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UNIDAD I

SALUD MENTAL 1

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La salud mental es, en términos generales, el estado de equilibrio entre una persona y su
entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones
para alcanzar un bienestar y calidad de vida. Comúnmente, se utiliza el término “salud
mental” de manera análoga al de “salud o estado físico”, definiendo a la salud mental de la
siguiente manera: "la salud mental abarca una amplia gama de actividades directa o
indirectamente relacionadas con el componente de bienestar mental incluido en la
definición de salud que da la OMS: «un estado de completo bienestar físico, mental y
social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades»1 ". Sin embargo, lo
mental alcanza dimensiones más complejas que el funcionamiento meramente orgánico
del individuo. La salud mental ha sido definida de múltiples formas por autores de
diferentes culturas. Los conceptos de salud mental incluyen el bienestar subjetivo, la
autonomía y potencial emocional, entre otros. Sin embargo, las precisiones de la
Organización Mundial de la Salud establecen que no existe una definición oficial sobre lo
que es salud mental y que cualquier definición estará siempre influenciada por diferencias
culturales, suposiciones, disputas entre teorías profesionales, la forma en que las personas
relacionan su entorno con la realidad, entre otras cuestiones.

En cambio, un punto en común en el cual coinciden los teóricos es que “salud mental” y
“enfermedad mental” no son dos conceptos simplemente opuestos, es decir, la ausencia
de un desorden mental reconocido no indica necesariamente que se goce de salud mental
y viceversa, sufrir un determinado trastorno mental no constituye siempre y
necesariamente un impedimento para disfrutar de una salud mental razonablemente
buena.

Dado que es la observación del comportamiento de una persona en su vida diaria, el


principal modo de conocer el estado de su salud mental en aspectos como el manejo de
sus conflictos, temores y capacidades, sus competencias y responsabilidades, la
manutención de sus propias necesidades, la forma en que afronta sus propias tensiones,
sus relaciones interpersonales y la manera en que dirige una vida independiente, el
concepto es necesariamente subjetivo y culturalmente determinado.

Importancia de la salud mental

La salud mental se relaciona con el raciocinio, las emociones y el comportamiento frente


a diferentes situaciones de la vida cotidiana. También ayuda a determinar cómo manejar

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el estrés, convivir con otras personas y tomar decisiones importantes. Al igual que otras
formas de salud, la salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la
niñez y la adolescencia hasta la edad adulta. De acuerdo a estadísticas de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas de salud mental constituyen

alrededor del 15% de la carga mundial de la enfermedad. El déficit en la salud mental


contribuiría a muchas enfermedades somáticas y afectivas como la depresión o la
ansiedad.

El tema de la salud mental, además, no concierne sólo a los aspectos de atención


posterior al surgimiento de desórdenes mentales evidentes, sino que corresponde
además al terreno de la prevención de los mismos con la promoción de un ambiente
sociocultural determinado por aspectos como la autoestima, las relaciones
interpersonales y otros elementos que deben venir ya desde la educación más primaria
de la niñez y de la juventud. Esta preocupación no sólo concierne a los expertos tales
como psicopedagogos y psicólogos, sino que forma parte de las responsabilidades del
gobierno de una nación, de la formación en el núcleo familiar, de un ambiente de
convivencia sana en el vecindario, de la responsabilidad asumida por los medios de
comunicación y de la consciente guía hacia una salud mental en el colegio y en los
espacios de trabajo y estudio en general.

Aspectos psicológicos sanos

Desde las teorías psicodinámicas se postula que la salud mental, así como los aspectos
patológicos, es parte constitutiva de todo individuo. La constitución personal de cada
sujeto implica capacidades o aspectos sanos y otros patológicos, siendo la proporción
de los mismos variable entre personas. Así pues, según Wilfred Bion, la capacidad para
tolerar la frustración sería una primera capacidad sana que permitiría al individuo en
desarrollo el inicio del proceso de pensamiento y comprensión del mundo y de sí mismo.
La función del pensamiento sería la base de la salud mental. Esta se ve favorecida por
un ambiente interno de contención que permite tolerar la frustración e iniciar el
desarrollo del aparato mental, la base de la salud mental, algunas veces hay niños o
adolescentes que tienen problemas mentales y se recomienda llevar a un psicólogo o
hablar muy claro con él.

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La salud mental ha sido definida como un estado de bienestar en el cual el individuo es
consciente de sus propias capacidades, contando con la capacidad de afrontar las
tensiones de la vida cotidiana y trabajar de forma productiva. En la mayoría de los
países, los servicios de salud mental adolecen de una grave escasez de recursos, tanto
humanos como económicos. La mayoría de los recursos de atención sanitaria
disponibles se destinan actualmente a la atención y el tratamiento especializados de los
enfermos mentales y, en menor medida, a un sistema integrado de salud mental. En
lugar de proporcionar atención en grandes hospitales psiquiátricos, los países deberían
integrar la salud mental en la asistencia primaria, ofrecer atención de salud mental en
los hospitales generales y crear servicios comunitarios de salud mental. La promoción
de la salud mental requiere implementar programas médicos, sociales y sobre todo
gubernamentales con un mismo fin, promover la salud mental durante todo el ciclo vital,
para garantizar niños mentalmente sanos y evitar trastornos mentales en la edad adulta
o la vejez. Una manera importante de hacerlo será la prevención de la inestabilidad
emocional.

La salud mental es un estado de bienestar psicológico y emocional que permite al sujeto


emplear sus habilidades mentales, sociales y sentimentales para desempeñarse con
éxito en las interacciones cotidianas.

Aspectos dimensionales de la anormalidad mental

David Rosenhan y Martin Seligman en 1989 expusieron algunos elementos que


caracterizan la anormalidad psicológica. Por su sentido común y lo parsimonioso de su
explicación, algunos de estos elementos se describen, con la finalidad de hacer explícita
la complejidad de la salud mental y enfermedad.

Sufrimiento: Es el “dolor del alma”, la falta de confort, el malestar que es


consecuente, en algunos casos es consecuencia de elementos biológicos, hay una
causa física y una disfunción corporal; en otros, el dolor y el sufrimiento psicológico
son derivados de ideas, eventos existenciales, recuerdos y otros aspectos que no
son tangibles y referidos a aspectos actuales.

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Conducta maladaptativa: Es un aspecto efectivo y negativo que siente el individuo,
la conducta se refiere a la parte conductual, es decir, a lo que hace. La adaptación
describe la capacidad del individuo de interactuar con su medio ambiente, de
afrontar los problemas de manera exitosa y de ajustarse y funcionar ante todo
cambio dentro de las exigencias del entorno, si el cambio no es posible, se llega a
un problema de adaptación teniendo conflictos con el entorno en el que se
encuentra, entrando en un estado de frustración.

Pérdida de control: El control, en la salud mental, se refiere a la predectibilidad que


a través del tiempo muestra una persona con respecto a su conducta. Connota la
capacidad para anticipar la reacción de una persona conocida ante un evento
determinado. Una persona con control de sí misma es muy predecible: pero para
que exista control debe de actuar de una manera racional y con un propósito. La
pérdida es característica de la persona con carácter explosivo como se les conoce
coloquialmente, se asocia con episodios de agresión que pueden llegar a la pérdida
del empleo.

