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MATERIA PSICOLOGIA FORENSE
SEXTO S
CAPITULO I
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MANEJO DE CONCEPTOS
Conocimiento, Este concepto abarca, la adquisición de experiencia
que tiene el sujeto con el contexto, esta se denomina:
Conocimiento empirico.- nace de la observación y la
experimentación.
Se caracteriza por basarse en la experiencia personal. uso de
sentidos, es subjetivo, ya que depende del individuo que perciba el
fenómeno
Conocimiento científico.- conjunto ordenado, comprobado y
sistematizado de saberes obtenidos de forma metódica y sistemática
a partir del estudio
Ciencia.- conjunto de conocimiento sistemáticamente ordenados
susceptibles de ser medible, repetibles, cuantificables (fenómenos), a
partir de una técnica metodología previamente establecida
Conducta: Reacción global del sujeto frente a las diferentes
situaciones ambientales (estimulos)
Estímulo: suceso, objeto o situación que provoca una respuesta, en
el organismo
Delito, Acción que va en contra de lo establecido por la ley y que es
castigada por ella con una pena grave
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Delincuente, persona que comente un delito, Autor de una infracción,
es decir, de cualquier acto previsto y castigado por la ley penal y que
puede ser objeto de una investigación en este campo.
Ley, Regla o norma establecida por una autoridad superior para
regular, de acuerdo con la justicia, algún aspecto de las relaciones
sociales.
Norma, Principio que se impone o se adopta para dirigir la conducta o
la correcta realización de una acción.
Crimen, El crimen deriva del griego krinein que significa 'separar' o
'decidir', y krisis que significa 'crisis'. El crimen provoca una crisis
que separa a la sociedad exigiendo una decisión sobre su
castigo.
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Distorsión, Las distorsiones cognitivas son aquellas maneras
erróneas que tenemos de procesar la información, es decir,
malinterpretaciones de lo que ocurre a nuestro alrededor, generando
múltiples consecuencias negativas.
Síntomas, Manifestación subjetiva de un estado patológico. Los
síntomas son descritos por el individuo afecto más que observados
por el examinador.
Contexto, El contexto social es el conjunto de circunstancias que
enmarcan una situación que afecta a uno o más individuos. El
mismo hecho puede ocurrir en un entorno u otro y su análisis y
evaluación cambiarán dependiendo de lo que sea.
Percepción, Primer conocimiento de una cosa por medio de las
impresiones que comunican los sentidos
Modelo estructural de la memoria, formada por tres almacenes
Estos son los registros sensoriales, el almacen de memoria a corto
plazo y el amacen de memoria a largo plazo.
La atención es un proceso psicológico básico e indispensa- ble para
el procesamiento de la información de cualquier modalidad, basado
en un complejo sistema neuronal que se encarga del control de la
actividad mental de un organismo.
personalidad, Conjunto de rasgos y cualidades que configuran la
manera de ser de una persona y la diferencian de las demás.
Aprendizaje, Adquisición del conocimiento de algo por medio del
estudio, el ejercicio o la experiencia, en especial de los conocimientos
necesarios para aprender algún arte u oficio
socializacion, es la acción de interactuar con los demás, "la
socialización del niño necesita, para afianzarse, que este viva en su
entorno familiar unas relaciones equilibradas y constructivas"
adaptación, un estado de equilibrio entre las necesidades internas y
las exigencias externas, y los procesos utilizados en el logro de esta
condición.
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creencias, Conjunto de principios ideológicos de una persona, un
grupo social o un partido político
atribuciones, En la psicología social la atribución es entendida como
el proceso de inferir las causas de los acontecimientos o
comportamientos. En la vida cotidiana, la atribución es algo que
todos realizamos a diario, por lo general sin tener conciencia de los
procesos subyacentes y los prejuicios que conducen a nuestras
inferencias
expectativas, Esperanza o posibilidad de conseguir una cosa
PSICOLOGIA CRIMINAL
1.1 Definición
2.1.1 Etiología
2.1.2 Definición
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2.3.1 Teoría del Aprendizaje Social
3.3 Metodología
3.3.6 Victimología
Conclusiones
Referencias
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INTRODUCCIÓN
LA PSICOLOGIA CRIMINAL
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En la última etapa del siglo XX y comienzos del siglo XXI, se observa la unión
de la psicología y la criminología originando la psicología criminal como
consecuencia de una crisis social. Cuando una sociedad se ve inmersa en
situaciones graves de violencia, es cuando ésta reconoce la utilidad de la
psicología para la comprensión de las conductas antisociales que la
vulneran. Si bien entendemos que estos fenómenos sociales tienen un
origen multifactorial; como mencionan Redondo y Puello (2007), sus
dimensiones psicológicas también son clave, debido a que es un sujeto
humano el que efectúa la conducta antisocial, ya que durante los
comportamientos delictivos se involucran interacciones, pensamientos y
elecciones, emociones, recompensas, rasgos y perfiles de personalidad,
aprendizajes y socializaciones, creencias y actitudes, atribuciones,
expectativas etc. Por lo tanto, este sujeto es una totalidad particular y única,
que sufre transformaciones en el trascurso de su vida.
Para poder entender mejor la relevancia y las aplicaciones que puede tener
esta disciplina psicológica, durante este capítulo se brindaran diferentes
definiciones de la psicología criminal que permitan ofrecer una amplia
perspectiva de este tema. Además, se hace referencia a sus orígenes
históricos y a la importancia que ha tenido a lo largo de la historia y a través
de su desarrollo.
1.1 Definición
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que intenta abordar la compresión de la delincuencia, sus causas, efectos y
tratamiento.
Por otro lado, Otín del Castillo (2009) la define como “la rama de la
psicología incardinada en la ciencia criminológica, que se ocupa de estudiar
la génesis del delito, la personalidad y motivaciones del delincuente y que
apoya medidas para su prevención, control, tratamiento y reinserción” (p.
24).
Concepto
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Las bases cognitivo-afectivas de la conducta. Conocimiento de los procesos
de cognición, pensamiento y motivación humana, así como las capacidades
personales.
Humores de Hipócrates
lentas y pesimistas.
accesos de ira.
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Para Galeno, los niveles en los que están presentes cada uno de los humores
en un cuerpo humano explican los estilos de personalidad y temperamento,
lo cual significa que observando las cantidades de estas sustancias se podía
saber el estilo de comportamiento de una persona y como expresa sus
emociones.
