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La finalidad de esta guía es únicamente informativa y no representan de

ninguna manera indicaciones médicas o de cualquier tipo. Para cualquier


inquietud o problema consulte siempre a su médico o profesional a cargo.
1.- Modelos de catres
1.1.- Características
1.2.- Funciones
2.- Cambios posturales
2.1.- Técnicas de movilización
2.2.- Traslado del paciente
3.- Cuidados de personas con úlceras por presión o con riesgo de padecerlas
3.1.- Definición
3.2.- Factores de riesgo

ÍNDICE 3.3.- Clasificación


3.4.- Prevención
3.5.- Tratamiento
4.- Recomendaciones para el cuidado de personas dependientes y con pérdida de
la autonomía
4.1.- Alimentación
4.2.- Higiene
4.3.- Confort
4.4.- Eliminación
4.5.- Actividad física
5.- Recomendación para el bienestar del cuidador
INTRODUCCIÓN
El objeto de esta manual es proporcionar a los cuidadores información sobre el uso, el buen funcionamiento
y las ventajas que otorgan los catres clínicos en el cuidado de las personas dependientes. Adicionalmente, se
busca proveer herramientas básicas sobre los cuidados a las personas en situación de cama, así como facilitar
instrumentos y referencias para evitar la sobrecarga del cuidador.
Es necesario saber que el cuidado de los adultos mayores y personas con discapacidad severa es asumido por
un familiar en la mayoría de los casos, esta situación se afronta sin preparación o mayor conocimiento de lo que
esto conlleva. El tema de la vejez dependiente y en particular postrada, así también como la discapacidad severa
en todas las edades, ha sido históricamente un tema de suma urgencia y queremos reconocer que el cuidado de
estas personas es una tarea formidable. Por esta razón, es pertinente la confección del presente manual como
una herramienta de apoyo y capacitación a la familia y cuidadores de estos pacientes.
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1.- Catres Clínicos


Existe una variedad de catres clínicos, cada uno con distintas características y funcionalidades,
estos han sido diseñado específicamente para ayudar con el cuidado de los pacientes, entregando
una gran comodidad, además de promover el descanso y la recuperación necesaria.

Tipos:
- Catre Manual 2 posiciones
- Catre Manual 3 posiciones
- Catre Eléctrico 3 posiciones
- Catre Eléctrico Premium 3 posiciones
- Catre Eléctrico 5 posiciones
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1.1.- Características
Catre manual 2 posiciones
Este catre es regulable en dos posiciones, pues cuenta con
manivelas reforzadas y de acción suave que pueden regular la posición de
respaldo entre 0º y 85º, y la posición de las piernas entre 0º y 45º,
entregando una amplia gama de ajuste.
Gracias a sus barandas de aluminio abatibles con sistema mejora-
do se obtiene una tranferencia rápida y sencilla, sin dejar de lado la
seguridad. Para hacer del traslado del usuario algo fácil y seguro, este
modelo incorpora las nuevas ruedas silenciosas premium de 5” de gran
movilidad con sistema de frenos. Por otro lado también se incluyen
respaldos lavables y fáciles de desmontar, lo que es fundamental, pues
facilita de manera importante la limpieza periódica. Con el objetivo de
simplificar su uso desde el primer momento, este modelo no requiere
herramientas especiales para su instalación; puede obtener una rápida
y fácil extracción del embalaje, sin necesidad de personal especializado.
Incluye porta suero y 4 ganchos para bolsas de orina.Este catre ha sido
fabricado en estructura de acero reforzada de alta resistencia, junto
con componentes de primera calidad, que se traducen en un soporte
máximo de 250 kilogramos.
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Catre manual 3 posiciones


Este modelo cuenta con 3 posiciones regulables; al igual que el catre de 2 posiciones la altura del respaldo se puede ajustar desde 0º a 85º y la de las piernas desde
0º a 45º. La función extra; la altura ajustable mediante manivelas reforzadas y de acción suave, que entregan una transición cómoda y versátil que va desde los 46
a los 72 centímetros.
El resto de las características son idénticas al catre manual de 2 posiciones, cuenta con barandas de aluminio abatibles, ruedas silenciosas premium de 5” con
sistema de frenos, respaldos desmontables y lavables, porta suero y 4 ganchos para bolsas de orina.
Este catre ha sido fabricado en estructura de acero reforzada de alta resistencia, junto con componentes de primera calidad, que se traducen en un soporte máximo
de 250 kilogramos. Además, es fácil de montar para su uso, pues no requiere de herramientas especiales ni de personal especializado para su instalación.
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Catre eléctrico 3 posiciones


Este catre cuenta con ajuste de tres posiciones regulables e incluye control remoto que permite un acceso fácil a sus funciones, además de un panel de fácil uso y
de accionar suave.
La primera función regula el respaldo entre 0º y 85º, la segunda regula la posición de la piernas entre 0º y 45º, la tercera regula la altura entre 43 y 72 centímetros.
Adicionalmente se puede contar una cuarta función que regula el respaldo y las piernas a la vez, otorgando mayor versatilidad.
Al igual que los modelos de catre manuales cuanta con barandas de aluminio abatibles, ruedas silenciosas premium de 5” con sistema de frenos, respaldos
desmontables y lavables, porta suero y 4 ganchos para bolsas de orina.
Ha sido fabricado en estructura de acero reforzada de alta resistencia, junto a componentes de primera calidad, entregando un soporte máximo de 280 kilogramos.
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Catre eléctrico Premium 3 posiciones


Este catre en su versión Premium cuenta con control remoto
de tres funciones con panel de fácil uso y acceso, para obtener
el máximo control y ajuste de todas las funciones disponibles.
La primera función regula el respaldo entre 0 y 85 grados, la
segunda función regula la posición de las piernas entre 0 y 45
grados, la tercera función regula la altura entre 43 y 72 centímetros
y una cuarta función regula el respaldo y las piernas a la vez para
cubrir todas las necesidades del usuario.
Las barandas de plástico polipropileno son lavables, removibles
y fácilmente ajustables, por lo que facilitan la mantención de la
higiene, la transferencia y entregan mayor seguridad, haciendo del
traslado y cuidado del paciente algo fácil y fluido.
Cuenta con las nuevas ruedas silenciosas premium de 5” de gran
movilidad con sistema de frenos en las 4 ruedas, las cuales ofrecen
mayor facilidad a la hora de trasladar y manejar el catre. Además
sus respaldos son lavables y fáciles de desmontar.
Ha sido fabricado en estructura de acero reforzada de alta
resistencia, junto a componentes de primera calidad que resultan
en un soporte de peso máximo de 280 kilogramos.
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Catre eléctrico 5 posiciones


