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MULÁN 2

PRIMERA ESCENA
VOZ EN OFF

ABRIR TELÓN
Ancestro: ¡OOOOOOH, salvador de China! Tú has ennoblecido la casa de Fa, te debemos
gratitud y honor. ¡Ooooooh! hemos de venerarte oh poderoso…

Mushu: Suéltalo…Di mi nombre.

Ancestro: Mushu.

Mushu: ¡Eso es lo que quería oír, eh! ¿Cómo te va por ahí, tío? Gracias por la presentación y
ahora creo que me apetece visitar mi adorable pedestal…. ¡Mis ropajes ceremoniales!…

Grillo: Aquí tenéis.

Mushu: Si Mulán me viera ahora.

Grillo: Mulán salva China en una ocasión y ahora éste se cree Emperador.

Mushu: Estoy subiendo por una escalera al cielo, ¡guau! Estoy en la cima: pedestales, premios
y pleitesías y ahora mi baño ceremonial. Más vale que cojáis fuerzas porque no pienso dejar mi
pedestal hasta dentro de mil años…que comiencen las burbujas.

Se marchan Grillo y Mushu. Entra Mulán y después las niñas.

Mulán está en el campo haciendo ejercicios con un palo y las niñas se acercan.

Niñas: ¡¡Fa Mulán!!

Mulán: Hola, ¿qué ocurre aquí?

Niña1: Queremos ser como tú, Fa Mulán.

Mulán: Pero si yo aún estoy aprendiendo.

Niña 2: ¡Por fa!

Mulán: Imagino que podría enseñaros un par de cosas.

Niña 1: Mulán nos va a enseñar a dar patadas, ¡bien!

Mulán: ¡Un momento, calmaos! Esa es la segunda lección. La primera y más importante es
aprender a ser gentil a la vez que dura y fuerte.

Niña 2: ¿Cómo puedes ser dura y gentil?

Niña 1: Eso, yo quiero ser dura.

Mulán: Ya sé que suena algo extraño, ¿verdad? Pero el mundo está hecho de contrapuntos
como vosotras. Para ser un buen guerrero hay que saber guardar el equilibrio. A ver si lo
entendéis:

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Canción

Mulán: Tierra, cielo, día, noche, voz, silencio, sombra y luz


Uno solo no valdrá, los dos hacen falta
Cambia el tiempo y la estación, esta es mi lección
Con vigor tú aguantarás, con valor sabrás sufrir
Cortar, cómo ser, pensar, con gran fe

Niñas:
Con vigor yo aguantaré, con valor sabré sufrir
Cortar, cómo ser, pensar, con gran fe

Niña 1: Vale Mulán, estoy lista


Mulán: Pero aún pierdes el equilibrio
Estás a mitad de camino

Mulán: Eres suave algodón, cual bambú te mueves sin fin


Porque no se te olvide que en la acción, el temor no se te ve

Niñas:
Yo soy suave algodón, cuál bambú me muevo sin fin
Porque no se me olvida que en la acción, el temor no se me ve

Mulán: Uno solo no valdrá, los dos hacen falta (niñas repiten)
Cambia el tiempo y la estación, esta es mi lección (niñas repiten)

Niñas: Yo soy suave algodón, cuál bambú me muevo sin fin


Porque no se me olvida que, en la acción, el temor no se me ve
Mulán: Para ganar
Niñas: Esta es mi lección, esta es mi lección, esta es mi lección.

Aparece el General Shang y las niñas lo reciben con ilusión.

Niñas: ¡El General Shang!

Shang: Hola, jóvenes guerreras.

Mulán: El nuevo uniforme te favorece, General.

Shang: El uniforme, sí. Ahora tengo que estar a su altura.

Mulán: Y lo estarás. Eres muy valiente.

Las dos niñas no para de mirar al General.

Shang: Oh, claro, valiente, sí, bueno. Mulán, no te conozco desde hace mucho, pero creo que
eso no importa cuando estás enamo….

Las niñas no paran de mirarlo.

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Shang: Cuando realmente….

Las niñas se ríen.

Shang: ¿Podemos hablar en un sitio más íntimo?

Niña 1: Podemos ir a mi casa.

Mulán: Vale pequeñinas, portaos como soldados y desfilad.

Niña 2: ¡Jo, qué rollo! Adiós Mulán.

Niña 1: (Sigue mirando al General Shang)

Shang: ¿Quieres cuidar de esto por mí? (le entrega su casco)

Niña 1: ¡Siiiiiiii! (se van las niñas)

Mulán: Shang, ya puedes darlo por perdido.

Se ríen y se apartan. Mushu y Grillo están observando la acción desde el lado contrario.

Shang: Mulán, ¿quieres casarte conmigo?

Mulán: Sí, claro que sí.

Shang: ¡En serio! Genial. Voy a hablar con tu familia.

Shang se marcha muy contento.

Salen Mushu y Grillo y hablan con Mulán.

Mushu: ¡Oooooh, pero qué día tan feliz, mi pequeñina va a casarse al fin!

Mulán: ¡Shhh, Mushu que van a oírte!

Mushu: Los dragones somos muy emotivos. Y parece que fue el mes pasado cuando salvamos
China juntos.

Mulán: En realidad, fue el mes pasado.

Mushu: Vaya el tiempo vuela. Oye este debe de ser un momento mágico para ti.

Mulán: No me prometo todos los días.

Mushu: Noooo, decía anunciármelo a mí.

Grillo se desespera.

Grillo: Pero ¿cómo puede ser tan egocéntrico?

Mushu: Después de todo, fui yo quien te llevó hasta ese bomboncito. ¿Soy un buen Guardián o
qué? Dime.

Mulán: Eres más que eso. Eres el amigo en quien más confío.

Llora Mushu.

Mushu: Ya la has liado.

Mulán: ¿Ya estás llorando otra vez?

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Mushu: No, es que se me ha metido una pizca de crema en el ojo ¡claro que lloro! ¿O qué te
has creído? Oh Mulán, estoy tan contento por mí.

Mulán: ¡Por ti, eh!

Mushu: Este asunto de la boda me dará un estatus superior. Cuando esos ancianos miren hacia
arriba no verán de mí más que la cola.

Mulán: Me alegro de que mi matrimonio te venga así de bien, Mushu.

Mushu: Está bien, ya lo cojo amiguita, pero también estaba pensando en ti, de hecho, voy a
planear tu boda: primero elegiré el tema, es primordial en una fiesta: ¿Qué tal El arco iris de
los recuerdos? No, es de colegio. Ya lo tengo: el tema será Piensa en rosa.

El grillo se pone muy contento.

Mushu: Es el color de moda nena, es suave, tiene clase. Manos a la obra.

Mulán se ríe.

Mushu: Grillo, al almacén de telas.

Se van. Aparece Shang.

Shang: ¡Mulán! Creo que tu abuela ha invitado a alguien a la celebración de nuestro


compromiso.

Mulán: En serio ¿a quién?

Shang: A toda China.

Se van. Mushu y Grillo entran


.

Mushu: A ver atención todos, escuchadme momias tenemos curro. Tengo algo muy
importante que anunciar, agarraos bien al ectoplasma: ¡Mulán va a casarse!

Risas en off.

