabra del NNyA. Al
respecto nuestro CCyC no fija límites etarios, pero exige po-
seer un nivel de madurez que le permita poder comprender y
discernir sobre los hechos en los cuales está involucrado.
Esta valoración excede la determinación que puede reali-
zarse únicamente desde el área jurídica y requiere necesaria-
mente de una mirada integral y multidisciplinar.
Fama, V. señala:
En ambos supuestos, sea que se discuta la capacidad de un
adolescente o que se intente probar la de un niño, la "madu-
rez suficiente" a la que alude la ley será discernida por la au-
toridad competente (judicial o administrativa) para resolver
el conflicto a partir de la realización de una evaluación inter-
disciplinaria donde intervengan no sólo profesionales de la
psicología, sino también otros especialistas tales como traba-
jadores sociales, médicos, etc., pues la mentada madurez no
debe ser ponderada exclusivamente desde un criterio subjeti-
vo psicológico, sino también desde una vara objetiva relacio-
nada con el entorno familiar, cultural y social, y con la mag-
nitud y complejidad del derecho cuyo ejercicio esté en juego8.

7.2. Segundo interrogante: ¿Cómo debe ser escuchado un


NNyA?
En relación con la modalidad bajo la cual se ejerce el dere-
cho de ser escuchado de un NNyA tampoco surgen líneas de
acción homogéneas, quedando a criterio del tribunal el lugar,

8- Famá, María Victoria. Capacidad progresiva de niñas, niños y adolescentes en el Código


Civil y Comercial. LA LEY 20/10/2015, 20/10/2015, 1 - LA LEY2015-F, 463 Cita Online:
AR/DOC/3698/2015

28
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

las personas y las condiciones bajo las cuales se producirá la


escucha.
Al respecto el acto puede producirse de diversas maneras:
• En la dependencia judicial con intervención de los opera-
dores que designe el/la juez/a
• En el marco de una entrevista psicológica, con o sin vi-
deograbación de esa instancia.
• En el marco de una evaluación psicológica pericial.

En el rol de operadores del sistema judicial, así como de pe-


ritos psicólogos, podemos ser convocados a intervenir en cual-
quiera de estas modalidades, lo cual le aportara la necesaria
mirada y escucha interdisciplinar.

En la dependencia judicial: bajo esta modalidad el/la


Juez/a toma contacto directo con el NNyA y dirige la entrevis-
ta con asistencia de los operadores que hemos sido convocados
a esa instancia (Defensor de menores, Trabajadores sociales,
Peritos psicólogos, etc.). La escucha desde diversas disciplinas
permite un intercambio enriquecedor que favorece la mirada
integral para dilucidar la problemática presentada.

En el marco de una entrevista psicológica: la solici-


tud bajo esta modalidad radica en la necesidad de que la es-
cucha se realice bajo un profesional de la psicología y en un
ámbito adecuado que garantice su protección integral.
Posteriormente en el punto 8 desarrollaremos el uso de la Sala
de Entrevistas Especializadas para la concreción de este acto.

En el marco de una evaluación psicológica pericial:


el relevamiento de la voluntad del NNyA en el marco de una

29
evaluación psicológica brinda mayores herramientas para po-
der establecer los fundamentos que determinan su decisión.
Esto adquiere una relevancia especial en complejas situacio-
nes intrafamiliares donde observamos que las verbalizacio-
nes se contradicen a los deseos subyacentes, por encontrarse
afectado/a, por presiones externas que condicionan su capaci-
dad de discernimiento.
La evaluación psicológica de un NNyA debe ser realizada por
un especialista infantojuvenil que garantice el abordaje idóneo,
adaptado a cada etapa etaria, y mediante la administración de
las técnicas psicodiagnósticas apropiadas para cada caso.
El estudio integral del NNyA, el conocimiento de su funciona-
miento psíquico, sus recursos defensivos, conflictos emergentes
y el estado de afectación emocional que pueda llegar a presen-
tar, nos permitirá conocer la autenticidad de sus afirmaciones.
Finalmente es necesario señalar que más allá de la metodo-
logía utilizada para poder concretar el derecho a ser escuchado,
es necesario siempre garantizarle y resguardar su derecho a la
privacidad, como su derecho a no querer brindar su opinión.
Vigo, (2016) refiere; la reflexión sobre las condiciones en
que se realiza la escucha debe incluir prioritariamente el debate
respecto de las formas en que la escucha debe implementarse
rodeada de las debidas medidas de resguardo a la privacidad e
integridad física y/o emocional de los niños/as y adolescentes.

7.3. Tercer interrogante: ¿Quién debe escuchar a


un NNyA?
Este último interrogante nos lleva a reflexionar sobre una
cuestión nominal que es trascendental para comprender el
alcance del término “escuchar” que implica poner atención,
siendo ésta una acción voluntaria, a diferencia de “oír” que es

30
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

simplemente percibir por el oído.


Al respecto Cavagnaro (2010) señala
La Convención sobre los derechos del Niño utiliza el voca-
blo escuchar, la ley 26061 el de oír, pero su interpretación a
partir del tenor global de la norma, debe ser entendido como
el de escuchar de manera activa, ya que téngase en cuenta que
esta última norma menciona que la opinión del niño deberá
ser tenida primordialmente en cuenta, con lo cual enfatizamos
el sentido de escucha
Partimos de la premisa que “escuchar” a un NNyA no será
simplemente el cumplimiento de un acto formal, sino que es
la forma bajo la cual se respeta su condición de ser sujeto de
derechos, y se concreta mediante la participación activa en los
procesos que los/las tienen como protagonistas y en el cual se
dirimen sus intereses controvertidos.
Si dejáramos delimitada esta escucha únicamente a la mi-
rada jurídica, podría correrse el riesgo de que la interpreta-
ción de la palabra fuera analizada únicamente bajo el prisma
del discurso legal. Es indiscutible que el/la juez es la persona
idónea para fallar sobre la controversia planteada, pero nue-
vamente poder contar con un enfoque interdisciplinario favo-
recerá la necesaria mirada integral, que permitirá comprender
con mayor idoneidad la voluntad de los NNyA.

8. La Sala de Entrevista Especializada: dispositivo


privilegiado para realizar la escucha en el marco de
una entrevista psicológica
Esta modalidad de escucha es realizada por un profesional de
la psicología, y la Sala de Entrevista Especializada, ha sido crea-

8- Agregar Nro. De Resolución de Creación de la Sala

31
da como un dispositivo especializado para llevar adelante esta
tarea, de modo de garantizar la protección integral del NNyA8.
Históricamente se ha utilizado la Cámara Gesell porque
brindaba la posibilidad de observar al NNyA con mínima in-
tromisión del observador. Esta consiste en un dispositivo con-
formado por un vidrio unidireccional, que permite la observa-
ción desde el exterior. A pesar de ello la visibilidad de la sala
donde se toma la entrevista suele ser reducida y los NNyA des-
de dentro del recinto pueden escuchar o ver a las personas que
se encuentran observando la entrevista.
La Sala de Entrevista Especializada, es el dispositivo que inter-
nacionalmente se recomienda para poder escuchar a los NNyA
debido a que presenta algunas ventajas sobre la Cámara Gesell.
El dispositivo se compone de dos salas, con un circuito ce-
rrado de audio y video, permitiendo tomar la entrevista en una
Sala y poder observarla desde otra.
Este sistema tiene algunas ventajas para los NNyA como:
• Garantizar que el/la niño/a no oirá, ni verá a quienes es-
tán en la sala contigua.
• Permitir que en la sala de observación haya tanta gen-
te como el/la juez/a autorice, dando lugar a que pueda
realizarse una escucha interdisciplinaria (Defensor de
menores, Trabajadores sociales, Peritos psicólogos, Le-
trados de las partes, etc.).
• Tiene un sistema de audio con micrófono e intercomu-
nicador, entre ambos espacios, facilitando de este modo
que el/la Juez/a, por intermedio del psicólogo monitor
―profesional que está en la sala de observación― tome
contacto con el NNyA y haga llegar sus inquietudes du-
rante la entrevista.

32
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

El dispositivo de la Sala de Entrevistas Especializada tiene


por finalidad garantizar el derecho a ser escuchado y el inte-
rés superior de los NNyA, protegiendo la integridad de niñas,
niños, adolescentes inmersas en procesos judiciales y extra-
judiciales, velando para que su opinión sea tenida en cuenta,
intentando reducir el estrés que atraviesan en todo el proceso,
procurando optimizar la obtención de la información necesa-
ria para evitar revictimizarlo mediante múltiples entrevistas,
garantizando un trato digno y preservando su intimidad.
Con relación al profesional que lleva adelante la entrevista,
es fundamental que esté formado para realizar la tarea, que
evite las esperas prolongadas del NNyA, ―las cuales incre-
mentan la ansiedad―, que establezca rapport previo al inicio
de la misma, tenga un trato cálido y cordial, y que la entrevista
sea lo más breve posible a fin de que el acto no resulte trau-
mático para el NNyA. Asimismo, es relevante que la entrevista
sea videograbada, para minimizar las posibilidades de reque-
rir una nueva intervención.
Este sistema mejora las condiciones para la realización de
la entrevista en el marco de la escucha a un NNyA, haciendo
primar el interés superior del niño, y velando por que todos
sus derechos sean debidamente cumplimentados

9. Palabras finales
Como lo señalamos en la introducción, el rol de las asesorías
tutelares se ha transformado radicalmente desde sus orígenes
bajo la vigencia del patronato de menores hasta la actualidad.
Originariamente esta figura se pensaba como una institución
que suplía la voluntad del niño y expresaba qué era lo mejor
para él bajo criterios que no tenían que ver con aquello que
NNyA querían, sino con lo que consideraban los adultos que

33
intervenían en el proceso. Actualmente el Ministerio Público
Tutelar es un organismo que ha desarrollado una estructura
al servicio de la garantía de los derechos de NNyA, que pro-
mueve la escucha y brinda las mejores condiciones posibles
para que ella se desarrolle en un ambiente amigable. El cami-
no que debemos seguir construyendo es el de generar cada día
una mejor calidad institucional que profundice lo hasta aquí
logrado y que haga que el tránsito de NNyA por los distintos
procesos sea una experiencia que contribuya a superar las si-
tuaciones traumáticas que los han traído hacia nosotros.

Referencias bibliográficas
• Cavagnaro, M. V. (2010). Oír o escuchar a los niños? Una diferencia
que no es menor disponible en: http://www.saij.gob.ar/maria-victoria-
cavagnaro-oir-escuchar-ninos-una-diferencia-es-menor-dacf100069-
2010-09-15/123456789-0abc-defg9600-01fcanirtcod
• Código Civil y Comercial de la Nación (CCyC)
• Comité de los Derechos del Niño (2009), Observación General Nº 12
sobre el derecho del niño a ser escuchado
• Comité de los Derechos del Niño (2013), Observación general Nº 14
sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una considera-
ción primordial
• Comité de los Derechos del Niño (2016), Observación General N° 20
sobre la efectividad de los derechos del niño durante la adolescencia
• Comité de los Derechos del Niño (2017), Observación General N° 21
sobre los niños en situación de calle
• Famá, M. V. (2015). Capacidad progresiva de niñas, niños y adoles-
centes en el Código Civil y Comercial. 20/10/2015, La ley 2015-F, 463.
Disponible en: AR/DOC/3698/2015
• Ley 114. Protección Integral de los derechos de Niños, Niñas y Adoles-
centes. Sanción: 03/12/1998. Promulgación: De hecho del 04/01/1999.
Publicación: BOCBA N° 624 del 03/02/1999
• Ley 26061. Ley de protección integral de los derechos de las niñas,
niños y adolescentes. Sancionada: septiembre 28 de 2005. Promulgada
de hecho: octubre 21 de 2005
• Ley 23.849. Apruébase la Convención sobre los Derechos del Niño.
34
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Sancionada: Setiembre 27 de 1990. Promulgada de hecho: Octubre 16


de 1990
• Ministerio Público Fiscal (2018), Oficina de Investigación y Estadís-
ticas Político-Criminales de la Procuración General de la Nación y el
Cuerpo de Peritos Forenses. Jornada contra el Abuso Sexual Infantil.
Buenos Aires- Congreso de la Nación-
• OVD (2018) Informe estadístico
• Vigo, F. C.(2016) El derecho del niño a ser oído en la justicia de familia.
Disponible en:
• http://www.nuevocodigocivil.com/wp-content/uploads/2016/08/
VIGO-2016.-El-derecho-del-ni%C3%B1o-a-ser-o%C3%ADdo-en-la-
justicia-de-familia.-1.pdf

35
Ciberdelitos vinculados con la Violencia de
Género y/o Explotación Sexual

Sandra Elizabeth Moreno


2do Jefe de la División de Delitos Cibernéticos contra la Niñez y
Adolescencia. Policía Federal Argentina

Este trabajo se basa en experiencias surgidas del cumpli-


miento de la misión y función de la División Delitos Ciber-
néticos contra la Niñez y Adolescencia de la Policía Federal
Argentina, aportadas por las distintas investigaciones de los
delitos que afectan la integridad psíquica y sexual de los niños,
niñas y adolescentes, como ser la “explotación sexual infantil,
tráfico del material de abuso sexual infantil, grooming, sex-
ting, ciberbulling”, como así también las intervenciones rea-
lizadas en los casos de instigación al suicidio y/o intentos de
suicidios denunciados por las empresas que administran las
distintas redes sociales.
La División Delitos Cibernéticos contra la Niñez y Adoles-
cencia interviene en todas las denuncias de aquellos delitos
que son cometidos mediante medios tecnológicos donde se
han vulnerado los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Investiga las denuncias provenientes de todas las fiscalías y/o
juzgados nacionales, provinciales o locales; coopera en mate-
ria de análisis datos o indicios cibernéticos de investigacio-
nes de delitos de otras Unidades policiales, como así también

36
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

origina investigaciones de denuncias llegadas a dicha Unidad


por las líneas 134, 145, 911, 0800-555-5065 del Ministerio de
Seguridad, 0800-222-1717 del Ministerio de Justicia (Equipo
Niñ@s), en el Facebook de la Policía Federal Argentina, por
correo electrónico ciberneticosnya@policiafederal.gov.ar o en
la misma sede policial que se halla en la calle Cavia 3302, casi
esquina Avda. Figueroa Alcorta, Barrio de Palermo, C.A.B.A.
Asimismo, realiza cooperaciones en investigaciones de explo-
tación sexual infantil con el FBI, Europol y todos los países
que conforman la organización mundial de Interpol.
En la ponencia, se habló sobre el tráfico de material de abu-
so sexual infantil (mal llamado pornografía infantil), la capta-
ción de menores mediante este delito con fines de explotación
sexual infantil (Trata de Personas), el Turismo Sexual Infantil
que es una modalidad realizada dentro del delito Trata de Per-
sonas y se profundizó en el delito que se denuncia diariamente
y es conocido como “Grooming”: maniobra donde una persona
mayor de edad contacta vía redes sociales a menores de edad
con finalidades sexuales, sean conversaciones, intercambio de
fotos, videos o solicitudes de una actividad sexual explícita.
Este delito busca explotar las vulnerabilidades de los niños,
niñas y adolescentes sean afectivas, sociales y/o económicas,
realizando dicha explotación mediante lo que se conoce como
ingeniería social sobre todas las publicaciones de los niños
en las distintas redes y/o de los mismos padres realizadas sin
filtros de seguridad y con cuya información obtenida (gustos,
hábitos, preferencias en música, religión, deporte, juegos, ma-
nifestaciones de falta de contención familiar, bulling escolar o
social, carencia de alguna figura paterna o materna, baja au-
toestima y confianza etc.) se acercan a los menores mostran-
do interés comunes o expresando similares experiencias a las

37
publicaciones realizadas , pudiendo hacerlo mediante perfiles
falsos o no.
La metodología del Grooming se basa en general, en el cum-
plimiento de distintas etapas a fin de cometer su manipulación
psicológica sobre el niño/a:

Amistad. Contacto para conocer El objetivo es


acerca de NNyA.
Contacto   lograr hablar de
y acercamiento temas íntimos.
Mostrarse como un par.

Generación de El acosador
Ganar confianza a lo
Confianza consigue fotos
largo del tiempo.
  o videos con
Obtención del contenido
Lograr empatía.
Materia íntimo.

Obtener más
Componente
material
Sexual. El material obtenido
  Lograr un
Ciberacoso y se usa para chantaje.
encuentro
chantaje.
presencial

Es importante saber que toda manipulación sexual sobre


los niños, niñas y/o adolescentes pueden ser manifestada por
los distintos indicadores que revelan los mismos en su con-
ducta diaria y sabiendo cuales son los mismos, el profesional
de la salud puede advertir o preguntar a sus progenitores o
adultos responsables si se han observado sobre el menor.

Indicadores/Consecuencias INESPECIFICAS de Abuso Sexual contra


la Infancia –Observados por las Psicólogas de la División DELITOS
CIBERNETICOS CONTRA LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA. P.F.A.-

38
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Aspectos CONDUCTUALES
• Cambios bruscos en la conducta.
• Retraimiento. Inhibición.
• Irritabilidad.
• Respuestas de miedo.
• Alteraciones en el sueño y/o en la alimentación.

Aspectos AFECTIVOS
• Tono depresivo.
• Ansiedad, nerviosismo.
• Baja autoestima.
• Sentimientos de culpa.
• Distanciamiento afectivo.

Aspectos COGNITIVOS
• Fallas en la atención.
• Fallas en la memoria.
• Bajo rendimiento escolar.

Aspectos SOCIALES
• Baja capacidad de las habilidades sociales.
• Problemas con las relaciones “cara a cara”.
• Pérdida de interés de actividades offline.

Indicadores/Consecuencias ESPECIFICAS de Abuso Sexual


contra la Adolescencia –Observados por las Psicólogas de la
División DELITOS CIBERNETICOS CONTRA LA NIÑEZ Y
ADOLESCENCIA. P.F.A.-

• CONOCIMIENTO SEXUAL INAPROPIADO para la


edad
• ACTIVIDAD SEXUAL INADECUADA/ IMITACIÓN
39
• Manifestaciones a través del DOLOR y señalamiento de la
ZONA CORPORAL
• Juegos sexuales y curiosidad INUSUAL
• MASTURBACIONES COMPULSIVAS
• Conductas SEDUCTORAS hacia los adultos
• INHIBICIÓN SEXUAL llamativa
• INTOLERANCIA frente a manifestaciones verbales de
CONTENIDO SEXUAL

• Intensa autodestructividad. Autolesiones


• Búsqueda compulsiva de castigo
• Tentativas de suicidio
• Actuaciones heterodestructivas
• Conductas delictivas
• Adicciones
• Fugas del hogar
• Trastornos en la identidad
• Trastornos psicológicos severos (depresión, ansiedad,
disociación)

• Sobreadaptación
• Retraimiento
• Depresión
• Inhibición sexual llamativa
• Intolerancia frente a manifestaciones verbales de conte-
nido sexual
• Distanciamiento afectivo.
• Inhibición.
• Irritabilidad
• Importantes dificultades en las relaciones interperso-
nales.

La División Delitos Cibernéticos contra la Niñez y Adoles-


cencia cuenta con un Gabinete de Apoyo a la Víctima integrado
por Psicólogas, cuya misión es brindar contención y asistencia
40
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

profesional tanto a la niña/o víctima como a los familiares de


la misma o de los victimarios (quiénes también son víctimas
de la situación en los momentos de cumplimentar una medida
judicial como la de los allanamientos de los domicilios), mi-
sión primordial en los delitos donde sean vulnerados la inte-
gridad física/psíquica de los niños, niñas y adolescentes para
evitar su re-victimización.

Entre todas las intervenciones que realiza el Gabinete, en


general podemos nombrar:
- En la Denuncia con los menores
- En la Denuncia con los progenitores y/o responsables
- En las medidas judiciales (entrevistas domiciliarias, in-
formes ambientales y sociales, desgravaciones de cáma-
ras Gesell, asistencia al menor y familiar en las notifica-
ciones de intentos de suicidios manifestadas en las redes
o aplicaciones de juegos, etc.)
- Asistencia Telefónica
- En el curso de la Investigación sumarial y/o de campo
(chequeos domiciliarios, allanamientos)

Asimismo, en los distintos talleres preventivos realizados


por la Policía Federal Argentina a la comunidad; como así
también en las capacitaciones para el personal de las distintas
fuerzas nacionales, provinciales y locales, el Gabinete partici-
pa exponiendo sus experiencias y concientiza tanto a la socie-
dad como al personal de las fuerzas de la gravedad del hecho y
sus consecuencias en los niños.
Finalizando, la ponencia se realizaron algunas observacio-
nes de por qué callan los niños cuando sufren un acoso ciber-
nético, siendo uno de los indicadores los siguientes:

41
- Suelen ser Amenazados
- Temor en las consecuencias a sus dichos
- Miedo al rechazo o credibilidad
- Por vergüenza o culpa
- Porque creen que al decirlo van a ser castigados e incom-
prendidos

Cerrando, se dejó algunos consejos para evitar la re-victi-


mización del menor y evitar el ocultamiento de los mismos de
acuso sufrido en línea:

¿Qué hacemos ante un caso de Grooming / Abuso/Explotación


Sexual contra la Infancia?

RESPETAR el DERECHO a SER OÍDO


de los Niños Niñas y Adolescentes

ESCUCHAR sin JUZGAR al NNyA


Generar un contexto de CONFIANZA al NNyA
NO REVICTIMIZAR al NNyA
Respetar la INTIMIDAD al NNyA
Respetar la PRIVACIDAD al NNyA
NO CULPABILIZAR al NNyA
EXPLICAR LA GRAVEDAD DEL HECHO al NNyA
CONCIENTIZAR en la prevención al NNyA
NO BLOQUEAR/BORRAR PRUEBAS: DENUNCIAR

42
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Caracterización de las Víctimas de Violencia de


Género desde la Evaluación Psicológica Forense y
Médico – Legal, Perú, 2016.

Giovana del Pilar Velarde Castro


Directora de la Escuela Peruana de Psicología Jurídica y Forense.
Psicóloga forense del Instituto de Medicina Legal y ciencias Forenses (Perú).
José Luis Colque Casas
Director del Instituto de Especialización en Psicología Forense y Criminología
(IPSIFOC).
Psicólogo forense del Instituto de Medicina Legal y ciencias Forenses (Perú).

Resumen
Objetivo: Conocer las características sociodemográficas,
tipo de lesiones y afectación emocional en las mujeres aten-
didas en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses
de San Juan de Miraflores (Lima Sur - Perú), en los casos de
violencia de género (contra la mujer), durante el período de
Enero a Diciembre del 2016.
Metodología: El Tipo de diseño: es “no experimental” de
tipo Transversal y “exploratorio”. Se utilizó el muestreo proba-
bilístico aleatorio simple, analizándose 130 casos, evaluadas
tanto física como psicológicamente. Se analizaron variables so-
ciodemográficas, médico - legales y psicológicas. Como instru-
mentos, se utilizaron los Certificados de Reconocimientos Mé-
dico Legales, Protocolos de Pericias Psicológicas, y la Base de
Datos del Sistema DICEMEL. Se utilizó la versión 20 del SPSS.

43
Resultados: Se encontró que: en su mayoría son mujeres
de 26 a 40 años, casadas/convivientes y con secundaria com-
pleta; son solicitados más por la Policía Nacional; los presun-
tos agresores (78%) son sus parejas o ex parejas; agredidas
más por Contusiones, predominando de 1 a 10 días de Inca-
pacidad Médico Legal y con signos de Lesiones Traumáticas
Recientes; casi la mitad acudieron a su Reconocimiento Mé-
dico Legal en menos de 24 horas de transcurrido el evento; la
tercera parte de las víctimas señalaron que la causa de la agre-
sión fueron “los celos” seguidos por “consumo de alcohol y/o
drogas de sus parejas”; en la mayoría de los casos en que se en-
contró la presencia de una Dinámica de Violencia Familiar sí
presentaron afectación emocional. Conclusiones: Los tipos
de lesiones no guardan relación con la afectación emocional
encontrada. Así también, en muchos casos en que se acude por
Violencia familiar no se encuentra dicha violencia ni afecta-
ción emocional sino más bien una relación conflictiva de pare-
ja, y con evidencia de ganancias secundarias (ej.: procesos de
tenencia, pensiones alimenticias, causales de divorcios, etc.).

Palabras claves:
Caracterización, Violencia de Género, Psicología forense,
Evaluación Médico – Legal.