Este catre cuenta con control remoto de cinco funciones con
panel de fácil uso y acceso, para obtener el máximo control
y ajuste de las tres posiciones regulables. Las regulaciones
disponibles son: el respaldo entre 0 y 85 grados , posición de
las piernas entre 0 y 45 grados, la altura regulable entre 43 y
72 centímetros, la regulación del respaldo y las piernas a la vez
y la quinta función que regula la inclinación trendelemburg y
trendelemburg inversa a 15 ° + -2 grados.
Las barandas están fabricadas en plástico polipropileno
lavable, son removibles y fácilmente ajustables, lo que facilita el
traslado y la transeferencia del usuario, así como la mantención de
la higiene al mismo tiempo que entregan la mayor seguridad.
Adicionalmente y al igual que los otros modelos cuenta con las
nuevas ruedas silenciosas premium de 5” de gran movilidad y
sistema de frenos, cabecera y piecera lavables y fácilmente
desmontables, porta suero y 4 ganchos para bolsas de orina.
Fácil de montar desde su primer uso, está pensada para
desembalar sin necesidad de personal autorizado ni
herramientas especiales con el fin de simplificar la labor del
cuidador y el usuario.
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1.2.- Funciones
Las funciones de los catres varían según la posición.

Levantar respaldo:
Esta posición lleva al paciente a una posición sedente (sentado) en la cual éste y el cuidador pueden
tener más facilidad para realizar actividades como la alimentación, activad física, y otras labores de
recreación como pueden ser leer, ver televisión o actividades manuales. Adicionalmente, puede facilitar
la respiración en alguno paciente más severos.

Levantar piernas:
Con esta pose se le otorga un descanso a la columna vertebral, en especial a la zona lumbar.
Favorece el retorno venoso, además de dar movilidad a las articulaciones de cadera y rodilla.
También cambian los puntos de presión para prevenir escaras o ulceras por presión.

Posicionar la altura del catre:


Esta función ayuda, tanto al paciente como al cuidador, a realizar los cambios
posturales, transiciones y movilizaciones activas y pasivas (ejercicios). Adicionalmente
facilita la higiene y eliminación, al hacer más fácil el traslado al baño, y, en caso de que el
paciente sea aún autovalente, le dará más seguridad para levantarse del catre a realizar
sus actividades cotidianas.
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Trendelenburg:
Estas posiciones quirúrgicas o maniobras aún siguen siendo algo desconocidas para
muchos usuarios y profesionales de la ortopedia.
Consiste en poner la cabeza a una altura más baja que los pies y se utiliza para mejorar
la circulación cerebral sanguínea, lipotimias o síncopes, conmoción o shock, para el
drenaje de secreciones bronquiales, evitar las cefaleas después de una punción lumbar,
hemorragias y cirugía de los órganos pélvicos.

Tendelenburg invertida:
Con esta postura, el paciente se encuentra en posición decúbito supino con la cabeza
más alta que los pies.
Ayuda en la exploración radiográfica, facilita la circulación sanguínea a nivel de las
extremidades y se utiliza en algunas intervenciones quirúrgicas (Tiroides, Vesícula, Vías
biliares), o en caso de problemas respiratorios y de hernia de hiato.
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2.- Cambios posturales


Estando en un catre clínico los cambios posturales son importantes ya que ayudan a aliviar la
presión continuada en los pacientes encamados, y son, por lo tanto, necesarios en la prevención de
ulceras por presión. Los cambios se deben realizar cada 2-3 horas, y en pacientes que puedan estar
sentados se realizarán cada 1 hora, descargando el peso sobre la zona sacra, movilizándose de un
lado a otro.
Los cambios posturales deben ser rotatorios pasando por todas las posiciones; es decir, decúbito
supino, lateral derecho, lateral izquierdo, prono, y posición de sentado.

Los descritos a continuación son las posiciones que se pueden adoptar en el catre clínico:
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Decúbito supino (tumbado bocarriba)


Se considera bien alineado un cuerpo cuando trazada una línea recta
imaginaria desde el centro de la frente ésta cae entre los dos pies.
1. La cabeza debe permanecer recta con una pequeña almohada
debajo, evitando una tensión excesiva del cuello. Con las piernas ligeramente
separadas, debe ir una almohada a nivel del hueco poplíteo (rodillas)
para evitar hiperextensiones, otra bajo pantorrillas para evitar apoyo de
talones. Colocar almohadas bajo muslos y cintura para evitar apoyo del sacro.

2. Los miembros superiores pueden colocarse en posiciones distintas en


función de la comodidad del paciente.

3. Los pies mantendrán una flexión dorsal de 90°, con los dedos
apuntando hacia el techo, utilizando el tablero antiequino si fuera necesario.
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Decúbito lateral (de lado)


1. Se coloca al paciente en el lateral de la cama contrario al lado que se
pretende. Una vez lateralizado, se tracciona de la entremetida por uno de los lados y se
gira al paciente hacia el lateral requerido. Para mantener al paciente en esta posición:

2. Se colocará una pequeña almohada bajo la cabeza del paciente,


dejando el brazo correspondiente en posición anatómica correcta y cómoda para el
paciente. El otro brazo se apoyará en una almohada doblada fuera del cuerpo,
procurando una cierta elevación de la mano para favorecer la circulación de retorno.

3. La pierna permanecerá en extensión o ligeramente flexionada hacia atrás y relajada.

4. La pierna superior se coloca en flexión por delante de la otra, apoyándola en una


almohada y dejando el talón libre.

5. Se colocará una almohada en la espalda del paciente para mantener la alineación de


la columna y la posición de decúbito lateral, teniendo en cuenta que debe quedar libre el
sacro del paciente.
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Decúbito prono (acostado bocabajo)


1. Girar al paciente sobre sí mismo hasta quedar bocabajo colocando la cabeza de lado
apoyada sobre una almohada.

2. Almohada pequeña bajo el abdomen y almohada grande bajo la porción inferior de las
piernas manteniendo los pies en ángulo recto.

3. Colocar los brazos en flexión.

4. Dejar libres de presión los dedos del pie, rodillas, genitales y mamas.

Sedestación (sentado)
1. Utilizar la posición del catre con el respaldo inclinado para llevar a la posición sedente.

