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R esu m en
Este artículo trata de mostrar cómo el expresidente peruano Alberto Fujimori pasó del triunfo
democrático en las elecciones de 1990, en un ambiente de total publicidad, al progresivo
control autoritario de las relaciones políticas caracterizado por el aumento del secreto. Esta
"transición autoritaria" ha dejado su registro público, pese a las estrategias de ocultamiento,
en los mensajes que el presidente de la república dirigió a la nación cada 28 de julio con motivo
de la celebración de la Independencia. En los once mensajes que dirigió Fujimori al país, se
encuentran las marcas de su estrategia política general: la consolidación d esu imagen de sal
vador de la nación con la anuencia del pueblo; el fortalecimiento de las instancias ejecutivas
del Estado sin necesidad de fiscalización política o judicial,y la polarización de las identidades
políticas en una supuesta comunicación directa entre el presidente y las mayorías del Perú.
Mediante el análisissistemático de los mensajes presidenciales, se describe cómo el presidente
Fujimori ejerció el discurso político como acción privilegiada durante sus años de gobierno
para buscar una legitimidad que prescindiera de la deliberación política.
A b str a c t
This anide aims te “how how president Fujimori progressed, from a democratic victory in
1990, in an ambiance of great publicity, to a progresive authoritarian control of the political
arena featured by an increase of secreacy.
This "authoritarian transition" has left a public evidence, in spite of his making policy, in
his speeches where the president addresses to the nation every 28th of July, day of the Inde-
pendence. In those 11 speeches, we can fmd Fujimori's marks of his policies: consolidation
of his image as savior of the nation ty popular anuence; increase of executive power without
political or juditial balance; and the polarization of the political identities, suppusedly creating
a direct link between the majorities of Perú and his president. Making a sistematic analyse of
these presidential speeches, it is described how Fujimori has used the political discourse as
an active device for legimating his power without political deliberation.
• El presente artículo fue escrito poco antes de la renuncia de Fujimori a la presidencia del
Peni, por lo que las afirmaciones del autor deben ser comprendidas en este contexto.
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acontecimientos que saltan a diario a los medios de comunicación,
pero también por el origen y las circunstancias dela información que
nos llega. Las "cortinas de humo" periodísticas, las amenazas, la ter
giversación^ predominio del corto plazo, las jugadas tácticas en una
disputa de la que se desconocen las reglas más importantes y rige
la desigualdad entre jugadores, el ocultamiento y develamiento a
discreción, etcétera; es como si la lógica del secreto hubiera despla
zado a la de la publicidad en la vida política del Perú presente. El
secreto que, según Elias Canetti, "ocupa la misma médula del po-
der”(1999: 286) y que, sin embargo, resulta el límite, el abismo
interno de la política, su privación, no sólo en sentido democrático,
sino en cualquier acepción del término que no haga de la política
y la guerra momentos particulares de un mismo continuo. Siguiendo
a Norberto Bobbio, ahí donde la regla en las relaciones de poder es
el secreto y no la publicidad, la democracia es la excepción y la dic
tadura la norma (Bobbio, 1996).
En este panorama, cualquier intento de análisis de la política en
Perú corre el riesgo de obviar la realidad o no superar el ejercicio
especulativo. Pero incluso en el autoritarismo el poder estatal nece
sita cierto reconocimiento público, cierta publicidad para que su se
creto exista como tal, requiere de un público sin secretos, el público
al que se representa y frente al que se representa. El gobierno de Al
berto Fujimori no es la excepción en esto, sino un buen ejemplo de
cómo el poder del secreto no deja de publicitarse.
Mi objetivo es mostrar la principal estrategia política que ha segui
do Alberto Fujimori en su acceso al poder desde la competencia
democrática hasta su consolidación y crisis autoritaria. Sin duda que
esa estrategia ha sido en gran medida "secreta" y que muchas accio
nes concretas que la han desarrollado requieren más una indagación
de tipo detectivesco que del análisis del discurso que aquí realizo.
