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Dr.

Sergio Carbone – Contador Público (UBA)

LA TECNOLOGÍA BLOCKCHAIN Y LA ESCASEZ ARTIFICIAL

La tecnología blockchain ha revolucionado el mundo de los negocios en todas sus aristas. Digo
bien cuando utilizo un verbo en uso del pasado y no, como es común detectar en escritos
actuales, sosteniendo una situación presente del estilo “está generando”. La tecnología
señalada ha modificado incluso las calificaciones tradicionales para determinados tipos de
bienes y, con ello, ha creado mercados que, sin ella, no podrían haber sido desarrollados.

La virtualidad de las comunicaciones se ha convertido en la virtualidad de un espacio con


capacidad de generación de rentas pero no ya sobre la base de una inteligencia de negocios
tradicionales sino de formas totalmente innovadoras ya sea por su novedad completa o bien
por la explotación económica de viejas experiencias o viejas tecnologías soportadas en nuevas
formas de negocios (una nueva capacidad comercial).

La novedad no solamente invade las formas de pago y nos invita a desparramar ¿regueros de
tinta “digital”? discutiendo la naturaleza jurídica del dinero sino que construye una nueva
industria asociada a sus necesidades; industria derivada de nuevas necesidades con modelos
de negocios soportados en bases o estructuras que, a la fecha, no podremos encontrar
expresados en textos académicos de vieja circulación.

La simple innovación en gestión de organizaciones mediante DAO ofrece un espacio de nuevos


negocios y retos para las organizaciones “tradicionalistas” así compa para los profesionales
orientados a servirlas; situación que se presenta crítica cuando la profesión se somete a reglas
operativas (normas profesionales o legales) no agionarnada a las nuevas realidades. La
incursión en el mundo de los contratos inteligentes permite innovar respecto de modelos
clásicos de negocios fiduciarios en el pasado para administración de determinados tipos de
bienes; la inteligencia artificial (y sus técnicas asociadas), con capacidad de incorporación
automática de conocimiento permite una alternativa a la clásica estructura de derivados
financieros (solo en su elemento vehicular).

La tokenización de activos y flujos de fondos permite incorporar a determinadas variables


económicas actores que, hasta la fecha, se encontraban alejados de ciertas formas de negocios
financieros.

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Dr. Sergio Carbone – Contador Público (UBA)

Nuevas formas de conducir la realidad, sobre la base de registros distribuidos, inalterables (por
el alto costo de dicho fraude, no por su imposibilidad técnica) implican darnos a la clásica
pregunta que todo curso de grado en materia de derecho realiza al alumno ¿para que sirve el
derecho?. Al margen de que conocemos que se trata normas reguladoras del orden social
hemos aprendido que a este orden social se llega mediante el consenso que reconoce una
realidad social. El derecho viene, en consecuencia, a regular una realidad social que, al
momento, se encuentra desarrollando y se advierte necesidad regulatoria para protección de
la sociedad toda.

En este dinámico contexto de la criptoeconomía no concordamos con aquellos que sostienen


que “… el derecho no debe bloquear el desarrollo…” pretendiendo que toda regulación es
mala. Por nuestra parte nos sentimos más cercanos a aquellos que se ha transmitido en
Foodwatch c. Amazon, Tribunal del Distrito de Múnich y que por su importancia transcribo
textual

“Si un modelo de negocio determinado no garantiza el cumplimiento de las


regulaciones de la UE, este modelo de negocio debe cambiarse. No es el modelo de
negocio el que determina la validez de las normas de la UE, sino las normas de la UE
que determinan la permisibilidad de un modelo de negocio”.

La regulación normativa no solamente es deseable sino que también necesaria para acercar
seguridad jurídica a un contexto de negocios en constante desarrollo.

QUE SUCEDE CON LA “CRIPTOECONOMÍA”

La “criptoeconomía” es un dato de la realidad pero este “dato” no ha sido receptado,


acabadamente, por el marco normativo en el que debemos desenvolvernos de manera que
tanto empresarios de la “vieja economía” que desean incursionar en estas herramientas,
empresarios de la “nueva economía”, profesionales y, a rigor de verdad, la ciudadanía
(mundial por las particularidades en movilidad que ofrece esta herramienta) que desea
acercarse a los nuevos beneficios ofrecidos, se encuentran en un espacio de incertidumbre,
llamados a determinar, en cuanto nos interesa, las consecuencias jurídicas en el plano fiscal de
negocios, hechos o actos encarados para lo cual, de primera instancia, parecería no existir
consenso.

