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Actividad sexual temprana

La actividad sexual temprana en la adolescencia, representa un problema de salud pública


por las consecuencias que conlleva, como el embarazo adolescente, el aumento de las
infecciones de transmisión sexual, la infección por HIV/SIDA (segunda causa de muerte en
los adolescentes) y los problemas familiares, económicos y sociales que se generan. El
adolescente se ha convertido en una población de mayor riesgo en salud por la inequidad y
las diferentes barreras a las que se enfrenta en materia de accesibilidad a los servicios de
salud, en especial a los de salud sexual y reproductiva. Toda esta problemática ha hecho
que esta población se vea enormemente afectada por morbilidades como las infecciones de
transmisión sexual e infección por HIV/SIDA, a su vez con un mayor riesgo de morbilidad
y mortalidad materna y peri-natal. Es por ello que la educación sexual en el hogar, escuelas,
colegios y servicios de salud, unido a la estimulación de habilidades para la vida, el retraso
del inicio de la actividad sexual entre adolescente, la promoción de la abstinencia sexual y
las prevención del embarazo y las infecciones de transmisión sexual, son una las estrategias
más eficaces para enfrentar estas
problemáticas.

Los Objetivos para el Desarrollo


del Milenio (ODM) incorporan la
sexualidad y la salud sexual y
reproductiva (SSR), reconocida
por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) como factor
determinante para el bienestar y
desarrollo de las personas, parejas,
familias, comunidades y naciones,
incluyendo la salud materna, reducción de la mortalidad infantil y lucha contra el
VIH/SIDA.

La adolescencia es una etapa compleja, donde las decisiones y conductas que tomen los y
las adolescentes en su SSR, dependerán de las oportunidades económicas, laborales,
educativas, oferta de anticoncepción, situación socioeconómica, características personales,
normas sociales e influencia del medio o contexto social en que viven y crecen.

La adolescencia según la OMS es el período de la vida comprendido entre los 10 y 19 años


(10-15). Se divide en tres etapas, con características diferentes, con formas distintas de
enfrentar la sexualidad y un embarazo: 1. Adolescencia temprana (10-14 años),
2. Adolescencia media (15-16 años) y
3. Adolescencia tardía (17-19 años).
La sexualidad, es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de toda su vida.
Incluye el sexo, identidades, papeles de género, erotismo, placer, intimidad, reproducción y
orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos,
creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas y relaciones interpersonales. Puede
incluir todas estas dimensiones, aunque no todas ellas se vivencian o se expresan siempre.
Es esencial, constitutiva e inherente a todos los humanos, independiente de su condición
física, mental y se expresa desde antes de nacer hasta la muerte, estando influenciada por la
interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales,
éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales
Las relaciones sexuales, desde el punto de vista de la sexología, se pueden definir como el
contacto físico entre personas fundamentalmente con el objeto de dar y/o recibir placer
sexual, o con fines reproductivos. La relación sexual abarca muchas posibles actividades o
formas de relación entre dos personas y no se limita sólo a coito o penetración. Incluye, en
general, cualquier contacto que suponga excitación sexual con o sin orgasmo, como
abrazos, masajes, caricias o besos en el cuerpo pero no en los genitales, caricias en la zona
genital, sexo oral y penetración (con o sin eyaculación dentro de la vagina).
El embarazo en la adolescencia es un
problema de origen multifactorial, con
alto riesgo de complicaciones para la
madre, el feto y el neonato, repercutiendo
en los resultados perinatales. Los hijos de
madres adolescentes representan
aproximadamente el 11% de todos los
nacimientos en el mundo, un 95% de ellas
en países en desarrollo. La Organización
Panamericana de la Salud (OPS), estima
que 20% de nacimientos en la región son de madres menores de 20 años y 40% de estos
embarazos no son deseados. El número de nacimientos de mujeres adolescentes de 15-19
años ha disminuido en todas las regiones del mundo entre 1990, 2000 y 2011. En el África
Sub-Sahara son muy elevadas pasando de 1234/1.000 mujeres (1990), 121/1.000 mujeres
(2000), a 117/1.000 (2011) mujeres de 15-19 años.

DETERMINANTES DE RIESGO PARA EL EMBRAZO EN


ADOLESCENTE
Varios determinantes han sido implicados con el embarazo en adolescentes, y si bien
muchos adolescentes tal vez deseen quedar embarazadas, muchos se producen en el
contexto de violaciones de derechos humanos como el matrimonio infantil, relaciones
sexuales forzadas o el abuso sexual. Este fenómeno se ha vinculado a múltiples
determinantes individuales, familiares, socioculturales y políticos. Hasta un 49% de
adolescentes en embarazo se encuentran por fuera de escuelas y colegios, otras abandonan
los estudios secundarios y 7,5% lo hacen por estar en embarazo y 5% por que se casan,
entre otras razones. Las mujeres sin escolaridad tienen la edad de la primera unión marital a
los 17,7 años. Un 81% de adolescentes ha usado un método anticonceptivo alguna vez en
su vida, pero sólo 10% los usa en su primera relación sexual, siendo este uno de los
determinantes más importantes para embarazos precoces.