Ahora bien, no todo es oculto y lo dicho no es necesariamente una
pantalla de las "verdaderas" relaciones de poder o un desvío de la
atención colectiva ni una acción de legitimación enfunción de la efi
cacia de lo oculto. Lo dicho, lo publicitado, también es parte de la
estrategia general y mantiene cierta lógica autónoma de acción, en
cierto sentido más político que el propio secreto.
Desde las anteriores consideraciones,en este artículo quiero pre
sentar un análisis de los mensajes que el presidente Alberto Fujimori
194 -
Sociedad y política
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Excelentísima señora presidenta del Congreso de la República
Distinguida representación nacional
Excelentísimo señor presidente de la República de Bolivia
Excelentísimo señor presidente de la República de Ecuador
Ilustres invitados
Pueblo del Perú
196
^ Sociedad y política
Éstos son los primeros párrafos del mensaje que Fujimori dirigió
a la nación con motivo de su tercera investidura como presidente de
la república el 28 de julio de 2000. En ellos se aprecian elementos
coyunturales como ciertas referencias a la ceremonia o la crisis polí
tica que se vivía en el país con grandes manifestaciones en las calles
y el veto diplomático de la mayor parte de la comunidad internacio
nal. Además, esos elementos coyunturales ganan en sonoridad den
tro delos fastos de una ceremonia centenaria que impone ciertas for
mas protocolarias, como los saludos, los asistentes, los temas a tratar,
algunas expresiones, etcétera. El ritual de fiestas patrias funciona
como dispositivo que expande y relaciona elementos, voces, institu
ciones, objetivos,acciones,sujetos, diversos e incluso contradictorios,
donde la estrategia del presidente tiene las mayores posibilidades de
ser hegemónica aunque con el riesgo de la total visibilidad. Pero
pongamos el asunto en perspectiva.
En un estudio sobre los riesgos que conlleva el presidencialismo
para la democracia, Cynthia McClintock imputaba a la personalidad
del presidente Fujimori la principal responsabilidad en la ruptura del
régimen democrático en Perú (McClintock: 309). Pero la argumen
tación de McClintock salta con demasiada facilidad del funciona
miento de las instituciones presidencialistas a la personalidad gol-
pista de Fujimori, como si ésta fuera la solución necesaria inscrita en
el sistema político.*Habría, como mínimo, que dar una explicación
más detallada de la participación del expresidente Fujimori en el tri
ple salto político que llevó a Perú de la precaria democracia de fines
de los ochenta a la incierta dictadura de comienzos del siglo m .L a s
etapas a verificar en el análisis de los discursos de fiestas patrias son
las siguientes: las elecciones de1990, en el marco de la Constitución
; Aspectos criticados por Tanaka, 1998: 28. Esta critica no supera, sin embargo, los constre-
ñimientoínstitucionalessino que los interioriza en cada sujeto político en la forma de racio
nalidad estratégica.
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de 1979; el golpe de Estado de abril de 1992 como decisión no insti
tucionalizada y la consolidación de un nuevo orden político con la
Constitución del 1993-1*3
Para este movimiento tan arriesgado, Fujimori usó con éxito dos
lógicas de la política moderna y de la democracia en particular: la
deliberación y la decisión.4 En ambas se generan identidades polí
ticas que en democracia tienen un vínculo normativo de legitimidad,
el principio de mayoría, con un punto temporal e institucional de con
versión: las elecciones. Las identidades políticas que compiten en
una campaña electoral deben quedar parcialmenteen suspenso cuan
do la votación asigna la representación legítima de la voluntad ma-
yoritaria a un grupo que debe gobernar en nombre de todos: las
identidades de la contienda electoral, candidatos y partidos, son dis
tintas a las de la relación gobierno/oposición, gobernantes y repre
sentantes.
E1 problema para Alberto Fujimori estaba en transformar una elec
ción presidencial, fuertemente inscrita en las condiciones peculiares
de una coyuntura política azarosa (abril de 1990), en un auténtico
paso de la deliberación a la decisión. Para ello prolongó la contro
versia electoral hasta el punto dedeslegitimar sus condiciones cons
titucionales y legitimar la ruptura del orden a favor.de un régimen
donde él tuviera más posibilidades de ser elegido presidente sin deu
das con alguien o con la fortuna, sin competencia: desde el 28 de
julio de 1990 reinicia una nueva campaña pero ahora como jefe
de Estado beligerante, polémico.
