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PROFESORADO SUPERIOR DE CIENCIAS SOCIALES.

PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA EN HISTORIA.

Cátedra: Proc. Soc. Pol. Econ. y Cult. Americanos II.

Tema: Reseña histórica sobre el proceso emancipatorio de América Latina.

Curso: 3° “A”.

Alumno:
● Bella, Juan Martín.

Profesor:
● Pozzi, Gerardo.

Ciclo académico 2022.


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ÍNDICE.
Consignas. 2

Introducción. 3

Desarrollo. 4

Conclusión. 8

Bibliografía. 9
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Consignas.

Redactar una reseña histórica del proceso de emancipación en América latina hasta el año
1830.
Para ello, se deberá tener en cuenta los siguientes aspectos:
a. Contexto externo y causas que dan comienzo al proceso emancipatorio.
b. Los componentes políticos y económicos de los proyectos revolucionarios.
c. El rol de los diversos grupos sociales de élite y de las clases populares:
Tener en cuenta los intereses diversos de cada grupo social.
Los factores aglutinantes o fragmentadores: ideales políticos, intereses
económicos, etnicidad, la religión, idioma, sometimiento a un mismo poder, etc.
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Introducción.
En el presente escrito se realizará una reseña histórica del proceso emancipatorio de
América Latina hasta el año 1830. En el mismo se tratarán cuestiones y puntos en común de los
múltiples procesos independentistas que, como veremos más adelante, compartieron similitudes
entre sí y fueron ocasionados por un contexto externo general que ocurría en Europa: las
revoluciones, tanto española como francesa.
Además de analizar el contexto externo, se tendrán en cuenta las causas que llevaron al
desarrollo de estas luchas anti absolutistas, como así también los componentes políticos y
económicos que proponían los diferentes proyectos revolucionarios y el rol de los diferentes
grupos sociales en cada uno de los procesos.
Para fundamentar este escrito, y siguiendo lo que propone la cátedra, se utilizará el
capítulo 1, del tomo I, del “Atlas histórico de América Latina y el Caribe”, presentado en 2017. A
modo de complemento también se extraerá información proveniente de otras fuentes trabajadas
en la cátedra.
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Desarrollo.

Para comenzar a tratar las luchas anti absolutistas que se dieron en América Latina
durante el siglo XIX, es preciso entender el contexto en el cual se desarrollaron; es por esto que
antes de entrar en detalles de cada uno de los procesos independentistas, desde Haití hasta
Brasil, se desarrollará acerca de lo que sucedía en Europa al momento de iniciarse estas luchas
en el continente.
Las luchas independentistas en Latinoamérica se produjeron en medio de las revoluciones
europeas. La Revolución Francesa de 1879 fue el puntapié inicial para la primera gesta
independentista que tendría éxito en nuestro continente, la de Haití en 1804, proceso que terminó
con la formación del primer Estado independiente de la región y con la primera república negra.
En Europa, a consecuencia de la Revolución Francesa, Napoleón quedó como representante de
la alta burguesía y se desarrollaron las guerras napoleónicas, hechos que afectarían directamente
la situación política de las colonias.
En 1807, Francia (con ayuda española) invade Portugal y la corte portuguesa huye a Río
de Janeiro, Brasil. Para 1820 tras el triunfó liberal en Oporto, se suprime el absolutismo y la familia
real que había huido a Brasil retorna a Portugal, excepto su hijo, que se queda en Brasil y
determina la independecia de este país, independencia la cual será la única verdaderamente
diferente a las demás sucedidas en territorio latinoamericano.
Anteriormente, esta expansión napoleónica había invadido España, en 1808, y proclamado
a José Bonaparte (hermano de Napoleón) como rey. Además se produjo la detención del Rey
Fernando VII, lo que causó levantamientos populares y de resistencia nacional en torno al
antiabsolutismo. Con la proclama de José Bonaparte, en España quedaron dos bandos
conformados; aquellos unidos a los Bonaparte y los sectores liberales.
En este contexto, se dieron múltiples insurrecciones en hispanoamérica con la idea de
desplazar a los virreyes. Además, juraban fidelidad a Fernando VII, que había caído preso. Sin
embargo, las revoluciones cambiaron su carácter antiabsolutista y se volvieron además
anticolonialistas, yendo directamente en contra de España cuando en 1814 retorna Fernando VII y
ejecuta políticas absolutistas.
Es aquí cuando el movimiento revolucionario hispano se constituyó bajo el liberalismo, ya
que era una ideología principalmente antiabsolutista. Este movimiento fue llevado a cabo por los
jacobinos en Haití, por Mariano Moreno en el Río de la Plata, por el Dr. Francia en Paraguay, por
Artigas en la Banda Oriental y por Hidalgo y Morelos en México.
El proceso de emancipación en América Latina puede dividirse en dos etapas; la primera
de 1808 a 1815, en donde de todos los movimientos solo triunfan los de Asunción y Buenos Aires,
y la segunda, desde 1816 hasta el triunfo revolucionario de la batalla de Ayacucho en 1824.
Los fracasos de la primera etapa se adjudican a la falta de una propuesta revolucionaria
igualitaria, la cual solo se limitó a los sectores populares (como en la revolución de los Marqueses
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en Quito o las dos primeras repúblicas venezolanas, exclusivamente mantuanas). Además de
esto, también son causas del fracaso la represión de la aristocracia criolla y española para con los
movimientos igualitaristas (tal como pasó con el movimiento en México liderado por Hidalgo y
Morelos). Los movimientos que se sostuvieron en esta etapa lo hicieron en parte gracias a haber
planteado incorporar las clases populares al proyecto político propuesto.
Al entender esto, es posible comprender los triunfos que se dieron en la segunda etapa,
los cuales se vieron caracterizados por la radicalización del proyecto social (en la tercera
República Venezolana) o la alianza entre la aristocracia criolla con los guerrilleros como sucedió
en México con el movimiento campesino indigena de Hidalgo y Morelos.
Para resumir el proceso que se fue desarrollando a lo largo de hispanoamérica, podemos
decir que los proyectos revolucionarios surgieron, principalmente, por la desigualdad social y
étnica que afectaba a los diferentes grupos sociales, por el monopolio comercial que afectaba a la
aristocracia criolla y por lo que derivó de la Revolución Juntista española. Otros causantes pueden
ser: la acción de los jesuitas, la revolución francesa, la independencia de las trece colonias
americanas, las ideas de la ilustración de la época, etc.

