Está en la página 1de 5

UNAM- PEELA

Seminario: Teoría y concepción del desarrollo en América Latina.


Profesor: Dr. Antonio Mendoza Hernández
Alumna: Diana Montes M.

 Marini, Ruy Mauro (1994), La crisis del desarrollismo, La teoría social


latinoamericana, t. II, El Caballito, México.
 Dos Santos, Theotonio (1969), La crisis de la teoría del desarrollo, en La dependencia
político – económica de América Latina, Siglo XXI, México.

Como ya se ha visto a lo largo del curso las relaciones de dependencia en América Latina
son un hecho innegable, primeramente, hemos abordado el mito del desarrollo como una
meta a alcanzar con Prebich, Furtado y Pinto, posteriormente, pensadores de la Teoría de la
Dependencia, como Theotonio Dos Santos y Ruy Mauro Marini, explicarán de una forma
más detallada cómo surgen y se perpetúan estas relaciones dependientes, Marini con un
marxismo inminente que nos ayuda a entender las brechas y desigualdades de clase
históricas.

Dos Santos afirma la crisis de la Teoría del Desarrollo, una teoría que se devela como
utópica y que se estanca en la década de los sesentas, el contexto político y social denso que
se vive en ese decenio, como los golpes de Estado promovidos por el imperialismo yanqui y
la crisis institucional marcaron la génesis de una conciencia que buscaba cambios
estructurales que no se quedaran sólo como reformistas, sino que se enfrentaran de cara a lo
que Gunder Frank llamó el enemigo número uno de las naciones precoloniales, es decir, el
imperialismo. Estos movimientos radicales inspirados en la Revolución Cubana e incluso, la
derrota de los franceses en Argelia pusieron en jaque a las ciencias sociales junto con su
intelectualidad europea y estadounidense, esa ideología burguesa desconectada de la realidad
de los países atorados en el subdesarrollo decayó notablemente. Se visibilizaron las
estructuras arcaicas de dominio y la imposición de metas así como de obstáculos por parte de
las potencias centrales y también su discurso y creación de la dicotomía desarrollo-
subdesarrollo.

De este modo, Dos Santos puntualiza las contradicciones de esta Teoría del Desarrollo en
una suerte de continuación de lo que Celso Furtado ya había planteado en su idea del
desarrollo como un mito fundacional, en una dirección hacía las metas mismas del
desarrollo, vinculadas siempre a la idea de progreso y modernidad industrial; los
procedimientos económicos, políticos y psicológicos de las potencias centrales, instaurados
en los países periféricos, esto, enmarcado en una base ideológica que organiza la voluntad
nacional para cumplir con su rol específico dentro del mercado mundial.

Destaca la idea de un modelo formal impuesto, un camino trazado sobre la noción de una
“sociedad desarrollada” y la lucha asidua de las excolonias por llegar a encajar en ese
modelo, teniendo diferentes ejes de mando, en los países capitalistas el empresario y en los
socialistas el Estado, pero el modelo era el ideal y el ejemplo de quienes en su historia habían
demostrado ser el mejor paradigma del bienestar humano. En este sentido, Dos Santos
menciona como las sociedades capitalistas desarrolladas corresponden a una experiencia
histórica totalmente superada, mientras los líderes socialistas se apegaron al plan de industria
pesada interna o “cortina de hierro”.

Ya se han planteado los obstáculos al desarrollo, Dos Santos se enfoca en un punto crucial,
los análisis sobre la mencionada dicotomía desarrollo-subdesarrollo no deben ser duales,
como simplemente establecer que hay sociedades modernas y tradicionales o capitalistas y
feudales, y que las sociedades tradicionales viven en una negación o resistencia al cambio
como sino quisiesen evolucionar, más allá de este reduccionismo hay que destacar sus
especificidades concretas, la cuestión cultural y no sólo económica así como sus procesos
históricos, ningún camino al desarrollo puede ser orgánico en estas sociedades ni su supuesto
retraso significa una mera resistencia a la industrialización. Las leyes del desarrollo son
diferentes en cada sociedad que se quiera conocer.

Detrás del velo de la utilización optima de los recursos se esconden intenciones de carácter
dominante y expansionista de los países centrales, encubriendo el peligro de lo que significa
una teoría universal para cada rincón del mundo. Aquí las contradicciones de clase empiezan
a señalarse, estas contradicciones no pueden superarse en la periferia, al contrario, se
acentúan aún más que el centro, así como se han copiado modelos económicos y políticos del
occidente, la cultura también se imita, creando una modernidad barroca, como la llama
Bolívar Echeverría, extraña, desencajada de la realidad, y en este sentido, las burguesías
tampoco son aquellas que inspiraron las revoluciones democráticas, por el contrario, son las
más ruines y las que hacen alianzas por mero poder.

Con las nociones anteriores, Dos Santos acota conclusiones interesantes sobre la Teoría del
desarrollo, encaminadas a situaciones histórico-concretas de cada región, el abandono de la
reducción unilineal de un modelo de sociedad que se encuentra en tendencia, la superación
del mito del desarrollo de los años cincuenta que tanto invadió la academia para explicar el
rezago y la marginalización que aún se viven en la periferia, el deterioro de la ciencia social
predominante, la supervivencia de una economía agraria feudal y latifundista, el
desequilibrio de la distribución del ingreso, el retraso industrial, tecnológico e institucional,
la alienación cultural, el deterioro de los términos de intercambio con el comercio exterior, la
transferencia de plusvalía a los centros, la explosión demográfica y la lucha de clases,
factores fundamentales para destacar la falsedad del modelo de desarrollo. Nuestras
sociedades están determinadas por la situación condicionante o límite de la dependencia.