Por otro lado, a finales del siglo XVIII, en un intento por explicar el delito,
surge la postura del médico y anatomista alemán Franz Joseph Gall (1758-
1828) creador de la frenología. Gall intentó relacionar la estructura
cerebral y las inclinaciones del criminal; pretendió encontrar el carácter y los
sentimientos de las personas en la configuración externa del cráneo, así en
algún lugar del cerebro hallaría el instinto criminal. Para su estudio trazo
mapas de él; también describió un órgano relacionado con el instinto de
agresión, al que nombró “Wurgsinn” conocido en la terminología francesa
como “organe du meurtre” el órgano del asesinato (Álvarez et al., 2012).
Durante el último tercio del siglo XIX con la Escuela Positiva Italiana; entre
los representantes más significativos están: Lombroso (1835-1909) y su
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Tratado Antropológico experimental del hombre delincuente (1876); Ferri
(1856-1929) y Garófalo (1852-1934), seguidores del método empírico
deductivo basado en la observación del delincuente y de su medio (García-
Pablos de Molina, 1992; citado en Soria y Sáiz, 2006). Lombroso afirmaba
que algunas personas nacen con una tendencia innata a la delincuencia, una
opinión influida por el darwinismo dominante de la época que consideraba
que la mayoría de los criminales componen una subespecie primitiva y
degenerada el “homo delinquens” con caracteres hereditarios biológicos y
psicológicos. Para demostrar esta tesis, realizó mediciones físicas de presos
italianos distinguiendo una serie de anomalías físicas. Posteriormente realiza
la primera tipología de delincuentes: nato que es idéntico al loco-moral, con
fondo epiléptico que es un tipo de homicida con reacciones muy violentas el
cual, después de cometer su crimen se queda muy tranquilo sin aparente
remordimiento; el delincuente loco que es un sujeto que después de
cometer el crimen enloquece en prisión; hay tres tipos de delincuente loco:
(alcohólico, histérico y mattoide); el ocasional (pseudocriminal, criminaloide
y habitual) y el delincuente pasional, este es inmediato y hay tres tipos
(duelo, infanticidio y pasión política) (Soria & Sáiz, 2006).
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leptosómicos son propensos al hurto, los atléticos a crímenes donde se
emplee la violencia, y los pícnicos al engaño y el fraude.
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Por otro lado, Stancui y Lavastigne revelan que las definiciones jurídicas no
son de utilidad alguna debido a que los códigos penales no proporcionan
ningún criterio para el conocimiento del criminal. De igual manera,
Göppinger considera que “las normas jurídicas sobre el delito, solo sirven a
la criminología para obtener una referencia sobre las conductas contra las
que el estado reacciona con sanciones” (Rodríguez, 2012, p. 18). Por lo
tanto, el crimen jurídicamente delimitado es el punto de partida de la
investigación criminológica, pero no es el objeto de la misma.
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más enérgica, mientras que el delito es una palabra para describir cualquier
tipo de infracción contra la ley.
Por otro lado, Garmezy, Kimble y Zigler (1996) comentan que estos
individuos no están lo suficientemente despiertos; su sistema de alerta no
es el adecuado y no poseen en el momento de ejecutar la conducta un
normal estado de atención, lo que significa que la persona no es capaz de
prestar el cuidado deliberado en el momento del hecho (Aristizabal & Amar,
2012, p. 25).
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Desde la perspectiva de Aristizabal y Amar (2012), este individuo no sabe lo
que hace, no presenta pensamientos y sentimientos producidos por la
acción criminal, ni un saber externo del mundo circundante, tal como los
eventos ambientales, control en la exposición a estímulos (sonidos, olores,
etc.) y desenvolvimiento de la propia conducta. Tampoco posee recuerdos,
ni una capacidad de crítica, en pocas palabras no está consciente de sus
propios procesos mentales.
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No obstante, la acción voluntaria ha sido ampliamente examinada por la
psicología forense, ya que no es lo mismo una falla con la capacidad de
decisión ante un acto criminal que tenerla en consecución del mismo, ya
que esta incluye una razón consiente por lo que se presenta como resultado
de una planeación de consecuentes.
CAPITULO 2.
CONDUCTA ANTISOCIAL
Cuando una conducta perturba lo que va en contra de los intereses del bien
común, es considerada como una conducta antisocial. La conducta antisocial
“es aquella que un individuo realiza y que resulta ser contraria a los
intereses o valores del conjunto de la sociedad” (Mulero, 2014, p. 2).
Además, la conducta antisocial será diferente según la edad de la persona,
su cultura y el contexto al que pertenezca.
De acuerdo con López (2008), los actos delictivos son solo un elemento más
de una categoría extensa de conducta antisocial que incluye “un amplio
rango de actos y actividades tales como peleas, acciones agresivas, hurtos,
hechos vandálicos, piromanía, absentismo escolar, huidas de casa o
mentiras reiteradas” (p. 21). Estas conductas quebrantan reglas y
expectativas sociales. Por lo tanto, términos como delincuencia, trastorno
de conducta, revelan con mayor o menor intensidad conductas antisociales.
Ante la situación planteada, es importante destacar las características que
conforman un comportamiento delictivo.
Dadas las condiciones que anteceden, una situación de riesgo que puede
vulnerar el desarrollo armónico durante la niñez o la adolescencia, está
determinada por un diverso conjunto de conductas que son
contextualizadas bajo el término de trastornos de la conducta.
2.1.1 Etiología
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sistema límbico involucrados en el procesamiento emocional. También
existen evidencias de ciertas anormalidades en la actividad eléctrica cerebral
relacionada con la corteza frontal. Los correlatos bioquímicos de la
psicopatía respaldan a la correlación positiva entre altos niveles de
testosterona y a la manifestación de conductas violentas o impulsivas y una
disminución de la actividad MAO que implicaría altos niveles de serotonina y
norepinefrina (Muñoz et al. 2003). Para concluir este tema, es importante
aclarar que en la actualidad no existe una teoría integradora de los
diferentes resultados de estos estudios.
2.1.2 Definición
síntomas que cumplen todos los criterios del trastorno de la conducta antes
de la adolescencia (DSM-V, 2014).
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Aquí
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Los elementos causales que participan se encuentran variables biológicas,
psicológicas y sociales, las cuales predisponen de manera importante al
individuo.
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Cleckley diferenciaba la psicopatía de la delincuencia ordinaria en función de
indicadores de la afectividad (ausencia de vergüenza o sentimiento de culpa,
egocentrismo e incapacidad para amar y pobreza general de afecto) e
interpersonales (trato superficial, irresponsabilidad en las relaciones
interpersonales y falsedad) (Hicks, Marcon, Patrick, Krueguer y Newman,
2004; citado en López & Núñez, 2009).