Interacción salud mental - salud física

Es necesario no separar la realidad de la salud mental de la salud física. La relación que


existe entre las enfermedades biológicas y las enfermedades mentales tienen una
evidente conexión, como lo señala Benedetto Saraceno en el Simposio “Salud mental y
física durante toda la vida” de la Organización Panamericana de la Salud (OPS):

“Los desafíos complejos que presenta la comorbilidad de las


enfermedades mentales y físicas estarán mucho mejor atendidos
en todo el mundo con estrategias de atención integral dirigidas al
paciente y a la comunidad (...) Los expertos tienen que
comunicarse porque es evidente que la comorbilidad entre lo
físico y lo mental exige una intervención vertical, no horizontal. La

comorbilidad clínica es la regla, no la excepción”5

En ese mismo simposio, la directora de la OPS, Mirta Roses Periago, presentó un


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informe estadístico acerca de los problemas mentales y morbilidad en el continente
americano. Dice Roses que si en 1990 existía en América un número aproximado de
114 millones de personas con trastornos mentales, esa cifra aumentará en 176 millones
para el 2010 y que lo preocupante es que tan sólo una minoría recibe tratamiento.
Roses aseguró que según los diagnósticos que la OPS había realizado en México en
personas con enfermedades mentales, el 80% de los pacientes diagnosticados no
habían recibido ningún tipo de atención en los 12 meses previos al realizado por la OPS.
Además, añade Roses que una cuarta parte de la población adulta en América Latina y
en Caribe ha sufrido de algún problema mental, que al menos cinco millones de
personas sufren epilepsia y de estos sólo un 1,5 millones reciben algún tipo de atención.

Concepto de higiene mental

Un antecedente del concepto de salud mental es el de «higiene mental», descrito por el


psiquiatra estadounidense Clifford Whittingham Beers en 1908, quien fundó el Comité
Nacional de Higiene Mental en 1909 y adelantó la campaña por los derechos de los
enfermos mentales. Otro psiquiatra, William Glasser, describió la “higiene mental” en su

libro “Salud mental o enfermedad mental”,7 siguiendo el diccionario de definiciones de


higiene como “prevención y mantenimiento de la salud”.

Sin embargo es necesario establecer un punto de diferenciación entre “salud mental” y


“condiciones de salud mental“. La salud mental es lo que se trata de establecer en este
estudio, mientras que las condiciones de salud mental se refieren al estudio de
enfermedades mentales y al tratamiento médico posible y consecuente. Para esto
último, “condiciones de salud mental”, los psiquiatras se basan con frecuencia en lo que
se denomina el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) (de
la Asociación Americana de Psiquiatría) o en la Clasificación Internacional de
Enfermedades (CIE) (de la Organización Mundial de la Salud), así como en las siempre
actualizadas guías como el “Proyecto de medicación Algorithm de Texas” (TMAP) para
diagnosticar y descubrir enfermedades y desórdenes mentales. Por lo tanto, la mayoría
de los servicios prestados a la salud mental en general se encuentran normalmente
asociados a la psiquiatría y no existen otras alternativas, lo que conlleva a un cierto
límite, puesto que se asocia la salud mental con problemas psiquiátricos y se reduce
con ello el concepto de las condiciones de salud mental y psicológicas.

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Consideraciones culturales y religiosas 2

El concepto de salud mental es, una construcción social y cultural, aunque pueden
definirse o determinarse algunos elementos comunes. Por esta razón, diferentes
profesiones, comunidades, sociedades y culturas tienen modos diferentes de
conceptualizar su naturaleza y sus causas, determinando qué es salud mental y

decidiendo cuáles son las intervenciones que consideran apropiadas. Sin embargo, los
estudiosos tienen a su vez diferentes contextos culturales y religiosos y diferentes
experiencias que pueden determinar las metodologías aplicadas durante los
tratamientos.

El modelo holístico de salud mental en general incluye conceptos basados en


perspectivas de antropología, educación, psicología, religión y sociología, así como en
conceptos teoréticos como el de psicología de la persona, sociología, psicología clínica,
psicología de la salud y la psicología del desarrollo.

Numerosos profesionales de la salud mental han comenzado a entender la importancia


de la diversidad religiosa y espiritual en lo que compete a la salud mental. La Asociación
Estadounidense de Psicología explícitamente expresa que la religión debe ser
respetada, y también dice la Asociación Estadounidense de Psiquiatría dice que la

educación en asuntos religiosos y espirituales es también una necesidad. 11

Un ejemplo de modelo del bienestar fue desarrollado por Myers, Sweeny y Witmer y en
el mismo se incluían las siguientes cinco áreas vitales:

1. Esencia o espiritualidad.
2. Trabajo y ocio.
3. Amistad.
4. Amor.
5. Autodominio.
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Además, doce sub-áreas:

Sentido del valor.


Sentido del control.
Sentido realista.
Conciencia emocional.
Capacidad de lucha.
Solución de problemas y creatividad.
Sentido del humor.
Nutrición.
Ejercicio.
Sentido de autoprotección.
Control de las propias tensiones.
Identidad sexual e identidad cultural.

Todos estos puntos son identificados como las principales características de una
funcionalidad sana y los principales componentes del bienestar mental. Los
componentes proveen un medio de respuesta a las circunstancias de la vida en una
manera que proporciona un funcionamiento saludable.

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BREVE HISTORIA DE LA PSICOPATOLOGÍA Y EVOLUCIÓN DE LAS
CREENCIAS CON RESPECTO A LOS TRASTORNOS MENTALES

El concepto de enfermo mental ha dado un giro al punto que hoy en día es más
apropiado llamar trastornados a quienes antes eran considerados “poseídos, locos,
alienados o enfermos”. El cambio de concepto se ha dado en función de las
doctrinas epistemológicas y tendencias religiosas, sociales, culturales, filosóficas y
científicas imperantes en ciertos momentos y contextos históricos que mencionaré
grosso modo a lo largo de este trabajo.

El concepto de enfermedad mental es poco apropiado para definir los trastornos


mentales ya que en una enfermedad corporal se observa una coherencia,
estabilidad clínica, etiología orgánica con síntomas que constituyen el cuadro clínico
mientras que en los trastornos mentales se producen somatizaciones, los cuadros
no son del todo estables y homogéneos y la causa de los trastornos muchas veces
no se puede señalar. El concepto de enfermedad mental es un constructo en cuanto
a que en realidad no se tiene certeza absoluta de su etiología, no existe una
estabilidad diagnóstica y sus límites geográficos, históricos, temporales y culturales
no permiten normalizar el concepto, por ejemplo, los delirios de africanos
esquizofrénicos son frecuentemente relacionados a magia y demonios con
alucinaciones visuales o táctiles y en los esquizofrénicos occidentales son comunes
los delirios de tipo persecutorio, hipocondría y alucinaciones auditivas (Mesa, 1999,
p.25). El concepto de enfermedad mental ha tenido críticas que van desde que
llamarle enfermo a un trastornado, lo estigmatiza socialmente, a la crítica que se
refiere a la presunción de que todos los trastornos mentales tienen etiología
neuroquímica o neurofisiológica cuando esto sólo se ha comprobado en algunas
alteraciones psicológicas y conductuales. Hoy en día se consideran psicopatologías
a conductas como el juego patológico, dipsomanía, pedofilia y el exhibicionismo que
antes eran considerados vicios o perversiones, así como hoy por hoy, ya no se
considera una patología a la homosexualidad. A continuación narraré una breve
cronología sobre el concepto de enfermedad mental a través de la historia.