Introducción
Según uno de los artículos del libro “La violencia contra las
mujeres: responde el sector Salud”, realizado en el 2003 por la
Organización Panamericana de la Salud y publicado en la Re-
vista Futuros (2005), a medida que pasa el tiempo, son  cada
vez más numerosas las pruebas y mayor la concienciación en-
tre los proveedores de servicios de salud y las personas en-

44
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

cargadas de formular las políticas de los resultados negativos


para la salud causados por la violencia basada en el género,
que ha sido asociada con riesgos y problemas para la salud
reproductiva, enfermedades crónicas, consecuencias psicoló-
gicas, lesiones y la muerte.
En un reporte realizado por el Instituto de Medicina Le-
gal de Huila - Colombia (Diario del Huila, 2011), durante el
2010 en el Huila se registraron 285 homicidios, 3.540 casos
de violencia interpersonal, 2.123 reportes de violencia intrafa-
miliar y 415 casos de violencia sexual, cifras que dejan ver un
panorama preocupante en el Departamento. Se encontró, en
el caso sólo de mujeres, que el 21,61% realizaban ocupaciones
relacionadas con el hogar, el 9,70% eran estudiantes, el 6,09%
eran comerciantes, el 5,06% se desempeñaba como personal
doméstico, entre otros. Sobre la violencia interpersonal, el
Instituto de Medicina Legal para el caso del Huila realizó un
total de 3.540 peritaciones clínico-forenses por violencia in-
terpersonal; cifra que con relación al año anterior presenta un
incremento del 4 %.
En otro estudio descriptivo de Contreras, Arteaga y Latorre
(2004) que se hizo sobre las mujeres que consultan el Institu-
to Nacional de Medicina Legal en Bucaramanga (Colombia), el
cual tuvo como objetivo describir las características sociales y
demográficas de una muestra de mujeres mayores de 14 años
de Bucaramanga, remitidas por lesiones personales a los peri-
tos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Foren-
ses (INML Y CF), durante tres meses del año 2004; con una
muestra de 531 mujeres, se encontró que la mediana de edad
fue de 28 años, 8 años la mediana del nivel educativo (2º año
de secundaria aproximadamente, en nuestro país) y la edad
de la emancipación 17 años. Las mujeres con violencia conyu-

45
gal se diferenciaron del otro grupo, por haber estado casadas
o unidas, por convivir la mayoría en unión libre, por contar
con menor edad, por permanecer como amas de casa, por ser
agredidas por su cónyuge pero también por su ex – cónyuge,
por haber recibido maltrato físico en forma periódica, y por
recibir de 8 a 30 días de incapacidad médico legal, también
por ser evaluadas más tempranamente, llevar mayor tiem-
po de convivencia, tener más hijos, y encontrarse en proceso
de separación conyugal o divorcio. Dicha investigación tuvo
como conclusión que la mayoría de dictámenes forenses por
lesiones no fatales en Bucaramanga, se realizan en mujeres
que denunciaron violencia conyugal.
En un estudio de Velásquez (2004) donde se presenta el re-
porte estadístico de atención en violencia intrafamiliar en el Ser-
vicio Legal Integral Municipal de la ciudad de la Paz (Bolivia),
entre los meses de marzo a agosto del año 2004, el cual tuvo
como objetivo describir la población víctima y las características
de la misma, pero en el que no menciona su muestra ni se ana-
liza a nivel porcentual, se encontró que la violencia se encuentra
orientada generalmente hacia la mujer y es esta la que realiza sus
denuncias, sin embargo en términos de apoyo la mayor parte de
las veces este sólo tiene un carácter orientativo y diagnóstico. El
maltrato no es propiedad de una edad, sino se presenta en todas
las edades sin embargo existe un rango superior entre los 20 y
40 años (511 casos) que es la etapa de mayor convivencia o de
pareja existente. Por otra parte, el alcohol parece un elemento
central de abuso (110 casos). La forma en la que se presenta el
maltrato es diversa y en este sentido probablemente al inicio
la víctima no lo perciba como tal sino cuando este se ha incor-
porado a la rutina diaria y sólo es denunciado cuando el daño
físico es elevado no cuando está en sus inicios.

46
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

La Medicina Legal y Forense siempre ha estado vinculada al


estudio de la violencia en todas sus manifestaciones (Lorente,
2010); de hecho, en sus orígenes, asociados históricamente a
la Constitutio Criminalis Carolina (1532), ya se recogía la par-
ticipación de los médicos en la valoración de las lesiones para
proceder a su justa reparación. Así, por ejemplo, encontramos
clasificaciones según el tipo de lesiones (contusas, incisas, pun-
zantes, etc.), según el tipo de instrumento (por armas blancas,
armas de fuego, agentes físicos, químicos, biológicos), según al-
gunos mecanismos (ahorcamiento, sumersión, precipitación),
según la región anatómica afectada (craneales, torácicas, abdo-
minales), según las consecuencias (mortales, mutilantes) y se-
gún la intencionalidad (homicidas, accidentales, suicidas).
En el estudio sobre La Violencia de Género como causa de
Maltrato Infantil (Sepúlveda, 2006), se reporta que las repercu-
siones que tiene para el desarrollo evolutivo, emocional, cogni-
tivo y social de los menores, el ser testigos de la violencia hacia
sus madres, así como el problema de la transmisión transgene-
racional de los comportamientos violentos. Dentro de las esta-
dísticas de violencia intrafamiliar, el 77% corresponde a violen-
cia en la pareja (del hombre a la mujer), frente a un 8% que se
sitúa la violencia contra menores, y la realizada contra ancianos
u otros convivientes que supone un 15%; así como estimaciones
del Ministerio del Interior, 1/3 del total de los casos de homici-
dio cometidos anualmente tienen como víctima y victimario a
miembros de una misma familia y alrededor de ¼ parte de las
denuncias de delitos y faltas de lesiones presentadas en depen-
dencias policiales se producen en el ámbito familiar. Se conclu-
ye mencionando que uno de los mitos que hay que superar, es
que la Violencia de Género sólo forma parte de los conflictos de
pareja. Está demostrado que el maltrato a la mujer se extiende

47
a sus hijos e hijas, afectando negativamente su bienestar y su
desarrollo, con secuelas a largo plazo; llegando incluso a trans-
mitirse a sucesivas generaciones.
En una revisión realizada por Pacora y Kendall (2006) so-
bre la Violencia contra la mujer en el Perú, encontraron que el
33% de las mujeres que han estado unidas alguna vez, con ran-
gos que fluctúan entre 15% y 52%, han sufrido alguna forma de
violencia física por parte de sus parejas. La Violencia basada en
género representa la mitad de las muertes violentas de muje-
res en el mundo. El feminicidio es la sexta causa de muerte de
mujeres entre 15 y 49 años. Anualmente más de 9000 mujeres
mueren por violencia de sus parejas y 3 millones sufren abuso
físico de parte de sus maridos o novios. El 20% de niñas su-
fre de abusos sexuales, casi siempre de familiares o conocidos.
Entre las mujeres que habían estado embarazadas alguna vez,
el 15% en Lima y 28% en Cusco habían sufrido violencia física
en por lo menos un embarazo. De estas, un tercio en Lima y
más de la mitad en Cusco, habían sido golpeadas con el pie o
con el puño en el abdomen. Se observa un mayor deterioro
de la salud de la mujer violentada cuando el perpetrador es la
pareja, las mujeres que habían sido víctimas de agresión física
por parte de su pareja tenían una probabilidad 2 veces mayor
de afirmar que su salud general era mala en comparación con
las mujeres que nunca habían sido maltratadas.
En otro estudio realizado por Velarde (2009) que tuvo
como propósito describir las características del Perfil psico-
social de una muestra de los usuarios atendidos en el área de
Psicología Forense de la División Médico Legal B Apurímac
en el segundo semestre del 2008, en la Ciudad de Abancay
(Apurímac – Perú), se encontró que las características más
comunes de los usuarios es que son personas 31 a 40 años,

48
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

mujeres, por Violencia Familiar, con Primaria Incompleta,


son estudiantes, forzadas sexualmente, el agresor es la pareja
o ex pareja quienes usualmente no trabajan y están sobrios, y
el 45,3% sufren Violencia Física y Psicológica, concluye que la
violencia Familiar, se da especialmente en mujeres y niños, y
se ha convertido en una auténtica epidemia que desborda los
límites geográficos, culturales, económicos y sociales.
En el estudio realizado por Santa Cruz (2010) en la División
Clínico Forense del Instituto de Medicina Legal del Perú, en
el año 2010, con el objetivo de dimensionar y determinar las
características socio – demográficas de la Violencia familiar
de tipo física contra la mujer, encontró que ser adulta (25 – 60
años), católica, conviviente y/o casada, con secundaria com-
pleta y ama de casa son las variables más frecuentes en las
usuarias de DICLIFOR. Con respecto al agresor, los altos ín-
dices del conviviente (43,3 %) y/o cónyuge (23,3 %) determi-
nan que la violencia familiar sea principalmente violencia de
pareja. El primer pariente por consanguinidad agresor fue el
hermano (a) en el 6,7 % de casos. Las Comisarías (93,71%) si-
guen siendo las instituciones donde más se acude a denunciar
la violencia física y un 46,7 % lo hizo dentro de las 24 horas
de producido el evento. El 87,21% de las mujeres presentaron
lesiones contusas simples, que fueron valoradas con una in-
capacidad médico legal de 01 a 10 días en un 92,45 %, que se
traducen como Falta de lesiones, según el código penal.
Objetivo: Conocer las características sociodemográficas,
tipo de lesiones y afectación emocional de las mujeres vícti-
mas en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de
Lima Sur (Perú), en los casos de violencia de género (contra la
mujer), evaluadas en Psicología forense y en Medicina legal,
durante el período de Enero a Diciembre del 2016.

49
Método
Este trabajo es de carácter Descriptivo. El tipo de diseño
corresponde al “no experimental” de tipo Transversal y “ex-
ploratorio”,
Población Objetivo: Fueron el total de usuarias atendi-
das en el Área de Medicina Legal y Psicología Forense, dentro
del período de muestra.
Tamaño de la Muestra: Se tomó en cuenta al total de
mujeres que fueron atendidas por el servicio médico – legal
y de psicología forense, y que hayan cumplido los criterios de
selección. Se encontraron 130 casos.
Tipo de Muestreo: Se utilizó el muestreo probabilístico
de tipo aleatorio simple.
Variables a estudiar: Se incorporó y analizó las siguien-
tes variables: Variables sociodemográficas, Variables médi-
cos legales, y Variables psicológicas.
Criterios de Inclusión: Denunciantes, víctimas, Sexo feme-
nino, de 06 a 70 años, cualquier estado civil, Violencia ejer-
cida por parte del sexo masculino, durante el año 2016, con
examen médico-legal y psicológico a la misma usuaria.
Criterios de Exclusión: Agresoras, denunciadas, de sexo
masculino, fuera de los meses planteados.
Técnicas de recolección de datos: Se utilizaron las
fuentes documentales, donde se revisaron los certificados y
protocolos de las pericias. Además, se consultó la base de da-
tos de la Institución.
Instrumentos de recolección de datos: Certificados
de reconocimiento médico-legal, protocolos de pericias psico-
lógicas, y la base de datos del Instituto de Medicina Legal y
Ciencias Forenses.

50
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Análisis estadístico: Se utilizó principalmente la esta-


dística descriptiva y el Programa Estadístico para las Ciencias
Sociales (SPSS: V. 20).

Resultados
Se encontró que: en su mayoría son mujeres de 26 a 40 años,
casadas/convivientes y con secundaria completa; son solicita-
dos más por la Policía Nacional; los presuntos agresores (78%)
son sus parejas o ex parejas; agredidas más por Contusiones,
predominando de 1 a 10 días de Incapacidad Médico Legal y
con signos de Lesiones Traumáticas Recientes; casi la mitad
acudieron a su evaluación en menos de 24 horas de transcu-
rrido el evento. De los casos de violencia de género, la tercera
parte estaba inmersa dentro de violencia familiar, la tercera
parte de las víctimas señalaron que las causas de la agresión
fueron “los celos” seguidos por “consumo de alcohol y/o dro-
gas de sus parejas”; y en la mayoría de los casos con Violencia
Familiar las mujeres sí presentaron “afectación emocional”.

Tabla 1. Edad
EDAD Frecuencia Porcentaje (%)
De 6 a 11 años 2 1.5

De 12 a 17 años 6 4.6

De 18 a 25 años 18 13.8

De 26 a 40 años 68 52.3

De 41 a 60 años 32 24.6

De 61 a más años 4 3.1

TOTAL 130 100

51
En la Tabla Nº 1, referida al rango de Edad de mayor inci-
dencia, podemos apreciar que es la comprendida “de 26 a 40
años” con 52,3%, a ésta le sigue la edad comprendida “de 41
a 60 años” con 24,6%, y a ésta, a su vez le sigue la edad com-
prendida “de 18 a 25 años” con un 13,8%. La edad de menor
incidencia es la edad comprendida de 6 a 11 años con un 1,5%.

Tabla 2. Estado civil


ESTADO CIVIL Frecuencia Porcentaje
Soltero 20 15.4
Casado 34 26.2
Viuda 2 1.5
Separada 2 1.5
Conviviente 38 29.2
Ex-conviviente 32 24.6
No refiere 2 1.5

En la Tabla Nº 2, referida al Estado Civil, se encuentra que el


29,2% fueron “convivientes”, seguida con el 26,2 % quienes eran
“casados”, y si sumamos ambos, para referirnos a aquellas que
tienen una “vida en pareja” encontramos que suman un 55,4%.

Tabla 4. Grado de Instrucción


GRADO DE INSTRUCCIÓN Frecuencia Porcentaje
Iletrado 2 1.5
Primaria Incompleta 14 10.8
Primaria Completa 10 7.7
Secundaria Incompleta 22 16.9
Secundaria completa 46 35.4
Superior incompleto 24 18.5
Superior completa 12 9.2
52
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

En la Tabla Nº 4, referida al Grado de Instrucción de las


usuarias, se halló que la tercera parte de la muestra (35,4%)
contaban con “Secundaria Completa”, y a esto le siguen las
que tenían “estudios Superiores Incompletos” con un 18,5%,
seguido muy cerca de las que tenían “estudios secundarios in-
completos” con un 16,9%.

Tabla 5. Entidad Solicitante (lugares en donde denuncian)


LUGARES EN DONDE
Frecuencia Porcentaje
DENUNCIAN
Policía Nacional del Perú 98 75.4
Ministerio Público 28 21.5
Poder Judicial 4 3.1
Otros 0 0.0

En la Tabla Nº 5, referida a los lugares en donde denuncian, ob-


servamos que el 75,4% fueron solicitadas por la “Policía Nacional”,
seguidas con el 21,5 % por el “Ministerio Público (Fiscalías)”.

Tabla 6. Presunto Agresor


AGRESOR Frecuencia Porcentaje
Cónyuge 30 23.1
Conviviente 42 32.3
Ex conviviente o Ex cónyuge 30 23.1
Descendiente 6 4.6
Hermano 2 1.5
Padrastro 2 1.5
Vecino 2 1.5
Otros 16 12.3

53
En la Tabla Nº 6, referida al Presunto Agresor, se encontró
que el 32,3% fueron sus “convivientes”, seguida con el 23,1 %
quienes eran sus “cónyuges”; y si sumamos ambos (cónyuges
más convivientes), encontramos que el 55,4% fueron sus “pa-
rejas actuales”; y en un 23,1% fueron sus “ex – parejas”.

LESIONES
Tabla 8. Agente causante
AGENTE CAUSANTE Frecuencia Porcentaje
Contusiones 96 73.8
Arma blanca 2 1.5
No presenta Lesiones
32 24.6
Traumáticas Recientes (LTR)

En la Tabla Nº 8, referida al Agente causante de la agresión


física por el cual se produjo la lesión, se halló que el 73,8%
fueron ocasionados por “Contusiones” y el 1,5% por “arma
blanca”, cabe considerar que el 24,6% de las evaluadas “no”
presentaron Lesiones Traumáticas Recientes (LTR).

Tabla 9. Días de Incapacidad Médico Legal


INCAPACIDAD MÉDICO –
Frecuencia Porcentaje
LEGAL
De 1 a 10 días 94 72.3
De 11 a 29 días 4 3.1
No requiere de incapacidad 32 24.6

En la Tabla Nº 9, referida a los días de Incapacidad Médico Le-


gal se observa que el 72,3% de las evaluadas obtuvieron “de 1 a 10
días” de incapacidad y el 3,1% obtuvo “de 11 a 29 días” de incapaci-
dad, mientras que el 24,6% “no” requirió de días de incapacidad.

54
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Tabla 10. Presencia de signos de Lesiones Traumáticas


Recientes (LTR)
PRESENTA SIGNOS DE
LESIONES TRAUMÁTICAS Frecuencia Porcentaje
RECIENTES (LTR)
Si 100 76.9
No 30 23.1

En la Tabla Nº 10, referida a la presencia de signos de Le-


siones Traumáticas Recientes (LTR) al momento de la evalua-
ción, se encontró que el 76,9% “sí” presentó lesiones mientras
que el 23,1% “no” los presentó.

Tabla 11. Número de veces de Reconocimientos Médico


Legales (RML)
NUMERO DE VECES DE
Frecuencia Porcentaje
RML
De 1 a 2 veces 114 87.7
De 3 a 4 veces 6 4.6
Más de 4 veces 10 7.7

En la Tabla Nº 11, referida al número de veces de Recono-


cimientos Médico Legales (RML), observamos que el 87,7%
acudió por “primera o segunda vez”, el 7,7% “más de 4 veces”
y el 4,6% “de 3 a 4 veces”.

55
Tabla 12. Tiempo transcurrido del evento al Reconoci-
miento Médico Legal (RML)
TIEMPO TRANSCURRIDO
Frecuencia Porcentaje
DEL EVENTO AL RML
Menos de 24 horas 52 40.0
De 24 a 48 horas 26 20.0
De 48 a 72 horas 20 15.4
De 4 a 10 días 18 13.8
Más de 10 días 14 10.8

En la Tabla Nº 12, referida al tiempo transcurrido del even-


to al Reconocimiento Médico Legal (RML), se encontró que
casi la mitad (40,0%) acudió “en menos de 24 horas”, un 20%
acuden después “de 24 a 48 horas”, y un 15,4% después “de 48
a 72 horas”.

AFECTACION EMOCIONAL

Tabla 13. Presencia de Afectación Emocional


PRESENCIA DE Porcentaje
Frecuencia
AFECTACIÓN EMOCIONAL (%)
Si 66 51
No 64 49
Total 130 100.0

En la Tabla Nº 13, referida a la presencia de afectación emo-


cional al momento de la evaluación ante los hechos denuncia-
dos, se halló que el 51% “sí” presentó afectación, mientras que
el 49% “no” presentó afectación.

56
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Tabla 14. Número de veces de Pericia Psicológica


NÚMERO DE PERICIAS
Frecuencia Porcentaje
PSICOLÓGICAS
De 2 a 3 veces 46 35.4
De 4 a 6 veces 4 3.1
1 vez 80 61.5

En la Tabla Nº 14, referida al número de veces que acudie-


ron las evaluadas a la Pericia Psicológica, encontramos que el
61,5% asistió por “primera vez” a esta pericia, sin embargo la
tercera parte (35,4%) acudieron por “segunda” o “tercera vez”.

Tabla 15. Dinámica de Violencia Familiar


DINÁMICA DE VIOLENCIA
Frecuencia Porcentaje
FAMILIAR
Si 38 29.2
No 92 70.8

En la Tabla Nº 15, referida a la Dinámica de Violencia familiar


encontrada, se halló que más de la mitad (70,8%) “no” presen-
taron esta dinámica de violencia (aquí están incluidas las eva-
luaciones por violencia sexual o denuncias por conflictos que no
llegan a ser violencia), mientras que el 29,2% “sí” la presentaron.

Tabla 17. Tipo de Violencia denunciada


TIPO DE VIOLENCIA
Frecuencia Porcentaje
DENUNCIADA
Física 64 49.2
Psicológica 14 10.8
Sexual 14 10.8
Físico y Psicológico 22 16.9

57
Físico, Psicológico y Sexual 4 3.1
Físico y sexual 2 1.5
Sin violencia 10 7.7

En la Tabla Nº 17, referida al tipo de violencia denunciada,


se encontró que la mitad de las evaluadas (49,2%) acudieron
sólo por denuncia de “Violencia Física”, el 10,8% sólo por de-
nuncia de “Violencia Psicológica”, y un porcentaje igual sólo
por denuncia de “Violencia Sexual”. El 16,9% acudieron de-
nunciando “Violencia Física y Psicológica” a la misma vez, y
sólo el 3,1% denunciaron “Violencia Física, Psicológica y Se-
xual” al mismo tiempo.

Tabla 18. Causas de la Agresión o Violencia


CAUSAS DE LA AGRESIÓN O
Frecuencia Porcentaje
VIOLENCIA
Celos 42 32.3
Infidelidad 6 4.6
Modelo de violencia familiar en la
2 1.5
infancia
Factores socio-culturales 22 16.9
Factores económicos 12 9.2
Consumo de alcohol u otras drogas 16 12.3
Exposición a situaciones peligrosas 4 3.1
Desprotección y/o descuido de los padres 6 4.6
Abuso de poder o de la situación 2 1.5
Discapacidad Física o mental de la
4 3.1
victima
No refiere 2 1.5
Conflicto de pareja 8 6.2
Tenencia/custodia/régimen de visitas 4 3.1

58
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

En la Tabla Nº 18, referida a las causas de la agresión o vio-


lencia, se observa que la tercera parte de las evaluadas (32,3%)
revelaron que la causa que originaba la violencia eran “los ce-
los” de sus parejas, esto seguido por el 16,9% quienes reve-
laron que fueron por factores socio – culturales (machismo,
tolerancia a la violencia, cotidianeidad de la violencia, cultura
permisiva de la violencia, etc.).

LESIONES Y AFECTACION EMOCIONAL

Tabla 19. Dinámica de Violencia Familiar y Afectación


Emocional
DINÁMICA
DE PRESENCIA DE AFECTACIÓN EMOCIONAL
VIOLENCIA Si No TOTAL
FAMILIAR Frecuencia % Frecuencia %
Si 32 25.0 89% 4 3 11% 100%
No 14 9.4 13% 80 62.5 87% 100%

En la Tabla Nº 19, referida a la relación encontrada entre


la Dinámica de Violencia Familiar y la Afectación emocional,
se encontró que en su mayoría (25,0%) de las que “sí” pre-
sentaron afectación emocional “sí” estaban inmersas en una
dinámica de Violencia Familiar. Asimismo, el 62,5% de las que
“no” presentaron afectación emocional “no” presentaron una
dinámica de Violencia Familiar.

59
Tabla 20. Signos de Lesiones Traumáticas Recientes
(LTR) y Presencia de Afectación Emocional
SIGNOS DE PRESENCIA DE AFECTACION EMOCIONAL
LESIONES
Si No
TRAUMA-
TICAS Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje TOTAL
RECIENTES
Si 32 24.6 68 52.3 76,9
No 14 10.8 16 12.3 23,1
Total 46 35.4 84 64.6 100

En la Tabla Nº 20, referida a los signos de Lesiones Trau-


máticas Recientes (LTR) en relación con la presencia de Afec-
tación Emocional, encontramos que el 24,6% de las que “sí”
presentaron afectación emocional también presentaron sig-
nos de LTR. Asimismo, el 52,3% de las que “no” presentaron
afectación emocional también presentaron signos de LTR, de-
mostrando que “no” hay una relación directa entre la presen-
cia de signos de LTR y Afectación emocional.

Tabla 21.Tipo de violencia y Afectación Emocional


PRESENCIA DE AFECTACIÓN
TIPO DE EMOCIONAL
VIOLENCIA
Si No
DENUNCIADA
Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Física 4 3.1 60 46.2
Psicológica 10 7.7 4 3.1
Sexual 8 6.2 6 4.6
Física y Psicológica 20 15.4 2 1.5
Física, Psicológica 4 3.1 0 0.0
y Sexual
Física y Sexual 0 0.0 2 1.5
Sin Violencia 0 0.0 10 7.7

60
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

En la Tabla Nº 21, referida al tipo de Violencia denuncia-


da en relación con la presencia de Afectación Emocional, en-
contramos que el 15,4% de las que “sí” presentaron afectación
emocional fueron las que denunciaron y fueron evaluadas por
“Violencia Física y Psicológica” a la vez. Asimismo, el 46,2% de
las que “no” presentaron afectación emocional fueron las que
denunciaron sólo “Violencia Física”.

Tabla 24. Tiempo transcurrido del evento al Reconoci-


miento Médico Legal (RML) y Afectación Emocional

TIEMPO PRESENCIA DE AFECTACIÓN


TRANSCURRIDO EMOCIONAL
DEL EVENTO AL Si No
RML Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Menos de 24 horas 16 12.5 34 26.6
De 24 a 48 horas 4 3.1 22 17.2
De 48 a 72 horas 10 7.8 10 7.8
De 4 a 10 días 6 4.7 12 9.4
Más de 10 días 8 6.3 6 4.7

En la Tabla Nº 24, referida al Reconocimiento Médico Le-


gal (RML) en relación con la Afectación emocional, se halló
que en los casos en que “sí” presentaron afectación emocional
la mayoría (12,5%) acudieron a su RML “en menos de 24 ho-
ras”, y en las que “no” presentaron afectación emocional obtu-
vieron el mismo resultado (26,6%).

61
Tabla 26. Número de veces de Pericia Psicológica y Pre-
sencia de Afectación Emocional
NUMERO PRESENCIA DE AFECTACION EMOCIONAL
DE VECES Si No TOTAL
DE PERICIA
PSICOLOGICA N % N % N %

De 2 a 3 veces 12 9.2 32 24.6 44 33.8


De 4 a 6 veces 2 1.5 2 1.5 4 3.0
1 vez 32 24.6 50 38.5 82 63.1
Total 46 35.4 84 64.6 130 100

En la Tabla Nº 26, referida al número de veces de Pericia


psicológica en relación con la afectación emocional, se halló
que la mayoría (24,6%) de los que “sí” presentaron afectación
emocional acudieron por “primera vez”; mientras que el 38,5%
las que “no” presentaron afectación emocional, en su mayoría
también acudieron por “primera vez”.

Conclusiones
Se encontró que las víctimas que denunciaron y presentaron
lesiones físicas, estos no guardaron relación con la afectación
emocional encontrada. Así también, en muchos casos en que se
acudió por violencia familiar no se encontró dicha violencia ni
afectación emocional sino más bien una relación conflictiva de
pareja, y con evidencia de ganancias secundarias (ej.: procesos
de tenencia, pensiones alimenticias, causales de divorcios, etc.).

