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La introducción es la primera parte y reviste una especial importancia ya que es allí donde el redactor debe
presentar el tema que será tratado en el texto y hacerlo de una manera que atrape el interés del lector. No es
necesariamente una parte extensa; por ejemplo, si se va a tratar la contaminación del aire en las ciudades, en
la introducción se puede exponer brevemente en qué consiste dicho fenómeno.
En el desarrollo del texto, el cuerpo central del mismo, se plasman las ideas principales del tema. Aquí se
exponen, uno a uno, los argumentos que el autor quiere exponer, de manera ordenada y coherente. Siguiendo
con el ejemplo anterior, en el desarrollo del texto, el autor explicará mejor el concepto y las formas de
contaminación del aire en las ciudades, sus causas y consecuencias, las manera de reducirlo, las medidas que
algunas ciudades y países toman para atacar el problema, estudios del impacto de la calidad del aire en la
salud de hombres y animales y similares.
En la conclusión, la parte final del texto, puede aparecer un breve resumen de los puntos tratados en el
desarrollo, ofreciendo una evaluación de la presentación o simplemente una síntesis de los argumentos.
Objetividad: los textos expositivos evitan la emisión de juicios y emociones por parte del autor.
Lenguaje denotativo: un vocabulario formal, pero sencillo, cuya finalidad es la divulgación de conceptos para
públicos no especializados.
Organización lógica: organiza las ideas de forma lógica y siguiendo un orden natural. La estructura de los
textos expositivos, generalmente, consta de tres bloques (introducción, desarrollo y conclusión).
Estos textos plantean un problema al que dan solución a medida que se desarrollan y su estructura
permite explicar ideas o conceptos para que resulten comprensibles al lector.
Pero la organización del texto expositivo varía en función de su temática y podemos encontrar otra clase de
estructuras como:
Clasificación / Pregunta-respuesta / Comparación / Causa-consecuencia / Ilustración
Los textos expositivos proporcionan información acerca de un tema concreto, con el objetivo de ampliar y
transmitir conocimientos. Pueden recibir el nombre de expositivos-explicativos si, además de presentar una
información, pretenden que sea comprendida por el lector.
El texto expositivo deberá cumplir con una estructura (introducción, desarrollo y conclusión) y responder a las características que
le son propias (objetividad, lenguaje denotativo y organización lógica, además de la capacidad de relacionar conceptos nuevos con
conocimientos previamente adquiridos).
Los conceptos teóricos que se han tratado en la materia son:
El texto expositivo deberá cumplir con una estructura (introducción, desarrollo y conclusión) y responder a las características que
le son propias (objetividad, lenguaje denotativo y organización lógica, además de la capacidad de relacionar conceptos nuevos con
conocimientos previamente adquiridos).
Los conceptos teóricos que se han tratado en la materia son:
El texto expositivo deberá cumplir con una estructura (introducción, desarrollo y conclusión) y responder a las características que
le son propias (objetividad, lenguaje denotativo y organización lógica, además de la capacidad de relacionar conceptos nuevos con
conocimientos previamente adquiridos).
Los conceptos teóricos que se han tratado en la materia son: