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Ocupación Humana
AUTORES:
DOCENTE GUÍA
Iquique, Chile
Julio, 2022
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Tabla de Contenido/índice
RESUMEN / ABSTRACT 4
1. INTRODUCCIÓN. 5
3. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN. 8
4. OBJETIVOS. 8
5. MARCO CONCEPTUAL 9
2
5.12 Enfoques para la intervención desde la Terapia Ocupacional 23
6. DISEÑO METODOLÓGICO 24
7. DISCUSIÓN 26
8. CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS 27
9. REFERENCIAS 28
3
Resumen
Abstract
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carried out in all these areas. Finally, the context covered in this review expands outside
the national scenario, but is restricted to the latinoamerican territory.
1. INTRODUCCIÓN
5
En relación a lo anterior, es importante determinar aquellos daños o marcas que desde el
trauma psíquico o psicológico dan cabida a daños en el desempeño o funcionalidad del
niño o niña en distintas ocupaciones, siendo la más significativa; el juego, instancia
donde se conjugan distintas habilidades como las cognitivas, de interacción social y
comunicativas, además, es relevante abarcar aquellas actividades o tareas que son
llevadas a cabo en los contextos donde la población infantil se desenvuelve
mayormente, destacando el hogar con actividades de la vida diaria, tanto básicas como
instrumentales, y el contexto de educación formal donde el foco es el desempeño
escolar.
Por un lado, la amplitud en las posibilidades de sanación del dolor o reparación del daño
mediante el quehacer diario o cotidiano, que reafirma el sentido de eficacia y que da
espacio al sentido de pertenencia emerge de forma adyacente en la terapia. Por otra
parte, queda el cuestionamiento sobre si, efectivamente, la experiencia traumática de un
abuso sexual durante la infancia ¿genera un impacto significativo en las ocupaciones y
su desempeño?
El abuso sexual infantil en niños y niñas en edad escolar se configura como un hecho
realmente alarmante dentro de la realidad nacional y latinoamericana. En el primer
escenario, Chile, las cifras de ambas policías, tanto carabineros de Chile, como la
Policía de Investigaciones (PDI), las denuncias por abusos a menores de 14 años
constituyen la mayor parte de éstas. Como lo indica la PDI en su balance del primer
trimestre del año 2021:
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violencia sexual desde la infancia (UNICEF en Vargas, 2019). Estadísticamente las
cifras son alarmantes, haciendo necesaria la búsqueda de estrategias para la mitigación
del abuso sexual infantil. La población involucrada pertenece a un alto porcentaje de la
población latinoamericana y son muchas las vidas que manifestarán consecuencias
negativas para su bienestar en adelante (Vargas, 2019).
Por otra parte, indagar sobre el impacto que genera un abuso sexual a nivel ocupacional
se hace urgente debido al déficit de espacios dirigidos a prestar atención eficiente en
casos de abuso sexual infantil. En Chile, la entidad encargada de prestar atención
terapéutica a esta población es el Servicio Nacional de Menores (SENAME), los
lineamientos de esta entidad resultan muy generales para el trabajo específico con los
casos, aun cuando es esperable que cada uno de los centros que trabajan en este tema
tenga documentos internos más específicos, estos no son de amplio conocimiento.
Debido a esto, es necesario profundizar y complementar estos lineamientos generales
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(Capella & Gutiérrez, 2014). Igualmente, para SENAME es relevante la intervención
que considera al entorno más cercano del niño o niña, principalmente a los padres y
cuidadores, tal y como mencionan Marín, Orellana y Venegas en la guía de Aspectos
Teóricos del abuso sexual infantil (2019): “Debido a que los programas están a menudo
dirigidos sólo a los niños, su eficacia es reducida, se debe considerar un modelo que
incorpore a los padres y/o cuidadores y ello deriva en nuevas dificultades para tratar
temas sensibles”, reconociendo la importancia de un enfoque biopsicosocial o ecológico
para el tratamiento de los abusos sexuales en población infantil, esto es esencial al
momento de determinar el impacto en el desempeño ocupacional, cuando integramos al
entorno de esta población, la valoración de éste desempeño cobra mayor significado y
proporciona mayor éxito en la restauración. Continuando con la misma línea de la
urgencia en la modificación de la intervención terapéutica de los niños y niñas, y la
integración del núcleo familiar en ésta, surge un enfoque que incluye a la figura de la
madre como componente esencial en la terapia de restauración, dirigiendo el tratamiento
hacia un enfoque de responsabilidad por sobre el de culpabilidad de esta figura
importante en la vida del niño o niña (Sinclair & Martínez, 2006).
3. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
4. OBJETIVOS.
8
4.2 Objetivos específicos:
9
su significación profunda para conseguir la mayor independencia y reinserción posible
del individuo en todos sus aspectos: laboral, mental, físico y social”.
Por otra parte, La Asociación Americana de Terapia Ocupacional (2010), AOTA por
sus siglas en inglés, en su Marco de Trabajo para la práctica de Terapia Ocupacional,
define la profesión como “la aplicación de valores centrales, conocimiento y habilidades
para ayudar a los clientes (personas, organizaciones y poblaciones), a comprometerse
con las actividades diarias u ocupaciones que ellos quieren y necesitan hacer, de forma
que apoyen la salud y la participación."
Dado a lo anterior los terapeutas ocupacionales (T.O.) tienen una visión holística del
cliente considerando los factores que lo involucran como los valores, las creencias, la
espiritualidad, las funciones y estructuras corporales. Estas características se ven por la
presencia o ausencia de enfermedad, la privación y la discapacidad. Esta situación
afecta a las destrezas de ejecución, la demanda de la actividad y los factores
contextuales y del entorno. (AOTA, 2010).
Los terapeutas ocupacionales son responsables de todos los aspectos del servicio de
terapia ocupacional y de la seguridad y la efectividad de ese proceso de brindar el
servicio. La terapia ocupacional está basada en el conocimiento de comprometerse con
las ocupaciones, organiza la vida diaria y contribuye a la salud y el bienestar se cree que
las ocupaciones son multidimensionales y compleja, por lo que el compromiso con la
ocupación como el foco de la intervención de la terapia ocupacional incluye el aspecto
tanto subjetivo (emocional y psicológica) y objetivo (físicamente observable) de los
aspectos del desempeño. Los profesionales de la terapia ocupacional comprenden el
compromiso de esta dual y holística perspectiva y dirigen o manejan todos los aspectos
del desempeño cuando brindan la intervención (AOTA, 2004).
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ha vivido uno o más episodios de abuso sexual, incluyendo los cuidados agudos,
cuidados intermedios y cuidados de larga duración, todo esto como parte de un proceso
de restauración del desempeño ocupacional y vida ocupacional de este grupo específico.
El T.O. es capaz de ejercer su rol desde una perspectiva de readaptación, reeducación o
rehabilitación global gracias a su herramienta terapéutica específica, la actividad, pero
en la Terapia Ocupacional esta actividad es multifocal, posee componentes motores,
sensoriales, psicológicos y socioculturales, además de la especificidad de su área de
intervención, que es el entorno cotidiano (Détraz, 1992).
Las primeras escuelas de Terapia Ocupacional fueron creadas a fines de los años 50’
(Argentina, Brasil y Venezuela en 1959) y comienzos de los 60’ (Chile en 1963,
Colombia en 1966). Previo a estas fechas, se reportan curso de Terapia Ocupacional en
Guatemala (1955), aunque la formación formal en este país se inició en 1970; México
con cursos anteriores a 1956; y Perú donde se inició la formación en forma continuada
en 1970, pero donde se dictaron previamente cursos en forma esporádica. La terapia
ocupacional en Latinoamérica ha ido evolucionando favorablemente. El incremento de
la esperanza de vida de la población, de enfermedades incapacitantes, de problemas
salud mental entre otros aumentan la necesidad de profesionales como los Terapeutas
Ocupacionales para promover el bienestar de la población a través de un óptimo
desempeño ocupacional como antecedente en Latinoamérica, la terapia ocupacional
cuenta con una oferta de postgrado en países de Latino América como Brasil, Chile,
Colombia y México; en donde las especialidades de mayor coincidencia fueron neonatal
y pediátrica, clínica, salud mental y cuidados paliativos. (Gómez e Imperatore, 2010).
