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La temática central que trataremos es el valioso período histórico colonial, en

donde se forma nación multiétnica y pluricultural que heredamos producto de la


interacción entre el indígena que por siglos estaba ya en el Istmo, el blanco
europeo, descubridor y colonizador; y el negro que viene como mano de obra
esclava. En este módulo se repasan los aspectos de nuestra historia colonial como
las diferencias conceptuales entre descubrimiento, conquista y colonización, la
fundación de poblados, la sociedad colonial, la organización política, la
organización social, el mestizaje, la función transitista, el contrabando, la
piratería y la decadencia española
Dentro de nuestro pasado histórico, el reconocimiento de lo que hoy somos como
pueblo y la identificación de una memoria colectiva que nos es común, procede de
la importancia y legados de la influencia colonial en aspectos como las costumbres,
idioma, división territorial y religión. El período colonial en Panamá es el más
trascendente en la construcción de un imaginario como formación histórica-socio-
económica que todavía hoy mostramos.

2. La Conquista y Colonización 2.5 La ruta transístmica


2.1 Concepto de Conquista y 2.6 Las ferias de Portobelo
Colonización 2.7 El Contrabando y la
2.2 La fundación de piratería
poblaciones 2.8 La decadencia española
2.3 La sociedad colonial 2.9 El fin de la ruta
2.4 La función transitista de 2.10 La decadencia del poder
Panamá español en el Istmo
E
l período colonial panameño se hoy tenemos, ya que en este momento
extiende desde 1501 hasta 1821, histórico entra en contacto el indígena
significa que abarca originario, el blanco invasor y al negro
aproximadamente una extensión de que traen como mano de obra esclava.
tres siglos de duración. Es Pero antes de la conquista y
considerado por los historiadores colonización del territorio istmeño,
como el período que formó al ser ocurrió el evento del descubrimiento
social panameño y aquel que nos legó del Istmo de Panamá para la historia
el país pluricultural y multiétnico que occidental europea.

Una vez descubierto América el 12 de octubre de 1,492 el centro del coloniaje


español se radica en el Caribe. Nueve años después, en 1,501, Rodrigo Galván de
Bastidas descubre para el europeo occidental el Istmo de Panamá. Recordar que
antes de la llegada de los españoles al Istmo ya había una fuerte presencia indígena.

Bastidas, en 1501, llega a las inmediaciones del litoral caribe del país a un punto
que él denominó Puerto del Escribano. Al año siguiente, en 1,502, Cristóbal Colón
también arriba al litoral Caribe del país y recorre desde Bocas del Toro hasta
Portobelo. En este viaje intenta fundar la población de Santa María de Belén,
primer intento de colonización en tierra firme americana y que es destruida por los
indígenas de la región central del país.

La gran diferencia entre estos dos viajes iniciales del descubrimiento de Panamá
radica en que Bastidas sólo llega al lugar y acto seguido se marcha, en tanto que
Colón intenta fundar un núcleo poblacional. De cualquier forma, lo importante es
destacar que Bastidas y Colón son llamados los descubridores del Istmo de Panamá
y que llegaron por la vertiente Caribe del país.
En el apartado siguiente se aborda los conceptos de conquista y colonización y
como estos encuentran aplicación en la historia de Panamá.

La conquista se entiende como la dominación o sometimiento violento o pacífico de


un determinado territorio que es tomado por una sociedad que reclama para ella el
mérito de la posesión de lo conquistado. Sin lugar a dudas, que, en la historia
colonial, la parte conquistadora hace referencia al aspecto militar.

En ocasiones la parte conquistadora asumía el carácter religioso al predicar el


evangelio y animar a los indígenas a que se convirtieran al catolicismo. Si esto
ocurría entonces los indios eran encomendados a un conquistador que tenía que
dispensarle buenos tratos y cristianizarlo. En el caso contrario, es decir, la negativa
del indígena a evangelizarse, entonces el español podía hacerle la justa guerra y
despojarle de sus bienes.

La fase conquistadora tenía la doble vertiente militar y espiritual. En el caso de la


historia panameña un ejemplo de la fase conquistadora es que en 1,508 la corona
española decide dividir los territorios conocidos de tierra firme en dos
jurisdicciones:

Nueva Andalucía y Castilla del Oro. La primera, ubicada en lo que hoy es la


República de Colombia, se le confiere a la jurisdicción de Alonso de Ojeda; en tanto
que la segunda queda al mando de Diego de Nicuesa.

La expedición de Ojeda a Nueva Andalucía fracasa, por lo cual se encomienda


rescatarlo a Enciso en cuya expedición viene de polizonte Vasco Nuñez de Balboa.
Entre tanto, en los confines de Castilla del Oro, Diego de Nicuesa funda, con
muchas dificultades, la población de Nombre de Dios en 1,509-1510.
Debido al fracaso del rescate de Ojeda, Enciso, asesorado por Balboa decide tornar
a Castilla del Oro, dominios de Nicuesa. En esta localidad Enciso, Balboa y
Samudio fundan la población de Santa María la Antigua del Darién (1,510). En un
movimiento de audacia política, Balboa logra el favor de los expedicionarios y en
Cabildo Abierto para elegir las autoridades de la localidad logra ser nombrado
Alcalde. Aquí ya hay un problema de orden jurídico, ya que Balboa y compañía
fundan un poblado en territorio que no era de su mando.

Al saber esto, Nicuesa marcha de Nombre de Dios a Santa María la Antigua para
posesionarse del territorio que era suyo, pero al llegar a esta población es
rechazado como autoridad y obligado a retirarse. En dominio total de la situación,
Balboa empieza un proceso de acercamiento y sometimiento a los grupos indígenas
locales (Ponca, Comagre, Careta, Cémaco) hasta que ellos le informan de la
existencia de otro mar en el cual encontrarían todo el oro que andaban buscando.
De esta suerte, informado Balboa de la existencia del otro mar, emprende la
búsqueda del mismo hasta que lo descubre el 15 de septiembre de 1,513. Este hecho
es de vital importancia ya que va a cambiar la perspectiva que hasta ese momento
tenía la corona sobre Castilla del Oro y va a convertir a nuestro país en eje central
de las futuras conquistas españolas en tierra firme.

En el año 2013 se celebró los cinco siglos de llamado descubrimiento del Mar del
Sur. Hoy la moderna historiografía denomina a este hecho “Avistamiento,
reconocimiento y dominio del Mar del Sur”. Esta nueva forma de llamar al evento
es para determinar que los habitantes originarios del Istmo ya conocían y
comerciaban en dicho mar. El mérito español es que incorpora al Océano Pacífico a
una historia global en donde Panamá aportará su privilegiada posición geográfica
facilitando el proceso de la Revolución Comercial.

