POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN PROFESIONAL POLICIAL

ESCUELA DE POSGRADO

DIPLOMADO DE POSGRADO PARA MAYORES EN

COMANDO Y ASESORAMIENTO ESTADO MAYOR

ENSAYO
Las comisarías PNP y su influencia en el desarrollo socioeconómico del país

AUTORES
Mayor PNP VASQUEZ CUETO, Guillermo Germán
Mayor PNP CHAVARRIA PEREZ, Karlos Andrés
Mayor PNP BAYONA LAMA, María Santos
Mayor PNP CORDOVA MATIAS, Nélida Doris
Mayor PNP LLANCA VARA, Roger Efraín
Mayor EP PIZARRO CAJACHAGUA, César Eduardo

ASESOR(A)
Coronel PNP Raúl Manuel ARELLANO RUÍZ

CHORRILLOS — PERÚ
2022
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INDICE
I. Introducción ..................................................................................................................3

II. Cuerpo del Ensayo .....................................................................................................4

a. Argumento 1: La importancia de la seguridad ciudadana ..............................................4

b. Argumento 2: El desarrollo socioeconómico en el Perú ................................................7

c. Argumento 3: La seguridad ciudadana y su influencia en el desarrollo socioeconómico

en el Perú ............................................................................................................................9

III. Conclusiones .............................................................................................................11

IV. Listas de referencias ................................................................................................13

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I. Introducción

La seguridad ciudadana es una condición necesaria para el desarrollo de las personas ya

sea económico y social, pero también si no se cubren otras necesidades fundamentales de

los ciudadanos y se garantizan sus derechos, no podemos comenzar a construir seguridad.

En este sentido, la inseguridad ciudadana es un grave problema que ha ido cobrando

mayor relevancia a través de los años, manifestándose en altos niveles de incidencia

delictiva, sensación de miedo, costos económicos significativos, y deterioro de la confianza

ciudadana en las instituciones responsables de atender el tema.

Por ello, a medida que pasan los años, y conforme se busca el desarrollo de una

sociedad, el principal objetivo del hombre, de la comunidad y del estado es cuidar y vigilar

el bienestar y seguridad de todos los ciudadanos, teniendo como principales soportes las

instituciones que mantienen contacto directo con la población como es la policía. Si bien

es cierto, el papel que desempeñan las instituciones encargadas de garantizar la seguridad

parece un factor determinante del aumento de los índices de criminalidad también es cierto

que existen otros factores más complejos que explicarían el porqué del incremento de la

delincuencia.

De lo mencionado, la importancia del tema, radica en establecer como la

inseguridad ciudadana afecta la vida cotidiana y el bienestar de las personas tanto

económico como social, así como el rol trascendental que tiene la Policía Nacional del Perú

específicamente la comisaría; y partiendo de la revisión de la bibliografía; se presentarán

los principales hallazgos y lecciones en la materia.

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II. Cuerpo del Ensayo

a. Argumento 1: La importancia de la seguridad ciudadana

El ser humano ha tenido desde siempre, la necesidad de sentirse seguro en el espacio

donde convive. En relación con eso, los grupos humanos posteriormente, ya

organizados como sociedad han concebido a la seguridad ciudadana como el proceso de

implantar, fortificar y preservar el orden civil democrático, mermando las amenazas de

violencia en la población y permitiendo una coexistencia segura y pacífica. Estas ideas

parten del desarrollo de un proceso que pasa por la implementación de acciones por

parte del estado, que asegure a las personas que éstas puedan sentirse protegidas en su

país y particularmente en su localidad.

Otras consideraciones sobre la seguridad ciudadana un poco más amplia la

relacionan como un bien público e implica la salvaguarda eficaz de los derechos

humanos inherentes a la persona, especialmente el derecho a la vida, la integridad

personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de movimiento.

Por otro lado, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2013)

(PNUD, 2013) con respecto a la seguridad ciudadana indica que se encuentra

estrechamente vinculada a las oportunidades de mejora en la calidad de vida de las

personas; por ello, la inseguridad es percibida por estos como una amenaza constante a

su normal desarrollo ya sea individual o de forma colectiva.

Al respecto, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática

(INEI), en el periodo entre marzo y agosto de 2020, 8 de cada 10 personas se sentían en

riesgo de ser víctimas de algún delito dentro de los próximos 12 meses. Con relación a

dicha percepción, otro estudio indica que, el aumento de noticias negativas acerca del

crimen en diarios locales incrementa la percepción de las personas de ser víctimas en

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un futuro cercano, y es uno de los fenómenos detrás de la desconfianza en los operadores

de seguridad y justicia.