En las épocas más pretéritas en que ya existían sociedades más o menos


complejas, se atribuía un origen sobrenatural a la conducta anormal; por ejemplo, en

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Perú se han encontrado cráneos trepanados a través de cuyos agujeros se podía
expulsar a los espíritus malignos. En Mesopotamia, se consideraba que el demonio
Idta castigaba con locura a quienes actuaran mal. La cultura hebrea advertía que la
violación de los mandamientos sería castigada por Dios con ceguera y locura. En
China creían que la locura era la consecuencia de no respetar tradiciones y el
hinduismo consideraba que la locura la ocasionaban demonios. Los hechiceros y
sacerdotes hebreos, griegos, chinos y egipcios realizaban exorcismos con el fin de
expulsar a espíritus malignos. La traducción del Papiro Edwin Smith que data de
1500 a.C. aprox. reveló que en el Antiguo Egipto se creía que del cerebro surgían
las funciones mentales.

Más tarde, Hipócrates (460-377 a.C.) fue el primero en señalar el origen orgánico de
las enfermedades mentales y realizó una clasificación de temperamentos en:
sanguíneo, colérico, melancólico y flemático, que indicaban la orientación emocional
predominante. Según Hipócrates, la salud dependía de la interacción y equilibrio de
cuatro humores corporales (sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema), el desajuste
entre los humores se corregía mediante purgas. También Hipócrates propuso tres
categorías de trastornos mentales: manía, melancolía y frenitis. Sorano de Éfeso
amplió la clasificación hipocrática incluyendo la histeria (exclusiva de las mujeres,
relacionada con trastornos uterinos) y la hipocondría.

Platón (429-347 a.C.), por otra parte, consideraba que los trastornos mentales eran
en parte orgánicos, en parte éticos y en parte de intervención divina y clasificó la
locura en: profética, ritual, poética y erótica. Asclepíades de Bitinia (124-40 a.C.) fue
el primero en hacer una distinción entre alucinaciones, ilusiones y delirios.

Ya en la época romana, Galeno (130 - 200), empleó el término temperamento (en


latín, temperamentum, “mezcla proporcionada”) para referirse a la combinación de
cuatro sustancias fundamentales (caliente, frío, húmedo y seco). Galeno dividió las
causas de los trastornos psíquicos en orgánicos (lesiones en la cabeza, cambios
menstruales) y mentales (temores, desengaños amorosos).

La Edad Media se vio sumamente influenciada por la religión; en esta época se


distinguen dos periodos, el primero inicia en el siglo V donde el enfermo mental es
considerado una víctima del diablo, sin embargo, a partir del siglo XIII el enfermo
mental se considera culpable de su propia afección como castigo divino ante una

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supuesta vida pecaminosa o alianza con el demonio a cambio de poderes
sobrenaturales. Se calcula que en esta época se asesinó a más de 100,000
personas acusados de brujería y actualmente se piensa que las víctimas pudieron
ser personas afectadas por epilepsia y esquizofrenia principalmente. No obstante,
en el Bajo Imperio, Alberto Magno (1193-1280) y Tomás de Aquino (1225-1274)
tuvieron la noción en común de que el alma no podía enfermar y que, por tanto, la
locura era un trastorno de base orgánica.

Por otra parte, los árabes daban un trato humanitario a los enfermos mentales al
imperar la idea de que eran personas escogidas por Dios para hablar por su boca.

En el Renacimiento, Paracelso (1493-1541) en su libro “De las enfermedades que


privan al hombre de la razón” rechazó la demonología y habló de una “estructura”
similar a lo que hoy se conoce como inconsciente en sus ideas sobre la etiología de
la locura. Johann Weyer (1515-1541) publicó “De Praestigiis Daemonum” donde
hacía una crítica a la demonología y al “Martillo de Brujas” que era un manual de
frailes dominicos inquisidores para la detección, examen y condena de brujas el cual
la iglesia pudo censurar hasta el siglo XX; Weyer defendió la calificación de
enfermos para los acusados de brujería y su trato humanitario. Los endemoniados
pasan a ser pacientes. Burton (1577-1640) proponía causas psicológicas y sociales
de los trastornos mentales.

A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, apareció Phillipe Pinel (1745-1826)
considerado el padre de la psiquiatría moderna con sus obras Nosographie
Philosophique y el Traite Medico-Philosophique de la Manie; en el primer texto
clasificó los trastornos psíquicos en: melancolía, manía, demencia e idiocia. Pinel
defendía la humanización del trato a los alienados y entendía la enfermedad mental
como el resultado de alteraciones anatómicas del cerebro, no funcionales. En
Alemania, Griesinger (1817-1868) en un esquema organicista, propuso que las
enfermedades mentales son disfunciones del cerebro y también mencionó la
etiología somática de ciertos problemas psíquicos. En el siglo XIX la principal
postura sobre la enfermedad mental intentó explicarse principalmente por un modelo
orgánico-médico.

Morel (1809 - 1873) influenciado por el concepto de aclimatación formuló la teoría


de la degeneración donde explicaría que las enfermedades mentales surgían por

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una degeneración genética transmitida a la descendencia donde dichos trastornos
significaban una etapa final de un proceso de deterioro mental, más tarde, también
propuso que las drogas y el alcohol podían ser factores determinantes. Kleist (1879-
1960) defendía que los síntomas de los trastornos son ocasionados por
disfuncionalidad de ciertas zonas cerebrales. Jackson (1835-1911) de la tendencia
órgano-dinámica, admite un sustrato orgánico y congénito de los trastornos
mentales pero cree que lo determinante de éstos son desorganizaciones de una
estructura psíquica dinámica o de irregularidades en el desarrollo y formación de la
misma.

Ya en el siglo XX, Kraepelin (1856-1926) quien fue discípulo de Griesinger,


reconoció que sólo algunos trastornos como la neurosis tenían origen psicógeno y
no orgánico. Meyer (1866-1950) propuso que la enfermedad mental es
consecuencia de la reacción total del individuo a su experiencia psicológica, social y
somática en conjunto. Bumke (1877 – 1950) dijo que ciertos trastornos psíquicos
como las neurosis y psicopatías no se adaptan al término clasificatorio de
enfermedad.

Un personaje muy importante pero en la doctrina psicoanalítica fue Freud (1856-


1939) quien básicamente creía que un trastorno surgía por conflictos intrapsíquicos
en las tres instancias mentales: el ello, el yo y el superyó. En la teoría psicoanalítica,
algunas patologías son resultado de la amenaza a la integridad de la instancia yo,
por lo que un mecanismo de defensa surgirá para distorsionar y hacer más tolerable
la realidad para el sujeto. El psicoanálisis no delimita salud de enfermedad y la
armonía de las instancias del aparato psíquico es inalcanzable.

En la tendencia psicodinámica, Anton Mesmer (1734-1815) con conocimiento e


ideas sobre Alquimia, desarrolló la doctrina del magnetismo animal donde supone
que las enfermedades nerviosas son consecuencia del desequilibrio de los fluidos
magnéticos universales que recorrían el cuerpo. Por su parte, Bernheim (1840-
1919) sostenía que la histeria era el resultado de la autosugestión.

El conductismo que se desarrolló principalmente en Estados Unidos propugnaba


una etiología estrictamente ambientalista de la psicopatología. La conducta anormal
se explica como el resultado de un aprendizaje deficiente de la interacción entre el
sujeto y el entorno. Esta misma tendencia conductista no acepta el origen somático

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de la enfermedad mental y resalta que las conductas normales o anormales son
resultado de una interacción del sujeto con el ambiente y que si la conducta normal
se aprende, la conducta patológica también. En este esquema, se considera que lo
que se llaman enfermedades mentales son alteraciones de la conducta ocasionada
por hábitos que no logran el ajuste del individuo con la situación que enfrenta.

