EL MUNDO VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022

D O C U M E N T O S

La

R emási n a
Reina
(1926-2022)
La soberana más longeva
de la historia británica
forjó su mito combinando
la majestuosidad con el
sentido común y la prudencia
ILUSTRACIÓN: RICARDO MARTÍNEZ
EDICIÓN GRÁFICA: CONCHA FERNÁNDEZ
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VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022
«Pobrecita». Esto fue lo que la prince-
sa Margarita, de apenas seis años, le
contestó en diciembre de 1936 a su
hermana Isabel, cuatro años mayor,
tras preguntarle «¿quiere eso decir
que serás la próxima reina?» y obte-
ner como respuesta «sí, algún día». El
carácter reposado que caracterizaba
a Isabel le llevó a asumir con más
templanza que su única hermana y
que sus propios padres, los entonces
duques de York, la decisión de abdi-
car de su tío, el rey Eduardo VIII.
El mayor terremoto en la histo-
ria de la monarquía británica cau-
só una honda conmoción popular y
provocó una crisis política que de-
sestabilizó al gran imperio que en-
tonces sumaba a una cuarta parte
de los habitantes de todo el plane-
ta. Pero el irresponsable paso atrás
de Eduardo VIII para poder casar-
UNA HEREDERA INESPERADA
LA PRINCESA ISABEL, EN PRIMER PLANO, JUNTO A LA FAMILIA REAL EN EL BALCÓN DE BUCKINGHAM
EN 1937 TRAS LA CORONACIÓN DE JORGE VI. / GETTY IMAGES
La reina
más grande
No estaba llamada a ser reina pero lo
ha sido durante 70 años, con enorme
prudencia y casi ninguna tacha. Enten-
día el trono casi como un sacerdocio
se con la divorciada estadouniden-
se Wallis Simpson sobre todo lo
que hizo fue cambiar el destino de
una niña Isabel que había sido edu-
cada como una princesa de la que
no se esperaba protagonismo algu-
no. Su padre, coronado como Jor-
ge VI, se convirtió en monarca el
11 de diciembre de 1936 y ella, de
la noche a la mañana, en la herede-
ra, una inmensa responsabilidad
i i La meritoria capacidad para permanecer muda, esto es, exquisitamente neutral, durante
todo su reinado es una de las claves de la gran popularidad de la que ha gozado
D O C U M E N T O S
que le coartaba todo conato de li-
bertad. Como para que su herma-
na no sintiera en ese momento pe-
na por ella.
Lo que nadie pudo siquiera ima-
ginar entonces es que esa niña no
sólo se convertiría en reina, sino
que su mandato se prolongaría du-
rante 70 años, batiendo todos los
récords de la historia. Pero, sobre
todo, que los historiadores le pon-
drían el apelativo de Isabel II la
grande, en justa exaltación del ex-
traordinario empuje y tesón, prác-
ticamente sin tachas, con el que ha
sabido llevar las riendas de su na-
ción durante tanto tiempo, conver-
tida en una de las dirigentes mun-
diales más respetadas y admiradas,
y demostrando una prudencia, sa-
biduría y capacidad de acierto tan
difíciles cuando se está permanen-
temente en el epicentro del interés
de la opinión pública.
Han sido incontables sus logros.
Aunque en el éxito de Isabel II des-
taca su capacidad para haberse sa-
bido confeccionar un traje de reina
a su medida, tejido con silencio.
Porque la meritoria capacidad que
ha demostrado para permanecer
muda, esto es, exquisitamente neu-
tral, durante todo su reinado es
EL MUNDO MUERTE DE UN SÍMBOLO
una de las claves de la gran popu- guerra lo cambiara todo para siem- rosa del planeta, a la cabeza del
laridad de la que ha gozado. Con pre, Isabel realizó con sus padres que todavía era un vasto imperio
ella se va una forma de entender la una visita al Real Colegio Naval de con dominios en los cinco conti-
monarquía casi como un sacerdo- Dartmouth. Y allí conoció a un ca- nentes. La coronación se produjo
cio que probablemente no se repe- dete por cuyas venas corría sangre al año siguiente, el 2 de junio de
tirá jamás. que le emparentaba con las princi- 1953, en la Abadía de Westminster.
Isabel Alexandra Mary nació en pales dinastías europeas aunque su Gracias en buena medida a la ini-
Londres el 21 de abril de 1926, pri- situación fuera la de príncipe des- ciativa de Felipe de Edimburgo, la
mogénita del príncipe Alberto y de terrado y casi sin dinero: Felipe de de Isabel II fue la primera jura de
la duquesa María, quien se conver- Grecia y Dinamarca. Lord Mount- un monarca británico que se re-
tiría en una popular soberana con- batten, tío de ambos, ejerció de ce- transmitió por radio y televisión,
sorte. Como su hermana Margari- lestino y consiguió que los monar- con una cobertura que despertó un
ta, la princesa Isabel recibió una cas invitaran a Felipe a una cena en increíble interés en todo el mundo
formación de escaso nivel por par- el yate real. Aquel joven alto, rubio y que supuso un empujón para la
te de institutrices en la misma resi- y atlético causó sensación a una popularidad de la monarquía.
dencia familiar. Hasta el punto de Isabel que contaba con 13 años. Se En la coronación, Isabel II pro-
que, cuando en 1936 se convirtió enamoró perdidamente. nunció el discurso más importante
en la heredera, en Buckingham se Durante los seis largos años que de su vida, en el que consagró toda
vieron obligados a reaccionar im- duró la guerra, Isabel y Felipe su existencia a servir «a nuestra
provisando como pudieron para –quien combatió con la Royal gran familia imperial». Y lo ha
mejorar su instrucción con precep- Navy– apenas se vieron, aunque sí cumplido a rajatabla. Siete décadas
tores que, con los años, le dieron mantuvieron una prolífica corres- dedicadas en cuerpo y alma al sos-
un barniz básico en materias como pondencia. El rey Jorge y la Corte tenimiento de la Corona y al servi-
derecho constitucional. Y, con todo, confiaron en que la princesa se ol- cio a su pueblo. Guiando con acier-
ya convertida en reina, Isabel II no vidaría de él. Pero no fue así. Prác- to y sirviendo como inspiración a
ocultó su frustración por la pobre- ticamente la única vez en su vida su patria, desde el orgulloso impe-
za de su formación académica, un que ha antepuesto sus deseos per- rio del que empezó llevando las
lastre a la hora de tener que empe- sonales y su voluntad a cualquier riendas inicialmente hasta el mapa
zar a hacer frente a tantas decisio- cosa fue cuando no cejó hasta que geopolítico actual, tan diferente, en
nes y asuntos de la enorme com- su padre accedió al matrimonio. el que el Reino Unido trata de en-
plejidad que iba a exigir su cargo. La boda se celebró el 20 de no- contrar su nuevo lugar en el mun-
El estallido de la Segunda Gue- viembre de 1947. El país aún trata- do en plena era de la globalización
rra Mundial, en septiembre de ba de recuperarse de los rescoldos y el impacto sentimental causado
1939, cogió a las dos princesas de la guerra y se intentó conciliar por el Brexit y el aislacionismo de
adolescentes en Balmoral. Y allí, le- la solemnidad que el enlace exigía la isla. Muchos de los países que en
jos de sus padres y de la inquietan- con la austeridad a la que obliga- 1953 integraban la Corona británi-
te situación que se vivía en Lon- ban las maltrechas arcas públicas. ca se irían convirtiendo en repúbli-
dres, permanecieron varios meses, Felipe recibió el título de Duque de cas progresivamente –el último ca-
hasta que fueron desplazadas mu- Edimburgo. Pero tuvo que renun- so, Barbados, en 2021–. Aun así,
cho más cerca de la capital, al cas- ciar a sus derechos dinásticos en Isabel II ha llegado al final de sus
tillo de Windsor. La negativa de la Dinamarca y Grecia, abandonar la días como jefa de Estado de 15 paí-
enérgica reina consorte a que sus fe ortodoxa para convertirse al an- ses, además del Reino Unido de
hijas abandonaran el país mientras glicanismo y arrinconar a su fami- otros tan importantes como Cana-
duraba la contienda –se barajó en- lia, no pudiendo invitar al enlace a dá, Australia o Nueva Zelanda, y
viarlas a Canadá– fue muy bien re- sus hermanas por sus vínculos con también como cabeza de la
cibida por la ciudadanía. Antes del la Alemania nazi –dos tuvieron ma- Commonwealth –54 naciones y ca-
fin de la terrible contienda, la prin- ridos jerarcas del régimen–. si 2.000 millones de habitantes–,
cesa Isabel ingresó en el Servicio El 14 de noviembre de 1948 llegó una entidad tan querida por la rei-
Territorial Auxiliar de Mujeres co- el primer hijo del matrimonio: Car- na por cuanto es el hilo invisible de
mo teniente segunda y se formó los, quien se convertiría en el Prín- ese fabuloso imperio por el que
dentro de su división cipe de Gales que nunca ha desaparecido del todo la
del ejército como p o r E d u a r d o más tiempo ha espe- nostalgia en Londres.
conductora y mecá- rado para sentarse Ni qué decir tiene que en la vida
Álvarez
nica. La pasión por en el trono de toda la abnegada como reina de Isabel II,
conducir la ha man- historia. Tras él, Ana, al igual que en la historia de la mo-
tenido casi hasta el fin de sus días. Andrés y Eduardo irían completan- narquía misma, hubo un antes y un
La victoria aliada sobre la Alema- do una familia real que a lo largo después con Diana de Gales. La
nia nazi provocó un estallido de jú- de las décadas no ha dejado de boda de la Cenicienta que se casó
bilo en un Londres extenuado por protagonizar toda clase de episo- con un príncipe de verdad, Carlos
tantos años de guerra, privaciones dios, bastantes de ellos escándalos de Inglaterra, como hoy bien sabe-
y tragedia humana. El 8 de mayo de que han zarandeado la imagen de mos fue una farsa, sí, pero de ella
1945, el Día de la Victoria, fue, ade- una Corona que, sin embargo, se estuvieron pendientes más de 800
más de una jornada de inmensa fe- ha mantenido incólume gracias a millones de espectadores y en su
licidad para la familia real, una de los buenos oficios y a la capacidad momento el enlace se consideró la
las pocas ocasiones en las que la de entrega de la reina. mejor opción para que el heredero
princesa Isabel pudo dar rienda Isabel II ha sido monarca desde del trono sentara la cabeza y la
suelta al deseo de mezclarse como el 6 de febrero de 1952, uno de los inexperta y dulce muchachita
una ciudadana más con cientos de días más dolorosos de su existen- alumbrara savia nueva que asegu-
miles de londinenses que se deja- cia. Se encontraba, junto a su ma- rara el futuro de la dinastía: los
ron arrastrar por una marea de fe- rido, en Kenia, dentro de una ex- príncipes Guillermo y Harry.
licidad en una celebración intermi- tensa gira real por varios países de Lo que vino después fue un ma-
nable. Muchas décadas después, el la Commonwealth. Mientras el ma- trimonio tormentoso, el gran es-
realizador Julian Jarrold plasmaría trimonio disfrutaba de un cierto cándalo de un divorcio en el que se
aquella noche en la que Isabel fue respiro en el magnífico parque na- airearon todas las vergüenzas de la
una inglesa más en la exitosa pelí- tural de Aberdare, llegó la noticia institución... Y... el fatídico 31 de
cula Noche real. de que Jorge VI había muerto. agosto de 1997, la muerte de la
Retrocedamos de nuevo al vera- A sus 25 años, Isabel de Windsor princesa del pueblo, llorada por to-
no de 1939. Poco antes de que la se convertía en la mujer más pode- dos los británicos en una demos-
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MAJESTUOSA tración de exorcización sentimen-