Lo indicado, trae a este ensayo el hecho de partir de un sustento normativo a

nivel mundial inherente a la seguridad como derecho humano. Es decir, la seguridad

ciudadana y las dimensiones que esta implica a nivel global, se encuentra contemplada

en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo

tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”; así como también

en el artículo 7 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “Toda persona

tiene el derecho a la libertad y a la seguridad personales”; y a nivel nacional la

Constitución Política señala con toda claridad en su Artículo 44° que la seguridad es

uno de los fines esenciales del estado que tiene el carácter de permanente y necesario.

Por ello, es que el estado a través de instituciones como la policía siendo la más idónea

por la cercanía al ciudadano, se encarga de la prevención y coerción de situaciones que

atenten contra la seguridad en el marco del contrato social formal.

La Policía Nacional del Perú tiene un rol protagónico de acuerdo al art 166º de

la CPP y según Decreto Legislativo N° 1267, garantizando el orden, el respeto irrestricto

de los derechos fundamentales, el desarrollo de todas las actividades ciudadanas en

tranquilidad; siendo cada integrante de la institución la representación de la seguridad y

el orden en todo el territorio peruano.

Al hacer referencia que la PNP tiene presencia en todo el territorio peruano, esta

se materializa a través de las comisarías, siendo en algunas ocasiones el único rostro del

estado, sobre todo en las zonas más alejadas del país; ahí que se señale que “dentro del

distrito o en la ciudad, es la embajada funcional de la institución policial y del gobierno”.

En la actualidad, existen dos tipos de comisarías: las básicas y las especializadas

de familia (CEF). A las comisarías básicas se les clasifica en cinco categorías, con
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relación al área mínima requerida de construcción, densidad poblacional y rango de

efectivos policiales. Las comisarías básicas son las más numerosas (hay 1286 en el

territorio nacional) y son de naturaleza urbana y rural.

La comisaría es la célula básica de la institución, encargada de desarrollar la

labor de prevención, orden, seguridad e investigación; manteniendo una estrecha

relación con la comunidad, gobiernos locales y regionales, con quienes promueve la

participación de su personal en actividades a favor de la seguridad ciudadana,

coadyuvando al desarrollo económico y social de la jurisdicción.

Por ello, la atención en las comisarías tiene como fin que cualquier persona pueda

acceder a los servicios que ofrece la institución pública, y que lo haga de manera

satisfactoria y en el tiempo adecuado. Tradicionalmente, las instituciones públicas

ofrecían este servicio bajo un enfoque de oferta, es decir, centrándose en las funciones

que las entidades tienen preestablecidas por competencias y atribuciones. En la

actualidad, sin embargo, como parte del proceso de reforma y modernización del estado,

se busca cambiar el paradigma de acción estatal por uno que se desarrolle bajo un

enfoque de demanda, esto es, que el servicio de atención a la persona se adecúe a las

verdaderas necesidades del ciudadano y a los cambios sociales, políticos y económicos

de su entorno.

Finalmente, la seguridad trata de una obligación del estado en conducir acciones

destinadas a la protección de los derechos inherentes a las personas y no solo de la

supresión o minimización de los delitos, sino de mejorar la calidad de vida de los sujetos

y proporcionar espacios que permitan el desarrollo.

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b. Argumento 2: El desarrollo socioeconómico en el Perú

En principio, la población es un fenómeno social dependiente del desarrollo de la

sociedad; por lo que, los cambios estructurales de la población reflejan sus condiciones

socio-económicas, políticas y culturales.

La relación entre los comportamientos de la población y el desarrollo económico

y social tiene un pilar fundamental en los recursos humanos, que son el principal soporte

de todo proceso de desarrollo.

El desarrollo económico es la capacidad de países o regiones para crear riqueza

a fin de promover o mantener la prosperidad o bienestar económico y social de sus

habitantes. Es necesario entender que las personas y sus vínculos sociales son el centro

del desarrollo, cuando se suplen las necesidades más básicas, y gradualmente se mejora

la calidad de vida de las comunidades, se puede decir que el desarrollo está funcionando.

Para ello, el crecimiento económico es de vital importancia el cual implica un

incremento significativo de los ingresos y de las formas de vida de los individuos de

una sociedad; entendiéndose que los recursos generados o los ingresos percibidos por

la población permiten alcanzar otros objetivos relacionados directamente con el

bienestar.

Con respecto al desarrollo humano es preciso indicar que esta se encuentra

profundamente influenciado por el pensamiento de Amartya Sen (economista indio que

en 1998 fue laureado con el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en

memoria de Alfred Nobel), conocido como el “enfoque de las capacidades”,

entendiendo las capacidades como las libertades que tienen las personas para ser o hacer

cosas que estas valoren, y que contribuyen a su bienestar.

