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A las dos de la tarde del 6 de agosto de 1824 llegaba Bolívar a la Pampa de Junín y observó que la
infantería realista ya había pasado por dicho lugar y que solo la caballería, que iba a la retaguardia, se
encontraba a la vista.
La Caballería independiente, fuerte de 900 plazas, que venla a la vanguardia de su ejército, desembocaba
en esos momentos por la quebrada de Chacamarca, mientras su infantería se encontraba todavía como a diez
kilometros al norte.
Para evitar que Canterac se le escapara, piensa entonces Bolívar "enganchar" con su caballería al ejercito
realista, dando tiempo para que llegara su infantería, y lanza desde los altos de la quebrada sus escuadrones al
llano al mando del general Mariano Necochea.
Canterac al verlo, contando con la superioridad numérica de su caballería (1,300 plazas) ordenó a esta
para el golpe mientras daba tiempo para su infantería siguiera su marcha al Sur.
La caballería independiente lanzada al ataque no pudo desplegar completamente sus escuadrones por lo
estrecho del terreno, mientras que la caballería realista en mejor terreno, desplegaba sus líneas y atacaba
también.
A eso de las cuatro de la tarde se produjo el choque que fue terrible, y los independientes comenzaron a
retroceder, perseguidos por los realistas, hasta que el escuadrón "Husares del Perú", que se encontraba en la
reserva al mando del coronel argentino Suárez, cargo por la espalda a los realistas por insinuación del ayudante
mayor, teniente don José A. Razuri. Esta actitud desorientó a los realistas y dio tiempo para que los perseguidos
independientes se rehicieran y volvieran a la lucha produciendo la victoria después de cuarenta y cinco minutos
de combate al arma blanca, sin que se hiciera un solo disparo.
Bolívar, que se había alejado un tanto del lugar del escenario de la batalla, recibió de pronto el parte
enviado por Miller en que se anunciaba la victoria.