Por su parte, Ruy Mauro Marini, un teórico brillante de la Teoría de la Dependencia continua
en el análisis que versa sobre esta crisis del desarrollismo, en este apartado plantea la
importancia de la teoría social en Latinoamérica pensada a partir de la consideración de
cuestiones nacionales, resaltando la importancia, como ya se ha mencionado en escritos
pasados, de la creación de la CEPAL en 1949 y su repercusión académica y política,
menciona acertadamente los aportes de Prebich, Furtado y Pinto, que igualmente hemos
analizado en el curso, bajo este pensamiento Keynesiano, acotando algunos de sus sesgos
bajo la política clásica, como el modo desatinado en que Furtado y Pinto abordan un
concepto elemental de la teoría marxista: “plusvalía” en Dialéctica del Desarrollo. Marini,
con estas bases marxistas explicará de una manera más profunda la situación limítrofe de la
dependencia en nuestras regiones, centrándose en la transferencia precisamente de plusvalía
a los centros.

Puntea la idea de Dos Santos en el sentido del error catastrófico de tomar como ejemplo el
camino de desarrollo económico que ha tenido lugar en los países capitalistas avanzados
como un fenómeno de orden general o teoría universal enmarcada en un continuum evolutivo
de corte darwiniano con el famoso take off directo a una sociedad industrial capaz de ser
benevolente con todos los sectores de sus sociedades. También hace hincapié en la dualidad
reduccionista de las sociedades pre-industriales y las avanzadas, situación en la cual, las
últimas medirán el desarrollo con indicadores meramente económicos que igualmente hemos
revisado con Quero, Ahumada y Nophal: el PIB, índices de alfabetización y de grado de
industrialización.

Para Marini el papel de Estados Unidos en la construcción de un nuevo orden mundial


después de la Segunda Guerra es fundamental, así como su influencia en la creación de
Comisiones y Organizaciones difusoras de esta teoría del desarrollo, de tal suerte que
participaron en el proceso de una domesticación ideológica en el Tercer Mundo, colocando a
la CEPAL como la principal creadora de esta ideología desarrollista. Aunque por otro lado,
la coloca también como la organización que fundamentó una crítica a la Teoría Clásica del
Comercio Internacional. La CEPAL per se ha sido una dialéctica crítica, como hemos visto,
la reivindicación sólo puede darse a través de un número limitado de sus pensadores.

Marini ya tenía claro, en una noción histórica desde 1870, esta tendencia permanente al
deterioro de los términos de intercambio en detrimento de los países exportadores de
materias primas, idea que elabora a detalle en su obra Dialéctica de la Dependencia,
superando a la CEPAL en el análisis de transferencias de ingreso y de valor, la noción de
descapitalización, la mano de obra excedente y los bajos salarios. Destaca algunos
desaciertos del pensamiento cepalino como un efecto de vinculo umbilical con la teoría del
desarrollo. Es la Teoría de la Dependencia la que explicaría después el hecho de que el
subdesarrollo no existiría sin el desarrollo mismo y todas las limitantes de carácter
estructural dominante a las que se enfrenta el primero, incapacitada para dar el salto al
desarrollo.

Finalmente, en cuanto a este termino “desarrollismo”, que se coloca con una connotación
despectiva, es el resultado del pensamiento general de la CEPAL, la cual no logró en su
surgimiento sobrepasar los sesgos ideológicos a manera de planteamientos sobre una
industrialización que asumía el papel, de lo que Marini llamó un deux ex machina, que
garantizaba la corrección de desequilibrios y desigualdades históricas. El desarrollismo fue
pues la ideología de la burguesía industrial latinoamericana que instrumentalizó el Estado en
concubinato con la burguesía exportadora. Fue también además de una ideología dominante
la matriz por excelencia de las políticas públicas en las regiones que avanzaban con cierta
velocidad a ese esquema industrial. Y fue Marini quien terminó (a través de la Teoría de la
Dependencia y su pensamiento junto con otros autores) con aquello que profesaba el
desarrollismo, que ya de por sí estaba en crisis.

Indagación:
 ¿A caso podría negarse el aspecto cultural como una copia igualmente de valores y
patrones en la reproducción de la vida social que han colapsado con los tradicionales
y que nos llevaron a crear una modernidad barroca en las naciones periféricas?
¿Cómo podríamos vincular esta situación con lo que Marini llamó la existencia de un
capitalismo sui generis?
 En el proceso de las revoluciones democráticas europeas las burguesías fueron clave
para su realización, en esta constante imitación de modelos occidentales ¿las
burguesías latinoamericanas tienen las mismas intenciones? Gunder Frank planteó
esta pregunta en su momento con el ímpetu de la Revolución Cubana y es vigente
ahora ¿Es posible una alianza de clases en este momento coyuntural?

También podría gustarte