La colonización es la parte más formal de todo proceso de dominación, ya que


implica el establecimiento de las estructuras formales de dominación, En otros
términos, es recrear en la sociedad vencida, los patrones culturales e ideológicos de
la sociedad vencedora. La colonización tiene que ver con la implantación y la
imposición del idioma, la religión y las instituciones que van a regular la vida en la
colonial. Uno de los principales instrumentos del ejercicio del proyecto colonizador
fue el establecimiento de las primeras poblaciones y ciudades.

Frecuentemente la historia hace énfasis en los diversos modelos colonizadores, y


compara, por ejemplo, el español con el inglés, ya que ambos se produjeron en el
continente americano. La colonización española fue inicialmente realizada por los
aventureros conquistadores que venían con el afán de enriquecerse, profesaban la
fe católica y explotaron a la población nativa. Justo es anotar, que con el transcurrir
de los siglos la perspectiva mutó y el agresivo espíritu colonizador-conquistador de
la fase inicial dio paso a un proyecto un tanto más integrador.
En cambio, el proyecto colonizador inglés, en lo que hoy son los Estados Unidos se
caracterizó porque los colonos salieron de Inglaterra a desarrollar un proyecto de
vida permanente en el territorio a colonizar, con lo cual la idea inicial era hacer
producir los nuevos territorios, respetando las leyes afines y no mezclándose con la
población indígena; sumado al hecho de que eran protestantes, razón que explica
su llegada con un profundo énfasis civilizador-doctrinal.
Para el caso de América Hispana y Panamá una de las instituciones que más hizo
por humanizar el proyecto colonizador fue la Iglesia católica. Celebres fueron los
debates doctrinales entre Fray Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda sobre
la cuestión de que si los indígenas tenían o no alma. Igualmente, dentro del
proyecto colonizador de la iglesia sobresale su dedicación a la enseñanza, las
labores agrícolas y la fundación de escuelas y universidades. Órdenes religiosas
como los franciscanos, dominicos, jesuitas, mercedarios y augustinos ejercieron
profunda influencia en la articulación de un proyecto colonizador eficaz.

Ligado al establecimiento del poder colonial español en el Istmo, estuvo la


fundación de poblados y ciudades como forma de extender la dominación. A los
españoles les cabe el mérito, junto a los romanos, de ser los imperios que más se
preocuparon por fundar poblados.

La lógica de estos poblados respondía al modelo de trazado urbano de tablero de


ajedrez, en donde la plaza central que ocupaba la iglesia tenía un lugar destacado.
Cercano a las iglesias se destinaban los solares para acomodar a los más pudientes.
En la mentalidad colonial, mientras más cercano se estaba de la iglesia, más rango
social se tenía, recordemos que estamos en el contexto de una sociedad
profundamente religiosa.

Dentro de la historia colonial panameña, como fundador de poblados y ciudades


tenemos a la figura de Pedro Arias Dávila, o sencillamente Pedrarias. Luego de su
disputa con Balboa, que no era más que el combate entre el orden colonial real y el
espíritu libre del aventurero, Pedrarias inicia una profunda labor de colonización

Por lo tanto, cuando emprende viaje en 1,514, rumbo al Istmo viene en plan grande.
Es el primer funcionario real que viene a América con órdenes precisas de la
corona. Su expedición, la más grande conocida hasta ese momento, trae todo lo
necesario para establecerse permanentemente en el Istmo.

Una vez en el Istmo, Pedrarias choca frontalmente con Balboa. El uno representa el
orden, el otro el espíritu libre del conquistador no sujeto a nadie. Estas
contradicciones dan por resultado la decapitación de Balboa en la plaza de Acla por
razones de Estado y Orden y no por cómo lo ha hecho ver la historia tradicional de
que Balboa era bueno y Pedrarias malo.

Ejecutado Balboa, Pedrarias inicia una ferviente labor de colonización, población y


repoblación de ciudades. Fruto de su labor es la fundación de Acla en 1,515,
repoblamiento de Nombre de Dios en 1,519, fundación de Natá de los Caballeros en
1,522 y su obra cimera, la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción
de Panamá en 1,519, que no es más que la sustitución de Santa María la Antigua y el
cambio de orientación geográfica colonial del caribe al pacífico panameño.

En estas condiciones, si Bastidas y Colón son los descubridores del Istmo de


Panamá, Balboa lo es del mar del Sur y Pedrarias es el colonizador y creador del eje
interoceánico al fundar en el pacífico la ciudad de Panamá y repoblar en el Caribe
Nombre de Dios, con lo cual el país se convierte, hasta ese momento, en la única
localidad que tenía ciudades en ambas vertientes lo que facilitaba la comunicación
de uno a otro mar.

En el siguiente cuadro se observa la fundación de las primeras ciudades y poblados


en el Istmo:

AÑO POBLADO O CIUDAD


1,502 Santa María de Belén

1,509-10 Nombre de Dios

1,515 Acla

1,519 Nuestra Señora de la Asunción de Panamá

1,522 Natá de los Caballeros

1,557 Parita

1,569 La Villa de los Santos

1,589 Remedios

1,591 Alanje

1,597 San Felipe de Portobelo

1,602 David

De este cuadro podemos desglosar que la mayor parte de estos poblados se


fundaron en la vertiente del Pacífico, lo cual prueba que el patrón de poblamiento
pre-hispánico concentrado en la vertiente del pacífico es replicado durante la
historia colonial panameña.

De estas ciudades, la fundación de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá, es


altamente meritoria ya que fue la primera ciudad española fundada a orillas del
pacífico en todo el continente americano.
Plano de la ciudad de Panamá Vieja:

La sociedad colonial reproducía en América y Panamá los valores heredados de


España, esto es, una profunda división y jerarquización que se traducía en
marginación e inestabilidad.

La sociedad colonial básicamente es el fruto de la interacción del mundo indígena


con el español. Ambas realidades presentaban un panorama social muy complejo al
momento de la conquista española.

En América la existencia de innumerables pueblos determinó una importante


diversidad cultural, expresada en sociedades muy diferentes entre sí. Había desde
pueblos con una simple organización tribal hasta grandes "imperios" en
Mesoamérica y Perú. Mientras en los primeros el parentesco era el principal
elemento de integración social, los imperios poseían una sofisticada estratificación
dentro de un complejo ordenamiento estatal.