Para Piñuel (2008), los psicópatas son personas racionales, lógicas que
conocen perfectamente la diferencia entre el bien y el mal “Lo único que
parece explicar su conducta social es el cálculo frio de lo que van a sacar u
obtener de sus acciones” (p. 24).
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Desde la perspectiva de Mora (2004), los sociópatas se definen de los
psicópatas por algunas características psicológicas y conductuales, a pesar
de manifestar una clara inadaptación social y agresividad, pero esta última,
en caso de la sociopatía, es reactiva a una situación mientras la agresión y
violencia sin motivo aparente, dirigida a conseguir un objetivo concreto,
caracteriza a la psicopatía (López & Núñez, 2009).
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Para concluir, las personas con una conducta antisocial son individuos que
tienden a vincularse a comportamientos inadecuados, contrarios a las
normas sociales e incluso a las leyes sin tomar en cuenta los derechos ajenos
y favoreciendo los propios, este comportamiento será diferente de acuerdo
a la edad de la persona, su cultura y al contexto al que pertenezca. Como se
puede observar, no resulta sencillo definir la personalidad antisocial ya que
está compuesta con conceptos de criminalidad y psicopatía.
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Como se ha señalado durante el desarrollo de este trabajo, existe una
relación entre la persona, su ambiente y su conducta y de ahí la importancia
de considerar los factores situacionales al momento de pronosticar una
conducta. Existen teorías que han conseguido mayor poder explicativo
integrando conocimientos solidos de diferentes teorías en una sola,
explicando de una forma más extensa la delincuencia y la interacción con
diferentes factores referentes al desarrollo, a factores cognitivos,
motivacionales, emocionales y de personalidad.
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Para Bandura el comportamiento se da de manera reflexiva y no automática
por lo que los procesos cognoscitivos juegan un papel importante, debido a
que estos determinan en gran medida cuáles son los estímulos que se
reconocerán, de qué forma serán percibidos y la manera en que se tomará
acción (Hikal, 2005).
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CAPITULO II
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impulsividad o su psicopatía y factores dinámicos o modificables como son:
sus cogniciones, el tener amigos delincuentes o el consumo de drogas.
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con otras personas que son susceptibles de producir frustración o tensión en
el individuo, pueden precipitar conductas delictivas.
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Esta es una de las teorías más importantes de la criminología moderna y fue
formulada por Travis Hirschi en 1969. La teoría de los vínculos sociales de
Hirshi plantea que cuando menor sean los lazos emocionales con las
personas y la sociedad, mayor es la implicación de un sujeto en actividades
delictivas. Explica, que existe una serie de contextos principales en los cuales
los jóvenes se unen o vinculan a la sociedad mediante la familia, la escuela,
el grupo de amigos y las normas de acciones convencionales como las
actividades recreativas o deportivas y se logra mediante apego a lazos
emocionales de admiración e identificación con otras personas, el
compromiso con objetivos sociales, la participación en actividades sociales
positivas y las creencias favorables a los valores establecidos y contrarias al
delito. Una ruptura de estos mecanismos de vinculación a la sociedad
produce la conducta antisocial o delictiva (Toro, s/f).
Para esta teoría, existe una relevancia especial al apego afectivo a los
padres, ya que los vínculos emocionales entre padres e hijos, son el vehículo
que facilita los procesos de socialización a través de los cuales los hijos
reciben ideas, expectativas y valores paternos.
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a) Extroversión-introversión
b) Neuroticismo-estabilidad emocional
c) Psicoticismo
Por otro lado, las personas con alto psicoticismo son descritas como
solitarias, problemáticas, inhumanas, crueles, carentes de sentimientos,
buscadoras de sensaciones y hostiles. Estas personas pueden tener
perturbaciones en el pensamiento, en las emociones y en la conducta
motora. Por lo tanto, el factor psicoticismo incluye también algún grado de
psicopatía. Posteriormente Eysenck agrega el condicionamiento y el proceso
de socialización como componentes mediadores en la adquisición de la
conducta antisocial o delictiva.
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el momento no es posible resumir el comportamiento humano delictivo a
un único modelo explicativo.
CAPITULO 3
LA PERFILACION CRIMINAL
Para Soria y Saiz (1996), el enfoque del FBI está fundado en dos
componentes: la experiencia de sus agentes en la investigación de crímenes
y las entrevistas en profundidad con criminales. De acuerdo a los autores
antes señalados, otro paso importante para la técnica fue la estructuración
de la escena del crimen en dos tipologías y para eso se llevaron a cabo
entrevistas a profundidad a 36 asesinos en serie convictos, la mayoría de
ellos con una motivación sexual, lo que llevo al FBI a la creación de una
dicotomía crímenes organizados/crímenes desorganizados propuesta por
Halzelwood y Douglas en 1980; esta distinción paso a ser la división
elemental que permitía separar los crímenes en dos tipos de motivaciones
psicológicas.
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Riesgo de la víctima
Escalamiento
Factores temporales
Factores geográficos.
o Fase de investigación
o Fase de detención.
Por otra parte, la primera vez que se usó la técnica en el Reino Unido fue en
la búsqueda y captura del “Violador de Ferrocarril”, John Duffy, quien
cometió una serie de violaciones y tres asesinatos entre 1983 y 1986, para lo
cual el psicólogo británico David Canter realizo un perfil del criminal muy
preciso; por una parte se basó en detalles fácilmente reductibles, mientras
que otras hipótesis fueron el resultado del análisis de los patrones
conductuales del criminal, junto con la aplicación de las teorías psicológicas
de la conducta. Canter fue el creador de la psicología de investigación
criminal, con fundamentos diferentes de los americanos. Su trabajo también
ha sido llamado Statistical profiling, debido al peso de los principios
metodológicos y científicos que utiliza en su labor. Sin embargo, el FBI como
Canter comparten la creencia de que se pueden predecir ciertas
características del criminal en base a su conducta durante el crimen, la
diferencia es que Canter no busca encuadrar a los criminales dentro de
rígidas tipologías (Soria & Saiz, 1996).
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En el enfoque de Canter, la motivación es una de las posibles explicaciones
de la conducta criminal, sin embargo, considera que es más importante
prestar atención a la conducta observable del criminal que a las causas
generadoras (Canter y Alison, 2000; citado en Soria & Saiz, 1996). El modelo
de Canter emplea las mismas fuentes de información que el FBI (Examen,
fotografías de la escena del crimen, información de la víctima, etc.) pero
contextualiza la información recogida dentro de teorías y principios
psicológicos además del conocimiento empírico.
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3.2 Principios y Objetivos
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o Un acto criminal debe entenderse como un proceso social y en
consecuencia analizarse en forma secuencial en el tiempo y en el espacio,
incluyendo el contenido geográfico.