CARACTERÍSTICAS ENCONTRADAS EN LAS VÍC-


TIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO:
 Las usuarias atendidas por Violencia de Género, en su ma-
yoría son de 26 a 40 años de edad (52,3%), casadas o convi-
vientes (55,4%) y con secundaria completa (35,4%).
62
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

 Los exámenes solicitados en su gran mayoría son solicita-


dos por la Policía Nacional, con un 75,4%.
 Los presuntos agresores son las parejas (55,4%) o ex – pa-
rejas (23,1%), haciendo un total de 78,4% si contamos a las
víctimas de Violencia de Género agredidas por sus parejas
o ex – parejas.
 En cuanto a las lesiones, se encontró que el 73,8% fueron
agredidas por CONTUSIONES, predominando de 1 a 10
días de Incapacidad Médico Legal con un 72,3%, y con sig-
nos de Lesiones Traumáticas Recientes (LTR) en un 76,9%.
 Casi el total de víctimas acudieron por primera y segunda
vez con un 87,7% y casi la mitad acudieron a su Recono-
cimiento Médico Legal (RML) en menos de 24 horas de
transcurrido el evento (40%).
 En cuanto a sus pericias psicológicas, más de la mitad acu-
dieron por primera vez a su pericia (61,5%).
 De los casos evaluados por Violencia de Género, el 29,2%
presentó una Dinámica de Violencia Familiar y el 63,1%
una dinámica de conflicto.
 La mitad de las usuarias denunció Violencia Física (49,2%),
y un 16,9% presentó Violencia Física y Psicológica al mismo
tiempo.
 La tercera parte (32,3%) de las víctimas señalaron que las
causas de las agresiones fueron “los celos de sus parejas”,
seguidos por los factores socioculturales (16,9%).
 En la mayoría de los casos (89%) en que se encontró la pre-
sencia de una Dinámica de Violencia Familiar presentaron
Afectación Emocional asociado a esto.
 Más de la mitad de las evaluadas (52,3%) que presentaron
signos de Lesiones Traumáticas Recientes (LTR), no pre-
sentaron Afectación Emocional.

63
 Las víctimas que presentaron Violencia Física y Psicológi-
ca al mismo tiempo “sí” presentaron Afectación Emocional,
sin embargo, las que sólo presentaron Violencia Física “no”
presentaron afectación emocional.
 Las víctimas que presentaron de 1 a 10 días de Incapacidad
Médico Legal no presentaron afectación emocional.
 Cuando la violencia era ejercida por motivos de celos de sus
parejas, “sí” se encontró afectación emocional, sin embar-
go, cuando fueron por factores socio – culturales no presen-
taron afectación emocional.
 En la mitad de las víctimas (52,3%) no se encontró afecta-
ción emocional cuando el agresor fue su pareja o ex – pareja
(cónyuge o conviviente), mientras que un 26,2% sí presentó
afectación emocional.

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66
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Violencia contra la pareja, la posible utilidad


técnica del seguimiento previsto en art. 34 de la
Ley 25486

Bottino Mirian Elizabeth


Lic. en Psicología. Poder Judicial de la Provincia de San Luis

Introducción
Por muchas razones la violencia contra la pareja se ha con-
vertido en el foco de atención de servicios médicos-sanitarios,
jurídicos, policiales y sociales Por múltiples razones médico-
sanitarias, ético-jurídicas, policiales y sociales. Los asesinatos
de pareja, la violencia física y sexual, las formas graves y cróni-
cas de la violencia psicológica, así como una variada combina-
ción de malos tratos y abusos, componen este fenómeno que
reunimos bajo la etiqueta de violencia contra la pareja.
Durante las VIII Jornadas de Violencia de Género y Delitos
Conexos organizadas por el Ministerio Público Fiscal, el Con-
sejo de Procuradores, Fiscales, Defensores y Asesores Grales.
y el Consejo Federal de Política Criminal (Abril 2019, Men-
doza), los oradores insistieron sobre la importancia de avan-
zar en la sistematización de las tareas de evaluar el riesgo de
violencia, planificar y monitorear la intervención destinada a
prevenir su reiteración. Similar preocupación aparece en las
publicaciones más actuales, la mayor parte las encontramos
en revistas científicas internacionales y disponibles en forma-

67
to digital, allí recomiendan la supervisión, el análisis de los
resultados y la valoración de propuestas de modificación di-
rigidas a la mejora del instrumento y de la seguridad de las
víctimas.
En contexto forense, la predicción del riesgo es requerida
por parte del juzgador, como apoyo científico para la gestión
del potencial riesgo referidas a la supervisión y control del
agresor (imposición de penas y/o medidas de seguridad y mo-
nitorización en fase de ejecución de sentencia) como a la adop-
ción de medidas de protección sobre la víctima.
En el caso de la violencia de pareja, víctima y victimario es-
tán identificados, lo que pareciera facilitar la predicción. No
obstante, los complejos lazos afectivos intrínsecos a las per-
sonas implicadas en las relaciones de pareja1, además de las
múltiples formas que adopta la violencia ejercida, hacen de su
reiteración una posibilidad fluctuante delicada para su siste-
matización o medición (Andrés-Pueyo, 2009; Andrés-Pueyo
y Redondo, 2007), y se hace necesaria la inversión de nume-
rosos esfuerzos de investigación para llegar al comprender el
problema.

Problema
El conocimiento de la técnica de la valoración del riesgo,
para la predicción de la violencia, nos dice que nunca podre-
mos saber si una persona realizará un determinado acto vio-
lento en el futuro sólo podremos estimar la probabilidad de

1- Valoración psicológica del riesgo de violencia: alcance y limitaciones para su uso


en el contexto forense. José Manuel Muñoz Vicente - Tribunal Superior de Justicia
de la Comunidad de Madrid, España y Juan José López-Ossorio- Unidad Central
de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), Policía Nacional, España. Anuario de
Psicología Jurídica 26 (2016) 130-40 - Vol. 26 Núm.1
68
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

que, en determinadas ocasiones y condiciones (en un entorno


familiar, escolar, etc.) y para un intervalo temporal limitado
(semanas o meses) aparezca un acto violento. Por lo tanto, la
predicción de la violencia se transforma en una valoración del
riesgo relativo de que suceda un comportamiento violento por
parte de una persona en un entorno determinado y por un pe-
riodo temporal más o menos preciso (Andrés Pueyo, Lopez &
Alvarez, 2008)
Para la predicción del riesgo de violencia contra la pareja
han sido más escasos, los avances en el desarrollo de herra-
mientas siempre comparado con el grupo destinado a violen-
cia general o reincidencia delictiva (Kropp y Hart, 2004). Tie-
nen poco recorrido en el tiempo (Hilton, Harris y Rice, 2001),
más aún en el caso de los diseñados y adaptados en países de
habla hispana, tal es el caso del EPV-R en España (ver Eche-
burúa, Amor, Loinaz y Corral, 2010).
Algunas voces del mundo jurídico y de la propia comuni-
dad profesional observan con inquietud lo que consideran que
atentan contra la presunción de inocencia y el principio del
libre albedrío (Hernández, 2010; Martínez, 2014). Sus argu-
mentos apuntan a las consecuencias derivadas de los errores
predictivos—falsos positivos: restricción de derechos y liber-
tades y estigmatización de los enjuiciados; falsos negativos:
riesgo de revictimización para los denunciantes— obligan a los
peritos psicólogos a afrontar este reto desde la máxima riguro-
sidad científica.
Las evaluaciones de riesgo de violencia llevadas a cabo en
el Poder Judicial de la Provincia de San Luis hasta ahora se
realizan con limitaciones respecto de las fuentes de informa-
ción, esto es, a partir del autoinforme de la potencial víctima.
Ello obedece a la simple razón que la evaluación está tempo-

69
ralmente asociada a la interposición de denuncia por violencia
familiar ante al funcionario judicial (abogado) para munir al
juez de un diagnóstico de riesgo en un término de 24hs y sus-
tentar la urgente determinación de medidas de protección. Se
produce mediante la entrevista semiestructurada e interdisci-
plinaria (psicólogo y trabajador social) con la víctima, siguien-
do un cuestionario ad hoc para la recolectar información so-
bre la presencia de una amplia lista de factores de riesgo y de
protección2, a la que se le adiciona lo obtenido de la búsqueda
de antecedentes judiciales previos que estuvieran disponibles
al momento, en general, no con cierta escasez, condición pro-
pia de confidencialidad de las actuaciones judiciales.
En general muchos estudios epidemiológicos de violencia
contra la pareja utilizan cuestionarios construidos “ad hoc” sin
una calidad contrastada por lo que sus resultados pueden es-
tar influenciados por un nivel considerable de error 3.
En este tipo procedimiento, basado en la historia clínica o
en la entrevista y los test y fundamentado mayoritariamente
en diagnósticos psiquiátricos, se toma una decisión (juicio clí-
nico o predicción) con arreglo a la información obtenida por el
evaluador siguiendo el procedimiento propio de la clínica. Aun
siendo el más frecuente, recibe las críticas que plantean que

2- para la confección del elenco de factores se tuvieron en cuenta las escalas


EPV-R, SARA, ODARA, DA, B-SAFER, RVD- BCN, y la Guia de Buenas
Prácticas para la evaluación psicológica forense del riesgo de violencia
contra la mujer en las relaciones de pareja. Colegio Oficial de Psicólogos
de Madrid España

3- A. Andrés Pueyo, S. López, y E. Álvarez “VALORACIÓN DEL RIESGO


DE VIOLENCIA CONTRA LA PAREJA POR MEDIO DE LA SARA”
Papeles del Psicólogo, 2008. Vol. 29(1), pp. 107-122
70
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

no sigue normas fijas o estables, y que las decisiones se ponde-


ran a juicio discrecional del evaluador. Para los sostenedores
de esta posición, la estrategia clínica presenta una fiabilidad
interjueces baja y agregan, una fundamentación teórica débil.
Se presupone —con mucha frecuencia erróneamente— que
todas las carreras violentas son estáticas, no modificables, y
que las personas violentas están destinadas a comportarse de
ese modo. En cualquier caso, con este procedimiento es muy
difícil reconstruir el proceso de toma de decisiones, en el caso
de que se desee revisarlo (Elbogen, Calkins, Scalora y Tom-
kins, 2002; Maden, 2007). Materia interesante de polémica,
puesto que los señalados como sesgos pueden ser reducidos
encargando la evaluación a profesionales experimentados y
formados en violencia familiar y con perspectiva de género.
Lo que en esa polémica queda un tanto desatendido es que el
enfoque clínico tal vez tienda a dar mayor importancia al perfil
psicopatológico como explicación de la violencia, y hallarnos
limitados cuando la casuística no confirma trastornos psico-
patológicos en quien ejerce violencia.
Haciendo foco en la faceta pronóstica de los diagnósticos de
riesgo, hace pocos años algunos ajustes metodológicos en las
investigaciones permitieron demostrar que el método clínico
presenta una habilidad predictiva mejor que el azar, aunque
modesta y parcialmente basada en claves incorrectas (Dolan
& Doyle, 2000; Monahan & Steadman, 1994; Mossman, 1994;
Lidz, Mulvey & Gardner, 1993).
Para este trabajo nos interesan los posibles niveles de acier-
to, como mecánica previa y orientativa de la búsqueda de pro-
cedimientos que mejoren la consistencia de las decisiones pro-
nósticas y secundariamente a la transparencia de los procesos
que los profesionales realizan para decidir sus pronósticos y

71
predicciones (Kropp et al, 1995). Se le podrían adicionar otras
futuras utilidades, por ejemplo: aumentar el rigor de las deci-
siones, la protección de los bienes y la seguridad de las víctimas
y agresores, la gestión de la seguridad y la prevención de la vio-
lencia contra la pareja. Como es lógico una estimación reiterada
y una gestión adecuada del riesgo es la secuencia más apropia-
da para la prevención individualizada de la violencia (Dutton y
Kropp, 2000). En el único caso donde este optimismo es más
limitado es en la predicción del asesinato de la pareja ya que su
escasa prevalencia hace difícil una predicción eficaz.
El sistema de evaluación de riesgo se compone de varias
etapas, cada con sus procedimientos, en la práctica judicial
cotidiana la capacidad predictiva es un tema algo descuidado
o desatendido, o por lo menos es muy escaso en las comunica-
ciones profesionales.
A su vez, confluye con el Seguimiento previsto por el Art 34
de la Ley N°26.485 de Protección Integral de La Mujer, que reza
“Durante el trámite de la causa, por el tiempo que se juzgue ade-
cuado, el/la juez/a deberá controlar la eficacia de las medidas
y decisiones adoptadas, ya sea a través de la comparecencia de
las partes al tribunal, con la frecuencia que se ordene, y/o me-
diante la intervención del equipo interdisciplinario, quienes ela-
borarán informes periódicos acerca de la situación”4.

4- Se impone a la autoridad judicial el deber de seguimiento, disposición


innovadora de la ley. Enuncia algunos de los modos que pueden elegirse
para hacerlo, sin perjuicio de cualquier otro que estime adecuado el
magistrado interviniente. La falta de seguimiento de las medidas adoptadas
es además un modo de incumplimiento por omisión de las obligaciones del
Estado hacia las víctimas, que encuadra en una violencia institucional.

72
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Entonces, con miras a intentar un método que sistemati-


ce los datos hemos de utilizar un versión abreviada del pro-
cedimiento metodológico que podemos intentar siguiendo el
“Manual de evaluación del riesgo de violencia: Metodología y
ámbitos de aplicación” (Ed. Pirámide, 2017) cuyo autor es Dr.
Ismael Loinaz Calvo perteneciente al Grupo de Estudios Avan-
zados en Violencia GEAV, Universidad de Barcelona España,
que servirá funcionalmente como modalidad de corrección y
feedback de los propios procesos e instrumentos.

Método
El presente estudio tiene por objeto realizar una aproxima-
ción exploratoria sobre la eficacia predictiva de los diagnósti-
cos de riesgo basados en el autoreporte de la potencial víctima.
La eficacia o capacidad predictiva viene definida como la ex-
presión numérica del total de clasificaciones correctas de una
predicción, es decir, el total de aciertos, verdaderos positivos y
verdaderos negativos (Loinaz, 2017). Surge de la combinación
de la predicción (riesgo estimado) con el resultado real, la re-
incidencia. El cálculo de los falsos positivos y los falsos nega-
tivos está fundamentado en decisiones dicotómicas, algo que
en muchos no es coherente ni con las herramientas aplicadas
(que estiman el riesgo en 3 categorías y no en dos) ni con el
resultado de la conducta humana (Loinaz, 2017). La decisión
metodológica es agrupar los niveles de riesgo bajo y modera-
do bajo la categoría estimación negativa, de no reincidencia, y
por la afirmativa (positiva) el nivel alto.
El resultado objetivo que se suele utilizar en las investiga-
ciones es la reincidencia oficial, vale decir, si el presunto agre-
sor ha reincidido, si se le ha detenido o condenado. Sin embar-
go, el resultado que puede estar disponible suele ser mucho

73
más heterogéneo, por ejemplo si podemos contar con el auto-
informe del presunto agresor, el autoinforme de la víctima o
de un registro oficial (Loinaz, 2017). Respecto de la reinciden-
cia violenta, que es el alcance que aplicaremos en esta oportu-
nidad, interesa si ha producido una nueva agresión entre las
personas del binomio denunciante-denunciado, es decir, el
resultado real con independencia del veredicto final. Tal como
lo usaremos aquí no abarca ni implica reincidencia delictiva.

Muestra
Se han seleccionado los casos de violencia de pareja eva-
luados por el Departamento Interdisciplinario de Riesgo de
la Primera Circunscripción Judicial de San Luis correspon-
dientes al trimestre que abarca diciembre de 2018 a febrero de
2019 con los cuales interesaba computar la reincidencia vio-
lenta a partir de información contrastada por medio de la do-
ble consulta de fuentes. El total de las evaluaciones efectuadas
en ese periodo alcanza a 92, de este cantidad el 65 % (60 ca-
sos) corresponden violencia en el ámbito de la pareja, es decir,
han denunciado sufrir violencia por parte de aquella persona
con la que mantiene o ha mantenido una relación de pare-
ja. Así la muestra inicial estuvo compuesta por 60 exptes. que
corresponden a 60 personas pero la muestra definitiva quedó
conformada por 44 casos, se han excluido 16 casos en los que
no se pudo obtener el contacto telefónico con la víctima luego
de tres intentos, impidiendo contrastar el dato oficial sobre la
producción de nuevos episodios de violencia.

Procedimiento
Cada uno de los casos está compuesto por un expte que
contiene la denuncia y la evaluación de riesgo, identificados

74
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

numéricamente, el cual fue revisado una vez vencido el inter-


valo temporal de 3 meses. Para el presente estudio fue acce-
sible contar con dos fuentes de datos, el primero proviene del
expte. judicial (dato oficial) y la segunda, el autoinforme de
la víctima., directamente con esta o a través de un informan-
te colateral, familiar o persona de confianza, previa consulta
sobre si accede a responder a la encuesta sobre su situación
con posterioridad a la denuncia judicial. Esto nos permite,
a los fines investigativos, disminuir sesgos, especialmente los
provenientes del desgaste de las víctimas durante el proceso
judicial y la representatividad o confiabilidad de cifra oficial.
Se computa en sentido positivo la reincidencia cuando en
alguna de las dos fuentes surja el dato de una agresión nueva
contra la pareja, vale decir si hay nueva denuncia o comuni-
cado tal evento dentro del expte, o la circunstancia inversa,
que del expte. haya testimonio de otros eventos violentos y la
víctima responda en sentido contrario.
La forma habitual de presentar los resultados sobre predic-
ción de eventos es mediante tablas de contingencia 2x2 (An-
drés Pueyo, 2009; Constanzo y Krauss, 2012). Una fila de la
tabla corresponde a la valoración efectuada, estimamos que
existe un riesgo elevado de que el individuo vuelva a agredir?
La otra columna se compone con lo que realmente ha ocurri-
do, es decir, con el resultado real.
Se determinan entonces verdaderos positivos, verdaderos
negativos, falsos positivos y falsos negativos. Los Verdade-
ros Positivos corresponden a los aciertos relacionados con
la ocurrencia del evento (estimar que un individuo reincidirá
y confirmar que finalmente lo hace); los Verdaderos Nega-
tivos se tratan de aciertos relacionados con la no ocurrencia
del evento (estimar que un individuo no reincidirá y confirmar

75
que finalmente no lo hace. El Falso Positivo (error Tipo I o
Alfa) consiste en atribuir un resultado positivo (ya sea riesgo
alto/reincidencia) a una persona que finalmente no actúa en
la dirección predicha. El falso negativo (error Tipo II o beta)
se computará cuando hemos atribuido un resultado negativo
(riesgo bajo/ no reincidencia) a una persona que finalmente
se comporta volviendo a agredir y violentar. Para Loinaz, en
el ámbito de la evaluación de riesgo los tipos de errores más
relevantes son el Tipo I o alfa y el Tipo II o beta.
Posteriormente se procede al cálculo de la sensibilidad5, es-
pecificidad6 y eficacia diagnóstica o capacidad predictiva. Se
agrega el valor predictivo positivo y el valor predictivo negati-
vo para la muestra en estudio.
Análisis de los datos y resultados
Se han procesado los datos de la muestra con las variables
género (91% mujeres), edad promedio (35 años), condición la-
boral (23% subsidio social, 18% desempleado, 16% dependen-
cia sector privado y 16% autónomo, 11% ama de casa). Otras
variables son relativas a la unión de pareja al momento de la
denuncia: hijos con el denunciado(77%), estado de la relación
(vigente 20% y finalizada 80%), tipos de violencia (psicológica
100%, física (43%, patrimonial 16%, sexual 9%), judicializa-
ción previa (39%), cronicidad (59%), nivel de riesgo asignado
(bajo 45%, medio 34%, alto 20%), medidas judiciales (exclu-

5- también llamada fracción de verdaderos positivos, entendiendo que


una herramienta en sensible cuando es capaz de detectar correctamente
aquellos caos que sì cumplen con el criterio resultado, es decir, haber
vuelto a agredir (Loinaz, 2017).
6- también llamada fracción de verdaderos negativos y se significa que una
herramienta específica cuando es capaz de diferenciar aquellos casos que no
cumplen con el criterio, es decir, no vuelven a agredir (Loinaz, 2017)
76
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

sión del hogar, restricción de acercamiento, reintegro al ho-


gar, restitución de pertenencias, cese de los actos, otras como
tratamientos, pericias, audiencias, etc.).
En la muestra predominan claramente las relaciones fina-
lizadas (80 % o 35 son ex pareja) o que han iniciado la sepa-
ración al momento de acudir a la intervención judicial. Vale
decir, que 8 de cada 10 denuncias se asocian con personas que
están iniciando la ruptura o ya se han separado de quien ejerce
violencia. Cuando fueron entrevistadas telefónicamente el 77
% indicó que no retomó la relación de pareja. Un 18% convivía
con quien había denunciado al momento del inicio del proce-
so judicial. Similar tendencia hallamos en una estudio previo7
efectuado con una muestra de mujeres jóvenes, de hasta 24
años, de toda la provincia. En ese momento entendimos que
el factor juventud tenía una función de empuje hacia nuevos
proyectos, mayor penetración de las campañas de concientiza-
ción la motivación para procurarse ingresos propios mediante
el estudio y salida laboral, también advertimos que el apoyo
familiar había aumentado como respaldo de la iniciativa de la
víctima de abandonar su pareja.
El 43% de los denunciados como agresores registraban
al menos una antecedente policial o judicial, excluyendo los
asuntos derivados de la denuncia actual, un 43% presentaba
consumos problemáticos de alcohol y un 32% de otras drogas
(marihuana preferentemente y cocaína).
La cifra del 59 % de cumplimiento y el 27% de cumplimen-
to parcial de las medidas judiciales de protección, específica-

7- Perlo N, Moya V. y Bottino M. “Violencia de Género en la Juventud de San


Luis” 2º Congreso Nacional de Psicología y Salud Mental Facultad de Psicología
UNSL, mayo 2019
77
mente la restricción de acercamiento, nos alentaría hacia un
balance optimista sobre el impacto de la medida judicial en
las parejas finalizadas, siempre teniendo presente un perio-
do de tiempo acotado, los tres primeros meses. Por otra parte
sabemos que quien ejerce violencia con su pareja puede ser
considerado ocasional (59% de las denuncias se refieren a
agresiones episódicas) y por lo demás, normo-adaptado. En
el proceso decisional costo/beneficio, la difusión de medidas
judiciales de encarcelamiento podría promover la percepción
mayor de pérdidas en relación a las ganancias, si la motivación
para infringir las normas responde a estrategias para conse-
guir un fin, el de mantener el poder y sometimiento en el caso
de la violencia contra la pareja.
La mayoría de las víctimas consultadas (77 %) reportan que
sostienen la separación con el denunciado y que no han ex-
perimentados nuevas agresiones físicas desde la presentación
judicial. Un número muy inferior de casos (9%) informan so-
bre agresiones verbales, generalmente en ocasión del régimen
comunicacional con los niños, pareciera estar asociado a la
firme decisión de evitar todo contacto, convirtiéndose esto es
una vía bastante eficaz para su autocuidado, esto es, disminuir
la exposición a oportunidades de victimización, manteniendo
distancia física y espacial.
Dado que la proporción el 67 % de personas encuestadas
que no retoman la relación con quien han acusado de violencia
contra ellas, podría aventurarse que el hecho mismo de acudir
al sistema judicial contiene en sí un principio de finalización o
definición de una situación insatisfactoria.

78
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Sensibilidad: 25 %
Especificidad: 80%
Eficacia Diagnóstica: 75%
Valor Predictivo Positivo: 11 %
Valor Predictivo Negativo: 91%
Error Tipo I o alfa: 18%
Error Tipo II o beta: 7%

Discusión
La calidad de la información es esencial, tengamos en cuen-
ta que impacta sobre la rigurosidad técnica medición del ries-
go. Se necesita un buen volumen de datos para contrastar los
datos que aparecen contradictorios. Permite además dismi-
nuir los sesgos o tendencias propias de cada una de las fuentes
y las ganancias secundarias derivadas de una antecedente ju-
dicial. Será fundamental en este proceso específico de evalua-
ción forense contrastar los datos expuestos por las personas
peritadas con múltiples fuentes de información.
En lo relativo a las dificultades que se tuvo para contactar
a las víctimas, y en base a la experiencia cotidiana se enume-
ran algunas hipótesis plausibles en materia de trazabilidad de
las mismas: las enumeramos sin jerarquizar unas sobre otras:
h1: La persona que responde inmediatamente al teléfono ha
mejorado su situación personal, informa que ha seguido ade-
lante con su plan de vida sin nuevas agresiones; h2: la víctima
se comporta de modo desconfiado ante un llamado desde un
celular que no figura en su agenda, ha aprendido como au-
todefensa a receptar al mundo externo con recelo y cautela,
cuando no suspicacia, h3: para su propio resguardo cambia de
número de teléfono, lo deja apagado, etc., h4: no desea la in-
terferencia de familiares ni de instituciones de estado o justi-

79
cia con posterioridad a la reconciliación con su pareja agreso-
ra, h5: la víctima continúa en pareja con quien ejerce violencia
y no tiene libertad para responder al teléfono o puede desatar
nuevamente castigos, h6: tratándose de una población socioe-
conómicamente con recursos limitados, contar con línea de
celular activa se ve afectada por las mermas económicas expe-
rimentadas por las consecuencias propias de su posibilidad de
autonomía y en muchos casos por la falta de aportes de cuotas
alimentaria por el ex compañero.
Los errores asumibles en esta materia, sostiene Loinaz
(2017) son diferentes a los asumibles en otras disciplinas o me-
todologías, inciden directamente sobre algo tan esencial como
la seguridad de distintas personas. Decimos en plural pues sa-
bemos que más del 77% de los episodios de violencia contra la
pareja se producen teniendo de testigos a NNyA cuando no,
también víctimas). En la muestra hallamos una cifra de error
del 25%, distribuidos en Tipo I: 18% y tipo II: 7%.
El VPP (11%) y el VPN (91%) siempre están contrapuestos, y
la mejora de uno empeora el otro, si se quiere detectar más ca-
sos reincidentes (sensibilidad) los haremos a costa de detectar
peor aquellos que no reinciden (especificidad). Para quienes
trabajamos como operadores jurídicos parece recomendable
asumir la decisión final en términos sociopolíticos, especial-
mente, en pos del interés mayor de la protección de la posible
víctima frente al potencial agresor.
El elevado porcentaje de verdaderos negativos (73%) po-
dría estar influenciado por el alcance del fuero de familia,
siendo que los casos que se tornan graves y contienen lesiones
y amenazas creíbles tramitan por los juzgado penales y contra-
vencionales, generando nuevas causas con otra identificación
numérica.