Por otra parte, los europeos del siglo XVI provenían de un continente en el cual
predominaba una sociedad estamental caracterizada fundamentalmente por la
existencia de tres grandes cuerpos sociales: nobleza, clero y estado llano. La
movilidad social era muy escasa y la pertenencia a cada estamento dependía de la
pureza de la sangre. Es decir, quien nacía en cuna noble moría noble y quien nacía
campesino terminaba sus días de igual manera.

El panorama descrito varió sustancialmente a lo largo del segundo siglo colonial.


La inevitable mezcla biológica entre indígenas, españoles y negros configuró un
mundo multirracial, donde mestizos, mulatos y zambos experimentaron un
crecimiento continuo. La sociedad americana, constituida por una serie de grupos
con diferentes derechos, privilegios, ocupaciones laborales y posición económica,
tomó un marcado carácter estamental.

Para el siglo XVIII, encontramos ya con una estructura social perfectamente


estratificada, pero no sólo en función de la riqueza de sus individuos, sino en
función de lo que mayor trascendencia tuvo en la sociedad hispanoamericana: el
color y la fisonomía de tales individuos; o sea, una élite de blancos o casi blancos y
una masa de gente de color que, en términos generales, se denominó oficialmente
castas.

Durante las fases iniciales de la conquista, el poder de la decisión sobre la


organización política recaía sobre los conquistadores, que designaban entre sus
capitanes y lugartenientes la administración de los territorios dominados.
Una vez se normaliza la conquista, medidos del siglo XVI (1,550)
aproximadamente, la corona española organiza sus territorios en dos grandes
ramas: las instituciones que tenían que ver con América y el Istmo desde España; y
las instituciones radicadas en nuestro propio continente. Al respecto observemos lo
siguiente:
Instituciones coloniales Instituciones coloniales en América
desde España
•Virrey: representante del rey en América.
•Rey: Dueño supremo de los
•Audiencias: Tribunales de Justicia.
territorios coloniales.
•Gobernaciones: Funciones militares y
•Consejo de Indias (1,524): administrativas.
Promulgación de leyes y
administración de Justicia. •Cabildos: Poder local y es el antecedente
•Casa de Contratación (1,503): directo de las actuales municipalidades.
Regulación del comercio entre
España yAmérica •Capitanía General: Funciones en zonas de
alta resistencia indígena.
Para el caso del Istmo de Panamá es justo indicar que en el país se celebró el
primer cabildo abierto de la historia de la América Colonial en tierra firme cuando
Vasco Nuñez de Balboa fue escogido Alcalde de la población de Santa María La
Antigua del Darién. El Cabildo de Panamá era el único que poseía 24 miembros,
como los de España. La existencia del cabildo, como una de las primeras formas de
organización política en Panamá, constituyó una de las bases de la conciencia
nacional de los panameños.

Igualmente es importante reseñar que para 1538 se creó la Real Audiencia de


Panamá, que funcionó entre los períodos de 1,538 a 1,543 y de 1,565 a 1,751.
Las funciones de la Audiencia de Panamá fueron diversas como: tribunal de
Justicia, órgano consultivo del Virrey y funciones políticas y administrativas.
Generalmente la audiencia se conformaba de un Presidente y de cuatro a seis
oidores. En no pocas ocasiones los testimonios y crónicas de la época evidencias
como los cargos en las audiencias eran altamente disputados y en ocasiones hasta
vendidos al mejor postor.

La sociedad colonial panameña fue profundamente jerarquizada en donde


sobresalían las distinciones en razón del lugar de nacimiento, color de la piel y
creencias religiosas. En estas condiciones detallamos brevemente a cada grupo
social:

Los grupos privilegiados blancos:

▪ Los españoles peninsulares: Eran los blancos que habían nacido en


España y ocupaban los principales cargos de la administración colonial
panameña, sobre todo las audiencias y el cargo de gobernadores.

▪ Los criollos: Eran los hijos de blancos que habían nacido en América y que
ocupaban cargos en los municipios y cabildos. Este grupo social
paulatinamente irá desplazando a los españoles peninsulares. Los criollos
será la clase social que progresivamente irá desarrollando un concepto de
identidad con América y por tanto abanderarán las luchas de independencia
den el siglo XIX.

Los grupos intermedios:

▪ Los Mestizos: Producto de la mezcla entre la población blanca con la


indígena. Al pasar los años se va convirtiendo en el grupo mayoritario de la
población hispanoamericana.
▪ Los Mulatos: Consecuencia de la mezcla entre blancos con negras.
▪ Los Zambos: Población que fue producto de la mezcla entre indios con
negras.

Estos grupos se dedicaban a actividades laborales en la ciudad y el campo, hacían


carrera militar (sobre todo los mestizos) y en algunos casos ocupaban cargos
administrativos menores.

Los grupos oprimidos:

▪ Los indígenas: Sometidos inicialmente a esclavitud y luego a servidumbre,


fueron reducidos en poblaciones custodiadas por las autoridades reales
(Chepo, Olá, Taboga, Chirú). Su número de habitantes experimentó un
creciente descenso a consecuencia de los maltratos que soportaron y las
epidemias que afrontaron. Muchos de ellos huyeron a las montañas en
donde desarrollaron sus propios estilos de vidas dando origen a los grupos
aborígenes actuales.

Urracá, era un cacique del área central del país se enfrentó por aproximadamente
nueve años a los más expertos soldados del coloniaje español sin ser derrotado. Su
verdadero nombre era Molenan que significaba Puma.
Urracá utilizaba las tácticas de guerrilla, mostrando una aparente ofensiva débil y
cediendo terreno al enemigo antes de combatir seriamente. Las tropas españolas
encabezadas por Gaspar de Espinoza, pensando que los indígenas eran débiles y les
temían los españoles, iban a la carga; sin embargo, debido a la táctica de guerrilla
que utilizaba Urraca, eran rodeados en los acantilados y fosas por legiones de
combatientes indígenas.

▪ Los negros esclavos: Población que traída del África sustituyó al


indígena. Fueron sometidos a esclavitud y cargaron con el peso de las
actividades económicas del Panamá Colonial. Algunos de sus miembros se
rebelaron contra el dominio español dando lugar a los llamados cimarrones
de entre los cuales de destacan Antón Mandinga, Bayano y Felipillo. Sus
aportes en cuanto a la cocina, música y sincretismo religioso fueron muy
valiosos en la conformación de nuestro crisol de etnias.

Íntimamente relacionado con la estructura de la sociedad colonial, podemos


insertar el tema novedoso en los nuevos proyectos de investigación histórica que
tienen que ver con la vida cotidiana de los individuos que habitaron las ciudades
terminales del comercio colonial español en el Istmo.