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3.3 Metodología
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tiempo y no implica grandes esfuerzos o grandes habilidades analíticas por
parte del perfilador (Soria y Saiz, 2006).
Vale destacar que de acuerdo con Garrido (2000), se debe de tomar una
postura mixta, en donde debe ser considerado un método complementario
del otro.
En este tipo de perfil resulta muy útil realizar comparaciones con las
características de otros comportamientos criminales equivalentes de la
población conocida (penitenciaria o carcelaria) obtenida mediante el
método inductivo (Turvey, 1999; citado en Rodríguez, 2011). Este perfil
excluye todo tipo de información obtenida de otros delincuentes o delitos
similares, y efectúa un
Este método de perfil incluye dos fases (Turvey, 1999; citado en Rodríguez,
2011):
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Por otro lado, en el MO existen actos de precaución, que son “acciones que
realiza el agresor antes, durante y después del crimen, para ocultar,
confundir y despistar a los investigadores” Esto es simultáneo con las
llamadas escenas simuladas, que son aquellas escenas que haya sido
alteradas intencionadamente y cuyo principal objetivo es la protección del
delincuente o de la víctima. Autores como Soto (2014), clasifican este tipo
de conductas como escenificación, que es la alteración de la escena una vez
cometido el delito. Para este autor, algunas conductas llevadas a cabo en la
escenificación tienen una función en el MO pero a veces van más allá y son
reflejo de las conductas rituales (Sánchez, 2015).
Para Ibáñez (2012), el término Firma se utiliza para describir lo específico del
comportamiento que lleva a cabo el delincuente y sirve para satisfacer las
necesidades psicológicas y emocionales de este; sus componentes
psicodinámicos que como procesos emocionales y cognitivos están inmersos
en la conducta de motivación, la cual no es necesaria para completar la
ofensa y no tienen que aparecer en todos los autores, algunos porque no la
tienen o aun teniéndola no han podido plasmarla en el escenario. En
términos legales es un modo delincuencial de operar (MO) distintivo e
inusual, para consumar con éxito una agresión al satisfacer sus emociones
particulares, sus necesidades psicológicas y sus fantasías como parte de un
proceso de desarrollo humano.
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a) Por un lado, puede referirse al aspecto general del delito en el que
se pueden apreciar signos de lucro, ira, consuelo, venganza, autoafirmación,
sadismo etc.
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Conductas de Firma (Ibáñez, 2012, p. 333):
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3.3.6 Victimología
El homicidio es uno de los delitos más graves que puede cometer un ser
humano y también es uno de los más antiguos. Existen muchos tipos de
asesinos y asesinatos, pero uno de los que más ha llamado la atención
debido a su crudeza y al elevado número de víctimas que deja a su paso es
el del asesino en serie o asesino serial. Un asesino en serie tiene una nota
muy característica, el móvil como motor de comportamiento de sujeto. El
móvil del asesino serial es muy diferente a los móviles que por tradición
empujan a un individuo a cometer un delito de homicidio (Soria y Saiz,
1996).
individualizadoras.
De acuerdo con Hollin (1989), citado en Soria y Saiz (1996), la mayoría de los
agresores sexuales a menores son hombres, en los cuales las conductas más
frecuentes residen en caricias y tocamientos genitales, masturbación, etc.,
siendo muy frecuente la violación con penetración.
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Para Soria y Saiz (1996), los agresores infantiles suelen estar adaptados
socialmente y es infrecuente encontrar otras psicopatologías diferentes a su
desviación sexual, en el caso de que existan, las más usuales son los
deterioros cerebrales, las deficiencias intelectuales y el alcoholismo.
Según Carter y cols. (1987), citados en Soria y Saiz (1996), un 57% de los
agresores infantiles admite haber sufrido abuso sexual en su infancia, con
frecuencia relatan sucesos de experiencias sexuales infantiles con
compañeros de su misma edad, vivenciadas con una fuerte activación sexual
y temor a ser descubiertos y castigados por su conducta. Estas experiencias
sexuales a temprana edad con frecuencia derivan en fantasías que son
reforzadas mediante masturbación y se incrementan cuando se añaden
primeras experiencias traumáticas con mujeres adultas. Cabe destacar que
los agresores sexuales parafílicos suelen haber recibido una educación
rigurosa, donde la sexualidad era evidenciada de forma represiva (Soria &
Saiz, 1996).
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Frecuentemente, este violador intenta convencerse de que la víctima quedó
fascinada con él, que realmente quería sexo, pero no podía admitirlo,
disfrutando el contacto sexual. Sin embargo, en algún nivel se da cuenta que
no ha encontrado lo que buscaba, esto no logra reafirmarlo ni por su
desempeño ni por la respuesta de su víctima y por lo tanto, debe salir y
encontrar otra víctima.
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Beltran y Vargas (1993) citado en Varela (2014) definen la psicología jurídica
como “un sector de la psicología que se orienta a aplicar el conocimiento
científico y los métodos de la psicología, en el sistema jurídico penal” (p.
1352). Ahora bien, una rama de la psicología jurídica es la psicología forense
la cual desarrolla sus conocimientos y aplicaciones con la finalidad de apoyar
con sus resultados al trabajo jurídico. De acuerdo con las palabras de la
Psicóloga y Criminóloga Lucia Bustos Montes de Oca, Perito Supervisor del
Departamento de Psicología, Poligrafía y Criminología de la Coordinación
General de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal, el psicólogo forense se encarga de evaluar a todos los
actores que intervienen en una investigación delictiva, al delincuente, a la
víctima y a los testigos, por lo tanto, la psicología forense se auxilia de la
psicología del criminal, psicología de la víctima y psicología del testimonio,
por ende, el perfilador es un psicólogo forense especialista en psicología del
criminal y en consecuencia, debe tener conocimientos de todas estas áreas.
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La contribución del perfilador es muy substancial en una indagación ya que
de acuerdo a González (2018), se puede así reducir el número de acusados
para investigar y para poder determinar al culpable de un delito violento, así
como para proporcionar nuevas vías de indagación. Un ejemplo es al
momento de aclarar en un juicio si la agresión por la que se le acusa a
alguien fue súbita o de demoró, o si el acto fue impulsivo o premeditado.
También se pueden explicar las motivaciones del autor puntualizando que
se trata en una interpretación con base en
CONCLUSIONES
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Identificar los antecedentes de la psicología criminal y evidenciar el papel
del psicólogo en la construcción del perfil del delincuente.
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relacionadas a la criminalidad y como la psicología finalmente toma un lugar
importante en la investigación delictiva dentro del sistema de justicia.