Aún en el siglo XX, la psicología de la Gestalt, dentro de la escuela humanista,


entiende las patologías mentales como una falta de ajuste con el medio.

Las tendencias sociogenéticas consideran la estructura social como el origen de los


trastornos mentales. El enfoque fenomenológico-existencial dentro de esta
tendencia, apunta a que la dinámica familiar como micromodelo de la sociedad es la
génesis de la psique trastornada. El enfoque político-social de la tendencia
sociogenética menciona que la enfermedad mental es fruto de la incoherencia y
problemática de la sociedad en que se vive; en el libro El antiedipo de 1972 de la
obra Capitalismo y esquizofrenia, escrito por Deleuze (1925-1995) y Guattari (1930-
1992) mencionan una supuesta causalidad entre los delirios de la esquizofrenia con
las necesidades, factores y contradicciones históricas, económicas, políticas y
raciales de la estructura social. El enfoque ético-sociológico representado por Szasz
(1920-2012) dice que lo conocido como enfermedad mental es realmente una
protesta social y que es una metáfora impuesta por algunos psiquiatras para
describir las conductas desviadas y que la psiquiatría no es una ciencia sino un
sistema de control social.

Foucault (1926-1984) fue un crítico de la Psiquiatría y básicamente consideraba al


término alienación como sinónimo de lo que se consideraba enfermedad mental y
decía que los llamados enfermos mentales no eran más que víctimas de la
alienación social. La sociedad no reconoce a los alienados porque ésta a su vez no
reconoce la alienación propia y sus contradicciones, y por tanto, es excluyente de
los que se consideran enfermos mentales. Para él, el alienado ha perdido sus
libertades, su voluntad y su pensamiento, son víctimas de la sociedad abusiva que
se aprovecha de ellos para gozar de sus bienes y derechos en su lugar.

Actualmente, el enfoque cognitivo en psicopatología afirma que la alteración de los


procesos psíquicos son la causa y no el efecto de los trastornos mentales y del

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comportamiento (Mesa, 1999, p. 35) y que cuando las percepciones son
distorsionadas la conducta será desadaptada.

Por último, no sobra mencionar las características comunes que se presentan en los
presuntos trastornados mentales y una breve definición de trastorno mental.

Las características de la persona que padece un trastorno mental son: sensación de


malestar, sufrimiento, incomprensión, confusión, interferencia de estas sensaciones
en las actividades cotidianas, desadaptación al entorno y manifestación de
conductas que no son social y moralmente aceptadas. Los trastornos mentales
resultan ser meras disfunciones comportamentales de causa psicológica, biológica
y/o social.

ETAPAS DEL DESARROLLO PSICOSEXUAL - TEORIA DE FREUD 3

Como toda teoría que se propone, es importante que hagamos uso de nuestro
pensamiento crítico, esto quiere decir cuestionarnos desde diferentes perspectivas
Io que nos proponen como, por ejemplo, preguntándonos de donde viene la teoría
psicosexual, quién la fundamento, por qué Io hizo y en qué momento la desarrollo.

En este artículo de Psicología-Online explicaremos las etapas del desarrollo


psicosexual según la teoría de Freud, intentando ampliar el contexto histórico y las
circunstancias de la época para poder otorgar una visión más amplia de las
cuestiones que hicieron surgir esta teoría.

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Contexto de la Teoría de Freud

Sigmund Freud era austriaco de origen judio, neurologo, perteneciente a una


sociedad burguesa. En 188s Freud se traslada a Paris para estudiar con el
reconocido neurologo Jean-Martin Charcot, creador de las teorías sobre la histeria
que posteriormente Freud utilizo como suyas tras solicitar el permiso para
traducirlas al alemán. Tras este estudio y reapropiación sobre la histeria, Sigmund
Freud se interesó por la evocación de los traumas primarios, enfocándose así en el
origen del trastorno, a esto lo nombro psicoanálisis.

En sus inicios Freud realiza una tesis sobre la sexualidad infantil, tema muy
controvertido en el ámbito social en el que se encontraba, incluso hoy en día es una
temática difícil de leer al respecto, puesto que la sexualidad sigue siendo en parte
un tema tabú y más si entramos en el terreno de la sexualidad infantil, refiriéndonos
al desarrollo de esta desde la infancia.

Freud era muy consciente que la controversia era una gran herramienta para darse
a conocer y la exploto al máximo para labrarse un puesto de reconocimiento en su
época. Aunque si es cierto que a día de hoy es de los nombres más conocidos de la
psicología, Freud no estuvo tan bien visto por la sociedad burguesa a la que
pertenecía, en realidad el reconocimiento social Ie Ilego poco antes de morir y fue
gracias a su sobrino Edward Bernays.

Bernays era residente en Estados Unidos, fue el precursor de las Relaciones


Publicas y un gran publicista. Para fundamentar sus teorías sobre la publicidad y la
manipulación de masas utilizo las teorías psicoanalíticas de Freud sobre el
inconsciente y los impulsos primarios. Gracias a la difusión de esta teoría para
sustentar sus teorías publicitarias, Freud alcanzo el renombre que siempre había
deseado convirtiéndose así en el “padre del psicoanálisis”.

Una vez comprendido el contexto y entendiendo que el psicoanálisis se fundamenta


en la hipótesis de que el desarrollo de las personas tiene su base en la sexualidad,
es lógico que su teoría se remonte a las etapas más tempranas del individuo.

Por otro lado, es interesante comprender la visión que tenía Freud sobre la infancia,
consideraba que el niño tenía la consciencia de perversión, es decir, cualquier acto

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realizado por el niño era de forma consciente y con intención de conseguir algo.
Esto se ve reflejado en un fragmento de su obra Tres ensayos sobre teoría sexual:

Es instructivo que bajo la influencia de la seducción el niño pueda convertirse en un


perverso polimorfo, siendo descaminado a practicar todas las transgresiones
posibles. Esto demuestra que en su disposición trae consigo la aptitud para ello;
tales transgresiones tropiezan con escasas resistencias porque, según sea la edad
del niño, no se han erigido todavía o están en formación los diques anímicos contra
los excesos sexuales: la vergüenza, el asco y la moral. I...J es imposible no
reconocer algo común a todos los seres humanos, algo que tiene sus orígenes en la
uniforme disposición a todas las perversiones.

La idea del niño como perverso muestra una rigidez de pensamiento que ha hecho
mucho daño a la psicología, creando culpabilidades y roles confusos tanto en los
niños como en los adultos. Si de una forma inconsciente se cree que el niño “busca”
una sexualidad como la entendemos en la edad adulta, automáticamente el adulto
culpabiliza al menor de actitudes sexuales “inapropiadas” o incluso en posibles
casos de abuso, puesto que se apoyan en la creencia de la intencionalidad del
menor. Y justamente este es el pensamiento que el psicoanálisis ha trasmitido sobre
la sexualidad.

Los estudios demuestran que el pensamiento crítico se desarrolla alrededor de los


1o años, comenzando el desarrollo cognitivo de una forma objetiva y analítica del
mundo que nos rodea. Esto no quiere decir que a la edad de 1o años seamos
capaces de comprender psicológicamente las actitudes, comportamientos, valores,
creencias, roles, etc., sino que, a esa edad, más o menos, es cuando comenzamos
a desarrollarnos cognitivamente y poder interactuar con el entorno de una forma
más consciente.