Hay dos asuntos importantes en la elección de 1990 más allá de
la tremenda crisisquevivía el país y delas condiciones institucionales
que permitieron una candidatura por fuera del sistema de partidos.
En primer lugar, la debacle de los partidos políticos, unos como re
sultado de una administración desastrosa ( a p y APRA), y otros por es
trechez del proyecto político y división intema (iu). En segundo
lugar, la mala campaña electoral, agresiva y excluyente del libera
lismo liderado por Vargas Llosa que les impidió tener más de un
tercio del apoyo popular.5Un fenómeno interesante en esa conjun-
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Sociedad y política
magníficamente escrita, aunque parcial, revisión de esa campaña electoral es la del propio
Mario Vargas Llosa (1993).
11Los términos "fortuna" y "fama", los tomo de El príncipe, de Maquiavelo.
'T ras el breve enfrentamiento con la Iglesia católica, que había respaldado la candidatura
de Vargas Llosa, durante la campaña electoral en la que tuvo como aliado a los evangelistas,
representados por su segundo vicepresidente, Fujimori rompe con estos últimos y se declara
católico.
Tras llegar Fujimorial Palacio de gobierno, confióimportantes puestosde poder a su her
mano Santiago. Susana Higuchi, esposa del presidente -a- quién apoyo durante la campaña,
no sólo con su presencia sino con recursos económicos — , se sintió marginada del nuevo
círculo de poder de su marido e inició una campaña de enfrentamiento con la familia Fujimori
que comenzó con una acusación contra Santiago Fujimori por corrupción, y acabó con una
sorpresiva intervención del presidente en televisión retirando a Susana Higuchi del puesto de
primera dama de la nación, cargo que no existe oficialmente.
9 Alan García prestó cierto apoyo a Fujimori durante la campaña electoral, apoyo que el
nuevo presidente devolvió a García bloqueando la iniciativa del congreso para abrir una co
misión de investigación sobre el mandatario aprista. También Fujimori rompió lazos con líde
res de izquierda como Enrique Bemales de Izquierda Socialista,que apoyaron y participaron
en su primer gobierno.
1(1A San Román los voceros fujimoristas lo colocaron a la cabeza de una conspiración que
pretendía sustituir al presidente de la república con el apoyo del congreso. Véase lo expuesto
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sólo ofrecían capacidad de veto en la lógica de la deliberación. Si
multáneamente busca nuevas alianzas entre quienes tienen las ca
pacidades ejecutivas reales (fuerzas armadas, grandes empresarios,
capital extranjero, fm i ) . A estos nuevos aliados les ofrece su con
versión discursiva y el dominio de la legitimidad popular, la fam a
del príncipe."
La hipótesis que sostengo es que los mensajes participan de ese
triple salto desde una coyuntura política afortunada hasta un nue
vo orden autoritario donde la legitimidad de la decisión impone sus
condiciones identitarias a las eventuales deliberaciones y eleccio
nes que el procedimiento democrático exige.
Espero poder mostrar esto desde la lógica discursiva de los men
sajes y no únicamente desde mi lectura aposteriori.12Para eso ana
lizaré tres aspectos sintomáticos de todos los discursos presidencia
les por fiestas patrias y que tienen una relación directa con las etapas
y dimensiones propias de la ceremonia política en que los textos
emergen.13 El primero se refiere a la construcción de la pertinencia
y lugar del propio discurso, algo que se hace desde el texto. En se
gundo lugar, me detengo en la revisión d e l os principales argumen
tos y temas expuestos por Fujimori, señalando tanto los contenidos
básicos como la estructura de su argumentación. Y, por último, ana
lizo el trabajo de identificación de los sujetos relevantes para el dis
curso, desde quienes son la oposición hasta cual es el lugar del pre
sidente.
por Carlos Torres y Torres Lara en el libro la democracia en cuestión, que recoge la opinión
de varios protagonistas de los hechos ocurridos en abril de 1992.
