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INTRODUCCIÓN
Hablemos de la violencia, un tema que es conocido por nombre pero no todo lo que
implica por lo que es necesario saber a que nos referimos por violencia, que es el uso
inmoderado de la fuerza por parte del agresor para lograr objetivos que van contra la
voluntad de la víctima. Hay varios tipos de violencia que explicaremos más adelante.
A si mismo los tipos varían dependiendo de la situación como por ejemplo la
violencia en el trabajo o la violencia doméstica que es en lo que nos vamos a centrar
ya que el 85% de los agresores son varones y, en el 52% de los casos, quien comete
las agresiones es una ex pareja y en un 25% la pareja actual. Un 13% se corresponde
con la agresión de algún familiar directo o indirecto y el 2% restante fue propinado
por un padre o padrastro. Se verá por el lado del género femenino ya que, por
estadísticas mencionada anteriormente hay un mayor número de mujeres que sufren
de dicha violencia. Por esto mismo, vamos a dar por hecho que sí existe violencia
doméstica contra el género masculino, pero es en una menor proporción y no se
tomará en cuenta para esta investigación.
Según la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres, se reconocen los siguientes tipos de violencia: física, la
cual implica un maltrato físico; psicológica, que refiere a la que causa algún tipo de
daño emocional; sexual, que entiende a cualquier acción que implique la vulneración
en todas sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir
voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva; económica y patrimonial,
que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales, y
simbólica, que sucede a través de distintos estereotipos, mensajes o signos de
dominación.
La importancia de esto, principalmente, son las muertes y el constante maltrato que
sufren estas mujeres. Más relevante es el hecho de que ocurre en el hogar, un lugar
que supone que es seguro y cómodo. Lleva al sentimiento de no poseer algún lugar
propio para la persona, haciéndola sentir insegura, sin un lugar para refugiarse.
Además, está demasiado presente en la sociedad y es perjudicial para la salud física,
emocional y psicológica de la persona. Nos interesa ofrecer distintas herramientas que
puedan ayudar a la persona violentada y a sus cercanos. Por este motivo, nos resulta
muy importante el hecho de informar acerca de lo que es considerado violencia y
dónde puede ocurrir.
Este tema los venimos investigando desde el día uno, pero cuanto más buscábamos y
hacíamos las actividades que nos planteaban nos dábamos cuenta que el tema
violencia era muy completo y extenso. Por lo cual al buscar cada vez más información
y entrando más en el tema, nos dimos cuenta que la violencia doméstica era lo que
queríamos investigar y explicar.
Cuando ya nos dimos cuenta de el tema lo que vamos ir haciendo es informarnos más,
buscar información y hacer encuestas a la gente para ver más o menos las realidades
de cada uno y ver los porcentajes de cuánta gente sufre violencia.
DESARROLLO
ESTADÍSTICAS
Las denuncias por violencia doméstica se incrementaron más de un 20% durante los últimos
tres meses de 2022 comparado con el mismo periodo del año anterior, según un informe
difundido por la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia, que
registró violencia de tipo psicológica en el 97% de las evaluaciones de riesgo de las personas
afectadas, simbólica en el 53% y física en el 52%.
Otro dato que se desprende del informe es que el 87% de las presentaciones fueron realizadas
por las personas afectadas y el 13% por terceras que advirtieron la situación, en tanto, si bien
en su mayoría (97%) fueron denuncias “únicas”, el 3% del total (39) realizó más de una
durante el trimestre.
Asimismo, del total de las denuncias, se constató que de las 3.447 personas afectadas (en una
denuncia puede haber más de una persona) el 77% fueron mujeres, que superaron en número
y proporción a los varones en casi todas las franjas etarias
El vínculo de pareja (48%) es “el más usual entre personas afectadas y denunciadas”, detalló
la OVD, y remarcó que aquí se incluye a “ex parejas (33%) parejas convivientes (8%),
cónyuges (5%), y novias/os (2%)”.