Este modelo de trabajo para la práctica fue creado en 1980 por Gary Kielhofner. Este
modelo parte de la idea de que las características internas de la persona y su entorno
externo están íntimamente ligadas a una totalidad dinámica. Considera al ser humano
como un sistema dinámico que siempre está en desarrollo y que cambia con el tiempo.
El Terapeuta Ocupacional facilita la participación del cliente en ocupaciones con el
objetivo de modelar sus destrezas, la rutina, los pensamientos y sentimientos que tiene
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sobre sí mismo. Es un modelo aplicable a cualquier persona, en cualquier momento de
la vida, que tenga problemas en la vida ocupacional.
Para intentar dar una explicación a cómo se escogen, moldean y se llevan a cabo las
ocupaciones, el MOHO conceptualiza que las personas estás formadas por tres
elementos que están en continua interacción: la volición, la habituación y la capacidad
de desempeño, y todo ello influido por un componente externo: el ambiente tiene un
sistema de evaluación, para la que diseñó una serie de herramientas con las que
podremos evaluar cada uno de sus componentes, algunas de ellas son: Perfil
Ocupacional Inicial del Modelo de la Ocupación Humana (MOHOST), Entrevista
Histórica del Desempeño Ocupacional (OPHI-II), Cuestionario Volicional (QV),
Evaluación de Habilidades Motoras y de Procesamiento (AMPS), etc. Las ventajas del
MOHO es que valora el significado de la actividad, por otro lado, una de sus
desventajas es su falta de desarrollo del ambiente.
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5.5 Desempeño Ocupacional y áreas del desempeño
El Desempeño Ocupacional según lo refiere Alicia Trujillo (1994) es: “el actuar de las
personas en ambientes específicos, proceso durante el cual la persona se motiva, inicia y
completa distintas ocupaciones, interviniendo capacidades personales, exigencias
ocupacionales y demandas ambientales”
También se refiere a hacer una forma ocupacional. Ej: lavar los platos o cortar el pasto.
Los desempeños ocupacionales están influenciados por la habituación. Los roles
influyen en el tiempo y rango de formas ocupacionales. Las acciones que forman el
desempeño ocupacional se llaman habilidades y se define como acciones dirigidas a
objetivos observables que una persona utiliza cuando realiza. Se refieren a las acciones
concretas que realizamos en medio del emprendimiento de una forma ocupacional.
Las áreas de desempeño ocupacional son amplias categorías de la actividad humana que
forman parte de la vida cotidiana:
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necesarios para la higiene, lavado de dientes, cara y manos, limpieza y vestido luego de
ir al baño, entre otras consideradas también actividades de cuidado personal.
La infancia y adolescencia han sido descritas históricamente desde las ciencias humanas
y en especial desde la psicología como un continuo de etapas de desarrollo en las que se
espera que el sujeto en desarrollo cumpla e integre determinadas metas (Erickson, 1977;
Piaget, 2005). El cumplimiento de dichos logros se supedita a vínculos dependientes
con adultos significativos que proveen los cuidados y protección que hacen posible el
desarrollo saludable del niño/a y el adolescente. Estos vínculos primarios se establecen,
como regla general, al interior de las familias de origen, posibilitando el desarrollo
psíquico del sujeto y marcando la pauta de sus futuros estilos vinculares.
Según Masalán González (2003), “La edad escolar que se extiende entre los 6 y 11-12
años, es una etapa en que el niño aprende sobre el mundo exterior y donde se hace cada
vez más independiente de sus padres”. En esta etapa los niños y niñas generan un
sentido de responsabilidad con temas que le sean significativos, mediante la inserción y
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exploración de la cultura que está inmersa en su sociedad, especialmente cuando ingresa
al contexto escolar. Sin embargo, cabe destacar que este estudio abarca todos los casos
que sean acordes al tema en cuestión, incluyendo a los niños y niñas no escolarizados,
más bien se utiliza etapa escolar para determinar una etapa del ciclo vital en particular.
