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Otro incendio en el taller donde

murieron dos chicos


El lugar estaba clausurado y tenía custodia policial.
Vecinos sostienen que el nuevo siniestro fue provocado
para borrar pruebas.

De nuevo. El taller clandestino de Flores otra vez fue foco de sospechas.








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El taller clandestino del barrio porteño de Flores donde hace 10 días murieron dos nenes
en un incendio se declaró otro incendio ayer a pesar de que el lugar se encontraba
clausurado y custodiado por personal policial.
  El incendio se inició alrededor del mediodía en la vivienda ubicada en casa de
Terrada y Páez, en el barrio de Flores. Tres dotaciones de bomberos acudieron al lugar y
controlaron el fuego. No fueron reportadas víctimas por el incendio.
  También asistieron efectivos de la Policía Federal, personal de Defensa Civil y del
Same.
  El legislador porteño de Bien Común y presidente de la Fundación La Alameda,
Gustavo Vera, aseguró que este incendio fue “intencional”. “Este fue un hecho mafioso
para borrar pruebas”, indicó.
  Vera mencionó que “la semana pasada los dueños de los talleres quisieron sacar
pertenencias de las personas que trabajaban ahí”. “En realidad querían sacar etiquetas y
remitos de la empresa para borrar pruebas que los comprometen”, afirmó.
  En la misma línea se manifestó Omar Ruiz, vecino y miembro de la fundación que
preside Vera, al señalar que “el lugar estaba cerrado y custodiado por la policía. Habían
quedado las pruebas”. “No me extrañaría que lo hayan prendido fuego adrede”, dijo.
  El pasado 27 de febrero, dos chicos, uno de 10 y el otro de 7 años, murieron como
consecuencia del incendio de este taller textil clandestino montado en una casa del
barrio porteño de Flores.
  En el siniestro también debieron ser hospitalizados un hombre de 45 años y una
mujer de 37 que sufrieron asfixia por aspiración de humo.
     Dentro de la casa siniestrada se encontraban todas las pertenencias de los cinco
trabajadores que elaboraban prendas en el taller textil, según confirmó la abogada de los
padres de los niños, Gabriela Carpinetti.
    La letrada había realizado una presentación ante la Justicia el último martes para que
los trabajadores pudieran retirar sus pertenencias, pero aún no había obtenido
respuestas.
    El lugar ya había sido denunciados por La Alameda el 24 de septiembre de 2014 ante
la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas.

La Granja de la Infancia festejó a pura


percusión
Con un espectáculo que reunió a 12 percusionistas que
fusionaron ritmos latinoamericanos y argentinos, la
Granja de la Infancia celebró su cumpleaños. El
ensamble de percusión “Emparche” cerró la jornada.
Festejos. Numerosas familias disfrutaron de los espectáculos en la Granja.








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Con un espectáculo que reunió a 12 percusionistas que fusionaron ritmos


latinoamericanos y argentinos, la Granja de la Infancia celebró su cumpleaños. El predio
municipal de Presidente Perón al 8000 se inauguró en 1999 con el objetivo de recuperar
un espacio para que los niños puedan experimentar distintas formas de relacionarse con
la naturaleza. Y ayer la música fue la excusa para disfrutar del solcito otoñal que
habilitó a jugar al aire libre.
La invitación era festejar a puro ritmo y no pasó inadvertida. Desde primeras horas de la
tarde, numerosas familias se acercaron al predio para aprovechar la tarde. Por los
senderos de la Granja había espacios para que los niños pudieran armar sus
instrumentos musicales para, unas horas después, sumarse a los festejos centrales.

El ensamble de percusión “Emparche” cerró la jornada con su espectáculo El Viaje,


donde repasaron ritmos latinoamericanos y argentinos.

Los distintos espacios de la Granja de la Infancia, como el vivero, la huerta y los


corrales de animales conviven con espacios de experimentación como los laboratorios o
la cocina.

La iniciativa se propone como un lugar donde a través del juego los niños pueden
relacionarse con la naturaleza, sintiéndose parte de ella y responsable de sus cambios.

Su apertura, allá por el 99, abrió el camino para el resto de los espacios lúdicos que
conforman el Tríptico de la Infancia, como el Jardín de los Niños y La Isla de los
Inventos, iniciativas públicas de educación no formal que le valieron a la ciudad el
reconocimiento de Naciones Unidas.

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