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Indiscutiblemente, la integración de estas teorías supone un avance en la
explicación de las causas del delito ya que abordan el hecho delictivo desde
la complejidad de los diversos factores que intervienen, aunque hasta el
momento no es posible resumir el comportamiento humano delictivo a un
único modelo explicativo.
Describir los componentes del perfil delincuencial y los factores que rodean
el hecho delincuencial (lugar de los hechos, modus operandi y victimología).
REFERENCIAS
12
0
UDABOL PSICOLOGIA FORESSE DOCENTE LIC MARCO A FLORES VELASCO
Aristizábal, E. y Amar, J. (2012). Psicología forense. Estudio de la mente
criminal. Editorial Universidad del Norte.
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CAPITULO III
12
2
UDABOL PSICOLOGIA FORESSE DOCENTE LIC MARCO A FLORES VELASCO
PSICOLOGÍA FORENSE
1. Introducción
Se dice que la Psicología forense nace en 1908, con los estudios del
médico, doctor en Psicología, Hugo MÜNSTERBERG(27), cuando publica su
obra titulada: En la posición del testigo (On the witness Stand, 1908),en la
que indicaba que en relación al testimonio verbalizado de un testigo, no
se podía obtener nada más que una verdad subjetiva y parcial. Y le parecía
inútil el interrogatorio del abogado como estrategia primaria para extraer
la verdad objetiva del testigo. Y propuso, que la Psicología debía realizar
esa parte del trabajo investigativo mediante técnicas e instrumentos
científicos que pudieran «objetivar» la subjetividad del testigo y sus
recuerdos.
2. Definición
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relacionado con los hechos y más aun, con el instante en que se cometió
el delito.
2. Realiza la valoración del testimonio, tras una evaluación
exhaustiva, del testigo o imputado, se determina en el informe de la
exactitud y credibilidad del testimonio prestado, es decir, de su mayor o
menor probabilidad de ser cierto. La evaluación de la credibilidad del
testimonio en contextos judiciales se realiza, a partir de indicadores
conductuales(31).
3. Preparación de testigos, para asumir en algunos casos su rolde
víctima, en otros casos, ante la falta de experiencia, para la presentación
del testimonio. En absoluto quiere decir que se pueda manipular el
testimonio, la ayuda, es a la persona, para que tenga más seguridad
personal; no al texto de la declaración.
4. Uno de los aspectos más importantes de la Psicología forense, es
la posibilidad de testificar ante un juzgado en condición de perito,
refiriendo los hallazgos psicológicos encontrados en la evaluación, pero,
en el lenguaje legal de los juzgados(32). Aunque en cada país existe una
legislación distinta, en especial a la tipificación de los delitos, sin
embargo hay una similitud en cuanto a la imputabilidad, en cuanto a la
presentación del informe oral y sus características. Y en cuanto a las
formas de recusación(33). Las preguntas que se formulan durante el
juicio oral, son bastante generalizadas, la capacidad de poder
someterse al juicio, la capacidad de ejercer su legítimo derecho de
defensa, el estado mental del imputado en el momento de los hechos, la
comprensión de sus actos criminales y fundamentalmente la capacidad
del imputado para saber, querer y obrar en el momento de la comisión
del delito(34) (35) (36). El tribunal
31 MASSIP, J. / GARRIDO, E., «La evaluación de la credibilidad del testimonio en
contextos judiciales a partir de indicadores conductuales», Anuario de Psicología jurídica, vol.
10, 2000, 93-133.
32 NIETZEL, Michael, Psychological Consultation in the Courtroom, Pergamon Press,
Nueva York.
33 BLAU, Theodore H., The Psychologist as Expert Witness, John Wiley & Sons, Nueva
York, pp. 19-25.
34 GRISSO, Thomas, Competency to Stand Trial Evaluations: A Manual for Practice,
Professional Resource Exchange, Sarasota, Florida.
35 NÚÑEZ DE ARCO, J., Victimologia y violencia criminal. Un enfoque criminológico y
psicológico, Academia Boliviana de Ciencias Jurídico Penales, La Paz, 2009.
36 SHAPIRO, David L., Psychological Evaluation and Expert Testimony, Van Nostrand
Reinhold, Nueva York.
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UDABOL PSICOLOGIA FORESSE DOCENTE LIC MARCO A FLORES VELASCO
37 CREUS, Carlos. Derecho Penal: Parte General. (3ª ed.) Ed. Astrea de Alfredo y
Ricardo De Palma y S.R.L.. Buenos Aires [Argentina] 1992.
38 DE VELASCO, Pilar de Paúl, El Tribunal del Jurado desde la Psicología social, Siglo
XXI, Madrid, 1995.
12
7
UDABOL MATERIA PSICOLOGIA FORENSE DOCENTE LIC MARCO A FLORES V.
Sociología
Conducta criminal
12
8
Psicología Criminología
28 PSICOLOGÍA CRIMINAL
Psicología
Sociología Criminología
Medicina Psiquiatría
Las teorías generales sobre el delito, salvo excepciones como Sutherland con la
teoría de los delitos de cuello blanco y los modelos psicopatológicos del de- lito,
han centrado su interés en la delincuencia común, y no será hasta épocas
recientes, como consecuencia de los movimientos sociales generados en contra de
éstos, cuando algunos teóricos han orientado sus investigaciones hacia delitos no
convencionales o de cuello blanco.
La Sociología ha aportado su tradicional incidencia sobre los aspectos de rela-
ción grupal y el delito. Pero debe reconocerse que sus estudios sobre los procesos
sociales que generan y sostienen la criminalidad han resultado fundamentales en
el desarrollo de políticas sociales y económicas tendentes a su reducción.
Especial atención nos merecen sus aportaciones sobre el delito sexual y el de
violencia doméstica cuando hacen referencia a las relaciones de poder y los valo-
res sociales dominantes, ya sea generando o admitiendo esta situación.
Aquí falta 17
En el seno de la ciencia sociológica observamos diferentes conceptualiza-
ciones:
• La corriente estructural frente a la procesal. La visión estructural posee como
objeto de estudio la relación entre los delitos y la organización so- cial; son
fundamentales conceptos como desorganización social, anomia, desigualdad de
oportunidades y subcultura (discrepancia de normas entre diferentes grupos).
• Frente a la anterior visión, la procesal pretende explicar cómo la gente se
vuelve delincuente, cómo se aprende la conducta criminal.
