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21-0033
Psicología Del Pensamiento (PSI-336-03)
Prof. Angely Mejía
Es la capa externa que desempeña un papel de protección, con una forma curva y
aspecto transparente por lo que podríamos decir que es la primera lente que
encuentra la luz cuando llega a nuestro ojo. Es el filtro principal ante la luz y los
rayos que emite, siendo así la encargada de proteger el iris y el cristalino, además de
otras estructuras oculares, por medio de sus propiedades de refracción.
La mácula ocular, también llamada fóvea es una pequeña zona ubicada en el centro
de la retina, ocupando apenas el 5% de esta. Luce como una pequeña mancha
amarilla al interior de la retina. Es la responsable de la visión central, detallada y
aguda. Formada por diversas capas de receptores llamados conos, responsables de
la agudeza visual. Es considerada la parte más importante de la retina debido a que
en ella reside la visión central, la visión del detalle y la visión del movimiento.
Además, permite ver con claridad los objetos pequeños y percibir los colores. Esta
zona hace posible distinguir las caras y que se desarrolle la lectura sin
inconvenientes.
El nervio óptico es un nervio sensitivo que agrupa a más de un millón de fibras
nerviosas que trasladan mensajes visuales. Este conecta la parte posterior de cada
uno de los globos oculares (la retina) con la parte del cerebro encargada de la
visión, por lo tanto, la función del nervio óptico es transportar los impulsos
nerviosos que recibe de la retina hacia el cerebro, para que estos sean procesados
y convertidos en imágenes. Si el nervio óptico resulta dañado, el cerebro dejará de
recibir la información dada la ausencia de estímulos visuales. Puesto que el tejido
nervioso no se regenera, la muerte de las fibras del nervio óptico supondrá la
pérdida irreversible de visión, total o parcial, dependiendo donde se encuentre el
daño.
El humor acuoso es una sustancia transparente compuesta en mayor parte por agua
que rellena la cámara anterior al ojo. Es decir, el espacio que queda entre la córnea
y el cristalino. Este fluido se regenera completamente cada 90 días y también es
responsable de conservar la forma del ojo. Permite que la refracción de la luz se
realice de forma adecuada y, en consecuencia, que veamos correctamente. La
formación de esta sustancia está correlacionada y es sensible al ritmo circadiano de
tu cuerpo, es decir, a los ciclos del sueño por la luz. Este se encarga de nutrir los
tejidos adyacentes, como la córnea y el iris.