Mushu: Está bien ya veo que os alegráis, pero el tiempo vuela: el tema es el rosa, flores rosas,
cintas rosas y no vale morado o fucsia, quiero todo rosa como el culo de un recién nacido.

Grillo saca un pergamino.

Grillo: Creo que deberías leer esto.

Mushu: ¡Eh! Esto parece una hoja de despido como las que sirven para expulsar.

Grillo: Está escrito que cuando se case Mulán, los ancestros del marido se encargarán de la
protección de la pareja.

Mushu: Nonononono, este rollo debe tener alguna errata.

Grillo: Te has quedado en paro, se acabó el pedestal.

Mushu: Nononono, he tardado 500 años en recuperar el pedestal y no lo dejaré sin luchar.

Grillo: Cuando Fa Mulán se case, volverás a tu antiguo puesto: el del Gong.

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Mushu: Y ahora ¿qué voy a hacer?

Shang y Mulán salen y hablan de cómo quieren su boda y se ven sus diferencias. Mushu y
Grillo se quedan escondidos en el lado contrario.

Mulán: Me gustaría una gran boda.

Shang: A mí no.

Mulán: Me encantaría tener uno o dos hijos.

Shang: Cuantos como podamos.

Mulán: Pero esperaremos para tenerlos.

Shang: Mejor enseguida.

Mulán: Me gusta el rosa.

Shang: Y a mí el azul.

Mulán: Parece que no nos vamos a poner de acuerdo.

Shang: Seguro que llegaremos a un entendimiento.

Sonido de jinete (desde palacio)

Se marchan y vuelven con noticias del emperador (pergamino) los requiere en palacio a los
dos. Mulán y Shang en un lado del escenario y Mushu y Grillo en el otro lado del escenario.

Shang: Ha de ser muy importante cuando nos requieren a los dos.

Mulán: O es que reconoce un buen equipo.

Mushu: ¡Bah! ¿Desde cuándo son un equipo? Acaban de echarme a la calle y ya me ha


reemplazado.

Grillo: Pero ellos están enamorados y tú te estás comportando como un egoísta.

Mushu: Sí, ya lo sé, es verdad. ¿Cómo puedo ser tan egoísta? Mira, está claro que se gustan
mucho. Grillo, está decidido, voy a despedirme de mi pedestal. La felicidad de mi nena es lo
primero.

Grillo: Muy bien, así se habla. He visto que los padres de Mulán les han dado los colgantes de
sus tatarabuelos y les han explicado la lección del ying y el yang: tan distintos como el sol y la
lluvia y sin embargo juntos pueden crear armonía. Deben trabajar siempre en equipo.

Mushu: El viejo Fa Zhou tiene razón, colega. Mulán y Shang son tan distintos como el sol y la
lluvia y cuando se les pase el capricho, el árbol de la vida acabará con ambos.

Grillo: ¡Pero Mulán es feliz!

Mushu: ¡Oh sí, claro, parece feliz! Esa es la verdadera tragedia, la niña no ve aún lo
desgraciada que es.

Grillo: No dices más que tonterías.

Mushu: Por eso debo cortar esto de raíz.

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Grillo: Eres un egoísta y sólo piensas en ti y en tu pedestal.

Mushu: No se trata de mi pedestal, quiero evitar que Mulán cometa el mayor error de mi… (se
queda parado) digo de su vida. Caray, como he podido ser tan egoísta. Por Mulán sí vale la
pena luchar, después de todo yo soy su salvador y guardián. ¡Grillo, voy a romper este enlace!
Espero que me apoyes.

Grillo: No te apoyo, pero seguiré tus pasos para evitar que cometas un gran error.

SEGUNDA ESCENA
Todos salen hacia palacio.

Mushu: Mulán, no vayas tan deprisa que me canso.

Mulán: Pero Mushu, ¿qué haces tú aquí?

Mushu: Oye, a donde tú vayas, iré yo, ¿recuerdas? Trabajamos en equipo y hablo de nosotros.

Grillo aparece.

Mushu: ¡Grillo! ¿Qué haces tú aquí?

Grillo: No podía dejarte solo y tenía que proteger a Mulán de ti.

Mushu: ¿Proteger a Mulán de mí? Soy su Guardián.

Grillo: Y yo soy su Grillo de la suerte.

Mushu: Sí, ya, su grillo de la suerte. Suerte que no llevo insecticida.

Llegan al Palacio del Emperador.

Emperador: Ahora mismo las fuerzas mongolas se acercan cada vez más a nuestras fronteras.
El riesgo de un ataque aumenta cada día y la verdad es que nuestro ejército es superado en
número.

Shang: Majestad, dejadme dirigir un golpe preventivo. Cada guerrero mío luchará como 10
mongoles.

Emperador: No, General. Me propongo derrotar a este enemigo sin llegar a usar la fuerza. En
lugar de eso, forjaremos una unión tan fuerte que las hordas mongolas no osarán atacar.
Firmaremos una alianza con el reino de Qi Gong y nos uniremos a él por medio del
matrimonio. Escoltareis a 3 princesas hasta Qi Gong, donde se casarán con los hijos de Lord
Qin…

Mulán: ¿Qué?

Emperador: Sellando esta alianza vital.

Shang: Sí, majestad. (Reverencia)

Emperador: Mis consejeros me dicen que los astros son claros. Si la boda no se celebra de aquí
a 3 días, la alianza se romperá y los mongoles nos destruirán. ¿Lo ha entendido, General? Tres
días.

Shang: Sí, Majestad.

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Emperador: Conozco esa cara, Fa Mulán, ¿qué le preocupa?

Mulán: Pero Majestad, una boda concertada…

Mulán se acerca al Emperador.

Emperador: Le aseguro, joven, que todas mis hijas saben muy bien lo que hacen.

Mulán: ¿Vuestras hijas?

Emperador: Y consideran un honor casarse para lograr la paz.

Mulán: Majestad, yo, yo… (se inclina)

Emperador: Disculpas aceptadas. General, ¿qué fuerzas estima que necesitáis para cumplir
esta misión?

Shang: Tres.

Emperador: ¿Tres compañías?

Shang: Tres hombres.

Emperador: Me sorprende, General. Se trata de mis hijas.

Shang: Esta misión no requiere fuerza, sino astucia. Nos ocultaremos entre el pueblo llano.

Emperador: Como Emperador confío en ti, como padre te imploro que elijas sabiamente a
esos 3 soldados.

Shang: Ya sé a quiénes quiero. Intrépidos.

Mulán: Leales.

Shang: Y disciplinados.

Mulán: Los más honorables soldados de toda China.

Se marcha el Emperador y los demás.

CERRAR TELÓN
Aparecen los tres soldados por la puerta de butacas y suben al escenario.

Ling: ¡Vaya, menudo modo de tratar a los mayores héroes de…! (Le tiran un jarrón)

Yao: Pero, ¿qué le pasa? Sólo he pedido una chica que besara por donde yo piso.

Chien Po: Y yo sólo pido alguien que cocine para mí mañana, tarde y noche.

Ling: Y yo sólo quiero a una chica que quiera reírse y que me crea un dios.

Chien Po: Tal vez no hayamos sido muy precisos.

Ling: Bah, olvidad a esa mujer dragón, sólo podremos encontrar chicas dignas de nosotros,
nosotros.