Al respecto se destacan las siguientes generalidades:


▪ La vida tenía un carácter profundamente religioso.
▪ La segmentación social se traducía en normas de etiqueta y protocolo
heredadas de la edad media europea.
▪ Debido a las ciudades amuralladas de la nueva Panamá y Portobelo, las
ideologías de la segmentación social se traducían al espacio urbano.
▪ La separación entre lo privado y público era casi inexistente.
▪ El honor y el qué dirán eran parte de la vida cotidiana.
▪ Las fiestas, sobre todo la de entronización de reyes en España, se convertían
en asuntos de Estado en donde se organizaban en las plazas comedias,
mascaradas y saraos.
▪ Generalmente, la vida tenía un carácter teatral.
▪ Para demostrar mayor jerarquía es la escala social, los potentados se hacían
acompañar de un numeroso séquito de esclavos y acompañantes.
▪ La base de la alimentación lo constituía la carne, maíz, plátano, arroz y
tasajo.
▪ En los sectores marginados la base de la alimentación era: ñame, yuca y
pescado.

Es fundamental, para comprender las mentalidades de la época, observar el tema


referente a la ideología de la nueva ciudad. Tal cual explica el investigador Alfredo
Castillero Calvo, las ciudades y la distribución de sus espacios nos dan pistas del
carácter y la segmentación social de los que allí habitan. Por ejemplo, para el caso
de Panamá la Vieja, la ciudad se ubicaba sobre un espacio abierto en el cual no
había mayor grado de separación entre los acaudalados y los sectores de mulatos y
negros que habitaban las afueras 3.

Esta situación no se repite, cuando la ciudad es mudada en 1,673 luego de ser


atacada por Morgan. En su nueva ubicación, la ciudad se construye amurallada y
con una defensa natural a sus espaldas: el Cerro Ancón. Pero no sólo eso, optan por
dividir tajantemente a sus habitantes. Los grupos sociales dominantes ocupan los
lugares cercanos a la plaza y viven dentro de las murallas de la ciudad, es decir,
intramuros; en tanto que los marginados ocupaban los espacios que estaban fuera
de las murallas, extramuros, también conocido como los arrabales. Esta
segmentación tenía como punto fundamental el cierre a las 6 de la tarde de la
Puerta de Tierra, que hoy día está ubicado aproximadamente por Café Coca Cola y
sus inmediaciones.

La clara diferenciación entre los que viven dentro y fuera de la ciudad, prueba la
existencia de una ciudad elitista, fiel reflejo de las concepciones sociales propias del
período.

La población mestiza, era producto del intercambio entre el blanco y la indígena.


Desde el momento inicial de la conquista se constituyó en la base de la población
panameña ya que tuvo un importante peso demográfico.

Al ser producto del intercambio entre el blanco dominador y el indígena en


situación de servidumbre, los mestizos tenían más posibilidades de ascender
socialmente que otros grupos como mulatos o zambos. Por ejemplo, en Azuero se
tienen evidencias de que los mestizos eran trabajadores del campo independientes
no sujetos a los latifundistas de la región.

La carrera militar, trabajos en el campo y las labores domésticas en las ciudades


terminales de la zona de tránsito, fueron los mecanismos utilizados por la
población mestiza para mejorar sus condiciones de vida.

En el documento de las poblaciones del Istmo de Panamá en 1,736 según la relación


del obispo Morcillo, Rubio y Auñon que reproduce Alfredo Castillero Calvo en su
obra, conquista resistencia y evangelización, en el Istmo de Panamá existían
poblaciones con mayoría mestiza como Antón, Santa María, Chame, Pacora, Capira
y Chepo.

Una vez fundada la ciudad de Panamá y con ello sellado el cambio poblacional
colonial del Caribe al Pacífico, el país adquiere una nueva dimensión para la corona
española al convertirse en el punto central desde el cual partirán las expediciones
de conquista rumbo a Centroamérica y sobre todo al rico imperio de los incas en el
Perú. Con esto, Panamá ejemplifica su constante histórica transitista ya que al
conquistarse definitivamente el Perú los tesoros sacados de allí son enviados a la
ciudad de Panamá, de donde parten por el Camino Real rumbo a Nombre de Dios,
primero; y después a Portobelo. De esta suerte el país se constituye en la garganta
yugular del paso de tesoros y riquezas que van rumbo a Europa.

Ligado a la función geo-estratégica de Panamá durante la colonia, tenemos que la


economía colonial giraba en torno a las actividades comerciales y mercantiles que
encontraron en las llamadas ferias puntos de ebullición.

Por el hecho de que la economía mercantil transitista determinó una


hiperespecialización del sector productivo en la prestación de servicios, otras
actividades productivas internas no tardaron en verse duramente frenadas,
quedando de este modo entorpecida la capacidad de autoabastecimiento del país,
lo que provocaría frecuentes alzas violentas en los precios de los bienes de
consumo, generando a la vez un empeoramiento crónico del nivel de vida de la
población menesterosa. Nuestra función transitista, vinculado al sector terciario de
la producción hizo que desde el período colonial se descuidarán los otros sectores
de la producción, sobre todo el agrícola.

Al mismo tiempo que el desarrollo desproporcionado y unilateral del sector


servicios frustró toda esperanza de desarrollo de actividades productivas como la
agricultura o la industria, contribuyó al establecimiento de las bases futuras de
nuestro característico desequilibrio regional, concentrando la población y las
fuerzas dinámicas de la economía en la zona de tránsito a expensas de los restantes
territorios del país.

Debido al carácter extremadamente abierto de la economía, por otra parte, los


mercaderes, agentes peruanos o de los monopolistas de Sevilla, se limitaron a
servir de intermediarios o distribuidores en el magno negocio transitista, quedando
aquí sólo una muy pequeña porción de los beneficios pues la mayoría del dinero
que llegaba procedente de las minas sudamericanas o bien seguía su curso para
ejercer su poder de compra en Europa, o era destinado para la adquisición de
insumos en el extranjero, bien sea para la subsistencia, como la harina, el trigo, el
vino del Perú, o para renovar los instrumentos necesarios al mecanismo de
tránsito, como negros importados de África o mulas traídas de Nicaragua y Costa
Rica, la propia actividad mercantil, efímera e incierta, generó en los grupos
dominantes un estado mental de provisionalidad, de precariedad, lo que determinó
que su permanencia fuese siempre transitoria y que tan pronto hiciesen fortuna
abandonasen la tierra, fenómeno este que no vino a modificarse hasta fines del
XVII cuando empezó a cobrar forma social el criollismo.

