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Caos en todas las regiones del mundo en todas las dimensiones de la crisis (política,
social e ideológica)
Hegemonía: es la excepción en la historia real marcada sobre todo por el conflicto entre las
partes, situación que pone en entredicho la propia hegemonía. La hegemonía de Estados
Unidos, que pareciera imponerse en este momento sigue siendo frágil y precaria, como la
mundialización dentro de las formas en que opera.
La posición de un país en la pirámide mundial se define por la capacidad de sus productos para
competir en el mercado mundial. Samir Amin sostiene que la “competitividad” es el producto
complejo de un conjunto de condiciones que operan en el conjunto de la realidad, económica
política y social, y que en este combate desigual, los centros utilizan 5 monopolios acciones
con eficacia.
1- Tecnología: monopolios que exigen gastos gigantescos que sólo el estado puede
sostener, gastos militares.
2- Flujos financieros de dimensión mundial: ahorros centralizados por la intervención de
instituciones financieras cuyo campo de acción es ahora el mundo entero. El capital
financiero es el segmento más mundializado del capital. A corto plazo, sólo engendra
una inestabilidad permanente, y no la estabilidad necesaria para que los procesos de
ajustes puedan operar con eficacia.
3- Acceso a recursos naturales: explotación indiscriminada de estos recursos. El
capitalismo es incapaz de superar, refuerza el alcance del monopolio de los países
desarrollados, que busca simplemente evitar que su despilfarro se extienda a los
demás.
4- Campos de comunicación y medios de comunicación masiva: manipulación política.
5- Armas de destrucción masiva, limitado por la bipolaridad de posguerra. No existe
manera de combatir ese monopolio inaceptable sin un control mundial y democrático
sobre un desarme que tienen que ser global de verdad.
Para Samir Amin, es una utopía reaccionaria, contra la cual debe desarrollarse en la teoría y en
la práctica la alternativa de un proyecto humanista de mundialización, que se inscriba en una
perspectiva socialista.
Realizar dicho proyecto implica la construcción de un sistema político global, no al servicio del
mercado mundial, sino que definas un marco operación, tal y como el estado nacional
representó históricamente, no el marco de despliegue del mercado nacional coma sino el
marco social de este despliegue. Un sistema político global debería tener responsabilidades
mayores en cada uno de los siguientes cuatro ámbitos:
Un proyecto tan ambicioso como este, sólo podía ser llevado a cabo a buen término por una
izquierda europea, que fuera capaz de insertar la construcción del mercado unificado en un
proyecto social y cultural progresista coma sin el cual aquella seguiría siendo frágil, incluso
reversible al menor accidente serio. Se necesitaba que las izquierdas europeas impusieran, en
cada etapa de la integración de los mercados, una doble serie de medidas, para asegurar por
un lado que el beneficio de la operación fuera para los trabajadores, y reforzar por esta vía a su
poder social y su unidad, y para esbozar por el otro la construcción de un sistema político que
trascendiera a los Estados nacionales, como forma política necesaria para una gestión eficaz
del mercado ampliado. No ocurrió así, el proyecto quedó en manos de la derecha y se redujo a
su dimensión Mercantil.
Asia:
Se encuentra ampliamente al margen del conflicto euro estadounidense, suele observarse que
hacía constituye una excepción en la crisis actual, porque en términos de crecimiento y de
eficiencia, se registran éxitos indudables tanto en Japón como en China comunista, En Corea y
en menor medida en algunos países del sudeste asiático incluso en la India. De ahí a concluir
que la próxima hegemonía le tocará a Asia no hay más que un paso, que suele darse con
demasiada celeridad, en la medida en que hace a encierra, en este concepto globalizante, más
de la mitad de la población del mundo. Puede sustituirse el vago concepto de hegemonía por
una visión en la cual así se convierte en la principal región de acumulación capitalista. aquí
cobra sentido la existencia de variantes múltiples. La que suele imaginarse con mayor
frecuencia es a mi juicio la que menos posibilidades tiene. La vulnerabilidad de Japón sigue
siendo una desventaja que suelen subestimar los admiradores de los recientes éxitos nipones.