Causas del embarazo en la adolescencia


Dos de las principales causas del embarazo en la adolescencia están directamente
relacionadas con el nivel de vida y
la pobreza de los habitantes de un
país, son:

Relaciones sexuales sin el uso de


métodos anticonceptivos, o un uso
erróneo o equivocado de los mismos

El matrimonio adolescente y el rol


tradicional que algunas sociedades
todavía asignan a las mujeres

 Hoy, la educación sexual trabaja en los siguientes escenarios para evitar embarazos


adolescentes:

Advierte de los peligros del consumo de drogas y de bebidas alcohólicas en sí mismo y


de sus consecuencias: desinhibición, falta de reflexividad, impulsividad, etcétera.

Presión social e idealización del embarazo en la adolescencia como formas de lograr


aceptación en sus círculos cercanos (amigos y compañeros de clase, principalmente).

Falta de información y difícil acceso a una buena educación sexual, así como desatención o
rechazo de los padres para hablar de estos temas de una forma abierta y natural.

Aunque estas son las principales causas, en los países desarrollados también está
comprobado que hay algunos indicadores que pueden aumentar el riesgo: un desarrollo
sexual temprano, carencias en el núcleo
familiar o padres y madres
adolescentes, o abusos sexuales y
violaciones.

Una vez entendemos cuáles son las


principales causas, es importante hacer
hincapié en las consecuencias y
riesgos que supone un embarazo
adolescente. La frase que resume gran
parte del problema la redactó la Organización Mundial de la Salud: “la adolescencia es el
periodo de vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los
patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia
socioeconómica”.

En el caso de los embarazos precoces, esta realidad se hace añicos, pero eso no es lo peor:
cuanto más joven es la madre, más peligrosa es esta situación: malnutrición, partos
prematuros, niños con trastornos en el desarrollo y malformaciones y un 50 % de
probabilidades más de morir en las primeras semanas de vida; en la madre: todas las
complicaciones médicas del feto en desarrollo también le afectan a nivel físico, pero,
además, en muchos casos suponen:

Falta de atención médica por desconocimiento del embarazo

Riesgo de preeclampsia y eclampsia

Riesgo de fístula obstétrica, una lesión invisibilizada y con efectos devastadores sobre la
vida de miles de mujeres

Alta mortalidad de la madre

Complicaciones debido a los abortos clandestinos, como sepsis o hemorragias graves

Embarazo unido a ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL

Además, a nivel psicológico y social es habitual encontrarnos con:

Abandono de los estudios, que dependerá del contexto y el nivel socioeconómico, entre
otros factores.

El trauma de un aborto provocado o espontáneo, así como los riesgos de caer en el


mercado negro en países donde esta práctica no se encuentre legalizada.
En países desarrollados, el nuevo núcleo familiar resultará, a menudo, inestable (padres
adolescentes o relaciones de corta duración), mientras que, en países en vías de desarrollo,
representará un mayor número de hijos.

Problemas psicológicos: miedo a ser rechazada, ansiedad, estrés y problemas familiares,


rechazo del bebé o aparición de trastornos emocionales graves.

Mantener relaciones inestables (familias disfuncionales) o perjudiciales para la mujer


debido a las necesidades económicas y afectivas.