2. Colocar un cojín sobre la región cervical, zona lumbar y bajo piernas.

3. Mantener los pies en ángulo recto sobre una superficie para que no cuelguen.
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2.1.- Técnica de movilización

Para movilizar una persona postrada en un catre clínico es necesario tener presente lo siguiente:

• La altura del catre: las camas muy bajas afectan al cuidador, pues requieren de un uso mayor de la fuerza, desencadenando mayor dolor de espalda al mover a
la persona postrada. Por eso se sugiere tener un catre en el que se pueda adaptar la altura hasta que la línea superior del colchón esté a la altura de las caderas
del cuidador/a.

• Posición del catre en la habitación: Idealmente debe estar al centro de la habitación, de tal manera que permita al/la cuidador/a desplazarse por ambos costados.

• Posturas adoptadas del cuidador: La lumbalgia es una molestia común en las personas que realizan la tarea de cuidar a una persona postrada, la tensión muscular
puede ser muy dolorosa. Las lesiones pueden presentarse con o sin dolor en la pierna, al estar de pie, al agacharse y regresar a la posición derecha, levantar a la
persona en cama o girar de manera defectuosa. Por eso es muy importante que el/la cuidador(a) realice correctamente la movilización de la persona para evitar
esta importante dolencia que afectara en la realización de las actividades de la vida diaria.
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Paciente no colaborador:
Realizar la movilización entre 2 personas.
1. Colocarse cada persona a un lado de la cama, frente al enfermo.
2. Coloque la cama en posición horizontal y fije ruedas.
3. Colocar los pies separados, así como las rodillas ligeramente flexionadas.
4. Retirar la ropa superior de la cama y la almohada del paciente.
5. La primera persona introduce un brazo por debajo del hombro del paciente y el otro debajo del muslo. Sujetan al paciente y lo levantan con cuidado hasta
llevarlo a la posición deseada.

Nota: A la hora de movilizar al paciente a la posición deseada es preciso evitar fricciones y sacudidas repentinas o bruscas.
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Paciente colaborador:
En este caso se puede realizar la movilización con un solo cuidador.

1. Colocarse junto a la cama del paciente, frente a él y a la altura de su cadera.


2. Decirle al paciente que se agarre a la cabecera de la cama y flexione sus rodillas, apoyando la planta de los pies sobre la superficie de la cama.
3. Entonces, colocar brazos por debajo de las caderas del paciente.
4. Solicitar al paciente que haga fuerza con sus pies y brazos e intente elevarse.
5. Es entonces cuando se debe ayudar al paciente a subir hacia la cabecera.
6. Si el paciente se encuentra bastante ágil, puede realizar por cuenta propia esta movilización.
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Movilización del paciente ayudado por una sábana


Se realiza entre dos personas, situadas una a cada lado del catre:

1. Para esta técnica nos ayudaremos de una "sábana" doblada en su largo por la mitad.
2. Se la colocaremos al paciente por debajo, de forma que llegue desde los hombros hasta los muslos.
3. Para ello colocaremos al paciente en decúbito lateral, lo más próximo a un borde del catre y meteremos la sábana por el lado contrario al que está girado, luego
lo voltearemos al otro lado y sacaremos la parte de sábana que falta de colocar.
4. Una vez colocada la sábana, se enrolla ésta por los laterales sujetándola cada persona fuertemente, pudiendo así mover al paciente hacia cualquier lado de la
cama evitando las fricciones.
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Movilización del paciente hacia un lateral del catre


Ubíquese en el lado del catre hacia el cual va a trasladar al paciente:

1. Colocar un brazo debajo del hombro del paciente, sujetándolo sobre la axila opuesta.
2. Poner el otro brazo por debajo de la cadera, desplazándolo hacia la otra cadera.
3. Si el paciente es corpulento, debe realizarse entre dos personas.
4. Movilizarlo con cuidado a la posición deseada.

Nota: En la posición de decúbito lateral hay que tomar precauciones con orejas, hombros, codos, cresta ilíaca, trocánteres y maléolos para que no se produzcan
úlceras por presión.
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Forma de sentar o incorporar al paciente en la cama
Para sentar a un paciente en la cama, y ya que la mayoría de estas viene articulada, basta con manipular el control eléctrico o dar vueltas a la manivela
correspondiente hasta que la elevación de la cama haga que el paciente se encuentre cómodo y en una postura adecuada a su estado.

No obstante, hay una forma de sentar al paciente en el borde de la cama:


1. El cuidador adelanta un brazo, el más próximo a la cabecera, y rodea los hombros del paciente. El brazo libre lo coloca en la cadera más lejana del enfermo.
2. Con esta mano hace que la cadera y las piernas giren de modo que queden colgando del borde de la cama.
3. Con el otro brazo ayuda a erguir el tronco.
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2.3.- Traslado del paciente


La mayoría de los pacientes que se encuentran encamados requieren de controles médicos en hospitales o en Centros de Salud Familiar (CESFAM), por lo que se
hace indispensable transportarlos, es por esto que a continuación describiremos las transferencias para movilizar al paciente desde el catre clínico a las otras ayudas
técnicas, como camilla de ambulancia, silla de ruedas y automóvil.

Pasar al paciente de la cama a la camilla con dos personas:


1. Una de las personas realiza la movilización del paciente y la otra se encarga de ayudar a la otra asegurándose de fijar la camilla para que no se mueva.
2. La camilla se coloca paralela a la cama y bien pegada a ésta.
3. Previamente se habrá sacado la sábana, tras haber retirado la sábana encimera y las mantas hacia los pies.
4. Una de las dos personas se ubica en el lado externo de la camilla, en el centro, y tira de la sábana hacia sí, mientras la otra se coloca en la cabecera sujetando
al enfermo por los hombros, levantándolos y acercándole hacia la camilla.
5. Una vez que el paciente está en la camilla, se le tapa con las sábanas y mantas.
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Pasar al paciente de la cama a la silla de ruedas:


1. Colocar la silla de ruedas a un lado de la cama frenando las ruedas de la silla para evitar desplazamientos innecesarios.
2. Acercamos al enfermo al borde de la cama, dejándolo sentado con las piernas hacia fuera.
3. Colocarse en frente del paciente con nuestras rodillas flexionadas, las piernas separadas y ponemos un pie un poco más adelante que el otro (para facilitar
movimiento basculante).
4. Colocar los brazos del enfermo en nuestros hombros o espalda (nunca sujetándose de nuestro cuello), a la vez que rodeamos su cintura con los brazos, se le
levanta y se realiza un giro en bloque hacia la silla, donde se le colocará sentado.
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Pasar al paciente de la silla de ruedas al asiento del automóvil:

1. Colocar la silla de ruedas perpendicular al automóvil, frenando la silla y retirando


los reposapiés y el reposabrazos del lado cercano a su asiento.