Tu pareja te grita, te hace sentir mal. Todo porque hablaste con un amigo. Vos pensás si de
verdad tiene razón, capaz solo está celoso. O te pega por haber salido de noche, pero se
disculpa. Está todo bien entonces, ¿no? Te preguntás si te está maltratando o es tu
imaginación, si es real o sos una exagerada. Esto es violencia, y vamos a ayudarte a que la
reconozcas. Primero que nada, esto no es algo fácil de reconocer en un principio ya que
comienza con un abuso más sutil, para ir empeorando con el tiempo. Puede ser de tipo
emocional, sexual y/o físico, donde el abusador usa palabras y comportamientos intimidantes
e hirientes para controlar a su pareja. Estos son algunos de los comportamientos que pueden
reconocerse dentro de una relación violenta:
•Controla el gasto de tu dinero y te intenta manipular con este.
En estos casos, suele ocurrir que la mujer depende económicamente de su pareja ya que él es
el que gana el dinero. Por este motivo, le hace sentir a su pareja que él tiene dominancia sobre
ella y que tiene que hacer todo lo que él quiera. Si ella no lo hace, no le dará dinero. Será
"generoso" cuando ella haga lo que él pida.
Ahora, ¿cómo percibían este vínculo con tu pareja?
•Te humilla y crítica.
Si bien esto parece fácil de identificar, no lo es para nada. Esta es una de las maneras más
eficaces de hacerte sentir mal y deprimida. Frases como "sos una tonta", "hacés todo mal" o
"no servís para nada", atacan directamente. Pero, en otros casos, esto puede estar disfrazado
con "humor", que son "solo chistes". No te quedes en una relación en la que te sometan a tal
grado de humillación y descalificación.
•Es agresivo.
Este tipo de violencia es la más difundida. El abusador ejerce violencia física contra su pareja
(golpes, empujones, amenazas, etc.). En muchos casos, esto puede terminar de la peor manera
debido a que los abusadores no saben manejar sus impulsos y tienen personalidades
psicopáticas.
•Genera clima de intimidación.
¿Sentís que tenés la necesidad de hacer todo perfecto por miedo a lo que pueda llegar a decir
y/o hacer tu pareja? Bueno, esto es un clima de intimidación y amenaza. Puede ocurrir porque
la persona se enoja con facilidad o su “energía” en sí produce temor a la pareja.
Vivís con miedo todo el día, en permanente estado de alerta por las posibles reacciones que
pueda tener tu pareja por cualquier acción que hagas. No aceptes vivir en un clima violento.
•Hay una clara indiferencia afectiva intencional.
Aunque no lo creas, que te niegue manifestar las mínimas expresiones de afecto como
saludarte, preguntarte por tu salud o escucharte, es violento.
Esto generalmente ocurre porque el hombre está enojado y acostumbrado a una dinámica
disfuncional en sus vínculos, lo cual genera un clima “desértico emocional” que le saca las
ganas de vivir a su pareja. No trates de sostener una relación en la que te niegan el amor y
afecto de forma equilibrada y sostenida.
•Sentís la necesidad de satisfacer sus necesidades. Si bien a veces queremos satisfacer las
necesidades de nuestra pareja para darle un poco de felicidad, hay que saber diferenciarla con
la necesidad de satisfacerlas. Al sentir que para ser “bien tratada” y ser querida tenés que
vivir en función a sus caprichos aunque te disguste y genere insatisfacción ya que, de lo
contrario, generará un posible castigo, provocará un cansancio, agotamiento y una depresión
inmensa. Pregúntate, ¿tenés o querés hacer algo para satisfacer a tu pareja?¿estás a gusto o
disconforme?
•Es celoso y te controla excesivamente.
En un comienzo puede ser difícil de identificar esto, ya que lo ves "normal", como actitudes
amorosas y atentas, pero luego esto empeora y se transforma en una persona muy posesiva.