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Este artículo no trata sobre las dificultades a las que nos enfrenta la nueva “criptoeconomía”
sino sobre las herramientas (clásicas) que debemos considerar al momento de realizar un
análisis de las consecuencias jurídicas en el plano fiscal derivado de un negocio soportado en
nuevas las nuevas herramientas bajo referencia.

Sostengo que es una falacia pretender que el “nuevo herramental técnico” deriva en una
transmutación de la fiscalidad asociada al negocio subyacente sino que, independientemente
del vehículo utilizado, el analista fiscal deberá considerar todos los aspectos del negocio que
encierra una representación determinada soportada en tecnología.

Una de las “nuevas realidades” más disruptivas pueden ser los NFT (token no fungibles).
Recordemos que un token es una representación de una realidad subyacente y que esta
realidad puede ser un bien (tangible o intangible), un flujo de fondos, un derecho, una
prestación futura, entre otras cuestiones1.

La particularidad de los NFT es que ha logra transmutar características esenciales desde el


plano económico de bienes digitales2 de manera tal que, junto con la particularidad específica
asociada al NFT dada por su vinculación con bienes de la economía “real” o bienes propios de
la economía digital, permiten una existencia independiente de ellos por vía del ejercicio
técnico en la blockchain. De esta manera, la individualización irrepetible de un bien (digital en
cuanto nos interesa) transmuta sus condiciones originales hacia un bien escaso. La
tokenización vía la creación de NFT sobre bienes o creaciones digitales como creadora de
escasez y, con ello, de un nuevo mercado para aquello que, sin dicha tecnología, no podría
disponerlo3.

En este contexto sostengo que la siguiente pregunta es incorrecta: ¿cómo tributa un NFT?.
Dicha interrogante, así como pretender asignar entidad suficiente para derivar en
consecuencias fiscales, con el ordenamiento actual, a la estructura negocial soportada en
nuevas tecnologías, incluso abusando de analogar los resultados obtenidos con figuras
conocidas del derecho civil, no se ajusta a los parámetros interpretativos que, de momento,
debemos seguir para efectos determinar las consecuencias jurídicas en el plano fiscal de la
riqueza que trasunta sobre estas nuevas formas negociales.

1 “Taxing Virtual Currencies: An Overview of Tax Treatments and Emerging Tax Policy Issues” – OCDE 2020. Disponible en

https://www.oecd.org/tax/tax-policy/taxing-virtual-currencies-an-overview-of-tax-treatments-and-emerging-tax-policy-issues.htm

2 Bienes no escasos, consumo no rival, entre otras


3 Ariel Vercelli en “TECNOLOGÍAS BLOCKCHAIN, TOKEN NO FUNGIBLES Y ESCASEZ ARTIFICIAL” – Derecho y Tecnología (05-2021)

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Dr. Sergio Carbone – Contador Público (UBA)

La interpretación de las normas tributarias en el marco sustantivo responden a las


prescripciones de los Art. 1 y 2 Ley 11.683 de manera tal que el intérprete debe someterse a la
estricta prescripción legal sin posibilidad de innovación o analogía4. El uso de instrumentos o
vehículos para encerrar una realidad subyacente no es una novedad que hubiera introducido
la criptografía o esta nueva era digital. Ciertamente es común “embeber” negocios sobre la
base de ropajes jurídicos pudiendo estar motivados en las ventajas que determinado vehículo
ofrece (como la protección patrimonial que ofrece el negocio fiduciario) o incluso enfrentarnos
a simulaciones jurídicas (no toda simulación es odiosa al derecho así como no toda simulación
es odiosa a todas las ramas del derecho).

El ropaje jurídico que encierra un negocio subyacente podrá modificar la consecuencia a


efectos fiscales solamente si así lo ha receptado el derecho en la referida rama (sustantiva).
Caso contrario la fiscalidad del negocio jurídico (pantalla) estará signada por el negocio
subyacente (simulado). La tokenización de la economía implica instalar una esfera de
representación a hechos o actos con contenido económico reconocidos en el derecho de
fondo. Las normas fiscales se orientan a determinar las consecuencias impositivas de
diferentes negocios o actos jurídicos con contenido económico. El derecho fiscal en su rama
sustantiva, con su reconocida autonomía respecto de otras ramas del derecho5, dispone de
métodos y elementos que pueden percibirse extraños a la inteligencia de otras ramas (por
ejemplo el derecho privado). Sin embargo no por ello debemos pretender que el derecho fiscal
es independiente de otras ramas del derecho.