2. Colocarse en frente del paciente con la espalda recta, las piernas flexionadas y
los pies separados, colocando un pie delante del otro.

3. Frenar las piernas del paciente con las nuestras (frente a frente).

4. Rodear al paciente, con nuestros brazos por su cintura, a la vez que con un
movimiento seco y continuo se le despega de la silla de ruedas y se le gira en
bloque para dejarle sentado en su asiento.

5. Al estar sentado el asiento del automóvil quedara mirando hacia afuera por lo
que se debe realizar un giro hacia adentro del vehículo; colocamos un bazo bajo las
rodillas y el otro en el hombro contrario y con un movimiento levantamos piernas y
giramos el tronco.

Nota: Colocar cinturón de seguridad y fijar posición con cojines.


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3.- Cuidados de personas con úlceras por presión o con riesgo de


padecerlas.
Las úlceras por presión son un problema de salud que se puede presentar en las personas tanto en el ámbito domiciliario como en el de instituciones sanitarias. Son
también las responsables de agravar el pronóstico de la enfermedad, de disminuir la esperanza de vida y de deteriorar la calidad de vida de las personas que las
padecen y también de sus cuidadores.
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3.1.- Definición
Es el daño lento y progresivo de la piel, por falta de circulación–que es la que aporta los nutrientes y el oxígeno que el organismo necesita para vivir, además de
eliminar los desechos–, lo que lleva a la muerte del tejido. Comienza con un leve enrojecimiento, pudiendo llegar a transformarse en heridas o úlceras. Debido a la
presión excesiva, continua o por arrastre, sobre una prominencia ósea del cuerpo. Esto puede ocurrir habitualmente en las personas que permanecen por largos
periodos en cama, sin cambiarse de posición, o bien, por la piel sucia, húmeda y en roce sobre superficies arrugadas o con restos de alimentos. La alimentación
insuficiente del paciente suele agravar esta condición, particularmente por la falta de líquidos y proteínas.
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3.2.- Factores de riesgo


1.- Factores permanentes:
• Edad
• Capacidad física mermada (inmovilidad, parálisis, estado de coma).

2.- Factores variables o patológicos:


• Factores fisiopatológicos: Una presión prolongada sobre el tejido o irritación química, la fricción o la deficiencia de oxígeno causan destrucción progresiva de
la piel y el tejido subyacente. Este factor se presenta por distintos signos y síntomas:
- Disminución del nivel de conciencia
- Inmovilidad y parálisis
- Incontinencia.

• Alteraciones en la nutrición, como estados deficitarios de proteínas, de vitamina C, de oligoelementos como el hierro, cobre y el zinc,
que producen una demora en la epitelización y retracción de la herida, así como la obesidad y la caquexia.

• Enfermedades: Accidente vascular cerebral, diabetes mellitus, síndrome de Guillai-Barré, esclerosis múltiple, hemorragia
subaracnoidea, hematoma subdural.

• Lesiones: Fractura ósea, fractura y compresión de la médula espinal.


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• Factores derivados de los cuidados de salud: tratamientos médicos con sedantes y corticoides, que pueden actuar sobre los tejidos disminuyendo la resistencia e
inhibiendo por tanto la cicatrización, citostáticos, debido al riesgo de necrosis asociado a la quimioterapia endovenosa, uso de sondajes, férulas, reposo prolongado
en cama con ausencia o defecto de cambios posturales, exceso o defecto de higiene o uso de jabones inadecuados, alcoholes y/o antisépticos que alteran la flora
saprofita de la piel.

Las zonas de mayor riesgo son:


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3.3.- Clasificación
Para la clasificación de las ulceras por presión (UPP) se propone el empleo del sistema identificado por la National Pressure Ulcer Advisory Panel (NPUAP) y la
European Pressure Ulcer Advisory Panel (EPUAP).

Categoría I:
Piel intacta con enrojecimiento no blanqueable de un área localizada, generalmente sobre una prominencia ósea. La categoría I puede ser difícil de detectar en
las personas con tonos de piel oscura, ya que este puede no tener palidez visible; su color puede diferir de la piel de los alrededores. El área puede ser dolorosa,
firme, suave y más caliente o más fría en comparación con los tejidos adyacente.
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Categoría II:
Pérdida de espesor parcial de la dermis, se presenta como una úlcera abierta poco profunda con un lecho de la herida rojo-rosado, sin esfacelos. También puede
presentarse como una flictena o blíster intacta llena de suero (a veces sanguinolento) o abierta/rota. Se presenta como una úlcera superficial brillante o seca sin
esfacelos o hematomas y sin lesión en tejidos profundos. Esta categoría no debería ser usada para describir laceraciones, lesiones por adhesivos, dermatitis asociada
a incontinencia, maceración o excoriación.

Fotografía 2: Úlcera de categoría II en Fotografía 3: Úlcera en categoría II en zona


zona calcánea. isquiática.
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Categoría III :
Pérdida completa del tejido. La grasa subcutánea puede ser visible, pero los huesos, tendones o músculos no están expuestos. Los esfacelos pueden estar
presentes, aunque sin ocultar la profundidad de la lesión. Puede incluir cavitaciones y tunelizaciones. La profundidad de la UPP de Categoría III varía según la localización
anatómica. El puente de la nariz, la oreja, el occipital y el maléolo no tienen tejido subcutáneo y las úlceras de Categoría III pueden ser poco profundas. En
contraste, las zonas de importante adiposidad pueden desarrollar UPP de Categoría III extremadamente profundas. El hueso o el tendón no son visibles o
directamente palpables.

Fotografía 4: Úlcera de categoría III en zona Fotografía 5: Úlcera en categoría III con esface-
trocantérea. los en zona trocantérea.
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Categoría IV:
Pérdida total del espesor del tejido con hueso expuesto, tendón o músculo. Los esfacelos o escaras pueden estar presentes. Incluye a menudo cavitaciones y tuneli-
zaciones. La profundidad de la UPP de Categoría IV varía según la localización anatómica. Las úlceras de Categoría IV pueden extenderse a músculo o estructuras
de soporte (por ejemplo, la fascia, tendón o cápsula de la articulación) pudiendo ser probable que ocurra una osteomielitis u osteítis. El hueso/músculo expuesto
es visible o palpable.

Fotografía 6: Úlcera en categoría IV en zona sacra.