Al comienzo de la etapa, conservan muchas características preescolares, pero a medida
que pasa el tiempo, se acercan al umbral de la adolescencia con una independencia más
segura. En relación con el desarrollo, en cuanto al físico, podemos decir que la
velocidad del crecimiento es lento y gradual en la mayoría del cuerpo, sin embargo, hay
una gran variedad de diferencias en cada niño o niña de la misma edad. En relación con
el desarrollo cognitivo a los 7 años presenta un cambio cualitativo muy marcado que
genera un pensamiento prelógico a un pensamiento lógico frente a situaciones que
pueda vivenciar, en este periodo su percepción de la realidad es objetiva, lo cual es
concreto, eso quiere decir que puede poner atención a cosas que son predecibles
promoviendo estabilidad potenciando sus capacidades de aprendizaje, además al
relacionarse con su entorno le permite desarrollar un sentido de sí mismo como ser
activo y pensante, dejan el egocentrismo de la etapa anterior.
Por otro lado, según UNICEF (2011), “se entenderá como abuso sexual infantil al
involucramiento de un niño, niña o adolescente menor de 15 años en actividades
sexuales no acordes a su nivel evolutivo, es decir, al desarrollo emocional, cognitivo o
social esperado para la edad” (pág.9). Este tipo de abuso puede ocurrir de diversas
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maneras, con o sin contacto físico, de manera verbal que van desde provocaciones,
tocamiento intencionado de genitales, forzamiento de tocar de manera inapropiada al
abusador, exposición de órganos sexuales, violencia con penetración anal, vaginal o
bucal, etc. También se le puede llamar abuso sexual a la explotación sexual comercial
infantil, donde una persona utiliza el cuerpo de un niño o niña para sacar provecho de
carácter económico y sexual.
Las dimensiones involucradas en el concepto de abuso sexual infantil son las siguientes:
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- Dimensión legal; el abuso sexual infantil está tipificado como delito en el
Código Penal chileno, por vulnerar los bienes jurídicos de la “indemnidad
sexual” para las personas menores de 14 años y “libertad sexual” para las
personas mayores de esa edad. Esta dimensión está contemplada en la ley 19.927
del Código Penal.
Las formas de acercamiento utilizadas por los abusadores pueden ocurrir por varios
medios que van desde el uso de la fuerza y violencia física, hasta la manipulación
psicológica e invasión de la ocupación principal de un niño o una niña, como el juego,
tipificando el abuso sexual como parte de éste, creando en el niño o niña la certeza de
que el contexto de juego es desprotegido, peligroso o configura una amenaza.
Dentro del grupo etario considerado, el abuso sexual puede resultar en la muerte de la
víctima, sea producto de la misma agresión con consecuencia de muerte por asesinato o
por suicidio luego de sufrir el abuso sexual. Es por esto por lo que a aquellas víctimas
de abuso sexual que no han muerto físicamente se les considera como víctimas
sobrevivientes. Son aquellas que deben seguir desde la reconstrucción y restauración.
