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Ética y ciencias sociales

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Elizabeth Lira
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2006
Ética y ciencias sociales

Elizabeth Lira1

En Chile, las ciencias sociales experimentaron una expansión acelerada a mediados del siglo XX, la que fue
interrumpida en 1973 con el quiebre de la institucionalidad política. Una de las primeras medidas del
régimen fue la intervención militar de las universidades, restringiendo la libertad académica y la libertad de
expresión y alterando profundamente los requisitos esenciales para el desarrollo del conocimiento. Se
implantaron condiciones antiacadémicas (y antiéticas) con el pretexto de “reorganizar” y “poner orden” en
la educación superior.

En 1972, Chile había ratificado el Pacto de Derechos Civiles y Políticos así como el Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales comprometiéndose a garantizar el respeto de los derechos humanos. Sin
embargo, al decretarse en 1973 los estados de excepción constitucional se suspendieron los derechos y
garantías individuales2. Bajo estas condiciones, las violaciones sistemáticas a los derechos humanos
caracterizaron al régimen durante todo el período, generando una gran preocupación en los organismos
internacionales3. Las condiciones políticas y el clima de amenaza que caracterizó a ese período influyó en
estrechar el horizonte del quehacer académico en general y especialmente el de las ciencias sociales, la
ética y la investigación social.

Bajo ese contexto, la ética estaba referida, casi únicamente, al ámbito de lo que la UNESCO definió como
“problemas internos”. Es decir, a “la conducta inadecuada e inaceptable de los científicos”, que gira “en
torno a conceptos como la integridad, la honradez y la confianza”. Las cuestiones éticas “externas” tales
como las que “se refieren al contexto social de la ciencia”, a la independencia de los científicos, a la
responsabilidad de éstos, “a la posible utilización errónea de la ciencia y al uso perjudicial de las ciencias
de la vida” quedaron fuera4.

En este documento se analizan algunas situaciones que permiten ejemplificar la diversidad y complejidad
de los aspectos éticos a considerar en la investigación social, tanto respecto a las normas acordadas por los
códigos de ética como también respecto de las “cuestiones éticas externas” del mundo global. En función
de ello se ilustra el uso del conocimiento científico al margen de la ley nacional e internacional,
contraviniendo los principios que sustentan el desarrollo de la ciencia e incrementan las posibilidades de
violencia y destrucción sobre las personas. Finalmente queda claro que la ética de la investigación social es
deudora del marco ético de los derechos humanos tanto en lo que se refiere a los problemas “internos”
propios de los códigos de conducta ética, como a las cuestiones éticas externas propias de las condiciones
de libertad requeridas: libertad de conciencia y libertad de expresión.

Crisis de las ciencias sociales


El quehacer científico e intelectual ha sido uno de los pilares del crecimiento del país. Por más de un siglo,
Chile fue considerado uno de los países más abiertos desde una perspectiva política e intelectual5. La
libertad académica y la coexistencia de distintas visiones y enfoques caracterizaba el pluralismo en las
universidades. Las ciencias sociales se habían expandido en las décadas del 50 y 60. Se crearon carreras de,
sociología, psicología y antropología, entre otras, así como centros de investigación multidisciplinarios
dedicados a investigar problemas del desarrollo económico, social y político del país. Al mismo tiempo,
Chile era reconocido por garantizar educación primaria y secundaria pública y gratuita para la mayoría de
la población, así como por la calidad de su educación superior. La reforma universitaria de los años 1967 y
1968 había democratizado el gobierno de las universidades y había dado principal importancia a la
investigación académica y al rol de la universidad en los asuntos de interés nacional6. Muchas fundaciones
y organismos internacionales y regionales se habían establecido en Santiago, teniendo un gran intercambio
con la comunidad académica. El apoyo de esas fundaciones a la investigación en ciencias sociales se
concentraba principalmente en las universidades y en los centros de investigación creados a raíz de la
reforma. Diversos analistas señalaban esta situación de privilegio para las ciencias sociales, comentando
que en Santiago se había producido la Amás alta concentración de talento intelectual de las ciencias
sociales@ de toda América Latina7. Esa expansión terminó el 11 de septiembre de 1973.