Yao: Eso.

Canción

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Ling: Birria de mujer, no la amará ninguno.

Sacan la lengua.

Yao: No llega a merecer mis triunfos con los hunos.

Chien Po: Porque tras luchar va a disfrutar de todo el vencedor.

Todos: Falta algo más…mi dulce y linda flor.

Yao: ¡Eh, mete la tripa! (puñetazo a Chien Po)

Todos: Es mi dulce y linda flor.

Ling: Y creo que quiere que vayamos. Mis gracias ella reirá y en ella confiaré.

Yao: De mis jaquecas cuidará.

Chien Po: Y de su plato probaré, si no se enfada cuando Ling hace esas cosas (palillos en la
nariz)

Yao: Debe proponerle ser su esposa.

Ling: Creo que no es el momento de un enlace.

Chien Po: Seguiremos los 3 juntos.

Yao: No amenaces.

Ling: Ya mi silla nadie robará.

Yao: Me faltará el amor.

Todos: Mas no vendrá, mi dulce y linda flor.

Ling: Soy un señor

Todos: Con mi dulce y linda…

Chien Po: Yo luchador…

Todos: Por mi dulce y linda…

Yao: Y yo encantador…

Todos: Por mi dulce y linda…

Todos: …flor.

Aparecen Shang y Mulán por la puerta de butacas.

Todos: ¡Mulán! ¡General Shang!

Shang: Si no estáis muy ocupados causando disturbios, quiero que vengáis con nosotros a una
misión.

Ling: ¿A salvar China?

Mulán: ¡Naturalmente!

Yao: Voy a dejar tras de mí varios corazones rotos, pero…contad conmigo.

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Ling: ¡Y conmigo!

Chien Po: ¿Cuándo partimos, General?

Shang: Esta noche.

Se marchan todos por la puerta de butacas.

ABRIR TELÓN
Palacio del Emperador.

Salen las 3 princesas y se despiden del Emperador. A una se le cae el zapato y Yao se acerca y
se lo pone. Las princesas llevan en todo momento un abanico tapándoles las caras.

Shang: Vamos a partir, Altezas. Os doy mi palabra de que llegareis sanas y salvas.

Ting Ting: Mis hermanas y yo os lo agradecemos, General.

Aparece Mulán llevando unas mantas.

Shang: Permitidme presentaros a Fa Mulán.

Mei: Es un privilegio conocer a la Gran Heroína.

Shang: Os dejaré en sus capaces manos. ¡Preparaos!

Shang se va.

Las princesas están tristes mientras hablan con Mulán.

Mulán: Necesitaréis esto, hace algo de frío.

Ting Ting: Gracias, Fa Mulán.

Mulán: De nada, Alteza. Así que, vais a contraer matrimonio.

Mei: Sí.

Mulán: Con los príncipes de Qi Gong.

Ting Ting: Así es.

Mulán: Vaya, serán muy apuestos.

Su: No sabemos, nunca los hemos visto.

Mulán: ¿En serio? ¿Así que no sabéis ni siquiera cómo son?

Ting Ting: Eso no importa, Fa Mulán, es un honor servir al Emperador.

Mei: Y al Reino Medio.

Su: Es de lo más emocionante. Somos muy felices, de verdad.

Mulán: Bueno, me alegra oírlo. Yo no sé si podría hacer…

Shang: ¡Mulán, prepárate para partir!

Mulán: He de dejaros.

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Las princesas se quitan los abanicos y suspiran profundamente.

Shang: ¡En marcha!

Mulán: Si llegamos al paso de Hangzhou mañana a mediodía.

Shang: Llegaremos a tiempo a Qi Gong.

Mushu: Sí, y yo tendré tiempo de impedir que Mulán cometa el mayor error de mi…digo, de su
vida.

Se ponen en camino. Mulán tiene cara de preocupada y habla con Shang mientras Mushu
espía sus palabras.

Shang: ¿Y esa cara?

Mulán: ¿Qué cara?

Shang: La tuya.

Mulán: No sé de qué hablas, esta es mi cara de siempre.

Shang: Venga ya, no puedes engañarme, Mulán. ¿Qué ocurre?

Mulán: Ya sé que debemos cumplir esta misión…

Shang: ¿Pero?

Mulán: Que yo tengo otro deber, con mi corazón.

Shang: Oh, Mulán, tu único deber es con el Emperador.

Mulán: Pero Shang, ¿bodas concertadas?

Shang: Lo sé, pero no todo el mundo tiene nuestra suerte. En un mundo ideal, todos se
casarían por amor, pero el mundo no es perfecto. Yo me alegro de que el mío sí.

Mushu: ¡El mío! pero qué egoísmo. A mí nunca me oirás presumir de mi mundo, aunque sea el
no va más. En serio, Grillo, cuanto antes separe a estos dos, mucho mejor para Mulán.

Grillo: ¡Mira que estás cabezota!

Los soldados en un lado del escenario.

Ling: Así que le dije, chico me has engañado como a un chino (se ríe). Chino, ¿lo coges?

Yao: ¿Te diste cuenta de cómo me miró esa chica?

Ling: ¿Con gesto de asco?

Ríen los otros 2.

Yao: ¡No! (puñetazo a Ling) nos miramos y compartimos un momento cósmico.

Chien Po: Como yo con unas manitas de cerdo guisadas.

Ling ríe a carcajadas

Yao: ¡Es amor, estúpidos!

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Ling: ¡Qué tontería! Eso ya no importa, esto es una misión, no confraternices con las princesas.

Chien Po: Princesas que pronto estarán casadas.

Yao: Oh, sí (decepcionado)

Las princesas al otro lado del escenario.

Su: ¡Vaya, China es enorme! ¿A que es precioso, Mei? (Mei está despistada) ¡Mei! (Su le da con
el abanico)

Mei: Oh, sí, precioso, ¿habéis visto cómo me miró ese hombre?

Ting Ting: ¿Quién? ¿El gorila casi tuerto?

Mei: ¿Gorila? Más bien es un enorme y blandito oso panda.

Su: Si ni siquiera habéis hablado.

Mei: Pero ha hablado mi corazón. Tal vez sea rudo por fuera, pero por dentro…

Ting Ting: ¿Es peor?

Mei: Me refiero a su interior.

Su: ¿Apesta?

Mei: Mi nariz no me domina. Por dentro, muy muy dentro, muy abajo, hay algo.

Su ríe.

Su: Ting Ting creo que está enamorada (abraza a Mei)

Ting Ting: ¡Ni hablar, no te lo consiento! Recuerda Mei, vas a casarte dentro de 3 días. Has
dado tu palabra.

Mei: Tienes razón.

TERCERA ESCENA
La comitiva para y se junta para hablar.

Mulán: Vamos a parar un rato, Altezas.

Mei: ¿Están ahí los guardias que os acompañan?

Mulán: Sí, estáis totalmente seguras.

Mei: Creo que estiraré las piernas.

Mei se acerca a Yao, que está preparando el almuerzo y se le cae una cosa. Mientras Mei le
habla tira todo y lo recoge.

Mei: Gracias por ayudarme con la zapatilla. ¿Me decís vuestro nombre?

Yao: Lao. Chao. ¿Salao? (le ofrece una bandeja)

Mei: No, comed vos. Debe de ser agotador guardarnos día y noche.

