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INTEGRANTES
Liz Segovia.
Solange Solis.
Lorena Tseng.
Giannina Geraci.
Victoria Vazquez.
Helena Cardenas.
Tamara Ruiz.
2021
OBJETIVOS
-Investigar recurriendo a diversas fuentes sobre la labor cumplida en las distintas
Guerras contra la Triple Alianza.
-Estimular el interés por el conocimiento de la cultura y la valoración del mismo.
-Conocer las diferentes batallas llevadas a cabo durante la Guerra del 70. Sus
protagonistas, resultados de cada batalla, Campañas ofensivas y defensivas.
INTRODUCCIÓN
Batalla de Piribebuy..
La Batalla de Piribebuy fue librada en el marco de la Guerra de la Triple Alianza,
contienda que tuvo lugar desde al año 1864 al 1870, entre los
aliados: Brasil, Argentina y Uruguay que unieron sus ejércitos para luchar contra el
Paraguay durante el gobierno de Francisco Solano López.
En las etapas finales de la Guerra de la Triple Alianza, producido el retroceso del
menguado ejército paraguayo después la derrota de Lomas Valentinas, el Mariscal
López logró salvar, reorganizar sus tropas y atrincherarse en sus bases de la Cordillera.
López se estableció en Piribebuy, donde instaló su gobierno, declarando a la plaza
tercera capital. Hasta allí trasladó el Archivo, el Tesoro Nacional y el comando de
operaciones. La población se preparó para la defensa en condiciones paupérrimas,
contra un enemigo que superaba sus fuerzas en número y potencia de fuego.
La defensa respondía al comandante Pedro Pablo Caballero con el auxilio de los
capitanes Manuel Solalinde y Crisóstomo Centurión. Era jefe político de la sitiada
población el ciudadano Patricio Mareco.
El comandante, teniente coronel Pedro Pablo Caballero, fue intimado a la rendición. El
valiente soldado contestó: "Estoy aquí para pelear y si es necesario morir, pero no para
rendirme". Seguidamente se desarrolló en las trincheras una lucha cruel y desigual. Al
día siguiente el 12 de agosto de 1869, inicia un recio bombardeo lanzándose los aliados
al asalto de la plaza de Piribebuy con 20.000 mil soldados contra 1600 paraguayos en
su mayoría niños adolescentes, mujeres y ancianos. Sus defensores lucharon con
ferocidad; hasta las mujeres defendían la plaza, armadas con botella rotas y
piedras ,llevado a cabo por el coronel Mallet quien contaba con 47 piezas de artillería.
Tomaron parte en la batalla el propio Conde D Eu, el general Joâo Manuel Mena
Barreto, el general Vitorino y el general Correa da Camara. El ejército brasileño
disponía de veinte mil combatientes.
Convertida en ese entonces en la tercera capital de la República, esta población
cordillerana fue una de las que más padeció los horrores de la Guerra de la Triple
Alianza contra el Paraguay: hubo degüellos, violaciones y matanzas increíbles.
Batalla de Curupayty…
La batalla de Curupayty fue un enfrentamiento militar ocurrido en el marco de
la Guerra de la Triple Alianza. Fue librada el 22 de septiembre de 1866, en el Fuerte de
Curupayty, distante a unos 8 km de la localidad de Humaitá.
La batalla tuvo inicio con el bombardeo de la flota brasileña a las fortificaciones
paraguayas, seguido del avance terrestre del ejército aliado. Pero las pésimas
condiciones del terreno dificultaron el ataque aliado, lo que resultó más fácil a los
paraguayos defender sus posiciones. El desenlace de este enfrentamiento fue
favorable al ejército paraguayo, y en efecto, fue su mayor victoria en esta guerra.
El 22 de septiembre se inició el ataque contra la fortaleza paraguaya. La flota imperial,
que avanzó desde Curuzú, estaba integrada por cinco acorazados, dos buques
bombarderos, tres chatas bombarderas y seis cañoneras dirigidas por el
almirante Joaquim Marques Lisboa, Marqués de Tamandaré. Los acorazados Bahía y
Lima Barroso se adelantarían para cañonear las fortificaciones mientras el resto de las
naves atacaban el resto de las líneas enemigas.
El bombardeo se inició en la mañana, a las 8:00 horas, cuando los 101 cañones de la
flota imperial atacaron las posiciones paraguayas. Estos respondieron con la artillería
ubicada hacia el río. En pocas horas cerca de 5000 proyectiles fueron disparados
contras las trincheras paraguayas. Cuando llegó el mediodía, los acorazados Brasil,
Lima Barroso y Tamandaré, cruzaron la línea de contención de Curupayty para
ametrallar la batería paraguaya de la barranca, desde su retaguardia, dando por
finalizado el bombardeo.