En relación a los caminos transístmicos coloniales ya mencionamos el camino real,


que era el utilizado para el paso de los tesoros del rey. El otro era el llamado
Camino de Cruces, que, saliendo de la ciudad de Panamá la Vieja, llegaba a la
población de Venta Cruces, y desde allí se navega por el río Chagres hasta su
desembocadura en el Caribe y luego bordeando este litoral llegar a las ciudades de
Nombre de Dios y Portobelo.

A continuación, más al detalle estos dos importantes caminos comerciales que


unían al país mar a mar.

Es el predecesor de lo que hoy es el Canal de Panamá, era la ruta más corta entre el
Caribe y el pacífico. El camino fue creado poco después del descubrimiento del Mar
del Sur, conectaba a la ciudad de Panamá Vieja primero con Nombre de Dios y
después de 1,597 con Portobelo. Durante siglos fue la ruta de comercio más
importante del imperio colonial español. Sobre el estrecho pavimento del camino
se transportó gran cantidad de oro y metales preciosos que sacados de América
iban en dirección a Europa.

La existencia del Camino Real es anterior a la aparición de la Feria de Nombre de


Dios. Esta vía comienza a construirse bajo el gobierno de Pedrarias, si bien, su
importancia se debe a su vinculación con las Ferias atlánticas. El Camino Real no
estaba pavimentado y se abría paso a través de una espesa vegetación. Esto hacía
imposible su tránsito en época de lluvias, pues el terreno empapado se convertía en
un barrizal. Comenzaba en la plaza mayor de Panamá, atravesaba el puente de Rey
y emprendía rumbo hacia el atlántico. El trayecto desde Panamá hasta Portobelo se
extendía, aproximadamente, durante cuatro días. Tras cruzar una calzada,
continuaba por el valle de Algarroba hasta la confluencia de los ríos Chagres y
Pequení. Allí el terreno era elevado, pero descendía hasta la cabecera del río
Chilibrillo, que en época de lluvias se convertía en una ciénaga. A continuación, se
cruzaba un puente natural sobre el río Caimitillo al que el cronista Fernández de
Oviedo llama Puente Admirable. Poco después se cruza el río Chagres, y se
atraviesan los pueblos indígenas de San Juan y Boquerón, lugares escabrosos y
quebrados, de difícil paso. En el caso de Nombre de Dios, continuaba hacía el
sureste hasta llegar a la villa. Para llegar a Portobelo ascendía el paso de Cuperilla y
se superaba el río Mauro. El camino continuaba a través de las montañas de Capira
o Santa Clara y descendía hasta el valle de Cascajal, atravesaba el barrio de esclavos
de Guinea antes de llegar a la Plaza Mayor.

Al final del período colonial el camino real fue cubierto por la selva, en décadas
recientes ha sido afectada por la expansión de la ciudad de Panamá y las
actividades agrícolas.
Este camino tenía unos 80 kilómetros de distancia, 3 pies de ancho y se construyó
con piedras cubiertas de arcilla para hacer una superficie lisa. La ruta en su origen
empezaba en la población de Nombre de Dios en la costa atlántica y terminaba en
la antigua ciudad de Panamá, en el Pacífico. En 1572 y en 1573, el famoso pirata
Francis Drake saqueó la población de Nombre de Dios y los españoles decidieron
mover el puerto de Nombre de Dios a la fortificación de Portobelo. De esta manera
se tuvo que modificar el camino original en su paso por Boquerón.
El Camino Real de Cruces se manda a construir en 1527. Este camino empedrado
unía a Panamá la Vieja con el puerto de Venta de Cruces en las riberas del Río
Chagres. Desde el puerto la mercancía (textiles, especies) se subía a barcos que
navegaban por el Rio Chagres hasta salir al Caribe.

Camino de Cruces y Camino de Chagres componían la segunda ruta de


comunicación con las ferias atlánticas. En 1536, la municipalidad de Panamá
construye un almacén en el poblado de Cruces, junto al río Chagres. Este almacén
contaba con 47 cámaras y su custodia le correspondía al alcalde de Panamá. El
pequeño pueblo de Cruces apenas contaba con 70 casas de las que 20 estaban
ocupadas por esclavos negros encargados del trasporte de mercancías por el río. El
Camino de Cruces comenzaba en la ciudad de Panamá y, tras cruzar el Puente de
Paita, continuaba por el litoral aprovechando una ruta que se dirigía a Perico. Tras
atravesar el río Curundú giraba hacía el norte hasta ascender al cerro de Tabernilla,
descendía por el valle de Castaño llegando así hasta Cruces. Se tardaba alrededor
de siete horas en recorrerlo, ya que la práctica totalidad del camino estaba
pavimentado. En el siglo XVI alrededor de 500 recuas de mulas lo recorrían
habitualmente. Las mercancías se descargaban y se embarcaban en bongos o
chatas, barcas de madera de cedro con gran capacidad de carga, impulsadas por
unos veinte esclavos. Desde Cruces se navegaba hasta la desembocadura del
Chagres, valiéndose de remos y palancas, o bien se desembarcaba en la confluencia
del Río.

Trinidad y se continuaba a pie hasta la desembocadura. Desde allí, por mar hasta
Portobelo o Nombre de Dios.
Rutas comerciales coloniales en el istmo de Panamá:
▬▬▬Camino Real (Panamá a Portobelo)
▬▬▬Camino Real (ruta a Nombre de Dios)
▬▬▬Camino de Cruces (recorrido por el río Chagres)
▬▬▬Camino de Cruces (recorrido a pie)

La navegación por el Chagres era ardua y peligrosa pues eran habituales las fuertes
corrientes, los trocos, las saqueras. El río transcurría a lo largo de una tupida selva
y en el abundaban los cocodrilos. Se tardaba entre una semana y hasta dos en
recorrer su curso, dependiendo del sentido en que se navegara. Con el fin de
proteger el comercio del Chagres de los ataques de bucaneros y piratas, en 1588,
Juan Bautista Antonelli proyectó la construcción, en su desembocadura, del fuerte
de San Lorenzo, declarado Patrimonio de la Humanidad, junto con la fortificación
de Portobelo.
En 1,671, cuando el pirata Henry Morgan ataca la ciudad de Panamá, precisamente
se toma el fuerte San Lorenzo en la desembocadura del río Chagres, y se interna
por el camino de cruces llegando a la ciudad de Panamá por la retaguardia.
Fuerte de San Lorenzo.

Durante el período departamental en 1848, a raíz de la Fiebre de Oro en California,


miles de personas provenientes desde Nueva Orleans hasta Nueva York se
aventuran a cruzar el Camino de Cruces debido a lo peligroso que era viajar por el
centro de los Estados Unidos. El tráfico de personas era tan alto que provocó la
construcción del primer ferrocarril transoceánico a mediados del siglo diecinueve.