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El régimen militar (1973-1990) intervino las universidades nombrando rectores delegados provenientes de
las fuerzas armadas, aunque los rectores en ejercicio intentaron evitarlo. El ministro de Educación
nombrado por la Junta militar, almirante Hugo Castro, anunció un proceso de Alimpieza@ en las
universidades de los elementos indeseables, tanto entre los académicos, como entre los estudiantes y
administrativos. Señalaba: “Esto no envuelve la destrucción de la autonomía de los valores universitarios
auténticos, sino que los fortalece precisamente a través de la extirpación de aquellos que tratan de sacar
ventaja de la autonomía para destruir la esencia y función de la universidad”8. Algunas universidades
fueron gobernadas por rectores militares hasta el fin del régimen9.
Las disposiciones del régimen militar sobre las universidades tuvieron un efecto devastador especialmente
sobre las ciencias sociales. El mando único en la dirección de las universidades alteró su estructura de
poder. Mediante decretos leyes se modificó la institucionalidad de la educación superior, de la Comisión
Nacional de Ciencia y Tecnología y de los colegios profesionales10. El cierre o reestructuración de algunas
carreras y centros de investigación social fueron justificadas argumentando la necesidad de una
reorganización general a fin de recuperar el orden y restaurar los Averdaderos valores de la universidad@11.
La “reorganización” en el ámbito de las ciencias sociales se tradujo en la censura sobre determinadas
materias, programas y autores, prohibiendo el acceso a sus libros. La purga política de las ideas y las
personas se hizo extensiva a las mallas curriculares, las que fueron modificadas en casi todas las disciplinas
de las ciencias sociales, con las consecuentes dificultades de los alumnos para reanudar sus estudios y
validar las materias aprobadas en los años anteriores. Una consecuencia inmediata fue la autocensura de la
mayoría de los académicos, empobreciendo la enseñanza, la producción intelectual y el pensamiento
científico12.
La “depuración” anunciada por el ministro de Educación dio lugar en algunas universidades a una Acaza de
brujas@ que se manifestó en la intimidación directa de las personas y en los despidos de académicos y
personal administrativo, así como en la expulsión de estudiantes13. Un número no precisado de académicos
y de estudiantes fue detenido sin orden de detención y sin presentar cargos en su contra. Muchos de ellos
fueron torturados y otros desaparecieron14. Un gran número debió partir al exilio. El apoyo de organismos
internacionales permitió el éxodo de un gran número de cientistas sociales jóvenes como de profesores de
gran trayectoria hacia centros académicos en el extranjero, favoreciendo inicialmente su inserción dentro de
América Latina15.
El discurso de las autoridades hablaba de restauración y reorganización, señalando en todo momento que
solamente quedarían fuera de la universidad los Aelementos indeseables”. Bajo esa calificación casi todos
podían considerarse vigilados y vulnerables. Una consecuencia inicial fue la desconfianza generalizada, el
sometimiento y el miedo16. Otra consecuencia fue la reducción, supresión o reorientación de la
investigación social según las condiciones de cada disciplina. Estudiantes y profesores no tuvieron otra
posibilidad inmediata que someterse a los hechos consumados y sortear los conflictos y las dificultades de
las nuevas condiciones políticas. Generaciones de estudiantes se formaron en universidades Avigiladas@ sin
exponerse al debate de las ideas. El ámbito de lo que podía ser pensado especialmente en temas
económicos, políticos y sociales era reducido y eventualmente censurado y se carecía de la libertad de
expresión necesaria para el desarrollo académico17. Sin embargo, a pesar de todas las medidas
implementadas y del control ejercido, el carácter regresivo de esa política general tuvo distintas fisuras y
generó progresivamente formas de resistencia que ampliaron los ámbitos de libertad académica, a pesar de
la falta de libertad de expresión y de pluralismo intelectual. Consistentes con las particularidades de cada
disciplina, un cierto número de investigadores, según sus temas y objetivos pudo mantener su trabajo
científico y académico bajo esas condiciones.
Muchos de los académicos y científicos despedidos se desplazaron hacia organismos privados y se
crearon organismos no gubernamentales dedicados a la investigación. La mayoría de ellos se organizaron
intentando retener las capacidades profesionales y académicas y creando condiciones que permitieran a los
investigadores permanecer en el país. Gran parte de la investigación social de ese período se orientó al
análisis crítico de las políticas en desarrollo y de problemas coyunturales agudizados por dichas políticas.
Esos centros dependieron de la capacidad de los equipos de investigadores para organizarse eficazmente en
función de producir estudios de alta calidad y lograr el financiamiento necesario para realizarlos. Al cabo
de un tiempo los centros y sus investigadores alcanzaron reputación y reconocimiento y lograron los fondos
necesarios para continuar desarrollando sus estudios. Después de los noventa, algunos de esos centros se
cerraron, otros se integraron a algunas universidades y otros continuaron como centros independientes18. La

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mayoría de los profesionales y académicos de los centros que se cerraron, migraron a las universidades o se
incorporaron al gobierno y a la actividad privada.
Las condiciones sociales y políticas de la transición, principalmente la vigencia del estado de derecho y de
las libertades públicas, la incorporación de nuevas generaciones de cientistas sociales a distintos ámbitos de
la investigación social fueron elementos que contribuyeron a generar mejores condiciones para las ciencias
sociales. A ello contribuyó también la fundación de nuevas universidades a lo largo del país, así como el
retorno de algunos profesionales y académicos desde el exilio. La cooperación internacional así como las
iniciativas nacionales de las instituciones del Estado posibilitaron también un mayor desarrollo de la
investigación en las distintas disciplinas.
El paso del tiempo ha desvanecido la percepción pública de las medidas represivas del gobierno militar en
el ámbito académico, aunque posiblemente para algunos esas consecuencias son invisibles y para otros
llegaron a ser imborrables al incidir sobre el rumbo de sus vidas, de su trabajo y de sus intereses e incluso
de su permanencia en el país. Tal vez un elemento significativo para evaluar esas consecuencias sea el
escaso número de investigadores en las distintas disciplinas de las ciencias sociales y la falta de
mecanismos estables para aumentar la masa crítica de sus investigadores.
El contexto político y académico descrito facilitó que la ética de la investigación se circunscribiera a las
normas que regulan las conductas y procedimientos de los investigadores, prescindiendo de las condiciones
políticas y académicas reales y de sus restricciones. Precisamente por esas circunstancias, el énfasis formal
en las normas éticas y en los procedimientos que las garantizan, como es el caso del “consentimiento
informado” como un derecho humano básico, tuvo un mayor desarrollo en algunas disciplinas, aunque diste
todavía de estar debidamente incorporado en todas ellas. Finalmente, cabe decir que la breve historia
esbozada en las páginas anteriores es aún fragmentaria, debido a la dispersión y escasez de información,
así como a la falta de estudios históricos sobre el crítico proceso que afectó a ese sector.
En contraste con lo que sucedía en Chile, otros científicos, en nombre de la ética reivindicaron en primer
lugar el respeto por los derechos humanos como principio rector de la convivencia humana. La noción de
responsabilidad de los científicos de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias [American
Association for Advancement of Sciences] (AAAS) mostró las otras dimensiones que no podían ser
ignoradas al reflexionar sobre la ética en las ciencias sociales. Esa organización creó el comité permanente
de “Libertad y Responsabilidad Científica” como una reacción ante las violaciones de derechos humanos
en América Latina y en otras regiones del mundo que se encontraban bajo regímenes militares, dictaduras y
gobiernos represivos. A esas violaciones se sumaban las restricciones políticas y académicas a la educación
superior y a la investigación científica; las persecuciones a los científicos; las restricciones a la libertad de
expresión y la intolerancia que conducía a la exclusión de las ideas. Según la AAAS la ética es una
dimensión principalmente social y el desarrollo de las ciencias y de la investigación, especialmente de las
ciencias sociales requiere de libertades públicas y del respeto por los derechos humanos como condiciones
fundamentales para su desarrollo19.