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3.4.- Prevención
• Aseo diario y prolijo de la piel.
• Mantener la piel seca y limpia.
• Masaje suave de la piel para activar la circulación.
• Cambio de posición periódico, cada dos horas, respetando las horas de sueño.
• Higiene de la ropa de cama: La sábana debe estar bien extendida y limpia, ya que las arrugas u objetos extraños pueden erosionar una piel frágil.
• Movilización y manejo postural.
• Uso de colchón anti escaras: Los colchones anti escaras permiten liberar la presión de los puntos de apoyo tales como: talones, caderas, codos, etc., pero no
reemplazan el cambio de posición cada dos horas.
• Buena Alimentación: Ayuda a mantener la piel y los tejidos saludables.
• Líquidos abundantes entre 1 y medio a 2 litros por día. Fraccionados, tibios o natural, con fruta, con leche y también con clara de huevo.
• Hábitos de eliminación: Trate de conservar los hábitos de eliminación, según sus horarios y la necesidad de privacidad.
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3.5.- Tratamiento
Directrices generales.
Una vez realizada una adecuada valoración inicial del paciente, en cuanto a los factores de riesgo a desarrollar una UPP, se realizará su tratamiento, que en el caso
de una UPP de categoría I consistirá en aliviar la presión en la zona afectada para conseguir una mejora de la resistencia de la piel y minimizar el efecto de la anoxia
tisular.
En cuanto a las úlceras de estadio II, III y IV, el tratamiento debe incluir el desbridamiento de tejido necrótico, la limpieza de la herida, la prevención y abordaje de la
infección bacteriana con antibióticos locales y, por último, elegir un producto que mantenga continuamente el lecho de la úlcera húmedo y a temperatura corporal.
El tejido necrótico debe ser eliminado, ya que es un medio ideal para la proliferación bacteriana e impide el proceso de curación. Las características del tejido a
desbridar y la situación global del paciente condicionan el tipo de desbridamiento a realizar.

Quirúrgico:
Es la forma más rápida de eliminar áreas adheridas a planos profundos. Es un procedimiento cruento que requiere conocimientos clínicos, destreza, técnicas y ma-
terial estéril. Debe realizarse por planos y en diferentes sesiones, comenzando por el área central y liberando el tejido desvitalizado. Como la técnica es dolorosa se
aconseja aplicar un antiálgico tópico, como gel de lidocaína al 2%. La hemorragia es una de las complicaciones más frecuentes. Se controla con apósitos hemostáticos
y, en caso de necesidad, con la sutura del vaso sangrante.
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Químico:
Hay en el mercado diferentes productos enzimáticos, proteolíticos o fibrinolíticos, que se utilizan como agentes de detersión química de los tejidos necróticos. La
colagenasa es una de las sustancias más empleadas. Favorece el desbridamiento y el crecimiento del tejido de granulación. Cuando vaya a utilizarse se recomienda
proteger la piel periulceral con una película barrera, pasta de cinc o silicona.

Autolítico:
Se produce por la conjunción de tres factores, la hidratación del lecho de la úlcera, la fibrinólisis y la acción de las enzimas endógenas sobre los tejidos desvitalizados.
Es la forma de desbridamiento menos traumática, no requiere de habilidades clínicas especiales y es bien aceptada por los pacientes, si bien es la más lenta. Todos
los apósitos capaces de producir condiciones de cura húmeda y los hidrogeles en estructura amorfa producen desbridamiento autolítico.

Mecánico:
Son técnicas no selectivas y traumáticas en creciente desuso, al existir alternativas menos molestas y con menor riesgo. Se realiza la
abrasión mecánica mediante rozamiento, la irrigación a presión de la herida o la utilización de apósitos humedecidos que al secarse a las 4-6 horas se adhieren al
tejido necrótico, pero también al tejido sano, que se arranca con la retirada del apósito.
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Limpieza:
Para limpiar la lesión se utiliza suero salino fisiológico y se usa la mínima fuerza mecánica para la limpieza de la úlcera y su secado posterior. No debe limpiarse la
herida con antisépticos locales como povidona yodada, clorhexidina, agua oxigenada, ácido acético o solución de hipoclorito, porque todos son productos químicos
citotóxicos y su uso continuado puede provocar problemas sistémicos por su absorción en el organismo.
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4.- Recomendaciones para el cuidado de personas


dependientes y con pérdida de la autonomía.
Las necesidades de alimentación, higiene, confort, eliminación y actividad física que se detallan a continuación, constituyen la base de las atenciones que todo
cuidador debe proveer a su familiar o paciente postrado, con el fin de asegurar un mínimo bienestar.
La condición de postración de las personas implica el compromiso variable de los sistemas cardíaco, respiratorio, urinario, digestivo, esquelético, nervioso, sensitivo
tanto del punto de vista anatómico como funcional, esto hace que la primera tarea para el adecuado y manejo de la persona postrada sea una evaluación integral de
su condición y las necesidades que de ello derivan, las cuales deberán ser las que el equipo de salud y el cuidador prestarán.
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4.1.- Alimentación
Unos de los principales problemas que tenemos que atender al cuidar una persona con pérdida de la autonomía es la correcta alimentación, es por ello que tener la
ayuda técnica favorece y facilita esta actividad, dando una mejor posición y disminuyendo la carga para el cuidador.
Si existe la posibilidad de que el paciente aún pueda comer solo, aunque sea con dificultad, se les debe dar esta tarea para que se sienta más independiente. Con el
fin de facilitar lo anterior es que existen ayudas para su alimentación.

Ayudas para comer:


• Cuchara curvada si el paciente tiene problemas al mover la muñeca.
• Resguardo para los bordes de los platos o platos con bordes altos para ayudar a cucharear la comida.
• Platos para mantener la comida caliente si la persona tarda mucho en comer.
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Si no es posible una alimentación independiente es necesario saber los riesgos, uno de ellos es la aspiración del alimento, es decir, cuando alguna porción de
alimento o liquido pasa a los pulmones, la posible aspiración podría en algunos casos ocasionar una neumonía, que dada la causa recibe el apellido de aspirativa.
Por esto cuando tenemos dificultades para tragar (disfagía), es que se deben tomar algunas precauciones para disminuir los factores de riesgo.
A continuación, se sugieren algunas formas de prevenir y mantener una alimentación segura:
1. Al dar de comer, beber o tomar sus pastillas, se debe posicionar en sedente (sentado) siempre derecho, apoyado en el respaldo del catre.
2. Dar pequeñas cantidades, utilice una cuchara de té y llénela hasta los bordes.
3. Esperar a que mastique bien y trague toda la comida antes de tomar otro bocado.
4. Al dar líquidos debe beber un sólo sorbo a la vez y lentamente. Es importante que se mantenga el mentón ligeramente hacia el pecho al tragar y se evite inclinar
la cabeza hacia atrás. Para beber líquidos, se puede ayudar de una bombilla o utilizando una cuchara.
5. Debe permanecer sentado por lo menos media hora después de cada comida.
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Otro de los casos posibles es cuando hay compromiso severo de la deglución, lo que produce un impedimento de alimentación vía oral y para ello se constan con
vías alternativas de alimentación, como lo son:

• Sonda nasogástrica.
• Sonda Nasoyeyunal.
• Gastrostomía.
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4.2.- Higiene
Si el paciente puede ser trasladado al baño la prioridad es garantizar la seguridad de este, ya que bañarse implica superficies mojadas y resbalosas que pueden ser
altamente peligrosas. Siga las pautas de seguridad en todo momento. Esto evitará lesiones, a usted y a la paciente.

