Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MOVIMIENTO FEMINISTA Y
REDEFINICIÓN DE LA REALIDAD
Ana de Miguel Álvarez
Una de las prácticas fundamentales del movimiento feminista es producir una redefinición o
resignificación de la realidad
Según Celia Amorós la teoría feminista es la que irracionaliza la visión establecida de la realidad.
El feminismo supone la adquisición de una nueva red conceptual, “unas gafas” que nos muestran una
realidad distinta a la que perciben las demás personas → Podemos ver protección/caballerosidad o ver
explotación y paternalismo.
Kate Millett:
“El feminismo desafía el orden social y el código cultural más ancestral, universal y arraigado de los existentes”
Muchas mujeres no aceptan la visión feminista de la realidad → Cuestión central que tiene que afrontar el
movimiento feminista
La teoría feminista indaga en las fuentes religiosas, filosóficas, científicas, históricas, antropológicas, en el
llamado sentido común para desarticular las falsedades, prejuicios y contradicciones que legitiman la
dominación sexual.
3. Articular propuestas alternativas: No es únicamente definir la situación como injusta, hay que ser conscientes
de que es posible cambiar la sociedad
Que todos se beneficien del cambio implica que los hombres perderán privilegios ilegítimos.
La liberación cognitiva es analizar los valores y actitudes aprendidos e interiorizados desde la infancia y actuar
individual o colectivamente para cambiarlos.
3. La subversión de los códigos culturales dominantes: de las políticas de
la inclusión a las políticas de la redefinición
Desde los inicios de las primeras sociedades democráticas, basadas en el clásico principio “Todos los hombres
nacen libres e iguales ...”, “menos las mujeres, que nacen subordinadas e inferiores”. las mujeres constataron su
carácter excluyente. A partir de eso las feministas y la teoría feminista se centraron en legitimar y organizar las
políticas de la inclusión.
La teoría y la práctica feministas del siglo XIX se centraron en conquistar el acceso a la esfera pública de
las mujeres: como el sufragio, el trabajo asalariado no proletariado, la educación superior.
En el siglo XX las mujeres comprobaron las enormes dificultades que comportaba para un acceso igualitario
al ámbito público, llegando a conclusión de la existencia del techo de cristal, o sea ejecutar la misma actividad
laboral, ganando menores sueldos y tambíen el hecho de no acceder a puestos de jefe o de liderazgo.
La segunda ola del movimiento, en los años sesenta se fundamentó en la necesidad de establecer
mecanismos sociales y políticos capaces de romper la dinámica excluyente del sistema patriarcal.
El feminismo radical, de los años setenta, hace un análisis de la esfera privada, esfera que había
permanecido un tanto a la sombra en los enfoques anteriores. Venido con el lema “lo personal es
político” ha iluminado la concepción sobre cómo actúa el poder, sobre cómo se mantiene y reproduce un
sistema de dominación.
En ese momento se empieza analizar las prácticas de las mujeres dentro del ámbito doméstico como el núcleo
de su opresión y degradación ya se estaba redefiniendo activamente esa realidad. Se ha pasado a redefinir esa
misma realidad como “la jornada interminable”.
El trabajo pionero de Susan Brownmiller, analiza la violación como una estrategia de dominación por medio
del temor que infunde a todas las mujeres, puso las bases del proceso de redefinición o atribución de
nuevos significados a la violencia contra las mujeres.
También inicia la solicitud de intervención pública o del Estado, vía derecho penal y asistencia social, en
áreas de la vida tradicionalmente consideradas privadas o personales, como en ámbito doméstico y de
violencia doméstica.
Aunque el feminismo ha logrado importantes mejoras en la vida de las mujeres, especialmente en los países
occidentales, la desigualdad sexual continúa reproduciéndose sin mayores problemas y estamos lejos de
lograr una igualdad real.
Eso porque continúa reproduciéndose la sociedad patriarcal, o sea sigue teniendo los roles de género y
estereotipos de género, que legitiman la desigualdad e violencias de género e incluso micromachismos.
Con la reproducción de la sociedad patriarcal, se genera la jerarquización valorativa de los espacios públicos
y privados según el género. Es decir perdura la imposición coactiva de las identidades femenina y masculina.
En su texto Ana de Miguel hace un cuadro sobre la configuración de los espacios públicos y privados según el
género y sus roles. Haciendo reflexionar sobre las causas de perpetuación de la desigualdad de género:
4. El papel de las redes feministas en la redefinición de la realidad
Redes de los grupos y asociaciones feministas → Se determinan como el lugar donde se contrastan y
difunden los discursos alternativos a la realidad.
Eyerman, R.: En este sentido, los movimientos sociales abren un espacio especialmente idóneo para que
se den las condiciones de la creación e innovación en el conocimiento.
Con dichas manifestaciones, se generan teorías del movimiento que promueven una movilización social
enormemente plural, cambiante y en continua polémica interna y externa, la que se genera dentro del
movimiento y la que mantiene con sus oponentes.
Desde la teoría feminista y actuando sobre ella gracias a su particular organización en redes, grupos
pequeños en que se dan interacciones sociales cuya pluralidad, intensidad y compromiso cooperan
para crear un espacio de creación cultural y cambio social.
Todo esto robustecido por una dinámica y potente diversidad interna que conlleva a definir y
redefinir las problemáticas a resolver en la lucha feminista.