• La visión funcionalista frente a la teoría del conflicto. Los autores de la pri-
mera corriente como Merton y Durkheim sostienen que el delito es esencial para
mantener la salud de la sociedad, sirve para identificar lo que es válido y
moralmente aceptable. Las personas se vuelven delincuentes porque no han sido
adecuadamente socializados. La ley representaría el consenso de los valores
comunes. La perspectiva marxista del conflicto fundamenta en la década de los
70 la criminología crítica, según la cual el delito refleja el conflicto entre las
clases/grupos sociales y la ley es una manifestación de los valores-intereses de
la clase dominante. El delito aparece como una respuesta adaptativa que refleja
los valores de los grupos alejados del poder y en consecuencia el control del
crimen debe superarse mediante cambios radicales socioeconómicos y del poder.
En España el desarrollo de la Psicología criminal se fundamenta en distintos
13
autores y líneas de investigación, destacan, a modo de ejemplo, los trabajos
2 de
Santiago Redondo sobre el tratamiento penitenciario y de Vicente Garrido so-
bre el delincuente desde principios de los años 80, aquellos de Eugenio Garrido
sobre la psicología policial, los de Javier Urra sobre los menores delincuentes y
los de Ramón Arce sobre las decisiones judiciales a mediados de los 80, los de
32 PSICOLOGÍA CRIMINAL
Margarita Diges sobre testimonios judiciales y los de Miguel Ángel Soria sobre la
Psicología de la victimización criminal a principios de los 90, etc. Todo ello
sumado al desarrollo de la formación, la implementación de áreas congresuales, o
bien congresos científicos específicos, y la conformación de equipos de inves-
tigación a nivel universitario (Santiago de Compostela, Madrid, Salamanca, etc.)
permite hablar de una década de oro en el avance de la Psicología jurídica y, por
ende, el punto de partida de la criminal.
Para clarificar los límites de las estadísticas sobre la criminalidad, se han di-
ferenciado diversos conceptos que afectan a la comprensión de su estructura y
extensión real:
a) Delitos conocidos
Incluye todos aquellos delitos cuantificados estadísticamente.
b) Cifra negra de criminalidad
Entendida como la tasa de delito desconocido y que, en consecuencia, no aparece
reflejada en la estadística. Incluye dos grandes grupos: la tasa de delitos que,
habiendo sido cometidos, no se han descubierto y aquellos que no se ha dictado
una sentencia condenatoria, por falta de pruebas.
La cifra negra se subdivide a su vez en dos más:
b.1) La cifra oscura: aquel volumen de delitos que no aparece en las es-
tadísticas, aún conociéndose al autor, por la falta de denuncia de la víctima.
b.2) La criminalidad oculta: hace referencia al volumen de delitos que no
aparecen en las estadísticas oficiales por que la víctima desconoce que el suceso
fuera un hecho delictivo.
En todas las estadísticas oficiales se observa un progresivo incremento de la tasa
de cifra negra de criminalidad con el paso del tiempo. El factor se liga di-
rectamente al concepto de «victimización secundaria», definida como las conse-
cuencias negativas para la víctima derivadas de la denuncia de los hechos delic-
tivos ante la policía o justicia y, en consecuencia, la progresiva desconfianza de
la víctima respecto del sistema de control social, o sea el eje policíaco-jurídico
(Serrano, 1986).
Las principales críticas hacia las fuentes estadísticas oficiales hacen referencia a
la necesidad de desarrollar dos nuevos apartados:
a) El estudio de la segunda victimización como concepto.
b) El desarrollo de sistemas evaluativos más precisos y globales.
Las limitaciones de las estadísticas oficiales se han visto compensadas por la
aparición de nuevos y más sofisticados métodos evaluativos. Por todo ello, desde
mediados de los años 80, no todos los estudios sobre la victimización se centran
exclusivamente en estas fuentes; sino que también se utilizan otras procedentes
del campo social, como son las encuestas, o de los propios delincuentes, ejemplo
las encuestas de delincuencia autorregistradas u otros sistemas de autorreporte
(Zauberman, 1985; Burillo, 1986).
13
2.1.2. Las encuestas de victimización 8
Aquí
El primer modelo de encuesta de victimización fue elaborado en 1972, la
«National Crime Survey» constaba de tres partes diferenciadas (Block y Block,
1984), las encuestas en ciudades, realizadas en las 26 mayores ciudades de USA;
las encuestas comerciales, donde se analizaban los delitos de robos y atracos pro-
ducidos en lugares comerciales, y finalmente, el panel de crimen nacional, donde,
utilizando una muestra estratificada al azar de direcciones de ciudadanos, se reen-
trevistaba, cada seis meses durante tres años y medio, a personas con edades su-
periores a los 12-13 años, para conocer si habían sido víctimas de algún delito.
Su éxito fue inmediato, destacaron en sus resultados dos grandes conclusio- nes:
primero, que la tasa de victimización aparecida fue el doble de la recogi- da por
las estadísticas policiales tradicionales y, segundo, que el número delitos graves
era escaso respecto al total de ellos cometidos (Hindelang, Gottfredson y Garofalo,
13
1978). 9
Sus conclusiones llevaron a dos implicaciones cruciales para los estudiosos de la
criminalidad: la necesidad de utilizar amplias muestras para la detección de la
tasa real de criminalidad las dificultades de realización de las encuestas de
victimización en áreas territoriales poco extensas.
Capítulo 2 ■ La Psicología criminal: desarrollo conceptual y… 39
El ejemplo más claro de lo anterior fueron las teorías basadas en el estilo de vida
de la víctima, que partiendo de las fuentes teóricas-ecológicas de la Escuela de
Chicago, derivaron hacia unos contenidos de estudio más estrictamente psi-
cosociales, al observarse el delito como un evento temporo-espacial ligado al
entorno y la persona (Zauberman, 1985; Alabart, Aragay y Sabaté, 1988; Lahosa,
1989).
Por todo ello actualmente se acepta que al tratar la criminalidad «debe estu- diarse
el comportamiento como objeto en sí mismo y no puede abordarse sólo desde una
categoría abstracta de base jurídica» (Zauberman, 1985; p. 47).
A pesar de los avances registrados y las modificaciones introducidas, aún hoy en
día las encuestas de victimización continúan recibiendo serias críticas teórico-
metodológicas (Hindelang, Gottfredson y Garofalo, 1978; Block y Block, 1984;
Zauberman, 1985; Block, 1989; Van Dijk, Mayhew y Killias, 1990): los costos
elevados de su realización, la validez de criterio, las dificultades de medida, los
términos utilizados, la subrepresentación de los grupos a riesgo, la concentración
geográfica de altas tasas delictivas, las tasas negras delictuales aún muy impor-
tantes, las implicaciones del uso memorístico para la cuantificación y descripción
de los fenómenos, el efecto telescopio según el cual las personas describen más y
mejor los hechos delictivos recientes la interacción posterior al delito entre la
persona y su entorno que puede modificar su percepción, el tipo de delitos no
incluidos, las dificultades de test-retest y la comparación de resultados interna-
cionales derivados de diferentes realidades sociales y legales.
