Seguridad

basada en el
comportamiento
72 Anticiparnos al accidente y evitar que ocurra.
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73 Descuidos comunes en la cafetería.

74 La confianza no es siempre la mejor opción.

75 Riesgos de impacto y atrapamiento.

76 El grupo de trabajo.

77 La importancia de oír.

78 La mala suerte y la seguridad industrial.

79 Trabajo en equipo.

80 Trabajo sin EPP.

Usemos los muebles para lo que fueron

81
hechos.
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82 Vestir para la ocasión.

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 andrés Giraldo

72. anTiciParnos al accidenTe y eviTar QUe ocUrra

Creo que las frases que voy a mencionar les van a parecer familiar: “hijo, no jue­
gues con eso, porque se romperá”, “hijo, no juegues de esa manera porque vas a
caer”. Como esas frases que nos decían nuestros padres, hay muchas más y todas
tienen algo en común.

La anticipación

Es muy posible que muchas de nuestras respuestas a esas frases fueron parecidas
a esta: “no te preocupes, mi equilibrio es excelente”.

Y también es muy posible que hayamos caído.

En nuestro trabajo, ¿cuántas veces hemos pensado que va a ocurrir un accidente

porque observamos una condición insegura o vemos a alguien haciendo algo inco­
rrecto o aún nosotros mismos tenemos esa sensación extraña de que no estamos
realizando el trabajo con la seguridad debida?

¿Por qué ante estas situaciones nos quedamos callados o ignoramos lo que estamos
viendo, en lugar de llamar la atención de la persona o reportar a nuestro supervisor
de la situación para que se corrija?

Anticiparse a los hechos no es siempre fácil, pero hay algunos eventos que son
evidentes. Además en la medida en que se van entrenando los sentidos y la mente
para percibirlos, se adquiere la habilidad necesaria.

Por otra parte, hacer notar estas fallas de manera constructiva es un aporte muy
importante para el equipo de trabajo y permite que el ambiente mejore en bene­
ficio de todos.

Tan importante como hacer notar las fallas es recibirlas de la misma manera cons­
tructiva. Si alguien llama la atención sobre la manera de mejorar la seguridad del
sitio de trabajo o del desempeño laboral, acoger la sugerencia con agradecimiento.
Revisar el punto con objetividad y corregir la situación con prontitud.

El silencio y el dejar pasar no son buenas prácticas. ¡Hablemos y actuemos en pro

de la seguridad de todos!

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 seGuridad basada en el CoMPorTaMienTo

73. descUidos comUnes en la cafeTería

Hoy vamos a hablar de un sitio que todos visitamos diariamente y en el que con
mucha frecuencia ocurren accidentes que por su bajo impacto, no se reportan.

¡Se trata de la cafetería!

En primer lugar, analicemos un poco la manera como nos aproximamos y llegamos a

ese sitio de descanso y notaremos que por lo general estamos relajados y hablando
con algún compañero de trabajo.

Esa actitud de relajamiento permite que se descuide la atención del entorno y éste
es el primer riesgo que se encuentra.

Pero este no es el único riesgo, en la cafetería se encuentran muchos peligros, entre

ellos se pueden mencionar:
• Fuentes de calor o frío.
• Objetos cortantes y punzantes como cuchillos y tenedores.
• Vajillas y otros objetos que se pueden romper.

(En este punto el supervisor invita a los participantes a completar la lista).

Ahora se mencionan algunos de los actos inseguros que se observan en las cafete­
rías:
• Otras personas descuidadas -además de nosotros- con las que podemos trope­
zar.
• Servir bebidas calientes en extremo que al tomarlas nos pueden hacer reaccionar
inesperadamente.
• Personas con cubiertos en la mano.
• Personas con bandejas o cargas más grandes de lo que pueden controlar.
• Personas haciendo ejercicios de equilibrio con botellas u otros contenedores de
líquidos.

(En este punto el supervisor invita a los participantes a completar la lista).

Notemos que muchos de los accidentes ocurridos en las cafeterías están relaciona­
dos con el comportamiento de las personas. ¡Hagamos de la cafetería el lugar de
descanso que debe ser!