Enfermedades de transmisión sexual en


adolescentes
Una enfermedad de transmisión sexual, también llamadas ETS, es una infección que se
transmite por tener relaciones sexuales. Las ETS son contagiosas y causadas por gérmenes.
como bacterias y virus. Los gérmenes que causan ETS se pueden esparcir en el contacto
sexual, incluyendo sexo oral y anal. Una infección por ETS generalmente occurre por
contacto de las membranas mucosas (áreas húmedas del cuerpo) con el fluido contagiado.
Los gérmenes que causan ETS se encuentran en los fluidos del cuerpo como la saliva,
orina, sangre, fluidos vaginales y semen. Las rupturas en la piel, o tener úlceras abiertas o
piel infectada son otras formas de tener gérmenes en el cuerpo.
Las ETS comunes en los adolescentes incluyen Clamidia, gonorrea, herpes, verrugas
genitales causadas por el virus del papiloma humano (CPH) y tricomoniasis. Otras ETS
incluyen hepatitis B, virus de inmunodeficiencia humana (VIH), sífilis, liendres púbicas y
escabiosis.
Los signos y síntomas de una ETS pueden incluir tener úlceras o descargas del área genital.
Su adolescente puede también tener fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular o inflamación
de nódulos linfoides. En ocasiones no existen síntomas y su adolescente puede esparcir la
ETS sin saberlo. Su adolescente puede necesitar diferentes pruebas para ver que tipo de
infección es. Estos incluyen pruebas de sangre, cultivos, examen directo, y pruebas de
orina. El tratamiento de las ETS, como los medicamentos que matan gérmenes, dependen
de la causa. Actualmente no existe tratamiento disponible para curar algunas ETS, como
herpes, VIH o hepatitis viral. Para estas ETS el tratamiento se enfoca en controlar los
efectos de la infección. Con el tratamiento, la ETS puede ser curada o controlada, y más
contagio de la infección puede ser prevenido.
RIESGOS
Los medicamentos para tratar la ETS pueden tener efectos adversos. Su niño adolescente
puede tener una reacción alérgica, o tener comezón, enrojecimiento o inflamación de la
piel. Aun después del tratamiento, sus síntomas o la infección pueden no desaparecer
inmediatamente, pueden continuar o pueden regresar después. Si se deja sin tratamiento,
puede pasar la infección a su pareja sexual, especialmente si no practica sexo seguro. Estos
gérmenes causan que la ETS de su niña adolescente pueda diseminarse y dañar sus órganos
internos, como sus trompas de Falopio. Estos pueden llevar a un embarazo tubario o
prevenir que se pueda embarazar. Algunas infecciones virales, como hepatitis B o VIH,
pueden causar serias enfermedades e inclusive la muerte. Las ETS son más fácilmente
curadas y controladas si se encuentran y se tratan a tiempo. Llame al médico de su niño si
usted está preocupado o tiene preguntas sobre la enfermedad, cuidado o tratamiento de su
niño.

¿Qué tan comunes son las ETS?


Las enfermedades de transmisión sexual son comunes, especialmente en las personas
jóvenes. Cada año hay alrededor de 20 millones de casos nuevos de ETS en los Estados
Unidos. Cerca de la mitad de estas infecciones se dan en personas de 15 a 24 años. Las
personas jóvenes tienen un mayor riesgo de contraer ETS por varias razones:

 El cuerpo de las mujeres jóvenes es biológicamente más propenso a las ETS.


 Algunas personas jóvenes no se hacen las pruebas de ETS recomendadas.
 Muchas personas jóvenes son reacias a hablar abierta y francamente sobre su vida
sexual con un médico o un enfermero.
 No tener seguro o transporte puede dificultar el acceso de las personas jóvenes a las
pruebas de ETS.
 Algunas personas jóvenes tienen más de una pareja sexual.
¿Qué puedo hacer para protegerme?
Si decides tener relaciones sexuales, tanto tú como tu pareja deberían hacerse antes una
prueba de ETS. Asegúrate de que tú y tu
pareja usen un condón de principio a fin cada
vez que tengan relaciones sexuales orales,
anales o vaginales. Sepan dónde conseguir
condones y cómo usarlos correctamente. No
es seguro dejar de usar condones a menos
que ambos se hayan hecho una prueba de
ETS, sepan los resultados, y estén en una
relación monógama mutua.

 La monogamia mutua significa que


tanto tú como tu pareja están de
acuerdo en tener contacto sexual solamente entre ustedes. Esto puede ayudar a
protegerse contra enfermedades de transmisión sexual, siempre y cuando ambos se
hayan hecho pruebas de detección y sepan que no tienen ninguna de estas
enfermedades.
 Antes de tener relaciones sexuales, habla con tu pareja sobre cómo vas a prevenir
las ETS y el embarazo. Si piensas que estás listo(a) para tener relaciones sexuales,
también debes estarlo para proteger tu cuerpo. También deberías hablar antes con tu
pareja sobre lo que harás o no harás sexualmente. Tu pareja debe respetar siempre
tu derecho a decir que no a cualquier cosa que te resulte incómoda.
 Asegúrate de conseguir la atención médica que necesites. Pregúntale a un médico o
a un enfermero sobre las pruebas de ETS y las vacunas contra el VPH y la hepatitis
B.
 Evita combinar el consumo de alcohol o drogas recreativas con las relaciones
sexuales. Si consumes alcohol y drogas, tienes más probabilidades de adoptar
conductas riesgosas, como no usar un condón o tener relaciones sexuales con
alguien con quien normalmente no las tendrías.

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