ISABEL II, CON LA tal que a su monarca le costó com-
CORONA IMPERIAL, EN prender. El momento de populari-
LA APERTURA DEL dad más bajo en el larguísimo rei-
PARLAMENTO
nado de Isabel II se produjo
BRITÁNICO, EN 2015. /
REUTERS justamente entonces, cuando falló
la comunión entre la soberana y
los suyos, quienes no entendían la
aparente frialdad que demostraba
para abandonar su refugio de Bal-
moral y tener un gesto de calidez
hacia la que había sido su nuera.
Tuvo que ser el entonces premier
Tony Blair quien la convenciera de
la necesidad de que abandonara el
perfecto papel de alejamiento de
todo lo mundano que hasta enton-
ces se asociaba con la institución
para mostrar humanidad y sufri-
miento en público. Isabel II se vio
obligada a agachar la cabeza.
La era del populismo no había
hecho sino empezar, y por supues-
to lo iba a cambiar todo también
para la Corona.
Llegarían años especialmente
duros para la monarca... hasta al-
canzar 1992, su annus horribilis, tal
como ella misma lo calificó en un
discurso a la nación. Se sucedieron
los escándalos familiares, con tres
de sus cuatro hijos divorciados, la
institución vivió sus cuotas más ba-
jas de popularidad... y para colmo
un terrible incendio asoló su queri-
do palacio de Windsor.
Pero la reina de Inglaterra se ha
reinventado muchas veces. Y, al ti-
món de la institución, consiguió
darle la vuelta a las encuestas y re-
cuperar el afecto de ese pueblo bri-
tánico que siempre le ha demostra-
do una enorme admiración. Y se
fueron sucediendo grandes aconte-
cimientos como el Jubileo de Zafi-
ro, de 2017, con el que se celebró
que Isabel II se convertía en la pri-
mera monarca que cumplía 65
años en el trono. A partir de ahí,
seguiría pulverizando récords has-
ta este 2022 en el que ha festejado
su Jubileo de Platino por sus siete
décadas como soberana, y agran-
dando su leyenda.
Con 94 años, y tras los difíciles
meses de confinamiento obligado
por el coronavirus, último gran
zarpazo para la humanidad del que
la reina ha sido testigo directo, la
soberana sufrió la pérdida de su
marido, Felipe de Edimburgo,
quien murió el 17 de abril de 2021
ya casi centenario. La imagen de la
monarca durante el funeral en la
más absoluta soledad mientras
despedía a quien fue la roca en la
que se apoyaba, engrandecía el mi-
to de una soberana que nunca ha
dado pasos en falso.
En la hora de su propia despedi-
da, lo más justo que se puede decir
de Isabel II la grande es que ha
cumplido la promesa de su corona-
ción: «Declaro que toda mi vida, ya
sea larga o corta, la dedicaré al ser-
vicio de la gran familia imperial a
la que todos pertenecemos». No
prometió en vano.

ii «Declaro que toda mi vida, ya sea larga o corta, la dedicaré al servicio de la

gran familia imperial a la que todos pertenecemos». No prometió en vano ii
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La Reina Isabel II heredó un impe- al frente de Interior a comienzos de do la razón. «Dentro de la UE, en la
rio en declive y, tras más de 70 años los sesenta, la Gran Bretaña que, por posición colectiva europea en la
en el trono, siete más que la Reina los criterios democráticos del Econo- ONU o en la OMC representábamos
Victoria, deja una gran potencia mist Index, hubiéramos calificado de el 20% del comercio y el 7% de la po-
amenazada de ruptura interior y en «democracia híbrida» hace medio si- blación mundiales», decía. «En el fu-
busca de un nuevo rol exterior. glo, ha sido –al menos hasta el Bre- turo representaremos el 3 y el 1%…
En junio de 2022 fue la primera xit– una de las más civilizadas y Apenas hemos empezado a pensar
monarca británica que presidía un Ju- avanzadas del mundo. seriamente en las consecuencias de
bileo de Platino, entre docenas de des- «Ha perdido un imperio y está la retirada de la UE para nuestro fu-
files, conciertos, visitas de miembros buscando un nuevo sitio», decía el ex turo internacional».
de la Casa Real por todo el país y fes-secretario de Estado estadounidense «Trabajo en 11 países distintos y
tivales que dieran brillo y resplandor Dean Acheson en 1962. «Hoy nadie ninguno, incluso aquellas partes del
a la nueva era post isabelina. sabe dónde está», escribía el ex co- mundo donde tuvimos un papel his-
A pesar del Brexit, el centro indus-rresponsal diplomático y jefe de la tórico, tiene hoy escaso interés en lo
trial del imperio global en desintegra-delegación del New York Times en que piensa Gran Bretaña», escribía
ción heredado por Isabel II cuando se Londres Steven Erlanger el 4 de no- Jonathan Powell, asesor principal de
convirtió en reina en febrero de 1952, viembre de 2017. Tony Blair de 1995 a 2007, en el Guar-
16 meses antes de su coronación, es La prensa ultramon- dian. «Los dos pilares
todavía una gran potencia militar, eco-tana que llevó a los por Felipe que sustentaban nues-
nómica, tecnológica, cultural, finan- brexiteros a la victoria tra política exterior
ciera y comercial, un crisol de razas yel 23 de junio de 2016 Sahagún desde la segunda gue-
lenguas, y una sociedad puntera del con menos de un 52% rra mundial –Europa y
neoliberalismo y de la globalización de respaldo ciudadano niega un futu- las relaciones trasatlánticas– están
sin rivales en la Posguerra Fría, hoy ro tan sombrío, pero voces tan solven- quebrados, uno por nuestra culpa y el
seriamente cuestionados. tes como la de Simon Fraser, subse- otro por las circunstancias», añadía, y,
Con una dedicación absoluta al de- cretario del Foreign Office entre 2011 con el Brexit, «hemos perdido la capa-
ber institucional, siempre por encima y 2015, reconocen que, con la retira- cidad para formar coaliciones en Bru-
de sus obligaciones familiares, la mis-da de la UE, «es difícil encontrar un selas a favor de nuestros intereses», lo
ma reina que antes de ser coronada ámbito en el que (los británicos) ten- que mejor ha sabido hacer el Reino
describía el divorcio y la separación gamos una influencia decisiva». Unido desde su integración en la UE.
matrimonial como «algunos de los En una ponencia en Chatham Las pruebas llenarían varias enci-
peores males de nuestro tiempo», so- House hace cuatro años, Fraser la- clopedias. En Kenia y otras ex colo-
brevivió a los divorcios de tres de susmentaba el escaso eco de la política nias africanas China se está llevando
cuatro hijos, al fallecimiento de su in-
exterior británica a causa del Brexit. los principales contratos de obras pú-
separable Duque de Edimburgo y a Como ejemplos citaba el fracaso de blicas y, por primera vez en la Histo-
toda clase de escándalos familiares Boris Johnson, como secretario del ria, buques de guerra chinos carga-
sin apenas sufrir mella en una opi- Foreign Office en aquel momento, en dos de misiles y radares visitaban
Londres a primeros de octubre de
2018 tras varios meses en la fuerza
internacional contra la piratería en
aguas de Somalia.
La diplomacia victoriana de las ca-
ñoneras por los mares de China, que