Yao: Oh, no, bueno, sí, pero soy fuerte y atlético.

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Mei: Sí, imagino que tanto entrenamiento llega a ser parte de uno mismo.

Yao: Sin embargo, vos, una princesa…yo no podría.

Mei: Pero es vuestro deber y un honor, aunque a veces pesa mucho. No debí decir eso. Es tan
fácil hablar con vos, Yao.

Yao: Permitidme devolveros el cumplido, Alteza. Vuestra presencia es encantadora y vuestra


conversación, brillante.

Mei: Gracias.

Su está cogiendo membrillos. No alcanza uno. Chien Po la sube y lo coge. Ting Ting los observa
algo irritada. Aparece Ling.

Ling: ¡Vaya, hola Alteza, yo me llamo Ling!

Ting Ting: Yo soy la princesa Ting Ting (se va tapando con el abanico)

Ling: Pues si me necesitáis, decídmelo sin retintín (ríe. Ella se va tapando con el abanico)

Ling: Oh, vamos Alteza, no debéis re-bajar la guardia. ¿Lo cogéis? Bajar guardia. Gracias.
¿Sabéis? Yo también soy de sangre azul, muchos dicen que soy un real bufón. Gracias (ella se
va) Sois un gran público.

Vuelven a caminar.

Su: Ting Ting, mira, ¿has visto qué fruta? Chien Po me la ha cogido. Es tan dulce.

Ting Ting: Venga, mete las granadas en la bolsa.

Mulán habla con Mei.

Mei: Fa Mulán.

Mulán: Alteza. Es que ¿ocurre algo?

Mei: No, nada en absoluto.

Mulán: ¿Estáis segura?

Mei: Solamente quería felicitarte. Fuiste muy valiente al suplir a tu padre en el ejército.

Mulán: Ah, pues, gracias.

Mei: Tu deber era quedarte en casa, pero tu corazón te pidió lo contrario. ¿Cómo se decide
entre el deber y el corazón?

Mulán: Bueno, no fue fácil, pero al seguir mis sentimientos, al final hice lo que debía y aprendí
que mi primer deber es con mi corazón.

Mei: ¿Mi primer deber es con mi corazón? Sí, eso tiene sentido. ¡Es magnifico! Gracias, Fa
Mulán. Gracias.

Mulán: De nada, supongo.

Shang: ¡Pongámonos en marcha!

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Mushu: Es la señal para poner la operación Shang en marcha (se frota las manos) El guapito va
a quedar tan mal que Mulán saldrá huyendo de él por patas. Esto va a ser un plan delicioso.

Grillo: Ya veremos porque siempre sale mal todo lo que planeas.

Salen de escena por un lado y entran por otro.

Mushu: Lo intento y lo intento. Me esfuerzo por todos los medios en separar a esos dos y ¿qué
obtengo a cambio, ¿eh? Hago que se caiga al río, se cae del caballo porque le aflojo la cincha,
le meto gusanos en la ropa, casi se quema y le persiguen las abejas y siempre Mulán saca su
lado bueno y acaban riendo juntos.

Grillo: El ser el Grillo de la Suerte de Mulán está funcionando. Menos mal que entre ellos hay
algo importante y los trucos que utilizas, Mushu no están sirviendo de nada (se ríe de Mushu)

Mushu: Que un grillo se ría en mis hocicos. Ya no puedo aguantar más esto. ¡Oh Grandes
Ancestros, me inclino ante vosotros pidiendo clemencia! Mis hazañas ya no son más que
lejanos recuerdos. ¡Espíritus llevadme ahora!

Mushu pierde los paquetes con la comida sin darse cuenta. Ruido.

Shang: ¡Mulán! ¿Qué ha pasado?

Mulán: No lo sé.

Shang: Yao, Ling, las provisiones, id a buscarlas.

Mei: Sigue así, lo haces de maravilla, eres un grandullón.

Yao: Gracias.

Grillo: Pero ¿qué has hecho? ¡La que has liado! ¿Cómo has sido capaz de hacer esto? ¡Es todo
por tu culpa!

Mushu: ¿Culpa mía? Este no era mi plan. Fíjate nos hemos quedado sin provisiones. Esto es la
ruina (llora) o ¿puede que no? Ahora Shang está que echa humo, ¿verdad? Así que él y Mulán
están a dos palabritas de una buena gresca de enamorados. Grillo, creo que esto empieza a
mejorar.

Se marchan.

Entran Mulán y Shang. Mushu les observa escondido.

Mulán: He visto princesas más felices.

Shang: Ese es nuestro menor problema. Hay un puerto de montaña entre esto y Qi Gong. Hay
que atravesar tierra de bandidos y este es el único camino.

Mulán: ¿Y por qué no seguimos el río?

Shang: Porque ese río no está en el mapa.

Mulán: Pero seguro que pasa por algún pueblo y de los pueblos salen caminos.

Shang: En el mapa no hay pueblos.

Mulán: Pues tal vez debamos olvidar ese mapa e improvisar.

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Shang: No podemos hacer eso. Necesitamos un plan, tenemos 3 días. ¿Y si nos perdemos?

Mulán: Entonces nos paramos y preguntamos.

Shang: No hace falta pararse a preguntar nada. Ya llevo un mapa.

Mulán: ¿Por qué los hombres nunca quieren preguntar?

Shang: ¿Por qué las mujeres no entienden los mapas?

Mulán: ¿Las mujeres no entienden los mapas?

Shang: Sólo digo que las mujeres creen leer mapas, pero luego no hacen caso de lo que…

Mulán: Los hombres creen leer los mapas…

Se ponen a discutir. Mushu se ríe. Llega Yao.

Yao: General Shang. Esto… ¿he interrumpido algo?

Shang: ¿Qué ocurre, Yao?

Yao: Vengo a informar: he encontrado un pueblo y un camino a través del bosque.

Mulán/Shang: ¿A través del bosque?

Shang: Bien, id a verlo.

Mulán: Desde ahí habrá un camino que nos lleve a Qi Gong.

Shang: Buen trabajo, Yao (saludo)

Yao: Gracias, señor (saludo)

Mulán: Shang, lo siento, tú estás al mando de esta misión.

Shang: No, soy yo quien lo siente. Un buen líder está abierto a otras ideas ¿Me perdonas?

Mulán: No hay nada que perdonar.

Se ríen.

Mulán: Tengo que irme, hago la primera guardia, General.

Se marchan.

Grillo se alegra y le saca la lengua a Mushu.

Mushu: ¿Estás grillado? Fíjate en ella, estaba, estaba deseando dejarle.

Grillo: No exageres, ha sido una simple discusión.

Mushu: No sonríe, es una máscara de dolor.

Grillo: Qué exagerado que eres.

Mushu: Sí, bueno, sólo era el primer paso de mi nuevo plan en 18 pasos. Ya verás el segundo,
cuando me acerque en persona.

Los soldados en un lado del escenario y las princesas en el otro.

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Yao corta madera. Mei suspira. Se acerca Ling a Ting Ting.

Ling: Disculpadme, Alteza, vuestro abanico. He tenido que arreglarlo un poquito.

Ting Ting: Gracias, Ling.

Ling: Claro que no le gusto, ¿cómo le voy a gustar? No soy más que un patoso, no doy pie con
bola.

