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NORMAS MORALES

Las normas morales son unilaterales e imperativas en la medida que, frente al sujeto a quien
obligan no hay otro autorizado para exigirle el cumplimiento de sus deberes; se trata de un tipo de
normas que imponen deberes, pero no conceden derechos.

A diferencia de la externidad de las normas jurídicas, las normas morales son internas en la
medida que es el propio individuo quien decide cumplirlas o no, como un acto de decisión
personal basado en sus creencias o valores. Es decir, que la interioridad de decisión personal
basado en sus creencias o valores. Es decir, que la interioridad en tales preceptos constituye “una
modalidad o atributo de la voluntad”. Recaséns Siches y Del Vecchio coinciden en señalar que la
característica central de las normas morales “es el campo de las intenciones, el ámbito de la
conciencia, o sea, la cara interna del obrar”.

Las normas morales son incoercibles porque su cumplimiento es espontáneo, es decir, estos
preceptores no establecen el empleo de la fuerza para el logro de su cumplimiento. Dice Recaséns
Siches:” La moral no queda cumplida [por el hecho de] que sucedan da facto en el mundo los
hechos externos [los deberes] por ella prescritos, sino para que quede cumplida es de todo punto
necesario que sus normas sean realizadas por el sujeto libremente, libre de toda coacción
irresistible, como actos palmariamente suyos”

Las normas morales son autónomas porque tanto el obligado como el creador de dichas normas es
la misma persona; por ejemplo, yo considero que debo obrar en el sentido de ayudar a mi prójimo
porque previamente tengo o he aceptado determinados valores: ser caritativo, solidario con los
demás, respetar la propiedad ajena, respetar al prójimo, etc. Así, autonomía significa
autolegislación, reconocimiento espontáneo de un imperativo creado por la propia conciencia.

Con frecuencia escuchamos que tal ley es moral o inmoral, y lo que sucede en estos casos es que
existe de parte de la persona que así se pronuncia, una calificación de dicha ley de acuerdo con sus
convicciones o principios internos. Hay quienes consideran que hay una ley que establece la pena
de muerte como castigo por un homicidio con todas las agravantes es una ley inmoral porque va
en contra de la vida humana. En una posición parecida están quienes condenan las leyes que
permiten el aborto y, por supuesto, también hay quien no discute la “moralidad” de sociedad a un
sujeto que la ha agraviado con homicidio sin ninguna justificación o dejas que cada mujer decida
sobre el número y espaciamiento de sus hijos.

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