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En la terminología de Sen es la “libertad que una persona tiene en términos de

su elección de funcionamientos, dadas sus características personales y su dominio sobre

los bienes”.

Habiendo explicado la importancia del desarrollo humano y los factores que

influyen en ello como el económico y social, se debe indicar que en lo que transcurre el

siglo XXI, en el Perú han ocurrido grandes avances en el mejoramiento de nivel de vida

de la población; sin embargo, la creciente violencia y delincuencia, aunado a la

persistente escasez de oportunidades y en los últimos años la pandemia del COVID- 19

han tenido graves consecuencias negativas en los planos económico, productivo y

social, con secuelas y efectos a mediano plazo sobre el crecimiento e incremento de la

desigualdad, la pobreza y el desempleo.

Un claro ejemplo de lo señalado en los párrafos precedentes es el estancamiento

económico en México, consecuencia de la inseguridad; en su momento Coca-Cola tuvo

que retirar parte de sus operaciones en el estado de Guerrero en marzo de 2018 ante el

constante hostigamiento de grupos delincuenciales. En esa ocasión, fue la segunda vez

que cerró su centro de distribución en ese estado. La primera vez fue tres años antes, en

el 2015. El hecho es que la seguridad no sólo afecta a las personas o a los activos de las

empresas, como usualmente se suele pensar, sino que las marcas y la percepción de las

mismas se ven mermadas directamente por esto y hay que tomarlo en cuenta cuando se

decide abrir o permanecer en un mercado secuestrado por el crimen organizado.

Los actos delictivos pueden influir en las inversiones de las empresas y en la

demanda de los compradores, lo cual afecta al producto bruto interno (PBI). Por otro

lado, el nivel de consumo podría contraerse en las zonas de mayor “índice de

inseguridad”. Un motor de la economía es el consumo y si este se detiene, es posible

una desaceleración o enfriamiento de la economía.

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c. Argumento 3: La seguridad ciudadana y su influencia en el desarrollo

socioeconómico en el Perú

No cabe duda que la inseguridad ciudadana es uno de los problemas más serios e

importantes que enfrenta el país, con graves consecuencias. IPSOS periódicamente

recoge la pregunta de ¿Cuáles son los principales problemas del país?, por ello del 19

de febrero al 5 de marzo del 2021 mediante una encuesta online a 19,520 personas

conectadas a Internet, se conoció que las principales preocupaciones de la población son

el COVID-19 (57%), la corrupción financiera/ política (50%), el crimen y la violencia

(43%), el desempleo (43%) y la educación (26%).

El problema es que la delincuencia e inseguridad no solo afectan el bienestar de

la ciudadanía, sino que también tienen asociados importantes costos, como bien

menciona el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el crimen y el temor al crimen

influyen en la conducta de las personas, limitan las decisiones de inversión de las

empresas, minan la confianza en las instituciones responsables de garantizar la

seguridad pública y alteran la asignación de recursos públicos y privados. Por ello, no

sorprende que, según el Informe Global de Competitividad 2021 del Foro Económico

Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), el Perú se ubique en el puesto 58 de 64 países

con 45.4 puntos (en una escala de 0 a 100 puntos), descendiendo seis posiciones y

alcanzando 9.5 puntos menos que el año pasado, y el crimen como el robo constituyen

el sétimo factor más problemático para hacer negocios.

Un dato importante que debemos resaltar, de acuerdo con cifras del Banco

Mundial, el 60% de las empresas en América Latina se ve obligado a usar recursos en

seguridad privada, con gastos que representan entre el 2% y el 6% de su facturación

anual. Por lo que, atacar el problema de la inseguridad ciudadana no solo mejoraría la

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calidad de vida de los ciudadanos, sino que abriría más oportunidades de crecimiento y

reduciría importantes costos económicos.

Por otro lado, la inseguridad tiene también un efecto sobre la priorización y

asignación del presupuesto público. Si bien, como hemos mencionado, frenar este mal

es fundamental para mejorar la calidad de vida y promover la actividad económica;

debemos recordar que cada sol gastado en seguridad es uno menos invertido en otros

aspectos relevantes como la educación y salud.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Economía y Finanzas, para 2022, el

Gobierno Central tiene un presupuesto inicial modificado (PIM) de 10 817

millones de soles para fortalecer la capacidad de respuesta de la Policía Nacional

y de todo el aparato estatal, con el objetivo de combatir a la delincuencia, al crimen

organizado y reducir la inseguridad ciudadana.

