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La ética de Psicólogo.
Por ser la psicología una disciplina cuya práctica nos pone directamente en relación
con las personas, es una condición obligatoria que todo acto profesional deba
realizarse de tal forma que no lesione la dignidad, la libertad ni la vida de los demás
ni la del propio psicólogo. Esto da por hecho que su práctica habrá de sustentarse
en conocimientos válidos para el nivel actual de la psicología y en principios éticos
que resguarden al paciente. Estos dos aspectos constituyen una gran parte de lo
que el psicólogo debe de cuidar para el buen desarrollo del individuo, aunque sea
responsabilidad del psicólogo la actualización de conocimientos y tener una
capacidad de evaluar lo comentado en la sesión también está dentro de sus
responsabilidades evitar que la información proporcionada tenga un mal uso.
Existen algunos artículos que son importantes mencionar, todos tienen que ser
tomados en cuenta, tienen su peso en la psicología y se toman en consideración,
sin embargo algunos por más obvios que parezcan infringen mucho en el paciente
y en cómo se va a llevar a cabo la relación:
La igualdad debe regir todas las intervenciones de los psicólogos que no podrán
discriminar, en la realización de sus servicios, por razones de sexo, nacimiento,
edad, raza, credo, ideología, o nacionalidad, entre otros aspectos.
Un psicólogo cuando atiende a sus pacientes debe respetar en todo momento las
creencias religiosas del mismo. Esto no impide que pueda cuestionar algunos
aspectos en el caso en que lo estime conveniente durante el tratamiento de que se
trate. La situación de poder o de superioridad que se puede generar entre un
psicólogo y su paciente durante una intervención, no será aprovechada por el
psicólogo en beneficio propio o de otras personas.
Si por algún motivo el psicólogo debe de actuar como intermediario debe de hacerlo
de manera parcial, sin sacar ningún provecho de ello, no relacionarse de manera
íntima con ningún paciente, incluso después de tener la relación de terapia, muchas
ocasiones por la atención prestada y la manera en la que se lleva acabo cada sesión
puede llevar a que alguna de las partes sienta cierta atracción, esto no es sano para
ninguno, un acto profesional se debe de suspender las intervenciones.
Aunque muchos parecen ser puntos muy evidentes es importante siempre tenerlos
en cuenta, es parte del psicólogo tenerlos en cuenta pero también del paciente
saber los límites de la relación y hasta donde llega la intervención, para evitar este
tipo de situaciones, en un mundo ideal nada de esto debería de suceder, pero
lastima saber que algunos psicólogos que practican la profesión no llevan a cabo el
código de ética como se debería, por eso es conveniente que todos tengamos una
noción de cómo es.