Ligado a la función geo-estratégica de Panamá durante la colonia, tenemos que la


economía colonial giraba en torno a las actividades comerciales y mercantiles que
encontraron en las llamadas ferias puntos de ebullición.

En efecto, las ferias de Nombre de Dios y luego la más famosa, la de Portobelo


(1,606-1,739); constituyeron encuentros comerciales que coincidían con la llegada a
Panamá de los tesoros del Perú. En Portobelo eran recibidos los tesoros reales que
se embarcaban rumbo a Europa cuyos barcos traían al puerto mercancías tales
como alimentos, sedas, muebles, especias que eran comercializados durante el
proceso ferial. Estas ferias duraban aproximadamente un mes y medio.

Las primeras ferias celebradas en el Istmo fueron en la localidad de Nombre de


Dios, población que había sido fundada por Diego de Nicuesa entre 1,509 y 1,510.
Esta ciudad fue mandada a repoblar por Pedrarias durante su proyecto colonizador
y sirvió para realizar las primeras ferias que se prolongaron desde 1,544 hasta
1,596. Como la población de Nombre de Dios no fue amurallada y tenía una bahía
abierta, era fácilmente atacable. De hecho, Francis Drake la saqueo en 1,596 y ello
motivó a que se fundara una locación más segura, con bahía profunda y
fuertemente amurallada, esta es la razón de la fundación de Portobelo en 1,597 y
militarizada por Juan Bautista Antonelli, uno de los más importantes ingenieros
militares de la época.

Las ferias en Portobelo por lo general, duraban 40 o 50 días, aunque otras, en


cambio, no se extendían más allá de 15 o 20; esto último, debido al clima insalubre,
lo incomodo del terreno, la falta de existencias, incluso al miedo a los ataques de
corsarios o piratas. Conjunto de circunstancias favorables para que la estafa y el
fraude se hicieran más que habituales; en lo fundamental, la evasión del pago del
almojarifazgo a la Hacienda Real. El método más simple y empleado era la
declaración de un volumen de mercancías inferior al real. También era habitual el
soborno a funcionarios. Las Ferias marcaban el ritmo vital de la población. Así, el
poblado que había permanecido aletargado durante diez largos meses, reanudaba
su actividad a un ritmo frenético. La ciudad recibía miles de comerciantes,
soldados, oficiales reales y artesanos. Las mercancías se descargaban de los barcos
sin que los oficiales pudiesen ejercer apenas ningún control, lo que favorecía la
evasión de impuestos y el fraude. Este incremento exponencial de la población
provocaba que los alojamientos, las instalaciones e incluso los alimentos se
hicieran insuficientes. Los precios se disparaban y los costes por alquilar lugares de
almacenaje se multiplicaban. Las mercancías con las que se comerciaba eran muy
variadas. Desde España hacía América llegaban todo tipo de productos, no solo
españoles sino también ingleses y franceses. Desde alimentos hasta tejidos,
pasando por sombreros, lencería, medicinas, hierro, armas, vidrio o jabón. Por otro
lado, las mercancías exportadas desde América eran fundamentalmente oro y plata
peruanos y productos colorantes como el añil o la grana cochinilla.

Según las cuidadosas pesquisas del economista Earl S. Hamilton, quien manejó los
registros de la Casa de Contratación Sevillana, en el período de esplendor de las
exportaciones metalíferas comprendido entre 1503 y 1660, llegaron a Sevilla a
185.000 kilos de oro y 16.886.000 kilos de plata. Se calcula que más de un 65 % de
esa ingente carga pasó por los puertos de Nombre de Dios, Portobelo y Panamá. Se
ha estimado, por otra parte, que entre 1574 y 1702, esto es, durante 128 años,
fueron enviados a Panamá 45 flotas de galeones que produjeron más de 1.300
millones de pesos, esto es, un promedio de 10 1/2 millones al año. Todavía en 1708
los galeones transportaron cerca de 40 millones de pesos. Y en la feria de 1724 un
observador calculó que se habían hecho transacciones por 30 millones4.

Lo importante es destacar que la economía colonial descansaba sobre la actividad


comercial generada en función de nuestra posición transitista, con notable
descuido de la agricultura o minería que pocos desarrollos tuvieron durante el
período colonial panameño.
Para dimensionar el peso y el origen de las actividades de piratas y corsarios en el
istmo, es pertinente comprender a grandes rasgos la política mercantil española
para con sus colonias americanas, Panamá, incluida.

Las relaciones de dominio español se basaban en principios mercantilistas,


aplicando un “pacto colonial” por el que América funcionaba como fuente de
riquezas (aporta materias primas y metales preciosos y es un mercado para
productos españoles). Para ello se fijó un sistema de monopolio para todo el
comercio y navegación con las Indias, que implicó que los americanos sólo podían
comprar o vender a España. Entre los mecanismos de dicho control estaba el
sistema de puerto único que era para controlar más la entrada y salida de
productos entre España y América, se redujeron la cantidad de puertos habilitados.
La ciudad de Sevilla y luego Cádiz monopolizaron el comercio con América. A su
vez, sólo tres puertos en América estaban habilitados para el comercio con España:
Veracruz (México), Cartagena (Nueva Granada) y Portobelo. (Istmo de Panamá).

Complementario con lo anterior estaba el sistema de Flotas y Galeones con el


objetivo de proteger el traslado de productos (sobre todo de metales preciosos)
ante los piratas y corsarios, se aplicó este sistema que consistió en que los barcos de
carga que comunicaban a uno y otro continente viajaran protegidos por barcos de
guerra (galeones). Los viajes desde España se limitaban a dos por año (uno a
Veracruz y otro a Cartagena), retornando juntos a Europa en un solo viaje.

Esta política económica generó desabastecimiento de productos en América, lo cual


fue solucionado por sus pobladores con prácticas de contrabando (contra los
bandos reales), realizadas con comerciantes de otros Estados.

Además, los españoles no producían todas las manufacturas que se necesitaba en


América, por lo que compraba a otros Estados Europeos para luego revender,
provocando la salida de parte del oro y la plata que acumulaban desde América.

La gran afluencia de metales preciosos a España y, desde ella, a Europa, produjo


una gran inflación (aumento general del nivel de precios) en el viejo continente.
Este control férreo de España para con sus colonias al no permitirles un desarrollo
de sus capacidades económicas y frenar el comercio con las potencias extranjeras
genera las actividades de piratas y el contrabando.

Estrechamente relacionado con la economía colonial que nos hacía uno de los
puntos centrales de la corona española están las consecuencias que sufrió el istmo
de Panamá con la llegada frecuente a sus costas de los piratas y corsarios.
A nivel económico España desarrolló una política de monopolio mercantil que
excluía del comercio con sus colonias a las restantes potencias europeas como
Inglaterra, Francia y Holanda. Estos países, dada esta exclusión responden con la
piratería que azotó a toda la América colonial y muy especialmente a Panamá. Sería
largo enumerar todos los ataques piráticos que sufrió el Istmo, baste con decir que
fueron más de cincuenta de entre los cuales los más importantes fueron los de
Francis Drake a las poblaciones de Nombre de Dios y Portobelo; y sobre todo la
destrucción de la ciudad de Panamá obra de Enrique Morgan en 1,671 lo que obligó
al traslado de esta ciudad a su emplazamiento actual (Casco Viejo), rodeada de
murallas para protegerla de futuros intentos de ataque.

Henry Morgan atacó la ciudad de Panamá en 1,671 .

Cuando las actividades de piratas y corsarios cesan en el Istmo de Panamá,


recrudece con fuerza el contrabando, sobre todo entre 1,750 a 1,810. Este
contrabando era consecuencia de la decadencia del imperio colonial español lo que
se observaba en la imposibilidad de abastecer de productos a sus colonias. Esto es
aprovechado por Inglaterra, que, a través de su próspera colonia de Jamaica,
organiza una fina red contrabandista que desembarcaba sus productos en la costa
Caribe panameña. Los productos que principalmente se contrabandeaban eran:
licor, tabaco, tapices, azúcar y objetos de lujo.

A mediados del siglo XVIII el imperio colonial español venía en decadencia


producto de las constantes guerras europeas, la debilidad de sus monarcas y el
agotamiento del modelo colonial.

La situación de decadencia provocaba sobre todo el descontento de los criollos


(hijos de españoles nacidos en América); sobre todo con la aplicación de las
llamadas reformas borbónicas entre 1,778 y 1,782 impulsadas por el Rey Carlos III.
Estas medidas buscaban reactivar el poder del imperio sobre sus colonias a través
de la reducción de la libertad de comercio de los criollos, así como de su poder
político y económico.

Las reformas borbónicas supusieron un intento de reconquistar América a lo largo


del siglo XVIII, para conseguir una recuperación económica, y política del país,
pero cada aspecto de las reformas lesionaba privilegios adquiridos por algún sector
de la sociedad colonial y desde ese punto de vista fue preparando el camino para un
descontento generalizado.

Una de las consecuencias de las reformas borbónicas fue intentar administrar con
eficacia las entidades políticas coloniales al perseguir la racionalidad en el
gobierno, la sanidad en la economía y ampliar la fiscalidad, para un mejor control
de la burocracia en la segunda mitad del siglo XVIII se optó por funcionarios
peninsulares en detrimento de los criollos con la consiguiente protesta de estos.
Otro elemento importante que apresura la decadencia española en América fue la
expulsión de los jesuitas que molestó a las elites criollas educadas en sus colegios y
cuyos hijos eran a su vez miembros de la Compañía.

Los intentos reformistas españoles para lograr salvar su imperio colonial chocan
con las reformas fiscales que generaron una ola de protestas sociales en las que se
vieron inmersas todas las capas de la sociedad, vinculadas al deseo de corona de
controlar a los colonos y sus reclamaciones, que, aunque incómodas ya parecían
justas.

Para aproximadamente 1790, a pocos años de los estallidos de las guerras de


independencia estaba claro que la monarquía no iba a ganar la apuesta de las
reformas, se había creado una burocracia nueva y eficaz, sin embargo, las reformas
habían fracturado a la sociedad al tratar de controlarla desde España, con
funcionarios españoles y desconociendo el papel importante que para ese entonces
ya tenían los criollos.

El progresivo declive del comercio transístmico se inicia a finales del siglo XVI pero
será a principios del siglo XVIII cuando las ferias en el istmo tocan a su fin. Este
proceso está derivado de una profunda crisis económica, del aumento de la presión
ejercida por piratas y corsarios, del malestar de la burguesía criolla y del
desentendimiento por parte de los monarcas españoles.

En 1739, el Almirante Edgar Vernon ataca los asentamientos de Portobelo y


Chagres, dejando en jaque la ya debilitada economía ístmica.
En 1737, 1756 y 1781 la ciudad de Panamá sufre tres terribles incendios que
destruyen casi por completo la ciudad. A lo largo de la tercera década del siglo
XVIII tienen lugar movimientos de carácter liberal, protagonizados por la
burguesía criolla; este segmento de la población reclamaba la reducción de
impuestos y el establecimiento de aduanas que frenasen el contrabando de
mercancías inglesas y holandesas, que saturaban el mercado. Estos movimientos,
incluso cuando fueron aplacados por parte de las autoridades, ponen de relieve el
malestar de la burguesía panameña, que veía como el comercio transístmico era
cada vez menos rentable. Carlos III, procuró establecer y fortalecer los vínculos
comerciales y económicos con las colonias, pero este hecho apenas tuvo
repercusión en Panamá, pues el Istmo no entraba en los objetivos reformistas
borbónicos. Así, poco a poco, las Ferias panameñas fueron perdiendo relevancia
hasta que, en 1739, desaparecen definitivamente.

Tal fue la magnitud de los ataques piráticos que recibió Panamá que precisamente
la pérdida de la importancia comercial que representaba nuestro país para España
fue consecuencia de las reiteradas incursiones de piratas y corsarios a nuestras
costas, a tal punto que en 1,739 la Corona Española decide cambiar la ruta de
Panamá por la del Cabo de Hornos a consecuencia del ataque a la ciudad de
Portobelo por parte del almirante Vernon.

Este cambio de ruta cancela nuestra función transitista por aproximadamente


medio siglo (1,749 a 1808) cuando es reactivada gracias al surgimiento de las
guerras de independencia en América.
Lo fundamental es observar, que el cambio de ruta por Panamá coincide con la
pérdida de poder de España para con sus colonias americanas.
Sustituida la ruta de Panamá en 1,739 por la del cabo de Hornos el país entra en un
proceso de profunda decadencia económica. La bonanza de antaño se pierde y por
ende dejamos de ser punto central del comercio colonial.

En estas difíciles situaciones el contrabando, sobre todo el realizado con Jamaica,


se convierte en una práctica muy extendida auspiciada por los propios criollos
comerciantes de la zona de tránsito y las autoridades coloniales. El proceso de
contracción económica se extiende hasta los inicios de las guerras de
independencia de Hispanoamérica cuando se vuelve a recuperar la función
transitista, ahora la de los ejércitos españoles que a partir de 1,810 intentan poner
el orden en las colonias.