Existe una variabilidad de experiencias de tipos de abuso sexual y los contextos en los
cuales se desarrollan, por ende, el nivel de impacto en las víctimas es diferente, esto
conlleva a que la sintomatología presentada varíe en cada niño o niña, por ejemplo,
algunos pueden presentar sintomatología de forma inmediata y otros puedan tardar un
tiempo. Estas consecuencias dependen de diversos factores del niño o niña como por
ejemplo el desarrollo cognitivo y emocional, el daño producido, la relación que tenga
con el abusador, la cultura que esté dictada por la sociedad en la que vive, el temor o
culpabilidad, tratamiento, entre otros. Es importante destacar que existen evidencias
donde destacan el riesgo de presentar síntomas depresivos o ansiosos, intentos de
suicidios, Síndrome de Stress Post traumático o incluso abuso de alcohol en la vida
adulta, y que es tres veces mayor riesgo que en niños que no son víctimas de abuso
sexual. Berntsen & Rubin (como se citó en Capella & Gutiérrez, 2014) consideran que
las experiencias traumáticas pueden formar puntos de referencia para la organización de
la narrativa personal y así ser considerados como un componente central de la identidad
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personal, lo cual puede tener efectos perjudiciales en el bienestar de la persona, en tanto
destacan una visión negativa de sí mismo y el mundo. De manera concreta, el trauma es
el resultado de un acontecimiento al que la persona no encuentra significado, y que
experimenta como algo insuperable e insufrible según Finkelhor y Browne (como se
citó en Deza, 2005).
Los conceptos de resiliencia y recuperación se utilizan para describir cómo las víctimas
y los sobrevivientes pueden mantener o recuperar un nivel saludable de funcionamiento
después del abuso. Se dice que las personas resilientes mantienen niveles relativamente
saludables de funcionamiento después de la exposición a un evento potencialmente
traumático. La recuperación, por otro lado, se caracteriza por una disminución
significativa del bienestar inmediatamente después de los eventos traumáticos; esta
disminución puede durar varios meses, años o incluso décadas. Posteriormente, hay una
mejora gradual en el funcionamiento y una reducción de los síntomas hasta que el
individuo alcanza un nivel de funcionamiento y bienestar más o menos equivalente al
que experimentaba antes del trauma. (Cate Fisher, Alexandra Goldsmith, j Rachel
Hurcombe Claire Soares, julio 2017, pg. 112)
Para la Terapia Ocupacional, el juego es uno de los pilares fundamentales debido a que
es la ocupación más significativa para los niños y niñas, donde se desenvuelven la
mayor parte del tiempo y es el eje principal del aprendizaje y su desarrollo, Según
Blázquez, Mahmoud y Guerra (2015), “Es conocido por su atribución al desarrollo,
físico, cognitivo, social y emocional”, por otra parte, señalan que este mismo cumple la
función de fortalecedor del autoconcepto y autoestima y es modelador de la frustración
en la ejecución de actividades que requieran mayor demanda (pág. 103), con respecto al
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autoconcepto y autoestima, estos son esenciales a considerar en un plan de intervención
basado en el juego.
La interrogativa sobre cómo surge el juego, o qué significado tiene en la vida de un niño
o niña y para su desarrollo, podría enfocar su respuesta en la construcción de este
concepto. En una revisión sobre los autores que definen el Juego, Donald Winnicott en
su libro “Realidad y juego” (1971), ofrece una importante mirada con respecto a qué
representa el juego en un infante, este pediatra y psiquiatra, de corriente psicoanalista,
refiere que el juego no es solo una expresión simbólica del conflicto propio del
desarrollo psicosexual del niño o niña, sino que, más importante aún, el juego actúa
como ente estructurador de su psiquismo en formación. Por otra parte, recalca que el
juego pertenece a una zona intermedia que no es ni la realidad subjetiva del niño o niña,
ni su mundo exterior, esto debido a que él o ella utiliza los objetos de la realidad
exterior al servicio de su realidad interna. (Winnicott en López, 2014).
“Jugador y Juego son dos caras de una misma moneda, es por eso que, un niño o niña
que juegue a cambiarle pañales a un muñeco bebé no estará proyectando
simbólicamente la misma conflictiva interna que otro niño o niña que jugará a colocarle
compulsivamente inyecciones en la zona genital del mismo muñeco bebé”.
Desde la Terapia Ocupacional se utiliza el juego como una herramienta con el objetivo
de promover una participación plena, permitiendo la adquisición de las destrezas que se
puedan requerir para la ejecución de una tarea. Es importante destacar uno de los juegos
más interesantes para los niños, el juego de roles, donde se pueden observar todas estas
destrezas como las cognitivas, sensoriales o perceptuales, motoras, comunicativas, etc.