Como hemos visto, la inseguridad impone costos significativos a la sociedad y

constituye una amenaza severa para el desarrollo económico y sostenible de los países;

a ello se suma que esta actúa como una traba más para la inversión privada y nos resta

competitividad. En este contexto, es indispensable que los esfuerzos por lograr la

reactivación económica estén acompañados por una reforma orientada a reducir la

inseguridad, mediante un uso eficiente de los recursos; ya que, al percibir el ciudadano

que el estado no es capaz de generar desarrollo, traerá consigo desgobierno, corrupción

y una mayor violencia e inseguridad, empezando a afectar todas las esferas de la vida

pública y privada.

En esta línea, se reconoce que además del crecimiento económico para lograr

desarrollo se debe reducir o eliminar la pobreza, la desigualdad y el desempleo logrando

de esta forma una nueva equidad social. (PNUD, 2014). En esta realidad, se logra

apuntando al robustecimiento, de instituciones que garanticen de forma total y de

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manera sostenida la seguridad de todos los ciudadanos. Así, el fortalecimiento de la

seguridad ciudadana depende de la construcción de instituciones y formas de

convivencia democráticas que permitan proteger de manera efectiva, sostenible y con

apego a los derechos humanos la integridad física y material de las personas.

Finalmente, los países del mundo son conscientes que no es posible proyectar

desarrollo sin seguridad y tampoco podrá darse seguridad sin desarrollo; por ello, la

seguridad debe ser un presupuesto ineludible del crecimiento económico y el desarrollo

para los países.

III. Conclusiones

La seguridad ciudadana se configura como una dimensión del concepto de seguridad

humana, la importancia de esta dimensión radica en que los altos niveles de violencia e

inseguridad tienen consecuencias destructivas para el desarrollo de un país, afectando el

crecimiento económico, social y resultan a menudo en agravios arraigados que pueden

extenderse por generaciones.

La inseguridad ciudadana, es sin duda alguna, una de las preocupaciones constantes

en la población; por tanto, en la agenda de las políticas en materia de seguridad de cualquier

país y sociedad debe estar como punto focal de discusión, orientada a lograr la

transparencia y participación ciudadana, como aspectos fundamentales para generar

confianza, desarrollo y sustentabilidad.

Si bien es cierto, la inseguridad en la región tiene una explicación multidimensional

en la que inciden la precariedad del empleo, la inequidad persistente y otros, las distintas

combinaciones de estos en contextos específicos producen entornos de vulnerabilidad que

limitan las posibilidades legítimas de ascenso social.

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En el Perú, el alto grado de inseguridad obstaculizan el crecimiento económico y la

reducción de la pobreza; por ello, es que resulta necesario la generación de servicios e

infraestructura que mejoren la calidad de la vida de los ciudadanos, particularmente la

seguridad ciudadana, implica garantizar el bienestar colectivo o satisfacción de las

necesidades humanas fundamentales cómo lo es la sensación de contar con un ambiente

donde pueda desenvolverse con tranquilidad y desplegar en él todas sus potencialidades.

Para ello, es imprescindible que instituciones como la Policía Nacional del Perú, a través

de acciones coherentes tiendan a garantizar la paz pública, por medio de la prevención y

represión de los delitos.

Tomando en cuenta un escenario de nueva administración de gobierno, que estará

marcada por el proceso post- COVID-19, que en términos sanitarios y económicos traerá

graves retrocesos en el país, consideramos de especial relevancia concentrar los cambios a

nivel de servicio que presta las comisarias por dos motivos centrales: (i) es un espacio clave

reconocido por la ciudadanía para realizar múltiples gestiones y solicitar ayuda en casos de

violencia, criminalidad y otros, y (ii) el trato policial en las comisarías es un factor central

para el fortalecimiento de su legitimidad como institución, sumado a la relación con la

comunidad que permite aumentar la capacidad de respuesta policial en prevención y control

de delito fundamental para el funcionamiento y desarrollo de una sociedad, lo cual se

encuentra enmarcado en la funciones de la PNP “Participar en el desarrollo social y

económico del país”.

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IV. Listas de referencias bibliográficas

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ciudadana a nivel local. Programa Estudios de la Ciudad. Nro 12. Flacso Sede

Ecuador, pp. 1-12.

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Carrión, F. (2006). Seguridad ciudadana y gobiernos locales. Ciudad Segura Programas

de Estudios de la ciudad. Nro. 12. FLACSO, Ecuador., pp.1-12.

Chinchilla, L., & Vorndran, D. (2018). Seguridad ciudadana en América Latina y el

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Mesquita, N. (2008). Ensayos sobre seguridad ciudadana. Ecuador : Flacso

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PNUD. (2013-2014). Seguridad Ciudadana con Rostro Humano: Diagnóstico y propuestas

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