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74. la confianza no es siemPre la mejor oPciÓn

En los accidentes industriales se reportan constantemente presunciones de los ac­

cidentados. Estas presunciones las deduzco de frases como “pensé que el equipo”,
“supuse que la máquina” y otras muchas similares a ellas. A todos nos gusta sentir­
nos confiados y seguros en las tareas que estamos realizando, pero la confianza no
es siempre la mejor consejera. De hecho, me atrevo a pensar que en el caso de la
seguridad es mucho mejor consejera la desconfianza.

Suponer que las máquinas no fallan, que podemos atender varios asuntos a la vez,
que nadie va a cruzarse en nuestro camino o cualquier otra cosa ha mostrado his­
tóricamente que es el camino equivocado.

¿Por qué tenemos ese sentimiento de confianza que puede llevarnos a un accidente?

(En este punto el supervisor invita a los asistentes a participar indicando que los
hace sentir excesivamente confiados durante el trabajo).

Les voy a mencionar algunas de las razones más frecuentes por las que sentimos
confianza excesiva en nuestro trabajo.

La experiencia
Algunas personas equivocadamente piensan que el grado de conocimiento de su
oficio les permite descuidarse.
Otros piensan que el trabajar de tiempo atrás con el equipo les da un margen de
maniobra mayor al que realmente tienen.
No nos dejemos engañar por las razones anteriores. Por el contrario, una persona
con mayor experiencia debe saber que los riesgos se minimizan y estar en constante
búsqueda de hacer su trabajo más seguro para todos.

La ignorancia
Es el caso contrario al anterior. Quienes no conocen el oficio, obviamente corren riesgos
por el mismo desconocimiento de ellos o de la actividad que realizan. Estudiemos.

Preocupémonos por el crecimiento personal; cada cosa que se aprende es la posi­

bilidad de subir un escalón, de abrir una puerta y de contar con una nueva oportu­
nidad. Adicionalmente conocer el trabajo y los riesgos que éste implica hace que
se gane en eficiencia.

El comportamiento
Este es el principal factor. Si se tiene un buen comportamiento; es decir, somos dis­
ciplinados, llevamos a cabo las labores ordenadamente y pensamos antes de actuar,
vamos a tener muchas menos posibilidades de accidentarnos. Por otra parte, si el
comportamiento es inadecuado, la percepción del riesgo será menor.

En lugar de suponer, los invito a que se aseguren. Verificar el buen funcionamiento

de los equipos, inspeccionar las herramientas y garantizar de que las personas y
cosas a nuestro alrededor se encuentran en su lugar es la mejor opción y nos lleva
menos tiempo hacerlo que atender una posible emergencia.

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75. riesGos de imPacTo y aTraPamienTo

Según los reportes de accidentes, las manos son las partes del cuerpo que con mayor
frecuencia son afectadas por los accidentes industriales.

Como parte de las labores se deben evaluar los riesgos del trabajo y hacer lo que
esté a nuestro alcance para evitar los accidentes y teniendo en cuenta lo anterior,
vamos a hablar hoy de dos riesgos a los que están expuestas nuestras manos:

• El atrapamiento
• El impacto

Hablemos inicialmente del atrapamiento

El atrapamiento ocurre por elementos en movimiento a los cuales se acercan las
manos y como efecto de ésto quedar atrapadas o enredadas en ellos. Estos elementos
pueden ser rodillos, engranajes, brocas o sierras circulares, entre otros.

(En este punto el supervisor invita a los asistentes a identificar los puntos de atra­
pamiento que se encuentran en su sitio de trabajo).

Se debe tener en cuenta que el atrapamiento puede ser ocasionado por objetos
que vestimos. De hecho, muchos de estos accidentes ocurren cuando la ropa se
enreda en una polea o un piñón, o por anillos o cadenas que se enredan o caen en
partes móviles de un equipo. Por esta razón la ropa debe ajustarse adecuadamente
y nunca se deben usar joyas, relojes o cadenas en la planta.