80
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Conclusiones
El art. 34 de la Ley N°26485 incluye el seguimiento pero
deja amplitud respecto al modo de cumplirlo. El seguimien-
to es sumamente interesante y pertinente en lo relativo a la
reincidencia. Esta experiencia tentativa se diseñó como una
primera prueba o piloto para combinar lo obtenido del segui-
miento con algunos procesos del modelo científico sobre la efi-
cacia predictiva de los pronósticos emitidos, siguiendo los li-
neamientos técnicos específicos para evaluación de riesgo del
“Manual de evaluación del riesgo de violencia: Metodología y
ámbitos de aplicación” cuyo autor es Dr. Ismael Loinaz Calvo
perteneciente al Grupo de Estudios Avanzados en Violencia
GEAV, Universidad de Barcelona España, año 2017.
Hallamos algunas dificultades al intentarlo, en principio
despierta resistencia, amén de lo que lo propio de la operatoria
metodológica, insume esfuerzo de tiempo y recursos materia-
les. No es tarea sencilla recolectar información sobre el resul-
tado objetivo de la intervención judicial, tanto por los derrote-
ros legales que sigue el expte judicial como por localizabilidad
de las víctimas, a pesar que se intente mejorar la trazabilidad
mediante la comunicación telefónica, sea esta directa con ellas
o indirecta (colaterales) a través de sus personas de confianza.
Aplicar conceptos como eficacia predictiva podrían ayudar
en los ajustes o calibres de los propios instrumentos, siempre
necesarios y más aún cuando disponemos de única estrategia
como el juicio clínico, a pesar de lo cual podría ser que la ex-
perticia del forense pudiese compensar (VPN: 91%), aun así
nos quedamos incompletos porque todavía queda el punto de
recrear el proceso de toma de decisión. Parece superado pero
tal vez no lo sea tanto el debate sobre los mejores métodos, si
el juicio clínico estructurado, actuarial o el mixto.

81
Aunque algunos servicios utilicen las herramientas nacidas
del juicio clínico estructurado8 todavía nos queda sortear la
objeción respecto de que no están validadas para la población
local, esto nos deja como conjunto profesional todavía muy
cerca de mantenernos en la tradición clínica de Latinoaméri-
ca. entonces re-visitamos la capacidad predictiva y encontra-
mos que los porcentajes de reincidencia en la muestra traba-
jada son bajos (20%)
Como perspectiva de trabajo tenemos el objetivo de me-
jorar nuestros pronósticos, ampliar las mediciones sumando
periodos de tiempo, medir reincidencia a los 6 y los 12 meses,
las cifras obtenidas deben ser evaluadas con cautela en razón
del limitado alcance del fuero familiar (respecto del recorrido
temporal total del conflicto interpersonal), sería enriquecedor
ampliar la visión de contar con datos del fuero penal cuando
se desdobla la causa y se realiza compulsa de actuaciones. Lo
que resulta muy claro es que se hace necesario empeñarse en
validar las escalas o guías para nuestra población, y obtener
evidencia empírica sobre el funcionamiento de las mismas en
nuestra realidad.
Las medias se cumplen en un 59%, parcialmente en un 27%
y se incumplen 14%, mejor de lo que se hubo presumido al
iniciar el estudio, la denuncia enunciaría ya una postura de
empoderamiento, la operatoria jurídica muestra cierta funcio-
nalidad específicamente mejor cuando se trata de la prohibi-
ción de acercamiento. Ya que la violencia psicológica suele

8- como por ejemplo las conocidas guías DA Evaluación de Peligro


(Campbell , Webster y Glass, 2009), EPV-R (Echeburrua, 2010), ,SARA
V2 (Kropp y Hart 2016) , ODARA(Hilton; Harris, Rice, Lang, Cormier,
Lineas, 2014), B-SAFER. (Kropp y Hart, 2010)

82
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

repetirse en ocasión del régimen comunicacional con los hijos,


un interesante resulta la prohibición de contacto, además del
acercamiento (parecería protectora de la violencia física)
Los expertos sostienen que el uso de protocolos estructura-
dos para la valoración profesional del riesgo de violencia ayuda
en toma de decisiones pronósticas, pudiendo incrementar la
capacidad predictiva de los profesionales, reduce la tasa de fal-
sos positivos y falsos negativos, mejoraría la eficacia de las me-
didas preventivas al adecuarlas a los niveles de riesgo estima-
dos y a las necesidades detectadas en cada caso individualizado,
transparentando los procesos que se realizan y colaborando en
la comunicación entre colegas de diferentes regiones y países.

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lencia contra la Pareja por medio de la SARA” Papeles del Psicólogo,
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contexto forense”. Anuario de Psicología Jurídica., 26, 130–140. http://
dx.doi.org/10.1016/j.apj.2016.04.005

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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Develación poco convincente en un caso de Abuso


Sexual Intrafamiliar y la posible detección de expe-
riencias internas mediante Indicadores Proyectivos

Adriana del Valle Piras


Lic. en Psicología (MP 396). Especialista en Terapia Familiar Sistémica. Oficina
Judicial de la II Circunscripción Judicial de la Provincia de La Pampa.

Resumen
El presente trabajo busca analizar el concepto de retrac-
tación descripto por Summit en su definición de Síndrome
de Acomodación al Abuso Sexual a la luz de los aportes de la
Teoría de la Comunicación Humana.
Las presiones familiares pueden en determinados casos,
operar como sostenedoras del silencio, no permitiendo que el
proceso de justicia acceda al relato del menor.
El espacio de pericia resulta entonces un espacio diferente,
que mediante las técnicas psicológicas, habilita otros canales
de expresión a través de los cuales - eventualmente - pueden
obtenerse indicadores de otro orden que den cuenta de viven-
cias internas no dichas.
Para llevar a cabo este análisis se utilizó un caso real en el
que se presume existió retractación negativa y se analiza la
presencia de un indicador proyectivo especifico y recurrente,
al cual podría asignársele valor de indicador compatible con
A.S.I. (Abuso sexual infantil)

85
De la obtención de este indicador se abren líneas de hipó-
tesis para pensar de qué manera puede el psiquismo infantil
organizar un mensaje manipulativo y descalificante por parte
del adulto cuidador tendiente a desestimar la revelación del
abuso, y si tal experiencia puede ser pesquisada mediante
los indicadores proyectivos, obtenidos a través de una pericia.

Palabras claves: comunicación patológica – indicadores


- síndrome de acomodación - abuso sexual.

Introducción
Las transacciones son intercambios comunicacionales me-
diante los cuales los sujetos definen quienes son, cuáles son
sus roles y construyen de esta manera la realidad que habitan.
“La naturaleza de la interrelación familiar es tal, que el niño
no puede ignorar nada de lo que el padre o madre le comuni-
ca, debe aprehenderlo tan exactamente como le sea posible y
debe acatar, por lo menos, una mínima instrucción implícita
en ese mensaje “. ( Sluzky. p.5.)
Las relaciones intrafamiliares tienen un carácter vital,
puesto que otorgan calidad de instrucción a la mayoría de los
mensajes dirigidos a los hijos.
En ellos están implícitos, los castigos, las amenazas, la apro-
bación, la aceptación, el rechazo.
El niño va organizando la realidad y su propia interioridad
a partir de vínculos causales lógicos que otorgan sentido y co-
herencia a los acontecimientos
Es el adulto y su función normativizadora la que va instau-
rando la congruencia entre los mensajes y los comportamien-
tos; elemento fundamental para que la organización interna y
externa puedan llevarse a cabo de manera normal.

86
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

La revelación de hechos de abuso sexual, trae aparejado un


impacto en la estructura de la familia; que como sistema abier-
to y en transformación, afrontara el impacto desorganizador
según los mecanismos internos con los que cuente.
Dicha perturbación (introducida a partir de una revelación
de esta naturaleza) puede generar una desestabilización in-
terna cuyo movimiento será amplificado o no según los lími-
tes de tolerancia que el sistema tenga.
La retractación (en casos de revelación de victimización se-
xual) es un mecanismo homeostático tendiente a mantener el
status quo.
Los mensajes manipulativos tendientes a sostener el secre-
to son instrumentalizaciones de la retroalimentación negati-
va del sistema que buscan anular la perturbación interna del
mismo, y de esta manera sostener la homeostasis que garanti-
za la supervivencia del sistema familiar.
Para esto, se comunicara que el/ o los hechos no ocurrieron,
emitiéndose mensajes tendientes a negar la realidad de los
hechos originalmente relatados.
Dado el carácter vital y dependiente del vínculo existente
entre el niño y el adulto cuidador, le resulta imposible salirse
de ese marco interaccional y meta comunicar el mensaje reci-
bido por parte del adulto.
La incongruencia existente entre la instrucción de este y la
naturaleza del vínculo impide que el niño pueda poner el evi-
dencia, rechazar o cuestionar las contradicciones, los sesgos,
las inconsistencias, de los mismos.-
De esta manera queda entrampado en un vínculo en el que
debe acatar la instrucción implícita en el mensaje, con nulas
posibilidades de poder ejercer autodefensas y de comprender
las consecuencias que esto tiene.

87
Intebi ( 2007) dice que de esta manera, el niño es capaz de
desdecir cualquier dicho que haya dicho antes sobre lo que le
paso. (p.23)
Desde la Teoría de la Comunicación, cualquier mensaje
previo se considera parte del marco contextual de cualquier
respuesta que se reciba.
Cuando en una relación parento filial la revelación del abu-
so, es desestimada, ocurre una discontinuidad entre uno y
otro mensaje, fenómeno que se conoce como descalificación.
“La descalificación abarca una amplia gama de fenómenos
(incongruencias, cambios de tema, tangencialziaciones por ci-
tar algunas) que hace que la propia comunicación o la del otro
resulten invalidadas” ( Watzlawick. 1971. p. 76)
Cuando un sujeto (en este caso, el niño) comunica algo al
interlocutor (entiéndase en este caso el adulto), no solo comu-
nica una información determinada sino que da una definición
de si mismo (así me veo yo) que propende a obtener una res-
puesta por parte del interlocutor a esa auto definición.
Son tres respuestas son posibles del interlocutor ante la
autodefinición que el sujeto da de si mismo: la confirmación
(aceptación del interlocutor de la definición que el sujeto da
de si); el rechazo (es el rechazo del interlocutor a la definición
que el sujeto da de si mismo, pero que no obstante no niega
la auto definición que de si tiene el sujeto) y por último, la
desconfirmacion que equivale a la negación del otro en tanto
sujeto y su realidad; es decir le comunica: “vos no existís”. (
Watzlawick. 1971. p.85)
Más allá del intercambio de información que ocurre en toda
comunicación humana, la comunicación con el otro es necesa-
ria a los efectos de la autopercepción y de la propia existencia.
Cuando el interlocutor despoja del significado que tiene la

88
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

situación para el sujeto, este queda confundido y alienado.


En contextos de crianza donde opera este tipo de comuni-
cación adviene la conducta sintomática. Entendida esta como
la expresión de la negación de la comunicación, no permi-
tiendo reubicar el tema en el nivel de discusión original, que
incrementa la confusión y desvía el tema hacia otro tema: la
malevolencia o hacia la locura del niño que miente. Es decir
del sujeto sintomático.
Que el niño es mentiroso o no es normal es una definición
que suele escucharse a menudo en el ámbito tribunalicio.
Fundamentalmente, por parte del propio entorno familiar que
dice no creer en la verosimilitud de sus dichos.
La pregunta que se deriva de lo antes expuesto y que in-
teresa a este trabajo es: ¿cómo puede elaborar el psiquismo
infantil un mensaje incongruente de esta naturaleza?
Excede al objetivo indagar las consecuencias que esto tiene
en el desarrollo psíquico.
No obstante la pregunta precedente lleva a pensar si es po-
sible pesquisar indicadores proyectivos que puedan estar
dando cuenta del trabajo metabólico que el psiquismo está
llevando a cabo, y respondiendo a la necesidad imperante de
tener que acomodarse a la realidad
El método proyectivo ha puesto al descubierto determinan-
tes profundos, de expresión propia, que ciertamente no po-
drían manifestarse mediante la comunicación directa.
“Toda actividad creadora lleva el sello especifico del con-
flicto, las necesidades y la particularidad del sujeto que está
creando” ( Machover. 1970)
Gracias a los mecanismos de desplazamiento, de susti-
tución, el espacio de pericia psicológica, se convierte de esta
manera en un espacio diferente, que habilita otras vías de

89
expresión, alternativas a la palabra y mediante la cual pueden
pesquisarse los movimientos sutiles del simbolismo-
Cuando se arriba al límite de la ausencia de la palabra, que
no puede ser dicha debido a factores contextuales que cerce-
nan la libertad de ese niño, cobran relevancia otros canales de
expresión, como las que habilitan, en estos casos las técnicas
proyectivas y la apertura casi mágica de las consignas abiertas
que abren la puerta de la proyección.

Planteamiento del problema


El problema de los niños sometidos a estas pautas comu-
nicacionales lleva a formular la pregunta: ¿cómo organiza el
psiquismo infantil un mensaje manipulativo por parte del
adulto cuidador tendiente a descalificar la realidad vivida?
¿Cómo elabora el psiquismo infantil la desconfirmacion de
la que es objeto ante la revelación de un hecho que perpetra la
integridad del sujeto ?
Interesa a este trabajo, iniciar una aproximación a pensar de
que manera las experiencias silenciadas por las presiones fami-
liares en las circulan pautas de comunicación patógena, pueden
ser pesquisadas mediante indicadores de tipo proyectivo, (entre
otros), que pueden ser obtenidos mediante las técnicas proyec-
tivas administradas durante una evaluación pericial.
Los estímulos que son percibidos y elaborados por el psi-
quismo, se integran a los contenidos internos del sujeto y a su
propia experiencia.
En el caso que convoca este trabajo, se hará mención some-
ra a las técnicas administradas haciendo hincapié en aquellos
indicadores proyectivos obtenidos a partir de las mismas, que
confluyen hacia una misma valencia de significación y que po-
drían tener correlato con vivencias de estigmatización.

90
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

En este caso, la valencia que propende a ser explorada es


aquella vinculada a las experiencias íntimas perturbadoras de
posible etiología sexual, y que debido a la ley del silencio y el
impacto que esto tiene en el equilibrio familiar son comunica-
cionalmente desestimadas.-

Método
María es una niña de 9 años que arriba al espacio de pericia
ante la solicitud de la fiscalía de turno atento a que las enor-
mes discrepancias existentes entre lo relatado en su Declara-
ción Testimonial en Cámara Gesell (hecho anodino, soso, sin
connotación sexual alguna) y la denuncia original efectuada
por un referente afectivo extra familiar al cual la niña le habría
revelado hechos de perpetramiento sexual.-
Criada en un ambiente familiar en el que se presume la
existencia de malos tratos físicos, verbales, carencias afecti-
vas importantes, una fuerte impronta de la religiosidad; con
una buena adaptación tanto social, escolar y una afectividad
impostada que simula afectos positivos inauténticos, tendien-
tes a complacer al otro y hacer un “como si” ella siempre se
sintiera bien.
Su carácter extrovertido y verborragico le permite interac-
tuar sin ningún inconveniente, aceptando de buen gusto la
realización de las consignas formuladas.
Para esta valoración, se aplicaron los test proyectivos de
uso habitual: H.T.P. Familia Kinetica y psicodiagnostico de
Rorschach (entre otros más que conforman la batería) y se so-
mete a la exploración de indicadores que tengan algún tipo de
correlato con experiencias de naturaleza traumática.-
No se plasmara en este trabajo toda la información vertida
por los mismos ya que excedería los alcances de este trabajo.

91
No obstante, es importante destacar que se trata de un caso
en el que no hay otra información de relevancia más que la
aportada por las técnicas. Atento a la poca colaboración ob-
servada y la desestimación que realiza la familia sobre la niña
en cuestión.-
Resulto llamativa, a esta valoración, la presencia repetida
de un mismo indicador proyectivo vertido en las tres técnicas
mencionadas: el contenido mugre, (suciedad)-
Se le pidió la realización una Casa perteneciente al trío H.
T. P. Simbolismo que permite indagar como son los vínculos
intrafamiliares y como es la capacidad para afrontar las ten-
siones de las relaciones íntimas y la percepción de los proble-
mas. (Buck, 2008, p.54)
A nivel grafico no surgen elementos de relevancia, excepto
el relato que sigue al grafismo, en el que la niña cuenta la his-
toria de una casa que está deshabitada, que estuvo habitada
por una familia que se tuvo que ir debido a que había muchos
chanchos que hacían “mugre”, a quienes la familia los mata,
luego se marchan del lugar y dejan la puerta con llave para
que no pueda entrar nadie.
Rápidamente la niña se percata que si no van a vivir más,
deberían dejarla abierta sin llave. No obstante luego advierte
que se olvidaron la hornalla prendida por lo que finalmente
en esa casa no podrá vivir más nadie, porque se quemara por
completo.
La ansiedad de muerte aparece en asociación al registro
aversivo que provoca la suciedad interna de aquella casa que
resulta imposible de metabolizar y por lo tanto concluye en la
destrucción total-
Dicho contenido, vuelve a aparecer cuando se le requiere
dibujar la figura humana perteneciente al trío H. T. P.

92
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

En este caso, aparece representada por la madre a quien


grafica barriendo la mugre, y a ella misma quien en comple-
mentariedad y en otra situación colabora, con esta en la lim-
pieza de la casa (Familia Kinetica)
Luego de esto, el proceso de evaluación sigue con la apli-
cación del RO. Técnica por excelencia que permite conocer las
sutilezas intimas del ser humano y que en el tema que avoca
este escrito arriba nuevamente al mismo indicador.
En este caso, elicitado a partir de la Lamina I, lamina que
interpele al sujeto con la pregunta: quien eres tu, hoy, aquí y
con todo tu bagaje histórico. (Passalacqua 2013)
El contenido vertido en esta oportunidad pone en eviden-
cia la presencia de dos mujeres que hacen una actuación, un
“teatro” cuyos vestidos están “sucios” y “ manchados porque se
les cayó una lata de pintura negra encima”, y que no obstante
deben continuar con la actuación “para que los niños puedan
jugar”. Posteriormente en la siguiente lámina (LII) aparece
otro contenido que pondera hacia una valencia de significa-
ción perturbadora.
La lamina II del RO, aquella que muestra al sujeto en sus
aspectos más estructurales de personalidad elicita los siguien-
tes contenidos:
“El corazón de una mujer manchado” “que tiene que ir a
un doctor para que se lo limpie con alcohol”; “pulmones con
sangre”; “una garganta con sangre reventada” a causa de que
“una madera o una chapa se le cayó encima”, que no podrá
recuperase y que terminara muriéndose.
Así mismo y como última respuesta en la fase de interroga-
torio en esta lamina, son percibidas “dos lauchas” a las cuales
se les corto la patita porque “se les engancho en una traba”, las
cuales “pedían ayuda” pero a quienes ninguna persona pudo

93
ayudar debido a que “se asustaron” con el grito de “socorro”,
de pedido de auxilio. Finalmente, los animalitos terminaron
muriéndose.
El contenido revela en este caso, vivencias de indefensión,
de sufrimiento asociados una vez más al contenido antes
emergente: la mancha (en este caso no como suciedad sino
como anomalía/ enfermedad interna, como macula interna)
Es aquí donde se revelan profundas experiencias de daño
que han calado la estructura misma de su ser y dan base para
correlacionarlo con los indicadores recurrentes correlativos a
vivencias de suciedad que las victimas adultas suelen referir
ante vivencias traumáticas sexuales
¿Tiene en este caso, la mancha de mugre correlato con la
macula moral que suelen experimentar las víctimas de este
tipo de hechos?
Para pensar esta línea de hipótesis, hay que remitirse al
contenido emergente en la lámina VI, lamina de la sexualidad,
en la que aparece la presencia de texturas desagradables, indi-
cador que hace referencia a una gran dosis de destructividad
y de componentes agresivos.-
Las connotaciones negativas que le son transmitidas no
solo por el perpetrador sino por la familia que impone la pre-
sión de mantener el secreto, comunican sentimientos de culpa
maldad y vergüenza, que abonan sentimientos de estigmatiza-
ción (Pool. 2005 )
Es interesante observar como los desplazamientos llevados
a cabo por el psiquismo surcan el obstáculo de la palabra para
materializarse en una simbolización.-
Deshonor, rechazo, marginalización suelen ser vivencias
que acompañan las sentimientos de fatalidad.
El carácter reprensible que es comunicado por la familia

94
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

donde ocurren las retractaciones, confirman los peores temo-


res de las víctimas, marginándola y excluyéndola de la red na-
tural.
¿Es la presión de la retractación, la que puede estar refor-
zando las vivencias de extrema indefensión que se elicitan en
el contenido de la lámina II, antes citado?
El miedo al destierro, a perder el amor de los seres queri-
dos, a la marginación y a la estigmatización (que encarnan los
arquetipos de la exclusión) parece estar proyectado en la casa
del H.T.P y en lo que aparece recurrentemente sin que halle
una resolución final: la suciedad, la mancha.
Posiblemente la mancha negra que yace en el vestido de las
mujeres que actúan, pueda ser acaso la proyección de la macu-
la moral y el deshonor consecuencia de la imposibilidad que
tienen las victimas de metabolizar por si solas, experiencias
impropias de esta naturaleza.

Discusión
El tamiz de la comunicación patológica, y el de las presiones
familiares que operan para la retractación y/o la información
en falso, no pueden escaparse a la intensificación de la función
proyectiva y de la vigilancia perceptual que se desarrollan los
contextos en los que hay un elevado estrés, ( Bellak. L 2007)
como aquel emparentado al elevado sufrimiento de las vícti-
mas de A.S.I. (abuso sexual infantil)
Pareciera, al igual que se pregunta el poeta que las palabras
que no se quedaron, o las miradas que un día partieron, no
dejan de existir y permanecen atrapadas o escondidas, espe-
rando ser develadas.-
“La respuesta del niño a la violencia sexual sufrida será dife-
rente y dependerá de la génesis del vínculo causal consciente y

95
del grado de equilibrio logrado en la organización cognitiva.
Estos conceptos son esenciales porque se refieren a la gestión
de la realidad de todo individuo así como a la adaptación a su
entorno. (…) El modo de relacionarse de un niño que ha su-
frido abuso sexual con el entorno social será cualitativamente
diferente del de un niño que ha tenido vivencias menos trau-
máticas. “( Perrone, 1997, p.2 )
A esta tarea coadyuva la función integradora del psiquismo
que en su función adaptativa, propende hacia otras formas de
expresión, como en este caso, la proyección gráfica y verbal,
marca única e irrepetible donde se plasma la singularidad de
ese sujeto en especial.
La culpabilización que la mayor parte de las veces subyace
a estas vivencias y es reforzada por mensajes incongruentes y
patologizantes que alteran los vínculos causalistas, confunden
la relación causa - efecto, e incrementan los sentimientos de
culpa que quedan suspendidos con escasas posibilidades de
comprensión racional.
Cuando el niño no puede mostrar su sufrimiento, porque
originalmente cuando lo mostró el mismo fue desconfirmado,
no puede vincular causalidades entre la falta, la norma y la
ausencia de responsabilidad atribuible al vínculo parental, en
este caso, a quienes deberían haberla cuidado y no lo hicieron.
(Perrone, 1997)
No poder comprender las señales del contexto, que normal-
mente son las que clarifican los mensajes recibidos, lo sub-
sume en una masa inconexa que no le permite dilucidar el
significado de las emociones emergentes.-
Emociones que a través del mecanismo proyectivo pueden
poner en evidencia simbólica el registro interno del niño.
Abona la esperanza de que la verdad subjetiva pueda ser dicha

96
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

y capturada por la riqueza inconmensurable que ofrecen las


técnicas proyectivas.-
Pareciera que aunque la palabra haya sido censurada, la
verdad subjetiva puja por ser expresada.
Las connotaciones negativas transmitidas por el abuso se-
xual se ven reforzadas por la descalificación de la revelación
original, por la desconfirmacion del ser de ese niño y por la
ley del silencio que impone profundos mensajes de miedo, cul-
pa y vergüenza.