Un imperio
los nacionalistas más ultramontanos
siguen reclamando –ahora para con-
trarrestar, junto a EEUU, el ascenso
imparable de China– no se consegui-
rá con el desplazamiento temporal de
algunas patrulleras al Indo-Pacifíco,

en declive
con un presupuesto militar de unos
68.000 millones de dólares en 2021, ni
apuntándose a la estrategia de Wa-
shington de los Quad, Aukus y otras
operaciones de contención regional.
Gran Bretaña llegó a controlar a uno de Con la independencia de Somali-
landia en 1991 y la devolución de
cada cuatro habitantes del planeta en Hong Kong a China en 1997, del im-
casi 34 millones de kilómetros cuadra- perio heredado por Isabel II sólo que-
dan 14 territorios, entre ellos Gibral-
dos. Ahora, es una gran potencia amena- tar y las Malvinas, que, como confesa-
ba el entonces secretario del Foreign
zada y en busca de un nuevo rol exterior Office Geoffrey Howe, «seguirán
siendo británicas hasta que España y
Argentina sean China».
Muchos de ellos siguen vinculados
nión pública que nada tiene que ver sus propuestas de sanciones contra a la antigua metrópoli por la da día más como una Suecia con ar- mado acuerdos definitivos o provi-
con la de su juventud. En un país don- Rusia por Siria en el G-7 y su débil Commonwealth y los 14 aún recono- mas nucleares y dificultades crecien- sionales con 69 de ellos y uno con la
de los hijos nacidos fuera del matri- respuesta a la retirada de EEUU del cen a la Reina como su jefa de Estado tes para concretar una nueva visión UE, aunque la mayor parte ha sido
monio no llegaban al 6% en 1950, hoy acuerdo sobre el clima de París. simbólica, pero desde 1973, cuando el estratégica y justificar unas fuerzas un corta y pega de los acuerdos he-
superan el 50%. ¿Adónde vamos?, se preguntaba, Reino Unido se incorporó a la Comu- armadas de gran potencia que la ha- redados de la UE, sin apenas modifi-
Como potencia económica mun- tras dar por hecho que el Reino Uni- nidad Europea, de la que Charles De gan creíble. Uno de los principales cación alguna digna de mención.
dial, el declive relativo de Gran Bre- do lograría una salida más o menos Gaulle la había apartado con su veto interrogantes sobre el futuro del Rei- El año en que la Reina Isabel II ac-
taña durante el reinado de Isabel II ordenada de la UE tras una transición durante más de diez años, Europa ha no Unido tras el Brexit eran sus rela- cedió al trono, Gran Bretaña tenía 50
no tiene discusión, pero el término de dos años. Auguraba una relación sido el círculo prioritario de sus inte- ciones comerciales con 168 países millones de habitantes, un producto
«declive» oscurece una relación pri- «menos confortable y segura» con reses y acción exterior, muy por de- reguladas hasta el año pasado por interior bruto anual de 450.000 millo-
vilegiada y madura con casi todas sus EEUU, y muchas más dificultades pa- lante de los otros dos: EEUU y las an- más de 700 acuerdos comerciales de nes de euros, una renta media de
antiguas colonias y, como repetía el ra seguir influyendo en la UE desde tiguas colonias. la UE. Hasta el 21 de octubre de 8.500 euros por persona y una espe-
gran liberal Roy Jenkins en sus años fuera. Los últimos tres años le han da- De nuevo fuera de la UE, se ve ca- 2021 el Gobierno británico había fir- ranza de vida de 66 años para los

i i A pesar del ‘Brexit’, es todavía un importante núcleo cultural, uno de los principales ejes
del comercio mundial, un crisol de razas y una sociedad puntera de la globalización ii
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¿Será un rey radical o acatará el peso

de la Corona? ¿Traicionará a su pro-
pia madre o se morderá la lengua?
¿Seguirá metiendo el dedo en la llaga
de la política o renunciará a su activis-
mo exasperante? ¿Será un monarca
austero o un príncipe petulante? Paso
al rey Carlos, el eterno heredero de la
Corona, siete décadas preparándose
para lo inevitable y otras tantas culti-
vando sus profundas contradicciones.
En el aire queda qué perfil asumirá.
1. El rey renuente. La
impaciencia por heredar por Carlos
la Corona fue dejando
paso a una tardía resig- Fresneda
nación. Al cumplir los
90, la reina fue delegando poco a po-
co en Carlos las labores más prosai-
cas de la monarquía, como los incon-
tables actos de representación oficial
y las visitas cada vez más frecuentes
a los países de la Commonwealth.
Carlos empezó a sentir poco a po-
co la soga, y a lamentar la falta de
tiempo para dedicarse a sus organiza-
ciones caritativas, sus pasiones y sus
causas. Catherine Mayer –autora de
Carlos: el corazón de un rey– detectó
una insatisfacción de fondo ante lo
que se le venía encima y provocó un
gran revuelo al atribuir al príncipe de
Gales un inconfesable pensamiento
en voz alta: «Ser rey es lo más pareci-
do a una prisión». «Carlos no tiene
prisa por ser monarca y teme quedar
atrapado en las tristes obligaciones de
la Corona», aseguraba Mayer.
La revista Time ahondaba en esa
dimensión del rey renuente con una
portada, «El Príncipe Olvidado», un
insólito perfil del heredero trenzado
con entrevistas a 50 amigos y conoci-
dos. Aquel artículo provocó la res-
puesta fulminante de Clarence House
para disipar las dudas: «El príncipe ha
cumplido toda su vida con sus debe-
res de apoyo a la reina y sus obliga-
ciones oficiales han discurrido siem-
pre en paralelo con su labor en orga-
nizaciones no gubernamentales».
En los últimos años, y en especial a
partir de la muerte de su padre Felipe
de Edimburgo en abril de 2021, se di-
ría que Carlos fue ganando aplomo
en el papel de «rey a la espera». Los
problemas de salud de la Reina ese
mismo año le obligaron a ir asumien-
do cada vez más responsabilidades y
a convertir su llegada trono como una
prolongación de sus funciones a la
sombra.
2. El rey radical. El silencio y la es-
tricta neutralidad fueron los dos gran-
des rasgos que definieron el largo rei-
nado de Isabel II. Para saber lo que la
monarca pensaba realmente de las
cuestiones palpitantes de las últimas
décadas, hay que destilar al máximo
sus breves discursos y leer sobre todo
entre líneas. Carlos nunca se mordió
la lengua como príncipe, y el temor
último de su madre fue que traslada-
ra ese mismo ímpetu a la Corona y
traicionara su propio legado. Según
Catherine Mayer, la máxima preocu-
pación de Isabel II era que su hijo im-
pusiera «un nuevo estilo de monar-

i i Elradical
temor de la reina Isabel II era que su hijo impusiera «un nuevo estilo de monarquía
para la que los británicos no están preparados» y acabar así con su legado ii
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La reina Camilla
quía radical para la que los británicos Ley de Libertad de Información, y los que Diana experimentó una insonda-
no están preparados». británicos pudieron hacerse una idea ble soledad). El huerto fue uno de los
Su propio padre, Felipe de Edim- del amplio repertorio de Carlos, cuya primeros en lograr la certificación de
burgo, con quien siempre tuvo una re- furia epistolar no parece haber men- la Soil Association. Él mismo ayudó a
lación tirando a tensa, le recriminó guado ni en la era del e-mail. «Cada diseñar el arboretum, y el jardín co-
y el pueblo
más de una vez por su propensión a vez que salimos de viaje, no tarda cin- mestible, o la pradera silvestre donde
poner sus «pasiones cerebrales» por co minutos en ponerse a escribir car- crecen hasta 32 especies amenaza- por Carlos
delante de sus «deberes reales». Feli- tas», reconocía su consejero Patrick das, de la margarita de ojo de buey a
pe cuestionó también durante años la Holden. «Algunas veces, por la noche, la cresta de gallo. Fresneda
preparación de su hijo para heredar el le hemos encontrado dormido sobre Pese a las constantes críticas, el
trono con la dignidad que siempre su escritorio». príncipe Carlos se ha tomado la de-
distinguió a su madre. Carlos no ha En King Charles III, la obra premo- fensa de la naturaleza como algo muy «¿Se convertirá la duquesa de Cornualles en reina cuan-
ocultado, sin embargo, su deseo de se- nitoria escrita por Mike Bartlett, el personal. Y lejos de moderar su dis- do Carlos llegue a ser rey o será simplemente prince-
guir fiel a sí mismo, y así se lo confió nuevo rey se estrena introduciendo curso, sus proclamas han ido a más sa?», fue la pregunta ineludible que se hicieron duran-
a Catherine Mayer: «Siempre he teni- un nuevo hábito: el de despachar re- desde que ejerció como padrino del te años los británicos. La propia Isabel II despejó las du-
do una sensación ex- Acuerdo de París. En das en febrero de 2022, con motivo del 70 aniversario
traordinaria, durante la Cop26 de Glas- de su llegada al trono, con un regalo inesperado a su hi-
años y más años, de gow llegó a reclamar jo y a su esposa. «Cuando llegue el momento, mi hijo
querer ayudar. Y «una movilización de Carlos será rey. Sé que le daréis tanto a él como a Ca-

Paso al
creo que es mi deber guerra» ante la crisis milla el mismo apoyo que me habéis dado a mí. «Es mi
preocuparme por la climática. En un acto sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Cami-
gente de este país y celebrado en el Pala- lla sea conocida como reina consorte mientras continúa
por sus vidas, y en- cio de Buckingham su propio y leal servicio». Camilla ascendió desde ese
contrar la manera de llegó a definir a los momento a ojos de los británicos. Antes de la bendición
mejorar las cosas escépticos del clima de la Reina, solo el 20% de la población aceptaba de

rey Carlos
dentro de mis posibi- como «una brigada buen grado la idea de la reina Camilla. La imagen de
lidades». de pollos sin cabeza» Lady Di pesa en el imaginario de los británicos, que si-
3. El rey intrusivo. y lanzó su dedo acu- guen sin perdonar la traición del príncipe Carlos y su
Carlos siempre ha sador contra el lobby relación extramatrimonial durante cuatro largas déca-
tenido una tendencia de los combustibles das. Las palabras de Isabel II sirvieron para dar un giro
compulsiva a escri- Tras siete décadas de preparación fósiles «por estar a las encuestas y hoy más del 70% de los británicos cre-
bir cartas y a dirigir- creando un planeta en que es la decisión apropiada.
las a cualquier de- deja de ser el eterno heredero al moribundo». Su rei- En 2005, cuando Car-
partamento del Go- trono para convertirse en monarca. nado podría llegar a los se casó finalmente
bierno, así le tachen pasar a la Historia con Camilla, todos pare-
de «intrusivo». Entre Fruto de su personalidad contradic- como la primera mo- cían aceptar que la Du-
2004 y 2005, escribió narquía ecológica. quesa de Cornalles sería
27 misivas al ejecuti-
toria, su reinado será una incógnita 5. El rey petulan- Princesa Consorte cuan-
vo de Tony Blair que te. La otra cara de do llegara el momento.
fueron difundidas al Carlos, descrita por Parecía ser el acuerdo
público al cabo de 10 Tom Bower en El entre los cónyuges. Sigi-
años y bautizadas como las «notas de gularmente no sólo con el primer mi- Príncipe rebelde, es la del hombre losamente, poco después
la araña negra» (por la caligrafía alar- nistro, sino con el líder de la oposi- «petulante, extravagante y entrometi- del 20 aniversario de la
gada del ilustre autor). ción. A las pocas semanas de estre- do»; tres rasgos de su carácter que se- muerte de Diana en el
En una de ellas recomendaba al narse, el rey en la ficción libra su guramente se verán reforzados bajo 2017, la pregunta incó-
propio Blair que diera carta blanca al primer pulso con el Gobierno por la Corona. Asegura Bower que Carlos moda y la respuesta ine-
«sacrificio de los tejones» para com- cuenta de la Ley de Prensa que, en su ha vivido toda su vida en una burbuja quívoca desaparecieron
batir la tuberculosis en el ganado. En opinión, introduce una admisible cen- y que «está profundamente desconec- del sitio oficial. Los ex-
otra, y pese a su pasión por la natura- sura encubierta en los medios británi- tado de la gente común». pertos en la Casa Real lo
leza, defendía la caza del zorro como cos. La intrusión del rey acaba en un Pese a la imagen austera y sosteni- interpretaron como una
«una práctica romántica». forcejo político que acaba forzando la ble que se esfuerza en proyectar, su clara señal de que Carlos
El príncipe de Gales se atrevió in- abdicación en el príncipe William. Es- vida ha estado llena de lujos y extra- está dispuesto a conce-
cluso a inmiscuirse en la guerra de ta licencia de la ficción se correspon- vagancias, como la de fletar en cierta der a Camila el trata- ‘QUEEN CAMILLA’
Irak y a criticar las «deficiencias de de en realidad con el expreso deseo ocasión un camión de mudanza –in- miento de reina. MÁS DEL 70% DE LOS BRITÁNICOS CONSIDERAN QUE
los helicópteros Lynx»: «Es un ejem- de los británicos, que siempre prefirie- cluida su cama ortopédica, su taza del En Clarence House LO MÁS APROPIADO ES QUE SEA REINA.
plo más de cómo a nuestras Fuerzas ron a su hijo mayor como sucesor de váter y sus rollos de papel higiénico existe un departamento / PAUL VREEKER / REUTERS
Armadas se les pide un trabajo extre- la reina. Kleenex– a la casa de unos amigos interno denominado co-
madamente exigente sin los recursos 4. El rey activista. «Si no hubiera que le invitaron a pasar unos días. mo QC (Queen Camilla). Su función ha consistido en
necesarios». Del medio nacido en la familia re- Otra de las manías de Carlos es llevar promover la imagen de la duquesa de Cornualles como
ambiente a la estrate- al, Carlos sería proba- no solamente su propia comida, sino futura reina y lograr que sea aceptada por la opinión
gia bélica, del planea- ‘EL PRÍNCIPE OLVIDADO’ blemente granjero», incluso su propio Martini precombi- pública, y algo han conseguido: Camilla ha ido subien-
AL CUMPLIR LA REINA
miento urbano a los asegura Tony Juniper, nado a las fiestas, normalmente servi- do enteros hasta convertirse en la octava de la familia
LOS 90, DELEGÓ EN SU
asuntos rurales, de la HIJO LAS LABORES MÁS coautor de libro Armo- do por uno de sus escoltas, en su real en el ranking de preferencias de los británicos, be-
homeopatía a los ali- PROSAICAS DE LA nía, el credo ambiental insólita condición de coctelero real. neficiándose de la caída de Meghan.
mentos orgánicos, Car- MONARQUÍA, COMO LOS del aprendiz de rey, ar- Carlos cuenta con una extensa cor- «Todo rey tiene su reina», advierte el comentarista
los ha mantenido una ACTOS DE tífice de ese pequeño te privada de un largo centenar de real Richard Fitzwilliams. «Aunque los británicos no
peculiar relación epis- REPRESENTACIÓN Y LAS paraíso de 364 hectá- empleados, incluidos cuatro cuyo co- son favorables a darle ese tratamiento, lo cierto es que
VISITAS CADA VEZ MÁS
tolar con sucesivos go- FRECUENTES A LOS reas que rodea a su metido es ayudarle a cambiarse de ro- Camilla ha interpretado muy bien su papel en los últi-
biernos a lo largo de PAÍSES DE LA mansión de Highgrove, pa hasta cinco veces al día. mos años y al mismo tiempo ha hecho feliz a Carlos».
más de 30 años. COMMONWEALTH. con su propia granja y Su esposa Camila, pese a su extrac- Carlos bregó lo suyo para que William y Harry acep-
El entonces fiscal ge- / GETTY IMAGES con su prestigiosa fir- ción aristocrática, le ha ayudado a po- taran a Camilla y dejaran de esquivarla. Isabel II tuvo
neral, Dominic Grieve, ma de alimentos orgá- ner los pies en la tierra. Él introdujo el que tragar sapos cuando su hijo anunció su segunda
protegió en su día el contenido de las nicos Duchy Originals (230 productos hábito de reaprovechar las sobras de boda, pero la duquesa de Cornualles se fue abriendo
cartas alegando que formaban parte que se venden ya en 30 países). la comida y compostar la basura or- paso entre los royals. Carlos y Camilla llegaron al arre-
de su preparación como monarca y En ningún otro lugar se siente Car- gánica. Ella le ha contagiado el afán glo de seguir haciendo vidas independientes. Por exi-
que su difusión podría comprometer los más en casa que en este rincón de por reutilizar absolutamente todo, gencias del protocolo, han proyectado esa idea de ma-
su reinado. Pero The Guardian plan- la campiña de Gloucestershire al que hasta el punto de coser cojines apro- trimonio resiliente. El reto es mantener esa misma ima-
teó una batalla legal, amparada en la dedicó tres décadas de su vida (y en el vechando las cortinas viejas del baño. gen bajo el peso de la Corona.