El abusador, en ciertos casos, piensa constantemente que su pareja le va a ser infiel. Por esto,
va a querer controlar cada paso de su vida, cada salida con amigas, cada actividad individual
que le de libertad e independencia. Lo manifiesta con reclamos o demandas, a veces
haciéndose pasar como víctima "Ya sabés que me preocupo cuando salís tanto tiempo, me
hacés desesperar. La próxima vamos juntos.". También puede controlar tu vida por internet,
por redes sociales y tu celular. "¿Por qué subís esta foto?¿no ves que se te ve todo?", o te
agarra tu celular y mira tus mensajes porque "es tu novio y necesita saber con quién hablás".
Frases como “Yo soy igual desde que me conociste, no intentes cambiarme.”o ”Pensé que
confiabas en mí” también indican un grado de control. El hombre espera a que te sometas a lo
que él crea correcto, sin acuerdos mutuos y aprovechando el amor que le tenés para usarlo a
su beneficio. Esto es vivir en una cárcel y no merecés vivir así. ¿Por qué querés tener un
vínculo con una persona que te vive controlando cada paso que das? Estos hombres creen
que, por estar con vos, tienen algún tipo de derecho o dominancia, lo cual no es nada sano .
Una persona que te somete a tantas cosas que dañan tanto tu salud física como emocional, no
brinda nada a tu vida. Nadie merece vivir así.
DIMENSIONES DE LA PROBLEMÁTICA
La extensión, la validez y la confiabilidad de los datos disponibles son tres factores decisivos
para determinar las dimensiones del problema y para identificar las áreas prioritarias en que
es necesario intervenir.
A la hora de planificar encuestas sobre la violencia contra las mujeres, es importante que la
investigación misma no ponga a las mujeres en peligro. La Organización Mundial de la Salud
(OMS) ha elaborado recomendaciones específicas desde el punto de vista de la ética y de la
seguridad, que toman en cuenta entre otras cosas la seguridad de las personas encuestadas y
del equipo investigativo, garantizando el carácter confidencial de las informaciones para
asegurar tanto la incolumidad de las mujeres entrevistadas como la calidad de los datos
obtenidos, y la formación especializada de los encuestadores. Se piensa que la mayor parte de
los datos disponibles sobre la violencia contra las mujeres son por un lado excesivamente
prudentes y por otro poco dignos de confianza. Los estudios difieren notablemente entre sí
por las dimensiones del muestreo de mujeres seleccionadas y por las distintas maneras de
formular las preguntas. Resulta difícil comparar las encuestas por la falta de homogeneidad
en cuanto a la definición misma de la violencia doméstica y en cuanto a los parámetros
utilizados, que pueden cubrir exclusivamente el maltrato físico o las violencias físicas,
sexuales y psicológicas. Otro aspecto que impide aclarar los términos del debate acerca de la
magnitud del fenómeno es el hecho de que la violencia doméstica es un delito
insuficientemente documentado y contra el cual frecuentemente no se registran acusaciones.
Cuando una mujer presenta una denuncia o solicita tratamientos médicos, puede verse
obligada a discutir con agentes de policía o con empleados de la sanidad que no han recibido
la formación necesaria para reaccionar de manera adecuada o mantener registros precisos y
útiles de cada caso. Por otra parte, la vergüenza, el miedo a las represalias, la falta de
informaciones acerca de los propios derechos legales, la escasa confianza en el sistema
judicial o incluso el temor del mismo, y los costos en que se puede incurrir al seguir el
camino legal, son factores desalentadores que hacen que las mujeres se rehúsan a denunciar
los incidentes de violencia.
Asesinato de mujeres.
El asesinato de mujeres a manos de los hombres que las maltratan es otro fenómeno que se
debería considerar una categoría aparte cuando se analizan las diferentes formas de violencia
doméstica.
Prostitución forzada.
La prostitución forzada y otros tipos de explo- tación comercial por parte de los compañeros
de sexo masculino o por parte de los padres son otra forma de violencia contra mujeres y
niños de ambos sexos practicada en el mundo entero. Muy frecuentemente las muchachas
jóvenes son mandadas a trabajar como empleadas domésticas, en cuyo caso pueden ser
explotadas física y sexualmente por sus empleadores. Los tratantes compran la “mano de
obra” de las muchachas y niñas a cambio de dinero. La elevada incidencia del VIH/SIDA en
el país ha sido atribuida a este tráfico de niñas.