Japón permanece la sombra de Estados Unidos. Es imposible que China, o Corea incluso,
acepten subordinarse a Japón. En estas condiciones, la gestión del equilibrio interno asiático
necesitará de la intervención de otras potencias de fuera de la región: aquí también Estados
Unidos aparece como el único candidato, con el afán de perpetuar su supremacía en la escena
mundial. Con todo, es muy probable que se refuercen las posiciones de los países de Asia (De
China en primer lugar) en el sistema mundial. es por eso por lo que se percibe a Estados
Unidos como una amenaza.
Polarización Norte-Sur:
Parecería que esta polarización forma parte del orden natural de las cosas punto no concluyó
así, porque respecto a los últimos 5 siglos ha cambiado los siguientes: los pueblos periféricos a
2 por la expansión capitalista, que parecían haber aceptado su suerte durante mucho tiempo,
ya no la aceptan desde hace casi 50 años, y la aceptarán cada vez menos en el porvenir. El
aspecto positivo de la universalización que inauguró el capitalismo representa indudablemente
un gusano en la fruta. Lo que se esbozó con las revoluciones rusas Y China pero seguirá bajo
otras formas. Aquí se encuentra la razón última de la inestabilidad de los sistemas mundiales
en construcción. Desde luego que estos conflictos coma que ocuparán en adelante el centro
del escenario serán desiguales como en el pasado. Mi intuición me conduce a pensar que los
conflictos entre los pueblos de Asia y el sistema dominante ocuparán un lugar de primer orden
en la historia venidera. eso no excluye que participen en esta revuelta generalizada contra la
polarización, como no esclusa avances y transformaciones en los centros mismos del sistema.
Los fracasos no están excluidos para aquellos pueblos que pueden encerrarse en el rechazo a
una perspectiva universalista.
Respuesta humanista:
Existe un acuerdo bastante amplio sobre algunas de las características principales del desafío
al que se enfrentan las sociedades de nuestra época:
Las 3 primeras características de la crisis en curso no son del todo nuevas. El capitalismo ya ha
pasado por largas fases de estancamiento en momentos de intensa financiarización e incluso
de mundialización, si ésta se concibe como el hecho de que los agentes de la vida económica
activos más allá de las fronteras de sus países de origen escapen a la ley de los Estados. La
cuarta características nuevas coma, desde luego.
a- En la base, el conjunto de estructuras elementales que sirven como marco para la vida
material cotidiana, en particular la organización del trabajo y de la subsistencia en el
seno de la familia.
b- En un nivel medio, el mercado, es decir el conjunto de estructuras en cuyo seno
operan los intercambios regidos por la división social del trabajo.
c- Por último, en el nivel superior del poder, un anti-mercado donde operan los grandes
depredadores en la jungla política local y mundial.
Por concisa que sea, la fórmula permite comprender que Bravo del rechace de entrada el
economicismo, que se caracterice por fijarse de manera exclusiva en el nivel medio. Permite
también comprender por qué Braudel rechaza la equivalencia común “capitalismo igual a
mercado”, que dominan el pensamiento vulgar, y que está muy en boga en la actualidad. Para
Braudel, la especificidad del capitalismo histórico se define por la existencia de un nivel
superior. Según el autor, la economía de mercado es muy anterior al capitalismo, que sólo
aparece cuando se constituye este anti mercado, cuya historia habrá que moldear a su vez la
del capitalismo.
El Capital, Marx:
En esencia el libro uno habla de la base, la enajenación mercantil, aunque no lo ubica fuera de
la relación de producción fundamental que define al capitalismo. Por el contrario, la ubica en
el corazón de esta relación en la que el capital explota el trabajo.
El libro 2 propone luego el análisis de la economía del sistema, es decir del aspecto económico
del modo de producción capitalista, la ley del valor, captado en su nivel de abstracción más
elevado. El objeto de estudio del libro 2 es la dinámica del equilibrio entre las producciones de
los 2 departamentos que producen los elementos materiales constitutivos de la dominación
del capital sobre el trabajo y los elementos del consumo material que permiten la
reproducción de la fuerza de trabajo. El proyecto de Marx no se detiene aquí, más allá de este
aspecto económico que podría llamarse puro, Marx proponía elevar el análisis hasta el nivel
superior, tal y como lo define Braudel, mediante la construcción de un aparato de análisis del
poder y del sistema mundial.