Ahora hablemos del impacto

El impacto ocurre por elementos que el objetivo de su movimiento es golpear o
sacudir otros, como es el caso de prensas, pistones o martillos.

(En este punto el supervisor invita a los asistentes a identificar los puntos de im­
pacto que se encuentran en su sitio de trabajo).

En general los impactos ocurren porque no se presta la suficiente atención a estas

herramientas o equipos, o porque las personas en actitud temeraria se acercan a
ellos más de lo debido.

Para concluir, quiero resaltar que los peligros están siempre ahí y que depende de
nosotros eliminar o minimizar los riesgos que se presenten. Nuestro comportamiento
y buen juicio es lo que nos permite llegar a nuestras casas sanos.

¡Cuidemos nuestras manos!

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76. el GrUPo de Trabajo

Recordemos cómo nos sentimos el día que ingresamos a la compañía en la que

estamos trabajando, y todas esas cosas por las que hemos pasado durante nuestro
recorrido.

Indudablemente una parte importantísima que nos viene a la mente es la que tiene
que ver con nuestro grupo de trabajo. Esas personas con las que nos relacionamos
diariamente. Aquellos que nos acogieron para enseñarnos desde cosas simples como
el lugar del baño, hasta las mejores maneras de realizar nuestras actividades.

Un buen grupo de trabajo que nos guía, nos aconseja y trabaja coordinado no
solamente facilita el buen desempeño individual, sino también colabora con los
resultados de todos.

Un buen grupo de trabajo es la corriente generada por esas personas que nos arrastra
hacia el mejoramiento continuo y nos aconseja para corregir lo que pueda estar
fallando. Está atento del ambiente de trabajo, de nuestros actos inseguros y nos
llama la atención de manera constructiva para que esos actos se corrijan a tiempo
y sin consecuencias que lamentar.

Saquemos el mejor provecho de nuestro grupo de trabajo no solamente atendiendo

sus observaciones sino participando activamente en que mejore para el beneficio
de todos.

Una puerta mal cerrada, una herramienta fuera de su lugar, una máquina encendida
sin que su operador la atienda o basura en el piso son condiciones inseguras que
facilitan que los accidentes ocurran. También debemos mencionar que hay actos
inseguros como una persona sin su equipo de protección, alguien arriba de un an­
damio sin arnés, ni línea de vida o manipulando sustancias peligrosas sin la debida
precaución. Menciono esto, porque el trabajo en equipo tiene que ver directamente
con esos asuntos.

“Dejar pasar” esas cosas facilita la ocurrencia de accidentes y un buen miembro de

equipo debe llamar la atención tanto de sus compañeros como del supervisor para
que estos actos y condiciones se corrijan a la mayor brevedad.

Otro aspecto muy importante del ser miembro activo de un grupo de trabajo es la
manera de hacer y decir las cosas. Tengamos presente en todo momento que esta­
mos trabajando con personas y primordialmente con compañeros. Seamos amables
y respetuosos al llamar su atención. La grosería y maltrato son poca ayuda para
lograr la colaboración de los demás.

Si la empresa cuenta con algún medio de recepción de sugerencias como buzones,

sistemas electrónicos de mejoramiento a algún otro, el supervisor debe recordar
que éstos existen precisamente para mejorar y proteger a todas las personas de la
empresa y debe invitar a usarlos.

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77. la imPorTancia de oír

Esta charla es muy importante para mí y espero que lo sea para ustedes. Su impor­
tancia radica en que todos los humanos por naturaleza, contamos con el sentido
del oído, contamos con los órganos para oír y estos órganos no podemos cerrarlos y
abrirlos a voluntad como lo hacemos con los ojos. Esto significa que la naturaleza
nos diseñó para que siempre lo podamos hacer.

Oír es una palabra corta, simple y dada nuestra naturaleza, la acción de oír debería
también ser fácil.

Pero no siempre oímos y me pregunto... ¿por qué?

Según el Diccionario de la Real Academia Española, oír significa: Atender avisos de

alguien, darse por enterado de aquello de que le hablan.

