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La sexualidad no solo comparte las partes del cuerpo del hombre y mujer,

también somete a distintos comportamientos no solo los marcados por


nuestra sociedad como el decir que el color rosa es para las niñas y el azul
para los niños, o que las mujeres tienen el deber de permanecer en el hogar
a cumplir con las labores domésticas y que los hombres son los benefactores
de lo indispensable sino que también compete a los cambios psicológicos que
distinguen al hombre y a la mujer aunque se puede decir que estos están
estrechamente ligados a las diferencias cerebrales que existe ya que
"siempre se ha sospechado que los cerebros de las mujeres y los de los
hombres, son un poco diferentes. Ahora la ciencia está apoyando un dato del
saber popular: un nuevo estudio descubrió que los hombres tienen más
sinapsis conectando a las células en una región particular del cerebro. Así
nos damos cuenta de que las reacciones entre ambos ante una misma
situación son muy distintas.

La sexualidad es un universo complejo que engloba cuatro aspectos


principales, el biológico, psicológico, social y ético. Todos estos están
relacionados entre sí y son inseparables, cada uno de ellos, juega un papel
importante en la forma de cómo percibimos todo lo relacionado a lo sexual.
La sexualidad humana, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud,
se define como: Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida.
Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el
placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se
expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes,
valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La
sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas
se viven o se expresan siempre. 

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