Bartolomé Mitre, avisado de que la flota imperial había terminado su cañoneo y
asumiendo que las posiciones paraguayas debían estar destruidas, ordenó el avance.
Los argentinos y uruguayos estaban al mando de los generales Wenceslao
Paunero y Emilio Mitre y los brasileños estaban comandados por Manuel Marques de
Souza III, Barón de Porto Alegre. Todas estas fuerzas iniciaron el ataque divididas en 28
cuerpos, reforzados posteriormente por 15 batallones argentinos y 9 cuerpos
brasileños que estaban en la reserva. Ante esto el general paraguayo José Eduvigis Díaz
ordenó el repliegue de las tropas ubicadas en las trincheras más avanzadas.
Casi 20 mil hombres distribuidos en cerrada formación avanzaban a duras penas por el
terreno pantanoso que estaba muy por debajo de la altura del lugar donde los
paraguayos habían cavado las trincheras y colocado sus cañones. Cuando los aliados
estuvieron a la distancia apropiada, Díaz ordenó disparar a la artillería paraguaya que
estaba casi intacta y que causó enormes bajas a las tropas enemigas que avanzaban en
formaciones muy densas y con mucho esfuerzo y lentitud debido a la zona lodosa.
Estas fuerzas, al superar la zona batida por la artillería debían pasar por zanjas
cubiertas con espinas y estacas para llegar al campo de tiro de la infantería paraguaya
atrincherada en sus posiciones.
Los soldados aliados no pudieron acercarse a las trincheras enemigas, y los pocos que
lograron hacerlo fueron literalmente fusilados. Cuando intentaban retroceder la
llegada de refuerzos los hacía cargar nuevamente siendo igualmente rechazados en
todos sus ataques.
Cerca de las 16:00 horas, Mitre dio la orden de retirarse, aunque varias tropas ya
habían empezado el proceso por iniciativa propia. Media hora después los paraguayos
empezaron a celebrar su victoria.
Los datos registrados dan cuenta de entre cuatro a cinco mil bajas en el ejército aliado,
aunque otros lo elevan a diez mil, mientras que en el lado paraguayo las bajas fueron
exactamente 92, un total de 23 muertos y 69 heridos.
En realidad, parte del trabajo había comenzado ya el 3 de septiembre, inmediatamente
después de la culminación de la batalla de Curuzú, tras retirarse las tropas brasileñas
de las cercanías. Pero las fosas construidas entonces habían sido solo la indispensable
y elemental cobertura que requería la desguarnecida posición. Ya de vuelta a
Curupayty, en la misma noche de aquel 8 de septiembre, Díaz dio inicio a la tarea.
Empezó desde el bosque, tan pronto como fue posible derribar los árboles tupidos que
cubrían el lugar. Trabajando en turnos, 5.000 hombres fueron destinados a las
excavaciones, a cortar árboles, a hacer túneles y a preparar zanjas y abatises. Los
soldados trabajaban “de dos en dos”, unos con picos y los otros con palas. El
extenuante trabajo de apertura de aquellas zanjas, con los soldados metidos en los
carrizales y en los profundos esteros, con el barro y el agua hasta la cintura, era
alternado con el de vigilancia en las líneas más avanzadas, en previsión de cualquier
ataque.
El foso principal, el primero en terminarse, tenía cuatro varas de ancho por tres de
profundidad. Con la arena extraída se construyó el ancho muro detrás del cual se
levantaron las plataformas de los cañones. Sobre el borde exterior del foso se levantó
un espeso muro de abattis (estacas), empleándose para ello los árboles recién
cortados. En los fosos que los contenían, los gruesos troncos estaban asegurados con
estacas. El follaje de estos árboles -generalmente de hojas espinosas- apenas
sobresalientes del hoyo, escondían su profundidad y las agudas estacas que guardaban
en su interior. Otras excavaciones se abrieron en las líneas avanzadas cubriéndoselas
de espinillos y aromita. Después de las grandes lluvias que sobrevinieron, estos
obstáculos quedarían ocultos bajo el agua, convirtiéndose en trampas mortales.
Ya dentro de las líneas de defensa y con objeto de proteger a los tiradores de los
eventuales disparos enemigos, el general Díaz mandó construir otro foso interior en el
que los soldados paraguayos tendrían las máximas comodidades para efectuar sus
disparos concediendo la mínima visibilidad para el fuego enemigo.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFIA
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Piribebuy
https://www.mec.gov.py/cms_v2/recursos/5585-batalla-de-piribebuy---el-conde-deu-intima-
rendicion-a-pedro-pablo-caballero
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Acosta_%C3%91u
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Curupayt%C3%AD
https://es.wikipedia.org/wiki/Fuerte_de_Curupayty
ANEXOS