La obra de Marx quedó inacabada y no cabe duda de que es imperfecta como toda obra
humana. mis observaciones:
- Karl Polanyi, 1957: Uno de los pocos intentos por tomar en cuenta con seriedad la
dimensión mundial del capitalismo. Rechaza de entrada la idea de que el mercado
pudiera ser auto regulador, ataca por lo mismo el fundamento del economicismo
burgués que triunfó hoy como nunca. Polanyi demuestra que la mercantilización de la
fuerza del trabajo, de la naturaleza y de la moneda sólo pueden crear el caos y lo
socialmente insoportable. Esta utopía que persigue el capital cada vez que la
coyuntura política se lo permite jamás ha logrado imponerse de manera duradera por
lo mismo.
Los 3 temas que considero a Polanski ya se encuentran en Marx, en particular la
enajenación del trabajo. Sobre el tema de la naturaleza, Polanyi vuelve explícito lo que
Marx no había desarrollado de manera sistémica. El Problema de la moneda había sido
objeto de largos desarrollos en el libro 3, a propósito del crédito, las crisis y los
intercambios internacionales. Marx había propuesto una problemática de la relación
entre moneda y poder y una reflexión sobre el fetichismo monetario. En este último
plano, Marx llegó muy lejos, demostró cómo el ciclo del dinero podía liberarse en
apariencia del paso forzado por la producción. Sobre la relación entre el dinero y el
poder, Marx proporcionó también el equipamiento conceptual que permite
comprender cómo el dinero se convierte en el símbolo de poder a secas. La moneda
no puede tratarse entonces como una mercancía cualquiera. Por mi parte, había
intentado un análisis de la relación entre moneda y poder que colocará el acento en la
necesaria gestión de la moneda y del crédito por el estado, que actúa aquí como un
capitalista colectivo que trasciende los conflictos que operan en el mercado, y había
explicitado en este marco las funciones de esta gestión en la regulación competitiva
del siglo 19, la regulación monopolista y forista del siglo 20 y la regulación consideran
su dimensión mundial. Polanyi Nos ofrece un cuadro magistral desde los desarrollos de
la utopía liberal de fines del siglo 19 hasta la catástrofe final a la que conducía: el
fascismo y la Segunda Guerra mundial. Por sí misma, dicha utopía no es capaz de
definir una nueva fase de expansión capitalista, porque no es más que la gestión de la
crisis. Por desgracia, la izquierda y el marxismo histórico están mal equipados para
enfrentar el reto tanto más cuanto que la esclerosis del máximo dogmático en la
posguerra nos privó de los medios para comprender en verdad los mecanismos, las
contradicciones y los límites de los 3 modelos considerados (el socialdemócrata, el
soviético y el del tercer mundo nacionalista) hasta sustituir el análisis serio por un
discurso ideológico simplificado y manipulado.
- Braudel: No articula los sistemas de la vida material con los que rigen los niveles
superiores de la organización social, quizás porque el autor, preocupado por no ceder
a la tentación marxista, quiso ignorar los conceptos de las relaciones de producción y
teoría de enajenación. la mayor contribución de Braudel para la comprensión de lo
que es el capitalismo consiste entonces en el énfasis en el tercer nivel de la realidad: el
anti-mercado (el poder), cuya existencia como tal se excluye en el pensamiento
economicista dominante, que se rehúse a considerar el carácter decisivo que tiene
para definir el capitalismo. Nadie que sea sensato puede ignorar la existencia del
Estado y la política, pero el mundo ha visto como un mercado implicaría un concepto
de Estado bastante diferente de aquel cuya existencia nos enseña la historia real.
Braudel nos propone una luminosa explicacion del nacimiento del poder capitalista no
como producto espontáneo del mercado sino por el contrario fuera y por encima de
las restricciones que se imponen. Caracteriza la transformación cualitativa que
cristaliza en Europa a finales de la edad media como el paso de un poder atomizado a
uno concentrado cuyos modelos sucesivos son primero las ciudades italianas, luego las
provincias Unidas eh Inglaterra a partir de 1688. Esta transformación es la que marca
la aspiración del capitalismo y lo define, y no la existencia de intercambios mercantiles
previos. La formación y el triunfo del capitalismo no son por lo tanto producto de una
evolución lineal en la expansión de los mercados, sino de la interacción entre ésta y
factores internos específicos y propios de la forma periférica del modo tributario en
Europa. Este sentido la transición mercantilista aparece sin duda a posteriori, como
una transición al capitalismo en su forma más acabada x lo mismo merece calificarse a
su vez de capitalista.