Algunas definiciones
La ética, de manera general, implica distinguir entre el bien y el mal; la moral se refiere a las normas de
conducta y su cumplimiento depende, en último término, de la conciencia de cada cual20.
La ética de la investigación se funda en la competencia de los investigadores para las tareas que realizan y
en los estándares éticos que estos aplican durante el proceso de investigar. El ejercicio de la actividad
científica se rige por la legislación vigente y por las normas específicas sobre los estándares éticos que son
conocidos como códigos de ética de cada profesión o disciplina. Forma parte de las responsabilidades
sociales de los colegios y asociaciones profesionales ejercer la tuición ética sobre el ejercicio profesional de
sus afiliados y de la profesión en general.
En este documento entendemos la ciencia como un tipo particular de actividad intelectual orientada a la
producción de conocimientos y técnicas, basada en formas de indagación sistemática, que descansa
principalmente en las aptitudes, entrenamiento y experiencia de los científicos.
La UNESCO estableció “la palabra ciencia designa el proceso (…) en el cual la humanidad (…) hace un
esfuerzo organizado mediante el estudio (…) de fenómenos observados para descubrir y dominar la cadena
de causalidades (…) y reúne en forma coordinada los resultantes subsistemas de conocimiento por medio
de la reflexión sistemática y la conceptualización (…) y se da así la posibilidad de utilizar para su propio
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progreso, la comprensión de los procesos y de los fenómenos que ocurren en la naturaleza y en la
sociedad21.

Marco ético de la investigación social: Los derechos humanos

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A lo largo de la historia, la ciencia se ha puesto al servicio de los objetivos que los seres humanos se han
trazado en distintos momentos y épocas; los temas estudiados han dependido de las motivaciones y
prioridades de quien investiga, pero simultáneamente también de las prioridades políticas que definen el rol (y
el financiamiento, entre otras cosas) de la ciencia y la tecnología a nivel nacional e internacional.
Durante el siglo XX los conflictos políticos, los regímenes dictatoriales, las guerras y la disputa por la
hegemonía mundial sometieron a prueba las nociones sobre el bien común y las garantías de los derechos de
las personas. Las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945 mostraron la capacidad destructiva
del poder nuclear, produciendo devastación y muerte. Sus secuelas continúan constatándose hasta hoy. Este
hecho cuestiona la pretendida neutralidad del quehacer científico y demuestra que puede ser usado para el
bien o para el malxxii. Las atrocidades cometidas por el régimen nazi conocidas ampliamente después de 1945
influyeron decisivamente en la preocupación sobre la ética, las ciencias, la política y los derechos humanos de
los años siguientes y hasta hoy. Esas atrocidades cometidas en nombre de la ciencia causaron una enorme
conmoción. El impacto en la conciencia de los científicos a nivel mundial dio origen, en 1947, al Código de
Nürembergxxiii. Fue el primer Código Internacional de Ética para la investigación con seres humanos y uno de
sus objetivos fue impedir que las violaciones de derechos de las personas se justificaran en nombre del interés
científico.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) formó parte de la reacción política de los Estados
con el propósito de prevenir y asegurar el respeto de esos derechos en el futuro. Los Estados firmantes se
obligaron a garantizar su cumplimientoxxiv. Inmediatamente después las Naciones Unidas iniciaron un proceso
de adopción de instrumentos internacionales sobre derechos humanos con el fin de precisar las obligaciones
contraídas y su seguimiento. El Pacto de Derechos Civiles y Políticos (1976)xxv y el Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales(1976) fueron creados para comprometer a los Estados Partes a garantizar
el ejercicio de los derechos allí enunciadosxxvi.
En 2003, el tercer informe de Chile dando cuenta del cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales destacó la importancia de los derechos humanos Acomo un marco ético
capaz de trascender el ámbito de los derechos civiles y políticos, extendiéndose al ámbito del desarrollo@xxvii.
Según el informe se trata de Auna nueva forma de ver el desarrollo, con una perspectiva basada en derechos,
donde los derechos económicos, sociales y culturales se han ido asumiendo como un marco ético para la
definición de políticas económicas y sociales@xxviii. El informe subrayó la relevancia de este marco ético a
cautelar en la legislación nacional y en las políticas, así como en las distintas actividades productivas y
sociales del país, entre las que se encuentra la ciencia y la tecnología.
Es preciso decir que los derechos humanos se constituyeron en un referente universal y globalizado para
Chile, mucho antes de que los efectos de la globalización se hicieran visibles en otros ámbitos de la
producción del conocimiento, pero, a pesar de ello, su cumplimiento efectivo es vulnerable, como se puede
apreciar en la restricción de las atribuciones legales de los colegios profesionales en el pasado reciente. Los
colegios profesionales fueron privados de ejercer la tuición ética de la profesión durante el régimen militar
debido a nuevas disposiciones legales sobre los gremios (1979)xxix. Entre otras medidas se eliminó la
afiliación obligatoria y la tuición ética del ejercicio profesionalxxx. Las reformas constitucionales efectuadas
en 2005 permitieron a los colegios profesionales recuperar esas funciones. Pero, )Qué implicaciones tiene
actualmente la tuición ética del ejercicio profesional? )A qué ámbitos se refiere? )Sobre quiénes se aplica?
)Qué grado de conocimiento y de inclusión se tiene en el ámbito científico y profesional acerca de los
derechos humanos como marco ético de la conducta profesional y ciudadana? )Cuáles son las implicaciones
de los derechos humanos en función del Adesarrollo@, como fuera señalado en el informe de Chile en 2003 ya
mencionado? )Los derechos humanos son el marco ético de la investigación social en Chile?

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Ética e investigación social: situaciones y contextos