Afirma que cuando una persona realiza una agresión, tiende a realizar distorsio-
nes cognitivas para evitar los aspectos negativos derivados de ésta, y para ello
utili- za distorsiones cognitivas, como pueden ser culpar a la víctima o
deshumanizarla.
Aquí 3er
parcial
4.1.1. Estudios de familias
Se compara la distribución de conductas antisociales en familiares biológicos de
delincuentes y no agresores. En sus conclusiones, a pesar de apuntar que las mu-
jeres delincuentes poseen familiares desviados de las normas por encima de las
mujeres no delincuentes, no permiten clarificar las diferencias entre influencias
genéticas y ambientales.
14
7
46 PSICOLOGÍA CRIMINAL
Respecto al grupo de iguales, numerosos estudios han hallado que es uno de los
predictores más importantes de la delincuencia juvenil. Por ejemplo, en un
estudio realizado en 1980 en las Salas de Justicia de Maryland se comprobó cómo
cerca de las 2/3 partes de los actos criminales cometidos por jóvenes habían sido
realizados en pequeños grupos compuestos por dos o tres sujetos.
Diversas explicaciones se han apuntado sobre esta evidencia. Las teorías sub-
culturales sostienen que el grupo de iguales del delincuente causa directamente
la delincuencia. La teoría del «strain» considera que el grupo facilita una orienta-
ción anti-escuela y produce a medio plazo una discrepancia entre las aspiraciones
escolares y el rechazo escolar, lo que causa como consecuencia una pérdida de
autoestima. Finalmente, el aprendizaje social defiende, frente a la teoría de la
subcultura delincuencial, que el grupo de apoyo facilita la adquisición, iniciación
y mantenimiento de la conducta delictiva, a través del modelado y del refuerzo,
mediante la aprobación grupal.
Uno de los pensadores que más utilizó este símil fue Spencer, quien definía a la
sociedad como un organismo que posee una masa (las personas de la socie- dad),
una estructura compleja que se incrementa con su crecimiento, unas partes
interdependientes, y una vida que está por encima de las vidas de cada parte”. En
su concepción teórica se sostiene que las personas o las situaciones se convertían
en problemas sociales cuando interferían con el funcionamiento normal de la
sociedad «orgánica». Esa interferencia constituía una enfermedad o patología. Así,
para los patólogos sociales, los obstáculos para el proceso social se situaban tanto
en los desajustes de tipo individual como en el mal funcionamiento institu- cional.
7.4. Testimonios
Es sin duda una de las partes más antiguas y novedosas a la vez, pues actualmen-
te se tiende a considerar los testimonios desde un punto de vista interactivo. En
primer lugar, se dispone de material abundante acerca de los procesos básicos que
configuran su actuación, la percepción y la memoria. La información rela- tiva a
ellos permite establecer actualmente la presencia de numerosos factores
contextuales y personales durante el delito, antes de él y con posterioridad que
afectan a cualquier testigo. En dicho sentido un conocimiento más profundo de
15
las motivaciones del agresor facilita interpretar las dificultades de un testimonio y
7
cómo superarlas. En segundo lugar se encuentra con las investigaciones sobre la
evaluación de la credibilidad y la fiabilidad del testimonio. Esta línea ha resul-
tado clave al permitir analizar la interacción delictiva como un proceso dinámico,
incomprensible sin la presencia de uno de sus elementos configurantes.
56 PSICOLOGÍA CRIMINAL
7.7. Psicología
forense
Es una de las áreas de mayor desarrollo hasta la fecha y donde un mejor
conoci- miento del delincuente ha repercutido en la adopción de medidas
judiciales más acorde con sus necesidades y posibilidades de reinserción
social.
Destaca el asesoramiento a jueces y abogados, mediante el cual los
psicólogos forenses han facilitado un mejor conocimiento de la
criminalidad, sus procesos, su concreción en una persona y sus mecanismos
de incremento o reducción a los miembros del mundo jurídico.
Asimismo, destaca la valoración de medidas jurídicas y sus efectos, pues el
psicólogo forense, en calidad de perito, puede proponer medidas judiciales
que beneficien al autor del delito y que tiendan a su reinserción social, para
ello deben adecuarse no sólo a las características del delincuente, sino a las
del medio donde éste vive.
LA PSIQUIATRÍA FORENSE
1. Antecedentes
2. Concepto
82
Psicología Criminal y Criminalística
83
Psicología Criminal y Criminalística
74 NÚÑEZ DE ARCO, J., La Víctima, Proyecto Sucre Ciudad Universitaria, Sucre, 2004, 19.
84
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85
Psicología Criminal y Criminalística
Tras su creación y desarrollo por parte del Dr. Jorge NÚÑEZ DE ARCO, a
partir del año 2003. En la estructura y organización, se creó, una División
de Medicina Forense, con la siguiente estructura organizacional:
• Jefatura nacional de medicina forense
• Servicios médicos forenses departamentales
86
Psicología Criminal y Criminalística
137
Psicología Criminal y Criminalística
APUNTES COMPLEMETARIOS
138
Psicología Criminal y Criminalística
LA IMPUTABILIDAD EN LAS
ENFERMEDADES MENTALES
1. Introducción
139
Psicología Criminal y Criminalística
139 MAHIEU, Eduardo Luis, On Morel and dementia praecox, Vertex, Buenos Aires, 2004,
15 (55): 73-5.
140 Bénédict Augustin MOREL (1809-1873) fue un médico francés nacido en Viena,
Austria. En 1857 publicó Traité des dégénérescences physiques, intellectuelles et morales
de l’espèce humaine et des causes qui produisent ces varietés maladives, en el cual explica
la naturaleza, causas e indicaciones de la degeneración humana.
141 DALLY, P., Psicología y Psiquiatría, El Ateneo, Buenos Aires, 1984.
142 BLEULER, Eugenio, Demencia Precoz. El grupo de las esquizofrenias, Horm.
143 VALLEJO RUILOBA, Julio, Introducción a la psicopatología y la psiquiatría, 6ª ed.,
Elsevier, España, 2006.
140
Psicología Criminal y Criminalística
141
Psicología Criminal y Criminalística
144 FREEDMAN, A.M. / KAPLAN, H.I. / SADOCK, B.J., Tratado de Psiquiatría, t. I, Salvat
Editores, Barcelona, 1982.