CAUSAS DE LA PROBLEMÁTICA.
No existe ningún factor que pueda, de por sí solo, explicar las violencias cometidas contra las
mujeres. Cada vez más, las investigaciones insisten en las relaciones de interdependencia que
existen entre los varios factores, lo que debería contribuir a mejorar nuestra comprensión del
problema dentro de los diferentes contextos culturales. Varios factores sociales y culturales,
complejos y vinculados entre sí, a menudo institucionalizados, han mantenido a las mujeres
en una posición de particular vulnerabilidad frente a las violencias dirigidas contra ellas, y
todos ellos constituyen una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre el hombre y la mujer. Los factores que influyen en estas relaciones
desequilibradas de poder comprenden: los mecanismos socioeconómicos, la institución de la
familia (en la cual encuentran expresión, precisamente, dichas relaciones de poder), el temor
de la sexualidad femenina y el control que se ejerce sobre ella, la creencia en la superioridad
innata del varón y las sanciones legales y culturales que tradicionalmente niegan a mujeres y
niños una condición de independencia legal y social. La carencia de recursos económicos es
la base en que se asientan la vulnerabilidad de las mujeres frente a la violencia y las
dificultades en que ellas se encuentran para poder librarse de una relación violenta. Los lazos
que existen entre la violencia y la falta de recursos económicos, que implica dependencia,
forman un círculo vicioso. Por un lado, las amenazas de violencias y el terror de padecerlas
impiden a la mujer buscar empleo o, en el mejor de los casos, la obligan a aceptar tareas mal
pagadas y desenvueltas a domicilio, en las cuales se las explota. Y por otro, sin conseguir la
independencia económica, la mujer no tiene la posibilidad de escapar a los abusos sufridos
dentro de la relación. El desafío principal reside en conseguir poner fin a la impunidad de los
culpables, lo cual representaría asimismo una forma de prevención de futuros abusos.
Las investigaciones llevadas a cabo por el Observatorio de los Derechos Humanos (Human
Rights Watch) han revelado que, en los casos de violencia doméstica, las autoridades que
tienen a su cargo la aplicación de la ley suelen favorecer el recrudecimiento de las tentativas
del agresor de controlar y vilipendiar a su víctima. Aunque varios países ahora disponen de
leyes que condenan la violencia doméstica, “cuando se la comete contra una mujer en el
marco de una relación íntima, lo más frecuente es que estos ataques sean tolerados como si
fueran la norma en vez de ser perseguidos por la ley... En muchas partes, quienes cometen
violencias domésticas son tratados con menos rigor y castigados con mayor benevolencia que
los culpables de delitos igualmente violentos contra extraños.
CONSECUENCIAS
PARA LA VÍCTIMA
La violencia doméstica puede causar problemas en la salud mental y física a largo plazo.
Así, entre otras, algunas de las consecuencias de la violencia doméstica pueden ser:
Baja autoestima
Al contrario de lo que muchos piensan, la violencia doméstica no es solo violencia física.
También puede incluir: Abuso sexual, violencia financiera, abuso emocional, etc.
Básicamente, el que comete la violencia tiene necesidad de mantener el control sobre sus
víctimas.
Disminuir su autoestima hace que la víctima permanezca en la relación abusiva por más
tiempo. Al salir de la relación, las mujeres pueden tener que seguir lidiando con este
problema durante mucho tiempo.
Amigos y familiares deben recordarles que ellas tienen la capacidad de salir de esa situación
en busca de una vida normal. No importa cuán vulnerable parezca, la víctima merece ser
tratada con respeto para que se dé cuenta del valor que tiene.
Esta es otra de las consecuencias de la violencia doméstica. Se manifiesta con una tendencia a
desconfiar de las situaciones y de las personas. Poco a poco se va desarrollando una actitud
donde se considera que todo en la sociedad en que vivimos es malo y negativo.