Si bien este escrito está destinado en cierta medida a encontrar puntos comunes entre los
diferentes procesos emancipatorios de América Latina, si considero necesario remarcar detalles
propios de cada uno de ellos, los más destacables claro está, a fin de comprender un poco más
sobre los grupos sociales que formaron parte.
Como ya bien hemos dicho, Haití fue el primer estado independiente de la región (1804),
impulsado en partes por la Rev. Francesa. La Revolución de Haití era vista como una oportunidad
para la élite de la colonia, la chance de conseguir representación política en los Estados
Generales. Este movimiento no apuntaba a la crítica sobre el orden social que reinaba (el cual se
apoyaba en el trabajo de los esclavos).
En Haití, más precisamente en Saint Domingue, se organizaron grupos de mulatos para
expresar necesidades que no eran expresadas por la elite blanca. Aquellos que se movilizaron
eran los sectores minoritarios de la población y su lucha buscaba ampliar derechos, luchar contra
el absolutismo y buscar involucrar a los esclavos a la democratización de la sociedad. Estos
esclavos no eran pasivos, organizaban revueltas de manera frecuente con el fin de abolir la
esclavitud e independizarse de la colonia.
En cuanto al plano económico, en Haití había una minoría élite blanca que tenían
monopolizada la producción del azúcar y la propiedad de los esclavos. Además, las restricciones
de la metrópoli eran duras, ya que no permitían refinar azúcar en la propia isla ni importar
manufacturas que no fuesen francesas.

Caso diferente es lo que respecta a la independencia de la Gran Colombia, la cual consta


de varios componentes precursores con diferentes grupos sociales al mando. En Nueva Granada,
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fueron los comuneros los qué buscaban bajar el mal gobierno mediante un proceso revolucionario;
una rebelión esclava en la azucarera de Coro fue otro de los procesos que buscaban una
independencia; el programa revolucionario de Gual y España es otro caso, en donde indios negros
de juntaron a los blancos para exigir un nuevo gobierno. Además, surgió un movimiento
independentista, que sería precursor del proceso emancipatorio, liderado por Francisco de
Miranda.
Para entender el proceso de levantamiento de la Gran Colombia es preciso saber que
hubo tres intentos, lo que se conoce como las tres repúblicas, cada uno con diferentes
componentes tanto políticos como económicos y con diferentes grupos sociales.
El proyecto de la primera república mantuana fue conformado por la clase dominante
criolla (terratenientes que explotaban a los esclavos), pero las diferencias de poder, ideales y
posturas dificultaron su proceso independentista.
En el proyecto de la segunda república entra en juego la figura de Simón Bolívar quien,
luego de volver de su exilio, inicia la Campaña Admirable y decreta la “guerra y muerte contra los
españoles”. No hubo cambios prácticamente respecto de la primera república, se continuó con la
misma política de no incorporar al proyecto a las clases populares lo que llevó nuevamente a
levantamientos contra la aristocracia criolla.
El tercer intento independentista se dió durante el segundo exilio de Bolivar. La diferencia
con los dos anteriores procesos fue que esta vez se declaró de inmediato la libertad de los
esclavos y se incluyeron al proyecto a los sectores populares (llaneros, campesinos y esclavos).
Entre los negros y blancos, la elite y la clase popular, juntos buscaron la tan deseada
independencia.