Mei: Le gustas mucho.

Ting Ting: Eso parece, sí.

Mei: ¿Y a ti él?

Ting Ting: Bueno, yo le aprecio porque es un buen soldado.

Mei: ¿Cómo puedes hacer eso? ¿Cómo puedes fijarte en un hombre, ver que entre los dos hay
una conexión especial y luego…?

Ting Ting: Yo sé muy bien cuál es mi deber Mei ¿y tú?

Se marchan y Mei enfadada tira su abanico y en un lado saca papel y escribe una carta.

Mei: “…por eso querido padre no puedo cumplir esta misión, porque ahora sé que mi primer
deber es con mi corazón.”

Aparecen sus dos hermanas.

Ting Ting: Pero, ¿qué haces?

Su coge el papel.

Su: ¡Quiere fugarse!

Ting Ting: ¡Mei! ¿En qué estás pensando?

Mei: No puedo cumplir esta misión. Ahora lo sé.

Ting Ting: ¿Por qué? ¿Porque Yao te ha dado su corazón?

Mei: No, no es por su corazón, es por el mío.

Ting Ting: Mei, ya lo discutimos. Una princesa tiene que sacrificarse por su nación. Es su deber.

Mei llora.

CANCIÓN

COMO LAS OTRAS QUIERO SER

Ting Ting: El ser la princesa,

hasta el fin te marcará.

Tu papel esta ya escrito

y la patria es prioridad.

Si eres el Sol de tu pueblo,

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su esperanza y su honor….

No asumirlo dar lugar...(bis-Su-bis-Ting Ting)

Mei: Como las otras quiero ser,

y sin temor trepar a un árbol,

(se une Su) libre como ellas quiero ser…yo también…

Ting Ting: ¡Mei! ¡Su!

Mei: Tumbarme tal cual.

Su: Hincharme a pastel,

Mei: Ver morena mi piel.

Su: Ir sucia.

Mei: Sin juicio.

Mei/Su: Y hacer lo que yo quiera hacer.

Mei: Y bailar.

Su: Como un cascabel.

Mei/Su: Ponerme a trotar

Mei: y este trasto tirar.

Su: Hincharme a pastel.

Mei: Sin freno.

Su: Bien dulce.

Mei: Sin guardias,

Su: modales,

Mei: maestras,

Mei/Su: ni normas,

ni manos perfectas…

igual que dos lirios.

Ting Ting: ¿Sin zapatos que hagan daño?

Las 3: Como las otras quiero ser,

y sin temor trepar a un árbol,

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libre como ellas quiero ser…

yo también…

Mei: Tener mi opinión.

Su: Y desafinar…

Las 3: Y un marido escoger, que sepa querer.

Ting Ting: Sin guardias, modales.

Ting Ting/Mei: maestras, ni normas,

Las 3: ni manos perfectas…igual que dos lirios.

¡Zapatos no!

Como las otras quiero ser,

y sin temor trepar a un árbol,

libre como ellas quiero ser…

yo también…

CUARTA ESCENA
Chien Po estaba escuchando la canción.

Las princesas se marchan.

Shang duerme y Mushu sigue con su plan e intenta sugestionar a Shang mientras duerme.

Mushu: Te ha desafiado, te ha insultado, se ha reído de tu mapa.

Shang: Mi ma-pa.

Mushu: Y si se ríe en tus narices, imagínate lo que va a decir a tus espaldas.

Shang: Mis espaldas.

Mushu: Es como un cañón, está descontrolada. ¿Quién está al mando aquí, tú o Mulán?

Shang: ¡Mulán! (se vuelve a dormir)

Mushu imita la voz de Mulán.

Mushu: General Shang. No, así no. General Shaaang. Hola, soy Mulán. General (tose) Shang,
Shang, Shang… ¡ya lo tengo!

Mushu: (haciéndose pasar por Mulán) Deberían llamarlo general cabezota. Siempre hay que
tener una estrategia.

Shang: ¿Mulán?

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Mushu-Mulán: Ese hombre no sabe lavarse los dientes sin un plan. Y la culpa es mía, me
enamoré de esos hombros y no me di cuenta que sobre ellos no había nada salvo un aliento
horrible (Mushu pone su voz) ¡Uy, eso sí que es halitosis!

Shang va en busca de Mulán.

Shang: ¡Esto es el colmo! ¿Dónde está?

Mushu (ríe): Soy el mejor.

Shang encuentra a Mulán haciendo guardia.

Shang: ¡Mulán!

Mulán: Ah, hola, General ¿De maniobras nocturnas?

Shang: ¿Con que cabezota, lavarme los dientes?

Mulán: ¿Pasa algo?

Shang: Te he oído Mulán, lo oí todo.

Shang se tapa la boca.

Mulán: Que has oído ¿qué?

Shang: No te hagas la inocente, te vi al lado de mi tienda.

Mulán: ¿Qué? Yo no he dejado mi puesto.

Shang: Y dirás que no estabas cotilleando con las princesas sobre mí.

Mulán: Shang ¿por qué me hablas tapándote la boca?

Shang: ¡Es que no quiero que sufras mi halitosis!

Shang se va y llega Yao.

Yao: Relevo de la guardia.

Shang: ¡Y no vuelvas a dejar tu puesto!

Yao: ¿Qué le ocurre?

Se van y Mulán se aparta con Mushu y Grillo.

Mulán: ¿Por qué no quiere creerme?

Mushu: ¿Qué se yo, coleguita? (Mushu empuja a Grillo) Pero sí sé que, sin confianza, no hay
relación que aguante y ese no confía en ti.

Mulán: Puede que estuviera confuso.

Mushu: Por favor, primero las bodas concertadas, luego sobre el camino a Qi Gong y ahora os
peleáis por nada. Yo lo veo muy claro.

Mulán: Es verdad, Mushu. Ya no sé qué hacer.

Mushu: Pues yo sí, muy fácil, pasa de él como del estiércol. Dale puerta, quema sus cartas y
baila junto a la hoguera gritando: ahora empieza la buena vida.

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Mulán: ¿Sabes? Tienes razón. Si ese es el auténtico Shang, no me gusta en absoluto.

Se marchan y salen los soldados y las princesas.

Ting Ting: Espero que el té siga caliente.

Las princesas toman el té. Los soldados las observan y trazan un plan para acercarse a ellas.

Ling: Después de ti (reverencia)

Chien Po: No, tú primero (empujón a Ling)

Yao: No, tú primero.

Ling: Primero tú.

Yao: He dicho que vas tú (les empuja)

Pelean.

Yao: ¡Tú! ¡Ahora veréis!

Los ven las princesas.

Mei: ¡Yao! Oye, ¿va todo bien?

Yao: No, digo sí. Veréis. Chien Po siempre ha tenido un sueño.

Su: ¿Un sueño?

Chien Po: ¿Un sueño?

Yao: Un sueño.

Chien Po: Pero si yo no… (puñetazo de Yao) Ah, ya. Ese sueño.

Yao: Él sueña que ve un poblado en medio de la nada, a la luz de la luna.

Su: ¿Y qué más?

Yao: Bueno, si sus Altezas consintieran en acompañarnos al poblado podríamos protegeros


mientras Chien Po vive su sueño.

