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Se trata de un mercado en el que existen una gran cantidad de productores de una mercancía muy
homogénea, en donde la curva de demanda es perfectamente elástica y el precio de mercado (o
de equilibrio) surge de la ley de oferta y demanda.
Equilibrio económico
Cuando hablamos de equilibrio económico, la mayoría de las veces nos referimos a equilibrio
financiero, aunque la realidad es que este último término suele relacionarse más con las empresas
que con las familias. El equilibrio financiero podría definirse como la situación en la que una
organización es capaz de hacer frente a todas sus deudas en los plazos acordados, con lo que
demuestra que su gestión es eficiente.
Fauth-Büher defiende que podemos enseñar a nuestro cerebro a preferir el ahorro frente al gasto,
aunque reconoce que el uso de unas tarjetas de crédito puede provocar subidas de dopamina.
“Nuestros cerebros no se han desarrollado para tomar decisiones financieras inteligentes”,
asegura, por eso es tan importante que eduquemos nuestro comportamiento. Sobre todo, que
entendamos bien hasta dónde puede conducirnos un exceso de gasto o un desequilibrio
financiero.
La naturaleza de transparencia de mercado asume que cada uno de los protagonistas que
intervienen tienen la capacidad de tomar decisiones de consumo o producción (según
corresponda) contando con el máximo nivel de información disponible referente a las condiciones
propias de cada sector.
Nadie influye sobre los precios Ya sea comprador o vendedor. Es el propio mercado el que fija el
precio, de manera que no sea demasiado alto lo que amedrenta el consumo y fomenta la
producción de forma excesiva, ni demasiado bajo lo que desalienta la producción y promueve en
exceso el consumo
Homogeneidad del producto
Esto quiere decir que, en cada segmento del mercado, el producto es igual. Al consumidor le debe
dar igual comprar el de un producto que el de otro. En este mercado idílico no hay campañas de
marketing. Los vendedores no hacen que sus productos sigan una estrategia de mejora respecto a
sus competidores, puesto que va en contra de la exigencia de la homogeneidad del producto.
Que las materias están accesibles en otras regiones y en igualdad de condiciones, además que las
empresas pueden salir o entrar del mercado sin limitaciones.
Ausencia de marketing
Los productores y los vendedores no dedican tiempo a elaborar una estrategia de marketing para
distinguir sus productos de los de la competencia, puesto que esto iría en contra del requisito de
homogeneidad. De este modo, tampoco desarrollan estrategias de fijación de precios y programas
de promoción de ventas como la publicidad.
Se suele decir que la competencia perfecta como tal, hoy en día, es imposible de alcanzar, por lo
que no existe nada más que en teorías y modelos utilizados por economistas para acercarse a la
realidad.
Sin embargo, pese a que hablamos de una realidad, antiguamente, cuando la oferta de bienes era
más escasa, y el capitalismo no era el sistema que dominaba en los mercados internacionales, esta
competencia perfecta sí estaba más presente en determinadas economías, así como sector en
concreto.
La agricultura
Así, la agricultura puede ser un primer ejemplo. En este sentido, hablamos de productos muy
similares. Dicho de otra forma, son productos genéricos, por lo que muchos agricultores los puede
producir. Como el producto es homogéneo, es fácil comprar un terreno y cultivarlo; basta con que
sea fértil. De la misma forma, tampoco encontramos muchas barreras de entrada, pues es fácil
entrar y salir del mercado.
Por esta razón, se dice que la agricultura es un ejemplo aproximado de competencia perfecta.
El arroz
El arroz que producen las diversas empresas que se dedican a ello es, en la práctica, exactamente
igual. Por esta razón, los consumidores no se inclinarán por una marca u otra atendiendo a unas
cualidades que, en la práctica nuevamente, no existen.
Así, podríamos decir que la oferta y la demanda son constantes, mientras el precio es siempre el
mismo en casi todas, es decir, existe un equilibrio. Dicho de otra forma, a los productores de arroz
no les interesa aumentar el precio, puesto que, debido a esa homogeneidad, los consumidores
comprarían el arroz a otra empresa, dado que es igual.
Por lo tanto, la información está a disposición de todos, y si un nuevo productor quisiera entrar en
el mercado del arroz, por ejemplo, podría hacerlo sin barreras de entrada que se lo impidan.
Competencia imperfecta
Las causas de que exista este tipo de competencia se deben a diversos factores, entre los que se
incluyen el monopolio de algunos proveedores. Ya que las grandes empresas tienen mayor
capacidad y condiciones favorables que abaratan los costos de producción. Lo que dificulta la
competitividad equitativa, puesto que a las pequeñas empresas la producción tiende a resultarles
más costosa. Es por ello que se debe trasladar el precio al producto. De esta forma las grandes
empresas salen beneficiadas porque ofrecen un precio más accesible a los consumidores.
Dentro de este marco toma fuerza el manejo individual de la publicidad. Asimismo, la creación de
precios de los bienes de aquellas empresas que desean hacerse de un lugar destacado en el
mercado. Ellas buscan la manera de hacerse competitivas y vencer las barreras que encuentran en
el ejercicio de sus operaciones. Llegando en ciertos casos a establecer relaciones de complicidades
con sus iguales para ingresar y mantener sus productos en el mercado al precio que les convenga.
Cabe destacar, que algunas veces parte de esas barreras son restricciones legales y acuerdos
blindados de negocios.
Tipos de competencia imperfecta
En la mayoría de países solamente existe una empresa que se encarga de proveer el servicio de luz
a todo el territorio, por lo cual existe un único oferente, convirtiendo el mercado en competencia
imperfecta.
Las empresas de tarjetas de crédito, como Visa o MasterCard, puesto que son pocos oferentes
para una gran cantidad de demandantes a nivel mundial.
Los vendedores de armas, ya que en la mayoría de países están restringidas para el público en
general, por lo cual el Estado es el único autorizado, siendo competencia imperfecta, ya que
solamente existe un oferente.