i i Pesedealujos
la imagen austera y sostenible que se esfuerza en proyectar, su vida ha estado llena
y extravagancias, aunque Camilla le ha ayudado a poner los pies en la tierra ii
 PÁGINA 8.
VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022
D O C U M E N T O S
EL MUNDO MUERTE DE UN SÍMBOLO

1958
ISABEL II, RETRATADA EN EL
PALACIO DE BUCKINGHAM /
MCKAGUE Y OCHS - GETTY

i i De lolosimperecedero
inicios de la televisión a la era de internet, su larguísimo reinado fue el símbolo de
en las siete décadas en las que más cambió la vida de los europeos ii
 PÁGINA 9.
D O C U M E N T O S VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022
EL MUNDO MUERTE DE UN SÍMBOLO

El rostro
imperturbable
en una era
de cambios
Los años que Isabel II ha pasado en el
trono británico son los que van de Wins-
ton Churchill a Liz Truss. Del primer mi-
nistro que la recibió a su llegada al trono
a la primera ministra que la ha despedi-
da sólo tres días después de ser elegida.
Es la historia de Europa de los últimos 70
años, la persona que ha representado co-
mo ninguna otra el mundo que salió del
final de la Segunda Guerra Mundial y
mucho más allá: la Guerra Fría, la desco-
lonización, la revolución juvenil y sexual,
la depresión económica, el auge global
tras la Caída del Muro y, también, las cri-
sis que azotan el siglo XXI. Una Reina
que marcó una época, como la Reina Vic-
toria o el Rey Sol marcaron las suyas. Pa-
saban los primeros ministros (tuvo 16) y
ella permanecía; se desvanecía el impe-
rio británico, pero la monarquía perma-
necía; el país entraba en la comunidad
europea y la abandonaba cuatro décadas
después, pero en Buckingham Palace to-
do permanecía igual; su pueblo se entre-
gaba a los Beatles, luego a los Sex Pis-
tols, luego a Oasis y luego a los Got Ta-
lent, pero ella seguía siendo la Reina. Eso
es ser un símbolo. Representar lo impe-
recedero durante los 70 años en los que
más ha cambiado la vida de los europeos.
De los inicios de la televisión a la era de
internet, Isabel II simbolizaba unos valo-
res, una dignidad y una rectitud imposi-
bles para cualquier soberano actual. Qui-
zá era un personaje ya de otra época, pe-
ro lo que ella significaba es seguro que
servía de alivio para muchos británicos.
El Reino Unido será, desde hoy, una na-
ción diferente.

2001
LA REINA BRITÁNICA,
FOTOGRAFIADA EN EL
JUBILEO DE ORO / GETTY

i i Quizá era ya un personaje de otra época, pero es seguro que los valores que representaba
aliviaban a muchos británicos. El Reino Unido será, desde hoy, una nación diferente ii
PÁGINA 10.
VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022
D O C U M E N T O S
EL MUNDO MUERTE DE UN SÍMBOLO

«¡Vosotros la habéis matado!». Tan
gruesa como infundada acusación
podía leerse en algunas pancartas y
escucharse a voz en grito en los re-
proches que no pocos de los ciuda-
danos que en Londres se dolían de la
muerte de Diana de Gales lanzaron
directamente contra los Windsor. El
trágico accidente que acabó con la
vida de la princesa del pueblo el 31
de agosto de 1997 dio paso a uno de
los más masivos duelos populares en
la historia reciente. Y sumió a la mo-
narquía británica en el pozo de su
más baja popularidad en todo el lar-
go reinado de Isabel II. Fueron aque-
llos días, de hecho, los únicos en los
que la casi siempre reverenciada mo-
narca pareció perder el apoyo de
una gruesa parte de su pueblo, que
UN PUEBLO SUMIDO EN EL DUELO
ISABEL II Y SU ESPOSO, EL DUQUE DE EDIMBURGO, EN MEDIO DEL MAR DE RAMOS DE FLORES POR
DIANA DE GALES ANTE BUCKINGHAM, EL 5 DE SEPTIEMBRE DE 1997 / IAN WALDIE
milia real. Y, por muy madre que fue-
ra de quien ocupaba el segundo
puesto en la línea sucesoria, había si-
do despojada de su tratamiento de
Alteza Real, lo que la volvía a rebajar
al mundo plebeyo.
Se quiso convencer equivocada-
mente la reina de que podían vivir su
duelo particular en la más estricta in-
timidad, en la privacidad de Balmo-
ral, donde la mayor preocupación de
la soberana en ese momento era dar
más que cariño protección a sus nie-
tos Guillermo y Harry. Conocido es
que el entonces primer ministro
Tony Blair tuvo que esforzarse para
hacer comprender a Isabel II que si
no regresaba a Londres y se ponía a
la cabeza de la nación en ese histéri-
co duelo ciudadano ponía en serio
Diana había pasado en pocos
años de ser la esperanza blanca pa-
ra la Monarquía a convertirse en
una de las personas más dañinas pa-
ra la institución.
Había contraído matrimonio con
el príncipe Carlos, heredero del tro-
no, el 29 de julio de 1981, en la deno-
minada boda del siglo, que fue segui-
da por más de 800 millones de es-
pectadores en todo el globo. Ella
contaba con 19 años. Se habían cru-
zado en el verano de 1980 aunque ya
se conocían porque el príncipe había
coqueteado antes con una hermana
mayor de ella. Pero fue entonces
cuando Carlos vio por primera vez
en Diana a una mujer, una tímida
muchacha recién llegada a la mayo-
ría de edad que había pegado el esti-
rón y cuyo cuerpo empezaba a des-
prenderse de las redondeces que
tanto la habían acomplejado de niña.
Tras ese primer contacto, se vieron
en varias ocasiones y pasaron un fin
de semana con toda la familia real.
Pero el príncipe no se decidía. Por-
que, en realidad, no tenía el más mí-
nimo interés por Diana. Estaba per-
didamente enamorado de Camilla
Shand, casada para entonces con el
oficial Andrew Parker Bowles des-
pués de una pasional relación con el
futuro rey que se antojaba imposible.
Fue Felipe de Edimburgo quien
obligó a su hijo a casarse con Diana.
Carlos ya superaba la treintena. Des-
de hacía más de tres siglos ningún
príncipe de Gales había llegado a tal
edad en estado de soltería. Sus pa-
dres estaban tan hartos de Camilla
como de que la interminable lista de
romances del heredero fuera pasto
diario para los tabloides. Y Diana
cumplía dos requisitos imprescindi-

‘LadyGate’ ble: no tenía pasado y era virgen.