Las mujeres que han experimentado esta clase de violencia sienten que deben tener las
defensas en alto y cuidarse de todo. Pueden llegar a transformarse en una persona de carácter
frío e irritable. En algunos casos, las víctimas de violencia doméstica pueden tener
comportamientos violentos.
Otra consecuencia relacionada es que las víctimas se aíslan socialmente y desarrollan graves
problemas con sus nuevas parejas.
Depresión
Constituye una de las secuelas más importantes que puede quedar en la mujer después de ser
víctima de violencia doméstica.
● Dolores crónicos
● Infartos cardíacos
● Problemas de cicatrización
● Disminución de la función inmunitaria
● Enfermedad de Alzheimer
El problema es que la mayoría de los síntomas de la depresión son ignorados por las personas
que se encuentran cerca de la que una vez fue víctima. Se suele pensar que ya no le debería
afectar lo que sufrió en el pasado y se atribuyen a otros factores desencadenantes del estrés
diario que vive.
Terror sexual
● Estigmatización
● Vergüenza
● Traición
● Disociación
● Repetición
Esta parte afecta más a esas mujeres víctimas de violencia doméstica manifestada en maltrato
físico directo, como golpes, fracturas o quemaduras de cigarrillo, entre otros. Al presentarse
cualquier situación clínica, los problemas físicos de salud van en aumento.
Estuvimos investigando herramientas para poder ayudar a la mujer que sufre violencia
doméstica y encontramos que existe una dinámica cíclica que generalmente se repite y en la
cual pueden reconocerse tres etapas: Acumulación de tensión, Etapa de agresión y
Arrepentimiento o “Luna de miel” y conocer así como entender el ciclo de la violencia, le da
a la mujer víctima más confianza en quien se acerca a hablar con ella; siente que es
comprendida. Además, saber de la modalidad cíclica evita posibles frustraciones de quien
acompaña.
Es de suma importancia valorar que haya podido acercarse a alguien a contar su situación. La
intervención de una tercera persona, resulta fundamental para empezar a problematizar la
violencia.
ESTAS SERIAN LAS 3 ETAPAS
1. Etapa de tensión: Durante esta etapa el varón acumula enojos y su ira va en aumento.
Se burla, humilla y muchas veces ridiculiza a la mujer que intenta calmarlo y en varias
ocasiones minimiza lo sucedido o justifica las agresiones. Se incrementa la agresividad
del varón. A medida que pasa el tiempo aumenta su irritabilidad.
Cada vez son más las cosas que desencadenan la fase de explosión.
Generalmente la mujer, con el paso del tiempo empieza a “creerse”
todo lo que él le dice. Esto genera un impacto directo en su autoestima.
Siente que no sirve para nada, que se merece el maltrato.
2. Etapa de agresión: Implica la explosión y descarga de la agresividad acumulada sobre
la víctima. El varón puede perder el control y agrede físicamente a la mujer. Se desata
la violencia física. La mujer siente impotencia y dolor.
Generalmente, a medida que pasa el tiempo estos episodios
son más seguidos y más violentos. En general en estos momentos
es cuando la mujer se acerca a pedir ayuda.
3. Etapa de arrepentimiento o “luna de miel”: En esta etapa se suspende la violencia.
Generalmente hay un pedido de perdón y arrepentimiento por parte del agresor quien se
comporta de manera cariñosa y promete que las cosas van
a cambiar y no volverán a suscitarse episodios similares.
La mujer cree en ese cambio.
A medida que pasa el tiempo esta fase dura menos tiempo.
Los momentos de calma aparente son más cortos.
Luego de conocer estas fases podemos concluir que para poder ayudar a una mujer en esta
situación lo primero y principal es mostrarse disponible, escuchándola y hacerle saber que no
se encuentra sola y es comprendida. Posteriormente de que la mujer relata la situación de
violencia que sufre o sufrio hay dos posibilidades:
● Relata una situación de violencia, pero no quiere o no es momento aún para hacer una
denuncia. Que para esto nosotros encontramos estos tips
• Escucharla y ofrecerle apoyo y contención.