La aproximación a la ética que predomina en el ámbito profesional y científico suele basarse en la
formulación de algunos principios, para luego, a la luz de casos y situaciones concretas, normar los
procedimientos y la conducta de los científicos y profesionales ante cada situación. Como ya se dijo antes,
esas consideraciones pueden ser un logro importante. Sin embargo, )Cuáles son esas normas y
procedimientos en cada una de las ciencias sociales? )Cómo se opera en la práctica? La pregunta por la ética
en la investigación con seres humanos conduce a los requerimientos del Aconsentimiento informado@,
procedimiento utilizado para proteger los derechos de los participantes, sean estos informantes calificados,
sujetos observados o participantes en alguna calidad específica. Ese procedimiento proviene de la bioética.
Sin embargo, como todas las normas pueden cumplirse de acuerdo a la letra pero no siempre reconociendo el
sentido que dichas normas tienen.
Considerando los principios cautelados y su propósito, cabe preguntarse como funciona en las investigaciones
)cuanto se informa realmente al entrevistado acerca de la investigación y sus objetivos para que autorice por
escrito su propia participación en el estudio, es decir, para que acepte ser observado o interrogado acerca de
asuntos de su vida laboral o de su vida privada? )Con cuanto detalle se le informa? )Quién es responsable de
informar? )Se informa con más detalle a una persona que tiene conciencia de sus derechos de otra que no la
tiene? )Se le explica que es una forma de reconocer sus derechos o se le dice que la autorización que se le
solicita es un mero trámite para cumplir con los requisitos del estudio? )Se le explican los compromisos
recíprocos que implica dar su consentimiento? )Qué otras consideraciones éticas habría que tener presente
cuando se investigan asuntos que afectan vitalmente a los entrevistados? Posiblemente estas y otras preguntas
análogas que describen algunos de los dilemas éticos inherentes al proceso de investigación pueden parecer
obvias e innecesarias, sorprendentes, pertinentes o indispensables de acuerdo a la experiencia de cada cual.
Hay situaciones que son comunes a toda investigación y otras específicas según el tema investigado, el
enfoque y la disciplina. Pero es indudable que el consentimiento informado es un procedimiento que implica
establecer una relación de respeto por la persona que participará en el estudio, por su dignidad y sus derechos.
Es preciso tener claro que el consentimiento informado establece casi siempre las condiciones mínimas para
garantizar esos derechos, pero es preciso diferenciar nítidamente el cumplimiento meramente formal de este
procedimiento y la acción explícita de reconocimiento del otro y sus derechos.
Una de las modalidades más comunes de investigación social son las Aconsultorías@, caracterizadas como
investigación contratada, que suele ser realizada por Universidades y organismos no gubernamentales para
empresas, instituciones privadas o para el Estado (Ministerios y Servicios públicos). Por lo general son
estudios breves y focalizados, a veces licitados en concursos públicos, a veces solicitados por la institución o
empresa contratante. Esta modalidad representa una parte importante de las investigaciones sociales que se
realizan en el país en temas muy variados como delincuencia, seguridad ciudadana, consumo de drogas,
violencia doméstica, maltrato infantil, estudios medioambientales y otros. Casi siempre el contrato establece
restricciones a la propiedad intelectual de los autores, limitando la difusión del estudio, sin que
necesariamente esto implique que serán publicados por la institución contratante. La no publicación de estos
estudios los sustrae del conocimiento de sus pares y de la necesaria evaluación acerca de su calidad y
pertinencia. Algunos resultados pueden ser utilizados como insumos de políticas públicas, a pesar de sus
restricciones, pero otros pueden terminar en un informe sin difusión alguna. Si la institución contratante es
una dependencia del Estado, el informe podrá ser consultado años después en el Archivo Nacional. Algunos
contratos introducen algunas consideraciones éticas, pero no es habitual que el proyecto de investigación
presentado sea analizado previamente por un comité de ética en las instituciones involucradas. Por esta razón,
la ética del estudio así como la validez de sus resultados casi siempre dependen únicamente de la solvencia y
competencia de los investigadores responsables. Cabe preguntarse entonces )Cuál es el marco ético de una
investigación contratada más allá de la responsabilidad propia de los investigadores que la realizan? )Qué
consideraciones éticas deben tenerse en cuenta acerca de los resultados y de su utilización? )Hay diferencias
en esas consideraciones si el contratante es el Estado, una empresa nacional o una empresa extranjera? )Si los
autores forman parte de una consultora, de una ONG, de una unidad académica en alguna universidad? )Si
los resultados del estudio tienen implicaciones para los sujetos de la investigación? )De quién es la
responsabilidad última?
El tema de la investigación es un asunto que debe ser considerado en su mérito. La historia de conflictos
políticos y sus consecuencias ha dado impulso a una corriente de estudios referidos al pasado reciente que se

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reconocen bajo la denominación genérica de estudios sobre la memoria. Suelen ser interdisciplinarios o bien,
son llevados a cabo por investigadores de alguna disciplina de las ciencias sociales, especialmente por
historiadores, sociólogos, antropólogos o psicólogos. Utilizan distintas fuentes, pero casi siempre el
testimonio de los sobrevivientes es la fuente principal. El pasado que se investiga es doloroso y muchas veces
traumático para quienes lo vivieron. La indagación sobre las historias de vida de quienes han sido
protagonistas, observadores, víctimas, o participantes pasivos de procesos políticos que han marcado sus
vidas y las de sus familias ha sido fundamental para el desarrollo de este ámbito de investigación. También
para la documentación y registro de lo sucedido. Es decir, la memoria y la vida de las personas ha sido la base
de la memoria social e histórica sobre acontecimientos que han conmovido a muchas sociedades. Este ámbito
temático con estas características ha tenido un gran desarrollo en Europa después de la segunda guerra
mundial y ha adquirido dimensiones crecientes en América Latina en la última década. Cabe preguntarse si
en estos estudios )Es suficiente el consentimiento informado para proceder a entrevistar y registrar estas
historias? )Habría que tomar en consideración otros aspectos que no están incluidos en el diseño de
aceptación de la entrevista? )Tiene algún beneficio para el entrevistado Arecordar@ los hechos dolorosos de
su vida? )Podría dañarlo o retraumatizarlo? )Puede afectar a quien investiga escuchar y procesar
experiencias tan extremas? )Cualquier investigador es competente para llevar a cabo ese tipo de estudios?
)Qué consideraciones habría que tener presente para garantizar los derechos de los entrevistados y de los
investigadores? Algunas de estas preguntas dan cuenta de dilemas éticos que provienen de distintos ámbitos y
requieren ser analizados con más detalle, aunque el cumplimiento de las normas sea formalmente
satisfactorio.