Traigo esta definición porque aunque todo el tiempo tenemos los oídos listos, no
siempre atendemos los avisos de los demás, ni nos damos por enterados de lo que nos
hablan. Por lo tanto, lo que nos falla no es el oído, es la atención o el interés.

(En este punto el supervisor invita a los asistentes a identificar las razones por
las cuales no atendemos a los demás. De acuerdo con los resultados de lo que los
asistentes comentan, el supervisor hace una lista e invita a mejorar la atención
de los asistentes).

Todos tenemos algo para decir, así como todos tenemos algo que oír y que apren­
der. No significa esto que debemos hacer todo lo que se nos dice, pero sí debemos
atender aquello que nos dicen y usar nuestro buen juicio y criterio para tomar la
opción más adecuada según la circunstancia.

Impulsemos también a los demás a oír nuestras experiencias y compartamos con

ellos las cosas que sabemos dan buenos resultados. Enseñemos a oír.

Es una buena práctica tomarnos el tiempo de atender los consejos de los demás.
Prestemos atención a los consejos de los más expertos, tanto de aquellos que han
sufrido accidentes, porque tienen experiencias de las que debemos aprender, como
de aquellos que han sido precavidos y los han evitado.

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78. la mala sUerTe y la seGUridad indUsTrial

¿Qué es mala suerte?

(El supervisor en este punto invita a

los asistentes a que den su opinión
sobre la mala suerte y trata de hacer
una definición con los comentarios
recibidos).

¿La mala suerte se podría definir

como uno o varios eventos ocurridos
al azar que perjudican a una o varias
personas?

La parte más importante de la defi­

nición de la suerte, buena o mala es
el azar. O sea, aquello que ocurre sin
intervención o control nuestro, más
allá de nuestro alcance y sobre aquello
que sin importar lo que hagamos, no
tenemos certeza de que ocurra o deje
de ocurrir.

Oímos de la suerte de alguien que no fue golpeado por un objeto que salió volando
o que al caer no sufrió ninguna lesión. También oímos de la mala suerte del traba­
jador que fue atropellado por un montacargas o de la cortada que sufrió alguien la
única vez que no usó guantes.

Preguntarse sobre la existencia de la suerte es entrar en ciencias conocidas y des­

conocidas, pero que al final, todas llevan al mismo lugar. La suerte es algo que cada
persona interpreta a su manera.

En el tema de la seguridad industrial, prefiero apartarme de la suerte y hacer una

revisión de los hechos; pues a partir de ellos es que podemos con objetividad esta­
blecer si los eventos ocurren por azar. Voy a narrar algunos accidentes de los que
tuve noticia y acceso a las investigaciones.

Colección de hechos número 1

Un trabajador sufre una cortadura en su dedo índice mientras cortaba una lámina
de cartón con una navaja.

Conclusiones de la investigación
• Se determinó que el trabajador siempre usaba guantes adecuados en su trabajo
de cortar.

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• Al revisar el cartón, se pudo establecer que éste era de las características nor­
males para el trabajo que se realizaba.
• Al revisar la navaja, se verificó que no tenía el filo suficiente.
• El supervisor confirmó que este trabajador siempre usaba guantes para hacer su
trabajo.
• Al entrevistar al trabajador lesionado, este indicó que no usaba guantes en ese
momento porque se le había pedido cortar una sola lámina de cartón y ya había
guardado sus guantes por haber terminado su turno.

Colección de hechos número 2

Durante el transporte de un barril, éste cae de la plataforma y se derrama en el

piso.

Conclusiones de la investigación

• Se determinó que el trabajador que realizaba el transporte no era la persona

que usualmente realizaba esta tarea.
• Al revisar el contenedor, se estableció que se abrió la tapa como consecuencia
del golpe al caer.
• Al inspeccionar el piso, se observó que estaba rugoso.
• Varios testigos del accidente, indicaron que el trabajador arrastraba la plataforma
a velocidad excesiva.

No es mi intención discutir si existe o no la mala suerte. Sí es mi intención mostrar­

les que incumplir los procedimientos, abusar de los equipos o ignorar condiciones
inseguras, definitivamente harán que la suerte -en caso de existir- estará en nuestra
contra.