1.- Asegúrese de solicitar ayuda adecuada de parte de otros miembros del personal o de los miembros de la familia si lo necesita.
2.- Antes de comenzar el baño: Revise las barras de seguridad, asientos y/o elevadores en el baño para asegurar que estén en buen estado. Asegúrese de que las
alfombras tengan bases antideslizantes.
3.- Si se cae agua al piso, límpiela inmediatamente. No deje que la persona a su cuidado pise el área en cuestión hasta que esté completamente seca.
4.- Tenga buena postura y posición firme, para protegerse cuando esté ayudando a la persona bajo su cuidado en el baño.
5.- Asegúrese que la bañera o ducha esté limpia antes y después de usarla.
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Junte los siguientes artículos antes de comenzar con el baño y la ducha:
• Jabón.
• Toalla limpia.
• Paño.
• Silla para la ducha.
• Alfombra de baño con base antideslizante las caídas.

Apoyo para bañarse.


1. Ayúdelo durante el baño con todos los artículos listos y a la mano.
2. Ponga un antideslizante en la ducha o tina, para prevenir caídas.
3. Regule la temperatura del agua utilizando un termómetro para el baño. Regule el agua a 40.5°C. Póngale un poco de agua en la muñeca y pregúntele si la
temperatura del agua le es cómoda.
4. Ayúdele a desvestirse si es necesario. Provea una bata o toalla para cubrirlo mientras se desviste y entra al agua.
5. Ayúdelo a sentarse en la bañera o en una silla de ducha si lo necesita.
6. Provéale un paño y jabón, apoyándolo según sea necesario. Asegúrese de que las áreas de los pliegues de la piel, estén bien lavadas, enjuagadas y secas, tales
como debajo de los senos y en la ingle.
7. Vigílelo frecuentemente si lo deja solo para bañarse. Asegúrese de que el timbre de llamada esté al alcance de la persona.
8. Asegúrese de que la piel no tenga restos de jabón cuando haya terminado el baño.
9. Apóyelo al salir de la bañera o ducha.
10. Apóyelo a secarse todo el cuerpo y a vestirse si es necesario.
11. Lubrique la piel.
12. Guarde todos los artículos de baño y limpie la bañera o ducha.
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Baño en Cama y Cambio de Sábanas


El aseo de un ser querido es algo elemental, pues de ello dependerán su comodidad y buen estado ánimo, indispensables para su bienestar. Debe hacerse una vez
a la semana o cada vez que sea necesario.

Baño en Cama
Se realiza cuando la persona está permanentemente en la cama y el traslado al baño es doloroso o dificultoso.
Preparación del baño en cama:
• Procure que la habitación tenga una temperatura adecuada.

Reúna los siguientes elementos antes de iniciar el baño en cama:


• Un tiesto con agua caliente
• Toallas: grande y dos pequeñas
• Jabón neutro, por ejemplo, de glicerina
• Sabanas limpias para cambiar
• Un trozo grande de plástico
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Ejecución del baño:


1. Cierre las puertas y ventanas.
2. Con apoyo de la sabanilla deslice a la persona al lado izquierdo de la cama.
3. Enrolle la sábana que quedó libre en el lado derecho de la cama.
4. Lave a la persona de abajo hacia arriba, empezando por los pies, las piernas, los
genitales, el tronco, los brazos y terminar por la cabeza, lavando la cara, el cuello y las
orejas. Utilice una toallita distinta para los genitales.
5. Proceda a enjabonar la parte expuesta del cuerpo con una toallita con agua jabonosa.
6. Retire la espuma con la misma toallita con agua limpia.
7. Seque la zona que acaba de lavar.
8. Al lado derecho de la cama ponga la sábana limpia.
9. Rote a la persona hacia la derecha sobre la sábana limpia.
10. Lave el resto del cuerpo que quedó expuesto, cuidando que el agua que escurra caiga
sobre la sábana sucia enrollada.
11. Estire la sábana limpia a toda la cama y ponga a la persona en posición normal.
12. Lubrique la piel.
13. Vista y abrigue a la persona.
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Higiene de la boca.
La higiene bucal debe constituir una rutina diaria y deben cepillarse los dientes del paciente con un cepillo muy blando después de cada comida. Si la persona rechaza
el cepillo se recomienda limpiarle los dientes y encías con una gasa (no usar algodón) enrollada en un palo de helado o en el dedo embebido en solución de agua
con bicarbonato o agua de manzanilla. Limpie suavemente la lengua (de atrás hacia delante con el cepillo). Si la persona usa prótesis, debe cepillar suavemente las
encías para barrer los restos de alimentos. Las prótesis también deben ser aseadas con un cepillo blando y pasta dental, y durante la noche deben retirarse y dejarse
en agua con unas gotas de cloro. Termine colocando 3 a 5 gotas de vaselina liquida o miel de Bórax en los labios.
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4.3.- Confort
El dormitorio se transforma en el mundo de la persona postrada. Son las 24 horas de cada día que permanece en una cama, es el espacio del dormitorio, todo el
espacio que ve. Por lo tanto, es un espacio del que hay que preocuparse en forma especial. La habitación debe ser tranquila, iluminada, con colores claros, aireada,
con temperatura agradable, tener los muebles estrictamente necesarios. Debe mantenerse limpia y en orden.

Condiciones de la cama.
- La cama de la persona postrada es todo su hábitat, es el lugar donde vive y permanece todo el tiempo. Debe ser muy acogedora, la estructura debe ser firme, la
superficie no debe hundirse, debe tener una altura desde el suelo al borde del colchón de 80 a 90 cm.