Etapas del desarrollo psicosexual según Freud

Las etapas de Freud del desarrollo psicosexual que definen la personalidad del
adulto son las siguientes:

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1. Etapa oral

2. Etapa anal

3. Etapa fálica

4. Etapa de latencia

s. Etapa genital

A continuación, dejaré una breve explicación de cada una de las etapas del
desarrollo psicosexual sobre la teoría de Freud.

Etapa oral fo - ›s meses)

Según Freud esta etapa esta ubicada en los primeros 1s meses de vida. En ella,
Freud relacionaba la satisfacción de la libido directamente con la boca, en esta
etapa el bebé se relaciona principalmente con el entorno a través de la boca
obteniendo así el placer.

Uno de los momentos clave en esta etapa que podía provocar un trastorno al llegar
a la edad adulta, era el momento que se destetaba at lactante, provocando la
sensación de pérdida y abandono, si esta transición se Elevaba a cabo de una
forma brusca podía afectar a la construcción de la personalidad. Del mismo modo el
impedimento de la exploración a través de la boca del bebé, podía provocar que al
Ilegar a la edad adulta se desarrollase un trastorno relacionado con la dependencia
pasiva o problemas de envidia y personalidades manipulativas.

Etapa anal t1s meses - 3 años)

Freud sostenía que el fin de una etapa daba paso a otra inmediatamente, por Io
tanto la etapa anal comenzaba sobre los 1s meses hasta los 3 años. En esta etapa
el bebé comienza aprender el control de los esfínteres, en sus teorías según fuese
el aprendizaje, de una forma natural o abrupta por parte de los adultos que
educaban, el infante podía desarrollar diferentes trastornos dependiendo de Io
traumático que hubiera sido el aprendizaje.
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En este aprendizaje se veian don fuerzas comprometidas, por un lado, la
satisfacción del impulso primario de defecar relacionado con el EIIo), en contra de
las exigencias de los adultos que impedían que este acto ocurriera de forma natural.
Si el aprendizaje que hacía de una forma gradual y comprensiva, según esta teoría
no tenía que haber ningún problema en el desarrollo del Yo, pero si por el contrario
la educación era demasiado exigente o permisiva podía derivar en una personalidad
muy disciplinaria y rígida o por el contrario muy desorganizado y pasivo.

Etapa fálica f3 - 6)

La tercera etapa de Freud está comprendida entre los 3 y 6 años de edad. En este
periodo el infante comienza el descubrimiento de su propio cuerpo y con ello de sus
genitales correspondientes. Esta curiosidad individual se ve entrelazada con la
curiosidad en los otros cuerpos, como el de la madre o el padre, en las diferencias y
las similitudes.

Esta etapa es la comúnmente más conocida ya que puede derivarse en el complejo


de Edipo relacionado con los hombres y la actitud femenina de Electra, para las
mujeres. Este complejo se basa en la toma de consciencia de uno mismo y la
necesidad de posesión del otro, Freud diferenciaba:

 En el caso del niño, la actitud psicológica era poseer a la madre, por Io que el
padre se convertía en un rival.
 Mientras que en el caso de las niñas el deseo de posesión era el padre,
convirtiendo a la madre en la enemiga.
Este deseo de posesión de la madre y rivalidad con el padre, aunque Freud hiciera
referencia a las niñas puntualmente y la posibilidad

de experimentar este complejo, no consideraba la sexualidad femenina como tal,


por Io tanto, no creía que fuese necesario hablar de ella, de ahí que sus teorías
estén enfocadas en los hombres hacia que si la separabilidad que sentía con la
madre fuese muy fuerte, la personalidad se construiría sobre un bloqueo emocional,

18
volviendo al adulto introvertido, retraído, tímido o como Freud calificaba con
complejo de castración. Por otro lado, si el niño intentaba superar la rivalidad
paterna y adquiría rasgos de personalidad del padre, podía superar este complejo
de castración y aproximarse a la aprobación paternal.

Etapa de latencia (6 años - pubertad)

En la cuarta etapa de Freud se desarrolla entre los 6 años y la pubertad. Este


periodo está relacionado con la consolidación de Io adquirido en las etapas
anteriores y la integración en la construcción de Yo, pero este proceso sucede en el
inconsciente ya que los impulsos en las tres primeras etapas quedan bloqueados,
Freud relacionaba las neurosis ocasionadas en esta etapa por malas resoluciones
de las etapas anteriores. En este periodo el individuo busca el placer de una forma
social, con la mayor integración posible en las relaciones sociales o la adquisición
de conocimiento.

Etapa genital (pubertad - edad adulta)

La última etapa de Freud es la genital, esta comienza en la pubertad hasta la edad


adulta, abarcando el desarrollo sexual de forma plena y adulta. En esta etapa es
cuando el adulto puede crear una independencia psicosexual, independiente a sus
progenitores y dejando los deseos de satisfacción infantil. En este periodo comienza
la construcción abstracta de las relaciones con los otros, considerando las uniones a
nivel cognitivo y simbólico.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad


para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un
psicólogo para que trate tu caso en particular.

Si deseas leer más artículos parecidos a Etapas del desarrollo psicosexual - Teoría
de Freud, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Personalidad.

19
SALUD MENTAL EN LAS CONDUCTA DELICTIVA EN ADOLESCENTES 4

Conducta Delictiva. Concepto

Es el comportamiento o infracciones las normas jurídicas, el Estado, los


bienes materiales y las personas. Es una violación a las normas establecidas, o sea
ley, que puede hacerse de forma voluntaria e involuntaria, aunque en la mayoría de
los casos, las personas saben lo que están haciendo, de lo contrario no se
proveyeran de armas para defenderse, en caso de ser sorprendido en acción.
Cualquier acto cometido en contra de propiedad ajena, está considerada como
conducta delictiva.

Son actos en contra de la ley, tipificados por la ley y merecedores de castigo


por la sociedad, en diferentes grados. Cualquier acto cometido que vaya en contra
de lo que establece la ley, está categorizado como conducta delictiva. Las personas
que lo comete tienen una conducta delictiva y está en contra de la ley, pudiendo ser
perseguido o castigada por la misma.

Se puede definir también como “una conducta por parte de una o varias
personas que no coinciden con las requeridas en una sociedad determinada, que
atentas contra las leyes de dicha sociedad. Debido a ello, la delincuencia puede
diferir según el código penal de cada país. Generalmente, se considera delincuente
a quien comete un delito en reiteradas ocasiones, llegando a ser considerado
también, como un antisocial, recalcando el hecho que este tipo de acciones atentan
contra el normal funcionamiento de nuestra sociedad, poniendo en peligros de
diferente naturaleza a sus miembros.

Es las conductas rechazadas por la sociedad denominada también conductas


antisociales el que comete un único delito. No es considerado delincuente si no
aquel que los comete de forma reiterada y que es considerado antisocial por la
sociedad. Entonces, es la conducta delictiva, es aquella actuación, que es
rechazada por la sociedad.

20
Sin duda la conducta delictiva es uno de los temas que más preocupa a la
sociedad actual, debido principalmente al aumento del número de delincuentes y a
que cada vez sean más los adolescentes que cometen delitos. La delincuencia más
común es la llamada delincuencia adolescente, que normalmente es cometida por
una persona o un grupo de personas de esta edad. Los delitos cometidos pueden
ser de carácter menor o también llegar a ser graves y clasificados, pero no son de
grandes proporciones, es decir, no son cometidas por grupos organizados ni
planeadas para afectar en gran manera a la sociedad. Se incluyen aquí delitos como
asaltos, Carter ismos, robos, fraudes, violaciones, vandalismo, grafitis y pinturas en
muros y monumentos, entre otros.