Tanto daba que no tuviera nada que
ver con el príncipe ni el hecho de que
no compartieran afición alguna.
Tampoco se planteaban en Bucking-
Las explosivas revelaciones de Diana sobre ham cuestiones tan pedestres como
que el matrimonio tuviera que tener
su matrimonio acabaron con el cuento de la que ver con el amor. El cuento ro-
Monarquía británica. Y la reina sufrió el mántico se dejaba para los demás.
Pero la hija del conde Spencer no
peor momento de popularidad por su inicial llegó engañada al matrimonio. Sabía
frialdad tras la muerte de la princesa lo que había. Sus compañeras de pi-
so declararían años después que se
sentía fascinada por la idea de ingre-
sar en la familia real y de convertirse
no entendía el herme- peligro la misma coro- algún día en reina. Antepuso sus
tismo, la distancia y la p o r E d u a r d o na. Exagerado o no, lo propios delirios de grandeza a una
frialdad con los que la Álvarez cierto es que la mo- felicidad que jamás logró. Su carác-
familia real británica narca acabó enten- ter era sumamente complicado. Inex-
actuaron tras recibir la diendo que el populis- perta en todos los sentidos, estaba
noticia del fallecimiento de quien ha- mo se había colado ya en los pala- llena de inseguridades y ansiaba ca-
bía sido la figura más querida de la cios y que no le quedaba otra más riño. Y, conforme la relación conyu-
Corona británica. que reaccionar. Y, al fin, en un men- gal con Carlos se fue tornando casi
A Isabel II le fallaron en aquella saje televisado, la siempre prudente inexistente, problemas como los tras- Diana de Gales tuvo tanto en Isa- lo porque su hijo pudiera echarlo to-
ocasión su instinto y su olfato. Creyó mandataria dijo hablar «desde el co- tornos alimenticios que ya había su- bel II como en su suegro, Felipe de do por la borda por una mujer como
que la despedida de Diana de Gales razón, como reina y como abuela» frido de adolescente no hicieron sino Edimburgo, dos confidentes a los Camilla. En la reina, como se queja-
podía ser abordada como un asunto para calificar a su ex nuera de «ser agudizarse. Cuando el príncipe reto- que durante años acudió con deses- ría años después, Lady Di no encon-
privado, sin dotarlo de la pompa sus- humano excepcional» al que admira- mó el contacto nunca roto del todo peración para que intervinieran en tró sin embargo tanto apoyo como el
tancial de la Monarquía, sin ningún ba y respetaba por su compromiso con Camilla, ella intentó escapar de su matrimonio. Ninguno quería ni que esperaba. Probablemente falló
funeral con apariencia de Estado, sin hacia los demás. Sus palabras no la profunda infelicidad que la asfixia- oír hablar de separación. El marido entendimiento entre las dos mujeres.
que ellos, los Windsor, tuvieran que convencieron a todos, pero fueron ba echándose igualmente en otros de la reina, en cartas cargadas de La monarca anteponía el bien de la
hacer o decir nada. A fin de cuentas, balsámicas para empezar a controlar brazos, como los del apuesto jinete afecto que escribió a la princesa, se institución y el valor de la resiliencia
Diana ya no formaba parte de la fa- los daños por la crisis abierta. James Hewitt. mostraba tan enojado como incrédu- frente a una mediática princesa que

i i Diana
las personas más dañinas para la institución con sus explosivas revelaciones sobre los Windsor i i
pasó en pocos años de ser la esperanza blanca para la Monarquía a convertirse en una de