El derecho fiscal, como norma de orden público, es indisponible para los particulares. Las
consecuencias derivadas de su ordenamiento no pueden ser modificadas por el contribuyente
sobre la base del ropaje que asigne a un negocio o acto determinado. Nuestro máximo tribunal
ya nos ha advertido de la subsidiariedad del derecho civil respecto de las prescripciones dadas
por el derecho fiscal6 dado que la rama jurídica del derecho privado y la rama orientada al
espectro fiscal actúan en “planos diferentes”7.

4 Fallos (318:1154); (329:2511); (312:912); (304:203), entre otros

5 Dino Jarach en “EL HECHO IMPONIBLE” – Fallos (314:456)

6 Fallos (249:256)

7 Fallos (251:379)

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De lo señalado anteriormente resulta que, salvo cuando estemos frente a negocios realizados
con token de pago (monedas digitales), es incorrecto preguntarse “cual es la fiscalidad
asociada a tal o cual token” sino que la consulta a realizar requiere previamente describir el
negocio para, posteriormente, analizar las consecuencias fiscales del mismo;

En la economía de los NFT es común estos sean incorporados al patrimonio de un


contribuyente por adquisición pero también por la creación de un activo digital. La economía
de los NFT acompaña una industria en la cual se encuentran tanto el ideólogo original
(generador) como los intermediarios (plataformas) necesarios para que el sistema funcione.
Los negocios sustentados en este tipo de criptoactivos (NFT) encierran economías subyacentes
que requieren ser descriptas al analista fiscal. Así como no existen fórmulas únicas para el
diseño de negocios no existirán para la fiscalidad asociada.

Un error muy común es partir del pretendido estudio de la fiscalidad considerando


únicamente un ropaje que, se sabe, no es más que un manto sobre una realidad subyacente;
manto no tipificado en el derecho fiscal. Otro error recurrente es pretender un análisis
analogando figuras del derecho privado para, posicionado (erróneamente) en la figura
“visualizada en objetivo” determinar la consecuencia fiscal del negocio. El derecho fiscal no
admite analogía (Art. 1 Ley 11.683).

CONCLUSIONES
Si bien no hay espacio a dudas de que estamos frente a una “nueva realidad”, así como que
esta nueva realidad ha modificado, en algunos casos, las bases mismas de los negocios (o
esquemas negociales) que hoy consideramos tradicionales; realidad que ha permitido incluso
obtener rentas a menores de edad por actividades habituales de esparcimiento (rentas
obtenidas con severas consecuencias fiscales según montos alcanzados) así como rentas
derivadas de esas actividades (esparcimiento, juegos en líneas) realizadas por clousters de
profesionales (e-games) con nuevos medios de pagos y nuevas realidades (representaciones),
reclamamos un marco normativo ajustado al marco antes descripto.

La criptogravía ha habilitado “nuevas líneas denegocios” así como diferentes formas de


obtener ingresos. Incluso la generación de un activo digital puede derivar en diferentes formas
de ingresos para lo cual, propugnamos desde este espacio, analizar la naturaleza jurídica del
ingreso derivado no ya de la representación criptográfica sino del negocio subyacente dado
que, sostengo, con el marco normativo actual, las normas fiscales se convierten en

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“herramientas” para realizar el análisis aplicable a cada línea de ingreso o enriquecimiento.


Estas herramientas son obligatorias y su uso debe ser conteste el que informan las bases del
derecho fiscal (tradicional).

Un “NFT” puede habilitar ingresos en “varias etapas”. De lo dicho cada etapa deberá disponer
de su análisis correspondiente; análisis que dependerá del activo / negocio subyacente en
cuanto a la necesidad de dilucidar la naturaleza jurídica del derecho/bien que se transmite. El
derecho civil será una herramienta subsidiaria del derecho fiscal dado que esta última rama
aprehende las definiciones del derecho civil solo cuando el vehículo no sea manifiestamente
extraño a la función económica pretendida en su uso así como cuando dicho “vehículo” no
hubiera sido transmutado en definiciones dentro de la particular rama sustantiva señalada.

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