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Es muy interesante en estos momentos coyunturales del pleno siglo XXI releer a
pensadores como Celso Furtado, la reivindicació n de los pensadores de la Orden del
pensamiento cepalino se hace necesaria para trazar la comprensió n de viejos y
fuertes poderes oligá rquicos que han establecido las reglas del juego mercantil en el
tablero mundial. Primeramente, en el apartado de la “Concepció n del desarrollo y
subdesarrollo”, Furtado explica muy bien el mito fundacional del desarrollo,
enmarcado, como se ha mencionado, en una noció n meramente econó mica,
dá ndonos cuenta de este mito, fundamental en la comprensió n de las ciencias
sociales.
Furtado abrió la brecha para pensar que la tesis del subdesarrollo como una etapa
que eventualmente se supera es falsa, que incluso, aunque la economía mundial siga
desarrollá ndose, las periferias no llegará n nunca a niveles de consumo como en
EUA, por ejemplo, y que si aceptamos esta tesis, se está negando el cará cter ú nico e
histó rico del desarrollo capital en cada nació n, sería negar ese capitalismo sui
generis al que después se refiere Ruy Mauro Marini. Y este pensamiento es muy ú til
para entender también que el camino de fases rostowiano tiene sesgos profundos en
sus planteamientos.
Los promotores de “los sistemas democrá ticos y liberales” jamá s ejercieron esa
democracia en el orden econó mico mundial. La burguesía industrial que domina el
plano productivo y mercantil hasta hoy, es una alianza de fuerzas y poderes
antiquísima, fuerzas industriales, comerciales, financieras, terratenientes y de
burocracia estatal se han coludido para dictar el manifiesto mercantil, soslayando e
incluso boicoteando a posibles potencias emergentes dentro del globo. Por eso es
hay que analizar las fases de la industrializació n capitalista, para no seguir
invisibilizando las contradicciones nacidas de esas etapas, y tampoco mermar la
noció n de la “ley de las ventajas comparativas” de los países centrales a través del
oligopolio, cuestiones fundamentales para entender el rezago de las otras.
En la línea de los bloques econó micos que se configuraron en ese evento, parte
aguas en la historia mundial, dichas fuerzas econó micas entendieron que la
preocupació n vital para su expansió n radicó en los costos de producció n. La
mecanizació n industrial dio pie al inicio de un periodo donde la producció n
artesanal entró en crisis y las técnicas de producció n constituyeron la base de todo
sistema econó mico. En la primera fase del desarrollo la acció n diná mica actú a tanto
por parte de la oferta como de la demanda de los bienes finales de consumo y las
actividades de subsistencia son integradas al mercado. Esta etapa culmina con la
total absorció n de la economía pre-capitalista y la absorció n del excedente de la
mano de obra para iniciar una etapa de la total liberació n del comercio a las
exportaciones de masa de capital.
Esta fase permitió a los países centrales la manutenció n de sus equipos industriales
que funcionaban en su plena capacidad, y como dice Furtado, dentro de una ofensiva
comercial al estilo del imperialismo victoriano. Así, el advenimiento de un nú cleo
industrial en la Europa del S. VXIII provocó una ruptura en la economía mundial de
la época y configuró el desarrollo econó mico subsiguiente en casi todo el mundo.
Con esta idea se complementa perfectamente la noció n del otro texto en cuanto al
cará cter expansionista de las economías centrales en esta segunda fase del
desarrollo de la economía industrial, porque en términos simples, el efecto del
impacto de la expansió n capitalista sobre estructuras arcaicas no fue homogéneo,
varió segú n el cará cter especifico de cada regió n, hoy lo podemos observar con la
gran cantidad de pueblos indígenas que no encuentran aú n un lugar en la
concepció n de desarrollo ni dentro del sistema capitalista.
Indagación:
¿Podríamos pensar en un mundo dó nde todas las naciones alcancen esa fase
superior del desarrollo? ¿Es posible qué en el juego del tablero mundial todos
posean esa fuerza y capacidad de un pleno desarrollo enmarcado en el capitalismo,
todos pueden ser reyes o para la subsistencia de éstos tienen que existir otras
piezas, en donde las ex-colonias juegan el rol de peones? ¿Si damos crédito al mito
fundacional del desarrollo, no sería má s bien invisibilizar la organizació n de bloques
econó micos y comerciales antiquísimos, el establecimiento de oligarquías y la
alianza de ciertas burguesías nacionales con las centrales?