El juego es un área ocupacional que se desarrolla de manera libre, donde el niño decide
a qué jugar y plantea sus intereses ante cualquier cosa, es por esto que el juego para que
sea juego debe existir motivación intrínseca, intereses, debe ser un acto voluntario y se
debe participar activamente, esto conlleva a generar un grado aprendizaje y para lograr
una participación activa tenemos que tener en cuenta todos los aspectos que influyen en
ella donde buscamos contribuir a potenciar su autoestima y mejorar su propio
autoconcepto. Según López (2010), “El juego es una actividad presente en todos los
seres humanos. Habitualmente se le asocia con la infancia, pero lo cierto es que se
manifiesta a lo largo de toda la vida del hombre, incluso hasta en la ancianidad” (pág.
19).
Según Milagros (2015): “Las actividades de la vida diaria se clasifican dentro de las
áreas de ejecución en Terapia Ocupacional y se definen como las actividades dirigidas
al cuidado de nuestro cuerpo, son imprescindibles para la vida, permitiendo la
satisfacción, desarrollo y supervivencia de la persona”. (pág. 17)
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la práctica continua en cada actividad; entre los 3 y 7 años el niño es capaz de localizar
con exactitud las partes de su cuerpo y se mueve en el espacio con mayor seguridad, lo
que le permite tener un mejor control de sus movimientos al realizar las actividades de
vestido, desvestido, higiene, manejo de pasadores y botones de diversos tamaños. A los
7 años es cuando todas las habilidades adquiridas por los niños son afianzadas y
establecidas”. (citado en Milagros, 2021, pág. 22)
En el segundo periodo, que va desde los 6 a 12 años, nos dice que el niño desenvuelve
la conciencia moral, que luego se convierte en conciencia social. Disfruta el trabajo en
grupo, respeta las opiniones de los demás, brinda su punto de vista ante un conflicto, se
dirigen con respeto a los demás, presenta mayor fuerza física, coordinación y tolerancia.
(citado en Milagros 2021).
Por otro lado, la autonomía según milagros (2015) “es considerada una cualidad
humana que le brinda al ser humano la oportunidad de actuar por sí mismo,
convirtiéndose en el protagonista de su vida. Esta cualidad permite al niño sentirse
seguro consigo mismo, mostrando independencia personal por las personas de su
entorno familiar, mostrando así ser capaces de expresar sus emociones con claridad,
tomar acciones con responsabilidad conociendo y respetando los resultados o
consecuencias, la capacidad de tolerar la frustración y desenvolverse adecuadamente en
un grupo social”. (pág. 27)
La mayoría de los casos de abuso sexual en niños y niñas tienen repercusiones negativas
en el estado psicológico. La gravedad e impacto del abuso sexual infantil, junto a las
múltiples manifestaciones sintomáticas y patológicas producidas, dan cuenta que
prácticamente no hay área de la sintomatología que no haya sido asociada a una historia
de abuso sexual o violación (como se citó en Bustos, Rincón y Aedo, 2009).
En esta etapa vital son más comunes los sentimientos de culpa y vergüenza tras la
situación de abuso sexual. El síntoma que generalmente se encuentra en los casos de
abuso sexual infantil es la conducta sexualizada. Según Spencer (2019):
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“La conducta sexual se puede definir como el contacto físico entre personas,
fundamentalmente con el objetivo de dar y/o recibir placer sexual o con fines
reproductivos. La misma, abarca muchas posibles actividades o formas de relación entre
dos personas y no se limita sólo a coito o penetración. Incluye, en general, cualquier
contacto que suponga excitación sexual con o sin orgasmo, como, por ejemplo: abrazos,
masajes, caricias o besos en el cuerpo, caricias en la zona genital, sexo oral y
penetración (con o sin eyaculación)” (pág.10).
