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Diseño Humano y Crianza: Educar desde el Ser

Es muy reconfortante poder ver a tu hija/o por lo que es.

Conocer su diseño te da la posibilidad de reconocer todo su potencial, facilitando su crianza y el


respeto de su verdadera naturaleza.

Diseño Humano como herramienta de observación consciente, te permite entender las


diferencias y necesidades específicas del desarrollo de cada uno de tus hijos/as, nutriendo su
autenticidad para que su singularidad se despliegue libre de comparaciones.

Tratándoles de acuerdo a lo que son, puedes guiarlos para que atesoren su unicidad, en un
aprendizaje mutuo que os beneficiará a ambos lo largo de la vida.

Cada vez más niños y jóvenes conocen Diseño Humano a través de sus padres. Hace 19 años, yo
misma lo descubrí junto a mis hermanos a los 23 años, a través de mi padre. Hoy no imagino mi
vida sin todo lo que me ha brindado a nivel personal, o lo que ha procurado en nuestro núcleo
familiar en cuanto al respeto que posibilita en nuestras relaciones.

A día de hoy, en mi propia familia tres generaciones nos conocemos a través de este prisma,
más allá de los supuestos. Siento un profundo agradecimiento hacia mi padre por haber abierto
este camino de entendimiento. Algo que sólo podría desearte a ti que lees ahora mis palabras,
y que quizás ya eres padre/madre, o esperas serlo pronto.

¿Cómo de diferente habría sido la vida para ti si hubieras sido respetada/o por tu naturaleza
desde que naciste o eras niña/o? Tampoco yo tuve ese privilegio, en casa son las niñas/niños de
la nueva generación a los que he podido respetar como mejor he podido desde el día uno, a los
que puedo dirigirme con total honestidad en el encuentro porque no espero o proyecto sobre
ellos/as lo que no son, y sí puedo distinguir claramente lo que me ofrece cada una/o de genuino.
Conectar con ellos desde ese espacio, más justo y libre de expectativas, hace que surja un
encuentro naturalmente enriquecedor para ambas partes. Ellos se sienten vistos, más aceptados
y respetados, y siempre vuelve algo muy sincero, incluso en los momentos tensos, existe mayor
transparencia.

Por ello, si te preguntas cómo puede mejorar tu esfera familiar conociendo Diseño Humano, te
diré que puede ser absolutamente gratificante. Es uno de los comentarios que más recibo de
madres y padres, junto a: qué alivio saber todo esto.

La vida de madre/padre es un reto en muchos sentidos. No es tarea sencilla atender las


demandas de una vida que depende de ti, especialmente los primeros 7 años donde se
establecen los patrones más esenciales en un niño, o en la fase adolescente en la que
preestablecen su propio espacio.

Poder encauzar la educación reforzando la autoridad interna de tu hija/o desde tan temprano
le ayuda a confiar en si misma/o y a hacer un uso eficiente de su energía e inteligencia, a
desarrollar su identidad y a gestionar el movimiento gradual de su desarrollo personal para
poder tomar decisiones por sí mismo adecuadas a su etapa vital y elegir lo que le es correcto.

Conociendo además la apertura en su diseño y el comportamiento condicionado que puede


emerger en ese espacio en todo momento en relación con otras personas, puedes explicarle los
posibles malentendidos en base al condicionamiento externo que encarará, para que no ceda a
su influencia. Ver la mecánica detrás de esos comportamientos le permitirá reconocer la causa
de dichas situaciones cuando se crean.

Madres primerizas que realizaron el análisis de su bebé o talleres de desarrollo infantil deciden
realizarlo también para su segundo hijo por el valor que les aportó en la crianza del primero . Así
como quienes han recibido el diseño de sus hijas/os de diferentes edades coinciden en que les
ha sido tremendamente útil para nutrir, descubrir y potenciar sus habilidades, talentos y dones
disponiendo de un manual de soluciones específicas para las necesidades individuales de cada
uno.

Personalmente a todas ellas agradezco que den un sentido tan profundo a mi trabajo, tanto
como poder observar su disfrute al corroborar por ellas mismas la lógica y la validez de esta
fascinante herramienta en sus vidas.

Por Amaya Blanco Alzola

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