Pueden los adolescentes con conducta delictiva pueden cometer delitos de la


delincuencia menor pero por ser ejecutada por grupos organizados, a los distintos
delitos se les llama industria. Así, se podría hablar de industria del robo, industria del
secuestro. Además de estar aumentando la delincuencia, cada vez es más violenta.
Anteriormente era más común que el delincuente usara la fuerza sólo en caso de
necesidad, pero hoy, la mayoría primero agrede y luego comete el delito, como en el
caso de los robos con violencia y a mano armada. Lo que más preocupa es que los
menores se están volviendo los protagonistas. En todo Latinoamérica la edad
promedio del primer delito ha pasado de los 17 años a los 13 años. En Estados
Unidos, 1 de cada 9 adolescentes son llevados a tribunales. Otro caso en ascenso
es el delito cometido por mujeres.

Adolescencia.
La adolescencia como un periodo en el desarrollo biologico, psicológico,
sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad.
Su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones médicas,
científicas y psicológicas, pero generalmente se enmarca su inicio entre los 10 a 12
años, y su finalización a los 17 años. La adolescencia es esencialmente una época
de cambios. Es la etapa que marca el proceso de transformación del niño en
adultos, es un período de transición que tiene características peculiares. En esta
etapa, sus protagonistas son jóvenes que aún no son adultos pero que ya no son
niños.

21
Es una etapa de descubrimiento de la propia identidad psicologica, sexual,
así como de la de autonomia individual. En el aspecto emocional, la llegada de la
adolescencia significa la abertura de la capacidad afectiva para sentir y desarrollar
emocines que se identifican o tiene relación con el el amor. El adolescente puede
hacer uso de su autonomia y comenzar a elegir a sus amigos y a las personas que
va a querer. Hasta entonces no ha escogido a sus seres queridos. Al nacer conoció
a sus padres y tal vez a algunos hermanos y el resto de sus familiares.

Características de la Adolescencia.

La adolescencia se caracteriza por el crecimiento físico y desarrollo


psicológico, y es la fase del desarrollo humano situada entre la infancia y la edad
adulta. Esta transición es tanto física como psicológica por lo que debe considerarse
un fenómeno biológico, cultural y social. Muchas culturas difieren respecto a cuál es
la edad en la que las personas llegan a ser adultas. Aunque no existe un consenso
sobre la edad en la que termina la adolescencia. Erick Erickson considera que la
adolescencia abarca desde los doce o trece años hasta los veinte o veintiún años.
Este período de los 13 a los 17 años es la búsqueda de la identidad, define al
individuo para toda su vida adulta quedando plenamente consolidada la
personalidad a partir de los 21 años. 

Adolescencia y Delincuencia.

Las actividades ilegales que desarrollan jóvenes, cuya conducta no discurre


por unas causas sociales aceptadas ni sigue las mismas pautas de integración que
la mayoría, no surgen repetidamente, sino que forman parte de un proceso gradual
de socialización desviada que poco a poco se va agravando. Este proceso se
manifiesta más agudamente en la adolescencia, cuando el adolescente está más
capacitado para realizar acciones por cuenta propia. Entre estos no se puede
considerar la existencia de un solo tipo de delincuente, ya que se observan entre
ellos diferentes modos de comportamiento y actos de distinta gravedad. En algunos
individuos de esta edad, la delincuencia es algo transitoria, utilizado para llamar la

22
atención a falta de autodominio, mientras que para otros se convierte en norma de
vida. Cuanto más joven sea el delincuente, más probabilidades, hay de que reincida,
y los reincidentes, a su vez son quienes tienen más probabilidades de convertirse en
delincuentes adultos.

Es importante resaltar el aumento experimentado por la delincuencia juvenil


en los últimos años. Unas de las razones por las que la delincuencia alcanza su
máxima frecuencia entre la adolescencia media y la final es que, en esta época,
muchos jóvenes son capaces de adaptarse por sí mismos, sin el auxilio de padres o
tutores. Aunque la delincuencia continúa ligada a la miseria, su práctica se ha
extendido últimamente a los grupos socioeconómicos medios y altos. Entre las
nueva delincuencia juvenil, estudiadas actualmente en diversas zonas del País,
cabe distinguir los casos que son producto de la aparición de nuevas oportunidades
de delincuencia, no difieren en lo esencial de las formas tradicionales.

Tipos de Actos Delictivos Cometido por los Adolescentes

En la actualidad, los actos delictivos cometido por los adolescentes es una de


las noticias que se comentan en las calles. Es común oír en los medios que
comentan noticias, como los adolescentes en edad de 13 a 17 años se involucran
de manera permanente y activa en actos delictivos. Es una situación deprimente
para la familia enterarse que uno de sus miembros está en actividades que
deshonra a toda la generación.
Son diversos los tipos de actos delictivos que cometen los adolescentes en
edad de 13 y 17 años. Muchos alegan que son manejados o asesorados por
personas mayores, ya que como son menores, el Código del Menor en República
Dominicana, contempla una pena más baja que si fueran adultos. Y esto tiene tanta
veracidad, que se puede notar, que la pena máxima para un menor sólo alcanza los
15 años de cárcel, mientras que en el adulto alcanza 30 años. La mayoría de los
adolescentes violentos no son sentenciados a esa pena.

Son muchos los actos violentos que cometen los jóvenes en edad de 13 y 17
año, y entre los más comunes resalta:

23
 Violencia Física: Es ocasionar dolor y daño físico, corporal. Es cometida como
forma de venganza, por algún evento que tuvieran y que algo quedara
pendiente, sea porque alguno de los jóvenes anduviera solo o porque no
pudo  completar la tarea, quedando pendiente para un próximo encuentro.

 Violencia Económica: Es lo mismo que robo. El delincuente sustrae por la


fuerza algo que no le corresponde.

 Violencia Religiosa: Es perjudicar a otros en razón del credo que profesa o


porque no lo hace. Estos casos han ido creciendo en países radicales, donde
ciertos grupos religiosos tienen el dominio de la población creyente.

 Violencia Sexual: Es perjudicar a otros en razón del sexo. Es tomar a una


persona por la fuerza o de forma involuntaria y practicarle sexo.

La violencia sexual tiene un alto porcentaje en la población juvenil menores


de18 años, debido a la etapa de la adolescencia que están viviendo. Esto indica que
es común que jóvenes en esta edad timen o intenten tomar por la fuerza a persona
del sexo opuesto.

 Homicidio.  El homicidio en la población de 13 a 17 años de edad es la segunda


causa de muerte en Latinoamérica. Los factores de riesgo asociados con
violencia y homicidio juvenil son similares, no pudiendo escapar República
Dominicana a este fenómeno.

 Tránsito. Es uno de los más comunes, sobretodo en Latinoamérica, donde las


personas tienen poca costumbre del respeto a las leyes de tránsito. Los
“jevitos” trabajan duro o hacen malabares para comprar su passola.

 Suicidio. los jóvenes en edad de 13 a 18 años, pasan por una serie de


situaciones propia de su etapa. Cuando se habla de suicidio en esta edad, hay
que ubicarse y mencionar los diferentes factores por lo que un joven decide que
cometer tal acto.

24
 Porte de Arma. Es muy común en los adolescentes en edad de 13 a 17 años,
debido a que esto representa para ellos seguridad. Lo hacen de todas formas
hasta llegar a portar armas ilegales.