- Colchón antiescaras: La función del colchón antiescaras es disminuir la presión de las zonas de apoyo, lo que es sumamente indicado en enfermos inmovilizados.
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- Sábanas y Sabanillas: Sobre el colchón antiescaras, se coloca la sabana inferior y sobre ella se coloca una sabanilla o sabana clínica, la que permite cambiar de
posiciones a la persona postrada dentro de la misma cama. Dependiendo del tamaño de la sabana, ésta se dobla en dos o en cuatro. Debe instalarse por la parte
superior, a la altura del pliegue de la mama y en la parte inferior, bajo el glúteo. Desde esta posición, se podrá movilizar a la persona postrada para el cambio de
sábana, para el baño en cama, para cambiar de posición, masaje y humectación de la piel. La sabana inferior debe estar bien estirada, limpia y sin restos de alimentos
como migas de pan u otros elementos. La sabana superior debe dejarse holgada lo que permitirá la movilidad de los pies. Si utiliza un alza ropa, debe preocuparse
que la cama esté hermética, para que no entre el frío del ambiente.

- Frazadas y Almohadas: Las frazadas o plumones deben ser lo más livianos posibles. Las almohadas deben tener la altura del cuello de 7 a 10 cm. de altura, blandas,
evitar que sean de plástico. Es bueno contar con varios cojines blandos para acomodar en la cama a la persona postrada.

Condiciones del Vestuario


Es recomendable que la persona postrada, use ropa holgada, para la comodidad del familiar postrado mismo y de quién lo cuida. Es también recomendable el uso
de calcetines de lana o hilo que mantengan la temperatura de los pies.
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4.4.- Eliminación
La función de eliminación se refiere a la eliminación de orina y deposiciones. La orina se forma en los riñones, los que tienen la misión de limpiar las sustancias tóxicas
de la sangre. Normalmente el ser humano tiene un control voluntario de la micción, hay enfermedades que pueden alterar el control, generando incontinencia urinaria
que es la pérdida involuntaria de orina. La incontinencia urinaria es frecuente en las personas que han perdido la movilidad y se encuentran postradas. Para el manejo
de la incontinencia urinaria de la mujer se usa, según el grado de pérdida, desde toalla higiénica hasta pañal o sonda Foley.
Si se usa pañal, debe tenerse la precaución de lavar los genitales y secarlos muy bien. Si hay dermatitis, producido por el contacto con el pañal y humedad
retenida, es decir, si la piel está enrojecida, irritada, pica o arde, entonces se debe informar al equipo, para poder iniciar rápidamente un tratamiento y evitar así las
complicaciones. Mientras usted espera la visita del equipo de salud, asegúrese de mantener permanente aseo de la zona con agua tibia, no use cremas por su cuenta,
cubra con una toalla o pañal de género. Si hay heridas o grietas en la zona la consulta al equipo debe ser lo más urgente posible.

Si usa sonda Foley, debe tener los siguientes cuidados:


• Evitar que se desconecte de la bolsa recolectora.
• Evitar que se acode (que se doble sobre sí misma) o que sea aplastada por el cuerpo de la persona.
• Si en momentos de desorientación o desagrado, la persona postrada tiende a manipular la sonda, informe inmediatamente al equipo.
• Debe supervisar la bolsa recolectora, para evitar que se llene más allá de tres cuartos de su contenido, por el peligro del retorno de la orina a los riñones.
• La bolsa debe ser vaciada 3 a 5 veces al día.
• La bolsa debe estar siempre más baja que la persona, ya que en caso contrario podría retornar la orina a los riñones, puede ser fijada al colchón con alfileres o
colocada en el larguero de la cama o sobre un piso, con la bacinica.
• La sonda debe ser cambiada sólo por la enfermera.
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Para el manejo de la incontinencia urinaria del hombre, se usa el pañal, sonda Foley y estuche peniano.

En el caso de los varones que usen pañales, se deben tomar las mismas precauciones descritas anteriormente para la mujer. La mantención de la higiene de nuestro
familiar postrado con incontinencia urinaria, es muy importante para su confort y bienestar general. El aseo personal es algo tan vital y tan íntimo a la vez, que debe
ser manejado con respeto, reserva e idealmente por las mismas personas. Basta pensar por un segundo lo que sería si nosotros no pudiéramos hacer nuestro propio
aseo. Se debe recordar que este es uno de los motivos más frecuentes de depresión y angustia en la persona postrada.
En los niños la incontinencia urinaria puede estar determinada por un daño neurológico (paraplejia, tetraplejia). En estos pacientes se asocia una vejiga y un intestino
neurogénicos, cuya indicación médica es el cateterismo intermitente, c/3 c/4, o c/6 hrs. y el manejo del intestino para una evacuación periódica. En este caso el
cuidador debe ser capacitado en el procedimiento o el propio paciente, cuando las condiciones lo permiten. Auto cateterismo requiere de la evaluación y el control
del cumplimiento del procedimiento para prevenir infecciones urinarias y pielonefritis.
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4.5.- Actividad física


La actividad física contribuye a que las personas mayores se sientan mejor y disfruten más de la vida. Aún las personas que utilizan una silla de ruedas o que se
encuentran en situación de dependencia severa pueden hacer ejercicios para aumentar su flexibilidad desde su silla o cama. Los ejercicios realizados en forma
permanente mejoran la calidad de vida a las personas con problemas reumatológicos, respiratorios, cardiovasculares, diabetes, además de prevenir caídas que
pueden llevar a la dependencia.

Las personas que permanecen encamadas requieren de estimulación y activación que incorpore las siguientes dimensiones:

1. Establecer una comunicación personalizada y cálida con la persona encamada. Antes de iniciar los ejercicios, preséntese estableciendo una relación
cálida y cercana. Luego infórmele sobre la importancia de moverse a pesar de estar en cama. Trátela(o) por su nombre incluso cuando se trate de personas con
alteración de conciencia.

2. Ejercicios que estimulen la respiración. Antes de iniciar cualquier programa de ejercicios es necesario mejorar la capacidad pulmonar y de esta forma
preparar músculos, corazón y cerebro para una mayor exigencia.
• Ejercicio Respiratorio nº 1: Si el paciente está consciente, pídale que inspire aire profundamente por la nariz y luego espire por la boca.
Repita 3 a 5 veces.
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• Ejercicio Respiratorio nº 2: Si la persona está inconsciente, sitúelo decúbito supino (boca arriba) y ubíquese a su costado. Coloque una mano a la altura del tórax y la
otra en la región abdominal del mismo lado y presione moderadamente hasta observar que se profundizan los movimientos respiratorios. Realice este procedimiento
por un minuto y luego repita al lado contrario.
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3. Ejercicios de cuello y tronco (Movilización pasiva y asistida).