Chien Po: Es mi ocasión de ser como los demás.

Mei/Su (a Ting Ting): ¿Podemos ir? ¿Podemos? Vamos, di que sí, por favor, Ting Ting, di que sí.

Ting Ting: Sí, parece divertido.

Mei y Su abrazan a su hermana. Todos se alegran mucho.

Yao: Ssshh.

Su: Uy, perdón.

Ting Ting: Sshh.

Ling: ¡Andando!

Y se marchan al pueblo y salen por la puerta de butacas. Sale Mulán con Mushu y Grillo les
sigue.

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Mulán: Nunca había notado que fuéramos tan distintos. ¡Es como si no le conociera!

Mushu se da cuenta de que las princesas se van con los soldados.

Mushu: ¡Vaya! ¿Qué te parece eso eh?

Grillo: Parece que se marchan a dar un paseo juntos. ¿No deberíamos decírselo a Mulán y
Shang?

Mulán: En fin, sabía que era muy recto, pero es que ¿no olvida las normas jamás?

Mushu: Oye, hablando de normas…

Mulán: Claro, las relaciones son fáciles cuando todo va sobre ruedas.

Mushu: Mulááán, sobre ruedas se van de excursión.

Mulán: ¿Qué?

Mushu: ¿Sabías que almendras, arroz y leche son un desayuno completo?

Mulán: ¡Mushu!

Mushu: Sólo intento decirte que las princesas se han fugado.

Mulán: ¿Y los guardias?

Mushu: Mostrándoles el camino.

Mulán: ¿Están con ellas?

Mushu: ¡Ajá!

Mulán: ¿Juntos?

Mushu: ¿Acaso hablo en chino?

Mulán coge su espada y sale.

Mushu: ¿Qué pasa con Shang… se acabó?

Mulán: Creo que será mejor que esto lo arregle yo sola. Shang está de muy mal humor. Tú
cuida de que nada lo despierte.

Mushu: Claro, cuenta conmigo.

Mulán sigue a los demás.

Mushu coge instrumentos e intenta despertar a Shang. Grillo le intenta detener, pero
finalmente consigue su objetivo.

Shang: ¿Y la guardia? Las princesas.

Shang ve que no están las princesas y encuentra la carta de Mei.

Shang: “Mi primer deber es con mi corazón” (arruga el papel y va a buscar a Mulán) ¡Mulán!

Shang se marcha en busca de los soldados y las princesas, Mushu y Grillo van con él.

Mushu: Cuidadillo Grillo, la función va a empezar.

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POBLADO.

Chien Po y Sue se acercan a un puesto.

Su: ¡Ahí va! Fijaos ¡cuánta comida!

Chien Po: Oh, jengibre. Eso va muy bien con los fideos.

Su: ¿Has dicho fideos? ¡Me encantan!

Chien Po: El gingsen es una guarnición perfecta para los brotes de soja.

Su: Una ración de brotes.

Mei y Yao se acercan a donde luchan ¿

Mei: ¡Oh mira!

Hombre 1: ¿Quién será el siguiente en retar al invicto Shi Ron Kai?

Mei se asombra y Yao se decide.

Yao: Apartaos.

Mei: ¡Yao! ¡Oh no!

El hombre grande aplasta a Yao.

Yao: A ver, ¿dónde lo pongo? (le tira vítores)

Mei: ¡Yao, eres mi héroe!

Zona de feria.

Yao mira a Mei que está ensimismada mirando a un oso panda.

Yao: Deme ese de ahí (señalando el oso y se lo da a Mei).

Ling: Vale, vale. Está bien. A ver qué te parece este: ¿qué dice Atila cuando da órdenes a sus
soldados? ¡Atentos, en fila de unos! (ríe, pero no Ting Ting y se entristece) Vale, me rindo, no
soy tan gracioso como me creía.

Se oyen unos petardos y Ling se asusta. Ting Ting se ríe fuerte, haciendo el sonido de cerdo.

Ling: ¡Qué bonita risa!

Ting Ting: No, odio mi risa.

Ling: ¿Qué? Pero si es adorable, pensaba que no tenías sentido del humor.

Ting Ting: ¿Pensabas que no tenía?

Ting Ting se pone dos palillos en la nariz. Ling se ríe.

Las parejas se reúnen para mirar la luna, todos abrazados.

Mei: Es realmente hermosa.

Yao: Sí.

Ting Ting: Es la misma luna que vemos desde el palacio.

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Su: No, esta luna es totalmente distinta.

Ting Ting: Es verdad.

Aparece Mulán.

Mulán: Nunca había visto nada parecido.

Todos: ¡Mulán!

Mulán: Soy toda oídos.

Chien Po: Verás, es que…

Ling: Esto, nosotros…

Yao: Oh, vaya.

Mei: Fa Mulán, es el amor. Yao y yo, Chien Po y Su…

Ting Ting: Y yo y Lingotín. Digo, Ling.

Mulán duda un segundo y grita de alegría, el resto se une a ella y se abrazan todos.

Mulán: ¡Es increíble! ¡Cómo me alegro por vosotros!

Oyen llegar a Shang. Detrás vienen Grillo y Mushu.

Chien Po: ¡El general Shang!

Ling: ¿El general Shang?

Yao: Ay, madre.

Los 3 soldados se acercan al general.

QUINTA ESCENA
Chien Po: Disculpad, perdón, disculpad (pasando entre las princesas)

Mulán: Tranquilas, yo lo arreglaré.

Shang: Siento mucho interrumpir vuestra fiesta.

Mushu: Uh, esto promete un buen final.

Mulán: Shang, antes de precipitarte, deja que te explique la situación.

Shang saca la carta de Mei.

Shang: Vale, ¿por qué no empiezas por esto?

Mei: Eso es mío.

Shang: ¿Todo? ¿No os han ayudado? (lee la carta) “Por eso querido padre, no puedo cumplir
esta misión, porque ahora sé que mi primer deber es con mi corazón.” ¿A quién te suena eso?

Su: No pensaba enviar esa carta.

Shang: Altezas, jurasteis casaros en Qi Gong. Si vuestro padre os viera rompiendo esa
promesa, ¿qué diría? (señala a los soldados) Vosotros escoltad a las princesas hasta el

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campamento de inmediato. Debéis guardarlas, no podéis hablar con ellas, ni una sola palabra.
¿Ha quedado claro?

Los 3 soldados (reverencia): Sí, señor.

Todos se van al campamento. Se quedan Shang y Mulán.

Mulán: Shang, el problema no es tan grave como parece.

Shang: El problema, Mulán, eres tú.

Mulán: ¿Qué?

Shang: Antepones tus sentimientos a todo: el deber, las obligaciones, la tradición, ¿no
significan nada para ti?

Mulán: Significan muchísimo. Mi corazón me dicta mi deber y yo lo cumplo.

Shang gruñe y le da la espalda.

Mulán: Eres un gran guerrero, Shang (mano en el hombro de Shang) Eres valiente y leal, pero
no confías en tu corazón. A veces incluso dudo de que tengas corazón.

Shang: Mira, esta misión me ha aclarado algo. Tú y yo somos muy distintos.

Mulán: Puede que demasiado.

Shang: Bien. Hay una misión que cumplir.

Shang se marcha.

Mulán: Bien.