Conclusión
La retractación en un testimonio infantil suele ser una
situación compleja, límite de la palabra que deja al proceso de
investigación fiscal sin la posibilidad de contar con el relato.
El trasfondo familiar que acompaña a la revelación de estos
hechos suele ser movilizante, ya que impacta en la estructu-
ra del sistema, el cual, como todo ser viviente despliega una
serie de mecanismos adaptativos tendientes a garantizar la
homeostasis del sistema familiar.
En este sistema, se inserta el niño, individuo que dada su
dependencia e inmadurez debe acatar las instrucciones implí-
citas en los mensajes recibidos.
Cuando dichos mensajes son incongruentes, es decir exis-
te una discontinuidad entre ambos (entre un niño que revela
un abuso y un adulto que desestima la revelación) se produce
comunicacionalmente hablando, una descalificación, y la ne-
gación del ser de ese sujeto
Esta descalificación, que niega la realidad de los hechos re-
latados, silencia la palabra, pero no la verdad subjetiva.
Realidad ante la cual el psiquismo forzosamente realiza un
trabajo adaptativo que deja entrever su dinámica a través de

97
los indicadores proyectivos que asoman a la superficie.
Esos indicadores, pueden ser pesquisados mediante conte-
nidos específicos que permiten inferir que algo orden trau-
mático y/o perturbador allí se expresa.
Estos contenidos que remiten al orden de lo subjetivo, de
lo singular, de lo emocional, escapan a la presión obsturante
del entorno familiar descalificador, transmutándose, según
pudo observarse en el caso analizado, en contenidos sórdi-
dos, impuros (mugre, suciedad) asociado a daño extensivo,
además, a la sexualidad.
La vivencia de macula interna de sentirse sucio por dentro,
es la que abona los sentimientos de estigmatización: desho-
nor, miedo al rechazo, a la marginalización, y al destierro del
grupo familiar.
Estos miedos son corroborados por los mensajes reprensi-
bles comunicados por el entorno familiar que presiona para
que la retractación sea llevada a cabo.
La imposibilidad que el niño tiene de poder meta comuni-
car los mismos (entiéndase poder salirse del marco comuni-
cacional que plantea el vínculo con el adulto a los efectos de
poder cuestionar, denunciar contradicciones, incoherencias,
sesgos, escamoteos de significados por citar algunos) lo atra-
pa en un marco del cual no puede salirse, reforzando de esta
manera la preexistente vivencia de estigmatización, secuela
-entre tantas otras- del abuso sexual.
La ley del silencio que se impone, recuerda el riesgo de
la expulsión: el castigo ante la falta de haber quebrado con la
revelación del hecho, el equilibrio del sistema familiar.
Sistema que detenta el poder que ha sido cuestionado por
la original revelación poniéndose en peligro la hegemonía del
status quo reinante.-

98
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Al igual que sucede en el mito griego de Ulises, el castigo


más doloroso no es la muerte, sino la expulsión y la errancia
legitimada como consecuencia de la falta de ese sujeto. No im-
porta si esa falta existió o no. O si el castigo esta explícito o no.
Culpa y expiación subyacen al inconsciente, y se transmu-
tan en contenidos identificables, como en este caso, la sordi-
dez y la macula.
Pareciera que la suciedad no está en el afuera sino en el ojo
que mancha, porque el ojo que mancha es un ojo que está
sucio.

Bibliografía consultada
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rial Paidos.
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Personalidad) Cuba-
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100
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Lista de cotejo como instrumento para la evalua-


ción psicológica forense en el delito de extorsión

Dr. en Psicología Sergio Santamaría Suarez


Profesor Investigador de Tiempo Completo, G.I. Grupos Vulnerables, Área Aca-
démica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud, de la Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo, México. Unidad Especializada en el Combate
al Secuestro (UECS) de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hi-
dalgo, México
Verónica Rodríguez Contreras, Emmanuel Ceseña
Barquera, Ulrik Álvarez Martínez
Alumnos colaboradores: Uriel Arredondo Rivero, Catherine Noemí Hernández
Alvarado

Resumen
La lista de cotejo sirve para evaluar, pero también sirve
como elemento diagnóstico en la identificación del perfil psi-
cológico del extorsionador, partiendo de ella podemos espe-
cificar su modo de cooperación y posible vínculo dentro de la
delincuencia organizada (D.O.). Dicha lista de cotejo fue ela-
borada, modificada y adaptada, fue piloteada en 100 casos y se
comprobó su utilidad en 800 casos de evaluación psicológica
forense, durante un intervalo de tiempo de 2012 a 2019. Se
validó por medio de dos jueceos 1) por 20 expertos en servicio
activo de psicología forense y 2) 20 profesionales que labo-
ran en ambientes de procuración de justicia y participan en

101
las diferentes etapas de juicios orales en el sistema penal ad-
versarial, mismos que cuentan con profesiones distintas a la
Psicología. Se obtuvo como resultado; una versión de la lista
de cotejo que puede aplicarse tanto a la persona en su calidad
de víctima como a la persona en su calidad de extorsionador.
Se concluye que la lista de cotejo resulta útil como instrumen-
to de evaluación y diagnóstico en psicológica forense, dentro
del estudio del delito de extorsión.

Palabras clave: extorsión, evaluación, instrumento, psi-


cología, lista de cotejo.

Introducción
En todo el mundo como en América latina y principalmente
en México se carece de instrumentos psicológicos específicos
para la evaluación forense, así se constató en la mesa de traba-
jo de psicólogos en ejercicio profesional forense, que atienden
a víctimas de secuestro (primera reunión de unidades especia-
lizadas en combate al secuestro de la zona centro de México)
y en el protocolo de Capacitación Criminalística para el Perso-
nal Adscrito a las Unidades Especializadas en Combate al Se-
cuestro (Aguilar, 2013). Aceptamos que se siguen usando ins-
trumentos tradicionales de la evaluación clínica y/o se abusa
necesariamente de la interpretación teórica, también recono-
cemos que involuntariamente afectamos a la persona evalua-
da y eso no es congruente con la actividad pericial, misma que
debe apegarse a legalidad, imparcialidad y cientificidad. Los
que ejercemos el servicio pericial debemos tomar en cuenta el
derecho que tiene la persona a ser evaluada, adecuadamente
e independientemente de su rol (pasivo o activo) dentro del
proceso penal, tal como se señala en el derecho penal del ene-

102
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

migo (Nava, 2013) y en los protocolos de atención a víctimas


(Procuraduría General de Justica,2013). También queremos
comentar que la frecuencia estadística del delito de extorsión,
secuestro y homicidio es variable pero tiene presencia en todo
el país (Secretaría de Gobernación, 2014) y que a pesar de que
jurídicamente los delitos son distintos, estadísticamente pue-
den estar sesgando los números crudos.
Si bien es cierto que a toda valoración cuantitativa le corres-
ponde una cualitativa de acuerdo a la teoría de la medida (Gra-
binsky, 2012) cuando realizamos una evaluación psicológica
general, esencialmente buscamos otorgar un valor a diversas
características o atributos, utilizando parámetros físicos y/o
matemáticos, también se debe reconocer la naturaleza distinta
en los casos de la ciencia psicológica, ella incluye tanto los fenó-
menos como al objeto de estudio propiamente dicho, lo anterior
se advierte porque podemos encontrar que el objeto de estudio
de la psicología, no siempre es tangible, como ocurre en el mé-
todo de comprensión (Mardones & Ursúa, 1982) , y en ese caso
tenemos que recurrir a correlatos psicológicos que incluyen
formas alternas de evaluación, solo así podemos o no adjudicar
números o cualidades a los objetos de estudio de la Psicología
como una forma alterna de aproximación a la medida.
Uno de los problemas que enfrenta el psicólogo forense en
los ambientes de procuración de justicia es el nivel de discurso
de las ciencias que manejan los distintos actores (otros pro-
fesionales) que intervienen en el proceso penal, mismos que
siguen exigiendo la evidencia material como única forma de
credibilidad y comprobación, incluso, en ocasiones, pretenden
colocar al número por encima del concepto y a lo tangible por
sobre lo intangible. A este respecto es frecuente que confun-
dan lo material con lo objetivo y los traten como sinónimos,

103
pidiendo siempre la prueba material (tangible) y no la prueba
objetiva (cómo llegamos al conocimiento). Para subsanar tem-
poralmente este punto, hemos incluido un formato (en papel)
para satisfacer la necesidad de materialidad antes menciona-
da, y, sin embargo, recordamos al psicólogo forense su com-
promiso para dar cuenta de la objetividad – mediante cuales
métodos y técnicas psicológicas llegó a obtener los resultados
y conclusiones.
En el presente trabajo los autores hemos decidido seguir la
lógica de la evolución de la conducta criminal, en donde se ob-
serva que el perfil criminal no es estático, sino dinámico y evo-
luciona dentro de lo que denominamos - ruta y carrera delicti-
va (Santamaria, 2012) en ese sentido el presente estudio sobre
el delito de extorsión debe considerarse como complemento
de la - Lista de Cotejo como Instrumento para la Evaluación
Psicológica Forense en el Delito de Secuestro (Santamaria,
2017) - es decir, la extorsión no se debe entender como una
conducta delictiva aislada y estática, sino como una conducta
antijurídica dinámica precursora del secuestro que tiene como
antecedente evolutivo – el asalto y el robo.
El objetivo es presentar la utilización de la lista de cotejo (Par-
do, 2013) como instrumento y estrategia de evaluación psicoló-
gica forense del delito de extorsión para obtener un diagnóstico
que resulte útil como evidencia material psicológica en la etapa
de investigación formal - dentro del proceso penal denominado
sistema adversarial de juicios orales (Lembo, 2013).

Método.
En específico este documento es una propuesta para eva-
luación que sugiere utilizar la lista de cotejo como instrumen-
to (estrategia) para la evaluación psicológica forense del delito

104
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

de extorsión, también permite obtener un diagnóstico que re-


sultará útil como evidencia psicológica en la etapa de investi-
gación formal dentro del proceso penal denominado sistema
adversarial de juicios orales.
Se aplica con base en 3 fases psicológicas de la extorsión:
1 – Fase Inicial de Contacto, 2 – Fase Intermedia de Conte-
nido, 3 – Fase de Cierre o de conclusión
Cada fase incluye cinco (5) sub fases contenidas en un for-
mato y descritas líneas abajo en este mismo documento. Acla-
rando que, si bien cada una de las fases puede ser semejante en
lo general, debe resultar totalmente distinta en lo particular.
Con el fin de obtener por lo menos uno de los 5 diagnósticos,
1) extorsionador familiarizado, 2) extorsionador pescador, 3)
extorsionador fortuito, 4) extorsionador bribón, 5) extorsio-
nador durmiente; también incluimos en el documento las ca-
racterísticas de cada uno de los diagnósticos.
Se trata de una propuesta estrategia y/o técnica para la
evaluación psicológica forense en delitos de extorsión que
se presentan en la legislación del Estado de Hidalgo, Méxi-
co. Pero no se excluye la posibilidad de ser adaptada a otras
legislaciones internacionales que también reconocen a la ex-
torsión como precursora del delito de secuestro. El Psicólogo
forense tiene un medio de análisis y un instrumento de me-
dición que le permitirá obtener un diagnóstico descriptivo de
la clasificación del extorsionador a manera de diagnosis y un
pronóstico que oriente el manejo operativo de los agentes de
investigación, también logra obtener “la evidencia objetiva y
material de su apreciación”. Su aplicación se realiza durante la
entrevista psicológica forense, focaliza el hecho antijurídico de
acuerdo al código de procedimiento penal (Congreso General
de los Estados Unidos Mexicanos, 2014; Congreso General de

105
los Estados Unidos Mexicanos, 2010 & Gobierno del Estado de
Hidalgo, 2013), al mismo tiempo que sirve como instrumento
de evaluación, posteriormente tiene el mismo potencial como
evidencia material – medio de prueba frente a la autoridad
oficial del proceso penal adversarial.
La lista de cotejo como instrumento se ha usado tradicio-
nalmente en ambientes educativos para la evaluación de ac-
tividades asociadas a tareas escolares, permite corroborar la
elaboración de puntos específicos de una actividad escolar a
evaluar. Ahora proponemos que dicha técnica, la elaboración
de listas de cotejo, tenga también uso forense en la evaluación
psicológica de personas involucradas en el delito de extorsión.
Para aplicar de forma efectiva la lista de cortejo aquí pro-
puesta, es necesario contar con pleno conocimiento y manejo
conceptual, técnico, teórico – metodológico, de cada una de
las 3 fases psicológicas de la extorsión, así como también de
cada una de las 15 sub fases (1 - Inicial: 1.1 llamada telefónica,
1.2 mensaje a celular, 1.3 correo electrónico, 1.4 anónimo, 1.5
cara a cara. 2 – intermedia: 2.1 sin solicitud de dinero, 2.2
calidad de la información, 2.3 solicitud de dinero, 2.4 solicitud
de distanciamiento físico, 2.5 solicitud encubierta. 3 – con-
clusión: 3.1 El extorsionador cortará la comunicación, 3.2
Insistirá inmediatamente, 3.3 Insistirá en el mediano plazo,
3.4 Otro negociador, 3.5 Acuerda deuda a largo plazo) que las
integran, mismas que por un lado son conocidas o rutinarias
para el psicólogo especializado, pero por otro lado, son ajenas
a las personas en sentido común, por lo tanto no las reconocen
y no pueden identificarlas desde el sentido común, ni técnica,
ni conceptualmente. Es precisamente el desconocimiento téc-
nico de la persona evaluada el que permite al Psicólogo Foren-
se, evaluar durante la entrevista sin que la persona evaluada

106
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

se percate de lo que el Psicólogo está evaluando a través de su


discurso.

Descripción de las fases psicológicas de la extorsión:


1. Inicial - Contacto: En esta fase se debe destacar que el
extorsionador utiliza dos factores, 1 - la sorpresa; la víctima no
espera un evento de extorsión, mucho menos si se trata de una
persona sin antecedentes de conflictos interpersonales, como
comúnmente se dice, una “persona trabajadora”. 2 - el miedo;
el extorsionador evoca de forma inmediata a una persona o
cosa (situación) de vital importancia para la víctima de extor-
sión. Es determinante para la elaboración del perfil criminal
tomar en cuenta que generalmente uno de los dos factores
(sorpresa / miedo) domina sobre el otro, siendo común que
dicha dominancia sea derivada de la preferencia mental del
criminal, es así que se comienza a dibujar el perfil del extor-
sionador.
1.1 Llamada telefónica: El extorsionador realiza la lla-
mada telefónica como un acto cobarde que resguarda la ma-
yor parte de su personalidad, metafóricamente se dice que “no
da la cara”, él extorsionador supone que de esa forma no será
identificado. Pero con apoyo de la huella psicológica deduci-
mos que el extorsionador no tiene la convicción de llegar a un
contacto físico, ni de pasar al acto (acciones que dañen la inte-
gridad física de la víctima de extorsión, ni de algún bien jurídi-
co) por lo tanto, mediante su proceder nos deja ver que es un
extorsionador de baja peligrosidad para la integridad física de
las víctimas (reales y potenciales).
1.2 Mensaje a celular: Se puede considerar, del mismo
modo que en la llamada telefónica, que se trata de un acto
cobarde con las mismas características ya mencionadas en el

107
punto anterior, el mensaje a celular es una evolución de varios
medios electrónicos que han visto su aparición y desaparición
como medio electrónico en las últimas décadas, por ejemplo,
el dispositivo beeper y radio localizador.
1.3 Correo electrónico: También se trata de un medio
semejante a los dos anteriores, utilizado en lo cotidiano, pero
de temporalidad social limitada y destinado a desaparecer en
décadas venideras, nos debe llamar la atención la forma en
que el extorsionador obtuvo la dirección electrónica, desde
luego se trata de algún vínculo personal o triangulado, en don-
de podemos asegurar que el criminal se encuentra dentro del
hábitat electrónico de la víctima, es decir, dentro de la comu-
nidad intersubjetiva que las variaciones de la WEB permiten
(diferentes redes sociales). Esta fase se considera de mediana
peligrosidad.
1.4 Anónimo: Aparentemente se encuentra en las mis-
mas condiciones de las tres clasificaciones anteriores, pero
no es así, porque debemos tomar en cuenta que el anónimo
implica una convicción mayor (ejercicio de la voluntad y cons-
ciencia) que facilita el acercamiento físico al hábitat inmediato
de la víctima, en ese sentido representa mediana - marcada
peligrosidad para la integridad física de la víctima real y de la
potencial.
1.5 Cara a cara: El extorsionador tiene la osadía y el atre-
vimiento de realizar un contacto físico con la víctima, en el jus-
to momento y tiempo en el que la víctima se encuentra vulne-
rable (posibilidad de ser lastimada) presumimos que tiene in-
formación avanzada y/o detallada de la víctima y se ha tomado
tiempo suficiente para vigilarla, también es posible que cuente
con un informante, de cualquier modo este evento marca una
peligrosidad alta, curiosa y paradojamente la peligrosidad alta

108
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

es mutua, porque el activo también queda expuesto para la


identificación, investigación y en su momento detención.
2. Intermedia de Contenido: En esta fase se trata de
analizar el contenido del discurso en su aspecto lingüístico
(literal) y paralingüístico (metalenguaje) ¿qué dice el ex-
torsionador, con aquello que dice…? en esta segunda fase
de la lista de cotejo, será mucho más claro el perfil del ex-
torsionador, en su extensión e intensión, el extorsionador
utiliza en esta fase dos factores que debemos evaluar, 1 - lo
amenazante y 2 - lo condicionado del discurso. Aquí se hace
evidente el móvil del extorsionador y con ellos el riesgo para
la víctima (real) y la supuesta víctima (potencial). El extor-
sionador despliega la amenaza para instaurar en la víctima
la sensación de vulnerabilidad (posibilidad de ser lastimado
en lo personal o en su bien jurídico, incluso de amistad)
el extorsionador “se introduce en la mente de la víctima”,
trabajando básicamente con razonamientos ( piensa que…)
y supuestos lógicos (que pasaría si yo… quieres que… de ti
depende…) mismos que la víctima dará por hechos ciertos o
por lo menos dignos de credibilidad, el extorsionador habla
con volumen alto, firmeza y certeza, es enfático cuando se
trata del supuesto de hacer daño o de las instrucciones para
depositar dinero, incluso llega a ser dominante y humillan-
te con la víctima, de esa forma bloquea el pensamiento de
la víctima haciéndole saber, metafórica o literalmente, que
es el extorsionador quien manda y tiene todo bajo su con-
trol (¡yo doy las ordenes…! ¡Cállate y escucha! ¡Yo mando!).
En este momento la víctima supone que se encuentra en las
manos del extorsionador, se experimenta totalmente vulne-
rable, ese fue el objetivo del extorsionador y centró todo su
esfuerzo en lograrlo, ahora el extorsionador dará instruc-

109
ciones a la víctima, para activarse y seguir las instrucciones
que conductualmente incluye el ascenso de la víctima al medio
de traslado hasta llegar a un área de confort para el extorsio-
nador, cercano a un lugar donde pueda realizar el depósito del
dinero solicitado.

1.1 Sin solicitud de dinero: Este acto a pesar de parecer


incongruente, porque el extorsionador no realiza solicitud de
dinero, y por supuesto no especifica como entregarlo, deriva
de un novato o se trata del tipo de extorsionador que nos está
señalando un móvil distinto, su petición se debe buscar en el
análisis de su discurso, por ejemplo el - lapsus calami (cuan-
do el extorsionador enuncia una ofensa, por ejemplo: te crees
muy valiente e hijo de la ch… ahora si te pasaste… te crees muy
cabrón… por roba maridos… entre otros), en donde se observa
que su carga afectiva es mayor que su necesidad económica.
1.2 Calidad de la información: Se maneja información
general o información específica, y cómo el extorsionador ob-
tuvo dicha información, fue de una fuente diferente a la vícti-
ma o de la misma víctima, la información proporcionada por
el extorsionador corresponde a tiempo real o atemporal, es
verdadera o falsa.
1.3 Solicitud de dinero: El extorsionador, señala la can-
tidad de dinero que requiere, es común que el extorsionador
anteponga su necesidad económica a las posibilidades (no cal-
culadas) económicas de la víctima, por lo tanto, nos permite
deducir su clase social y metas económicas, ahora ya podemos
calcular el intervalo del monto de dinero a negociar (un míni-
mo y un máximo). Debemos tomar en cuenta si el extorsiona-
dor solo enuncia la cantidad, o específica, denominación, for-
ma de entrega y condiciones extras. De ahí podemos derivar

110
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

la complejidad de su pensamiento y con ello la escolaridad,


instrucción y posible ocupación.
1.4 Solicitud de distanciamiento físico: El extorsiona-
dor pone al dinero en segundo plano y en primer plano su con-
dicionamiento físico sobre la víctima, por ejemplo - ya no quie-
ro que te presentes a la escuela - , - no quiero que regreses a tu
centro de trabajo o renuncia - , - quiero que cierres tu negocio - ,
- quiero que hagas… o dejes de hacer… - , - quiero que te vayas
de la colonia, de la ciudad o del país - , - quiero que te alejes de…
- entre otras peticiones que dejan ver el móvil del extorsionador.
1.5 Solicitud encubierta: Cuando el extorsionador no
solicita dinero, ni distanciamiento físico, podemos estar se-
guros que se trata de un vínculo real o imaginario, en ambos
casos, el vínculo es encubierto pero muy cercano a la víctima,
el extorsionador cuenta con información que compromete a
la víctima y tiene un especial interés en ella, para agradarla o
degradarla, el extorsionador amenaza con hacer algo que ge-
nere en la víctima 1 – miedo, 2 – dolor, 3 – vergüenza, por
ejemplo; subir material gráfico a la web, decir algo degradante
a las personas cercanas a la víctima. Los más recomendable en
este tipo de casos es que la víctima enuncie y enfrente la situa-
ción con las consecuencias de sus actos, de esa forma se des-
vanece en el extorsionador el supuesto poder sobre la víctima,
es una forma de solución altamente implosiva, pero de solu-
ción tajante y eventualmente redirigida a mejorar los vínculos
emocionales entre las personas, mismos que el extorsionador
amenaza y pretende “lesionar o destruir”.
2 Conclusión de Cierre: La víctima se reencuentra con
el bien jurídico (persona, cosa o situación) para darse cuenta
que dicho bien nunca estuvo en peligro real y que, por lo tanto,
se trató de una extorsión.

111
2.1 El extorsionador cortará la comunicación: El
extorsionador se alimenta de sorpresa y miedo, pero si des-
de el primer contacto, la víctima no responde a la sorpresa y
el miedo, como lo desea el extorsionador, entonces el mismo
extorsionador cortará la comunicación y desistirá de su obje-
tivo porque la empresa le genera más costo que beneficio. Las
personas (víctima potencial) que cortan la llamada, que fingen
o realmente no escuchan bien, que son confrontativas, que no
siguen instrucciones adecuadamente, ya sea por torpeza o re-
beldía, que preguntan demasiados detalles, que no muestran
miedo o en su defecto simulan falta de control, que no se sor-
prenden y piden pruebas de todo, resultan personas de difícil
manipulación para el extorsionador.
2.2 Insistirá inmediatamente: El extorsionador sabe
qué ha conseguido su objetivo, de forma parcial, entonces in-
sistirá en entablar la comunicación, se tornará más agresivo y
ensayará nuevas formas de sorprender e intimidar, su tono de
voz se elevará, será grosero y directivo.
2.3 Insistirá en el mediano plazo: El extorsionador,
dejará pasar un intervalo de tiempo que comprende entre tres
(3) y seis (6) meses, para intentar una nueva extorsión, so-
bre todo si ha logrado obtener dinero en su primer intento, no
importa la cantidad, él sabe que puede obtener más dinero,
en ese sentido decimos, que el extorsionador se “alimenta de
dinero” es decir, el dinero es el principal motivador para el
extorsionador quien aumentará las cantidades gradualmente
hasta el límite de la víctima, el extorsionador como un acree-
dor y/o usurero, propone plazos, formas de pago y como con-
seguir dinero, por ejemplo; - vende tu casa o hipotécala -, -
vende tu auto o dámelo con documentos endosados - , - pide
prestado - entre otras.

112
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

2.4 Otro negociador: Si el extorsionador, a quien deno-


minaremos en este apartado y para fines prácticos, como “pri-
mer extorsionador” consiguió una primera cantidad o es “su-
perado” por la víctima, suele decir – te paso a mi jefe – se trata
de un “segundo extorsionador” quien simula tener una mayor
jerarquía y entonces es más enérgico y solicita cantidades ma-
yores de dinero menospreciando la que obtuvo el primer ex-
torsionador, condicionando a la víctima con mayor severidad.
2.5 Acuerda deuda a largo plazo: El extorsionador
confía en que la víctima está bajo su control total y entonces
solicita cantidades que bien sabe se encuentran por encima de
las posibilidades inmediatas de la víctima, es entonces cuando
el extorsionador propone un plazo para el pago, este modo de
actuar se asocia generalmente a D.O. El extorsionador ame-
naza con hacer presencia física en el hábitat de la víctima y la
mayoría de las veces lo hace, para aumentar el miedo a la víc-
tima y exacerbar su sensación de poder, diciendo – yo mismo
voy a ir por el dinero -, - te entrego a tu familiar … -, - asómate
por tu ventana y me vas a ver… -.

Cada fase se puede valorar cuantitativamente con corres-


pondencia a la clásica apreciación clínica, en tres puntajes: 1)
afectación leve, 33%, 2) afectación moderada, 66% y 3) afecta-
ción severa 99%, conservando el 1% al azar, tal como lo marca
la probabilidad estadística y entendiendo las relativas varia-
ciones de cada caso.
Desde luego cada una de las fases es semejante en lo gene-
ral, pero resulta única en lo particular, por esa razón se su-
giere en primer lugar, dejar que la persona nos comparta su
discurso de forma libre y sin interrupciones, para después ha-
cer un recorrido por cada una de las fases, con el pretexto de

113
corroborar la información, al mismo tiempo que se observan
los indicadores de veracidad o mendacidad en el dicho de la
persona evaluada y confrontar sus razonamiento por medio de
supuestos lógicos.
La lista de cortejo también es útil para ubicar el rol del ex-
torsionador, la lista de cortejo apoya al evaluador en Psicolo-
gía Forense en la identificación del modo de cooperación y la
(s) fase (s) en que se encuentra la situación, así como actores
involucrados, al momento de la evaluación.
La lista de cotejo que se propone tiene un campo para co-
tejar las fases, otro para cotejo de sub -fases, otro de notación
con opciones sí o no en caso de que presente indicadores de
la fase, otro para notas cualitativas y finalmente uno de no-
tas cuantitativas en donde se vacía la apreciación clínica en
porcentajes correspondientes, 1 – leve – 33%, 2 – moderada
– 66%, 3 – severa – 99%.
La lista de cotejo reduce el tiempo de evaluación, focali-
zando el uso forense de la entrevista, al mismo tiempo que se
obtiene la materialidad de la evaluación para anexarla al expe-
diente forense y en su caso presentarla en su versión material.
La lista de cotejo para la evaluación psicológica forense en
delitos de extorsión, se elaboró, modificó y adaptó por los au-
tores del presente trabajo, se piloteó en 100 casos, como prin-
cipal resultado; se comprobó su utilidad en 800 casos de eva-
luación Psicológica Forense en un intervalo de tiempo de 2012
a 2019. Se utilizaron dos jueces (Hernández, 2014) por exper-
tos en Psicología Forense, en ejercicio activo de la profesión y
2) otros profesionales diversos de la psicología que laboran en
ambientes de procuración de justicia y participan en las dife-
rentes etapas del proceso penal adversarial de juicios orales.

