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A diferencia del Imperio Romano de Occidente, que cayó en el año 476 dc., a consecuencia de las
invasiones bárbaras o germánicas; el Imperio Romano de Oriente logró sobrevivir casi un milenio más y
es conocido como “El Imperio Bizantino”. Su grandeza se debió a la riqueza de sus territorios, su bien
organizado ejército y su ubicación estratégica.
Su capital, la ciudad de Constantinopla, fue construida a imagen de Roma por el emperador Constantino
en el año 330 sobre la antigua colonia
griega de Bizancio. Situada
estratégicamente en el estrecho del
Bósforo, que comunicaba el mar Negro y
el mar Mediterráneo, Constantinopla
llegó a controlar las rutas comerciales
entre Europa y Asia. Estaba construida
sobre un puerto natural, el Cuerno de
Oro, y protegida por un doble cinturón
de murallas. La ciudad contaba con
amplias avenidas y varios foros. En el
centro se construyeron majestuosos
edificios, como el palacio imperial, el
hipódromo, el Senado y la basílica de
Santa Sofía. Cerca de esta zona se
encontraba el barrio de Pera, donde
vivían los comerciantes. Constantinopla
se convirtió en una de las ciudades más ricas y populosas durante la Edad Media. En tiempos de
Justiniano, llegó a tener medio millón de habitantes, y en el siglo XI sobrepasaba el millón.
1. Para conocer más sobre este fabuloso imperio, te invito a leer las págs. 12 y 13 del texto escolar. Durante la
lectura identifica las ideas principales del tema. Luego, responde:
¿Con qué elementos contaba el emperador para gobernar? Explica cada uno.
¿Por qué se afirma que Bizancio fue uno de los centros económicos más importantes del mundo medieval?
¿Cuáles fueron las causas que determinaron la caída del imperio Bizantino?
2. Elabora una pirámide social sobre la sociedad bizantina y explica las características de cada grupo social:
3. Interpretamos fuentes sobre el imperio Bizantino. Observa la imagen de la pág., 12 del texto escolar. Luego,
completa el cuadro:
VER ANEXO