" Las conexiones entre Fujimori y las fuerzas armadas parecen remontarse al tiempo que
transcurrió entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones de 1990, conexiones faci
litadas por personajes como Vladimiro Montesinos, excapitán del ejército. Para Carlos Iván
Degregori "el triunfo de Fujimori resultó óptimo para militares que carecían de un liderazgo
político y de una opinión pública favorable, pero tenían una estrategia que ofrecer. Según al
gunos. ya por esas fechas se comenzó a planificar la quiebra del orden constitucional" (De-
gregori y Rivera, 1994).
'■ Esta hipótesis ya la formulé, desde otro planteamiento teórico, a finales de 1995 postu
lando algunas vías de desarrollo que hoy, desafortunadamente, parecen confirmadas(Martín,
en prensa).
IJ Para mayores detallessobre estos aspectos me remito a mi tesis Perú 28 de julio .. . , donde
los explico en detalle. En cualquier caso, la división tripartita de mi análisis la deduje de las
fases prototípicas de los "acontecimientos mediáticos" estudiados magistralmente por Daniel
Dayan y Elihu Katz, 1995.
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Sociedad y política
11En realidad Fujimori no tuvo una votación mayoritaria hasta la segunda vuelta de las
elecciones, habiendo quedado segundo en la primera vuelta, así que su comparación no era
pertinente respecto a la elección de Belaunde Terry o Alan García que ganaron holgadamente
en la primera vuelta.
" El artículo 211 de la Constitución de 1979 mandaba al presidente de la república dirigir
201
Esta comunicación directa era de hecho una crítica muy agresiva
contra los congresistas representantes del pueblo. Pese a que en
1991 Fujimori gobernaba con el apoyo de otras bancadas políticas
y sin mayor obstrucción parlamentaria en ese momento, el presiden
te desplegó el más extenso de sus mensajes como una descripción
objetiva (con gran cantidad de cifras y ejemplos) en la que el pueblo
debía tomar posición frente a quienes preferían las máscaras y el
maquillaje de la realidad:
202
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----------- 203
la mutación de la escena de la Independencia, con su violencia y sa
crificio, en la "situación experimental" de su intervención terapéu
tica.'' Los dos párrafos siguientes hacen la equivalencia entre las
voluntades de la Independencia y de la "reconstrucción nacional"
que representa el gobierno de Fujimori. Para dar mayor intensidad
y referencia histórica a esta equivalencia, en el primero de estos dos
párrafos, Fujimori usa las mismas palabras que el general San Martín
usó para proclamar la independencia de Perú: "por la voluntad de
sus pueblos y por la justicia de su causa, que Dios defiende".
Los primeros párrafos del mensaje de 1993 rescriben estos tres pri
meros de 1992, pero ahora como una confirmación de la argumen
tación que estos contenían y de la oportunidad del autogolpe del
5 de abril. Todo el mensaje está ordenado en este sentido dando
cuenta de la labor del gobierno que para esas fechas había rectifi
cado el proceso hiperinflacionario y tenía al líder de Sendero Lu
minoso entre rejas. Tras un minuto de silencio en homenaje a las
"22 000 personas muertas en esta ya larga y cruenta guerra", Fujimori
señala explícitamente en qué consiste su mensaje a la nación, des
tacando su actitud personal favorable a una "auténtica democracia":
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Sociedad y política
los rasgos del de 1993, introduce una regla que regirá todos los res
tantes: normalizar la política del gobierno hasta el punto de suspen
der toda deliberación. La legitimidad técnica y la referencia personal
a modo de ejemplo casi inverosímil18van sustituyendo la refutación
y la descripción. Resulta muy interesante que esa regla sea introdu
cida como culminación del proyecto nacional iniciado con la Inde
pendencia, como prueba del fin de aquel proceso que hacía de cada
28 de julio un momento de incertidumbre:
1 Como la anécdota que cuenta sobre como "en una ocasión mi hijo Kenji y yo surcamos
un pequeño río de la selva, admirando la belleza de los bosques tropicales"y su hijo descu
brió, tras un rato de querer pescar, que no había peces porque el río estaba contaminado.Todo
el relato para incorporarlas demandas ecologistasal discurso como un acto personal (Fujimo
ri, 1994: párrafo 79).