Entre las variadas causas de la Independencia de las Colonias Americanas de


España se destacan:

Causas de la Independencia.

El influjo de las ideas de la ilustración.

El impacto de las Revoluciones estadounidenses y francesa.

La política monopolística comercial española

Los movimientos políticos locales del siglo XVIII (revuelta de Tupac Amarú y los
comuneros del socorro.

La invasión francesa de Napoleón a España.

Sin embargo, a partir de ese año (1,808) y debido a la invasión de las tropas
napoleónicas a España, los cabildos americanos declaran rotos sus vínculos con
España e inician los movimientos independentistas en México, Venezuela y de allí
se propagan al resto de las colonias. Panamá no se suma al carro de la
independencia porque es una plaza militar que utilizan los españoles para el paso
de sus ejércitos y porque la corona española otorga una serie de beneficios
económicos al país, que paulatinamente irán resucitando su antigua bonanza
mercantil. De esta forma, mientras en el resto del continente se fragua la lucha
independentista, el país permanece fiel a la corona española.
No es hasta 1,821 que Panamá se plantea la independencia cuando los comerciantes
de la Zona de Tránsito (criollos-burgueses) estiman que los movimientos en el resto
de la América Hispana son irreversibles, razón por la cual seguir unidos a España
les va a representar pérdidas comerciales y falta de mercado. Es así que Panamá
asume su independencia, por motivos comerciales a tal punto que para el caso de la
independencia panameña no hubo combates, ni muertos.

Esto fue así ya que, al ser el paso obligado de los ejércitos realistas del Caribe al
Pacífico, siempre hubo una guarnición militar relativamente fuerte respecto a la
población local. Los sectores más ilustrados de la clase comercial istmeña no
pudieron más que simpatizar en secreto con las ideas liberales que inspiraron el
movimiento revolucionario hispanoamericano, como reconoce el propio Mariano
Arosemena. Además, la peculiaridad de ese sector liberal, fundamentalmente
comerciantes, les hacía actuar de manera muy pragmática, sin arriesgar nada que
pusiera en juego sus negocios e intereses.

Esa realidad social y económica explica la moderación política de las élites


panameñas, tanto de los liberales vinculados al comercio afincado en la ciudad de
Panamá (encarnados por la familia Arosemena), como de los terratenientes
conservadores ubicados en el interior, principalmente en la provincia de Veraguas
(encarnados por los Fábrega). Los últimos fueron realistas hasta la última hora,
como el coronel José de Fábrega, jefe del ejército español hasta el 28 de noviembre
de 1821, cuando se pasa a las filas independentistas ante la amenaza de una
invasión bolivarista enviada desde Cartagena, así como por el Grito de La Villa de
Los Santos, proclamado por pequeños y medianos agricultores.

El proceso ocurre así: El General Juan de la Cruz Murgeón, gobernador de Panamá


parte en 1,821 a reconquistar territorios perdidos en el Sur del continente y deja al
mando interino al criollo José de Fábrega, quien aprovechando la salida de
Murgeón, se pone de acuerdo con los comerciantes citadinos y compran al resto de
la tropa española acantonada en la ciudad; acto seguido proceden a declarar la
independencia del Istmo y a unirse voluntariamente a Colombia. La Unión a
Colombia hay que entenderla en el contexto de la figura cimera de Bolívar y a la
debilidad militar del Istmo para sostener su movimiento independentista.

Pero antes de estos sucesos que datan del 28 de noviembre de 1,821, se había
producido el grito de la Villa de Los Santos el 10 de noviembre del mismo año. Este
primer grito de independencia es opacado por el acto citadino del 28 ya que uno es
dado desde el interior de la República y el otro desde la ciudad de Panamá, eje de la
economía colonial y de la administración civil.

El 10 y el 28 de noviembre marcan las profundas divisiones existentes entre el


interior del país (economía agrícola) y la ciudad (economía de servicios) en donde
triunfa esta última ya que los comerciantes de la zona de tránsito no podían
permitir que la independencia de España se diera desde el Panamá profundo.
▪ Castillero Calvo, A., (1994), La vivienda colonial en Panamá, Bogotá,
Colombia: Biblioteca cultural Shell.

▪ LEÓN H, L. (2015). UDI. Lectura 3: “Unidad 1.Conquista, colonización y


sociedad colonial”. CURSO HISTORIA DE PANAMA. Universidad del Istmo
miembro de Ilumno.

▪ ARAUZ, A., & PIZZRUNO, P., (1997), El Panamá Hispano. Panamá, Diario
La Prensa, Tercera Edición

▪ CASTILLERO CALVO, A., (1994), Conquista, resistencia y evangelización.


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▪ JAEN SUAREZ, O., (1998), La población del Istmo de Panamá. Un estudio


de geo-historia. España, Editorial Cultura hispánica, Cuarta Edición

▪ MENA GARCIA, M., (1992), Pedrarias Dávila o la ira de Dios. España,


Servicio de publicaciones de la Universidad de Sevilla, Primera Edición.

▪ CONJUNTO MONUMENTAL HISTÓRICO DE PANAMA VIEJO,


recuperado en www.patronatopanamaviejo.org/

▪ SANJURJO RAMOS, J., (2012), Caminos transístmicos y ferias de Panamá,


siglos XVII y XVIII, Anales del Museo de América, España, recuperado en
dialnet.unirioja.es/

▪ Diario La Prensa. (17 de Agosto del 2013). Capítulo 1: La ruta de Balboa.


(Archivo de Video). Recuperado en https://youtu.be/ESRlpBJfCnM (Fecha
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▪ Diario Panamá América. (14 de Agosto del 2012). Panamá Viejo, 493 años de
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▪ Twitradiotv. (2 de Abril del 2013) Panamá Viejo. Un viaje en el tiempo.


(Archivo de Video). Recuperado en https://youtu.be/57zmMVyehi8 (Fecha
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▪ Imágenes de Rodrigo de Bastidas


https://www.google.com/search?q=rodrigo+de+bastidas&source=lnms&tb
m=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjf45epotPVAhXBRyYKHfBWCSYQ_AUICigB
&biw=1366&bih=635#imgrc=hN9q4-gnNlUxTM
▪ Imágenes de la antigua ciudad de Panamá
http://www.members.tripod.com/~panamahistoria/ciudad.htm

▪ Imágenes de los caminos coloniales


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▪ Imágenes del fuerte San Lorenzo Colón Panamá


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▪ Imágenes del Pirata Henry Morgan


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