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79. Trabajo en eQUiPo

La necesidad de trabajar juntos y ayudarnos mutuamente es permanente. Nos hace

las cosas más fáciles de realizarlas con mayor rapidez y seguridad.

Trabajar en grupo da como resultado mayor productividad. Si usted requiere llevar

un objeto pesado a otra parte, ¿no cree que será mucho más fácil, rápido y seguro
si pide ayuda a un compañero?

El trabajo en equipo ayuda a desarrollar respeto y ayuda. Nos permite notar y hacer
notar las cosas mejorables y las que hacemos bien.

Solicitar y prestar esa ayuda no solamente le ayuda a usted, nos ayuda a todos.
Esa pequeña ayuda hace que nuestra producción no se detenga ni baje de ritmo y
permite que otros no tengan que esperar por algo que requieren para realizar su
trabajo.

Recordemos que es importante mantener nuestro sitio de trabajo limpio. Y recor­

demos que el resto de la planta también debe permanecer en esas condiciones.
Llamar la atención de los demás y ayudarles a mantener las cosas en su sitio evitará
que usted mismo tropiece.

Algunas normas elementales de trabajo en equipo sugieren:

• Recuerde que sus actos pueden involucrar a otros tanto para su beneficio como
para su perjuicio. Hacer las cosas bien le ayuda y ayuda a los demás.
• No se limite a su entorno individual. Preste atención y colabore con el buen
trabajo de los demás.
• Si nota algo que puede ser mejorado, mejórelo o comunique al responsable para
que se haga.
• No exceda sus capacidades. Si debe realizar una tarea muy grande o pesada,
pida ayuda. El trabajo en equipo distribuye las cargas por la colaboración de
varias personas.
• Comuníquese de manera constructiva y amable con sus compañeros de trabajo.
Así promoverá el flujo de información y la participación de todos.

(En este punto el supervisor invita a la participación de los asistentes para dar
ejemplos de colaboración y trabajo en equipo para al beneficio de su operación).

¡Ser un buen miembro de grupo es fácil y nos ayuda a todos!

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80. Trabajo sin ePP

La pregunta para iniciar nuestra charla de hoy es:

¿Trabajamos sin nuestro equipo de protección personal?

(En este punto el supervisor invita a la participación de los asistentes y oye opi­
niones).

¿Para qué nos sirve el EPP?

(En este punto el supervisor invita a los asistentes a responder y toma nota de las
respuestas. Es obvio que la conclusión a la que se llegará después de oír las res­
puestas es que el EPP protege de los riesgos presentes en el trabajo).

Muy bien... ¿y si no existieran esos riesgos que nos llevan a considerar el uso de
EPP?

¿Seguiríamos usándolo?

(Nuevamente el supervisor da un tiempo para las opiniones, donde la conclusión

por supuesto va a ser que sin riesgos no será necesario usar EPP).

Se debe recordar que el Equipo de Protección Personal es la última protección

contra riesgos en el desempeño del trabajo y por esto, es conveniente hacer unas
consideraciones antes de usarlo.

Estas, incluyen:
• ¿Hay alguna manera de eliminar el riesgo, para que no sea necesario el EPP?
• ¿Si no es posible eliminar el riesgo, entonces hay alguna manera de reducirlo?
• ¿Si no es posible reducir el riesgo, hay manera de evitar que las personas tengan
contacto con él?
• ¿Si es inevitable la cercanía de las personas, hay manera de reducir el tiempo
de exposición de ellas a ese riesgo en particular?
• ¿Hay manera de reducir el número de veces que las personas se exponen al
riesgo?

Antes de usar el EPP debemos informarnos de los riesgos a los que estamos expuestos
y de las posibilidades que tenemos para reducirlos.

El equipo de protección es muy importante en el trabajo, pero su uso no significa

inmunidad. ¡Esto debemos tenerlo muy claro siempre!

