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Cinco obras que te harán conocer a José María Arguedas

José María Arguedas Altamirano (Andahuaylas, 18 de enero de 1911 – Lima, 2


de diciembre de 1969), fue escritor, antropólogo y etnólogo, autor de novelas y
cuentos que lo han llevado a ser considerado como uno de los grandes
representantes de la narrativa indigenista del Perú y cuyo legado permitió la
valoración de la cultura andina en el Perú.
Arguedas captó la realidad del país y la volcó en su obra literaria. De esta manera
visibilizó las complejas culturas y diversas sociedades del Perú en el siglo XX,
vinculando el mundo andino y el mundo occidental ante los constantes cambios
sociales y económicos de un país semifeudal y agrario.
José María Arguedas tuvo una amplia y diversa variedad de obras de ficción,
ensayos y artículos. Pero algo en común en este legado, es que sus trabajos reflejan
a un Perú dividido en dos: la región andina y población quechua, y por otro la ciudad
con raíces europeas.
A continuación, compartimos algunas de las obras de José María Arguedas, uno
de los escritores más importantes del siglo XX:
Agua (1935)
Es su primer libro y reúne tres historias o cuentos donde describe detalladamente
la vida cotidiana en una aldea de los andes peruanos. Agua, Los
escoleros y Warma Kuyay, son los nombres de los tres cuentos que conforman
dicho libro y que se inspiran en sucesos de la niñez de José María Arguedas,
durante el tiempo que vivió en la provincia de Lucanas. Esta obra presenta un
mundo donde se muestran los valores humanos y solidarios, en oposición a los
abusos de poder. Este libro es una protesta pública a favor de los derechos
indígenas, una lucha por la libertad e igualdad de los pueblos.
Yawar fiesta (1941)
Es una novela ambientada en el pueblo de Puquio, capital de la provincia de
Lucanas (Ayacucho), ciudad donde José María Arguedas vivió de niño, aprendió
quechua y se vinculó con la comunidad indígena. Yawar fiesta (Fiesta de sangre)
es su primera novela y pertenece a la corriente del indigenismo. Esta obra relata la
realización de una corrida de toros al estilo andino (turupukllay) en el marco de una
celebración denominada yawar punchay, pero desde Lima llega la advertencia del
Gobierno: la corrida sangrienta se prohíbe. Sin embargo, la comunidad no se
quedará resignada a no realizar o celebrar aquello por lo que estuvieron esperando
todo el año y que forma parte de sus tradiciones.
Esta novela, más que mostrar la opresión y congoja de la comunidad
indígena, resalta el poder y la dignidad que el pueblo quechua ha preservado
a pesar de la explotación y el desprecio. Narra el triunfo de este pueblo al decidir
conservar su idiosincrasia cultural, así como los aspectos de su organización social.
Los ríos profundos (1958)
Considerada por la crítica como la obra maestra de José María Arguedas, narra el
proceso de maduración y toma de conciencia de Ernesto, un muchacho de 14 años,
que enfrenta las injusticias del mundo de los adultos del que empieza a formar parte
y debe tomar un camino.
A modo autobiográfico, esta novela nos introduce a un mundo que es a la vez
cotidiano y mágico, que con sencillez y originalidad narra las experiencias,
vivencias y sobre todo el rico mundo interior de un niño que compara su alma
a la del río Pachachaca y desea como él, "cruzar la tierra, cortar las rocas; pasar
indetenible y tranquilo, entre los bosques y montañas...". El río es una alegoría que
expresa la fuerza y la pureza, lo indómito y lo sagrado, en un mundo perdido en la
confusión y el caos.
El Sexto (1961)
En esta novela José María Arguedas, narra su experiencia carcelaria entre 1937 y
1938 en uno de los penales más conocidos de Lima. El personaje de la obra es
Gabriel Osborno, un estudiante universitario que es preso por ser un activo líder
estudiantil. En la cárcel convive con asesinos, maleantes y detenidos de todo
tipo, no encuentra divisiones de clases sociales, sino enfrentamientos y
desunión por razones netamente políticas o partidarias. Para el protagonista, El
Sexto es consecuencia del sistema racista, excluyente y elitista que impera en el
Perú.
Todas las sangres (1964)
Es la más larga (más de 500 páginas de extensión) y ambiciosa de José María
Arguedas al retratar la vida en el Perú en conjunto, en diversos escenarios
geográficos y sociales, esto a pesar de que su foco esté en la sierra. Rendón Willka,
es el nombre del personaje central de la narración, quien sufre humillaciones en sus
años de colegial, quedando con recuerdos dolorosos e imborrables, padeciendo
también la injusticia de los potentados y señores. El mensaje de esta obra es que
la cultura andina no debe ser destruida por la modernización, más bien debe
conservarse manteniendo un país de respeto a la diversidad cultural. Nos
transmite la defensa de nuestras raíces, el orgullo por nuestra identidad y la no
discriminación.

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