Validez científica de la investigación: una polémica abierta


No podría quedar fuera de una reflexión sobre la ética de las ciencias sociales la polémica sobre la validez
científica de los métodos y de los resultados. Las ciencias sociales en su origen dieron lugar a una polémica
filosófica y metodológica acerca de las condiciones que constituyen y otorgan calidad Acientífica@ a la
investigación en ciencias socialesxxxi. La discusión acerca de la Ainterferencia@ de la subjetividad en el
quehacer investigativo calificado como científico tomó años. Diversos hallazgos originados en distintas
disciplinas demostraron que toda observación incluye la mirada del observador y lo que ella conlleva,
redefiniendo las nociones de objetividad vigentes durante casi dos siglos. La inclusión explícita de las
premisas de quién investiga (teóricas, metodológicas, ideológicas) ha contribuido a una redefinición mucho
más compleja de la noción de Aobjetividad@ que fue durante años un sinónimo de Averdadera@ ciencia. Hoy
resulta obvio que las condiciones de los investigadores, su disciplina, su contexto, su saber y experiencia, sus
creencias y valores construyen esa mirada particular que hace Avisible@ el objeto durante el proceso de
investigación, mirada que forma parte de ese proceso.
El cuestionamiento de los paradigmas de la ciencia positiva ha generado nuevos enfoques en distintas
disciplinas. Se ha abordado la realidad social fragmentándola con fines metodológicos; se han utilizado
combinaciones de metodologías cuantitativas y cualitativas; se han tratado de manera ecléctica las
oposiciones teóricas y metodológicas. Nuevas teorías han cuestionando las visiones precedentes acerca del
conocer y se han propuesto perspectivas multidisciplinarias impensadasxxxii. Estas discusiones han facilitado
el cuestionamiento del autoritarismo de la ciencia acerca del conocimiento y su rol social (y político). Han
cuestionado las nociones de objetividad y por cierto, de neutralidad, lo que ha contribuido a esclarecer los
límites de la investigación y los riesgos de transformarla en una forma de practicar teorías sin avanzar en
nuevos conocimientos. Todo ello puede redundar en la calidad de los resultados, su relevancia, su
contribución al desarrollo del conocimiento y la posibilidad de constituirse en insumos para las políticas
sociales en distintos ámbitos. Por ello, el discernimiento acerca del uso de teorías y metodologías concierne a
la responsabilidad del investigador y a su competencia y se constituye indudablemente en un problema ético.

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Responsabilidad social y aplicación de los resultados


Las declaraciones sobre la ciencia suelen dar por sentado que el conocimiento promoverá el desarrollo,
permitirá fundamentar las políticas sociales y contribuirá a mejorar la calidad de vida de los seres humanos,
entre otras cosas, sin embargo la relación no es directa ni inmediata. En la recomendación de UNESCO sobre
el quehacer de los científicos en 1974, la investigación científica es considerada una inversión pública de
largo plazo, que deben asumir los Estados y que debe ser difundida a la opinión pública a fin de garantizar su
permanencia en el tiempo. Según la UNESCO se requiere, entre otras condiciones, “que los científicos
puedan trabajar con un espíritu de libertad intelectual para exponer y defender la verdad científica según la
entiendan”. Se señala también que los científicos tienen el derecho y el deber de “contribuir a definir los fines
y los objetivos de los programas en cuya ejecución trabajen y a determinar los métodos que se hayan de
adoptar, que deberían ser aceptables desde los puntos de vista humano, social y ecológico”. De “expresarse
libremente sobre el valor humano, social y ecológico de ciertos proyectos y, en última instancia, retirarse de
ellos si su conciencia así se lo dicta”. Y “contribuir de una manera positiva y constructiva a la estructura de la
ciencia, la cultura y la educación en su propio país, así como a la consecución de los objetivos nacionales, al
aumento del bienestar de sus conciudadanos”xxxiii. Ese marco general representaba una visión y definía una
normativa que ha sido vulnerada de muchas maneras en las últimas décadas, al utilizar los resultados de
algunos estudios al servicio de políticas de control y sometimiento en distintos países.

Tal como quedó en evidencia con el lanzamiento de la bomba atómica en 1945, muchas investigaciones han
estado dirigidas a usos bélicos. Durante la guerra fría numerosas investigaciones se orientaron a perfeccionar
las técnicas de interrogatorios de prisioneros, argumentando el bien común de la humanidad y han continuado
hasta el presente bajo la justificación de la lucha internacional contra el terrorismo.
La psicología ha sido una de las ciencias que ha contribuido significativamente en este ámbito. Es preciso
destacar que la ética es muy importante en la formación y en el ejercicio profesional de los psicólogos en
cualquiera de las especialidades; el ejercicio profesional se regula por normas escritas que se refieren a todos
los ámbitos del quehacer profesional y científico en los países donde existe la profesión. En relación al
quehacer clínico se han establecido distintas formas y procedimientos para el resguardo ético de la relación
profesional, principalmente en el ámbito terapéutico, aspectos que se vinculan a la buena práctica profesional
y cuyos orígenes se encuentran en la ética médica. En las investigaciones se utilizan las normas de
bioéticaxxxiv. Sin embargo, estos estrictos cánones han sido transgredidos en el siglo XX por numerosos
investigadores antes y después de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, llevando a cabo
estudios destinados a mejorar la eficiencia de modalidades sofisticadas de interrogatorio y tortura. Igual cosa
ha ocurrido con los estudios sobre métodos para exacerbar las ansiedades, miedos y deseos en las personas y
grupos bajo operaciones de guerra psicológica combinando refinados estudios clínicos con los métodos de
otras especialidades de la psicologíaxxxv. La información sobre este tipo de investigaciones ha sido actualizada
recientemente en relación con las denuncias sobre el trato de prisioneros en Irakxxxvi. Estos sucesos han
desencadenado una polémica política y científica en Estados Unidos durante 2005 y 2006xxxvii. El desarrollo
de esta polémica ha confirmado que los resultados científicos aplicados al terror y a la coerción han sido
producidos en una larga cadena de conocimientos acumulados durante siglos, sistematizados y actualizados
mediante los recursos tecnológicos contemporáneos en laboratorios universitarios y en las de instituciones del
Estado. Evidencia también que la ética ha sido una dimensión prescindible y, en el mejor de los casos, un
factor adicional y superpuesto, y no un elemento intrínseco al trabajo científico enmarcado en nociones
explícitas acerca del bien común y de los derechos de las personas. Esta polémica demuestra una vez más que
la ética no es un asunto que pueda restringirse a la moral privada del investigador, prescindiendo del contexto
político y del significado y ámbito de los temas de su investigación.
Introducir una mirada crítica sobre estos estudios permite amplificar los dilemas éticos y políticos
del quehacer científico. En los países en desarrollo los recursos destinados a la ciencia son escasos y, por
tanto. investigaciones sofisticadas como las mencionadas anteriormente tienen muy pocas posibilidades de
desarrollarse y ser financiadas. Sin embargo, es precisamente la globalización la que desdibuja las fronteras y
amplifica las repercusiones de estos resultados más allá de las intenciones de las y los científicos que trabajan
en sus países en asuntos aparentemente no vinculados a usos bélicosxxxviii.