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primeros párrafos del cuestionado M ensajedel999señalan esta dis
plicencia presidencial:
20 6 ■
Sociedad y política
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defendía Vargas Llosa, al divisionismo de la izquierda constitucional
y al extremismo de Sendero Luminoso, con su "estilo" muy per
sonal de gobernar. Fujimori remite la apelación a la unidad nacional
al cumplimiento con una comunicación honesta, sincera y direc
ta con el pueblo. Su primer gran éxito sería identificarestos objetivos
con los rasgos de su propio discurso y su persona, alguien que se
expresa como un peruano más, "un presidente como tú".
Y como un peruano más en el que se puede confiar, Fujimori se
arroga la entereza de nombrar a la crisis de Perú de manera breve
y contundente, conminando a una acción urgente:
2as —
Sociedad y política
El criterio técnico para manejar los asuntos del Estado fue des
plazado o neutralizado por el criterio político, que amalgamaba
intereses económicos y partidarios o que dependía de los pla
zos electorales.
Hoy, el criterio técnico es el único que prima en la conduc
ción del Estado y en el manejo de los intereses del Perú, y eso lo
saben los millones de sencillos hombres y mujeres de nuestro
país que ya no viven la incertidumbre derivada de políticas errá
ticas. Una auténtica revolución está en la entraña deesta nueva
actitud, de este nuevo estilo de gobernar. El rédito, el cálculo
• y el dividendo políticos que resultan de una obra, no son ya
más el estímulo para realizarla. El pueblo tiene algo que se lla
ma sentido común. Algunos creen que engañan al pueblo cuan
do antes de terminar sus mandatos arreglan y parchan calles,
inauguran obras porque se acercan las elecciones. El ciudada
no común y corriente se ríe, mueve la cabeza compasivo ¿Y por
qué no hizo las obras cuando el pueblo la necesitaba y por qué
se apura tanto ahora que se vienen las elecciones?
Como todo el que se sienta en el sillón presidencial, ha re
cibido desde el inicio de mi gobiemo las famosas tarjetitas o
tajetazossegún se quiera, para que frene o acelere este o aquel
proyecto. La mayoría de esas cartulinas me eran enviadas con
fiando en que la influencia iba a proceder. Buen chasco se han
llevado los que creían que todo seguía igual. Esas tarjetas yo
las colecciono para un día hacer una historia del tarjetazo en
el Perú (Fujimori, 1991: párrafos 23-25).
ii
H asunto de las tarjetitas en el cajón resulta algo inverosímil por como ocurre el verda
dero manejo de influencias a nivel del gobiemo nacional, aunque no deja de ser una buena
imagen que cristaliza el asunto en algo objetivo.
209
tenso,” sino como antipolítica,como suspensión de la competencia
en razón de un objetivo primordial: la defensa del Estado. Éste es el
viejo argumento de Cari Schmitt que veremos perfeccionado en los
mensajes siguientes.
2. Con extraordinaria claridad, el discurso de Fujimori del 5 de
abril de 1992 desarrolla la argumentación canónica sobre la nece
sidad del “autogolpe”.23 Especialmente los contundentes párrafos
del 19 al 24 que se enlazan como una cadena deductiva hacia la
acción presidencial con las siguientes fases: el destino de la nación;
la urgencia del momento; la reconstrucción de una verdadera demo
cracia; la rigidez e inconsistencia de la Constitución vigente; el dete
rioro institucional y la incapacidad moral del parlamento y el Poder
Judicial; y, para concluir, la responsabilidad excepcional del presi
dente.