Todos se ponen en marcha rumbo a Qi Gong.

Mushu: ¡Qué día más fantástico!

Grillo: La cara de ellos no refleja un día fantástico.

Mulán y Shang se miran, pero no se dirigen la palabra y cada uno evita al otro.

Mushu: Ya veo que el tío bueno no se habla contigo, Mulán, y tú no le diriges la palabra.
Bueno, siempre puedes charlar conmigo.

Mulán deja de mirarle.

Mushu: Ya se dará cuenta de lo que he hecho por ella y dejará de fruncir el ceño.

Grillo: Pero ¿no te das cuenta de que has cometido un error? Has conseguido distanciarlos y
ahora ni se miran. Y todo es por tus celos. Has dejado de ser un dragón y te has convertido en
una triste lagartija.

Mushu: ¿Lagartija? Pues ahora no pienso hablar más contigo.

Mushu y Grillo también se enfadan y se cruzan de brazos.

Ting Ting: Siento mucho lo que hicimos, Fa Mulán.

Mei: Tú nos enseñaste a seguir nuestro corazón y te lo pagamos estropeando tu noviazgo.

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Mulán: No, sólo me habéis hecho ver que ya se había roto. Soy yo quien está en deuda.

Mei le coge la mano.

Shang: Abrid bien los ojos. Esta es tierra de bandidos.

Ling: Ojalá pudiéramos hablar un rato con las princesas, Yao.

Yao: ¿Qué? Ya sabes que no…

Ling señala a las princesas que están cabizbajas. Ellas en un lado y ellos en otro.

Yao: Sí, Ling, yo también quisiera hablar con ellas, pero ya sabes, las órdenes son órdenes.

Ling: Sí, pero si yo pudiera hablar con ellas, ¿sabes qué es lo que les diría?

Yao: No, Ling, ¿qué les dirías si pudieras hablar con ellas?

Ling: Le diría a Ting Ting que es la más hermosa, divertida y extraordinaria chica que he
conocido nunca.

Chien Po: Yo diría a la princesa Su que ella es el sabroso jengibre del tazón de arroz de mi vida.

Yao: Y yo diría a Mei que ella es una tía guay.

Shang y Mulán miran sus colgantes.

Mushu: Mulán, ¿te apetece comida china?

Mulán: Mi padre dijo que las diferencias nos harían fuertes. No vio que Shang y yo somos
demasiado distintos.

Mushu: Bueno, sabes que aún me tienes a mí. Somos un equipo, ¿verdad?

Mulán: Siempre estás cuidando de mí, Mushu.

A Mushu le empieza a entrar remordimiento por lo que ha hecho.

Mushu: Oh, bueno, yo hago lo que puedo.

Mulán: La verdad, no sé qué haría sin ti. Eres el mejor amigo del mundo entero.

Mushu se pone de rodillas y confiesa.

Mushu: ¡Ya no lo soporto más! Lo único que hay raro entre Shang y tú soy yo. Me he
inmiscuido entre vosotros.

Mulán: Pero Mushu, ¿de qué estás hablando? Tú no hiciste caer los paquetes de las
provisiones.

Mushu: No, fue un accidente, que siguió a varias tentativas de cataclismo.

Mulán: Y no fuiste tú al que Shang oyó por la noche.

Mushu: Me fui de la lengua.

Mulán: ¿Y le despertaste después de irme yo?

Mushu: Y no fue nada fácil, duerme como un tronco.

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Mulán: Mushu, ¿cómo pudiste hacerlo?

Mushu: Pues golpeando unas cacerolas.

Mulán: No, ¿por qué lo has hecho?

Mushu: Ibas a casarte y todo iba a cambiar. Yo te perdería, incluso mi pedestal.

Mulán: ¿Te has metido entre Shang y yo para mantener tu puesto?

Mushu: Lo siento.

Mulán: Lo que has hecho es imperdonable.

Mushu: Pero Shang y tú sois muy distintos.

Mulán: Un segundo. No tan distintos como creía. Todos esos problemas que hemos tenido han
sido por ti. Debo hablar con Shang, decirle que le quiero.

Mushu: Mulán, te lo compensaré, lo prometo.

Mulán: Olvídalo, ya has hecho bastante. ¡Shang, Shang!

Alguien lanza una flecha. Todos se ponen alerta.

Mulán: ¡Una emboscada!

Empiezan a aparecer bandidos.

Shang: ¡Salvad a las princesas!

Los soldados se llevan a las princesas y Shang y Mulán les plantan cara.

Mulán: Shang, yo te ayudaré.

Shang y Mulán luchan contra los bandidos.

Yao: Venid por aquí.

Mei: ¡Socorro!

Mulán: ¡Las princesas!

Mei: ¡Tengo miedo!

Yao: No lo tengas, yo te protegeré.

Mei: ¡Socorro! ¡Noooo!

Yao: ¡Mei!

Mei: ¡Yao!

Shang: ¡Entretenedlos!

Mulán: Yo te sigo. Pero no cruces ese puente que no es seguro.

Shang: Es la única manera de escapar

Mulán y Shang caen, Mulán logra agarrarse a una cuerda y Shang a ella.

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Mulán: Shang, aguanta.

Shang: No resistirá con los dos.

Mulán: Ya verás como sí, Shang. (llora)

Shang: Mulán, lo siento mucho.

Mulán: Por favor (Shang se suelta) ¡Shang! ¡SHANG!

Todos lloran por Shang. Mulán sostiene su espada, la clava en la tierra y se queda de rodillas
agarrada a ella.

OSCURIDAD PARA SIMULAR LA NOCHE.

Ting Ting: Fa Mulán, queremos que se celebre esa boda.

Mulán: No, os ordeno que cuidéis unos de otros.

Chien Po: Pero…

Mulán: La pérdida de Shang no será un sinsentido. Pase lo que pase, yo cumpliré esta misión.

Mulán se va.

Yao: Mulán dijo que cumpliría la misión, fuera como fuera.

Mei: Pero, ¿cómo va a hacerlo sin nosotras?

Aparece Shang. Todos se alegran mucho.

Shang: Ocupando vuestro lugar.

Chien Po: ¡Shang está vivo!

Shang: Mulán tenía razón, nadie debe casarse si no es por amor. Hay que evitar que Mulán
cometa un error.

Ting Ting: Te ayudaremos.

Shang: De eso nada, quedaos aquí.

Shang se va.

Ling: ¿Diríais que eso es una orden?

Chien Po: Yo diría que ha sido simplemente una sugerencia.

Yao: ¡En marcha!

Se marchan.

SEXTA ESCENA
Qi Gong.

Aparece Mulán en palacio de Lord Qin.

Lord Qin: ¿Qué quieres decir con que han muerto?

Mulán: Fue un accidente, Lord Qin. La carroza real cayó al río y quedó destrozada.

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Lord Qin: Oh, es una gran pérdida. Pero eso no altera mi acuerdo con el Emperador. Si él no
cumple su parte del trato, yo no firmaré alianza con el Reino Medio. Me prometió una boda.

Mulán: Y una boda se celebrará. Para mí será un honor desposar a un príncipe de Qi Gong.