Regulaciones internacionales sobre la investigación científica


El Consejo de Investigación Económica y Social (Economic and Social Research Council) establece varios

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principios que deben ser respetados en la investigación científica donde quiera que sean aplicablesxxxix. Estos
principios señalan que toda investigación debe ser diseñada, revisada y evaluada para asegurar su integridad y
calidad. El equipo de investigación así como los sujetos del estudio deben ser informados cabalmente acerca
del propósito, los métodos y los usos posibles de la investigación. Cada uno de los que formará parte de la
investigación deberá conocer en detalle cual es la participación que le corresponderá y qué riesgos implica, si
los hay. Debe garantizarse el anonimato de los sujetos del estudio y la confidencialidad de la información
proporcionada por ellos. Los participantes en la investigación deben hacerlo voluntariamente, libres de toda
coerción y deben estar a cubierto de sufrir algún daño a causa de su participación. La independencia del
estudio debe estar clara. Debe explicitarse cualquier conflicto de intereses o situación que pueda afectar a su
imparcialidad.
En la mayoría de estos planteamientos se hace referencia a los principios éticos básicos en la investigación en
seres humanos: a) Respeto, señalándose que Alos que tienen libre determinación, deben ser tratados de
manera autónoma, y a los que carecen de esta por incapacidad mental o física, falta de educación,
encarcelamiento o inestabilidad económica tiene derecho a precauciones adicionales@. b)Beneficencia, se
refiere a que se deben maximizar los beneficios y reducir al mínimo el posible daño a los participantes. c)
Justicia. Los científicos deben asumir la responsabilidad de diseñar estudios Aque distribuyan equitativamente
los riesgos y beneficios que generaría la participación en la investigación@.
La reciente “Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos” del 19 de octubre de 2005,
patrocinada por UNESCO traduce esos principios a la complejidad de las condiciones del desarrollo,
integrando a ellos las disposiciones internacionales sobre los derechos de las personas. Entre otras cosas se
afirma que “la sensibilidad moral y la reflexión ética deberían ser parte integrante del proceso de desarrollo
científico y tecnológico y de que la bioética debería desempeñar un papel predominante en las decisiones que
han de tomarse ante los problemas que suscita ese desarrollo; Considerando que es conveniente elaborar
nuevos enfoques de la responsabilidad social para garantizar que el progreso de la ciencia y la tecnología
contribuye a la justicia y la equidad y sirva el interés de la humanidad….”, se declara que uno de los
objetivos de esta declaración es “reconocer la importancia de la libertad de investigación científica y las
repercusiones beneficiosas del desarrollo científico y tecnológico, destacando al mismo tiempo la necesidad
de que esa investigación y los consiguientes adelantos se realicen en el marco de los principios éticos
enunciados en esta Declaración y respeten la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades
fundamentales”xl.

Esta declaración abre posibilidades para integrar las normas éticas y las prácticas científicas tomando en
cuenta los contextos de trabajo e investigación así como los contextos políticos. La Declaración, en su
propuesta, enfatiza temas y procedimientos que pueden permitir la superación del cumplimiento formal de la
“letra” de las normas, reviviendo su espíritu y dando sentido a la norma en la actividad y en la relación
humana. Sin embargo, esta proyección requiere de una comunidad científica capaz de dilucidar las
dimensiones específicas de su responsabilidad social de acuerdo a sus circunstancias históricas y políticas.