El mismo razonamiento ordena el acto fundamental del mensaje
a la nación de 1992: justificar la suspensión de la forma del orden
para salvar el fin supremo de ese orden, el bienestar de Perú. Y aña
de algo clave al presentarlo en la ceremonia de las fiestas patrias: la
legitimidad ritual de éstas que identifican al presidente como el pala
dín de la soberanía nacional. En este mensaje, la presentación de los
argumentos es más personal y directa, como la descripción objeti
va de una voluntad:
210 —
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211
ción entre norma o institución y acción eficaz.24En el primer párrafo
establece las condiciones de la discusión, alineando los grupos opues
tos con valoraciones positivas y legítimas frente a negativas e ilegí
timas. También se indica el asunto que se debe resolver: ¿Quién
debería tomar la decisión" —o quién decide en la situación ex
cepcional, preguntaría Carl Schmitt—, cuando el orden jurídico e
institucional favorece la inercia de los privilegiados. El segundo pá
rrafo comienza con la respuesta al dilema de manera contundente:
el Ejecutivo. Éste estaría constituido por dos instancias y momen
tos: la reflexiva o deliberativa, en que se funden el presidente y el
pueblo; y la ejecutiva o decisoria, enla que el presidente personaliza
la acción. Éstos serían los dos cuerpos del soberano que Schmitt
abstraía en el segundo haciéndolo absolutamente ahistórico pese a
su afán historicista.
El tercer párrafo sirve como colofón de los anteriores antes de
pasar a los diversos ejemplos que Fujimori da. Aunque muy breve,
este párrafo recoge otro argumento fundamental en la historia delos
golpes de Estado y las revoluciones: el divorcio entre las formas po
líticas y la realidad social, que habría que resolver, no en favor de
derechos y obligaciones, sino de las necesidades y aspiraciones so
ciales.2' Aquí todos los presidentes estudiados han coincidido, al me
nos en el discurso, en someter la política a la necesidad social.26
Toda esta argumentación ayuda a Fujimori a transformar el orden
defacto en el orden d ela necesidad, de la realidad, en el único posi
ble. Los mensajes de 1993 y 1994 añaden argumentos y ejemplos que
confirman la objetividad deese orden. Los éxitos en la estabilización
Estos temas se pueden registrar a lo largo de toda la historia moderna del pensamiento
político occidental. Para explicar la discontinuidad entre la justicia y la ley, pocos textos tan
audaces como el de Jacques Derrida, 1997.
Explícitamente Fujimori enmarca la labor del Congreso Constituyente Democrático ante
el que pronuncia el mensaje de 1993 "no sólo con el compromiso de legislar y fiscalizar, sino
de elaborar, asimismo, una nueva Constitución para los peruanos. De esta manera hoy todos
estamos dándonos una nueva oportunidad para corregir los abismos que separan al Perú
formal del Perú real. A partir de un texto constitucional bien concebido, tenemos que actuar,
también los gobernantes, con eficacia para que la distancia entre la palabra y la realidad sea
la más corta posible" (párrafos 144-145).
“ Una lectura clásica de este dilema es la de Hannah Arendt, especialmente en su mag
nífico texto Sobre la revoluciónque compara las revoluciones norteamericana y francesa, sien
do la mayor apuesta por la necesidad social en la segunda la clave para entender su deterioro
totalitario. Más allá de los detalles históricos, el planteamiento sigue siendo pertinente para
la discusión teórica y el análisis de los proyectos políticos.
212 --------
Sociedad y política
27 Esto me hace pensar en una paráfrasis estilística de El otoño del patriarca o de Conver
sación en la Catedral en que, con su forma más o menos desbordante, sus autores, Gabriel
García Márquez y Mario Vargas Llosa, tratan de emular la proteica forma política que des
pliegan los dictadores o las dictaduras.
213
Quienes hemos vuelto a gobernar el Perú en 1995, sabemos
que, en lo esencial y sustantivo, tratamos de enrumbar de la
mejor forma el país. No lo hemos hecho todo, ciertamente, y
no somos ajenos, tampoco, al error. Y eso nos lo recordarán
permanentemente nuestros críticos (Fujimori, 1997: párrafos
60-62).
214 -
— Sociedadypolítica
hablar con las que se supone tienen los sectores populares en Perú,
algo que hizo especialmente introduciendo expresiones populares
en breves parábolas y en relatos de anécdotas personales.