Problemas de la mundialización:
1945 flecha clave, la posguerra constituye una ruptura cualitativa con las formas de
mundialización que predominaban desde 1880, o desde 1800 en ciertos aspectos.
Características:
- Cada uno de estos proyectos se separaba del economicismo liberal extremo para
asociar las tareas y los objetivos de la eficiencia económica a la afirmación de un marco
social que permitiera dominar los mercados.
- Llevar a la práctica políticas y estrategias eficaces y convenientes en este marco:
responsabilidad nacional y de la sociedad civil
Del examen a posteriori de la fase 1945-1990 concluyo precisamente que la antigua forma de
polarización (el contraste entre centros industrializados y periferias no industrializadas, que
predominó entre 1800 y 1950) quedó superada por la industrialización de las periferias -del
Este y del Sur-, por desigual que haya sido. En estas condiciones, la ley del valor mundializada
definida para la fase 1800- 1950 debe revisarse en función de esta transformación cualitativa.
Si tuviera que recordar simplemente las adquisiciones más sólidas de la reflexión sobre las
características importantes y nuevas del sistema de posguerra, señalaría las siguientes:
¿Son eficaces los amortiguadores propuestos para "limitar los daños"? El principal
amortiguador parece ser el de la regionalización, cuyas virtudes ponen de moda los medios de
comunicación masiva, ya sea que se trate de la insoslayable construcción europea o de otras
iniciativas.
Para explorar las alternativas, y para concluir este debate sobre la mundialización, me parece
necesario volver sobre el problema central de método definido al principio: el problema de la
ley del valor, y de la relación entre la ley económica del sistema capitalista y el funcionamiento
de su política.
La ley del valor, considerada en su nivel más alto de abstracción, o en otro nivel, que define el
estatuto de su forma mundializada, opera en el nivel medio, en el lenguaje de Braudel (es
decir, en el marco del mercado). En la conceptualización de Marx, define el predominio de lo
económico, que no está separado de lo social, lo político y lo cultural, pero los domina. La ley
del valor no sólo rige la vida económica del mundo capitalista, rige todos los aspectos de la
vida social.
El sistema de precios, que rige la distribución de la riqueza, es por fuerza diferente del sistema
de valores, y no sólo por la imperfección del mercado, sino también -y en esencia- por la
interferencia entre mercado y poder, entre nivel medio y nivel superior, entre instancia
económica e instancia política.
En todos estos esquemas, hay demasiados excluidos como para creer en la solidez de las
estructuras que soportan. Los africanos, los árabes y los musulmanes, los latinoamericanos
deberían descubrir, un día de estos, la manera de llamar la atención sobre su existencia. Ahora
bien, si la izquierda no está presente para movilizarlos alrededor de un programa creíble y
posible, su rebelión puede llevarlos a la derecha, hacia un neofascismo.
La nueva socialdemocracia deberá ser europea, o 'no será. Es lo que llamo darle al proyecto
europeo la dimensión social que le falta, y que no interesa en la estrategia que produce de
manera espontánea el capital dominante.
Asimismo, esta reorganización implica que se negocien porciones de mercado abiertas a las
nuevas industrializaciones de las regiones periféricas. Entra por lo tanto en contradicción con
los principios que protegen de hecho, en nombre del liberalismo, a los monopolios
establecidos, hostiles a los cambios. Por último, implica una reorganización de los sistemas
monetarios, que entra en conflicto, quiérase o no, con los principios de base a partir de los
cuales funciona la financiarización (los cambios flotantes, la liberalización financiera a escala
mundial, etc.). El conjunto de las reorganizaciones que supone el éxito del proyecto de Pastré
constituye lo que llamo la construcción de un mundo pluricéntrico. La culminación del
proyecto no es para mañana, y podría parecer tan lejana que se le llamará con facilidad
utópico.