•Siempre se deben respetar los sentimientos, tiempos y decisiones de la persona que
atraviesa por una situación de violencia. Cada persona tiene sus propios tiempos, por
eso no se la debe apresurar ni forzar a tomar decisiones.
•Transmitirle que es importante poner límite a la situación, informarle sobre sus
derechos (vivir sin violencia, acceso a la salud, a la educación, a la vivienda, al trabajo).
•Intentar reconocer, de a poco, los distintos tipos de violencia con ella y los estereotipos
que la atraviesan. Todo al tiempo de ella.
• Indagar sobre la red que tiene (amigas/os, vecinas/os, familiares).
•Tener presentes los recursos para ofrecerle como el patrocinio jurídico para víctimas
de violencia y asistencia psicológica.
•Tener presente que el rol que cumple la persona que acompaña es muy importante pero
no puede sustituir a los centros especializados de atención.
•Reconocer si se trata de una emergencia o una urgencia para poder intervenir de
manera adecuada.
EMERGENCIA Toda situación que requiera de auxilio inmediato por comprometer la
vida, la libertad, la seguridad e integridad de la mujer que atraviesa la situación, así como de
niñas, niños o adolescentes que allí se encuentren. Ante una emergencia, se llevan adelante
acciones no planificadas, por ejemplo:
• Si la mujer está lastimada producto de la violencia, ir al hospital o centro de salud más
cercano y pedir un certificado de las lesiones.
• Si la mujer quiere hacer la denuncia por violencia doméstica puede ir a la Oficina de
Violencia Doméstica (tener presente que la atención puede demorar un tiempo y por eso es
recomendable dejar a las/os hijas/os al cuidado de alguien de confianza). También puede
dirigirse al Centro de Justicia de la Mujer o llamar al 0800 33 347225 (FISCAL) o a la Línea
137. Ver “Recursos locales” en la página siguiente.
• Si el hecho a denunciar es fuera de la competencia de la CABA, las denuncias se realizan en
la Comisaría de la Mujer correspondiente a cada jurisdicción.
URGENCIA Es aquella situación que se presenta y permite planificar las acciones a seguir
y articular con los equipos especializados. En estos casos:
• Es importante aconsejar a la mujer que prepare la documentación (DNI propio y de hijas/os,
partidas de nacimiento, títulos de propiedad o bien que posea, medicinas habituales que
utilice, libreta sanitaria, agenda de contactos y direcciones, llaves, dinero, etc.).
• Tener preparada una muda de ropa para ella y las/los hijas/os. • Averiguar algún lugar donde
pueda albergarse la mujer y las/los niñas/niños de manera transitoria
● Está decidida a hacer la denuncia, en este caso, se la debe orientar y en la medida de lo
posible, explicar brevemente los pasos del proceso judicial.
MARCO LEGAL
Si es la primera vez que va a denunciar tiene que ir a la Oficina de Violencia Doméstica
(OVD) o al Centro de Justicia de la Mujer. Será entrevistada por un equipo especializado y
revisada para constatar lesiones, si las hubiere. Previendo que puede ser un procedimiento
extenso, es conveniente sugerirle que en lo posible que concurra sin sus hijas/os. En caso que
no tengan con quién dejarlas/os, en la Oficina de Violencia Doméstica funciona una juegoteca
de 7 a 19 hs.
La ley 26.485 reconoce los siguientes derechos a las mujeres en cualquier procedimiento
judicial:
• Recibir un trato digno que evite revictimización.
• Contar con un/a abogado/a que la represente de manera gratuita en las causas civiles.
• Ser oída personalmente por el juez/a y por la autoridad administrativa competente y que se
tome en cuenta tu opinión.
• Participar del procedimiento y ser informada acerca del estado de la causa judicial. 32 |
Dirección General de Políticas de Género.
• Recibir protección judicial urgente y preventiva cuando se encuentren amenazados o
vulnerados sus derechos.
• Oponerse a la realización de inspecciones sobre su cuerpo por fuera del estricto marco de la
orden judicial.
