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RESEÑA

El retorno de lo real: “El artista como etnógrafo”

HAL FOSTER

Harold Foss, también conocido como Hal Foster, es un critico de arte e investigador
estadounidense que estudio en las universidades de Princeton, Columbia y Nueva York en artes
en historia del arte. Su trabajo se basa principalmente en el estudio del rol de las vanguardias
posmodernistas así logrando complementar sus trabajos como critico e historiador de arte.

En el texto “El artista como etnógrafo”, que hace parte de su libro “El retorno de lo real” escrito
en 1996 propone dentro del mundo del arte contemporáneo un inevitable cambio marcado por
una tendencia etnográfica. Muestra un interés por el tema de la otredad y de un “otro” cultural
mediante el cual busca involucrar al artista y las comunidades teniendo en cuenta la forma del
arte en la época.

Foster comienza el texto aludiendo a el texto de “El autor como productor” de Walter
Benjamín, el cual utiliza como un modelo base en el cual Benjamín propone que la problemática
del arte contemporáneo es el arte como un ámbito de mera productividad haciendo referencia
a lo planteado por Karl Marx en el siglo XIX donde se planteaba un papel del artista
revolucionario que se busca involucrarse con el ámbito sociopolítico de su contexto. Claro es
que el modelo planteado por Benjamín responde a un problema de la necesidad del artista de
poder sustentarse económicamente mediante a la producción de su trabajo llevando a su a la
capitalización de la cultura y la privatización de la sociedad.

Teniendo en cuenta este modelo el texto nos habla de este modelo de “el artista como
etnógrafo” habla específicamente de “el cambio etnográfico” dentro del arte desde la década
de los 60s ya que se venia viviendo una alienación del artista al que solo le interesa la belleza en
la obra por medio del poner al autor en una posición de patrocinio ideológico. En el texto lo real
se presenta como un trauma, dentro del cual se presentan dos situaciones del artista. El artista
que admite la cruda realidad en la cual el es un mero sujeto de producción dando por sentado
la existencia de diferencias de clases como algo aparente reduciendo al artista a lo material y el
que reconoce a la raza blanca como el centro de la sociedad humana identificándose así
mediante a la etnia. Este segundo se reconoce como fantasía primitivista de la modernidad
donde se comienza a hablar de diferentes estéticas hablando así de la “otredad”. Esto genera
una idealización de la alteridad desviando las verdaderas preocupaciones de comunidades
marginalizadas o minorías y negando así la existencia de estos problemas creando así que el
artista utilice estas causas a su conveniencia y haciendo que este aproveche las situaciones del
“otro” para la producción de su obra e ignorando así el verdadero problema.

La antropología y el psicoanálisis funcionan como practicas y disciplinas que sirven para ayudar
a auto examinarnos y desmembrar los aspectos que no colaban en el discurso de la modernidad
para llevar a cuestionarnos en la posmodernidad esos aspectos. Gracias a estas disciplinas es
que es posible que el ser se auto cuestione dentro de la alteración del yo ya que se desarrolla
mediante a la otredad acercándonos así a los verdaderos problemas de la existencialidad del
humano. Al usar el papel del etnógrafo en el mundo del arte le permite al artista generar
modelos que le solucionen los problemas discursivos dentro de la obra. Pero Foster advierte
que la “sobre identificación reductora” al otro tampoco es lo indicado ya que lo que realmente
se busca es generar un “reflexividad” dentro de las obras ya que esto también podría generar
un mal entendimiento del “otro”. Por lo cual el propone que el artista siempre debe mantener
una distancia critica al hablar de temas externos al artista que produce obra ya que seria caer
en el mismo problema de la exotización del marginado y la minoría.

Un gran ejemplo de una artista que logra desarrollar una autentica identidad e identificarse
bien con temas de la otredad, redefiniendo así temáticas problemáticas es María José Arjona.
María José Arjona es una artista colombiana multidisciplinaria que ha tenido encuentros con
biólogos, antropólogos, chamanes y otros individuos no relacionados con el arte para nutrir
conceptualmente sus obras. Comenzó siendo bailarina, pero a los 22 años decide iniciar
estudios en Artes Plásticas en la Academia Superior de Artes de Bogotá .́ La obra de Arjona se
presenta como una forma de resistencia política y social a través de gestos poéticos radicales
mediante temáticas como lo efímero, el territorio y la migración de aves, políticas de genero,
entre otras que se trabajan desde el cuerpo como lugar de rearticulación y cuestionamiento de
un condicionamiento social normativo y violento.

El artista como etnógrafo entonces según Foster tiene la tarea de ser un portador de cultura y
un ser capaz de conocerse a si mismo a tal punto de lograr empatizar con los diferentes grupos
de otredad por medio de su trabajo y su búsqueda de conocimiento. Tiene la tarea de ser un
minucioso observador y representante de la realidad. Pero me surge una duda y es, ¿realmente
la institución artística tiene la responsabilidad de plantear su trabajo dentro del campo
sociocultural de cuestionarse las necesidades y problemáticas de distintas comunidades o
puede ser artista desde un punto de vista narcisista y aislado de estas problemáticas?
Probablemente si, pero siento que al hablar de un artista como etnógrafo va intrínsecamente
ligado a algo raizal o identitaria desde lo sociocultural y es imposible para mi desligarlo.
Entonces me surge la duda de si un artista intenta hablar desde temáticas contraculturales igual
seguiría cayendo dentro de la categorización de el artista como etnógrafo o ¿esta el artista
obligado a hablar de cultura en sus obras?
Excelente reflexión. En relación con la inquietud final, cabe señalar que quizás Foster refiere a
un paradigma prevalente en el arte contemporáneo, que no necesariamente determina todo lo
que puede hacerse en este ámbito. Calificación 1/1.

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