Lord Qin: ¿Tú? Fa Mulán, la heroína de toda China. Será una joya para nosotros mucho más
valiosa que 3 simples princesas. Eso no fue lo que acordamos, sin embargo, el Dorado Dragón
de la Unión te ha sonreído en este día y ante esta feroz tragedia, estoy dispuesto a aceptar tu
oferta. Serás una buena novia para mi hijo mayor, el príncipe Jeeki.

Aparece Jeeki, que está jugando con una trampa china.

Jeeki: ¿Esa mujer? (señalando a Mulán con el dedo metido en la trampa) ¡Es una carroza!

Se marchan.

Mulán se viste de novia.

Mulán: Ahora tenemos que dejar de formar equipo, Mushu.

Mushu: Oh, Mulán, renunciaría a un millón de pedestales para impedir esto.

Suena la llamada de Mulán para ir a su boda.

Mulán: Dudo que hasta el Dragón de oro de la Unión pudiera impedirlo. Adiós, Mushu.

Mulán se acerca hacia el lugar de la ceremonia, donde están Jeeki jugando con la trampa china
y Lord Qin con dos copas.

Lord Qin: Escuchad, pueblo. El gran Dragón de oro de la Unión, que nos guía en todos nuestros
actos, santifica hoy una unión (da una copa a cada uno, Jeeki no puede cogerla porque tiene
las manos atrapadas) que supondrá una bendición para todo Qi Gong (Jeeki coge la copa como
puede)

Grillo: ¡Mushu tienes que impedir esta boda!

Mushu: Claro que quiero impedirlo, pero ¿qué puede hacer un pequeño dragón?

Lord Qin pasa un pañuelo por las copas de Mulán y Jeeki.

Lord Qin: Al atar este lazo, quedan unidas no solo dos vidas, si no, dos reinos.

Aparece Shang.

Mushu y Grillo saltan de alegría.

Mushu: ¡Yuhu! Sí, Shang al rescate. Tiene suerte ese Qin, porque estaba a punto de morderle
el pompis.

Mulán y Shang se cogen de las manos.

Mulán: ¡Estás vivo!

Shang: No podía dejar que te casaras sin mí.

Lord Qin (metiéndose entre ambos): General, esto es indignante. Desapareced ahora mismo.
(le empuja)

Shang: No me iré a ninguna parte.

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Mulán: Pero ¿qué haces?

Shang: No lo sé, improvisar.

Lord Qin: ¿Cómo osáis venir a pisotear esta sagrada ceremonia?

Mushu: ¡Madre mía! Ese tío quiere cargarse a Shang. ¿Dónde está ese Dragón de la Unión
cuando hace falta?

Grillo: Tengo una idea Mushu.

Mushu: No incordies ahora, Grillo.

Grillo le explica el plan y Mushu se da cuenta.

Mushu: Sí, se me está ocurriendo una idea.

Shang: Señor, yo quiero a Mulán y me da igual lo que digan las leyes, si ella me acepta, pienso
desposarla aquí y ahora.

Lord Qin: Insolente, ¡apresadlo!

Los guardias le cogen.

Mulán: ¡Shang!

Shang: ¡Mulán!

El Dragón de la Unión escupe fuego.

Mushu: ¿A qué viene este drama?

Lord Qin: El Dragón de oro de la Unión, ¡está vivo!

Mulán: ¿Mushu?

Todos se arrodillan ante el Dragón.

Mushu: Por supuesto que estoy vivo, así que ya puedes sacar brillo al suelo con tu narizota y
decirme por qué no se han leído los votos ya, ¿eh?

Lord Qin: Pe, pe, pe, pe, pero…Gran Dragón, el general Shang no es ciudadano nacido en Qi
Gong.

Mushu (escupe fuego. Lord Qin se esconde tras Shang): ¡Silencio! Sólo yo soy el Dragón de oro
de la Unión y sólo yo decido a quiénes unir. Mi vista extraordinaria y aguda ha penetrado en el
corazón de China y nunca antes había visto dos personas que se complementasen mejor que
esta encantadora pareja. Mulán y Shang. Un gran aplauso para ellos. Y ahora os ordeno que
celebréis la boda.

Lord Qin: Sí, Gran Dragón, como ordenéis.

Mushu: Bueno, vamos al grano. ¿Mulán quieres a Shang? Pues claro. ¿Shang quieres a Mulán?
Sí, mucho. Pues sigamos. Por el poder que ha sido otorgado por mí, desde ahora yo os declaro
marido y mujer. ¿Algo que objetar, Lord Chiquitín? (fuego)

Lord Qin: Sí, digo, no. Digo lo que vos digáis.

Jeeki le pasa la trampa china a su padre.

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Mushu: Y ya que estamos, decreto del mismo modo que las princesas del Reino Medio, estén
donde estén, quedan liberadas de su compromiso y podrán casarse con quien ellas deseen. Si
ellos las quieren, por supuesto.

Yao: Oh, cariño mío.

Todos se abrazan. Y se retiran.

CERRAR TELÓN
Casa de Mulán.

Mushu recoge las cosas de su pedestal mientras Grillo le mira.

Mushu: Es increíble que vuelva a ocuparme del gong de nuevo. Bueno, Mulán es feliz y si ella
es feliz, yo también.

Grillo: Estoy orgulloso de ti.

Mushu: Gracias, Grillo. Me he portado, ¿verdad? Pero tengo que hacer todo lo que me piden
los ancestros y no lo soporto.

Llegan Shang y Mulán con una caja.

Mulán: Shang, pero ¿qué pretendes?

Shang: Ya lo verás.

Shang saca una piedra tallada de la caja y la deja junto con el resto de piedras de los ancestros.

Mushu: ¿Qué están haciendo? ¿qué significa eso exactamente? Para mí, digo.

Grillo: Están uniendo los templos familiares.

Mushu: Sí, ¿qué qué? Dímelo ya. ¿Qué significa?

Grillo: ¡Que vas a conservar tu pedestal!

Mushu: ¡Qué guay! ¡He vuelto amigos! De nuevo a la carga.

Se emociona y deja que Shang le vea.

Shang: Así que este es el famoso Mushu.

Mulán asiente.

Shang: Yo te imaginaba más… grande.

Mushu: ¿Qué? ¿Tú le has hablado de mí? ¿De nosotros?

Mulán: No tengo ningún secreto para mi esposo, Mushu. Se lo he contado todo.

Mushu: Pero ¿todo, absolutamente?

Shang: Así es, Gran Dragón dorado de la Unión (le guiña un ojo)

Mulán: Aún no lo entiendo, ¿qué se consigue uniendo ambos templos?

Mushu: Devolverme mi preciado pedestal.

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Mulán: ¿Pero puede hacerse? ¿No hay normas en contra?

Shang: Pues sí, como las que prohíben vestirse de hombre y unirse a un ejército de hombres.

Todos ríen.

Mushu: Vaya, ¿qué te parece? Quizás esto salga bien después de todo. Eh tíos, ¿y mi
masajista? Salvar China me deja la espalda hecha puré. ¿Y qué hay de la pedicura? Dejad de
estar mano sobre mano, tíos, que alguien caliente aceite, aún no sé para qué voy a usarlo,
pero ya se me ocurrirá algo bueno. ¿Es que este heroico dragón no se merece todos los
honores? Calentadme el baño y las toallas. Quiero vivir a cuerpo de emperador.

FIN.

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