• Ser acompañada por alguien de su confianza en los peritajes y que sean realizados por
personal profesional especializado y formado con perspectiva de género.
Cuando la mujer denuncia, se inicia una causa civil y, si del relato surge un delito, se inicia
una causa penal aún así desde la causa civil se generan medidas de protección para garantizar
su integridad y la de hijas/os: Ejemplo, la prohibición de acercamiento y de contacto,
exclusión del hogar y si tienen hijas/os, fijar cuota alimentaria provisoria.
Resumen:
Análisis:
Al analizar las diferentes situaciones que se dan en la película, nos damos cuenta de que la
violencia presente es en base a una manifestación constante de quien es el que tiene el poder
dentro de la relación. Es decir, la violencia es un estado permanente dentro de la relación, si
bien no se presenta desde el inicio de la relación una vez que sucede el primer episodio de
violencia, ésta se vuelve constante dentro de la misma, pues el hombre busca tener pleno
control y dominio de su esposa e hija.
Se puede identificar que ante el poder y control que él quiere ejercer, se manifiesta: el uso de
la cohesión y amenaza, ya que el hombre la amenaza con quitarle a la hija, con el dinero,
entre otros; la intimidación, le dice que él es más fuerte, es “hombre” que tiene poder y
dinero, etc.; Abuso emocional, ya que ella no tiene familia, y si él no tendría nada, ni siquiera
a su hija; Aislamiento, le prohíbe ver a sus amigos, que su lugar es en la casa, cuando ella
está separada de él igual la obliga a estar aislada, pues él conoce a sus amistades y si ella se
acerca a estos lo único que conseguirá es que la encuentre; minimizar, negar, culpar, la
violencia ejercida por él se ve minimizada ante los lujos y comodidades que él le
proporciona; manipulación de los niños, si bien el no manipula a su hija si usa su figura para
manipular a su esposa; privilegios masculinos, él manifiesta que por el hecho de ser hombre
puede tener todas las amantes que quiera, y tiene pleno control y dominio sobre su familia y;
abuso económico, el mantiene la casa, cumple los “caprichos de la familia” y sin su aporte a
la familia, esa familia no existiría.
En esta canción se nos habla acerca de la madre del cantante que funciona como ejemplo de
lo que sucede a muchas mujeres en nuestro país. Se nos cuenta acerca de cómo conoció a un
hombre, el cual, con el paso del tiempo, empezó a ejercer violencia sobre ella. Como suele
pasar en estas situaciones, el nivel de violencia fue escalando poco a poco. Otra de las
similitudes que podemos encontrar en este caso con los demás de violencia doméstica contra
la mujer es que suele haber un lazo de dependencia entre el maltratador y la víctima. En
ocasiones es un motivo monetario, en este caso era un motivo tanto sentimental como de que
iba a pasar con el hijo en el caso de que se separaran. Como vimos, ella perdona sus acciones
y las minimiza creyendo que los ambos 2 sienten amor y ella está dispuesta a pasar por ello
para quedarse con él.
También están presentes las 3 etapas de las situaciones de la violencia. La primera es la etapa
de tensión, en la que se empiezan a ver señales peligrosas de conductas agresivas, como
gritos, insultos o burlas, y en donde las víctima suele justificar o minimizar lo sucedido
viéndolo como algo corriente. Esto lo vemos reflejado cuando dice “Empezaron con los
gritos, pero ella lo veía normal como algo chico”
La segunda es la etapa de agresión en donde suceden los hechos de violencia claros como
golpes. Podemos saber que esto sucede cuando el cantante menciona “Por la culpa de un
idiota que su furia desemboca en su ser. Los moretones no los tapa el rímel”
Por último está la etapa de arrepentimiento que es cuando el agresor pide disculpas y se acaba
la violencia de manera momentánea hacia la víctima la cual esta suele acepta
En conclusión, esta canción es un claro ejemplo de cómo son las relaciones violentas entre 2
personas jóvenes, el cómo funciona la mente de la víctima y del porqué continúa con el
agresor.
ENTREVISTA A UNA ESPECIALISTA
CONCLUSIÓN