114
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Aspectos éticos
Apegados a derechos humanos y para no exponer la iden-
tidad de las personas que participaron en este trabajo, se res-
guarda su identidad, pero se advierte a los interesados en el
tema, que los investigadores contamos con una lista a discre-
ción para la identificación clínica de los participantes, dichos
participantes han extendido su consentimiento para ser con-
tactados en caso de ser necesario.

Resultados
Resultado 1: materialidad de la lista de cotejo en formato:
Lista de cotejo para la evaluación psicológica forense de la
persona pasiva/activa en el delito de extorsión

FASES DE SUBFASE NOTA CUA- NOTA DE


COTEJO OPCIÓN LITATIVA APRECIACIÓN
CLÍNICA 1, 2, 3.
1.- Contacto: 1.1 Llamada SI NO
sorpresa 1.2 Mensaje SI NO
miedo 1.3 Anónimo SI NO
1.4 Correo SI NO
electrónico
1.5 Cara a cara SI NO
2. - Contenido: 2.1 Sin solicitud SI NO
amenazante de dinero
condicionado 2.2 Información SI NO
general específica
2.3 Solicitud de SI NO
dinero
2.4 Solicitud de SI NO
distanciamiento
2.5 Solicita otra SI NO
cosa

115
3.- Conclusión: 3.1 Cortar SI NO
reencuentro comunicación
con
la bien jurídica 3.2 Insistirá SI NO
persona o cosa inmediatamente
3.3 Insistirá en el SI NO
mediano plazo
3.4 Otro SI NO
negociador “jefe”
3.5 Acuerda SI NO
deuda y plazo
temporal
4. – Dx: 4.1 SI NO
Operativo Familiarizado;
conoce a la
victima
4.2 Pescador; SI NO
comparte tiempo
y espacios no
vitales de la
victima
4.3 Fortuito; SI NO
no conoce a la
victima
4.4 Bribón; usa SI NO
artimañas y se
focaliza en dar
Instrucciones
que deriven en
el depósito del
dinero
4.5 Durmiente; SI NO
usa informante
para incrementar
la calidad de
la información
proporcionada
a la víctima
y solicitar un
depósito inicial
inmediato y el
pago directo

116
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Resultado 2: se comprobó su utilidad en 800 casos de evalua-


ción Psicológica Forense en intervalo de tiempo de 2012 - 2019.
Resultado 3: la aceptación de la lista de cotejo como prueba
material, en el proceso de juicio oral, se utilizó y fue aceptada
en debate por la fiscalía, defensa y tribunal.
Resultado 4: obtener uno de los siguientes diagnósticos:
4.1 Familiarizado: El extorsionador se encuentra en el
mismo hábitat de la víctima por esa razón está familiarizado,
con los espacios y horarios, tiene información privilegiada de
la víctima y un vínculo interpersonal cercano, posible familiar.
4.2 Pescador: El extorsionador conoce parcialmente a la
víctima, no sabe dónde vive y no cuenta con datos de la es-
tructura familiar, este extorsionador hace énfasis en los ho-
rarios de la víctima, tiene cronometrados los traslados de la
víctima, la ha observado en sus espacios cotidianos pero no en
los espacios vitales a pesar de que afirme que si lo ha hecho,
denota su conocimiento general, por ejemplo; - sé que sales
de tu casa a las 07:00 y vas a tu trabajo…-. Pero no, obvio que
no puede describir estos espacios en detalle. Los espacios más
citados por el extorsionador, partiendo o no del domicilio de
la víctima, son; es el centro de trabajo, seguido por lugares de
esparcimiento y deporte, finalmente los lugares de diversión.
4.3 Fortuito. El extorsionador NO conoce a la víctima,
por lo tanto, no se encuentra en el mismo hábitat, es muy po-
sible que no tenga información específica, por esa razón, el
extorsionador intentará obtener la información de la misma
víctima presumiendo que ya cuenta con información previa,
pero solo quiere verificar o tener la certeza de que la víctima
está dispuesta a decir la verdad.
4.4 Bribón: El extorsionador utiliza artimañas para mani-
pular a la víctima y lograr su objetivo, prácticamente se trata

117
de engañar a la víctima para que “voluntariamente” deposite
el dinero; dice cosas como – ¡hola tía…! -, - ¿cómo está la fami-
lia? – pretende usurpar la identidad para luego pedir el favor
de un depósito de dinero. una variante, es el cambio de tono
emocional, en un microsegundo pasa de amable a agresivo,
dice por ejemplo; - no soy tu sobrino, soy de la delincuencia
organizada… -, - no llame para saludarte, ni para pedirte un
préstamo, se trata de… y quiero que deposites … -.
4.5 Durmiente: El extorsionador cuenta con un infor-
mante – durmiente, quien le provee información privilegiada
de la víctima, antes durante y después del evento de extorsión,
este apoyo resulta muy impactante a la víctima, porque es en
el tiempo real, cuando el extorsionador le da datos a la vícti-
ma, de cómo está vestido, en dónde se encuentra y que está
haciendo.
Como se observa, en la extorsión, la víctima, generalmente
no es interceptada, no es sometida, ni capturada, no es trasla-
dada, ni puesta en cautiverio, como se dice en el argot delin-
cuencial “no se le da el levantón” el extorsionador se atreve a
negociar “sin nada” a diferencia del secuestrador quien prime-
ro priva de la libertad a la víctima y luego llama para negociar.
La anterior diferencia en el modo de proceder entre secuestra-
dor y extorsionador se debe tener en cuenta para la elabora-
ción del perfil criminal inicial, el diagnóstico de peligrosidad y
el pronóstico del evento. Por último, queremos señalar la ten-
dencia en todos los extorsionadores a pasar de forma inmedia-
ta, de una petición a una exigencia, por ejemplo, primero dice
– quiero que me des dinero… – inmediatamente dice, incluso
en la misma llamada – ya tienes MI dinero… -.

118
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Conclusiones
Se concluye que la lista de cotejo resulta útil como instru-
mento de evaluación y diagnóstico formal en el delito de extor-
sión y dentro de ambiente de psicológica forense.
Los autores recomendamos ampliamente a la lista de cotejo
como instrumento de utilidad en la evaluación Psicológica Fo-
rense del delito de extorsión, tanto a nivel de apoyo operativo,
como a nivel de investigación formal dentro del proceso penal
adversarial de juicios orales.
En la extorsión, la víctima no es interceptada, no es some-
tida, ni capturada, no es trasladada, ni puesta en cautiverio,
como se dice en el argot delincuencial “no se le da el levantón”
el extorsionador se atreve a negociar “sin nada” a diferencia
del secuestrador quien primero priva de la libertad a la víctima
y luego llama para negociar. Sin olvidar la posibilidad de la
combinación de estos dos tipos de delito que se presenta en el
secuestro - extorsivo.
La diferencia en el modo de proceder entre secuestrador y
extorsionador se debe tener en cuenta para la elaboración de
los perfiles criminales; el diagnóstico de peligrosidad, el pro-
nóstico de peligrosidad de pasaje al acto respecto a la víctima
y el pronóstico del evento general.
Existe la tendencia en todos los extorsionadores a pasar de
forma inmediata, de una petición a una exigencia, por ejemplo,
primero dice – quiero que me des dinero… – inmediatamente
dice, incluso en la misma llamada – ya tienes mi dinero… -
El extorsionador evoluciona en cada evento y ese aspecto
evolutivo debe tenerse en cuenta para la evaluación del delito
de extorsión, debemos considerar si se trata de un extorsiona-
dor novato, habituado o especializado.

119
Bibliografía consultada para la elaboración:
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Personal
• Adscrito a las Unidades Especializadas en Combate al Secuestro. Mé-
xico D.F:
• INACIPE.
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neral para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro,
Reglamentaria de la Fracción XXI del Artículo 73 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. Agosto 03, 2014, de El Con-
greso General de los Estados Unidos Mexicanos Sitio web: http://www.
diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGPSDMS_030614.pdf
• Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos. (2014). Código
Nacional de Procedimientos Penales. Agosto 03,2014, de El Congreso
General de los Estados Unidos Mexicanos Sitio web: http://www.dipu-
tados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/CNPP.pdf
• Gobierno del Estado de Hidalgo. (2013). Código Penal para el Estado
de Hidalgo.
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de Ciencias.
• Hernández, R. (2014). Metodología de la investigación. México: Mc
Graw – Hill.
• Lembo, F. (2013). El Juicio Oral Penal. México D.F: Flores Editor y Dis-
tribuidor
• Mardones, J.M & Ursua, N. (1982). Filosofía de las ciencias humanas y
sociales: materiales para una fundamentación científica. México – Fon-
tamara.
• Nava, A. E (2013). El derecho penal del enemigo. México: Porrúa.
• Pardo, R.G. (2013). La evolución en la escuela. México: Secretaría de
Educación Pública.
• Procuraduría General de Justica. (2013). Protocolo de Atención a Vícti-
mas del Delito de Secuestro. 09, 26,2014, de PGJ Sitio

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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

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RIA_DE%20
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luación Psicológica Forense en el Delito de Secuestro. En Asociación
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para la Comprensión del Perfil Criminal. Tecnología Humanística, No
55, pp.34-38.
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Secuestro y Extorsión 2014. Agosto 03, 2014, de Secretaría de Goberna-
ción Sitio web: http://www.secretariadoejecutivosnsp.gob.mx/work/
models/SecretariadoEjecutio/Resource/1406/1/images/VICTIMASju-
nio(1).pdf

121
Familias del narcotráfico

Dr. Alberto Calabrese.


Licenciado en Sociología. Director de Adicciones de la Dirección Na-
cional de Salud Mental y Adicciones, Secretaría de Determinantes de
la Salud y Relaciones Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación.

Insistimos con algo que en forma recurrente hemos macha-


cado una y otra vez, sin poder doblegar más que en parte los
prejuicios que planean sobre toda la temática que nos incum-
be. En efecto, una y otra vez y cada vez más claramente se vis-
lumbra un reverdecer de políticas y pautas de comunicación,
donde se insiste en hacer del problema de las adicciones una
cuestión univoca, esto es considerar que las sustancias produ-
cen las adicciones casi por mera presencia y a su vez estas adic-
ciones se restringe a las sustancias psicoactivas prohibidas.
A lo largo del tiempo la postura rígida ha hecho convertir
como única expresión de adicción a las sustancias psicoactivas
prohibidas (a partir de aquí SPP), como las únicas causantes
de adicciones y más paradojalmente aún, considerar que la
mera ingesta convierte a quien la efectúa en adicto sin pasar
por ninguna etapa previa y armando a partir de ese descriterio
toda una parafernalia de situaciones parentales; familia adic-
ta o adictiva o adictógena, grupos de generación de consumo,
pautas culturales relajadas, desenfreno, valores alterados, etc.
ligados más a concepciones morales, que asertos científicos.

122
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Nos olvidamos frecuentemente, que adicciones hay tantas


como comportamientos compulsivos pueden haber: juego,
plataformas digitales, alimentación, alcoholismo, tabaquismo,
streamming, etc.
Lo particularmente extraño es que la mayor parte de los ca-
sos, para llegar a una adicción y haber pasado etapas anterio-
res en un compendio que denominamos consumos problemá-
ticos, el producto final, esto es la compulsión omnicomprensi-
va necesito un largo camino de estructuración, conformación
y manifestación evidente e insoslayable.
Sin embargo a ojos de la condena social, a las primeras ma-
nifestaciones de cualquier tipo de consumo SPP (vulgarmente
conocidas como “droga”) se prenden la mayoría de las alarmas
sociales, pero sobre todo en los niveles menos informados y
más propensos a estar sintonizados con el modelo de comu-
nicación sesgado que rige este tipo de noticias. Para que esto
se produzca, es necesario que una y otra vez por error o con-
veniencia se repita el esquema de conjunción producto de la
sumatoria de lo emanado desde el modelo Ético Jurídico (su-
cesor en su concepción de una manera de enfoque de la Ética
Puritana) y las secuelas sobrevivientes al día de hoy del Mo-
delo Médico Sanitario (con una clara inspiración en el positi-
vismo decimonónico). Ambos conforman lo que llamaríamos
discurso mixto dominante o discurso oficial, que no quiere
decir que sea de gobierno, aunque pueda constituir la línea
de una representación política gubernamental; las sentencias
judiciales en muchos casos; los informes técnicos que hacen
a esas sentencias; el promedio de la comprensión del sistema
escolar sobre el tema y obviamente no podemos dejar de lado
a los medios que son los principales intermediarios entre esa
subjetividad y la población en general. Ahora bien, suele suce-

123
der que quienes más se incorporan a este discurso, en muchos
casos y sumidos en su subjetividad, acuerdan con un principio
de hierro: quien se empatiza con la sustancia, contempla una
doble vertiente de perspectiva, delincuente o enfermo en el
mejor de los casos, pero casi como una condena en sí misma.
La poca reflexión sobre lo relativo de estos asertos, hace que
se repita una y otra vez la cadena de sucesos que enfatizan esta
problemática muy por encima de los registros reales que tie-
ne, aun a nivel mundial. Incluso se aferran a cuestiones tales
como afirmar que el 60% de los presos en los EE.UU., lo son
en función del consumo de sustancias, olvidando desde ya que
si algo está prohibido y se convierte en un objeto de ese tenor
va a redundar en que toda la secuela posterior los será en fun-
ción de esa supuesta primera cadena de delito. Quiere decir
que si la sola aproximación/apropiación del objeto prohibido,
califica los posteriores pasos que se dan en ese sentido, esto
es el proceso de detención primaria, cárcel, aprendizajes co-
laterales e ingreso ya al circuito delictivo. Por supuesto, esto
es un proceso retroalimentario permanente, toda vez que la
conformación del sistema comunicacional, de “bajada” valora-
tiva acerca de determinados consumos y de posicionamiento
subjetivo en las políticas de control, conforman un panorama
que repite una y otra vez los resultados donde queda sin espe-
cificar, ni los antecedentes previos al consumo, ni la particular
visión que tiene la sociedad acerca de los mismos, siempre ha-
blando de SPP.
Tengamos en cuenta, que la prohibición general sobre las
llamadas sustancias peligrosas, como orden general hacia el
mundo no tiene más de 45 años y no nos remite a ninguna
práctica anterior similar en extensión y alcance. Como lo he
comentado en anteriores oportunidades, esto tiene una histo-

124
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

ria de una prohibición anterior fallida y por tanto destituida


(Ley Seca), que repetía en su cotidianeidad hechos de con-
frontaciones de grupos de delito, como así también de crimen
organizado ya en otra escala, lo que redunda incluso en muer-
tes indeseadas como resultados de dichos enfrentamientos y
apropiaciones.
Asimismo, como el volumen del delito de cultivo o fabrica-
ción, tráfico, depósito, lavado de activos, evasiones impositivas
y fiscales, contrabando etc. es de una magnitud tan considera-
ble, que de desaparecer significaría un desmedro importante
para la economía mundial, es que tal vez como razón fundante,
hasta ahora no se producen mellas significativas, en cuanto a
la disminución de la demanda mundial, que además debemos
señalar, que la mitad de la misma se produce en el país que ha
liderado la mundialización de la prohibición del fenómeno.
Eso si también vamos a marcarlo que los crecientes usos y
costumbre acerca de diversas sustancias prohibidas, nos han
llevado a que en el caso de la marihuana, los propios EE.UU.
ya se han desfederalizado en más de 16 estados, de cualquier
prohibición acerca del consumo de la misma en cualquier for-
ma o empleo.
En este sentido, el mundo ha sido dispar según quien deci-
de hacer una lectura diferente respecto de las nuevas apropia-
ciones sobre usos y costumbres como por ejemplo el proceso
de la regulación por parte de Uruguay del consumo de esa sus-
tancia. Las farmacias uruguayas no odian cambiar el trabajar
con dinero que no fuera canjeable ante el Banco de la Repúbli-
ca y hace menos de un año, voceros de Wall Street, dijeron que
no podían darle concesiones a un país que fomentaba el uso
de sustancias prohibidas. Cabría preguntarse, si pusieron esos
reparos para los propios estados desfederalizados de EE.UU,

125
o para Canadá, que como país decidió desincriminar absoluta-
mente todos los usos de esta sustancia.
Hasta aquí e introductorio, algunas consideraciones sobre
lo que se había considerado un fenómeno al cual había que lle-
varle una guerra en contra hasta la actual configuración sobre
el problema mundial de las drogas, expresión, esta última, que
difícilmente lleve una idea acerca de lo que se quiere decir, toda
vez que, según los datos de la OMS, o sea un organismo espe-
cifico de las Naciones Unidas, la población global de consumi-
dores (de los cuales el casi 70% es absolutamente ocasional) es
de 300 millones aproximadamente. De los mismos, se entien-
de que el 5%, esto es unos 15 millones de personas, son adictos
(consumidores full time). Esto es que, estamos hablando de
un problema de significación política, no tendría la relevancia
que hoy se le da. Y está claro, que hasta ahora ha servido no
solamente para armar ese negocio del cual ya hablamos, sino
también a los fines de controlar a través del uso o servir como
herramienta de control de aquellos que previamente se quiere
controlar. Si estableciéramos que la población general, tiene
sectores que ya están automáticamente incorporados por su
pertenencia y donde además sus faltas son poco registradas o
sencillamente “no vistas”, tenemos como resultado un mundo
donde los desiguales dentro de ese esquema, son compelidos a
cumplir un determinado esquema o ser vistos como transgre-
sores. En el esquema de las sustancias, esto se cumple al pie
de la letra.
Diríamos que, para la concepción que entronizó a las sus-
tancias como demoníacas, uso este comodín para recrear la
imagen, que entre otras posibilidades todas negativas desde
ya, que a su paso actuaba como una suerte de Atila, arrasando
todo en su camino. Por tanto siguiendo esa huella, todo lo que

126
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

tuviera que ver con un consumidor final, a la vez era un des-


prendimiento de situaciones anteriores que lo llevaban en ese
sentido. Y por tanto incluso, ya revestían características casi
inmodificables como para contribuir significativamente a esta
conformación.
Indudablemente, las familias de consumidores problemáti-
cos, en muchos casos suelen tener características que dinami-
zan o consolidan una posibilitación en el sentido de ese com-
portamiento. ¿Cuál sería el límite de este tipo de concepción?
Más que probablemente, resulta establecido que nuestros es-
tudios son sesgados, especialmente en determinados medios
que suelen mirar a un otro construido, como aquel capaz de
producir las diferencias o cambios negativos.
Desde una noticia, hasta una causa concluida y de acuerdo
al modelo o la suma de los mismos con que se analiza el fenó-
meno, es que son contabilizadas las razones como para confi-
gurar un fenómeno en forma insoslayable.
Si pudiéramos representar trianguladamente la totalidad
de personas abarcadas por un fenómeno, observaríamos que
una parte de esa representación va a estar casi automática-
mente excluida, de casi cualquier mirada reprobatoria. En el
otro triángulo donde se puedan dar los supuestos desvíos, en
el principio de la prohibición, la sola presencia de sustancias
automatizaba la caída en la exclusión. Por lo tanto, cualquier
familia afectada, incluso incurría en la denuncia de su propio
hijo en tanto evitación de ser sindicada de la misma forma.
Pero cuando tenemos una observación consistente de la reali-
dad, en casi todos los fenómenos de exclusión que tienen que
ver con formas diversas de no observancia de normas e incur-
sión en el delito inclusive, vamos a observar su entorno como
impulsor del delito, y por tanto también a su ámbito familiar.

127
Es frecuente en los informes del caso, hablar de la irregu-
laridad o hacer todo una tipología acerca de la supuesta o
real disgregación de esa familia. Y en algunos casos, de casi
su permanente aceptación de las conductas digresivas como
forma de vida.
De nuevo la visión de sesgo, se hace carne del contexto social
en su parte ordenadora y calificadora de conducta de los secto-
res menos favorecidos. En esos casos cualquier digresión a las
normas supuestamente establecidas como intangibles, se las ve
como motivaciones del consumo del usuario a dichas agrupa-
ciones familiares deterioradas o ensambladas. Queremos rese-
ñar nuevamente, que las mismas características en otros ám-
bitos no son marcadas como tales, a tal punto que es frecuente
registrar en las revistas de actualidad que pretenden ser glamo-
rosas, todo tipo de armado de familia, sin ninguna connotación
al respecto de ser única en esa manera de constituirse como tal.
O sea, lo diferente se acepta como usos y costumbres novedo-
sos, en otro sector son negativos o indeseables.
Cabría destacar, que la única relación válida respecto de una
familia es considerarla en un sentido más amplio, partiendo
de la base que a lo largo de la historia y a través de las distin-
tas culturas, esta forma de agrupación que asegura sucesión
y derechos de propiedad varía en mucho en su constitución y
alcances. Y bastaría decir, que lo más válido a ser significado
es si el afectado por un proceso, en este caso de un consumo
excesivo de sustancias, tiene o no un grupo de afectos inme-
diatos continente. Y esto puede variar, desde una novia, a un
grupo de amigos pasando por algún pariente cercano o no que
se haga cargo, o un grupo ampliado, etc. El tema es si puede
contar o no con él. A la inversa es si no pudo contar con alguien
o algunos que lo pudieran sostener siquiera mínimamente.

128
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Pero, por supuesto, para aquellos que obran como conti-


nuadores de un cliché instituido, establecen una maldad cre-
ciente a los procesos originados en cuadros de insuficiencia
o carencia. Todos nuestros estudios tienen una característica
igualitaria, están dirigidos a aquellos que son nuestros objetos
de preocupación o trabajo y son del centro hacia la periferia. A
la clase media le toca adherirse de una u otra manera al man-
dato superior cumpliéndolo o haciéndolo cumplir a quienes
están bajo su control. De este desfasaje del contrato social,
naturalizado hasta el extremo, surgen las categorías que ha-
cen a la diferenciación y a la condena. En definitiva lo que se
caracteriza en unos, se ignora o soslaya en otros. Lo que se
toma como bromas, travesuras o cuestiones mayúsculas pero
sin registro para unos, suelen ser precaución, desprecio, per-
secución y condena para otros.

Bibliografía
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tualización: Los Alcances del Modelo de Intervención en los Consumos
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• Bleichmar, S. “De la Creencia al Prejuicio”, en Vertex, Revista Argentina
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• Bourgois, P. “En Busca de Respeto”, Ed. Siglo XXI, Bs. As., 2015
• Calabrese, A. Clase sobre Desvío Social y Categoría Conceptual de Dis-
tancia
• González Zorrilla, C. “Drogas y Control Social”
• Mosto, D. “Algunas Puntuaciones Acerca del Lazo y la Intervención”, en
La Intervención en lo Social Narrada desde los Ateneos, Cuadernos de
Margen, Bs. As., 2010

129
Niñas, niños y adolescentes en el narcotráfico

Norberto Emmerich
Doctor en Ciencias Políticas y Lic. en Relaciones Internacionales.

Cuando se describe y estudia la guerra contra las drogas se


habla de los muertos, heridos, detenidos, procesados, extradi-
tados. Se habla de carteles, tráfico, estrategias, movimientos,
peligros políticos, etc.
Pero no se habla de los factores "colaterales" o remanentes:
los huérfanos, los niños cuyos padres están presos, los lisia-
dos, los desplazados, los abandonados, los niños sicarios, la
prostitución infantil. Y muchos menos de la violencia psicoló-
gica, el maltrato, el abandono, el abuso o las violaciones.
En las épocas clásicas, las víctimas de la guerra eran los sol-
dados, en la segunda guerra mundial fueron los civiles de las
ciudades europeas o asiáticas al igual que en las guerras de
liberación nacional. Ahora se estima que en la última década
más de 1 millón y medio de niños y niñas han muerto en con-
flictos armados, mientras otros 4 millones han quedado disca-
pacitados, tullidos, ciegos o han sufrido lesiones cerebrales. Al
menos 5 millones se han convertido en refugiados y un total de
12 millones han quedado desarraigados de sus comunidades:
en total 22 millones de niños fueron víctimas de las guerras en
los últimos 10 años. Un número aún mayor ha sufrido un de-
terioro de su salud, nutrición y educación como resultado de

130
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

la destrucción de las cosechas, las infraestructuras nacionales,


los centros de salud y las escuelas.
El crecimiento de la cantidad de niños que quedaron huérfa-
nos a causa de la guerra los daña a ellos y también a la red social
del país. Funcionarios gubernamentales de todos los diferentes
niveles han hecho caso omiso del problema sin tener en cuenta
las consecuencias futuras. La educación y la entrada en el mer-
cado de trabajo son más difíciles para estos niños. Para otros el
hecho de ser huérfanos de guerra puede ser un factor adicional
para ingresar al tráfico de drogas, donde el empleo está asegu-
rado para todos. "Hay un costo de oportunidad de estos cientos
de miles de jóvenes en México que son huérfanos o parte de las
bandas criminales". Se trata de personas que están creciendo
con altos niveles de privaciones, en familias disfuncionales, con
abuso sexual, y estos factores de riesgo deben ser tratados.
Los asesinatos de jóvenes drogadictos como blanco direc-
to se inició en Ciudad Juárez, pero las desapariciones, levan-
tones, secuestros y asesinatos se expandieron rápidamente a
todo el país. Este es un fenómeno poco conocido, pero se ve
cada vez más cómo los carteles participan en una forma de
"limpieza social".
Los niños son presa fácil de la delincuencia cuando se tra-
ta de menores sin oportunidades que "socialmente, ven a la
violencia como la única forma de hacerse respetar y de ejercer
cierto poder, algo que se les ha negado a sus familias".
El reclutamiento de niños y adolescentes se explica en
parte porque los menores de 14 años tienen inmunidad
constitucional para no responder penalmente por sus actos
aunque hayan asesinado, secuestrado o torturado.