10
2006

NOTAS

1
Psicóloga. Investigadora Centro de Ética. Universidad Alberto Hurtado. Presidente del Consejo Superior de Ciencias de
Fondecyt (2005-2006).
2
El estado de guerra fue declarado mediante el ¡Error! Sólo el documento principal.Decreto Ley Nº 5 de 1973 “Declara que
el estado de sitio decretado por conmoción interna, en las circunstancias que vive el país, debe entenderse ‘estado o tiempo de guerra’
para los efectos de lo dispuesto en tales casos por el Código de Justicia Militar y demás leyes penales; modifica el Código de Justicia
Militar, la Ley 12.927 sobre Seguridad Interior del Estado y la Ley 17.798 sobre Control de Armas. Publicado en el Diario Oficial Nº
28.657 de 22 de septiembre de 1973.
3
CCPR/C/95/Add.11 Cuarto informe periódico: Chile. 02/12/98. Consideración de informes de acuerdo con el artículo 40
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos Nº 4.
4
UNESCO: Informe del director general sobre la conveniencia de elaborar una declaración internacional sobre la ética de
la ciencia que siente las bases de un código de conducta ético para los científicos. Conferencia General. 33a reunión, París, 8 de octubre
de 2005. http://portal.unesco.org/es
5
Ver de Jeffrey Puryear AHigher Education, Development Assistance, and Reppresive Regimes@. A Ford Foundation
Reprint, 1983. Documento adaptado de un artículo del mismo nombre publicado en Studies of Comparative International Development.
Vol. 17, N° 2. Con el permiso de Transaction Inc. Copyright8 1982 by the Georgia Institute of Technology. P.2. Jeffrey Puryear estuvo
a cargo de la región del Cono Sur (Uruguay, Argentina y Chile) entre 1973 y 1978, como oficial del programa para países en desarrollo
de la Fundación Ford.
6
Los rectores y el consejo superior empezaron a ser elegidos por los estamentos académicos, administrativos y estudiantiles.
7
Puryear, Op. cit. P. 3. Menciona que el aporte de la Fundación Ford a la Universidad de Chile se realizó en el marco de un
compromiso por 10 años iniciado en 1965, donando un millón de dólares por año. De acuerdo a las cifras entregadas en el documento
citado, durante 1973 la donación de la Fundación Ford para universidades y centros de investigación en Chile fue de 6 millones de
dólares. (P. 4).
8
El Mercurio,3 de octubre de 1973. Citado en Paul P. Meyers. “La intervención militar de las universidades chilenas”.
Mensaje, 24(241): 379-384, ago 1975.
9
Ver en Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Informe sobre Chile (1988) Párr. 205. ACon respecto a los
rectores de universidad, aclaró que no quedaban más que dos rectores delegados militares@. en Compilación de observaciones finales del
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales sobre países de América Latina y el Caribe (1989-2004) publicado en Santiago,
2004 por PNUD y Alto Comisionado para los Derechos Humanos. En 1988 había 23 universidades en el país de las cuales solamente 9
eran privadas.
10
Ver John Walsh “New University Law in Chile”, Science, 27, marzo, 1981, P. 1403.
11
El art.1, del DL 139 de noviembre de 1973 establece los fundamentos para “poner término discrecionalmente a los
servicios de los personales de su dependencia cuando sea necesario para los intereses superiores, el normal funcionamiento de esos
institutos de Educación Superior y las reestructuración de ellos”. El DL Nº 111 (Diario Oficial Nº 26.696, 8, noviembre, 1973); el DL
493 (4, junio, 1974). Posteriormente los despidos se justificaron en varios decretos de la Junta de Gobierno, en virtud de las facultades
discrecionales que confería el Decreto Ley Nº 1321 de 1976, en relación con los decretos leyes Nos 762 de 1974, y el Nº 139 de 1973 ya
mencionado y modificado por el DL Nº 1412 de 1976. En los decretos posteriores a 1973 se establecía la renovación de las facultades
otorgadas a los rectores delegados de las universidades chilenas reconocidas por el Estado y sus alcances.
12
Entre otras imágenes públicas y publicitadas las hogueras de libros en las torres de San Borja fueron una expresión
simbólica de esa limpieza.Ver de Ascanio Cavallo, Manuel Salazar y Oscar Sepúlveda La Historia oculta del régimen militar. Santiago,
Ed. La Época, 1988, 13.
13
Se estimaba que un 30 a 35 % del personal docente había sido despedido en las universidades chilenas entre 1973-1976.
Ver también de Eric Stover “Condiciones de los derechos humanos en Latinoamérica” en Los derechos humanos y la cooperación
científica. Informe del Seminario de la AAAS, Editores Eric Stover y Kathie McClesky, Washington, 1982.Pp.84-86; Ver de John Walsh
“New University Law in Chile”, Science, 27 de marzo de 1981, P. 1403. También de Jaime Ruiz Tagle “Universidades: De las purgas a
la privatización”. Mensaje, 29, N° 287 mar-abr 1980: 92-95.
14
Informe Rettig 2ª Parte, Capítulo II, 6. http://freespace.virgin.net/nicole.drouilly/rettig.htm
15
El Servicio Universitario Mundial (World University Service),la Fundación Ford y otras fundaciones y organismos
participaron en iniciativas de apoyo a los académicos despedidos. Las cifras más conservadoras mencionan cerca de 300 académicos
reubicados en universidades y centros de investigación dentro de América Latina. Ver también el artículo de Jeffrey Puryear, Pp.5 y 20-
21.
16
En la Universidad de Chile se instalaron 36 fiscales designados por el rector militar, el general de la Fuerza Aérea César
Ruiz Danyau para escuchar los cargos contra el personal académico y decidir su destino. Ver Paul Meyers E. ALa intervención militar de
las universidades chilenas@. Mensaje, 1975, N° 241: 380-384 y Fleet, Michael AAcademic Freedom and University Autonomy in
Chile@. Newsletter of the Latin American Studies Association, 8, 2: 23-38.
17
Ver: AUniversidad Católica de Chile. Así fue la razzia UDI@. El periodista Año 2, N.41, Domingo 3 de Agosto de 2003.
18
Sobre los organismos no gubernamentales ver de Loveman, Brian. “NGOs and the Transition to Democracy in Chile”,
Grassroots Development, the journal of the Inter-American Foundation Vol 15:2, 1991, p 8- 30
http://www.iaf.gov/publications/Journal/1991_15_3_en/Vol.15_No3_91-Eng.pdf
19
Hacia 1980 AAAS (Asociación Americana por el Avance de las Ciencias) era la federación más extensa de sociedades
científicas e ingeniería en el mundo, con 139 mil miembros individuales y 287 instituciones afiliadas. Ver de John T. Edsall (profesor de
Bioquímica de la Universidad de Harvard) Scientific Freedom and Responsibility. Report on the Committee of Scientific Freedom and
Responsibility. American Association for the Advancement of Sciences, 1975. Este Comité coordinó sucesivas visitas de científicos a
Chile, incluyendo entre ellos a varios Premios Nobel, quienes manifestaron a las autoridades del país su preocupación por la situación de
los académicos perseguidos y encarcelados; por las violaciones de derechos humanos como práctica sistemática y por la falta de libertad
académica. Excede el propósito de este trabajo detallar esas actividades. Sin embargo, entre ellas cabe mencionar en 1981 la visita del