En el caso de la Revolución Mexicana, fue una conspiración por parte de los llamados
sectores medios de la sociedad o los miembros de la aristocracia provinciana (como Ignacio
Allende, Juan Aldama, María Josefa Ortiz y Miguel Hidalgo y Costilla). Además, surgieron los
liderazgos centralizadores de López Rayón y el sacerdote Morelos y Pavón.
Morelos en sus tropas tenía representantes de la pequeña burguesía y sostenía un plan
político idéntico al que tenía Hidalgo. “Nadie pagará tributos, ni habrá esclavos, no hay cajas de
comunidades y los indios percibirán los reales de su tierra como suyas” además decía “se
entregarán las tierras a los pueblos para su cultivo, sin que puedan arrendarse”.
Pese a coincidir en esto con Hidalgo, Morelos concebía a la guerra de otra manera,
consideraba más importante el hecho de atacar al enemigo de manera estratégica a qué llevar a
la guerra a un mundo de gente sin armas ni disciplina. Por su parte, López Rayón logró el apoyo
de los guerrilleros y elaboró el primer proyecto de Constitución para México en donde se proponía
abolir la esclavitud, terminar con los examenes artesanales y establecer la libertad de imprenta.
Al momento de comenzada la insurrección en México, liderada por Hidalgo, algunos países
centroamericanos produjeron levantamientos. Principalmente se dieron en El Salvador y
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Guatemala, y fueron rápidamente sofocados. Sin embargo, a raíz de la Revolución Liberal
Española de 1820, los cinco estados que integraban la capitanía general de Guatemala
(Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras y C. Rica) declararon la independencia y
decidieron anexarse al Imperio Mexicano que presidia Iturbide en ese entonces (1822).
La unidad con México fue efímera ya que Iturbide resultó derrocado poco después. Las provincias
centroamericanas se reunieron en 1823 y declararon su independencia tanto de México como de
España. Se conformaron así las Provincias Unidas del Centro de América.

En este proceso de entender el rol de los grupos sociales en los diferentes procesos
emancipatorios, como así también sus ideales políticos y económicos, debemos hacer un
paréntesis al hablar de la independencia de Brasil, ya que esta fue diferente a las demás. Como
ya sabemos, cuando los reyes portugueses (Juan VI y su esposa, además de quince mil
personas) huyen a Río de Janeiro, instalan ahí mismo la corte portuguesa y toman decisiones
como las de liberalizar el comercio, nombrar a ciudadanos brasileños en altos cargos, etc. Lo que
abrió la economía brasileña que ahora pasaba a ser controlada desde Brasil y no desde Portugal,
la colonia brasileña se volvió una metrópoli.
Sin embargo, es incorrecto decir que Brasil no haya tenido otros intentos de
independencia, ya que precedentes a estos actos, hubo levantamientos esclavos y de los pueblos
originarios, impulsados también por representantes de la elite que se veían influenciados por las
ideas de la ilustración, pero no resultaron efectivos.
La independencia de Brasil no llegó gracias a levantamientos, sí no que, tras la derrota de
Napoleón en Europa, la corte debía regresar a Portugal, que era lo que la élite portuguesa
pretendía, en cambio el rey Juan VI no tenía intenciones de volver, es por esto que 16 de
diciembre de 1815 elevo al Brasil a categoría de reino, al igual que Portugal. Cuando en 1820 el
rey debe volver a Portugal, queda en Brasil su hijo Pedro y estuvo la intención de que Brasil
vuelva a ser colonia, pero la población no lo permitió. Gracias a la presión de las asambleas desde
Portugal y del pueblo en Brasil, el príncipe Pedro decide el 7 de septiembre de 1822, a orillas del
río Ipiranga, la independencia de Brasil respecto a la casa real de Portugal.

Como hemos visto, los diferentes procesos encuentran múltiples puntos en común pero
también se diferencian en proyectos políticos o económicos generales. Los roles de la sociedad
fueron diferentes en los diferentes procesos pero siempre estuvo la idea de mantener la lucha por
la independencia.
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Conclusión.

En conclusión, para cerrar este relato histórico, considero importante remarcar lo crucial que
resulta el estudio de los procesos de la manera en la que se ha realizado este escrito. Es decir,
investigando todo el proceso emancipatorio latinoamericano como un hecho propio y común y no
como hechos aislados entre sí. Si bien cada independencia, sea Brasil, Haití o cualquiera, tiene
sus propias características, está en el trabajo de buscar sus cualidades compartidas la riqueza de
realizar trabajos de este tipo, el cual nos abre la manera de pensar y escapa un poco a la realidad
de “copiar y pegar” información extraída de cualquier fuente. Para la realización de este escrito se
realizó no solo varias lecturas a los procesos, si no también un tiempo de entendimiento de los
mismos y una búsqueda de similitudes a fin de realizar un texto general que pueda unir a la
mayoría de las independencias entre sí, destacando lo principal que había sido sugerido desde la
cátedra, que era remarcar el contexto externo, los componentes políticos y económicos y los
grupos sociales partícipes de cada proceso emancipatorio.
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Bibliografía.

Jaramillo, Ana y otros. 2017. Atlas histórico de América Latina y el Caribe. Universidad
Nacional de Lanús. Tomo I; Cap. 1 “La lucha por la independencia en la patria grande
(1804-1825)”.

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