nunca pareció entender en qué tipo
de familia había ingresado y cuáles
eran sus servidumbres.
En todo caso, la relación de la rei-
na y su nuera se rompió cuando és-
ta, arrebatada por una locura casi
lorquiana, pareció proponerse que
su esposo no llegara nunca a reinar
y protagonizó la mayor traición a la
historia de la dinastía. Ella, que había
i i cabeza de la nación en el histérico duelo por la princesa del pueblo arriesgaba la corona i i
Tony Blair tuvo que esforzarse para hacer comprender a Isabel II que si no se ponía a la
D O C U M E N T O S
revitalizado la monarquía y que la
había dotado de encanto, estuvo a
punto de derribarla divulgando las
confesiones más escabrosas de los
Windsor. Y a la altura de 1992, cuan-
do Carlos y la princesa ya vivían se-
parados, reveló al periodista Andrew
Morton escándalos y miserias de su
familia política que no tardaron en
ver la luz en forma de libros y de in-
EL MUNDO MUERTE DE UN SÍMBOLO
terminables seriales sensacionalistas
en los medios. En Buckingham tira-
ron la toalla y asumieron que cuanto
más lejos estuviera Lady Di, mejor.
Ya en 1995, coincidiendo con el di-
vorcio, Diana dio la puntilla de gracia
a los Windsor con la polémica entre-
vista en la BBC en la que describió
su cuento de hadas como uno de te-
rror. Todos amaban entonces a Dia-
VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022
na, la compadecían y se identifica-
ban con ella. La popularidad de la
Monarquía cayó en picado. Por pri-
mera vez, las encuestas mostraron
un inquietante desapego hacia la ins-
titución. Y varios políticos, incluidos
destacados conservadores, avivaron
el espantajo de la República.
De la muerte de Lady Di se aca-
ban de cumplir 25 años. En todo es-
PÁGINA 11.
DISTANCIADAS
DIANA DE GALES,
EMBARAZADA, JUNTO A
LA REINA EN UN
PARTIDO DE POLO EN
WINDSOR /
GETTY
te tiempo, la reina ha devuelto a la
Corona a niveles de aceptación siem-
pre cercanos al 70%. Y muchos bri-
tánicos se acabaron preguntando si
la princesa del pueblo había sido
más víctima o más verdugo. En lo
que Isabel II sí ha podido reafirmar-
se hasta el fin de sus días es que el
exceso de populismo también mata
a las monarquías.
PÁGINA 12.
VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022
EL ESTILO
DE UNA
REINA
MONOCROMÁTICA
LA REINA ISABEL II ERA AFICIONADA A VESTIR UN ÚNICO
COLOR EN ABRIGOS Y SOMBREROS. / EFE
FIEL A UN ÚNICO DISEÑADOR
EL MODISTO NORMAN HARTNELL FUE EL ARTÍFICE DE
LA MAYORÍA DE LOS ‘LOOKS’ REALES. / REUTERS
NO SIN SU BOLSO
ENVIABA SEÑALES SECRETAS A SUS ASISTENTES POR
LA FORMA EN QUE COLOCABA SU BOLSO . / REUTERS
MAQUILLAJE SOBRIO
ERA FIEL A MARCAS CLÁSICAS DE COSMÉTICA PARA SU
PIEL Y SE MAQUILLABA ELLA MISMA . / REUTERS
i i No
homeopáticas, su almohada de plumas... Bebía whisky y desayunaba copos Kellogs i i
viajaba jamás sin su tetera, su agua de Malverne para el estómago, sus píldoras
D O C U M E N T O S
EL MUNDO MUERTE DE UN SÍMBOLO
ESTILO IMPERATIVO
LA ELECCIÓN DE COLORES LLAMATIVOS TENÍA UN
OBJETIVO: DESTACAR ENTRE LA MULTITUD . / REUTERS
SU ACCESORIO, LA PERLA
DESDE COLLARES A PENDIENTES, RARA VEZ SE HA
VISTO A LA REINA SIN USAR PERLAS . / REUTERS
CAMPIÑA INGLESA
SU ESTILO MÁS ‘INFORMAL’ HA SIDO EL DE CAMPO, CON
PRENDAS MÍTICAS COMO EL BARBOUR . / REUTERS
SALUDO UNIVERSAL
POPULARIZÓ SU PARTICULAR MANERA DE SALUDAR,
MOVIENDO LIGERAMENTE LA MANO . / REUTERS
SIEMPRE CON GUANTES
LA REINA SOLO USABA GUANTES DE ALGODÓN PURO EN
BLANCO, NEGRO O COLOR MARFIL . / REUTERS
SU COLOR, EL AZUL
EL AZUL, EN DISTINTAS TONALIDADES, ES EL COLOR QUE
MÁS VECES HA VESTIDO ISABEL II. / REUTERS
‘MADE IN BRITAIN’
SU ICÓNICA IMAGEN ERA PRÁCTICAMENTE UNA MARCA
‘BRITISH’ QUE INSPIRÓ A MUCHOS ARTISTAS . / REUTERS
EL CORTE PERFECTO
SU SECRETO PARA LUCIR UN CABELLO SIEMPRE PERFECTO
ERA UN PEINADO CON CORTE SIMÉTRICO . / REUTERS
La reina
más reina
por Jaime
Peñafiel
Su Graciosa Majestad la reina Isabel II de Inglaterra po-
día considerarse, con todo derecho, como la reina más
reina del mundo, admirada y reverenciada no solo por su
pueblo sino por todos los soberanos y soberanas de las
actuales monarquías.
La propia Reina Sofía lo ha reconocido con una
anécdota elocuentemente expresiva. Sucedió duran-
te una visita del real matrimonio a Londres donde se
hospedaron, por invitación de la prima Lilibeth, como
familiarmente la llama su primo el rey Juan Carlos,
en Buckingham. Y una noche, cuando se disponían a
salir para cenar, se cruzaron, en uno de los corredo-
res del gigantesco edificio, con una señora con la ca-
beza cubierta por un pañuelo, botas de agua y rodea-
da de una serie de pequeños perros colghi quien, al
cruzarse con ellos, ¡con sus primos!, simplemente les
dijo: «Good night», continuando su camino. Doña So-
fía, sorprendida, le musitó a don Juan Carlos: «¡Jua-
nito, Juanito, es la reina!».
Esto es un ejemplo de la existencia de un verdadero fo-
so entre la vida cotidiana de todo el mundo, incluidos los
demás reyes, y la reina de Inglaterra para quien, como
reconoció Beltrand Meyer, uno de sus biógrafos, «no
atravesaríamos jamás el espejo: el outside world no exis-
te para ella sino como virtualidad. Su realidad es la vida
de palacio, la vida del castillo».
La monarquía británica sabe que su supervivencia de-
pende del apego y la estima que le demuestra la nación.
De ahí la doble necesidad de parecer accesible a sus súb-
ditos, guardando, no obstante, las distancias, la actitud y
el mínimo de pompa, sin las cuales el respeto declina. La
reina Isabel mantenía inalterables dos normas que regían
los comportamientos de su vida. No se trataba de simples
formalidades: «Never complain, never explain» (Nunca
lamentarse, nunca dar explicaciones). También: «Nunca
delante del servicio».
La Reina Isabel era una mujer flemática y firme, cons-
tante y diligente que a lo largo de su reinado se mantuvo
fiel a sus señas de identidad, como son su famoso bolso
Launer, una especie de código cifrado con el que adver-
tía a sus escoltas y a sus damas de compañía que le ayu-
daran a dar por finalizada una conversación con un in-
terlocutor pesado o que ya estaba lista para marcharse si
el bolso cambiaba de una mano a otra o si lo colocaba so-
bre la mesa o en el suelo.
El contenido del bolso de la reina era algo así como un
secreto de Estado. Pero, durante una recepción, un invi-
tado se aproximó a la soberana y cuando ésta abrió el
bolso descubrió, con estupor, que en el interior no había
nada mas que galletas para sus perros.
Y no viajaba jamás sin su tetera, su jarra, su agua
de Malverne para las indisposiciones estomacales, su
azúcar Barley para las náuseas, sus píldoras homeo-
páticas, su almohada de plumas y su rosco para el vá-
ter. Y, por supuesto, toda la vestimenta de su modisto,
sir Norman Hartnell. Elizabeth escribía con pluma Par-
ker, bebía whisky Haig y para el desayuno gustaba de los
copos Kellogs. La elección de los colores en su ropa y en
sus sombreros, respondían a un solo imperativo: hacer-
se identificable de inmediato en medio de una multitud.
A diferencia de Letizia, a quien Felipe prohibió, desde el
mismo día que se casaron, que escribiera un diario, la
Reina Isabel, antes de acostarse, anotaba muy puntillo-
samente sus impresiones en un diario que vale oro. Di-
cen que Laurence Olivier necesitaba horas para desem-
barazarse de Hamlet. A Lilibeth le hacía falta otro tanto
para desearle buenas noches a la Reina de Inglaterra.
 PÁGINA 13.
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PÁGINA 14.
VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022
Probablemente todo cambió el 26
de octubre de 1965 cuando la Rei-
na Isabel II, que entonces contaba
con 39 años y su reinado con poco
más de un década, entendió que la
verdadera realeza no era ya tanto
cosa de los Windsor como de los
Beatles, y, de su mano, de la cultu-
ra popular en su más amplio sen-
tido. Especialmente la audiovisual,
que es lo que nos ocupa. Ese día
los de Liverpool fueron ungidos
con la medalla que les hacía
miembros de la Orden del Imperio
Británico. «Creía que había que
saber conducir un tanque para re-
cibir algo así», fue el comentario
del siempre ocurrente John Len-
non para monumental enfado de
buena parte de los que sí sabían
conducir panzers y que, como el
coronel y héroe de guerra Frede-
rick Wagg, hasta repudiaron la
condecoración. No queda claro si
fue la propia Reina y su entorno o
el primer ministro laborista Ha-
rold Wilson (suya fue la propues-
ta) quien ideó éste no tan sutil
aggiornamento de la monarquía
ante el rigor de lo evidente, que
también era lo real. Ya antes, en
1963 y siempre con los Fabulosos
Cuatro como protagonistas, la
banda fue incluida en el programa
del espectáculo de variedades que
anualmente se ofrecía a Su Alteza.
Fue el día en que Lennon lanzó
una mirada al palco real antes de
entonar Twist & Shout y pidió que
los de los «asientos baratos» batie-
ran palmas al tiempo que sugería
que los de las butacas «más caras»
podían «batir sus joyas». El caso
es que la reina de fábula que acce-
dió al trono con la muy seria res-
ponsabilidad de curar las heridas
profundas de la guerra no tardó
en entender que lo importante,
con o sin Beatles, era y es saber
seguir el ritmo, el ritmo de los
tiempos.
Desde estos primeros coqueteos
con el pop y la cultura de masas a
una de sus últimas apariciones
con motivo del 95º aniversario de
Winnie the Pooh y donde se la ve
feliz en compañía del famoso oso
y sus amigos Christopher Robin,
Piglet, Tiger e Ígor, la reina Isabel
II ha sabido prodigarse con o sin
su consentimiento explícito con
una rara y distante sabiduría. Dos
momentos marcan de manera cru-
cial su aparición en la pantalla y
su mito. Y a los dos les une el
nombre del mismo guionista: Pe-
ter Morgan. Los dos eso sí se an-
tojan extraordinariamente tardíos
si tenemos en cuenta que la Reina
Isabel, al contrario que el persona-
je de los hermanos Coen, siempre
estuvo ahí. El primero de ellos y
que, a su modo, significó una re-
volución fue la película La reina
firmada por Stephen Frears en
2006. El segundo, también a su
modo, ha acabado por ser una se-
gunda y tardía coronación. Habla-
i i heridas de la guerra, pronto entendió que lo importante era seguir el ritmo de los tiempos i i
La Reina de fábula que accedió al trono con la muy seria responsabilidad de curar las
D O C U M E N T O S
EL MUNDO MUERTE DE UN SÍMBOLO
se obligan las dos producciones es
a mantener intacto el misterio sin
Ironía
dar en ningún momento pábulo a
la devoción. Y es ahí, donde Isabel
adquiere su carácter de cercana
lejanía, de divinidad sujeta a cada
una de las pasiones humanas, de-
masiado humanas.
pop
Stephen Frears, antimonárqui-
co cabal, no dudaba en su mo-
mento en confesar su admiración
por un personaje «tan perfecta-
mente consciente de cada una de
sus contradicciones que acababa
Su flema y su forma de enseñarse sin por ser el más alto ejemplo de iro-
dejar ver nada ha hecho de ella un nía que ha vivido la Historia».
Su película, brillante tanto en su
misterio transparente, cercano y muy elegancia inteligente como a dis-
lejano a la vez, capaz igual de la tragedia tancia de cualquier amago de ci-
nismo, retrata el difícil momento
y de la más disparatada de las comedias personal y público que pasó la fa-
milia real británica tras la muerte
de «la princesa del pueblo», Lady
Diana Spencer. El relato se centra
en las conversaciones entre la Rei-
na y Tony Blair para evaluar y de-
cretar un duelo nacional. Una im-
perial Helen Mirren logró el Oscar
por su interpretación. Toda la pelí-
cula intenta dar una explicación a
esa imagen de frialdad tras la
muerte de la que era su nuera. Y lo
hace dejando la carga de la prueba
en la voluntad de la monarca de
defender tanto la propia institu-
ción que representa y hasta la con-
dena como el bienestar de sus nie-
tos, los príncipes Guillermo y En-
rique, tras la pérdida de su madre.
Ese equilibrio entre humanismo
y realpolitik es lo que acabó por
convertir la película en un refe-
rente para todo lo que vendría
después. Y hasta uno de los mayo-
res azotes del thatcherismo, con
permiso de Ken Loach, como
Frears no pudo por menos que
rendirse: «No somos conscientes
de hasta qué punto ella no sólo es
el más brillante ejemplo de senti-
do del humor británico sino que
ella ha sido capaz de convertir el
humor británico en una forma de
gobernar el mundo, o parte de él».
El guionista Peter Morgan creó
10 años después The Crown. La
ficción de Netflix sigue al dedillo,
como no podía ser de otro modo,
THE CROWN las líneas fundamentales estable-
CLAIRE FOY EN UN MOMENTO DE LA SERIE DE NETFLIX CREADA POR PETER MORGAN Y QUE cidas en La reina. Como es de so-
RECORRE LA VIDA DE LA REINA EN 5 TEMPORADAS . / NETFLIX bra conocido, la serie casi eterna
compagina un retrato íntimo de la
vida personal de la reina –desde el
inicio de su complejo matrimonio
mos, claro está, de la serie de aceptar la obviedad de lo que ja- con el príncipe Felipe de Edimbur-
Netflix The Crown cuyo creador y más podría ser obvio. La idea no go hasta el nacimiento de sus hi-
factótum es, en efecto, Morgan. es tanto humanizar al personaje, jos– con un análisis de los sucesos
Tanto la película como la serie signifique esto lo que signifique, que llevaron al Reino Unido a ser
lejos de convertir a como hacerlo com- lo que es. Tres actrices dan vida a
la monarca en eso por Luis prensible dentro del una Isabel II siempre en el centro
que tanto se insiste artefacto rigurosa- del siglo XX. Claire Foy es la en-
en los telefilmes de Martínez mente ajeno a cual- cargada de interpretar a su majes-
sobremesa, «un ser quier amago de en- tad durante las primeras dos tem-
humano más», las dos hacen pie tendimiento humano que es la ins- poradas; mientras que la oscariza-
en las situaciones extraordinarias titución monárquica. El mérito da Olivia Colman toma el relevo
vividas de manera completa y ra- reside en la capacidad de Morgan durante la tercera y la cuarta.
dicalmente extraordinaria por una para alejarse tanto de la vulgariza- Imelda Staunton será quien dé vi-
mujer extraordinaria. Se trata de ción como del heroísmo. A lo que da a la monarca durante la quinta
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D O C U M E N T O S VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2022
EL MUNDO MUERTE DE UN SÍMBOLO

