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“EL ETERNO RESPLANDOR DE UNA MENTE SIN RECUERDOS”

EL YO: Joel para borrar a su ex de su memoria con tal de no ser el único


consciente de su fallido noviazgo. Anteriormente ella, por medio de una empresa
llamada ‘La cuna’, lo eliminó de su vida, literalmente, al sentirse al límite de su
dañina y monótona relación; al enterarse, Joel entra en crisis, quiere desconocer
las acciones de su ex–pareja y olvidarla, a pesar de conocer la personalidad
impulsiva de ésta.

EL SUPER YO: Tras iniciar el procedimiento él revive los eventos pasados, así como
situaciones Canales que nunca tuvo en cuenta pero que en realidad tenían más
significado del que pensó. Durante esta situación cambia de opinión y el arrepentimiento
lo domina cuando una serie de cosas inexplicables y surrealistas comienzan a suceder,
todo debido al proceso al que se sometió. No es necesaria la presencia de aparatos
eléctricos para saber que está sucediendo, basta con la visión de espacio vacíos que se
vuelven más frecuentes con forme avanza la acción.

EL ELLO: El largometraje juega con el uso de espacios para destruir la continuidad fílmica
de manera interesante. Salta por el tiempo y espacio con ayuda de escenarios inconexos.
Los lugares se unen a través de puertas u objetos, lo cual, de alguna forma, aunque
suene contradictorio, tiene sentido al estar todos relacionados con Clementina. Se trata de
una narración estructurada a través de cadenas que generan concordancia entre un
objeto, posición o movimiento.

La diferencia de personalidades de ambos personajes es evidente y es la causante de las


malas decisiones que toman. A pesar de esto, éstas mismas los llevarán a recorrer, de
nuevo, ese círculo vicioso donde recrearán aquello que los motivó a separarse la primera
vez.

ESTEBAN RUIZ MERCADO

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