11
2006

Dr. Jonathan Fine y el Dr. James Koopman en representación de AAAS, y de la American Public Health Association, la Nacional
Association of Social Workers, de Physician Forum y del Comité de Emergencia para la defensa de los trabajadores médicos chilenos,
procurando la libertad de tres médicos que se encontraban incomunicados por más de 20 días (los doctores Manuel Almeida, Patricio
Arroyo y Pedro Castillo). Más detalles en el artículo de Eric Stover “Derechos Humanos, libertad y responsabilidad científicas” en el
libro publicado por. Asociación Americana para el Avance de las Ciencias. (AAAS) Comisión sobre Libertad y responsabilidad
científicas Los derechos humanos y la cooperación científica Pp. 33 y 43 y 44. En1985 representantes de American Psychiatrist
Association, American Psychological Association, y Physicians and Surgeons Association visitaron el país con el fin de conocer las
condiciones del ejercicio profesional y las condiciones académicas de sus pares, así como las situaciones de violaciones de derechos
humanos que habían afectado a algunos académicos. Los representantes del Committee on International relations in Psychology, de la
American Psychological Association (APA) entregaron su informe en el 94th Annual Meeting de APA, Washington, August, 1986:
“Fear and repression in Chile - Report on Human Rights Fact Finding Mission”.
20
Según Kohlberg, la conducta se regula inicialmente por castigos y premios, luego por desaprobación y aprobación para,
finalmente, regirse por conceptos de derechos y justicia. Ver Lawrence Kohlberg Essays on Moral Development: The Philosophy of
Moral Development. New York. Harper and Row, 1981.
21
“Recomendación relativa a la situación de los investigadores científicos”. Conferencia General de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su 18° reunión. París, 17 octubre -23 de noviembre de 1974. En dicha
recomendación se definen los conceptos utilizados en el documento: ciencia, ciencias, tecnología, investigación científica y desarrollo
experimental.
xxii
Ver de Eric Stover “Derechos humanos, libertad y responsabilidad científicas” en Los derechos humanos y la cooperación
científica. Informe del Seminario de la AAAS, Editores Eric Stover y Kathie McClesky, Washington, 1982. Pp.16.
xxiii
Annas G. Grodin M. The Nazi Doctors and the Nuremberg Code. New York: Oxford University Press, 1992.
xxiv
Ver en www.unhchr.ch y www.oahchr.org.
xxv
Artículo 7. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En particular, nadie será
sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o científicos Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
xxvi
De acuerdo a estos instrumentos jurídicos internacionales, los Estados adquirieron la obligación de presentar informes cada
cinco años al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales indicando las medidas judiciales, legislativas y de política
adoptadas, y los progresos realizados, con el fin de asegurar el goce de los derechos reconocidos en el Pacto. Ver del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo. Oficina Regional para América Latina y el Caribe y de la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Representación para América Latina y el Caribe Compilación de observaciones finales del
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales sobre países de América Latina y el Caribe (1989-2004), Santiago, 2004.
xxvii
Naciones Unidas. Consejo Económico Social .Aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Terceros informes periódicos que deben presentar los Estados Partes de conformidad con los artículos 16 y 17 del Pacto.
Adición. Chile. 10 de julio de 2003: 10.
xxviii
Ibíd.
xxix
Se dictó el Decreto Ley N° 2.755 sobre afiliación voluntaria a los gremios, publicado en el Diario Oficial el 5 de julio de
1979, cuyo texto fue incorporado a la Constitución de 1980, y luego el DL N° 3621 sobre colegios profesionales de 1981.
xxx
A pesar de ello, los colegios mantuvieron la representación nacional, así como la preocupación y vigilancia sobre el
ejercicio profesional aunque la tuición ética se hizo efectiva únicamente sobre los afiliados. No obstante esas circunstancias, el Colegio
Médico de Chile ante la denuncia de que miembros del gremio habrían participado en torturas, después de una investigación interna
desarrollada por la Comisión de Ética, expulsó a 8 médicos al comprobarse dicha participación. Ver de Rivas, Francisco, Traición a
Hipócrates. Médicos en el aparato represivo de la dictadura, CESOC Editores, Santiago, 1990. Ver de Eric Stover The Open Secret:
Torture and the medical profession in Chile. Washington, American Association for Advancement of Sciences, 1987.
xxxi
Brevemente, el positivismo (J. S. Mill, A. Comte y E. Durkheim, y otros) se proponían entender los hechos o causas de los
fenómenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los individuos. Por el contrario, otra corriente (W. Dilthey, M. Weber,
E. Husserl, entre otros) consideraba los fenómenos sociales desde sus actores.
xxxii
Ejemplo del desarrollo de investigaciones impensables años atrás fue producido por el psicocoanalista chileno Ignacio
Matte Blanco, al estudiar el inconsciente bajo el prisma de la teoría de conjuntos, proponiendo la teoría de la bilógica sobre el
funcionamiento de la mente. Ver de Ignacio Matte Blanco Ignacio AExpresión en lógica simbólica de las características del sistema
inconsciente o la lógica del sistema inconsciente@ en Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Lima, Federación Psicoanalítica de
América Latina Siklos S.R.L 1994.
xxxiii
“Recomendación relativa a la situación de los investigadores científicos”. Conferencia General de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su 18° reunión. París, 17 octubre -23 de noviembre de 1974.
xxxiv
Los proyectos que concursan en Fondecyt requieren una certificación del comité de ética de la unidad académica
respectiva y especificar los formularios para obtener las autorizaciones requeridas de parte de las personas o grupos que serán objeto de
estudio (consentimiento informado). Ver Pautas Éticas Internacionales para la Investigación Biomédica en Seres Humanos. Consejo de
Organizaciones internacionales de las ciencias médicas (CIOMS, Ginebra 2002). www.paho.org/Spanish/BIO/CIOMS.
xxxv
Ver de Peter Watson Guerra, Persona y Destrucción, México D.F. Editorial Nueva Imagen, 1982; Joanne Omang The
CIA'S Nicaragua Manual. Psychological Operations in Guerrilla Warfare. National Staff Reporter of the Washington Post. New York.
Random House, 1985; John Marks The Search for the Manchurian Candidate Times Books,
1979;www.druglibrary.org/schaffer/lsd/marks12htm
xxxvi
Rebecca Lemov AThe American science of interrogation. Debility, Dependency and Dread. For decades, U.S. researchers
and policymakers ramped up the techniques of "coercive" questioning@. Los Angeles Times. October 22, 2005. Es autora del estudio:
World as Laboratory: Experiments with Mice, Mazes and Men, de Farrar, Straus & Giroux, 2006.
xxxvii
La controversia se ha desarrollado en la asociación de psicólogos de los Estados Unidos justamente sobre la ética
profesional. Ver: http://shr.aaas.org/report/xxv/baro.htm y : http://www.martinbarofund.org/index.html
xxxviii
Es ilustrativo el esfuerzo de American Psychological Association advirtiendo sobre los límites éticos de la conducta
profesional en relación con la coerción y la tortura en un contexto de lucha antiterrorista. Ver Dr. Gerald P. Koocher PRESIDENT'S
COLUMN
Speaking against torture APA President The Monitor Volume 37, No. 2 February 2006,

12
2006

Print version: page 5.


xxxix
Sobre los estándares internacionales ver AEthics Research Framework@ publicado por The Economic and Social Research
Council en www.esrcsocietytoday.ac.uk
xl
http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=31058&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html Declaración
universal sobre Bioética y Derechos Humanos 19 de octubre de 2005.

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