1. En el mensaje de 1990 convoca a formar el bloque de amigos
en su mapa de identidades. Lo hace apelando a la razón, la fe y el
destino de Perú. En varias ocasiones también da gracias a Dios y
envuelve su envestidura presidencial en la mística del salvador de
la patria. Desde los primeros párrafos insiste en ser "un presidente
como tú" y en vincular su lema "honradez, tecnología y trabajo" con
los valores de "la antigua civilización peruana". Pero es al final del
discurso donde mejor se expresa esta convocatoria casi mística, en
la que se va de la votación electoral a la iluminación de Dios:
Pueblo de Perú
El diez de junio tu voto fue por la esperanza. Este país que per
día el rumbo; esta sociedad, cansada de la demencia de la de
magogia y la inoperancia gubernativas, acudió al llamado de
un mensaje de renovación. Apostó nuevamente por democra
cia y nos toca a los hombres, hoy en el gobierno, ser fieles a
su mandato.
Hoy más que nunca, es necesario elpatriotismo de quienes
estamos al frente del gobierno. El Perú es nuestra partida y
nuestra meta; su engrandecimiento debe ser nuestro sueño;su
ruina, nuestra pesadilla y azote.
Por Dios, en el que creemos la mayoría de los hombres y
mujeres de este país, yo ju ro trabajar por sacarlo del estanca
miento en que se encuentra y conducirlo por destinos superio
res. Pero no quiero la soledad del gobernante que puede sen
tirse Mesías, quiero la compañía poderosa de mi pueblo, su
cercanía, pues sólo ella me recordará que soy unperuano más
que tiene, como único privilegio, su responsabilidad de go
bernante.
Dios ilumine al pueblo del Perú y me ilumine para empren
der esta tarea gigantesca, pero hermosa, que hoy se inicia.
Muchas gracias (Fujimori, 1990: párrafos 85-88).
- P 75
ahora concretada en el "me" del presidente. La transposición
retórica está mediada por la apelación al "patriotismo" y a la
"mayoría" cre- yente que une al "tu" del pueblo con el "me" del
presidente que así es también pueblo. Los otros, los de la demencia,
la ruina o los go- bemantes alejados de los ciudadanos, son apenas
referidos por esos escasos rasgos y situados fuera de la comunica
ción legítima, no ten- drían derecho a la voz.
2. En el mensaje de 1991 esta descalificación de la oposición
política cobra toda su fuerza. Para la fecha del mensaje, la relación
entre el presidente y el congreso no era tan tensa como algunas de
claraciones del primero harían pensar. De hecho éste había gober
nado el país con las facultades legislativasdelegadas por el congreso
pese a que a no contar con mayoría en las cámaras (McClintock:
318). Sin embargo, en su segunda comparecencia ante el congreso,
Fujimori sería menos cauto que en la primera:
216 -
Sociedady política
más bien creo que fue su capacidad para "ser representado" como el rechazo a la candidatura
de Vargas Llosa,esto es, su capacidad para mantenerse en la ambigüedad y dejar que los de
más pusieran en él cuantas representaciones quisieran. Esto le permitiósu posterior conver
sión discursiva hacia el ajuste económico y su recolocaciónentre los grupos políticos del lado
de quienes tenían mayores facultadesejecutivas como las fuerzasarm adasy el capital interna
cional. Un amplio análisis del plan de ajuste económico extremoque puso en marcha Fujimori
se encuentra en G onzalesde Olarte, 1998.
1,1Este argumento descalificador de la oposición está vivamente desarrollado por uno de
los máximos colaboradores políticos del presidente Fujimori, Carlos Torres y Torres Lara, que
defiende el autogolpe de 1992 como una acción preventiva contra el golpe que la oposición
política pretendía contra el gobierno democráticode Fujimori. En W .M .L a democracia en
cuestión.
217
te de la democracia y el Estado, le alfombraban el camino del
poder al más oscuroy tenebroso totalitarismo. En verdad com
prendería su sonrisa.
Hoy, en la cárcel más custodiada del Perú, seguramente él
comprenderá también la mía.