 Robo. Es un tipo de acto que se perpetra contra el patrimonio de un individuo,


grupo, organismo, entre otros.

 Riñas. La participación en riñas, la intimidación y portar armas son importantes


comportamientos de riesgo de violencia juvenil.
 Secuestro. Iinvolucrar a los jóvenes adolescentes en actos de secuestro, es
una manera de pintarle que tendrán el mundo a sus pies, con dinero y todo lo
que desean.

 Drogadicción.  La drogadicción es considerada enfermedad, debido a que


cuando el individuo, que consume las drogas, ha involucrado su psique, es
incapaz de controlar sus instintos y deseo de usarla.

 Violaciones. Se refiere a las violaciones por parte de los adolescentes, cuando


se dan el manoseo, actos obscenos o lascivos a un/a niño/a de menos de 18
años, coito oral, sodomía, penetración o introducción de objetos extraños en el
ano o genitales, violación, incesto y explotación sexual.

 Atracos. Es un tipo de acto caracterizado por violencia contra las personas,


generalmente con fines de apoderamiento ilegítimo.

Conducta Delictiva y Familia.

Desde la familia se pueden dar dos situaciones: por un lado, puede ser fuente
de bienestar, satisfacción y aprendizaje para todos sus integrantes, pero por otro,
también puede constituir un factor de riesgo que predisponga al desarrollo de
problemas de desajuste en sus miembros. Un ambiente familiar positivo,
caracterizado por la comunicación abierta y por la presencia de afecto y apoyo entre
padres e hijos es uno de los más importantes garantes de bienestar psicosocial en

25
la adolescencia, mientras que un ambiente familiar negativo con frecuentes
conflictos y tensiones, dificulta el buen desarrollo de los hijos y aumenta la
probabilidad de que surjan problemas de disciplina y conducta
                  
      La Familia en la Adolescencia.
La importancia de la familia es indiscutible, puesto que se trata del grupo
social en el que la mayoría de las personas inician su desarrollo, permanecen
durante largo tiempo y Conforman un entramado de relaciones y significados que
les acompañarán a lo largo de toda la vida. Además, esta relevancia de la familia
permanece vigente en todos los momentos vitales de la persona, desde la niñez
hasta la vejez, y la adolescencia no constituye una excepción. Así, el grado de
apoyo, de afecto y de comunicación que el adolescente percibe en este contexto es
un elemento que contribuye de modo significativo a su bienestar psicosocial, así
como al del resto de sus integrantes.

Aunque el adolescente incorpora nuevas relaciones en su red social como las


amistades y otros adultos significativos, la familia sigue constituyendo el eje central
que organiza la vida de éstos y continúa ofreciendo experiencias concretas de
desarrollo que influyen en las interacciones que los adolescentes establecen en
otros contextos, como la escuela o la comunidad más amplia. En este sentido, la
familia tiene todavía el rol primordial de transmitir a sus hijos una serie de creencias,
valores y normas que les ayudarán a convivir en la sociedad de la que forman parte,
lo que se conoce como socialización.

Características de las familias de Los Adolescentes Con Conducta Delictiva 5

Estévez, R. (2003), plantea que “dentro de la familia, existen factores que


provocan y alimentan el adolescentes la conducta violenta. Los diferentes estilos de
crianza, será determinante en la formación del tipo de conducta que tendrá el
sujeto.es por eso, que los analistas de la situación, culpan a la familia, porque dicen
que estos vienen de un sistema familiar, que se considera la primera escuela para
ellos.

La familia de los adolescentes con conducta delictiva se caracteriza por:

26
         El estilo de crianza.
         Comunicación en la dinámica
         Nivel académico de los padres
         Familia desintegrada
         Padres con comportamiento social inadecuado.

Estilo de Crianza

El estilo de crianza es el conjunto de conductas que son comunicadas al niño


y que también causan un clima emocional en el cual la conducta parental se
expresa. Es la forma en la que ha sido analizada la interacción entre padres e hijos.
Estas  incluyen tanto las conductas en las cuales los padres representan sus
prácticas parentales, así como las conductas no verbales también como son:
gestos, cambios en el tono de la voz, o las expresiones emocionales espontaneas.

Existen tres tipos de estilos de crianza:

          Estilo Autoritario.


Que se caracteriza por el excesivo control y la restricción de la autonomía del
hijo, así como por el valor de la obediencia y el castigo. El estilo crianza de este tipo
hace al sujeto violento.

Dúnker, J (2007) plantea que cuando el niño es víctima de maltrato, da como


resultado un niño miedoso. Este niño se hace joven con un sentimiento de miedo,
provocando que siempre esté listo para defenderse, respondiendo con violencia a
todo evento y situación, ya que con sus maltratadores ni puede hacerlo, lo pone en
práctica en el ambiente en el que se desarrolla.

El individuo que ha sido maltado cuando pequeño, crece con la sensación


que todo es violencia, por lo que siempre está listo para defenderse. Cuando ha sido
testigos de actos violentos en la casa, en el barrio, en la escuela, se convierte esto
en un estimulante productor de violencia en el niño que será algún día joven y por
ende adulto. Es por eso que se propone a los padres no resolver ni discutir sus

27
diferencias delante de los niños, porque esto puede traer consecuencia en la
conducta futura, lo que podría causar dolor de cabeza a los padres en el futuro.

    Estilo Permisivo.


Que se caracteriza por la ausencia de control de los hijos y la concesión total
de autonomía, siempre que no se ponga en peligro la supervivencia del hijo. Esto
provoca que el sujeto se crie con un sentido poco valorativo de la vergüenza, sin
importarle lo que digan los demás. En el estilo permisivo, no se corrige ni se le
advierte ciertos peligros, porque no importa tanto al sistema.

De acuerdo a Dúnker, J. (2007), los hijos criado con este estilo, son persona
que actúan sin ninguna repugnancia por las cosas prohibida por la sociedad. En
este estilo los padres son tolerantes y aceptan los impulsos de los niños, usando un
pequeño castigo como posible, haciendo pocas o nulas restricciones en la conducta
de los hijos, permitiendo un buen control de la emociones para los niños y así tomar
sus propias decisiones y regir actividades tanto como sea posible, con bajas
demandas de control de impulsos para su maduración.

Estos padres son poco exigentes al atender las necesidades de sus


hijos tienen una actitud tolerante a los impulsos de los hijos, no dirigen y  usan muy
poco el castigo como medida disciplinaria, establecen pocas reglas de
comportamiento y son afectuosos con sus hijos. Estos padres no tratan de
controlarlos mediante el ejercicio del poder que viene de su autoridad, fuerza
física. Posición o capacidad de conceder o limitar recompensas, sino que en
ocasiones apelan a la razón del niño, se sitúa en un punto intermedio entre los dos
estilos anteriores, de modo que los padres intentan controlar la conducta de sus
hijos a través de la reflexión y el diálogo, en lugar de la imposición, y conceden una
autonomía supervisada a los hijos. Con este estilo de crianza, el ordena y el resto
obedece, el padre es el amo y señor de su casa, necesita valorarse y que valoren
sus acciones, saber que cuenta con él, el reconocimiento de los demás, está muy
orgulloso de lo bien que funciona todo.

