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ACTO 

I
Personajes que intervienen en este acto: Mateo, Horacio y Viviana.
Escenario: Cocina de una casa con la mesa dispuesta para desayunar.
Es importante que haya comida o algo que simule comida en la mesa.
(Mateo desayuna con su mamá Viviana.)

Mateo está por jugar la final del campeonato interzonal con el equipo de
su ciudad. Es muy importante para él que su padre este ese día, pero
nunca tiene la posibilidad de hablar con él.

–Mateo:  (muy entusiasmado) El domingo arranco de titular. Estamos


listos. ¡Este año el campeonato es nuestro! (se frota las manos
enérgicamente).

(Entra Horacio a la cocina. Se sienta. Le suena el celular. Lo mira, lee,


se para y se vuelve a ir).

(El entusiasmo de Mateo se desvanece. Su cara se pone seria)

– Viviana:  (lo mira con ternura)  ¿Ya le preguntaste?

– Mateo: ¿Para qué, si no va a ir?

–Viviana: ¿cómo no va a ir, si sabe lo importante que es este


campeonato para vos?

–Mateo: No, no sabe. No sabe nada de mí.

(trata de disimular su tristeza tras un rostro de dureza). Pero no


importa, me alcanza con que estés vos, la abuela y los chicos.

(Horacio vuelve a entrar en escena. Se sienta y empieza a desayunar)

–Horacio: ¡Qué linda quedó la casa de Estela!, no la había visto.

–Mateo:  (irónico)  Si en algún momento levantaras la vista del celular o


tu computadora, ¡verías tantas cosas!

–Horacio: Si tengo que mirar tanto el celular o la computadora es


porque tengo que trabajar para comprar eso que estás comiendo.

–Mateo: Solo digo que es increíble las cosas de las que se entera uno
cuando deja de mirarse el ombligo.  (Irónico) El hombre llegó a la Luna,
¿te enteraste?
–Viviana: (con tono conciliador) Bueno, bueno, ¿desayunamos en paz?

(a Horacio) Amor, ¿el domingo…?

(Horacio se acuerda de algo súbitamente. Se lleva la mano al frente


preocupado)

–Horacio: (hablando para sí mismo) ¡Huy!, me olvide de mandarle el


mail a este muchacho…

(Agarra su computadora y empieza a escribir)

–Mateo: (muy enojado y tratando de esconder su malestar, se para y


se va hablando con ironía. Su voz se va haciendo cada vez más baja
hasta que desaparece de escena y no se escucha más) El hombre llegó a
la Luna, derribaron las torres gemelas, Uruguay le ganó a Brasil en el
Maracaná, Trump fue elegido presidente…

(Después de un momento, Horacio termina de escribir)

–Horacio:  (a Viviana) ¡¿Qué le pasa a este chico?! ¿Cómo espera que


pague las comodidades con las que vive?

– Viviana: (le toma la mano con ternura) Es que quizás no necesita


tantas comodidades…

(la cara de Horacio se pone triste, pero inmediatamente pone el mismo


rostro orgulloso de dureza que pone Mateo cuando quiere ocultar sus
sentimientos).

–Horacio: Me voy amor, se me hace tarde

(le da un beso y sale de escena)

ACTO II
Personajes que intervienen en este acto: Mateo y Nené
Escenario: Sala de estar de una señora anciana. Tejidos de crochet
sobre las mesas y adornos antiguos.
(Mateo y Nené sentados en un sofá)

–Nené: Que bueno que viniste a verme, ya te estaba extrañando.

–Mateo: Pasé un ratito nomás. Vine a invitarte para el domingo….


–Nené: ¡A la gran final del campeonato!

–Mateo: ¡Ha!, ¿Ya te avisó mamá? No me dijo nada.

–Nené: No. Me avisó tu padre. Hace un mes que no habla de otra cosa
que del campeonato. Anda como un loco tratando de terminar no sé qué
proyecto el sábado, para poder ir tranquilo el domingo a verte.

(Mateo asombrado mira para abajo como tratando de entender)

Nené sabe muy bien lo que está pensando su nieto.

–Nené: Tu padre está muy orgulloso de vos. ¿De dónde pensás que
sacaste esa pasión por el fútbol?

Desde que eras un bebito miraba los partidos con vos.

–Mateo:  (conteniendo la emoción) Pero…entonces… ¿Por qué hay días


en los que ni siquiera me habla?

–Nené: Porque quiere que tengas la vida que él no tuvo y piensa que
trabajando todo el día puede darte lo que necesitas. ¡Son tan parecidos
ustedes dos!

(Mateo se queda pensativo…)

ACTO III
Personajes que intervienen en este acto: Mateo y Horacio
Escenario: la misma cocina del Acto I, esta vez, sin nada sobre la
mesa.
(Mateo y Horacio están sentados a la mesa)

–Mateo: Quería pedirte disculpas por mi comportamiento. Me di cuenta


de que no valoro las cosas buenas que haces por mí.

–Horacio: Perdóname hijo, pensé que con plata podía darte el amor que
no sé demostrar de otra manera.

–Mateo: Te quiero papá.

–Horacio: Yo también te quiero hijo.

FIN

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