La historia está hecha de grandes decisiones Alguna vez,
del lado oscuro de la historia, Abimael Guzmán cruzó el río
para sembrar la destrucción y la muerte en el Perú, como me
dios para imponer un régimen feroz e inhumano. Me tocó, em
pujado por las circunstancias y la convicción profunda de ser
en esencia leal a un pueblo que ansia lap a z y elprogreso, cru
zar también e l río, en dirección contraria. Y no me arre
piento: cuando hoy veo que el Perú se recupera de sus heridas
y se fortalece, me convenzo que hice bien en asumir mi res
ponsabilidad de gobernante hasta las últimas consecuencias
(Fujimori, 1993: párrafos 16-18).
21 fi —
— Sociedad y política
279
!
ción la que actúa, la que habla, Fujimori se transforma en el medio
y la metáfora de esa comunicación comunal, como el chamán o el
brujo que permiten la catálisis de la comunidad al ser el vínculo con
el más allá de su orden, con lo moderno, con la globalización,
con el poder del Estado, etcétera. Más allá de lo preparada que pue
da estar una visita de Alberto Fujimori a un pueblo joven de Lima
o una aldea campesina en la Puna, la retransmisiónde esa ceremonia
lo muestra como un gran catalizador de imágenes y referentes más
que como un vehemente emisor de ellas, tal como pretendió Alan
García o Velasco. No crea nuevos referentes, sino que los fusiona
en un nuevo orden, “¡un chino con poncho!", redistribuyendo la
atención y las identidades mediante el nuevo código.
5. A ese nuevo orden de atenciones, identidades y códigos, lleva
Fujimori la polémica con su oposición política. Veamos un ejemplo
paradigmático:
220
Sociedad y política
221
Como escribía Albert O. Hirschman en su libro Retóricas de la in
transigencia (19941, aquí mi meta era "delinear los tipos formales de
argumentoo de retórica, y poner así el acento enlas principales pos
turas y maniobras polémicas que probablemente adoptarán los que
se proponen desbancar y derrocar las políticas y los movimientos de
ideas 'progresistas'" (16-17).
Muy próxima a una de las formas retóricas que Hirschman iden
tifica y critica —la de la futilidad del cambio porque la sociedad está
sujeta a leyes resistentes a la intervención humana— , la idea de que
el secreto es el guión fundamental de las relaciones políticas podría
seducirnos demasiado a la hora de analizar los procesos políticos
actuales en Perú. Pero no es necesario tener un video grabado por
el Servicio de Inteligencia Nacional para mostrar las estrategias "po
co amistosascon la democracia" —para seguir citando a Hirschman—
que Alberto Fujirnon ha seguido a lo largo de su gobierno. En los tex
tos más publicitados de su presidencia, los mensajes a la nación por
el día de fiestas patrias, quedan registradas esas estrategias política
por las que el vínculo de legitimación que debe haber entre la de
liberación pública y la decisión gubernamental (aún más pública),
es sometido a las lógicas del ocultamiento y del poder autoritario.
Fujimori pervirtió el uso de la deliberación para desmontar la fisca
lización del poder que disponía la Constitución de 1979, con la que
fue elegido presidente, con lo que sus decisiones no tendría otro
principio de ''legitimidad" que la eficacia y el éxito de su fuerza. Con
la nueva Constitución de 1993 que se hizo para consolidar su poder
anticonstitucional, refrendado luego por las elecciones de 1995, Fu
jimori pudo romper definitivamente con la lógica de la deliberación
y la publicidad para conducir su gobierno desde el chantaje, la co
rrupción y la impunidad.
Volviendo a los párrafos del mensaje a la nación de 2000 citados
al comienzo, vemos la reiteración de las principales formulas discur
sivas de Alberto Fujimori:la recalificación de la ceremonia de fiestas
patrias como celebración de su audacia más que como homenaje a
la Independencia o ejercicio constitucional de informar al congreso
de la labor de gobierno; la insistencia en la necesidad de tomar deci
siones por encima de la deliberación y el derecho, apelando a la
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. . . — Sociedad y política
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