• Ejercicio nº 3 Cuello: Con el paciente en posición decúbito (boca arriba), sitúese por detrás de la cabeza y tómela desde la base del cuello. Realice movimientos
suaves y lentos hacia derecha e izquierda sin forzar. Repita 5 veces a cada lado.
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• Ejercicios nº 4 Tronco: Sitúe al paciente en posición decúbito supino (boca arriba), pídale que flexione las rodillas y apoye los pies en la cama. En esa posición debe
elevar las caderas y pelvis. Repita el ejercicios de 3 a 5 veces.
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4. Ejercicios de extremidades superiores e inferiores:


• Ejercicio nº 5 Activación de extremidades superiores: Con la persona en decúbito supino, mover suavemente las extremidades superiores partiendo desde las
manos, codos y hombros. Si hay presencia de rigidez articular se recomienda no forzar el movimiento.
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• Ejercicio nº 6 Triple flexión de cadera, rodilla y tobillo: En decúbito supino, solicítele que doble cadera, rodillas y tobillo en forma alternada. Si no tiene la capacidad
para hacerlo, ayúdele tomando la extremidad desde la rodilla y el tobillo. Repita el ejercicio 5 veces.

• Ejercicio nº 7 Separar las piernas: Con la persona en posición decúbito y las extremidades inferiores extendidas. Tómela desde la rodilla y el tobillo y separe
suavemente la piernas hacia fuera movilizando suavemente las caderas. Repetir 5 veces a cada lado
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Actividad física para personas dependientes que se levantan a diario:
1. Levantar diariamente: Si la persona se encuentra en buenas condiciones y clínicamente estable, es fundamental que se levante todos los días.
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2. Haga ejercicios respiratorios: Repita frecuentemente los ejercicios propuestos en la sección anterior. Estos también se deben realizar cuando la persona se
encuentra sentada.
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3. Ponerse de pie frecuentemente: Si la persona ha perdido la capacidad de ponerse de pie en forma independiente, asístala. Fije los pies y las rodillas con su cuerpo
y traccione desde la espalda para colaborar en la ejecución del movimiento.
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4. Ejercite cuello, tronco, brazos y piernas mientras permanece


sentado. La permanencia en la posición sedente no constituye
impedimento para realizar ejercicios.
• Ejercicios del cuello: Incline la cabeza hacia la
derecha e izquierda. Repita 3 veces a cada lado.
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• Ejercicios del tronco: Tome un palo de escoba con ambas manos,


gire el tronco hacia la derecha e izquierda. Repítalo 5 veces a cada
lado.

• Ejercicios de las extremidades superiores: Tome un palo de


escoba y levántelo por sobre la cabeza. Repita de 5 a 10 veces.
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• Ejercicios de las caderas: Con la persona sentada, pídale que eleve una rodilla como
aparece en la imagen. Repita 5 veces a cada lado. A futuro incorpore pesas de ½ Kg. a
1 Kg. a la altura del tobillo.
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• Ejercicios de la rodilla: En la misma posición, solicite que extienda la rodilla levantando al máximo la punta del pie. Repita 5 veces por cada lado. A futuro incorpore
pesas de ½ kg. a 1 kg. a la altura del tobillo
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• Ejercicios de tobillo: Con la persona sentada, pídale que eleve y descienda la punta del pie en forma alternada. Repita 10 veces.
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5.- Recomendación para el bienestar del cuidador.


Si bien la atención está completamente dirigida a la persona postrada, el cuidador también puede sufrir complicaciones físicas y sicológicas debido a la carga de la
gran responsabilidad que significa otorgar este cuidado.

Algunos de los problemas más comunes del cuidador son:


• Deficiente ayuda de parte de familiares.
• Tiempo limitado de descanso y ocio.
• Problemas económicos.
• Insatisfacción de las necesidades propias.
• Conflictos familiares.
• Pérdida de relaciones sociales.
• Dificultades laborales.
• Desconocimiento de la enfermedad y su manejo.
• Problemas conyugales.

Principales Alteraciones Afectivas:


• Trastorno del Sueño.
• Depresión.
• Ansiedad.
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Es importante hacerse cargo ante la presencia de cualquiera de los problemas antes señalados, pues es fundamental mantener la salud física y mental, así como
asegurar las herramientas necesarias para manejar de manera óptima la situación con la que se lidia.
A continuación, se nombran algunas alternativas de ayuda para el Cuidador:

• Atención médica y/ o psicológica.


• Aprender estilos de afrontamiento más apropiados.
• Aprender habilidades para el manejo y cuidado.
• Aprender a relajarse.
• Obtener ayuda de servicios sociales.
• Obtener información sobre la enfermedad y su manejo.
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Consejos:
• No abarque usted solo el cuidado del paciente, desde el principio solicite la cooperación de otras personas.
• No se sienta culpable de no haber dado al paciente los cuidados que merece. Mañana lo hará mejor.
• No centre su vida en el cuidado del enfermo, comparta su tiempo en otras tareas también importantes para usted.
• No piense que usted es el único que sabe cuidar al paciente.
• Culpe siempre a la enfermedad y no al enfermo de sus conductas inadecuadas.
• Acepte el rol de cuidar como una obra realmente humanitaria.
• Tómese un descanso cuando se sienta agotado y/ o agobiado.
• Solicite la ayuda de un médico y/ o psicólogo en el momento que lo necesite.
• Documéntese acerca de la enfermedad.
• Realice ejercicios físicos y de relajación mental.
• Atienda su salud y cuídese usted mismo para poder cuidar mejor al enfermo.
• Relaciónese con personas que estén en su misma situación.
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Cuidados posturales para el cuidador de personas postradas.


Es importante ser consciente del movimiento y acciones del cuerpo con el objetivo de evitar lesiones por malas posiciones al hacer fuerza o al adoptar malas posturas
en reposo. Es por eso que al comienzo de este manual desarrollamos el tema de cambios posturales.

Sobrecarga del cuidador.


La sobrecarga no la debemos ver solo en el ámbito físico, sino que también en otro más sicológico. En otras palabras, la carga puede tener una parte objetiva y
otra subjetiva.
La parte objetiva se refiere a la cantidad de tiempo o dinero invertido, problemas conductuales del sujeto, disrupción de la vida social, etc. La parte subjetiva, por
otro lado, se refiere a la percepción del cuidador de la repercusión emocional de las demandas o de los problemas relacionados con el acto de cuidar. La forma de
ayudar a reducir la carga objetiva, es a través de la entrega de conocimientos técnicos que permitirán mejorar la eficiencia del cuidado y la carga subjetiva, a través
de brindar reconocimiento al cuidador, permitir que el cuidador relate su experiencia de cuidado y exprese sus vivencias y sentimientos.

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