El padre se siente Satisfecho por el orden, distanciado de los demás, atrapado


porque en algún momento le gustaría no tener que mandar, pero desconcertado por

28
momento, cuando entiende que lo que él llama respeto es que en realidad es miedo.
El hijo se siente protegido contra las agresiones externas, pero teme a su padre o
madre, se torna vigilante y controlador, teme toda manifestación de autoridad, tiene
sentimientos de rebeldía cólera, frustración.

Características de Los Hijos Con Padres Permisivos.

Los hijos que crecen en este tipo de familias tienen características como:
·         Falta de control de impulsos
·         Autoconfianza,
·         Agresivos e inmaduros para su edad,
·         Con pocas habilidades sociales y cognitivas;
·         Una carencia de responsabilidad
·         Independencia.

·         Estilo Democrático.
Estos padres respetan la individualidad del niño aunque hacen énfasis en los
valores sociales. Dirigen las actividades de sus hijos de un modo racional. Respetan
los intereses, las opiniones y la personalidad de sus hijos, aunque también los
guían. Son cariñosos y respetan las decisiones independientes de sus hijos, aunque
se muestran firmes para mantener las normas e imponen castigos limitados.
Explican a los hijos los motivos de sus opiniones o de las normas y favorecen el
intercambio de opiniones.

En esta forma de crianza se busca que firmeza y la coherencia sean las


bases en las que se funde cualquier acto de crianza en el hogar y en el aula. En
este ambiente el niño es tomado en cuenta para el establecimiento de reglas e
incluso en el momento de aplicar castigos; los padres y maestros no son
excesivamente responsables de la conducta de los hijos, sino que buscan, a través
de la aplicación de normas que ellos se regulen a sí mismos. Por supuesto que este
estilo de crianza provoca en el hijo o en el alumno sentimientos de adecuación y
confianza muy beneficiosos para su desarrollo integral.  

29
·         Estilo de Crianza Violento.
Puede ser una derivación del estilo de crianza autoritario, en donde la
imposición se basa en la violencia; se busca educar al niño en base al uso de
agresividad tanto física como psicológica. Es común que en este ambiente el niño
viva aterrorizado y que muy pronto, a manera de defenderse de este ambiente tan
hostil, él mismo aprenda a ser violento cuando se sienta amenazado, de tal manera
que se perpetué la cadena.

·         Estilo de Crianza Sobre-protector.


Puede ser una derivación del estilo de crianza permisivo. En esta forma de
crianza los padres y los profesores buscan que sus hijos y/o alumnos no pasen por
los mismos problemas y privaciones que ellos pasaron de chicos, protegiéndolos de
todo lo que a su ver representa un peligro o problema para el niño. Por supuesto
que crean hijos dependientes e inseguros, incapaces de desarrollarse en plenitud en
su medio ambiente.

Otros Estilos de Crianza


Algunas de estos es tipos son muy recientes, distingue cuatro estilos
parentales de socialización en función de dos dimensiones: implicación/aceptación y
coerción/imposición. Los padres con altos niveles de implicación/aceptación
muestran afecto y cariño a su hijo cuando se comporta adecuadamente y, en caso
de que su conducta no sea la correcta, tratan de dialogar y razonar con él acerca de
lo poco adecuado de su comportamiento. Por el contrario, los padres con bajos
niveles de implicación/aceptación suelen mostrar indiferencia ante las conductas
adecuadas de sus hijos y, cuando la conducta es inadecuada, no razonan con ellos
ni les expresan sus opiniones o juicios, de modo que son padres muy poco
implicados con sus hijos, tanto si su comportamiento es correcto como si no lo es.

Comunicación Familiar.

En las familias con hijos adolescentes, los padres se ven en la necesidad de


modificar las normas y reglas familiares utilizadas hasta ese momento. En esta
etapa evolutiva resulta mucho más adecuado, como negociar con el hijo el grado de

30
supervisión y control ejercido por los padres dentro de un marco de afecto y apoyo,
que utilizar la autoridad unilateral. Estas son precisamente algunas de las
características de los hogares democráticos que han sido consideradas por muchos
profesionales como las fuentes más importantes de bienestar y ajuste en la
adolescencia, es decir, el balance entre el control y la autonomía del hijo, y la
negociación y los intercambios comunicativos entre padres e hijos con calidez y
afecto

En la infancia, la relación paterno-filial es mucho más asimétrica, de modo


que los padres utilizan su poder y autoridad para imponer sus estándares, el hijo
reconoce esta autoridad en sus padres y ajusta su conducta a lo que éstos
consideran como correcto e incorrecto. Esto entonces lleva a que, a medida que los
hijos entran en la adolescencia, las relaciones familiares se transforman y es
necesario pasar de la autoridad unilateral paterna a la comunicación cooperativa
con el hijo. Debe haber entonces, mayor reciprocidad, menos diferencias de poder,
y más comunicación, como elementos clave para facilitar la formación y el desarrollo
del hijo adolescente.

En este proceso de formación y desarrollo, el adolescente hace una demanda


creciente de autonomía que deviene en ocasiones en conflictos familiares. Por un
lado, surgen desacuerdos en cuestiones sobre las que los padres quieren seguir
ejerciendo control porque entienden que los hijos no son todavía lo suficientemente
maduros como para tomar elecciones razonadas; sin embargo, los adolescentes
consideran que estos temas les conciernen directamente, como es el caso de las
salidas nocturnas o las amistades. Por otro lado, surgen conflictos debido a que los
padres esperan una mayor autonomía del adolescente en cuestiones tales como
mantener la habitación ordenada o hacer las actividades escolares, mientras que los
hijos, en muchas ocasiones, no conceden importancia a estas tareas. Normalmente,
estos últimos conflictos se reducen a quejas recurrentes de los padres que,
finalmente, suelen ser atendidas por los hijos.

Así pues, en numerosas ocasiones el conflicto entre padres e hijos no es más


que una consecuencia asociada a la búsqueda del adolescente de una mayor
libertad para tomar sus propias decisiones, junto con la percepción de que esta

31
libertad está amenazada por los padres. Además, la existencia de estos conflictos
familiares debe considerarse como algo natural que no necesariamente minará las
relaciones entre padres e hijos, ya que su efecto dependerá de la intimidad, el
afecto y el grado de comunicación que exista entre los miembros de la familia

De hecho, la existencia de conflictos no es síntoma de problemas y


disfunciones familiares, sino que en realidad, cierto grado de conflicto puede resultar
positivo en la medida en que ayuda al adolescente a lograr importantes cambios en
los roles y relaciones en la familia. En este sentido, el conflicto puede suponer una
buena oportunidad para que los padres evalúen y revisen sus propias creencias,
para modificar si fuesen necesarias las normas de interacción entre los miembros de
la familia, así como para que todos muestren comprensión, respeto y aceptación por
las opiniones de los demás.

Además, el conflicto resultará funcional dependiendo del contexto en el que


surja, de los comportamientos de ambas partes y de la forma en que sea
solucionado. Cuando el conflicto se resuelve de forma constructiva, puede ser una
vía para que los hijos aprendan a escuchar, a negociar, a tomar en consideración e
integrar diversos puntos de vista y, en definitiva, a solucionar los problemas
interpersonales eficientemente; por el contrario, cuando el conflicto familiar es
destructivo, hostil, incoherente y con una escalada de intensidad, los hijos se
sienten abandonados, evitan la interacción con los padres y pueden surgir
problemas de ajuste emocional y comportamental importantes. En el siguiente
apartado profundizamos, precisamente, en la relación existente entre determinados
elementos del sistema familiar y el desarrollo de problemas graves de conducta en
los hijos adolescentes, como la violencia y el comportamiento delictivo.

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