Estos eventos de abuso sexual puedes desarrollar TEP que, según Bustos, Rincón y
Aedo (2009) se define como:
“Un trastorno que se presenta cuando la persona ha sufrido agresión física o algún
acontecimiento que representa una amenaza para su vida o su integridad física, o cuando
ha sido testigo o ha sabido por personas cercanas de la existencia de este tipo de
acontecimientos en otras personas”.
En donde las respuestas emocionales deben ser de temor, desesperanza u horror y sus
grupos de sintomatología deben presentarse por más de un mes después del evento
traumático y desarrollar deterioro en las actividades de la vida diaria en las áreas más
importantes de cada individuo.
23
5.12 Enfoques para la intervención desde la Terapia Ocupacional
6. DISEÑO METODOLÓGICO.
24
contextos estudiados, obteniendo una perspectiva diversa en cuanto al territorio
latinoamericano.
La población objetivo para esta investigación son niños y niñas en etapa escolar, esto
quiere decir que se incluirá hasta los 11 años, sin embargo, no necesariamente el
escenario a investigar debe ser el contexto escolar, tampoco es criterio excluyente el
hecho de que la población estudiada no se encuentre escolarizada. El requisito principal
es que, teniendo el rango de edad considerado niñez (0-11 años), y que además es
habitual o se esperaría que un niño o niña se encuentren en la escuela (5-11 años), los
cuales hayan sido víctimas de una situación de abuso sexual y que vivan en cualquier
país de Latinoamérica.
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autores exponen de acuerdo a sus estudios y opiniones con el fin de encontrar una
opinión más completa considerando diversas perspectivas.
7. DISCUSIÓN
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La invitación última es a interesarse en esta temática, la justificación habla por sí sola
sobre la urgencia, inclusive, podríamos mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta
sobre qué tanto sabemos sobre abuso sexual infantil, sobre qué saben los niños y niñas
de éste, sobre cómo prevenirlo, detectarlo e intervenirlo. Basta con explorar nuestros
entornos, a nuestras infancias, a los adultos que nunca tuvieron restauración, a personas
que viven en un eterno conflicto interno, desencadenando depresiones, trastornos
ansiosos o trastornos de personalidad, exteriorizados en dinámicas sociales violentas o
en desequilibrios ocupacionales, esta exploración nos entregaría un ápice de la
importancia de restaurar ocupacionalmente a los niños y niñas mediante la valoración
exhaustiva de su desempeño ocupacional, esto para tener adultos sanos y tener una
sociedad saludable.
8. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conforme a los hallazgos más relevantes de nuestra discusión, se logra encontrar dos
tipos de fuentes, en primer lugar, aquellas que nos entregaron información relevante
sobre teoría de conceptos, definiciones y enmarcaciones respecto de la temática, luego
están aquellos estudios que profundizan en variables sobre el abuso sexual infantil y
diferentes aspectos relacionados, como la relación con el juego, con el desarrollo
infantil, con la terapia ocupacional, con la psicología, entre otros. El cuanto al
cumplimiento de los objetivos se determina lo siguiente:
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Finalmente, respecto del objetivo general en cuestión, y dado los resultados de los
objetivos específicos, este estudio da a conocer cabalmente el impacto en el desempeño
ocupacional de los niños y niñas que han sufrido abuso sexual y han sobrevivido, con la
esperanza de ser escuchados, contenidos y con la necesidad de restauración de su vida
ocupacional.
9. BIBLIOGRAFÍA
28
Capella, Claudia, Gutiérrez, Carolina. (2014). Psicoterapia con niños/as y
adolescentes que han sido víctimas de agresiones sexuales: Sobre la reparación,
la resignificación y la superación. Psicoperspectivas, 13(3), 93-105.
https://dx.doi.org/10.5027/psicoperspectivas-Vol13-Issue3-fulltext-348
Fernandes T., Rodrigues G., Sarturi A. (2021). Abuso sexual infantil: “Impacto
en el comportamiento del niño y perspectiva para la Terapia Ocupacional”.
López, María (2014). Los juegos en la detección del abuso sexual infantil. 1ª
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29
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30
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adolescentes menores de 15 años, Víctimas de abuso sexual.
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