131
En América Latina
El 32% de los adolescentes latinoamericanos vive en facto-
res de riesgo, entre ellas la violencia, la adicción a las drogas o
problemas con autoridades.
La violencia relacionada con las bandas, maras (pandillas) y
las drogas "va en aumento" y los adolescentes aparecen como
los responsables, pero son mucho más frecuentemente las víc-
timas. Hay entre 25.000 y 125.000 pandilleros en Guatemala,
El Salvador y Honduras.
El Informe Mundial de Unicef indica que en América Latina
y el Caribe viven 108 millones de adolescentes entre 10 y 19
años --el 19% de la población total de la región-- de los cuales
15 millones vive con menos de un dólar al día.

Brasil
"En Brasil el 84% de estudiantes de 143 escuelas de las capi-
tales de seis estados consideran que su escuela es violenta y un
70% admite haber sido víctima de la violencia en la escuela".
El número de niños de entre 10 y 12 años que se vincula con
redes de narcotráfico en las favelas de Río de Janeiro aumentó
un 50 % entre 2006 y 2017, según un estudio divulgado hoy
por el Observatorio de Favelas, una Ong brasileña.
De acuerdo con la investigación, de los menores de edad
vinculados a bandas de narcotraficantes en las favelas de Río
de Janeiro en 2006, un 6,5% tenía entre 10 y 12 años, un por-
centaje que alcanzó el 13% en 2017.
No obstante, son los adolescentes de entre 13 y 15 años los
que más están vinculados con el comercio ilegal de drogas.
Según la investigación, la participación de los menores en
redes de narcotráfico tiene relación con la deserción escolar.
El 78,2% de los entrevistados no va a la escuela, solo el

132
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

16,1% llega a la enseñanza media y la mayoría de los jóvenes


que abandona las aulas lo hace entre los grados quinto y sép-
timo de primaria.
De acuerdo con el sondeo, la mayoría de los jóvenes que
habita en favelas de Río dejó de estudiar entre los 15 y los 16
años y el 40,4% de ellos dijo haberlo hecho para ganar dinero
y ayudar a sus familias.
De hecho, según el estudio, esta es una de las motivaciones
para ingresar a las redes del narcotráfico. "Ayudar a la familia"
ocupa el primer lugar en el sondeo, con el 62,1 % de las res-
puestas, seguido por el deseo de "ganar mucho dinero", que
corresponde al 47,5 % de las motivaciones.

México
En México la población infantil de 5 a 17 años asciende a
29,3 millones, de ellos 3,2 millones son explotados laboral-
mente y se estima que 460.000 han pasado a engrosar las filas
de las organizaciones criminales. Desde 2006 se han registra-
do unas 16.759 muertes por homicidio de menores de edad.
Continúan desaparecidos cerca de 7 mil niños, niñas y adoles-
centes.
En 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos (CIDH) estimaba que 30.000 niños y niñas cooperaban
con grupos criminales en diversas funciones. Para 2018 se cal-
culaba que 46.000 menores estaban reclutados por el narco
en México, según lo afirmado por Alfonso Durazo, actual se-
cretario de Seguridad Pública del Gobierno de Andrés Manuel
López Obrador, un incremento del 153%.
"Aunque no se tiene la plena certeza, sobre el número de ni-
ños involucrados en actividades delictivas del crimen organi-
zado, pues las autoridades no se han preocupado en elaborar

133
estadísticas con cifras oficiales, se hablan de aproximadamente
30.000 niños y niñas que cooperan con los grupos criminales de
varias formas y están involucrados en la comisión de 22 delitos
diferentes", resalta REDIM - Red por los Derechos de la Infancia.
Un informe reciente, publicado por la Redim, revela que
tres niñas, niños y adolescentes son asesinados a diario en Mé-
xico, debido a la crisis de violencia, que solo durante el 2018
dejó más de 33.000 víctimas fatales.
En los tres primeros meses del año 2019 se contabilizan 285
homicidios dolosos contra niñas, niños y adolescentes, es de-
cir, 3.2 casos cada día.
El gobierno de López Obrador busca una solución en la
universalización del empleo y el estudio mediante un sistema
de becas. Las medidas aplicadas contemplan una beca de 85
dólares (1.600 pesos) cada dos meses a estudiantes de nivel
básico y medio superior, a fin de que no abandonen la escue-
la, mientras que a los universitarios, provenientes de familias
de escasos recursos, se les asignan 126 dólares (2.400 pesos)
mensuales. El principio es muy bonito pero la política lo co-
rrompe totalmente.
'Jóvenes Construyendo el Futuro', por otra parte, es un pro-
grama que está destinado a la población entre 18 y 29 años
que no está estudiando ni tiene empleo. Bajo esta modalidad,
los candidatos son contratados por un tutor que le enseña un
oficio y profesión, por lo que se les otorga un salario de 189
dólares (3.600 pesos) al mes.

Una estrategia
Entre 2007 y 2009 eran sobre todo "víctimas colaterales".
"Los niños morían por balas perdidas en combates entre gru-
pos criminales o grupos criminales y fuerzas del Estado". Pero,

134
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

a partir de 2010, comenzaron a documentar ataques dirigidos


a menores.
"Los blancos eran los hijos de policías o soldados o los hijos
de personas vinculadas al crimen. Comenzaron las vengan-
zas". Y después, hacia 2012 "vimos con mucha preocupación
como ya no eran solo homicidios, sino también empezaron a
mutilar cuerpos. También asesinatos de familias completas,
de los que se han visto muchos casos en los últimos años".
El director de REDIM explica que los ataques directos y con
violencia extrema contra menores es una forma del crimen or-
ganizado de generar terror. "Es lo que buscaban asesinando al
bebé en Minatitlán: generar terror, dolor, indignación". Y su
cometido se cumple al haber una total impunidad.
En México ya existe el marco legal para que estos niños
sean atendidos, entre ellos la Ley General de Derechos de Ni-
ños, Niñas y Adolescentes y el sistema Nacional de Protección
Integral a Niños, Niñas y Adolescentes. "Existen los mecanis-
mos pero no se ponen en práctica porque la infancia no es un
tema de prioridad política.
Durante el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obra-
dor, no ha disminuido el nivel de violencia vinculada al crimen
organizado. La nueva administración muestra la misma ten-
dencia de militarización de los ex presidentes Calderón y Peña
Nieto, con la Guardia Nacional, se mantiene intacto el pacto
de impunidad y corrupción, reflejado en los altos niveles de
violencia contra la niñez.
Además de Jefe del Estado Mexicano, AMLO es también
Presidente del Sistema Nacional de Protección Integral de Ni-
ñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) qué sesionó el pasado
30 de abril de 2019 -día del niño y la niña- sin la presencia de
López Obrador.

135
Colombia
Los adolescentes, son los preferidos por las bandas crimi-
nales, “Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca son los de-
partamentos que presentan el mayor índice de aprehensiones
de menores en el periodo señalado”.

136
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

El rol del Psicólogo en el nuevo orden legal

Lic. Elina Criado


Perito Psicóloga Coordinadora del Gabinete Psicosocial de los Juzga-
dos Civil en Familia y Sucesiones del Poder Judicial de la provincia de
Tucumán

En el ámbito del Poder Judicial es donde se produce el en-


cuentro entre la Psicología y el Derecho, construyéndose el es-
pacio psi-jurídico. La designación de un Perito Psicólogo Oficial
durante el proceso judicial, tiene la finalidad de asesorar sobre
aspectos vinculados a los conocimientos que proporciona nues-
tra formación profesional. Por lo tanto, la intervención psicoló-
gica surge en razón de un saber que no posee el Derecho respec-
to a la dinámica psíquica y al consecuente accionar humano.
A partir de ser convocados como expertos para aportar des-
de el lugar requerido, comenzamos a impregnarnos de cuanto
acontece al ámbito jurídico-legal. De este modo, fuimos con-
virtiéndonos en auxiliares de la justicia. Este proceso deman-
dó la necesidad de formarse científicamente, manteniendo
actualizados los conocimientos relacionados con el ejercicio
profesional. En este sentido, el Código de Ética del Colegio de
Psicólogos de Tucumán, considera que “el constante desarro-
llo personal, científico, técnico y ético es garantía de idonei-
dad que contribuye al prestigio de la profesión y a la optimi-
zación del servicio que brinda”1. Ello también exige la realiza-

137
ción de una psicoterapia personal a fines de preservar nuestra
salud como con la de aquellos con quienes trabajamos, siendo
también importante la supervisión del trabajo efectuado.
El profesional psicólogo en relación al ámbito de la justi-
cia, puede ser convocado como perito oficial, de oficio/lista,
de parte o como consultor técnico. Cada país dicta las leyes
que rigen la actividad profesional y los códigos de regulación
de la tarea pericial. En Argentina, la ley Nacional que regula el
ejercicio profesional del psicólogo, es la Ley N°23.277 y la Ley
Provincial N°7.512. Esta particular práctica profesional abrió
así, camino a la especialización Psi-Jurídica.
Ahora bien, atendiendo al área de mi interés, el entonces
denominado Gabinete Psicosocial, en tanto integrado por Psi-
cólogos/as y Trabajadores/as Sociales, tuvo su inicio en los
años 70 impulsado por la Psicóloga, Lic. María Inés Usandiva-
ras de Oviedo, a lo que se sumaran dos Asistentes Sociales. Se
encontraban integradas al Servicio Médico Forense del Poder
Judicial, sin que dependieran de esta área médica.
Más tarde, el Gabinete logró tener su propio espacio y que-
dó instituido el 08 de noviembre de 1978 por Acordada
Nº 626, la que especifica “que el trabajo del Psicólogo y del
Asistente Social se encuentran estrechamente relacionados
y su complementación permitirá brindar un mejor y más
eficiente asesoramiento a los sectores del Poder que así lo
requieran. Que los problemas de conducta e inconducta so-
cial del individuo-caso deben ser enfocados bajo estos dos
aspectos estudiando tanto su personalidad como el medio
ambiente en el que se desenvuelve”.
Dicho Gabinete, en razón de la importancia que fuera cobran-
do en la Institución Judicial, incrementó el número de profesio-
nales de ambas carreras de grado en el transcurso del tiempo.

138
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

La modalidad laboral consistió en ser un Gabinete Multi-


fuero, que respondía al requerimiento de los diferentes Fueros
(Penal, Civil y Comercial, Laboral, Familia y otros) dependien-
do directamente de la Corte Suprema.
Considero importante esta breve reseña histórica a fin de
dar cuenta que las modificaciones de los Códigos, junto a la re-
estructuración del Gabinete en agosto de 2018 por Acordada
Nº 869/2018 -orientada a una división en el tratamiento de
Fueros- resultó conducente a rediseñar la práctica Psi-Foren-
se, justamente, frente al nuevo ordenamiento legal.
Se advierte por ello, una mayor participación en los nue-
vos espacios inaugurales del Poder Judicial. Ahora bien, dicha
convocatoria pareciera ubicarnos, la mayoría de las veces, en
un lugar de saber capaz de exceder nuestra competencia pro-
fesional, generando una situación en la que quedamos un tan-
to entrampados y expuestos.
En este sentido, me referiré a un momento de intervención
forense que a la luz de los nuevos tiempos exigen reflexión:
Informe Técnico de la Entrevista de Declaración
Testimonial del NNyA víctimas
Esto exige remitirnos a los siguientes artículos. En la pro-
vincia de Tucumán, la Cámara Gesell se encuentra legitimada
a través del Art. 232 (ex 229 bis) incorporado por Ley 7.545,
del CPP, que dice: “(…) La víctima será interrogada a los fi-
nes de la investigación o resolución de la causa por el Fiscal
o Tribunal, con la asistencia inexcusable de un psicólogo y/o
profesional necesario, pertenecientes al Poder Judicial y pre-
viamente desinsaculados, quienes emitirán dictamen con-
forme lo expresado por el Art. 245 (ex art 242). (…).”
Art. 245 (Ex Art. 242).- Dictamen. “El dictamen peri-
cial podrá expedirse por escrito o hacerse constar en acta, y

139
comprenderá, (…) Las conclusiones que formulen los peritos,
conforme a los principios de su ciencia, arte o técnica, y sus
respectivos fundamentos, (…)”
Siguiendo la Ley 25.852, en su Modificación de procedi-
mientos para acceso a la justicia de niños, niñas y adolescen-
tes, víctimas de delitos (…):
“a) Los menores aludidos sólo serán entrevistados por un
psicólogo especialista en niños y/o adolescentes designado
por el tribunal que ordene la medida, no pudiendo en ningún
caso ser interrogados en forma directa por dicho tribunal o
partes;
b) El acto se llevara a cabo en un gabinete acondicionado…
c) “(…) En el plazo que el tribunal disponga, el profesional
actuante elevará un informe detallado con las conclusio-
nes a las que arriban; (…)”.

En principio y según el “CPP de la Provincia de Tucumán


Comentado (…), la Entrevista de Declaración Testimonial no
es una pericia”, resultando contradictorio al afirmar que el
profesional interviniente emitirá un dictamen conforme al Art
245. Acorde al Protocolo, aprobado por nuestra Corte Supre-
ma de Justicia, el profesional interviniente elaborará posterior
informe técnico de la Entrevista de Declaración Testimo-
nial, sin emitir juicio de valor acerca de la verosimilitud de la
declaración. No corresponde al psicólogo aseverar acerca de la
veracidad del hecho.
Es en este punto donde surge mi inquietud al considerar la
inadecuación de dicho informe técnico, en tanto no tiene
un valor de prueba. Se advierte, sin embargo, que en ocasiones
las autoridades jurisdiccionales confunden al emitir opiniones
sobre dicho informe que no debería constar en el Expediente,

140
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

perdiendo relevancia la palabra de la niña, niño o adolescente


puesta en juego en la Testimonial la que consta en la videogra-
bación.
Considero que el perito actuante, al emitir información fe-
nomenológica respecto al acto de la declaración testimonial,
estaría de algún modo contaminando la prueba. En concreto,
se debería sólo tomar la Entrevista de Declaración Testimonial
ya que el CD queda en resguardo de la oficina que investiga.
A veces se confunde la labor del perito trasladándose en el
mismo una responsabilidad que no corresponde. Lo cual tam-
bién queda reflejado cuando respecto a la Entrevista de De-
claración Testimonial se le demanda al perito determinar lo
ocurrido o si a quien imputan el hecho es responsable; como
asimismo también definir si el NNyA dice la verdad, fabula o
miente.
En este sentido, a veces impresionaría que intentan arribar
a la “validación inmediata” acotando caminos jurídicamente
investigativos.
Concluyendo, esta tarea nos plantea cuestionamientos éti-
cos y científicos exigiendo una formación clínica que nos per-
mita posicionarnos de manera sólida ante la demanda judicial,
marcando de este modo alcances y limitaciones en la función
que nos compete.
El propósito está orientado a enriquecer este espacio psi-
jurídico sin perder el eje de nuestra específica función en su
íntima relación con el Derecho.

141
BIBLIOGRAFÍA
- Acordada Nº 626, 08 de noviembre de 1978
- Acordada Nº 869/2018
- Código de Ética - Colegio de Psicólogos de la provincia de
Tucumán
- Código Penal de la Provincia de Tucumán, Comentado ano-
tado y concordado Tomo II, Tucumán 2016, Ed. Bibliotex
- CODIGO PROCESAL PENAL DE LA NACION Ley 25.852,
Modificación. (Sancionada: Diciembre 4 de 2003 - Promul-
gada: Enero 6 de 2004)
- Ley y Reglamento Colegio de Psicólogos de Tucumán – 2017
- Sbdar, C. B., Dato, M., Sánchez, Edgardo y Zelarayán, L.
M. (2015). Protocolo interinstitucional para la atención de
niños, niñas y adolescentes víctimas o testigos de abuso
sexual infantil o violencia. Recuperado de https://www0.
justucuman.gov.ar/oficina_mujer/protocolo/archivos/
Protocolo/protocolo.pdf
- Volnovich R. Jorge (comp,) Abuso Sexual en la Infancia 2,
campo de análisis e intervención. Grupo Editorial Lumen
Hvmanitas 2006

142
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

El discurrir de la subjetividad en el damero de la


justicia

Lic. Mariela Garvich


Psicóloga. Poder Judicial de la Provincia de Tucumán

Este trabajo surge de reflexionar acerca de nuestra prácti-


ca y las diferentes problemáticas a las que nos enfrentamos al
trabajar desde un posicionamiento ético y sustentado en nues-
tros fundamentos técnicos. Nuestro rol está pluridetermina-
do, debiendo responder principalmente a la ley, pero nunca en
detrimento a nuestra propia especificidad.
En este devenir, pensaba en los últimos cambios que se sus-
citaron repercutiendo en nuestra práctica a partir de los nue-
vos paradigmas y su expresión en las nuevas modalidades de
actuación.
El paradigma a que me refiero apunta al rol más participati-
vo de la víctima en los procesos penales y fundamentalmente,
al de niños, niñas y adolescentes (NNyA), que llevó a la elabo-
ración y adopción de distintos dispositivos pensados para un
mejor abordaje de tales casos. Resultando lo anterior en leyes,
normas, acordadas, guías de buenas prácticas, protocolos —
que siempre resultan útiles, cuyo impacto positivo vivencio y
valoro en mi práctica diaria— pero que, sin embargo, aparecen
permanentemente cuestionados y al mismo tiempo resultan
insuficientes.

143
Cuanto más apelamos a dispositivos que garanticen lo que
parecería obvio que esté garantizado sin que se lo llegue a ga-
rantizar, más se me representa en mi mente un damero. Un
damero —tablero de juegos utilizado en las damas y el aje-
drez— que consiste en un cuadrado cuadriculado donde las
fichas o piezas se ubican en un orden determinado y cada cual
tiene un rol, con movimientos acotados. El alcance y la varie-
dad de movimientos posibles aumenta acorde a la importancia
del rol.
El juego se despliega en función de las estrategias de los
jugadores, poniendo en juego, redundancia adrede, su crea-
tividad, capacidad asociativa y de anticipación y memoria. Es
decir que, dentro de las reglas previas, cada uno juega el juego
según sus propias condiciones y características. Según su sin-
gularidad.
Y mientras esto sucede, casi imperceptible, invisible, mudo,
el tablero actúa determinando ciertos límites.
Todo aquel que quiera jugar al ajedrez o a las damas, debe-
rá hacerlo en un tablero como el descripto, usando las fichas,
acorde a las normas y pautas preexistentes y ejecutando los
movimientos que le son asignados. Recordemos que no todos
tienen la misma libertad de acción. Sin embargo, no soy exper-
ta, pero es de público y notorio conocimiento que no todas las
partidas son iguales. Son únicas e irrepetibles.
Me represento, y nos representó a todos nosotros, operado-
res y justiciables, como fichas de un inmenso tablero. Se nos
asignan roles, lugares y movimientos posibles. Este cuadrado
cuadriculado de leyes, normas y pautas, verticalista y rígido,
nos invita a poner en juego nuestras estrategias, nuestras ca-
pacidades, en cada partida. Que, como les comentaba, es úni-
ca. Apelamos a todos nuestros conocimientos, procuramos

144
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

ampliar nuestro bagaje acudiendo a congresos y espacios de


aprendizajes e intercambios con colegas y otros profesiona-
les para que nuestras intervenciones sean a la vez fundadas y
efectivas.
Pero no todos jugamos al mismo juego. De alguna manera,
pienso que nuestras intervenciones apuntan a un objetivo dis-
tinto. O, si se quiere, a otro objetivo, además de responder a
las demandas de las autoridades judiciales. Apuntamos a sos-
tener los parámetros de la subjetividad, a devolver la palabra
al sujeto apostando a que se juegue allí algo de su propio de-
seo. Pero ese juego ¿dónde se juega?
Podemos apelar acá al concepto de E. Jones redefinido por
Lacan: la afánisis. En el seminario11 «Los cuatro conceptos
fundamentales del psicoanálisis» Lacan reformula la noción
de afánisis con una acepción estructural, que se vincula con la
relación del sujeto y los significantes. Para él, como se sabe, el
sujeto puede encontrarse representado, en diversos momen-
tos, por algún significante bajo el cual se inscribe; pero esta re-
presentación siempre se hace en relación con otro u otros sig-
nificantes que se oponen, antes o después. Este segundo signi-
ficante va a decepcionar la esperanza del sujeto de tener, por
fin, acceso a un término que significara su ser. En esta pérdida,
ligada a la existencia (inevitable) del significante “binario”, La-
can sitúa finalmente lo que produce la afánisis. Otro término
lacaniano muy conocido, el inglés fading, es prácticamente si-
nónimo de afánisis: desaparición del sujeto en el proceso de la
alienación. El sujeto sufre un fading o “desaparecer” ante la
demanda y ante el objeto (por eso en los matemas correspon-
dientes el sujeto aparece barrado, tachado).
En este plano parecería desplegarse el juego en los cuadra-
dos del tablero, respondiendo a la lógica del discurso jurídico,

145
apelando a algún sentido que permita mantener una aparente
comunicación que borre el malentendido. Y en ese borramien-
to, se borra al sujeto, procurando anular la multiplicidad de
significados que implica el lenguaje. Hablando de realidad en
términos materiales, sin que tenga lugar la realidad psíquica
Cuando entrevistamos a un justiciable, escuchamos a un
sujeto. Apuntamos a ese barramiento, a la división subjetiva,
a conocer de su verdad. Tratamos de encontrar un punto de
anclaje entre el contexto jurídico y su realidad psíquica. Esto
que está ahí, como dice Lacan, no se trata de buscar en las pro-
fundidades sino de leer los conectores de lo que está allí, en la
misma superficie. Que nos habla de la dinámica inconsciente
que subyace a la problemática que nos convoca.
Y entonces, cuando vamos a conducir una entrevista de de-
claración testimonial, sabemos que no vamos a inferir, que
somos convocados a entrevistar como contraposición a inte-
rrogar, al decir de Rosansky. Pero también sabemos que, al
entrevistar a un niño, el niño habla de muchas maneras, y que
decir es solo una de ellas. Y por lo tanto, podremos leer sus
silencios, sus gestos, sus ansiedades. Y luego nos piden que
nuestros informes sean claros. ¿Claros en qué sentido?
Podemos pensar que nos piden conceptos claros y al alcan-
ce del lego. Larga discusión siempre presente, entre mantener
nuestra especificidad técnica sin dejar de cumplir con nuestro rol
de auxiliares de la justicia. Pero a lo que me refiero es a otra cla-
ridad, la claridad de la realidad material, del hecho que se inves-
tiga. De lo cual en realidad sabemos que nada podemos decir.
Entonces, eso que discurre nos habla de otro juego que no
transcurre en el tablero, pero tampoco puede darse por fuera
de él. Más allá de que todas las pautas, leyes, normativas, en
tanto borde, operan acallando lo subjetivo que discurre en el

146
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

discurso del sujeto, como aparece invisibilizado el tablero, la


subjetividad discurre. Somos nosotros quienes podemos darle
un lugar en el juego.
Cuando nuestros señalamientos producen algún efecto de
sentido, de anudamiento, estamos trabajando en este plano.
Esto podrá ofrecerle al sujeto alguna alternativa de resolución
ajena a lo que oportunamente podrá o no ofrecer la justicia.
Porque en definitiva, el juego de la justicia es como el ajedrez,
un juego de ingenio, de estrategia. Nuestro juego consiste no
en mostrar una verdad objetiva sino en alojar ese discurrir del
sujeto para que algo del efecto verdad que lo represente emerja.

147
Importancia de la Pericia Psicológica en el
Juzgado de Ejecución Penal

Lic. Sara Auatt


Psicóloga del Equipo Interdisciplinario del Juzgado de Ejecución Penal
del Poder Judicial de la Provincia de Santiago del Estero.

Introducción
El tema propuesto tiene como objetivo fundamental re-
flexionar sobre la tarea pericial que desempeña el psicólogo en
la etapa del cumplimiento de la condena del autor de un de-
lito, y la importancia del trabajo interdisciplinario en función
del futuro proyecto de vida del condenado y su posibilidad de
recuperación bio –psico – social. Ello no solo lo implica poner
en juego su responsabilidad individual, sino que dicho proce-
so es compartido necesariamente con un entramado familiar,
social, educativo y laboral que desde lo ambiental le ofrezca
alternativas diferentes a las que tuvo antes de cometer el ilícito
por el cual se encuentra cumpliendo una sanción penal. Esta
articulación del sujeto con el afuera social involucra e implica
una actividad compartida con un equipo, en la cual el perito
psicólogo ejerce un rol de importancia trascendental en su ta-
rea de asesorar al juez en su toma de decisiones que necesa-
riamente otorgan al sujeto sus derechos bajo el amparo de las
leyes que lo regulan.

148
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

En tal sentido, no debe perder de vista el enfoque jurídico


que es el soporte legal de su actividad esencial, que debe ser
siempre en articulación interdisciplinaria con el derecho.
Desde el marco jurídico el Principio del Régimen Peni-
tenciario Progresivo que regula la disciplina y tratamiento
del autor de un delito, tiene como base la educación y el traba-
jo. En el mismo hay distintos períodos:

xxPeríodo de Observación.
xxPeríodo de Tratamiento (que puede ser fraccionado en fa-
ses) y de tipo obligatorio (normas que regulan el régimen
penitenciario) o facultativo (actividades terapéuticas que se
desarrollan de manera interdisciplinaria, programada e in-
dividualizada en el interior de un establecimiento peniten-
ciario, con la finalidad de lograr la adecuada re - inserción
social del condenado).
xxPeríodo de Prueba.
xxPeríodo de Libertad Condicional.