145 DELGADO BUENO S. y cols., Psiquiatría Legal y Forense, Colex, Madrid, 1994, 490.
146 Manual del Residente de Psiquiatría, t. I, Litofinder, Madrid, 1997, 963.
147 Manual de residentes Op. cit., p. 963
142
Psicología Criminal y Criminalística
143
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148 Fase maniaca en la que presenta una sintomatología eufórica, (se expresa a través de
un estado que va desde la euforia y el alborozo a la auténtica excitación incontrolada,
agresión, ira, fuga de ideas, juicio alterado, ideas de grandeza, etc.) cantando, sin dormir,
sin descansar, uno de los síntomas es de regalar cosas y otra la compra de cosas
superfluas, pero generalmente caras. Por ejemplo la compra de 5 o 10 tractores, cuando el
sujeto no tenía campo. Por lo que la familia precisa demostrar que la persona estaba fuera
de sí y que no sabía lo que hacía, para que se anulen los contratos de compra.
148
Psicología Criminal y Criminalística
149
Psicología Criminal y Criminalística
El término neurosis, fue utilizado por primera vez por el médico escocés
Cullen en 1769 en el sentido de «enfermedad nerviosa». FREUD y
el psicoanálisis plantearon las neurosis desde un punto de vista
psicodinámico.
149 Juan Jose LÓPEZ IBOR . Las neurosis como enfermedades del ánimo. Editorial
Gredos. Madrid; 1966.
151
Psicología Criminal y Criminalística
152
Psicología Criminal y Criminalística
Destrucción de la propiedad
8. Ha prendido fuego deliberadamente con la intención de provocar
daños graves.
9. Ha destruido deliberadamente la propiedad de alguien ( pero no
por medio del fuego).
Engaño o robo
10. Ha invadido la casa, edificio o automóvil de alguien.
153
Psicología Criminal y Criminalística
4. Imputabilidad en la depresión
154
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155
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158
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150 FREEDMAN, A.M. / KAPLAN, H.I. / SADOCK, B.J., Tratado de Psiquiatría, t. I, Salvat
Editores, Barcelona, 1982, 900.
161
Psicología Criminal y Criminalística
162
Psicología Criminal y Criminalística
Tras el accidente, cualquiera que sea la causa, hay una alteración física en
el cerebro, en ocasiones difícilmente comprobable, a veces solo los test
psicológicos, la encuentran como una alteración psicoorgánica, otras
veces en las tomografías, se encuentran imágenes pequeñas, pero que
evidencian la alteración.
163
Psicología Criminal y Criminalística
162
Psicología Criminal y Criminalística
163
Psicología Criminal y Criminalística
Coeficientes de Inteligencia(156)
• C.I. entre 69 y 50 Retraso Mental Leve
• C.I. entre 49 y 35 Retraso Mental Moderado
• C.I. entre 34 y 20 Retraso Mental Grave
• C.I. menos de 20 Retraso Mental Profundo.
Para que una persona sea imputable, debe tener un C.I. de 70 o superior.
156 GÓMEZ FERRER, C. / RUIZ LOZANO, M.J. / FERNÁNDEZ MORENO, A., «Retraso
mental», cap. 8, en Planificación Terapéutica de los Trastornos Psiquiátricos del niño y del
adolescente, GUTIÉRREZ CASARAE, J.R. (coord.) y REY SÁNCHEZ, F. (ed.), Smith Kline
Beecham, Madrid, 2000, p. 185.
157 http://es.wikipedia.org/wiki/Efectos_del_alcohol_en_el_cuerpo
164
Psicología Criminal y Criminalística
Los metabolitos se excretan por vía pulmonar, vía urinaria, por la saliva y
por la leche en época de lactancia. Posteriormente se produce, el efecto
depresivo causado por el alcohol que actúa sobre los canales BK
158 BARRAL, R. / NÚÑEZ DE ARCO, J. / CABALLERO, D., Aspectos de la Medicina Legal
en la Práctica Diaria. Guía para profesionales de lo servicios públicos de salud, La Paz,
OPS/OMS, 2004, 38-39.
165
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Psicología Criminal y Criminalística
Clasificación de la embriaguez
• Fortuita. (involuntaria), es la ingestión de una o varias copas de
alcohol, pero que para la naturaleza del sujeto es excesiva, razón
que cae en embriaguez aguda. Es eximente.
• Culposa. (voluntaria), es ingestión ocasional o habitual sin
moderación, pero sin intensión de embriagarse. Es atenuante, si
es semiplena.
Determinación de la culpabilidad
• Si la embriaguez alcohólica es fortuita y plena, es eximente, si es
semiplena es atenuante.
• Si es culposa, responde a título de culpa.
• Si es embriaguez dolosa, responde a ese título.
168
Psicología Criminal y Criminalística
• Recitar el alfabeto
• Contar en retroceso
• Caminar en línea recta
• Tocarse la nariz
• Caminar de talón a punta
• Balancearse en solo un pie
• Dedos al dedo gordo
• Toquecitos de manos
• Doblarse hacia el frente y hacia atrás con los ojos cerrados
169
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173
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162 .GLASSER, W., Reality therapy: Un nuevo camino para la Psiquiatría, Narcea, Madrid,
1979.
163 YOCHELSON, Samuel / SAMENOW, Stanton E., The criminal personality, Rowman &
Littlefield Pub. Inc., 1965, ISBN: 1568213492. Ver la edición española, aparecida en
1979, del libro original de 1965, 43.
164 HARE, Robert D., La Psicopatía. Teoría e investigación, Herder, Barcelona, 1984.
165 GARRIDO GENOVÉS, Vicente, Cara a cara con el psicópata, Ariel, Barcelona, 2004.
166 YOCHELSON / SAMENOW, The criminal personality, Aron, New York, 1976.
174
Psicología Criminal y Criminalística
A. Desconfianza y suspicacia intensa frente a los demás, de tal manera que sus motivos se
interpretan como malévolos, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está
presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro (o más) de los hechos siguientes:
1. Sospecha, sin base suficiente, de que los demás explotan,
causan daño o decepcionan al individuo.
2. Preocupación con dudas injustificadas acerca de la lealtad o
confianza de los amigos o colegas.
3. Poca disposición a confiar en los demás, debido al miedo
injustificado a que la información se utilice maliciosamente
en su contra.
4. Lectura encubierta de significados denigrantes o
amenazadores en comentarios o actos sin malicia.
5. Rencor persistente (es decir, no olvida los insultos, injurias o
desaires).
6. Percepción de ataque a su carácter o reputación que no
es apreciable por los demás y disposición a reaccionar
rápidamente con enfado o a contraatacar.
7. Sospecha recurrente, sin justificación, respecto a la fidelidad
del cónyuge o la pareja.
175
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