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81. Usemos los mUebles Para lo QUe fUeron hechos

Hemos visto (o lo hemos hecho) personas que usan asientos para alcanzar objetos
que se encuentran muy altos, otros que se sientan sobre las mesas y también quienes
usan los escritorios como bancos de trabajo en los que soportan herramientas.

¿Y qué pensar de aquel que se para en una silla con ruedas para alcanzar un objeto
de una repisa y cae en el intento?

(En este punto el supervisor invita a la participación de los asistentes para agregar
a la lista de malos usos de los muebles).

Cuando una persona usa un bisturí sobre la superficie de su escritorio y ésta se daña,
¿podemos calificar ese daño como un accidente o como negligencia?

Los muebles deben ser vistos como herramientas de trabajo y como tales deben
ser usados, están diseñados para cumplir con un propósito específico: sentarnos,
escribir sobre ellos o sostener ordenadamente objetos.

Como todas las herramientas, cuando usamos los muebles de forma indebida co­
rremos el riesgo de dañarlos, lesionarnos o faltar a la higiene que es otro aspecto
importante.

Es muy incómodo ver personas sentadas en las mesas, particularmente cuando son
mesas en las que se toman los alimentos o aquellos que con su ropa sucia se sientan
en sillas limpias que dejan manchadas al levantarse.

El uso inadecuado de los muebles generalmente está asociado con “la madre de todos
los vicios”: la pereza. Es usual que las personas alcancen los muebles que están a
la mano, en lugar de tomarse la molestia de conseguir una escalera, alcanzar un
asiento o ir hasta un banco de trabajo.

Recordemos que los accidentes gastan tiempo y siempre será mayor el tiempo de
atender un accidente que el requerido para conseguir una escalera.

Llamemos la atención de las personas que hacen mal uso de los muebles de manera
cordial y ayudémosles alcanzando el asiento que requieren cuando sea necesario.

¡Cuidemos los muebles y usémoslos adecuadamente!

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82. vesTir Para la ocasiÓn

Es claro que la moda afecta nuestra vida, aunque algunos -o muchos- de nosotros
intentemos ignorarla. Un buen ejemplo de esto es un sombrero. ¿Cuántos de ustedes
conocen almacenes donde vendan sombreros?

(En este punto, el supervisor da unos segundos a los asistentes para concluir que no
son muchos los que están informados sobre almacenes donde se puedan conseguir)

La razón de esto, es que los sombreros no están de moda y quien quiera usar uno,
deberá hacer una buena búsqueda de uno de los pocos almacenes especializados.

Siguiendo con el tema de la moda y de la ropa que usamos, ¿alguno de ustedes ha

asistido a un matrimonio o bautizo en el que alguien use casco, guantes o máscara
de seguridad?

(En este punto, el supervisor da unos segundos a los asistentes para concluir que

esto se vería bastante extraño)

No vemos mucha gente usando equipo de protección en estos eventos por varias

razones, entre las que podemos indicar:

• Por lo general, las iglesias y salones de reunión no presentan grandes riesgos de

seguridad.
• En estos eventos vamos a divertirnos, bailar y hablar alegremente con nuestros
amigos el equipo de protección sería una incomodidad en estos lugares.
• Nos veríamos como animales raros en esa situación, pues hay reglas para vestirse
en determinadas ocasiones.

(En este punto, el supervisor da unos segundos a los asistentes para oír otras opi­
niones)

¿Comparando estos eventos con nuestro trabajo, cómo sería trabajar con nuestro
mejor vestido, anillos, cadenas o ver una mujer con zapatos de tacón realizando
tareas propias de la planta?

(En este punto, el supervisor invita a los asistentes a dar su opinión y concluye:)
Vestir para la ocasión significa estar a la moda cuando la situación lo requiere.

La vestimenta de trabajo debe cumplir con las condiciones propias de las labores,
aunque la moda dicte otra cosa.

Recordar siempre que el uso de cadenas, anillos y otros objetos de adorno no son
apropiadas y representan un riesgo en nuestra actividad.

La ropa muy holgada, desabrochada y con tela suelta no debe usarse en la planta.

El mensaje de nuestra charla de hoy es: vistamos para la ocasión.

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