Los períodos señalados están previstos y normatizados en


los artículos 15 al 29 de esta ley, incorporando al condenado
en su período de prueba a un establecimiento abierto o sección
independiente de éste, que se base en un principio de auto -
disciplina, incluyéndolo sucesivamente a la posibilidad de ob-
tener salidas transitorias del establecimiento y al régimen
de la semi - libertad. Es importante destacar la intervención
del equipo interdisciplinario en las opiniones que posibilitan
la toma de decisiones del juez de ejecución penal o juez com-
petente, quien es el que concede la libertad condicional al
condenado. Ello significa que puede recuperar la libertad pero
bajo el cumplimiento de condiciones o requisitos fijados

149
por el Código Penal, previo los informes fundados del organis-
mo técnico – criminológico (O.T.C) y del consejo correccional
del establecimiento penitenciario y de conducta y concepto de
la comisaria donde se encuentre detenido.
El informe penal que se aporta al expediente deberá contener
los antecedentes de conducta, concepto y dictámenes crimino-
lógicos desde el comienzo de la ejecución de la pena hasta el mo-
mento en que se solicita el beneficio. Y el Informe del Equipo
Interdisciplinario de Ejecución Penal. Una vez que el juez haya
otorgado el mismo, es responsabilidad del Patronato de Libera-
dos la asistencia eficaz del liberado, función que también podrá
ser cumplida por un Servicio Social competente, pero en ningún
caso por los organismos policiales o de seguridad. El condenado
deberá participar con un plazo de tiempo no menor de sesenta a
noventa días de un programa intensivo de preparación para su
retorno a la vida libre, según lo previsto en el art. 30 de la ley,
siendo el mismo elaborado por profesionales del servicio social
en coordinación con el patronato de liberados promoviendo ac-
ciones para mejorar su re- inserción social.
La ley 24660 en su Tercera Sección habla sobre las Alter-
nativas para Situaciones Especiales tales como la Pri-
sión Domiciliaria, prevista en el art. 10 del Código Penal,
reservando este beneficio para el condenado mayor de setenta
años o el que padezca una enfermedad incurable en período
terminal que se haya regulada de los art. 31 al 34 de la ley. En
el art. 35 se trata sobre la prisión discontinua y semi - de-
tención que se determina, en el caso de la primera la posibili-
dad de ser cumplida bajo condiciones específicas previstas en
los artículos 36 al 38, se presentan como modalidades alterna-
tivas a la prisión tradicional y solo puede ser determinada por
el juez competente. Esta modalidad ofrece la ventaja de per-
150
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

mitir al condenado cumplir con su condena conservado sus


redes familiares, sociales y de trabajo. En la segunda se esta-
blece del art. 39 al 44 en los que se determina las condiciones
en que será cumplida la semi - detención ininterrumpida
del condenado, la cual se realizará en una institución con
modalidad diurna o nocturna basada en el principio de auto-
disciplina, durante el tiempo en que no debe cumplir con sus
obligaciones familiares, laborales o educativas. Hay dispo-
siciones comunes a ambas contempladas en los artículos
45 al 49 en el que se habla de la posibilidad de revocar tales
condiciones en caso de incumplimiento grave o reiterado por
parte del condenado en ambas modalidades.
Del artículo 50 al 54 se normatiza otra modalidad del
cumplimiento de la condena a través de Trabajos para la
Comunidad, reservando al condenado la posibilidad de
renunciar a esta alternativa, ante lo cual el juez competen-
te dispondrá que el resto de la pena se cumpla en prisión
discontinua, semidetención o en un establecimiento peni-
tenciario.
La cuarta sección de la Ley 24660 habla de la Libertad
Asistida, estableciendo su procedencia y forma de trami-
tarla por el condenado, las obligaciones y condiciones de su
otorgamiento y los motivos de su negación por parte del juez
de ejecución penal o competente en casos excepcionales o
cuando lo considere, por resolución fundada, si estima dicha
medida como un riesgo para el condenado o la sociedad. Así
mismo los motivos de su revocación que se hayan compren-
didos en el artículo 56, se aplican cuando el condenado en
libertad asistida cometiere un delito o violare la obligación
las condiciones a las que está sujeta, debiendo practicarse en
tal caso un nuevo cómputo no considerándose el tiempo que
151
haya durado este tipo de libertad otorgado previamente.
El tratamiento penitenciario facultativo es el conjunto de
actividades que desde la práctica en la realidad concreta se ob-
serva que no es llevado a cabo de una manera programada,
sistemática, articulada y rigurosa. Esto se debe en parte a la
falta de implementación de políticas del estado tendientes a
su cumplimiento, realizándose solo tratamientos sin continui-
dad ni seguimientos, lo cual resulta inútil para la obtención de
los objetivos propuestos. Otro de los obstáculos con los que se
suele tropezar es la falta de predisposición del condenado para
realizarlo. Esto último impide que se pueda avanzar hacia el
último tramo del otorgamiento del beneficio de la libertad
condicional, para la cual debe ser evaluado previamente por
un equipo interdisciplinario de médicos, psicólogos y asisten-
tes sociales, según las necesidades de cada caso en particular.
Es importante contar en todos los casos con la lectura del ex-
pediente judicial, sin el cual vamos a perder una valiosa infor-
mación que guiará las posibles valoraciones de la tarea del psi-
cólogo y sus recomendaciones pertinentes al magistrado sobre
la persona que se encuentra cumpliendo una condena penal.
En función de poder mejorar en tales objetivos se propone
desde este año en el único Juzgado de Ejecución Penal exis-
tente en la provincia de Santiago del Estero, el uso de un Pro-
tocolo cuyo modelo fue inspirado en el protocolo del Juzgado
de Ejecución Penal de la ciudad de Córdoba capital, cuyo coor-
dinador es el Lic. Pablo Duje, Especialista en Psicología Clí-
nica y Especialista en Psicología Jurídica por ser considerado
dicho protocolo una herramienta que brinda un enfoque más
abarcativo e interdisciplinario en tal sentido. Su implementa-
ción fue llevada a cabo en Córdoba desde el 8 de mayo del año
2018, y en nuestra provincia a partir de los inicios de este año,

152
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

luego de haber sido modificada y adaptada al medio provin-


cial, surgiendo algunas resistencias iniciales para su uso por
el juez actuante, habituado a otro tipo de ediciones científicas
menos objetivas y concretas, pese a resultarle más claro y pre-
ciso en sus conclusiones. Sin embargo, es el propósito de este
trabajo poder trasmitir la experiencia y los conocimientos que
el uso de dicho protocolo puede aportar al quehacer cotidiano
del psicólogo forense, en la búsqueda de dar una respuesta su-
peradora ante este tipo de pericias, en las que el juez frecuen-
temente demanda el apoyo, opinión y asesoramiento en forma
más directa e interdependiente del equipo técnico interdisci-
plinario que lo acompaña y respalda en su toma de decisiones.
A continuación se da a conocer la versión original del Pro-
tocolo y sus adaptaciones a la provincia de Santiago del Este-
ro, acompañado de un Glosario de Conceptos de terminología
técnica de la psicología que se consideraron importantes para
la mayor comprensión de los informes por parte del juez. Los
mismos guardan relación con los términos utilizados por el
perito psicólogo en sus informes periciales, aportando un cau-
dal de conocimientos específicos de esta disciplina.

Ciudad de Córdoba, de del 201


Informe Pericial Psicológico N°
AL SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO DE EJECUCION
PENAL
Secretaría: Dr/a.:
Perito Oficial: Lic.
Perito de Control:
Metodologías y recursos técnicos utilizados: Entrevista

153
semi-dirigida….; Test proyectivos…..; informes del SPC…..
El informe actual, como las conclusiones finales, sur-
gen de la lectura del material incorporado en autos
hasta el día de la fecha:

A efectos de dar cumplimiento a lo solicitado en el


oficio correspondiente en Autos. Expte. Nº “NN…..
EJECUCION DE PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD”.

DATOS DE LA PERSONA EXAMINADA


· Fecha: (Del acto Pericial)
· Nombre:
· Edad:
· Nacionalidad:
· Escolaridad previa a la condena:
· Estado Civil:
· Hijos:
· Situación laboral previa a la condena (último tra-
bajo):
· Solicitud de: L.C / L.A / P. D. /Otros ( señalar lo
que corresponda)
· Fechas: Detención: L.C: L.A:
C.T:
· Tipo de Delito:
· Antecedentes Penales: Robo: Homic.: Ab.Sex.:
VF: Otros:
· Art. 415: 140: (marcar que el corresponda).-

154
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

A.Nivel Manifiesto al Examen Clínico Actual. (valoración des-


criptiva que engloba a los siguientes factores: presentación,
atención, concentración memoria, modalidad discursiva).
B. Valoración Pericial basada en datos relevantes de la diná-
mica de personalidad del entrevistado como también en
componentes sociales y criminológicos.
B.1 Características relevantes de la dinámica de personalidad:
B.2 Tolerancia a la frustración: 
· Presente : (en proceso de adquirir mayor capacidad para 
sobrellevar adaptativamente  la postergación de sus de-
seos  o necesidades personales).-
· Ausente (disminución de la capacidad para  sobrellevar
adaptativamente  la postergación de sus deseos  o nece-
sidades personales).-
B.3 Posibilidad de control de sus impulsos y capacidad para
sostener la autodisciplina:
· Presente:
· Ausente:
B.4 Identificación con pautas transgresoras en la evaluación
actual: 
Presente: (persistencia de pautas subjetivas transgreso-
ras que darían  lugar a conductas antisociales).-
Ausente: ( A pesar del posible historial transgresor, en
la evaluación presente, se infiere en la persona evaluada
un proceso de incorporación de nuevas pautas subjetivas
que darían lugar a conductas enmarcadas dentro de la ley).-  
B.5 Internalización de normas y autorregulación efectiva de
su conducta:
· Presente
· Ausente

155
b.5. Inferencia de la disminución de riesgo de paso al acto im-
pulsivo/agresivo en el medio libre:
· Presente: (autorregulación efectiva con disminución de
riesgo criminológico)
· Ausente (autorregulación deficiente con aumento de
riesgo criminológico)
B.6 Posicionamiento frente al acto transgresor y respecto a la
víctima y daño  ocasionado:
· De implicancia reflexiva:
· Ambivalente:
· Confuso:
· Exculpatorio:
B.7 Capacidad para visualizar y advertir el daño:
· Presente
· Ausente
B.8 Problemática de consumo de sustancias psicotóxicas:
A) Antecedentes de consumo problemático:
· Presente:
· Ausente :
B) Conciencia de dicha problemática:
· Presente:
· Ausente :
B.9 Información relevante para el caso, suministrada por
los informes técnicos del Servicio Penitenciario (conducta,
sanciones, tratamientos etc.).Mencionar sin transcribir an-
teponiendo fojas en las cuales se encuentra en el expediente:
C. Recomendación de Tratamiento Psicológico o de otra mo-
dalidad asistencial: (Aquí, eliminar el párrafo que NO
corresponda, según el caso. Y modificar el tipo de
pedido según el caso)
En el caso que SS resuelva no hacer lugar al pedido de libertad

156
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

anticipada formulado por el interno, desde lo estrictamente


psicológico se sugiere:
En el caso que SS resuelva hacer lugar al pedido de libertad
anticipada formulado por el interno, desde lo estrictamente
psicológico se sugiere:
C.1 Tratamiento Psicológico:
· Si:
· No:
C.2 Lugar:
· Extramuros: En este caso se sugiere:
o Frecuencia del control de asistencia:
o Frecuencia de solicitud de informes de evolución al profe-
sional tratante:
· Intramuros: En este caso se sugiere:
o Frecuencia de solicitud de informes de evolución:
C.3 Tiempo de duración mínima recomendado en cantidad de
sesiones con frecuencia semanal:
· Sesiones de modalidad individual y/o grupal.-
C.4 Objetivos del tratamiento psicoterapéutico:
Se aclara en este punto que la sugerencia de tratamien-
to quedará sujeta a la instancia decisoria de S.S en rela-
ción al otorgamiento o no del beneficio solicitado por el/la
nombrado/a.
C.5 Toda otra consideración que el Sr. Profesional considere
pertinente respecto al tratamiento:
· Interconsulta con el área de Psiquiatría del SPC:
· Necesidad de Complemento con Pericia Social:
· Necesidad de complemento con Pericia Medica:
· Necesidad de complemento con Pericia Psiquiátrica:
· Sugerencia de control del Patrón. Lib:
· Otros:

157
D. Cualquier otro dato a sugerencia que el profesional con-
sidere de utilidad e interés para la presente causa
D.1: “En caso de que el profesional tratante mantenga po-
sición diversa respecto a la necesidad de continuidad del tra-
tamiento psicológico, se sugiere que sea solicitado al SPC la
elaboración de una estrategia apropiada a las necesidades y
características de personalidad del Sr/a. ……………, que se pro-
ponga como más adecuada para que el/la interno/a continúe
desarrollando los recursos necesarios para su futura reinser-
ción social. Esto, atendiendo a la naturaleza delictiva descripta
y salvo mejor criterio de S.S.”- (eliminar el párrafo cuan-
do NO corresponda)
D.2: (Solo responder y agregar en casos de evaluación de
Prisión Domiciliaria)
· En virtud de lo expuesto, se considera que el interno/a po-
dría respetar eficientemente las normas y limites propios
del instituto de la Prisión Domiciliaria.-
· En virtud de lo expuesto, se considera que el interno/a, en
el presente, no cumplimentaría con las condiciones míni-
mas y necesarias que impliquen respetar las normas y
limites propios del instituto de la Prisión Domiciliaria.-
“Solicito: 1) Regule Honorarios por la Práctica Profesional
realizada acorde a la Ley 8002 de la Provincia; 2) Se remita
a esta Área copia de la sentencia firme a sus efectos”
Es todo cuanto por informar y solicitar a SS

158
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

MODIFICIACIONES DE SU USO EN LA
PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO

A continuación se señalan las adaptaciones hechas y con-


sensuadas por el equipo de psicólogos que integra el juzgado
de Ejecución Penal, a saber:
• El punto B.9 no fue incorporado por falta de acceso directo a
esa información, y en el caso del juzgado de Santiago del Este-
ro, no todos los condenados pasan por el servicio penitenciario
sino que los que se encuentran alojados en comisarías, se los
califica por autoridad competente en el ítem de Conducta.
• En cuanto a la indicación de tratamiento psicológico se
omitieron los puntos C2 y C3 por falta de equipos técni-
cos en la provincia de un lugar intramuros para reali-
zarlos. Recién en forma reciente se están incorporando
equipos para realizar tratamiento extra muros en adic-
ciones (prueba piloto con 3 detenidos).
• Los puntos C5, D1 y D2 tampoco fueron consignados,
por considerar que exceden las posibilidades de la tarea
pericial, dejando esta toma de decisiones a cargo de la
función del juez. Por último la solicitud de regulación
de Honorarios expuesta en el punto 1 es improcedente
por ser cargos oficiales, que no se hallan regulados por la
misma ley de la ciudad de Córdoba.
• El punto 2 que reza que “Se remita a esta Área copia de
la sentencia firme a sus efectos”, no se adecua tal pedido a
la modalidad funcional del contexto provincial de Santiago
del Estero.

159
GLOSARIO GUÍA PARA LA LECTURA Y ADECUA-
DA INTERPRETACIÓN DE LOS INFORMES PERI-
CIALES DEL EQUIPO TECNICO PARA LOS JUZGA-
DOS DE EJECUCIÒN PENAL
CONCEPTOS UTILIZADOS EN LA GRILLA EVA-
LUATIVA

Nivel Manifiesto:
Refiere a la breve descripción fenoménica que hace alusión
a la presentación del entrevistado. Los datos que se describen,
no solo son pautas semiológicas utilizadas para el diagnóstico
posterior, sino que también ubican a la persona examinada en
el aquí y ahora. -

Dinámica de Personalidad:
La personalidad es un concepto ciertamente complejo, y no
es el objetivo de este glosario realizar un análisis crítico ni se-
miótico del mismo, sino simplemente, ilustrar a S.S. sobre el
alcance operativo del término en el ámbito pericial de la Eje-
cución de la Pena . En este sentido, se entenderá que:

1) La personalidad es producto de la herencia y del medio


ambiente.
2) La herencia es el conjunto de rasgos que están definidos
desde antes del nacimiento, particularmente en el código
genético del individuo. -
3) El ambiente es el conjunto de influencias que recibe el
sujeto del medio que lo rodea.
4) La personalidad se moldea en los primeros años de vida.

160
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Lo anterior da como resultado que, al no existir dos per-


sonas que tengan el mismo código genético, ni hayan vivido
las mismas experiencias ambientales, la personalidad es algo
único e irrepetible. -
Prestigiosos autores tales como, Allport y Filloux, hablan
de la “personalidad” como entidad o configuración organiza-
da, como una organización dinámica, como La Personalidad
es la organización dinámica, en el interior del individuo, de los
sistemas psicofísicos que determinan su conducta y su pensa-
miento característicos.
2 una configuración única, es decir, la actual concepción psi-
cológica permite pensar la personalidad como una totalidad.
Siguiendo A W. Allport entenderemos finalmente que:

Autoconcepto
Asociado al concepto de Personalidad, el auto concepto, re-
fiere al conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos
que el individuo tiene de sí mismo. En dicha definición, histó-
ricamente se han diferenciado claramente dos componentes:
1) Elementos cognitivos (pensamientos): refieren a
las creencias sobre uno mismo tales como la imagen corporal,
la identidad social, los valores, las habilidades o los rasgos que
el individuo considera que posee.
2) Elementos afectivos (sentimientos). También lla-
mado autoestima, están constituidos por el conjunto de sen-
timientos positivos y negativos que el individuo experimenta
sobre sí mismo.

161
Posicionamiento Subjetivo:
Analizaremos dicho concepto en sus dos componentes:
1) Posicionamiento, es la acción o efecto de posicionar,
es decir, tomar una actitud o postura frente a un asunto.
2) subjetividad hace referencia a la singularidad humana.
Por lo cual entenderemos que: es el singular modo con el
cual la persona condenada, se ubica frente a determinada si-
tuación (delito, abuso de sustancias, límites legales etc.).

Componentes Sociales.
Refiere al Conjunto de influencias que recibe el sujeto del
medio que lo rodea, es decir, familiar, laboral, educacional etc.-
Se tendrá en cuenta, como ya se ha mencionado (ver perso-
nalidad), que desde que somos pequeños aprendemos a com-
portarnos dentro de la sociedad y a identificar las normas y con-
venciones que debemos seguir para ser considerados miembros
de ella. La sociedad es el entorno propio de la persona.

Componentes Criminológicos e Identificación con


Pautas Transgresoras en la Evaluación Actual:
Íntimamente relacionado con el anterior, entenderemos di-
chos conceptos como la identificación con pautas de ejecución
de conductas encaminadas a atacar los valores esenciales de
la sociedad y el bien común, produciendo la vulneración de
normas que rigen la convivencia entre los miembros de la co-
munidad. Es importante resaltar, que la evaluación pericial en
la Ejecución de la Pena, busca identificar presencia (persisten-
cia) o ausencia de dicha identificación EN LA ACTUALIDAD y
no al momento de la condena.

162
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Tolerancia a la frustración:
Analizaremos dicho concepto en sus dos componentes:
ç1) Frustración: estado emocional (con concomitan-
tes biológicas y psicológicas) desencadenado frente aquellos
acontecimientos que involucran la reducción o supresión en la
capacidad de satisfacción de deseos personales. -
2) Tolerancia: cualidad o capacidad que tiene un organis-
mo vivo para resistir y/o aceptar.
Por lo descrito, entenderemos por tolerancia a la frustra-
ción: a la capacidad de la persona humana, de sobrellevar
adaptativamente la disminución, postergación o negación de
sus deseos o necesidades personales. -

Control de sus impulsos:


Analizaremos dicho concepto en sus dos componentes:
1) Impulso: refiere a la tendencia del individuo a la ac-
tuación conductual movilizado por la emoción sin que haya
mediado una deliberación previa de la razón.
2) Emociones: refiere estado al estado afectivo que expe-
rimentamos. Es una reacción subjetiva al ambiente que viene
acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos)
de origen innato, influidos por la experiencia.
Por lo descripto, entenderemos por Control impulsivo:
la posibilidad de satisfacción de las demandas emocionales de
un modo no perjudicial ni para sí mismo, ni para terceros. -
Por lo descripto, entenderemos por Ausencia de control
impulsivo: imposibilidad o dificultad o fracaso a la hora de
resistirse a demandas emocionales con posibilidad de llevar
a cabo algún acto perjudicial sí mismo como para los demás.

163
La dinámica de la actuación impulsiva implica, en general,
tres fases: a) sensación creciente de tensión o activación. -
b) paso al acto, con emociones concomitantes de placer,
gratificación o liberación. -
c) posibilidad de nuevas emociones/ sentimientos, tales
como pena, culpa, auto reproche, etc.

Sostenimiento de la autodisciplina. Internalización


de normas. Autorregulación efectiva de su conducta
Conceptos íntimamente relacionados entre sí y con el anterior:
1- Sostenimiento de la autodisciplina: alude a posibi-
lidad de sostener por sí mismo y sin ningún control externo,
las reglas disciplinarias solicitadas en su entorno. –
2- Internalización de normas y Autorregulación
efectiva de su conducta:
La internalización de normas y valores es una acción parti-
cularmente relacionado con el aprendizaje social, el cual con-
siste, en un proceso mediante el cual las acciones reguladas
inicialmente desde el exterior, van progresivamente incorpo-
rándose a la persona a medida que la misma va asumiendo los
valores del medio. El concepto descripto, es esencial para la
autorregulación de la conducta.

Riesgo de paso al acto impulsivo/agresivo


Riesgo aumentado: refiere al incremento de la posibi-
lidad, en virtud del detenido análisis de los puntos anteriores
y posteriores (dinámica de personalidad, autoconcepto, posi-
cionamiento, control, reflexión etc.), de la actuación o paso al
acto agresivo impulsivo como modo de resolver las frustracio-
nes y o conflictos. -

164
ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Riesgo disminuido: refiere a la disminución de la po-


sibilidad, en virtud del detenido análisis de los puntos ante-
riores y posteriores (dinámica de personalidad, autoconcep-
to, posicionamiento, control, reflexión,etc.), de la actuación
o paso al acto agresivo impulsivo como modo de resolver las
frustraciones y o conflictos. –

Posicionamiento frente al acto transgresor.


Como ya se ha explicitado cuando se hacía mención del po-
sicionamiento subjetivo, en este apartado se hace referen-
cia a la actitud o postura particular que toma el examinado
frente al acto transgresor que motivó su condena. -

Posicionamiento frente a la víctima y daño ocasio-


nado
Refiere a la actitud o postura que el interno examinado
toma frente a la víctima del hecho transgresor que motivó su
condena. Pudiendo: 5
· Implicarse Reflexivamente: asumir su conducta pasa-
da, pensarla y considerarla con atención y detenimiento con el
objetivo de comprenderla adecuadamente y así, formarse una
nueva opinión sobre la misma, con posibilidad de tomar una
nueva decisión futura. -
· Actitud Ambivalente: mostrar la coexistencia de emo-
ciones o sentimientos opuestos. -
· Confuso: Falta de orden, de claridad o contradicción en
sus verbalizaciones.
· Exculpatorio: “librarse de la Responsabilidad”, en ge-
neral haciendo depositaria de la misma a un tercero (victima,
familiares, amistades etc.)

165
Información relevante para el caso, suministrada
por los informes técnicos del Servicio Penitenciario
Los dictámenes psicológicos del “Equipo Técnico para los
Juzgados de Ejecución Penal”, tienen su fundamento en tres
vertientes de información:
1) La/s entrevistas diagnóstica/s, realizadas con el interno
(entrevista clínica y técnicas de exploración o test). -
2) Los datos que surgen del expediente o legajo, particu-
larmente los diversos informes actualizados del SPC sobre el
interno. -
3) Los diagnósticos sociales. -

Tratamiento Psicoterapéutico: Especificando lu-


gar, tiempo mínimo de duración .
El ideal resocializador de la pena, conlleva, entre otras va-
riables de abordaje, la posibilidad de ofrecimiento al recluso
de un tratamiento psicológico. El mismo se sitúa como una
herramienta de inestimable valor a la hora de posibilitar y/o
facilitar a la persona privada de la libertad asumir nuevas pau-
tas de conducta que coadyuven a un futuro posicionamiento
social adaptativo. -
Con el fin de posibilitar a SS. el control y/o seguimiento de
dicho abordaje, se demarca a modo de sugerencia, un mínimo
encuadre a los fines que los profesionales del SPC. que lo lle-
varán a cabo, lo utilicen como parámetros objetivos, pudiendo
modificar el mismo según la particular situación institucional.

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ASOCIACIÓN DE PSICÓLOGOS FORENSES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Bibliografía de Consulta
· Abraham Maslow La personalidad creadora. Barcelona: Editorial
Kairós. (1991).
· Abraham Maslow Motivación y personalidad. Madrid: Ediciones Díaz
de Santos.– (1982).
· Abraham Maslow Amplitud potencial de la naturaleza humana. Mé-
xico: Editorial Trillas.
· Asociación Estadounidense de Psiquiatría Manual diagnóstico y esta-
dístico de los trastornos mentales .- 5ta. Ed.- 2013.-
· A W. Allport .-Psicología de la Personalidad.- Ed. Paidos 1968

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