y última entrega. El resultado, de ción primero en la ceremonia de

nuevo, es un retrato dulce y a la apertura de los Juegos Olímpicos
vez despiadado, desmitificador y de 2012 descender en paracaídas
rendido al mito: la extrañeza de junto a James Bond o al lado de
un ser demasiado común como los también amarillos Minions en
para no ser nada más que extraor- 2015 no eran más que consecuen-
dinario. cias necesarias.
Pero hasta llegar aquí, el reco- Por lo demás, Isabel II siempre,
rrido de Isabel II por el cine y la ya se ha dicho, estuvo ahí. En
cultura popular si de algo se ha 1982, las actrices Margaret
alimentado es de la flema de una Tyzack y Dana Wynter la anima-
mujer capaz de estar siempre en ron en sendos telefilmes coyuntu-
el centro de todas las fotos con el rales sobre el mismo episodio.
gesto del que tiene algo más im- Charles & Diana: A Royal Love
portante que hacer y está siempre Story, de James Goldstone, y El
a punto de irse. A un lado su pri- romance real de Carlos y Diana,
mera gran aparición en A Queen de Peter Levin, hacen pie en idén-
is crowned de 1953, donde la gran tica historia de amor-desamor con
productora del cine británico de la la misma interpretación tan realis-
época, The Rank Organization, fil- ta como protocolaria de la Reina
mó la ceremonia de su corona- al fondo. En la oscarizada El dis-
ción, buena parte de cada una de curso del Rey, de Tom Hooper, ya
sus intervenciones se ha solazado en 2010, es la niña Freya Wilson
en su irrefutable sentido no tanto la que casi de forma inédita colo-
del simple humor como, de forma ca a la monarca en la justa pers-
más específica, la ironía de la que pectiva de su destino al principio
hablaba Frears. de la la guerra con su padre y su
El ejemplo más depurado, si de- tartamudez enfrentados al mo-
jamos sin contar las intervencio- mento culminante de la Historia.
nes de la Reina en el icono del hu- Nada que ver con Noche real (Ju-
mor de los 80 y 90 Spitting image lian Jarrold, 2015), donde Isabel,
que hicieron de ella la marioneta aún no Reina, es presentada en la
más silente en su estajanovismo, piel de Sarah Gadon como una
es sin duda The Windsors. La serie posadolescente entusiasmada y
de 2016 realizada por Channel 4 enfebrecida por culpa del final de
reimagina a la familia real como si la guerra y, por qué no, de las hor-
de una telenovela se tratara. En monas aún en plena batalla. Sin
ella, el príncipe Enrique se con- embargo, como ya quedó claro en
vierte en un mujeriego que trata La reina, donde la ficción más se
de seducir una y otra vez a las ha detenido cada vez que ha teni-
hermanas Middleton; mientras do que hablar de Isabel ha sido en
que Camille Parker-Bowles apare- el episodio de la muerte de Diana
ce interpretada como una madras- Spencer. Así fue en Diana, de Oli-
tra malvada, de esas que aparecen ver Hirschbiegel, así lo es en
en los cuentos de hadas. Y en me- Spencer, de Pablo Larraín, que se
dio, el rostro imperturbable de estrenó a finales de 2021 y donde
una mujer a la que por dos veces una desmedida y precisa Kirsten
dio vida la actriz Jeannette Char- Stewart se hace cargo del papel
les tanto en Agárralo como pue- de Lady Di junto a una fugaz y
das (1988) como en Austin Powers hierática Reina a la que da vida
en Miembro de Oro Stella Gonet.
(2002). En la primera Sea como sea, lo
acababa a tortazos LA REINA que queda es la ima-
HELEN MIRREN
con Leslie Nielsen y MERECIÓ EL OSCAR gen distante de una
en la segunda daba la POR SU mujer que ha sabido
réplica al irreplicable INTERPRETACIÓN EN LA leer la geografía de
Mike Meyers. PELÍCULA DE STEPHEN su tiempo, el rumor
Se podría decir que FREARS DE 2006 de una sociedad con-
la culminación de ese SOBRE UN GUIÓN DE denada por el audio-
PETER MORGAN Y QUE
trayecto, desde la NARRABA LO SUCEDIDO visual, internet y la
más alta jerarquía a TRAS LA MUERTE DE redes sociales a la
la más gruesa come- LADY DIANA SPENCER. / transparencia. Ella
dia, llegaría al con- EL MUNDO siempre ha sabido
vertirse en un perso- mostrarse y ocultar-
naje amarillo más de los Simpson. se a la vez. Pura ironía que diría
En 2003, el episodio Los monólo- Frears. Cuando le preguntaron a
gos de la reina, de la temporada John Lennon cómo había sido su
número 15, hacia que Homer con- conversación con ella al entregar-
fundiera a Tony Blair con Mr. le la medalla como miembro de la
Bean y acabara con su Mini Coo- Orden del Imperio Británico, él se
per incrustado el carruaje de la limitó a contestar que les había
mismísima Isabel II. Obviamente, tratado «como una madre». El
la Reina ordenaba ejecutarlo en la Beatle y todos eran conscientes de
Torre de Londres, que para eso es- que si algo no parecía ni pareció
tá. Y así, el santoral pop la corona- nunca Isabel fue madre de nadie
ba definitivamente desde que se por la sencilla razón de que en su
juntara con los Beatles por prime- contrato estaba el serlo de todos.
ra vez en 1963. Verla a continua- Ironía por ironía.

i i sociedad condenada por el audiovisual, internet y las redes sociales a la transparencia i i

Queda la imagen de una mujer distante, que supo leer la geografía de un tiempo y una